Organizar y Dinamizar Profundizar Vivir 2015-2018 CAMINO VERDAD VIDA Conformar Crecer Anunciar
Acompañar Madurar Celebrar
Consolidar Profesar Testimoniar
La Diócesis de Montería, en comunión con la Iglesia Universal, las orientaciones de la Iglesia en América Latina, presidida por su Obispo y su MISIÓN Presbiterio, BUSCA el encuentro con Dios, a través de su Palabra y los sacramentos, REALIZA su labor pastoral con la formación de Comunidad de comunidades, a partir de un trabajo organizado por las estructuras diocesanas según la función de Enseñar, Santificar y Regir; PROMUEVE la dignidad de la persona humana e INCIDE en la construcción del Reino de Dios, con sus valores como sacramento universal de salvación. La Diócesis de Montería ES comunidad de comunidades a imagen de la Santísima Trinidad; Que anuncia, celebra, ama y vive la Palabra de VISIÓN
Dios en la fe, IMPULSA a sus fieles para que vivan
la comunión, convertidos y comprometidos en la tarea evangelizadora; como discípula - misionera, LLEGA a los más alejados y necesitados e IRRADIA con la luz del Evangelio el mundo actual. MIRADA PASTORAL DE LA REALIDAD SOCIAL DIOCESANA MIRADA PASTORAL DE LA REALIDAD SOCIAL DIOCESANA 1. LA CRISIS DE LA 2. LA CRUEL 4. LO POLÍTICO 5. LA CULTURA FAMILIA POBREZA DE LA 3. ECONOMÍA MAYORÍA DE LA 4.1. Administración 5.1. La idiosincrasia POBLACIÓN departamental y costeña 1.1. Sus grandes carencias municipal sociales 2.1. Expresiones de la 3.1. Desarrollo 4.2. Derechos Humanos 5.2. La Educación pobreza en el sector socioeconómico 1.2. Una niñez sostenible y desamparada rural de la Diócesis 4.3. La convivencia y la 5.3. El Consumismo sustentable violencia social 5.4. Las Expresiones 1.3. La juventud en riesgo 4.4. Las víctimas de la artísticas 2.2. La desigualdad guerra social 5.5. Las comunidades 4.5. La construcción de lo afro e indígenas 1.4. El abandono de los 3.2. El mundo público como lo que es de adultos mayores del trabajo todos 2.3. En situación de 6. LAS PRINCIPALES 4.6. La Ciudad y Región CAUSAS DE LOS 1.5. El Rol de la mujer en desplazamiento nuestra sociedad PROBLEMAS DE 4.7. El narcotráfico y las NUESTRA SOCIEDAD bandas criminales 1.6. La población en situación de discapacidad 2.4. La pobreza en el 3.3. El turismo 4.8. Los ecosistemas 6.1. Causas mundo rural naturales y ambientales estructurales, antropológicas e 1.7. Los problemas más ideológicas retadores de la familia hoy 4.9. La vivienda El profeta es • Pone su vida en peligro por lo que un hombre él dice. “El profeta es un hombre que • Amenazado porque no lo amenazado, escuchan. tiene una experiencia inmediata de Dios, que ha por tres • Amenazado por Dios mismo (ya recibido la revelación de su causas: que Dios puede callar, ocultarse).
