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Proyección, Identificación. Identificación Proyectiva.

Joseph Sandler, 1989


Publicado en la revista nº036
Autor: Sánchez Hita, Inmaculada
Sumario

La obra de J. Sandler se desarrolla desde un revolucionario posicionamiento que enfatiza en la


importancia de los estados emocionales, de experiencias subjetivas ubicadas en un lugar
primordial en la teoría psicoanalítica de la motivación.

Representan un estado del self y originan tendencias o pautas estables que permiten afrontar las
vicisitudes de la vida al poder incorporar del afuera y desplazar al exterior, representaciones y
afectos del sujeto. Todo ello condiciona la conducta, al organizar una suerte de dinamismo
motivador que el psicoanálisis se encarga de interpretar.

Estas pautas favorecen de forma decisiva, aunque no siempre eficaz, el sostenimiento de un


equilibrio en la individuación y la satisfacción de deseos y necesidades que derivan de los
requerimientos o conflictos de la vida pulsional, emocional y de la realidad, en la complejidad de los
distintos sistemas motivacionales.

J. Sandler lo sintetiza como maximizar el sentimiento de seguridad (1986) y es, el establecimiento


de este trasfondo de seguridad, más prioritario que la satisfacción instintiva o la evitación de la
ansiedad.

Tales mecanismos acontecerán repetidamente y son parte de lo que también acontece en la


transferencia, siendo la tarea, exploratoria e interpretativa, el análisis de funciones estructurantes
y/o defensivas que han cumplido tan sofisticados y genuinos recursos para un individuo concreto.

A lo largo de la vida, el funcionamiento psíquico tendrá que ocuparse de reducir discrepancias


representacionales entre self real y self ideal, ya sean conscientes o inconscientes y causantes de
dolor. De lo anterior resultarán estados emocionales básicos de bienestar y el consiguiente
abandono de ideales no ajustados a la realidad individual.

Serán los procesos de interiorización/ internalización, así como los de proyección/ externalización,
en cualquiera de sus variantes, los que van a desempeñar un papel determinante en ello.

Pero también en la construcción psíquica. J. Sandler definió el espacio interno como mundo
representacional de relaciones objetales al servicio, no solo, de la satisfacción de deseos
instintivos sino también de las necesidades de seguridad, reaseguramiento y afirmación. Estas
representaciones irán constituyéndose por introyección, identificaciones y proyecciones a partir de
la relación primera significativa (“actividades y apariciones de la madre”) y tendrán, en adelante, un
componente afectivo derivado de dicha experiencia relacional.

Las representaciones complejas del self y del objeto formadas a través de fantasías y recuerdos de
interacción con un otro significativo, regularán la conducta con todas las relaciones significativas
subsiguientes. Esto supone además una importante aplicación en lo que se refiere al trabajo de la
transferencia-contratransferencia. No se trata de mera repetición; J. Sandler, al igual que hicieran
Meltzer y Gill, desconectaron el vínculo entre transferencia y la repetición de pautas pretéritas.
Recordemos que para la clásica teoría freudiana la transferencia se explica como un efecto de la
repetición y sería Lacan, en su XI seminario, quien cuestionaría por primera vez esta hipótesis.

Desde tales planteamientos, se puede entender la importancia de lo que el otro puede aportar, así
como de las expectativas de éste en el vínculo. Fonagy considera el trabajo de J.Sandler un puente
fundamental entre el psicoanálisis y la teoría del apego con las consecuentes implicaciones en el
trabajo como psicoanalistas.

Es desde aportaciones tan fundamentales y otras posteriores, que hoy se ha llegado a un amplio
consenso para entender el proceso terapéutico como un trabajo interpretativo y relacional en la
transferencia que permite una negociación para el reconocimiento y la aceptación mutua entre
paciente y analista.

J. Sandler propone una revisión de estas formas de funcionamiento psíquico en relación a


procesos, tanto estructurantes en el desarrollo como protectores a lo largo de la vida, y que operan
de forma desconocida para el individuo. Partiendo del supuesto básico kleiniano sobre el rol
fundamental que tienen las relaciones con el objeto, considera estos procesos como aquellos que
van a configurar las distintas formas de externalizar e internalizar en un individuo a fin de alcanzar
un grado adaptativo de madurez y equilibrio mental. Redimensiona los distintos mecanismos
ampliando el sentido de los mismos más allá de lo instintivo y de la función defensiva. Nos acerca,
además, a una observación tanto de la construcción del aparato psíquico normal como de la
etiopatología clínica que permite el examen de estados emocionales expresados frecuentemente
en el ámbito intersubjetivo. La vía de lo intrapsíquico a lo interpersonal.

El objetivo último es precisar la significación de la identificación proyectiva con un exhaustivo análisis


de esta compleja conceptualización.

Introducido como concepto en el pensamiento psicoanalítico por M. Klein en 1946, fue


entendido originariamente como defensa en tanto que fantasía de expulsión, pero también como
forma de organización estructural.

Se trata de una específica forma de internalización mediatizada por procesos de proyección e


identificación de valiosísima importancia clínica, que sin embargo, ha sido sometida a una ampliación
gradual del término, a una proliferación desconcertante ( J Sandler).

Se defiende un espacio legítimo para la identificación proyectiva, abogando por una vuelta al
sentido kleiniano originario que le asigna cualidad de proceso intrapsíquico por el cual, parte del self
se proyecta dentro del objeto, identificándose con el objeto así modificado. Lo que lo define
y diferencia es justo esta doble modificación a nivel de representación interna del self y del objeto.

Revisaremos formulaciones concretas del psicoanálisis clásico que hacen una aproximación útil a
efectos descriptivos para la exploración, el diagnóstico y el trabajo terapéutico de la identificación
proyectiva a partir de los conceptos básicos de internalización y externalización, y de los múltiples
términos que tendrían que ver con ambos: incorporación, introyección, identificación, proyección.

Internalización

J. Sandler se refiere a cualquier forma de asimilación: incorporación, introyección, identificación.

Freud lo utilizó a propósito de dos procesos conexos e íntimamente ligados a la constitución del
Superyó: la internalización de prohibiciones y normas, y la internalización de la agresión en tanto
que volver hacia uno mismo los impulsos agresivos.

También a propósito de la asimilación de un estimulo externo y la consecuente percepción de


peligro interno.

Atribuye a la internalización gran importancia cuando describe las autoacusaciones en forma de


ataques rencorosos de los depresivos psicóticos en procesos de duelo (Duelo y melancolía, 1917).
El objeto libidinal externo perdido se internaliza para mantener viva la catexia objetal que ya no es
posible en el mundo exterior. Dichos ataques van en realidad dirigidos al objeto internalizado que se
confunde con el propio self (“la sombra del objeto cayó sobre el yo” Freud). Los auto-reproches irían
en realidad dirigidos al objeto amado perdido.

H. Hartmann (1939) entiende la internalización como parte del proceso de individuación por el cual
el individuo hace propio lo que inicialmente fue una conducta como reacción directa a una
estimulación ambiental. Es gracias a este proceso de independización del exterior que se desarrolla
el pensamiento, el Superyó y los sistemas de dominio del peligro interno.

Para J. Sandler la internalización, tal y como la define Hartmann, habrá que diferenciarla de las
actividades cognoscitivas y perceptivas del desarrollo del niño.

H. Loewald (1962) distingue internalización primaria o establecimiento de la frontera entre self y


objeto, de internalización secundaria que sigue a dicha distinción y que tiene que ver con procesos
subsiguientes de asimilación.

D. Rapaport (1967) reserva la internalización para procesos que afectan a las representaciones
mentales y considera formas de asimilación que proveen de configuración estructural psíquica a la
incorporación, identificación e introyección.

Recordemos, aunque no lo recoge J. Sandler, la acertada precisión de Bowlby cuando habla de la


relación causal entre la internalización en la infancia de problemas y experiencias de la vida real,
que van a dar lugar en la vida adulta a atribuciones y percepciones erróneas y que no son, por
tanto, consecuencia de la proyección, la introyección o la fantasía. Lo que Anna Freud llamó
conflicto internalizado (asimilación de un conflicto externo) distinguiéndolo de los conflictos internos
entre deseos pulsionales opuestos

Incorporación

Se trataría de una forma de internalización cuyo interés en la actualidad radica en la discusión de si


todas las identificaciones se pueden considerar derivadas de fantasías de incorporación.

Freud introduce el término en 1915 al revisar su escrito “Tres ensayos para una teoría de la
sexualidad” y al hablar de la las organizaciones pregenitales de la vida sexual siendo la primera de
ellas la etapa oral o canibálica y en la que la actividad sexual está fundida con la nutrición pues el
único fin es incorporar el objeto. Después lo utiliza en” Duelo y melancolía” para referirse al primer
modelo de identificación o prototipo de procesos de identificación posteriores. Se refiere pues a
un modo de identificación primordial previa a toda diferenciación y alude a la meta de la pulsión oral.

Para Abraham también todas las formas de internalización se pueden considerar derivadas de
impulsos orales de incorporación.

La terminología kleiniana se refiere a incorporación oral e incluiría tanto el sentido de asimilación oral
como con cualquier forma de internalización. Otros autores se dividen entre los defensores de
restringirlo a la oralidad (J. Sandler) o que incluya el deseo o fantasía de incorporación (Meissner).

Para otros, la incorporación estaría asociada a fantasías de fusión y de destrucción de


objeto (Fenichel, Searles, Guntrip).

Introyección
Se trata de un término que se emplea de forma generalizada en la terminología psicoanalítica para
referirse a cualquier forma de internalización incluida la identificación.

Fue Ferenczi quien lo utilizó por primera vez en su texto “Transferencia e introyección” (1909)
comparándolo por simetría con la proyección paranoica a través de la cual el individuo se desprende
de los contenidos persecutorios. En la introyección neurótica, por el contrario, el displacer tiende a
calmarse haciendo entrar en el yo la mayor parte posible del mundo exterior y que se constituye en
fantasías inconscientes. A través de un investimento excesivo de ciertos objetos, se produce una
fusión entre los objetos amados y el ego. Por eso escribe Ferenczi "el ego del neurótico está
patológicamente dilatado, mientras que el del paranoico sufre una contracción". Se trata de un
proceso que va de dentro afuera del psiquismo, pues es en realidad, una apropiación de las
representaciones investidas de las cuales el objeto es portador.

Freud lo opone también a la proyección e incorpora el término en su teoría sobre la melancolía en


referencia a la internalización como introyección del objeto perdido y para explicar la constitución de
la instancia superyoica cuando el niño introyecta la autoridad del padre al final de la etapa edípica.
Pero utilizó introyección e identificación indistintamente en ambos casos.

J. Sandler habla de introyecto como sinónimo de objeto interno. La introyección permite pues asimilar
perceptualmente el mundo, hacerse de objetos internos que regularicen y resulten una presencia
tranquilizadora, e internalizar los objetos parentales, distorsionados o modificados por proyección,
para constituir el Superyó. La distinción fundamental con la identificación sería que mientras ésta da
lugar a modificaciones de la representación del Yo, en la introyección el mundo interno del individuo
se hace con una suerte de acompañantes fantasmales (introyecto) que siguen siendo externos a la
representación del self. En un segundo tiempo podrá identificarse o no con estos introyectos (por
ejemplo, adoptar una postura moral superyoica)

Identificación

Laplanche define la identificación como un proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un
aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de
éste, pudiendo determinar aspectos de la personalidad.

Freud habló de identificación histérica y de identificación en los sueños. Describió inicialmente la


identificación en relación a la histeria, a la sexualidad, a la formación de síntomas y a las diferentes
estructuras clínicas. Utilizó por primera vez el término en 1896 en la carta 58 a W. Fliess en relación
al síntoma de la agorafobia (sería el resultado de la envidia e identificación con las prostitutas de las
calles y como un deseo sexual inconsciente).

Posteriormente, en las cartas 61 y 125 y respecto a las primeras consideraciones sobre la


identificación histérica, la relaciona de nuevo con los miedos a la prostitución y con los miedos a los
deseos sexuales.

Para Freud, la identificación no es una mera imitación histérica sino que expresa un “igual que” a
modo de reivindicación etiológica que permanece en el inconsciente.

En “La interpretación de los sueños” (1900), habla también de identificación como un proceso de
formación de elementos oníricos en relación a la condensación (recordemos que junto al
desplazamiento, son los mecanismos de formación del contenido manifiesto del sueño). Así pues,
en el sueño y por identificación, dos personas quedan asociadas por un rasgo común, por una
relación lógica de semejanza. Se trata de una acepción distinta pues no es el sujeto quien se
identifica con otro en la figuración del sueño, sino que identifica (reconoce) en personas ajenas un
rasgo que les presupone común, apareciendo por condensación, como una sola figura.

Posteriormente con la formulación de la teoría estructural y el creciente interés por el narcisismo, el


concepto de identificación pasó a ser, además de un proceso de formación de síntomas o de
contenidos oníricos, un importante proceso en el desarrollo. Como tal, lo consideró relacionado con
la pulsión oral y por tanto relacionado con la incorporación (siguiendo a Abraham) y a la introyección
(siguiendo a Ferenczi), llegando incluso a utilizar estos términos indistintamente.

Diferenció la identificación ligada a:

- la melancolía, en la que el sujeto se identifica con el objeto perdido por regresión a la relación
objetal de la fase oral.

- la resolución del complejo de Edipo, ya que las catexis sobre los padres son abandonadas y
sustituidas por identificaciones

- un proceso fundamental en la constitución de las instancias psíquicas, aunque no distingue


las identificaciones que contribuyen a la formación del Superyó de las identificaciones que
contribuyen al desarrollo del Yo

- la formación del carácter.

Resumiendo y aunque no existe una sistematización que ordene las modalidades de la identificación
en su obra, recordemos que sí realizó una amplia exposición en el capítulo VII de “Psicología de las
masas y análisis del Yo” distinguiendo básicamente tres funciones de la identificación:

- forma originaria de lazo afectivo con el objeto

- sustitución regresiva de una elección de objeto abandonada o perdida.

- como percepción o reconocimiento de algún elemento en común (por ejemplo, el querer ser
amado) sin ningún interés sexual

J. Sandler propone que si bien la identificación se considera por parte de la maYoría de autores como
mecanismo del desarrollo normal a partir de tendencias orales muy tempranas y como mecanismo
de defensa, merece la pena distinguir entre:

Identificación primaria: aquella que se da antes de que se establezca la frontera entre la


representación del self y del objeto. Se trata según J. Sandler de un estado de identidad o confusión
primaria en el que el bebé no es capaz de diferenciar aspectos representacionales de su self de los
del objeto. En situaciones patológicas se dará en forma de una “des-diferenciación” del self y el
objeto, desdibujándose las llamadas fronteras tal y como sucede en los estados psicóticos
graves (Jacobson, 1964).

J. Sandler describe además una identificación primaria pasajera o confusión pasajera, como
fenómeno normal y omnipresente y a la que Weiss ha llamado identificación por resonancia,base de
la empatía.

En relación a las interacciones transferenciales-contratransferenciales, Sandler define la


“identificación primaria recurrente” como un “eco” en el analista de los sentimientos y la conducta
del paciente. El analista se ve sometido, lo quiera o no, a la presión de responder al contenido
emocional del paciente. Diferente a esta identificación en la contratransferencia, es la idea de
“escucha empática” que utilizó Sandler para considerar la noción kleiniana de enactment (actuación)
contratransferencial. Sandler prefirió llamarlo “respuesta de rol” (1976) del analista o “actualización”
del yo y delimitó la contratransferencia a la concepción neurótica original.

Identificación secundaria: el sujeto encarna en la representación del self atributos del objeto, reales
o fantaseados, sin que se produzca la pérdida de diferenciación self-objeto. Probablemente es el
significado más corriente del término identificación. Además esta identificación secundaria puede
considerarse como el mecanismo que permite el llamado narcisismo secundario según el cual la
admiración, el amor y la estima por el objeto se transfieren al propio self (clásicamente
llamado incorporar el objeto al yo y en la terminología kleiniana sería identificación introyectiva).

Mención aparte merece la Identificación con el agresor de A..Freud (1936), si bien fue Ferenczi el
primero en definirlo en 1930 refiriéndose a los niños que habían sufrido abuso sexual. Lo describe
así:

“La misma ansiedad, sin embargo, si alcanza un cierto máximo, los fuerza a subordinarse como
autómatas a la voluntad del agresor, a adivinar cada uno de sus deseos y gratificarlos;
completamente inconscientes de sí mismos, se identifican con el agresor… A través de la
identificación, o digamos, de la introyección del agresor, éste desaparece como parte de la
realidad externa y se transforma en intra - en lugar de extra- psíquico...

El cambio más importante, producido en la mente del niño por la identificación con el adulto y
motivada por el miedo a la ansiedad, es la introyección de los sentimientos de culpa del adulto
que hace que el juego hasta ahora inocente aparezca como una ofensa castigable”.
(http://www.indepsi.cl/ferenczi/articulos/intro.htm)

Externalización

Resulta realmente difícil establecer criterios específicos que distingan externalización de proyección
en tanto que poner fuera del sujeto algún aspecto del mundo interno. Freud los consideró
indistintamente.

Sandler destaca la externalización en tanto que fenómeno transferencial.

Anna Freud especifica que se trataría de “una subespecie de la transferencia”, pues es un elemento
fundamental en la misma y una valiosa fuente de insight si es interpretada y mantenida al margen
de la transferencia propiamente dicha (relaciones de objeto que se establecen con el analista en
las que el analista es investido de libido o agresión).

En la externalización la persona del analista es utilizada para representar partes de la estructura de


la personalidad del paciente. Así el paciente obsesivo escapa de su ambivalencia a través del
terapeuta, escenificando sus querellas a propósito de los asuntos más triviales. Por tanto
se externalizan conflictos intersistémicos que pasan a ser conflictos con un objeto externo.
Ejemplos serían la externalización del superyó, convirtiendo al otro en figura de autoridad con quien
estar en conflicto, o la del ello, que hace ver la seducción en el otro.

Pero la mayoría de los analistas consideran hoy la transferencia como la investidura del analista no
solo de elementos pulsionales (libido o agresión), sino también de múltiples elementos más, por lo
que resulta difícil la distinción entre externalización en el análisis y transferencia.

Para Sandler es importante diferenciar qué contenido se externaliza en la situación analítica. Si se


trata de un introyecto o representación de un objeto interno del paciente es externalización sobre (o
dentro) el analista. Y sucede entonces en la transferencia lo que denomina como diálogo con el
introyecto (Sandler y Sandler, 1978). Si se trata de un aspecto de la representación del self del
paciente lo externalizado, se considera una proyección.

La escuela kleiniana no se ha ocupado de distinguir si lo externalizado es un contenido u otro, si bien


Racker exploró diferentes formas de contratransferencia (1990):

- la resultante de la identificación concordante, o sea, con el yo y el ello del paciente proyectados

- la complementaria que resulta cuando el terapeuta se identifica con objetos internos


extrernalizados del paciente. En este último caso nos encontraríamos frente a neurosis
contratransferencial, la cual es producto de la neurosis del propio analista, que en la situación
analítica revive sus conflictos estableciendo una transferencia negativa con el paciente.

Novick y Kelly (1970) reservan el término externalización en tanto que se atribuye a otro un aspecto
de la autorepresentación, mientras que el término proyección sólo lo utilizan para referirse a un
derivado de la pulsión.

Si bien no se recoge en la revisión, quizás resulte pertinente mencionar a R. Greeson para


quien la externalización de partes de las instancias psíquicas en la transferencia es una señal de
regresión. Esta regresión se pone de manifiesto según sean:

- aspectos yoicos, expresados como somatizaciones.

- del ello, como agresividad.

- superyoicos, en tanto que sentimientos de vergüenza y / o recriminaciones al creer detectar en


el analista actitudes hostiles, sádicas y críticas.

Recordemos que la transferencia tiene que ver con el desplazamiento, con la externalización/
proyección y con la regresión.