santidad y de sus deseos, que
juzga el presente y ve el futuro a la luz de Dios y que es enviado por Dios para recordar a los hombres sus exigencias y El profeta es El profeta es llevarlos por la senda de la un hombre inspirado en un hombre El profeta es obediencia y de su amor” el pleno público, el un hombre lugar de totalmente sentido de la acción no son comprometido palabra, esa los templos, con su misión. inspiración es sino la calle. directa y real. Miran el pasado y proyectan el futuro a la luz de Dios, en ese sentido sí se habla de visión Su misión: hacer de futuro partícipes a (el profeta como que calcula todas las gentes las consecuencias con el de la bendición criterio de Dios). Dios se revela en la de Dios. historia y los profetas son intérpretes de la historia. Para los colombianos que acabamos de vivir la experiencia de la visita del Papa Francisco, sin duda el mejor regalo que nos trajo fue renovar nuestra esperanza. De una actitud pesimista que agobiaba a nuestro pueblo hemos pasado a creer que es posible cambiar a Colombia y vivir en una auténtica paz y convivencia. Es tal vez el mensaje que más ha calado en nuestros corazones. Quizás muchos esperaban que sucediera algo inesperado y mágico, que el Papa solucionara “en un instante” los problemas que vive Colombia. Hoy en día aceptamos que el camino es largo y por eso necesitamos que el mensaje de esperanza que nos trae la Palabra de Dios y que el Papa Francisco lo hizo tan cercano a nuestros oídos y a nuestros corazones, es una actitud indispensable que tenemos que anunciar y predicar por todas partes. Para todos colombianos que vivimos la experiencia de la visita del Papa Francisco y sin duda es el mejor regalo que nos trajo fue enseñarnos a dar pasos de esperanza. De pasar de una actitud pesimista que agobiaba a nuestro pueblo hemos pasado a creer que es posible cambiar a Colombia y vivir en una auténtica paz y convivencia. Es tal vez el mensaje que más ha calado en nuestros corazones, el “No dejarse Robar la Esperanza”. Quizás para muchos esperaban que sucediera algo impensado y mágico, que el Papa solucionara “en un abrir y cerrar los ojos ” los problemas que azotan ha Colombia. Hoy en día entendemos que el camino es largo y por eso necesitamos que el mensaje de esperanza que nos trae la Palabra de Dios y que el Papa Francisco lo hizo tan cercano a nuestros oídos y corazones, es una actitud necesaria que tenemos que anunciar y predicar por todas partes. Por eso, El Agente de pastoral debe hacerse testigo y portador de la Esperanza La esperanza es un estilo Actitud de vida. realista.
Vivir con Lucidez
horizonte. responsable.
Una postura Actitud
activa. arriesgada. La esperanza no es una euforia de un instante, ni la reacción de un momento. Es una manera de estar en la vida en un actitud positiva y confiada. La esperanza no se vive a ratos, unos días sí y otros no. Es un talante, un estilo de afrontar la vida de manera confiada. La Esperanza no mira al pasado ni se queda en el presente. El que vive en esperanza se orienta hacia el futuro. No le asusta el porvenir ni le paraliza. Vive con horizonte. Por eso, cuando una persona va perdiendo la esperanza, tiende a encerrarse en sus recuerdos y tiende a revivir su pasado. No hay que confundir la esperanza con la espera. Tener esperanza no es esperar pasivamente, aguantar, ver lo que se nos viene encima. El que vive animado por la esperanza no se queda pasivo. Se mueve, proyecta, actúa, reacciona. Por el contrario, cuando una persona va perdiendo la esperanza, va cayendo en el desaliento y la pasividad, se le hace difícil creer en algo o en alguien. No hay que confundir la esperanza con la ilusión, los sueños o el optimismo ingenuo. La persona que vive con verdadera esperanza es realista. Cuenta con las dificultades, problemas y contratiempos que encontrará en el camino. Pero, a pesar de todo, confía en sí misma, en su trabajo, en los resortes que podrá ir activando, en el apoyo que podrá encontrar para ir superando obstáculos. La esperanza no es una postura ciega, sino lúcida. El que vive con esperanza sabe analizar la situación y ver la realidad en sus verdaderas dimensiones. Se esfuerza por captar qué es importante y qué es secundario. Al mismo tiempo, la esperanza es una actitud responsable. No se trata de pensar que tendremos suerte, que las cosas nos irán mejor o que todo cambiará por arte de magia. El que vive con la esperanza no se cruza de brazos esperando que le suceda algo bueno. La esperanza en una tarea diaria hecha de esfuerzo paciente y constante. La esperanza no es tampoco esa seguridad que sentimos en los momentos fáciles, cuando no tenemos problemas. La esperanza crece y se consolida precisamente en los momentos difíciles de la prueba cuando somos capaces de comprometernos y correr riesgos. Por eso a veces no se trata propiamente de tener esperanza sino de atrevernos a mantenerla incluso en contra de lo que podemos sentir ahora mismo, cuando parece que no hay mucho que esperar. ORACIÓN POR LA DIÓCESIS Oh Santísima Trinidad, misterio de unidad y amor, te damos gracias por nuestra Iglesia particular de Montería, que al recibir la misión del Padre: anuncia, celebra, ama y vive la palabra de Dios y los sacramentos en la fe. Que la fuerza de tu Santo Espíritu nos ayude a comprometernos como verdaderos discípulos misioneros en la acción pastoral de la Iglesia, que busca la construcción del reino de Dios, en comunión y conversión. Que tú presencia guie la evangelización en cada una de nuestras comunidades, buscando siempre la mayor gloria para ti y la salvación para todos los hombres y mujeres que peregrinamos de la mano de Jesucristo camino, verdad y vida. Amén