Proyección

Desde la concepción clásica de defensa, la proyección supone una forma de protección del yo según
la cual el sujeto atribuye a otras personas los propios motivos, deseos o emociones. Es una forma
de ocultación involuntaria e inconsciente de la vida psíquica consecuencia de la presión del superyó
que sanciona algo como inapropiado y/o intolerable o que el yo no reconoce como contenido psíquico
propio.

Nos recuerda H. Echegoyen que se salvaguarda así la seguridad del sujeto de forma temporal y a
costa de comportamientos poco adaptados que dificultan la convivencia.

J. Sandler recupera los distintos empleos que Freud hizo de la proyección en tanto que tendencia a
buscar causas externas, o como forma de defenderse de algo intolerable, o bien como un traslado.
Aunque inicialmente lo reconoció como “un mecanismo a los fines de la defensa“, después lo
consideró definitivamente una defensa en sí misma.

Además, Freud atribuyó un papel esencial a la proyección asociada a la introyección en la génesis


de la oposición sujeto-objeto. Se trata de procesos muy primarios relacionados con la oralidad
(ingerir – rechazar).
Respecto a la relación entre etiopatogenia y proyección encontramos múltiples ejemplos en la obra
freudiana:

- paranoia, traslado o desprendimiento de una “representación inconciliable” y que luego volverá


por su cualidad reflexiva al sujeto en forma de reproches (Caso Schreber).

- celos proyectivos, por la proyección del deseo de ser infiel, atribuyendo la infidelidad al otro.

- fobias, como un elemento central en la construcción de las mismas pues se pone en algo real el
peligro pulsional; el control de la angustia interna resulta al ser la percepción amenazante
externa y evitable

- en algunos formas de masoquismo, como una orientación o “vuelta hacia fuera” que dan lugar
a sadismo proyectado.

Freud insistió en el carácter normal del mecanismo de la proyección al referirse al sueño, la religión,
la superstición, el animismo y en la mitología como mecanismo primitivo (“Tótem y tabú “).

Fue Ferenczi quien sugirió el término proyección primaria como forma de diferenciación temprana
entre self / mundo externo y para quien la proyección supone un proceso de asignación de aspectos
displacenteros de una vivencia al exterior (1909).Freud tomaría esta reconceptualización
incorporándola más allá de sus trabajos sobre la paranoia.

Tras Freud el concepto de proyección sigue dos direcciones principales. La primera como defensa,
tal y como se definió más arriba. La segunda se refiere a la concepción kleiniana derivada de las
ideas originales de Ferenczi. Para Klein todos los procesos mentales están íntimamente ligados a
las fantasías tal y como recogen las obras de sus seguidoras Susan Isaacs y Hanna Segal. La
proyección estaría ligada a la fantasía anal de expulsión y consiste en la manera que el yo expele
sus impulsos sádicos al mundo exterior (1930).

Melanie Klein empleó el término proyección en varias acepciones: proyección del objeto interno,
apartamiento del instinto de muerte, externalización de un conflicto interno y proyección de partes
del self (identificación proyectiva).

Algunas consideraciones respecto a la proyección:

J. Sandler entiende que ha de tomarse en un sentido más amplio que el de mecanismo de defensa,
más elástico. Hablaremos de proyección siempre que se dé un desplazamiento del contenido mental
de una representación del self a una representación mental de otra persona, a una representación
objetal (al no-yo). No implica necesariamente que esté ligada a un impulso no deseado ni que sea
reflexiva (que el impulso vuelva a quien lo origina).

El grado y profundidad de la patología asociada al empleo de la proyección dependerá del momento


más o menos temprano en que se considere establecida la diferenciación entre self y objeto.

Según la influencia de la proyección en el objeto (sobre o dentro/ en) y sobre el propio yo, podrá
diferenciarse de la identificación proyectiva tal y como veremos.

Identificación proyectiva

Se trata de un concepto central en la teoría psicoanalítica kleiniana que ha permitido entender tanto
la clínica como los fenómenos transferenciales para los psicoanalistas de cualquier orientación.
M Klein ha sido la analista que antes y más ha enfatizado en el reconocimiento de los procesos de
proyección e identificación en el desarrollo de las relaciones objetales así como su actuación en el
aquí y ahora de la transferencia.

Si para Anna Freud la necesidad de entender las resistencias le llevó al estudio de las defensas,
para Klein fue la presión clínica lo que la impulsó a elaborar su teoría del desarrollo. Es en ésta, en
la que la identificación proyectiva queda vinculada a la posición esquizoparanoide aunque nunca se
consideró un mecanismo privativo de la misma. Se trataría de una identificación considerada de tipo
narcisista pues coloca en el objeto, de una u otra forma, partes del self. Este mecanismo fue descrito
inicialmente vinculado a una relación de objeto agresiva, a las fantasías de ataque e intrusión sádica
contra el cuerpo materno, a fantasías de tipo oral y anal. Se trataría del deseo o necesidad de
expulsar afuera del self aspectos rechazados u odiados y ubicarlos dentro del objeto con el
propósito de dañarlo, de tomar posesión de él, de poder controlarlo.

La consideración de la identificación proyectiva implica un concepto de espacio interno y Klein


entendió este proceso como un vehículo temprano para distinguir el “yo” del “no yo”.

El interés sobre los procesos de internalización y externalización que en el periodo comprendido


entre las dos guerras se suscitó dentro del pensamiento psicoanalítico, había llevado a Melanie Klein
al estudio de pacientes psicóticos en los que estos procesos eran más evidentes. Posteriormente
elaboró su teoría en la que las relaciones objetales se erigían sobre la base de esos mismos
procesos. Dicha teoría, para la cual la fantasía es la expresión mental de los instintos, sostiene sobre
el desarrollo normal, una primera fase o posición esquizoparanoide en la que la ansiedad
predominante es la paranoide y en la que el estado del yo y de sus objetos se caracteriza por la
escisión. Es la escisión la que dará lugar por tanto, a angustias persecutorias y a la idealización.

Predominan además en esta posición, la proyección, la introyección y la identificación


proyectiva, que ayudan a ordenar percepciones y emociones, así como a hacerse de un objeto
ideal frente a un objeto malo. Es en estos primeros meses de la infancia en los que yacen los puntos
de fijación de la psicosis.

Si de la escisión devendrá la posibilidad posterior de reprimir, la identificación proyectiva supone la


forma más temprana de empatía y la manera en la que el yo forma sus primeros símbolos (H. Segal).

Cuando los procesos integradores se hacen más estables porque han predominado las experiencias
buenas, se instala una nueva fase o posición depresiva en la que se reconoce un objeto total. El yo
se identifica con el objeto ideal, se intensifican los procesos de introyección/ identificación y
aparecen mecanismos neuróticos como la inhibición, la represión y el desplazamiento.

Fue a partir del estudio de los fenómenos confusionales y a propósito de cómo interviene la
identificación proyectiva en la génesis de los mismos en tanto que relaciones objetales primitivas,
como se produjo una profundización de la teoría kleiniana de indudable valor clínico. Según los
estudios de Rosendfeld (1946), Klein llegó a considerar los estados confusionales como núcleos
que se presentan normalmente en el pasaje entre las dos posiciones básicas, y que pueden dar lugar
a la formación de múltiples manifestaciones patológicas que irían de la claustrofobia a la
despersonalización o a la psicosis. Así pues, el perturbado juicio de realidad, la pérdida de
diferenciación con el objeto de las psicosis, se debería a un exceso de escisión y proyección de
partes del Yo y de los objetos internos.

Este concepto fue muy importante en el tratamiento de pacientes psicóticos y fronterizos para definir
conceptos posteriores como fragmentación del self o difusión de identidad (Bion, Rosendfeld y Otto
Kernberg).
La identificación proyectiva es siempre un empobrecimiento, y frecuentemente, un incremento del
odio hacia el objeto. Seligman habla de asignación coercitiva de los propios estados mentales
intolerables e imposibles de ser pensados a una otra persona, perdiéndose el reconocimiento de las
diferencias con el otro.

Recordemos que, como fantasía interna reformulada en términos intersubjetivos, la identificación


proyectiva describe un formato procedimental en el nivel más básico de la organización self-objeto,
una particular manera de organizar los sentimientos del self y la intersubjetividad.

También puede implicar aspectos positivos, pero igualmente esto ocasiona empobrecimiento pues
conlleva pérdidas de partes importantes del yo, incremento de la ansiedad persecutoria e idealización
del objeto.

La identificación proyectiva va unida a un proceso de escisión de partes del self y de objetos internos
que serán proyectados dentro del objeto modificándose la representación de si mismo y del otro.
Esta doble y simultánea modificación es la cualidad que diferencia este mecanismo psíquico del
resto.

Hanna Segal (1973), revisando a Klein, se refiere a los “múltiples propósitos” de la identificación
proyectiva: respecto al objeto sería evitar la separación del objeto bueno, controlar el objeto
malo; dominar; apoderarse de capacidades y hacerlas propias. Respecto al self sería proyectar
partes buenas para evitar la separación o ponerlas a salvo de la propia maldad; mejorar al objeto en
lo que sería una primitiva reparación proyectiva; también se pueden proyectar partes malas del self
para liberarse de ellas o para librarse del deseo de atacar o destruir al objeto.

Además, Segal hará referencia a las ansiedades más importantes derivadas de este mecanismo
psíquico. Por un lado, el miedo a que el objeto atacado proyecte sobre uno por retaliación; por otro,
la ansiedad de tener partes de uno aprisionadas y controladas en el objeto.

Por tanto, con la identificación proyectiva, se pueden evitar angustias de separación, por
dependencia, por la pérdida, o por la rabia o la envidia. Pero el coste es elevado, pues se instauran
ansiedades persecutorias intensas, pánico, claustrofobia, etc…

Sandler, contextualizándonos en la amplitud y elasticidad del término, en la adhesión incondicional o


el rechazo más frontal para según qué autores, nos muestra el desarrollo progresivo del concepto en
tres fases desde su introducción:

En un primer momento se consideró que la identificación proyectiva se produce en la fantasía de la


persona. Efectivamente, lo fundamental de lo descrito por Klein de este mecanismo mental es que
se da en la fantasía inconsciente y que implica cambios y desplazamientos en el mundo
representacional interno. El objeto real no se ve afectado pues supone un proceso siempre de
escisión de partes de la representación mental del self y de partes de la representación mental del
objeto. Para Melanie Klein tiene carácter defensivo o adaptativo en el presente, si bien cuando se da
de forma extrema en la infancia puede tener efectos perjudiciales. Para Sandler este cambio en la
representación del self y del objeto no está necesariamente vinculado al impulso de dañar o de
controlar al que se refería Klein y sus repercusiones variaran según sucedan en el aquí y ahora, o
en etapas tempranas.

Una segunda fase en los últimos años, en la que los analistas kleinianos vienen hablando de la
identificación proyectiva como un mecanismo central en la contratransferencia (M Klein nunca la
consideró más que como un estorbo). Refleja, entonces, relaciones objetales infantiles en tanto que
fantasías acerca del analista. De este modo, se pueden detectar, analizándolas, percepciones
distorsionadas desde las que hace sentir al terapeuta estados emocionales o se le hace actuar. Paula
Heimann (1950) contempló la contratransferencia del analista como “un instrumento de
investigación del inconsciente del paciente… parte esencial de la relación analítica, una creación del
paciente, una parte de su personalidad”. En esta misma línea, Racker (1948) liga la respuesta del
analista a la identificación proyectiva y la considera el proceso normal de la contratransferencia pues
es a través de ella como el paciente consigue que el analista se identifique con el objeto con el que
el paciente le identifica.

En una tercera fase, la identificación proyectiva se describe como si la externalización de partes del
self o del objeto interno se produjera directamente en el objeto externo, más allá de la fantasía. Se
trata de una ampliación en relación a los trabajos de Bion (1962,1963) quien describe la metáfora de
continente-contenido. Se trataría de una identificación proyectiva realista, como dice el autor, pues
sería un mecanismo de evacuación de las fantasías y sentimientos malos, para ponerlos dentro del
objeto externo comprensivo que, una vez los haya modificado, permitirá que el niño los reintroyecte
( Bion) como experiencia emocional mitigada. Esta función del objeto externo es la función
de reverie y está en relación con la función de holding de Winnicott.

Conclusiones

Sandler hace una serie de comentarios propios sobre la identificación proyectiva. Así, comenta que,
partiendo de la importancia de la teoría kleiniana sobre desarrollo infantil temprano, las relaciones
objetales y la importancia de todo ello en el posterior funcionamiento adulto, discrepa sin embargo
del hecho de que aceptar la idea de la identificación proyectiva, obligue a aceptar una teoría del
desarrollo en su totalidad. Aceptando la definición keiniana, para Sandler, se trata de un mecanismo
de regulación de los estados emocionales inconscientes separándolo de las fantasías (metáforas en
muchos casos) que Klein y sus seguidores le asociaron. Este mecanismo incluye cambios y
desplazamientos en la representación mental, en la fantasía. Desempeña un papel definitivo tanto
en el desarrollo como en la situación analítica. Ha dado una nueva dimensión a la transferencia, no
pudiendo considerarse ésta una mera repetición, sino un reflejo de fantasías sobre la relación con el
analista. Reflejo creado en el presente por identificación proyectiva y mecanismos parecidos.

Los kleinianos han resaltado siempre el elemento de control de los objetos que la identificación
proyectiva proporciona. Sandler considera que es un aspecto central, una ilusión inconsciente de
estar controlando el aspecto no deseado y proyectado del self. Como un vivir a través de otra
persona, como una renuncia altruista que diría Anna Freud. Pero además la proyección de partes
indeseables, como la culpa por angustias persecutorias internas, consigue poderosos refuerzos
narcisistas al obtener una doble ganancia: identificarse con la parte idealizada del superyó
perseguidor, además de librarse de lo no deseado. Esto supone una fuerte motivación para controlar
al objeto en el que se ha colocado la identificación proyectiva.

Sandler acepta la expresión kleiniana “dentro del objeto” aunque sin que implique invariablemente
que la identificación proyectiva quede vinculada a fantasías de invadir o de entrar. Sí implica un
forzamiento, ya que, en tanto mecanismo de defensa, trata de reducir la ansiedad manteniendo el
aspecto proyectado fuera y resistiéndose en el análisis a volver a aceptarlo como aspecto de la propia
representación.

Para que la identificación proyectiva se dé como defensa es imprescindible que exista una frontera
entre el self y el objeto, de lo contrario la persona no podría sentirse disociada de las partes
escindidas del self. La intensificación de la identificación proyectiva en los estados psicóticos en los
que las fronteras representacionales son tan difíciles de mantener, sería un intento por establecerlas
(la fantasía de un perseguidor implica temporalmente la existencia de una diferenciación yo-no yo),
pues de lo contrario entraría en un pánico desbordante. Sandler es contrario a hablar de la
identificación proyectiva como un mecanismo meramente psicótico y es más bien partidario de hablar
de identificación proyectiva patógena más que patológica.

Sandler discrepa, por tanto, de Klein quien defiende la identificación proyectiva como mecanismo
por el cual se establece la diferenciación self- objeto en la primera infancia. En todo caso sería
aplicable entendiendo que se trata de un mecanismo de diferenciación basado en identificaciones
y desidentificaciones distinto al mecanismo de defensa y que permitiría al bebé salir de un estado
de confusión primaria entre las experiencias del self y del objeto. Es así que podrá acceder a obtener
el control sobre sus estados emocionales.

Se ocupa también Sandler de la dimensión transferencia –contratransferencia en la que sucede una


fantasía relativa al analista a través del mecanismo de la identificación proyectiva y que es además,
una fantasía de deseo que presionará por tanto hacia la gratificación o el cumplimiento. Estas
fantasías transferenciales de deseo tratarán de hacerse reales, de experimentarse como parte de la
realidad y suscitarán una respuesta contratransferencial. Se da por tanto un deseo de respuesta
deseada o imaginada del objeto. En el análisis, el paciente intentará realizar la relación de papeles
inherente al deseo o fantasía inconsciente que en ese momento es dominante en él. Lo intentará de
forma disfrazada o simbólica dentro del marco de la situación analítica. Por tanto el afán de
realización (hacer realidad en los hechos o en la acción) forma parte del aspecto de cumplimiento de
deseos de todas las relaciones objetales. En el análisis, hay una petición de respuesta del analista
(contratransferencia) que refleje el papel asignado en la fantasía de deseo del paciente en ese
momento (identificación complementaria de Racker). Si el analista se identifica con aspectos de la
representación del self significa que en la fantasía del deseo del paciente se ha producido una nueva
identificación proyectiva, un nuevo objeto-analista que contiene los aspectos proyectados del self del
paciente (identificación concordante de Racker ).

Respecto a la función de continente de Bion, Sandler la separa tanto de la teoría del desarrollo
como de la identificación proyectiva, pues la considera un concepto valioso en sí mismo, ya que va
a permitir, como objetivo último del análisis, que el paciente pueda tolerar de manera más segura y
amistosa aspectos de si mismo que antes le resultaban inaceptables. El analista como continente,
es capaz de tolerar la aflicción, la hostilidad y el amor. Tolera las fantasías y sentimientos del
paciente para después devolvérselas a éste en forma de interpretaciones en un contexto
emocionalmente adecuado y que le permita aceptar las partes que consideró peligrosas o
amenazadoras.

Conocer los mecanismos de defensa, proyecciones y externalizaciones que se producen en la


fantasía inconsciente por identificación proyectiva, interpretar el conflicto y los afectos dolorosos
asociados, potenciando un acercamiento consciente a lo que el individuo es en realidad, será el
objetivo. Y será posible a través de la exploración del mundo interno, de los temas recurrentes y
centrales de su inconsciente actual y remitiéndolo al pasado de forma pertinente.

Respecto a la relación entre identificación proyectiva y empatía, Sandler nos remite a un trabajo con
W.G. Joffe del año 1967. El estado de confusión primaria entre el self y el objeto (denominado
identificación primaria por Freud y adualismo por Piaget) persiste en forma modificada y
momentánea durante toda la vida y puede facilitar la base de la capacidad de empatía. Será la
función yoica de desidentificación, un acto mental que se repite una y otra vez, lo que
restablecerá las fronteras entre el self y el objeto (no serian fronteras estáticas una vez
establecidas). A lo largo de la vida se dará una persistencia momentánea del estado primario de
confusión cada vez que se percibe un objeto o se evoca su representación, lo que suministra la base
de los sentimientos de empatía. Este estado primario que Sandler denomina como estado
genéticamente temprano que persiste, convive con los procesos posteriores de identificación
secundaria y proyección que sí requieren de estos límites entre self y objeto a lo largo de la vida.
Bibliografía

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Pruebas psicológicas

TEMA 1

INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN DE TÉCNICAS PROYECTIVAS

 INTRODUCCIÓN

Las técnicas proyectivas son técnicas de recogida de información. Principalmente han sido muy útiles en el ámbito
dinámico, surgen desde el modelo psicodinámico y este es el que las soporta. En un primer momento se desarrollan
con el objetivo de analizar el mundo inconsciente del sujeto, pero cada vez se utilizan más para valorar el mundo
cognitivo del sujeto (cómo piensa), las utilizan diferentes modelos y se aplican en diversos campos de la psicología.

Estás técnicas fueron un exponente de la forma de evaluar de los psicólogos desde 1950 a la década de los 80's.
Entre 1970-80 surgen críticas pues estás técnicas se consideran instrumentos que no están validados y que no
cumplían las garantías científicas necesarias. Las técnicas proyectivas no se pueden validar con la teoría clásica
de los test pues buscan la ley individual (ideográfica), cómo es el sujeto en concreto.
En la actualidad se ve que hay que buscar nuevas formas de validar las técnicas para que se ajusten a sus objetivos.
Aún así los dinámicos las siguen utilizando y existe evidencia empírica de que se utilizan cada vez más (p.e. es la
3ª técnica más utilizada en España).

Se han desarrollado más de 500 técnicas proyectivas, de las cuales unas 100 aproximadamente con garantías
mínimas de cómo aplicarlas e interpretarlas, pero a veces son poco conocidas y mal utilizadas. Un 20 % de técnicas
se utilizan en la evaluación de la personalidad, dan idea de lo peculiar del sujeto que en otras técnicas no se obtiene.

 DEFINICIÓN DE TÉCNICAS PROYECTIVAS

Lindzey (psicodinámico). Son aquellos instrumentos considerados especialmente sensibles para rebelar aspectos
inconscientes de la conducta, los cuales permiten provocar una amplia variedad de respuestas subjetivas. Son
altamente multidimensionales y evocadores de datos inusualmente ricos. Con un mínimo conocimiento del sujeto
evaluado (no sabe el objetivo, fin del test por lo que es más difícil el falseamiento de la información). Este material
estimular es ambiguo, su interpretación es global. Es estas técnicas todas las respuestas son válidas, no hay
respuestas óptimas.

Cattell (diferencialista). Son test del dinamismo, test objetivo de percepción errónea a través de los cuales se
pretende sondear la dinámica de la personalidad o procesos cognitivos del sujeto. También reflejan procesos
inconscientes a través del registro más exacto de las respuestas que nos da el sujeto, que guardan relación con
esos procesos internos.

Fiske (cognitivo). Técnicas de evaluación del mundo cognitivo del sujeto, que pueden servir de indicadores para el
diagnóstico o para la descripción del sujeto (es una buena técnica de valoración de variables cognitivas).

Las definiciones hechas desde diferentes los modelos coinciden en:

 Con estás técnicas se puede evaluara el mundo interno del sujeto.

 Es un material con un mínimo de estructuración y que provoca respuestas muy creativas del sujeto.

El desacuerdo se da en cómo interpretarlas las técnicas proyectivas y el propio título (qué significa proyección).

 QUÉ SIGNIFICA PROYECCIÓN

La proyección tendrá que ver con cómo se utiliza:

Freud introduce la palabra proyección en el ámbito clínico como mecanismo de defensa patológico que le servía
al sujeto para enfrentar la ansiedad y la culpa que estaban debajo de los trastornos paranoides (proyectan en otros
sus propios problemas), se daba solo en pacientes clínicos, luego vio que en otros también se daba. Por lo tanto,
supuso que era un mecanismo de defensa no patológico, que las percepciones internas provocaban por procesos
ideacionales o emocionales que no somos capaces de asumir como propios por lo que los ponemos en otros. Son
procesos inconscientes para liberar de la carga que nos provoca esas emociones o ideas.

Se valoran como percepciones sensoriales y a veces son utilizadas para evaluar el mundo externo del sujeto. Para
los psicodinámicos en un proceso de defensa bajo el dominio del principio del placer, esa información del yo le
llega a través de las percepciones sensoriales externas. Por lo tanto, en las técnicas proyectivas sacaríamos fuera,
viendo en lo externo lo que tenemos dentro a través de las respuestas que damos a los estímulos que nos
presentan.

La crítica que le hacen los humanistas y cognitivos a está postura es que el sujeto tendría que liberar la tensión,
pero a veces la aumenta y pueden llegar a ser conciente de la información que da.
Algunos autores analizan también desde el punto de vista de la proyección en arquitectura, que es la reproducción
de una forma tridimensional (personalidad) en una forma bidimensional (técnicas proyectivas).

Rappaport considera que la proyección es como una película, donde todo el film (la trama) representa la
personalidad del sujeto, el proyector son las técnicas proyectivas y los cuadros vistos en la pantalla, cada cuadro
sería cada respuesta del sujeto.

Otros autores más integrales como Bell, proponen que proyección viene de la raíz latina que significa hacia delante,
por lo que está es la acción que implica la técnica proyectiva: manifestar su mundo interno lanzándolo hacia fuera,
externalizar la variable personalizar (interna). La técnica proyectiva es un catalizador que provoca la acción de
lanzar hacia fuera.

Por otra parte, Anderson cree que las técnicas proyectivas no solo es lanzar hacia fuera algo propio (algo que ya
tengo) sino que también están implicados procesos mentales internos, proceso por medio del cual ha llegado a dar
esa respuesta, por ello es necesario analizar el contenido y la estructura. Hay que analizar también ese proceso
interno que se está desarrollando en el sujeto cuando estoy aplicando las técnicas.

Murray propone que también es peculiar porque existe una falsa percepción, la interpretación y el significado que
le damos al estímulo, por tanto estamos poniendo parte de nosotros mismos.

El término proyección no tiene un único significado y varios autores proponen que no es adecuado de hablar de
técnicas proyectivas sino de técnicas preceptúales.

 ALGUNOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Se fundamentan en las teorías de la personalidad, surgen por la necesidad clínica y otros ámbitos de conocimiento
al sujeto, para valorar de forma global y personal cómo cada uno es (ideográfico, valorar la personalidad). No hay
una única teoría de personalidad a la base para conceptuar las técnicas proyectivas, a pesar de eso existen
supuestos básicos comunes desde los diferentes modelos:

 Partimos de que el sujeto cuenta con una estructura básica y estable de personalidad (los situacionistas
más ortodoxos no utilizan está técnica) aunque hay un dinamismo. Esa estructura está integrada por diferentes
dimensiones que están organizadas y esa organización es ideográfica, diferente para cada uno de los sujetos. Por
tanto, las respuestas que da el sujeto permiten acercarnos al sujeto, conocerlo de forma profunda pero todos los
autores consideran que los sujetos son cambiantes, que hay un proceso dinámico, estructura estable pero la
organización interna es la que cambia pues está organizada de una forma particular y teniendo en cuenta diferentes
variables (biológicas, psicológicas, físicas, sociales).

 La organización de esa estructura de personalidad hace necesarios diferentes niveles de profundidad en


su análisis y hay una diferencia clara entre el estado transitorio del sujeto y las características peculiares del sujeto:
nivel transitorio y nivel estable. Qué características son más difíciles de modificar y cuáles son más fáciles, somos
resistentes a modificar hábitos emocionales mientras que el comportamiento más superficial es el que normalmente
más fácil se puede cambiar. Está información se utiliza en el diagnóstico, evaluación e intervención.

 Las técnicas evalúan la personalidad y se manifiesta por un comportamiento pero el comportamiento es


funcional y que refleja de forma integral, teniendo en cuenta todo lo que somos, la situación del sujeto que se
evalúa. Nuestro comportamiento es un intento de adaptación entre las demandas externas e internas, lo mejor
posible. El comportamiento es funcional y adaptativo

Por tanto, si ese comportamiento se interrelaciona de forma integral, yo conozco a esa persona y puedo predecir
cómo se va a manifestar ese comportamiento. En psicometría mido para poder comparar y predecir, cuantitativo, y
en las técnicas proyectivas analizó lo peculiar de la persona respecto a las respuestas que da y ese enfoque me
permite predecir en base a los elementos estables de la personalidad, cualitativo.
 Toda respuesta ante el material proyectivo no es casualidad sino que es significativa y son signo de la
personalidad de ese sujeto. Una de las técnicas que detecta mejor los cambios terapéuticos es el Rorschach
pues da lo más estable y lo más inestable, porque aunque los elementos de la personalidad son profundos también
analiza la forma, la manifestación. Todas las respuestas son significativas.

 Cuanto más ambiguos y próximos al sujeto sean los estímulos que se presentan, más son capaces de
reflejar su personalidad (pero que el sujeto los puedo interpretar). Rorschach se preocupó por está técnica pues
creía que la asociación libre servía para unos y para otros no, unos sujetos se bloqueaban eran incapaces de seguir
hablando de sí mismos, por ejemplo una persona con un nivel cultural bajo tiene grandes dificultades de
comunicación. Tiro manchas de tinta en hojas y le decía al sujeto qué ves ahí, esto le permite al sujeto estructurar
y darle significado a cosas que no tenían significado, le permite hablar de sí mismos.

 El sujeto no es consciente de la relación tan estrecha entre sus respuestas y su mundo interno. Por eso
muchas veces se dice que son enmascaradas y poco voluntarias. Evalúa la globalidad del sujeto (inteligencia,
personalidad, estados emocionales). Por lo tanto, como todas las respuestas son válidas y significativas, y se
establece la relación entre sus respuestas y el mundo interno, el falseamiento de la información es muy bajo, las
respuestas son veraces. Por ello cuando las personas que están entrenadas para aplicar el Rorschach se invalida
la prueba. Lo que no tiene que saber el sujeto es la relación entre las respuestas y los procesos internos, se le
puede aplicar varias veces la prueba.

 Cada sujeto puede dar un número y tipo de respuestas diferentes a otro. Por eso el análisis de las
respuestas es fundamentalmente cualitativo, global e ideográfico. Esto es un problema para validar las técnicas,
por ser cualitativo.

 Todos los autores que trabajan estas técnicas consideran que la respuesta refleja la propia individualidad de
la persona que estamos evaluando (lo que le es propio, significativo). Por eso buscamos en las técnicas
respuestas peculiares y no equivalentes, y en base a la peculiaridad se diferencian los sujetos entre sí (técnicas
proyectivas: los sujetos se diferencian entre sí por la peculiaridad de la respuesta no como en psicometría que es
más cuantitativa).

Características de las técnicas proyectivas:

 Lograr penetrar en la personalidad individual, acercarnos a ella y entenderla.

 Métodos globalistas no atomistas (psicometría), no pretende evaluar una característica puntual sino la persona
como algo global.

 Suponen que el sujeto organiza sus respuestas en función de su propio mundo interno (historia personal).
Por tanto, las respuestas organizadas entorno a su motivación, ideas, percepción, actitudes, ideas, etc.

 Trata la peculiaridad de las respuestas, por eso toda respuesta es significativa y válida.

 El tipo de datos que arrojan es complejo e están interconectados, esto nos dificulta la labor de cuantificar y
validar de forma tradicional (psicométrica).

 La codificación e interpretación no se logra puntuando ítem a ítem, de cada pregunta sino que es una puntuación
total (global) no puntuaciones independientes. Nos interesa la relación de los resultados, nos da una totalidad.

 FUENTES DE LOS PRINCIPIOS BÁSICOS

Aunque las técnicas proyectivas tienen un origen psicodinámico han sido influenciadas también por otros modelos,
por eso veremos cuáles han sido y cómo han influido en ellas:

 Psicodinámico:
Aquí se destacan los aportes de Freud y otros. Tres aspectos importantes:

 Concepto de inconsciente y su poder motivacional sobre la conducta de cada uno.

 Análisis del contenido latente, a través de las respuestas del sujeto yo puedo conocer su mundo interno. Detrás de cada
respuesta hay toda una significación.

 Recalcó la importancia de la relación entre paciente y terapeuta, estás técnicas no tendrían el mismo intacto si fuera
aplicada de forma colectiva (por eso la mayoría de técnicas proyectivas se aplican individualmente). Influye la persona
que aplica la técnica (cercanía, empatía, sexo, etc.).

 Gestalt:

Ponen el acento mucho más en que el sujeto es una totalidad y estas técnicas nos permiten llegar a la totalidad
de la persona, ha influido en que sigan interpretándose las técnicas de forma global no atomista.

Köhler y Kafka han estudiado los proceso perceptuales involucrados en las técnicas proyectivas, cada proceso es
individual y único por eso no pueden haber respuestas comunes. Globalidad que las respuestas de un individuo
están organizadas dentro de un patrón general, inferimos el todo a partir de las respuestas que manifiesta el sujeto.

La motivación es importante en las técnicas proyectivas. La motivaciñón es interna aunque este presionada por el
ambiente. Nos comportamos de una forma determinada porque estamos motivados para ello. La motivación es
personal.

 Psiquiatría clínica:

Pone de manifiesto:

 Considera que hay una serie de factores biológicos-fisiológicos en la persona.

 La importancia que tiene saber distinguir claramente de forma cualitativa los comportamientos
clínicos (patológicos) de los no clínicos. Las técnicas proyectivas surgen del ámbito clínico para diagnosticar la
existencia o no de patología.

 Antropología cultural:

Influye haciendo hincapié en la importancia de los aspectos sociales y culturales de la personalidad, que se
estructura bajo esa influencia y con el impacto de las condiciones sociales sobre la personalidad individual (no solo
grupal), nos hacen ser de una manera determinada.

 Teoría del Aprendizaje:

Han contribuido especialmente los cognitivos. Dos aspectos importantes:

 Concepto de premio-castigo (refuerzo) como fuerza motivacional, se tiene muy en cuenta en las técnicas proyectivas.

 La formación de hábitos emocionales (Hull, Auld). Por ejemplo, ante ciertos olores, imágenes, música... se evoca una
emoción determinada.

 TIPOS DE TÉCNICAS PROYECTIVAS

Rocío Fernández Ballesteros las clasifica en cinco grupos:


 Técnicas proyectivas estructurales:

Son aquellas técnicas que tienen un material visual (estímulos visuales) pero tiene poca estructuración, es ambiguo.
El sujeto tiene que responder a lo que ve en ese material, estructurar en base a ese material su respuesta. Bajo
está hipótesis el sujeto va intentar poner una estructura y un significado a ese material inestructurado que tiene en
su entorno, y esa imposición de la estructura refleja cómo es la personalidad del sujeto. Por eso, cuanto más
ambiguo es el estímulo es mejor, para que el sujeto pueda estructurar desde su propia perspectiva, experiencia.

Al mismo tiempo permite una cierta estandarización en la manera de manejar o presentar las técnicas. También
permite estructurar la manera de utilizar, aplicar e interpretar la prueba, por eso unos profesionales han utilizado el
Rorschach incluso como instrumento de medición, es más fácil de cuantificar que otro tipo de cuantificar (p.e. Test
Teta de Sulliver).

 Técnicas proyectivas temáticas:

También conllevan material estimular visual más o menos estructurado pero no son tan neutrales (como el
Rorschach), tienen una temática (p.e. TAT, son más láminas de fotos o dibujos, por lo tanto no es un estímulo
totalmente inestructurado tiene significado).

Pretenden que el sujeto basado en los estímulos visuales verbalice (respuesta verbal) acerca del relato que está
sucediendo en esa imagen, que haga un relato completo. El sujeto se enfrenta a una tarea de estructuración, donde
la imagen no es clara, la tiene que analizar e interpretar el sujeto. Por tanto va estar implicado el comportamiento,
memoria, lenguaje, etc. del sujeto.

Permite evaluar funciones oréticas y cognitivas (ideación, cómo narra el sujeto). Por ejemplo el test de pata negra,
para niños pequeños, compuesto por una familia de cerditos que hacen diferentes actividades y el niño tiene que
narra lo que sucede. Son temáticos.

Aplicados en el ámbito jurídico están el test de Szondi, 48 fotografías de rostros distribuidas en series, se le pide al
sujeto que de cada serie elija la que más le guste y la que menos. Test de frustración de Rosenzweig.

 Técnicas proyectivas expresivas o gráficas:

Carecen de un material estimular visual o táctil, lo que le pedimos al sujeto que realice se lo pedimos con una
consigna escrita o verbal, y en base a esa consigna (es el único estímulo que se le da) realiza una respuesta, se
expresa gráficamente y ese dibujo refleja no solo sus adquisiciones evolutivas madurativas (destrezas) sino también
el desarrollo de su propia percepción, personalidad (p.e. test del árbol, de la familia, de la figura humana, garabateo,
dactilopintura)

Influyen las habilidades expresivas-perceptivas del sujeto. Estás técnicas no son nada potentes como forma de
evaluación de habilidades intelectuales, son mejores para maduración (esquema corporal, maduración concreta...).

Se considera que esas formas de expresión gráfica representan el modo en que nosotros nos comportamos,
percibimos y cómo somos, personalidad. Son técnicas muy interesantes, fáciles de aplicar, baratas pero necesitan
un mayor aporte empírico para comprobar su eficacia y utilizarlas de forma más estandarizada (se han devaluado
por su mal uso).

 Técnicas proyectivas constructivas:

La tarea de estos test consiste en estructurar y organizar en el espacio los elementos que se le presentan al sujeto
en la prueba (p.e. test del pueblo, se utiliza poco y cuenta con una gran cantidad de elementos para construir una
aldea). Se utilizan muy poco porque es difícil interpretar de forma global toda la información que se obtiene.
Nos permiten conocer el mundo relacional del sujeto, cómo se mueve, aspectos afectivos e intelectuales (ponen
en práctica sus destrezas). Son caras, se necesita mucho tiempo de aplicación y es difícil de interpretar.

 Técnicas proyectivas asociativas:

Conllevan también una consigna verbal o escrita y el sujeto tiene que manifestar verbalmente y es por asociación.
Por ejemplo, lista de palabras de Jung, el sujeto dice una palabra que se le viene a la mente cuando le digo casa,
se asocia a cada estímulo una palabra. Asociación de frases incompletas, completar una frase (me encuentro a
gusto en...), fábulas de Düs (completar un relato), test de cuentos infantiles (compuesto por los cuentos clásicos y
se le pide al niño que le de un final feliz y uno triste).

 Técnicas proyectivas referidas al movimiento:

Sirven para diagnosticar y tratar: Test miokinético de Mira, dibujar con los ojos cerrados con el propósito de ver la
exactitud de sus movimientos; test guestáltico vasomotor de Bender, el sujeto debe reproducir las láminas que se
le muestran y test visual de Ellis, ver un estímulo y luego recordarlo y dibujarlo.

 Técnicas proyectivas de juegos y dramatización:

Psicodrama, test del mundo, juego de roles, etc.

 PROBLEMAS PLANTEADOS EN LA VALIDACIÓN DE TÉCNICAS PROYECTIVAS

 Carecen de las garantías científicas, se han validado pocas técnicas. Algunas se han validado en situación clínica
y con métodos clínicos (cualitativa) y esto choca con la metodología psicométrica (cuantitativa). Es muy difícil llegar
a un acuerdo.

Si se han validado en el ámbito clínico, los clínicos las admiten como válidas pero desde el punto de vista
psicométrico estás técnicas tendrían solo validez de apariencia. Sin embargo, los clínicos dicen que demostrando
su validez clínica no necesitan más, es decir, una validez empírica.

 Los datos que arrojan son cualitativos y como son técnicas que se adaptan a cada sujeto, un protocolo puede
ser diferente de otro o al ser aplicadas estás técnicas en dos momentos diferentes a un mismo sujeto puede dar
diferentes respuestas y diferente número de respuestas. Todo ello dificulta la estandarización de la forma de medir.

 Tratan de ser muy globales, la personalidad como un todo, por lo que encontrar criterios externos que validen
esto es muy difícil, tendríamos que buscar criterios para cada nivel de la personalidad, pero la estaríamos
atomizando y esto iría en contra de los principios de las técnicas proyectivas.

 No hay un supuesto teórico básico para validar las técnicas proyectivas, por ejemplo, no hay una única teoría
que trabaje el Rorschach.

 Derivado de lo anterior, no hay una única teoría y no hay una única manera de aplicar el test. Tampoco hay una
estandarización para clasificar, analizar e interpretarlas. Una alternativa sería hacer una valoración parcial de las
técnicas desde un marco teórico concreto.

 La propia situación de exploración, influye muchísimo la relación entre paciente y terapeuta, por lo que está ya
es un elemento subjetivo (entrenamiento, género del evaluador...)

 La dificultad para operativizar las variables que están implicadas, ¿cómo se manifiestan? pues son variables
abstractas (cualidades, atributos, características psicológicas) que conllevan un nivel de abstracción muy elevado.
Para poder operativizar están variables, primero habría que definirlas y estás generalmente están definidas de
forma lógica no operativa.
 El dilema más importante es cómo integrar los dos puntos de vista, tan diferentes, clínico y experimental. Es
necesario un acercamiento de ambas posturas porque no se puede validar con una postura ortodoxa.

Utilizar validaciones parciales de elementos de cada una de las técnicas, de manera que se puedan integrar de
forma global. Tenemos que utilizar criterios parciales para validar los aspectos que dice el Rorschach y utilizar la
estadística no paramétrica. También es necesario llegar a acuerdos teóricos básicos en la forma de aplicar,
interpretar y valorar las técnicas proyectivas para llegar a unos criterios comunes de validación. Y hacer un esfuerzo
por definir operativamente los conceptos a la base de las técnicas.

Rocío Fernández Ballesteros propone una forma de validar las técnicas proyectivas:

Las técnicas proyectivas son valiosas como procedimientos que permiten la descripción y clasificación del
comportamiento de un sujeto, siempre y cuando tipifiquemos exhaustivamente el material, la consigna y la forma
de aplicación (p.e. usar el mismo material). Que utilicemos procedimientos de valoración mínimamente acordados
(p.e. corregir el test de la misma forma). Que planteemos validaciones parciales y que en base a ellas podamos
utilizar criterios independientes al test, y que tendamos a hallar la validez de constructo de estás técnicas, aunque
sea de forma parcial.

TEMA 2

EL TEST DE RORSCHACH

El test fue creado por Hermann Rorschach (1884-1922), médico psiquiatra nacido en Zurich. Psicodinámico que
siguió las teorías de Jung y Freud, apasionado por la pintura. Para ayudar a sus pacientes a hablar usaba la
asociación libre, pero se dio cuenta que las personas con niveles socioculturales más bajos tenían dificultades para
expresarse verbalmente por lo que empezó a utilizar manchas de pintura como estímulos para sus pacientes y vio
que la pintura abstracta les motivaba a hablar. En 1918 se hicieron las primeras placas de las que surgió el test,
son manchas simétricas (folio doblado a la mitad), son 10 láminas rectangulares de 18,5 x 25cm.

 PROCEDIMIENTO DE APLICACIÓN

 El examinador debe conocer la prueba antes de la aplicación. Debe ser aplicada en un ambiente de tranquilidad,
cómodo (luminoso y sin ruido). Organizar previamente el material: ordenar las láminas desde la 10 a la 1 boca
abajo y en la posición original, tener papel, bolígrafos, cronómetro o reloj con segundero, hojas donde anotar las
respuestas del sujeto... todo ello colocado en un sitio alcanzable a nosotros no al sujeto. Las láminas deben estar
limpias, no se pueden plastificar porque se pierden la textura y los detalles.

 La evaluación no debería ser nunca cara a cara. No se debe aplicar en la primera sesión pues crea la prueba en
sí crea tensión (exceptuando cuando se aplique en la selección de personal). Antes que llegue el sujeto hay que
preparar que estén dos sillas juntas (el psicólogo es el que se cambia de lugar), el sujeto se sienta a la izquierda
del psicólogo si este es diestro y a la derecha del psicólogo se coloca la mesa con el material.

 ¿Cómo se prepara al sujeto?, antes del día de la aplicación del Rorschach se supone que ya se ha preparado
para cualquier tipo de test, no exclusivamente del Rorschach. Se le dice que la posición de las sillas es diferente
porque la tarea que se va a realizar es diferente. Si el sujeto conoce el Rorschach o ya se le ha aplicado, se le
pregunta: cuáles son sus expectativas, cuándo se lo aplicaron, por qué... y eliminamos las ideas erróneas que este
tenga (p.e. que no es un test de creatividad sino que es perceptivo, por lo tanto tiene que decirnos lo que ve y no
la asociación que hace con otras cosas).

La instrucción que se le da es: ¿qué podría ser esto? o ¿qué ve ud. aquí?, no utilizar frases parecidas (p.e. qué le
recuerda esto). ¿Imaginación?, dígame lo que ve.

 ¿Puedo darle la vuelta?, ¿puedo hacer lo que quiera?, ¿tengo que ver toda la lámina?, puede hacer lo que prefiera.
 ¿Cuántas respuestas tengo que dar?, normalmente la gente ve más de una cosa.

 ¿Qué tengo que ver aquí?, las personas ven toda clase de cosas.

 Si el sujeto pide más explicaciones se le dice que primero termine el test y que luego hablarán de ello.

 Si el sujeto en la primera lámina le cuesta mucho dar respuestas o solo da una, se le puede decir que tome más tiempo
y que trate de ver algo más, que no hay prisa. Algunos autores lo llaman “choque al inicio de la prueba”, si ante la 1ª
lámina no da ninguna respuesta o le cuesta dar una, solo en este caso hay que intentar apoyar al sujeto, si hay un intento
de rechazo hay que reconducirlo para que el sujeto tenga una comprensión adecuada. Cuando esto suceda en otras
láminas (no en la 1ª) se denomina intento de rechazo, siempre hay que motivar al sujeto, decirle que no hay prisa, que
se tome su tiempo, hay que tranquilizarlo y si aún así devuelve la lámina (después de varios minutos), se anota como
un fracaso en la lámina.

También puede ser que no haya entendido lo que tiene que hacer

 Si da muchas respuestas a la 1ª lámina (p.e. 6 respuestas), se le dice “si quieres pasamos a la siguiente porque son
muchas”.

 Forma de anotación.

Cada respuesta debe ser tomada literalmente, se pueden utilizar abreviaturas, hay que escribir rápido. A veces el sujeto
se puede poner nervioso y por lo tanto, hablar muy rápido, cuando esto suceda: por favor, me repites... el evaluador le
lee las últimas palabras que ha anotado y se le pide si puede hablar más despacio, solo en este caso se puede parar al
sujeto cuando está hablando.

Cada autor elabora una hoja para recoger las respuestas a su manera.

 La aplicación del test tiene dos fases: asociación libre y la encuesta.

 Asociación libre:

Se hace lo explicado anteriormente con las 10 láminas. Le damos una a una las láminas, cuando devuelve la que tiene
se le da la siguiente, las debe observar a la altura de sus ojos. El evaluador debe tomar el tiempo de reacción, desde que
le doy la lámina hasta que dice la primera respuesta significativa, cuando estructurada y da significado al estímulo; se
anota la respuesta y los comentarios complementarios que diga se escriben entre paréntesis (p.e. que feo, y esos
colores...). Hay que dejar que el sujeto hable, no interrumpirlo, no darle pautas de respuesta y anotar sus respuestas
literalmente.

 Encuesta:

Por ejemplo, se le dice “tú me has dicho que aquí habías visto una cara, explícame dónde la ves, descríbela...” Si da
nuevas respuesta también se anotan en la encuesta, no en el primer protocolo (asociación libre). Es importante ver
dónde y cómo da la respuesta el sujeto para aclarar al profesional de dónde y de qué manera ha dado la respuesta.

Cuando se le pregunta esto al sujeto se tiene la lámina delante y el evaluador le lee la respuesta que el sujeto dio en la
asociación libre, ser poco directivos para no generar nueva respuestas en el sujeto. Generalmente se le pide esto al
sujeto siempre, aunque a veces en la primera fase nos pueda señalar claramente donde ha visto la respuesta.

Es importante saber en que parte de la lámina el sujeto localiza su respuesta, si tiene o no color, en qué elementos se
ha fijado, si la respuesta corresponde a un detalle o a toda la lámina. Así, la respuesta puede ser influida por la forma y
el color de la lámina.
 La forma de introducir la encuesta es “me interesa mucho saber cómo ud. lo ve y por lo tanto vamos a hacer un repaso
de las láminas...” El sujeto al ver que el evaluador está preocupado por ver lo que él ha visto, se lo señala y da detalles
de la respuesta, que no son nuevas respuestas, forma parte de la respuesta original. El profesional debe cuidarse de no
influir verbal o gesticularmente en el sujeto, debe anotar la respuesta que le da aunque el psicólogo no vea la respuesta.
Lo importante es ¿cómo ha estructurado el sujeto la respuesta?

 Algunos autores proponen que al final se le pregunte al sujeto cuál es la lámina que más le ha gustado y la que menos,
pues esto nos puede dar algunas pautas complementarias.

 Localización y calidad evolutiva:

 Determinantes:

 Calidad formal:

 Contenidos y respuestas populares:

 Actividad organizativa:

 Fenómenos especiales:

 Resumen estructural:

 Interpretación de los datos:

TEMA 3

TÉCNICAS GRÁFICAS

Entre las técnicas gráficas utilizadas más frecuentemente están el test de la figura humana, de la familia y del árbol,
aunque también existen otras que se aplican mucho como el garabateo (niños pequeños) o la grafología), que se
aplicarán según la edad.

Las técnicas gráficas, son todas aquellas que se basan en la expresión gráfica del sujeto (letra, dibujo, garabato).
Algunos autores también incluyen las técnicas de dáctilopintura donde se analizan los trazos, tonos, figuras, etc.

Todas estás técnicas tienen en cuenta que nosotros cuando hacemos un dibujo o una letra representamos en esa grafía
lo que nosotros somos, manifestamos aspectos internos nuestros. El sujeto no solo expresa su personalidad, sino toda
la evolución que ha tenido (cultura, aprendizaje, ambiente, relaciones sociales). Aunque todas son técnicas que evalúan
la personalidad, unas lo hacen mejor.

Análisis de elementos estructurales:

Aspectos comunes a valorar en las técnicas gráficas:

 Espacio. Cómo distribuye el sujeto el espacio. Las técnicas se deben aplicar dándole a la persona un folio en blanco
del mismo tamaño y en posición vertical, y un lápiz blanco No. 2. Es mejor no utilizar colores porque van a borrar el
trazo y queremos ver la fuerza, dirección, grosor del trazo... ni tampoco borrador porque no nos permite ver las
distorsiones del dibujo, es decir, las rectificaciones que hace.

o Arriba, elementos de fantasías, mundo de las ideas, metas, de lo espiritual y trascendente (cielo).
o Abajo, es lo productivo, realista, las raíces, la actividad (la tierra).

o Izquierda, aspectos pasados e introspección (análisis de uno mismo). Refleja cierta pasividad.

o Derecha, expansión, miras hacia el futuro y tiene que ver con la actividad.

Pensamiento activo
Pasividad
Planifico idealmente
Primeras experiencias, pasado Pulsión, motivación, acción

Vuelve continuamente a experiencias pasadas Motivación que nos mueve a actuar Acción
o Tamaño. Refleja la relación del sujeto con su entorno. Ese tamaño incluso es diferente en la medida que
utilizamos de forma diferente el espacio. El tamaño siempre se analiza con respecto al espacio disponible.

El tamaño promedio de la figura humanas es de 18 cm. o 2/3 del espacio disponible en el caso de la figura
humana y el árbol, pero en el dibujo de la familia hay que analizar cómo el suejto ubica a los elementos de la
familia, la figura más importante generalmente tiene más espacio y se suele poner al centro y alrededor de ella
el resto de la familia (también puede que la dibujen 1º). Está figura está aislada porque tiene más importancia
pero también significa que pone una distancia emocional con ella.

Es importante saber el orden en que se dibuja cada elemento. Por ejemplo, en la figura humana generalmente
se empieza de la cabeza a los pies, si dibuja solo la cabeza o un busto (la cabeza es el primer contacto con el
exterior, ahí está el mundo de las ideas y el raciocinio), estos sujetos separan el mundo afectivo del intelectual,
existe un desequilibrio, intentará racionalizarlo todo, no es capaz de asumir sus emociones.

o Intensidad.

o Trazo. Cómo dibuja esa persona: presión (qué tan grueso es), dirección del trazo, ritmo, dirección, hay
continuidad o no (líneas curvas, anguladas o rectas). La presión indica el nivel energético de la persona, si es
fuerte y firme son personas energéticas y ambiciosas, y si es más suave la persona sería más cauta y con un
menor nivel energético. Si la presión es fluctuante (unos fuertes y otros débiles) son personas que hacen
muchos picos, tiene un cierto nivel de inestabilidad.

Al evaluar la dirección del trazo de forma global:

 Si el trazo es más horizontal, son personas tendentes a la fantasía y a la ideación.

 Si el trazo es más vertical, personas más activas con más nivel de determinación, más prácticos y
asertivos.

Un trazo bien determinado, que tiene continuidad, son personas más seguras, perseverantes y que son capaces
de terminar la tarea. Persisten hasta que alcanzan la meta. Mientras que líneas derechas y no interrumpidas
indica personas decididas y rápidas. Líneas más curvas e interrumpidas hechas a un ritmo lento son personas
lentas e indecisas (si las dibujan a ritmo rápido tal vez es un artista). Los trazos cortos y abocetados que no se
deban a un aprendizaje (p.e. clases de pintura) indican altos niveles de ansiedad. También los sombreados
indican ansiedad.

Si hay demarcación del centro, hay elementos de inseguridad (p.e. el cierre del pantalón del hombre
representaría la demarcación del género).

Si la dirección del trazo es hacia arriba son personas más expresivas hacia el exterior, extrovertidas. Mientras
que si el trazo es hacia abajo son personas más introvertidas.
o Simetría o asimetría.

o Perspectiva.

o Apoyos.

o Sombreado. Indican que hay algún conflicto con esa parte, por ejemplo, las personas con sordera adquirida
no dibuja las orejas, los voyeuristas no dibujan los ojos.

o Tachaduras y borrones. Siempre que distorsione, omite, tache o borre hay que valorarlo, también el
sombreado. Indican que hay algún conflicto con esa parte, por ejemplo, las personas con sordera adquirida no
dibuja las orejas, los voyeuristas no dibujan los ojos o personas sin un pie dibujan pies enormes o hacen un
busto.

o Detalles y acabados.

Análisis del contenido:

Dentro de la figura humana habría que analizar la cabeza, cara, ojos, boca, nariz, orejas (los adultos
generalmente no dibujan orejas, si las dibujan y tienen un tamaño normal sería sensible a la crítica social pero
si son muy grandes puede ser una persona con sordera adquirida o con paranoias auditivas. Los niños las
dibujan porque todavía están definiendo su esquema corporal). El pelo, las adolescentes lo adornan mucho y
en las figuras de los adolescentes aparecen perillas, bigotes, mentones, anchos... elementos de diferenciación
de género.

La cabeza en general representa las relaciones sociales, expresa nuestra intelectualidad y ahí se proyectan
nuestras aspiraciones intelectuales y relacionales. También se ve la tendencia al control racional de esas
relaciones. Algunos autores proponen que en la cabeza está el verdadero locus de control de uno mismo. En la
cabeza hay una relación estrecha del mundo de las ideas, la fantasía y también se proyectan las aspiraciones
del sujeto.

Las cabezas grandes son típicas de los niños, porque es la parte del cuerpo que primero asume en su esquema
corporal. Por ejemplo, en la etapa del garabateo, lo que primero dibuja son círculos. En sus primeros dibujos
las cabezas son más grandes pero es por su proceso madurativo. La primera cabeza que dibuja es la de su
madre. Por ejemplo, en el dibujo de la familia si dibuja a sus hermanos con cabezas grandes o como caricaturas
reflejaría una rivalidad entre ellos.

Los brazos hacia fuera serían el contacto hacia el exterior y los brazos pegados al cuerpo, lo contrario. Una
persona detallista dibuja los botones de los puños, las cintas de los zapatos...

Los elementos de contacto social son las manos (contacto físico) y la cabeza (contacto visual). Si no hay manos
o están distorsionadas (sin proporción) habría una inhibición.

3.1 TEST DE LA FIGURA HUMANA:

Evalúa el desarrollo normal del niño y de su esquema corporal, incluyendo el desarrollo de sus habilidades
intelectuales. En adultos no valoramos el desarrollo de habilidades intelectuales, porque aunque están sigan
desarrollándose, se mantienen bastante estables después de los 18 años, además a esta edad ya se tiene el
esquema corporal. En los adultos sí se evalúa cómo este asume su rol psicosocial y psicosexual, cómo se está
manifestado en su entorno, cómo asume su propio rol y el de otro género. Esto nos va a reflejar aspectos
globales de la personalidad de la persona y de cómo asume su rol. Lo importante es valorar cómo lo ha dibujado
no si es bonito o no. Pasos a seguir:

o Se le da un folio en blanco en posición vertical y un lápiz blando No. 2.


o Se le da la instrucción al sujeto: “Por favor, dibújame una figura humana/persona. Si está a gusto dibujando se
le pide cuando termine este dibujo que realice un 2º dibujo del género contrario al que ha dibujado previamente.

o Se le pide que haga un relato acerca de cada dibujo. Si vemos que le cuesta hacer esto, se le realizan algunas
preguntas generales para ayudarle.

Si al realizar el primer dibujo el sujeto está tenso, después de que termine se le pide que haga el relato de ese
dibujo. Luego se le pide que realice el 2º dibujo y su respectivo relato.

¿Cómo se distribuye espacialmente la figura?

¿Cómo es el trazo? (ritmo, fuerza, etc.)

Análisis de cada elemento de la figura: cabeza, hombros, cuello, cuerpo, vestimenta, pies, manos, ojos, etc. y
luego se hace un análisis global de la figura.

Si se dibuja a las personas reclinada o agachadas Existe un nivel de agotamiento emocional. Si dibujan a la
persona de perfil existe algún tipo de evasión, no te mira, tiene dificultades de contacto, puede ser una evasión
social o del evaluador. Si la dibuja de frente hay un contacto directo con los demás. Si dibujan la figura humana
típica de palitos sería una forma de evasión, no quiere ser evaluado por lo que hay que esperar para que la
dibuje después.

Generalmente dibujan a las personas vestidas, si dibuja figuras desnudas y no son estudiantes de Bellas Artes,
sería una forma de oposición consciente y abierta. La vestimenta es la imagen social, lo que nos cubre, nos
adornamos a través de ella, por ejemplo, los adolescentes visten a la figura humana y las chicas le ponen
muchos detalles, más en el pelo porque es la parte sensual.

Los adolescentes no dibujan desnudos porque se oponen de forma automática a los de más, no los hacen de
forma consciente, además al mismo tiempo tienen una gran deseabilidad social. Si dibujarán desnudos sería
un indicador de problemas adaptativos.

Si dibuja la figura de frente y los pies hacia un lado, estará tratando de darle movimiento a la figura pero sería
un movimiento estereotipado, no real. Es un movimiento forzado, algo pasa para que no pueda darle
movimiento. Los brazos también dan movimiento. El movimiento viene dado por todo el cuerpo, no solo por
los pies.

Si no hay movimiento (figura estática y rígida), sería un indicador de alteración cognitiva. Una rigidez absoluta
es típica de las personas esquizofrénicas, así como una simetría absoluta, por ejemplo si dibujan botones o
rompen de alguna forma a la figura por la mitad, a veces tampoco unen la cabeza con el cuerpo. Por ejemplo,
un eje de simetría de botones y un apoyo (suelo) serían indicadores de inseguridad y necesidad de apoyo del
entorno.

Lo normal es dar algún movimiento, si hay mucho indicaría inquietud y preparación para la acción, personas
que actúan que impulsan. Si no hay movimiento indicaría agotamiento emocional, personas más pasivas,
menos energéticas. Si hay poco movimiento sería un bajo nivel energético, tal vez por alguna enfermedad,
serían figuras tumbadas, agachadas o inclinadas.

El movimiento no sólo se da en la figura humana sino también en las otras técnicas gráficas, por ejemplo si el
árbol está inclinado o no, con las ramas y hojas.

La cabeza representa el mundo intelectual, de la cintura al cuello es el mundo emocional y de la cintura hacia
abajo está el simbolismo sexual. Por ejemplo, una persona con grandes aspiraciones profesionales puede
dibujar cabezas más grandes, no proporcionadas al cuerpo.
Generalmente el sujeto dibuja primero una figura de su propio género, sino nos puede indicar que no está a
gusto con su rol o que está poca adaptado a el.

3.2 TEST DE LA FAMILIA:

Valora el papel de los miembros de la familia. Se aplica más en niños que en adultos, en estos últimos hace
referencia a la relación del sujeto con la familia que ha construido o con el ideal de familia que tiene, si no
tiene una propia aún. Se tiene que apuntar el orden en que dibuja cada elemento.

o TEST DEL ÁRBOL:

Evalúa el contacto social y las relaciones interpersonales. Pasos a seguir:

o Darle al sujeto una hoja en blanco y un lápiz blando No. 2.

o Decirle la consigna “Dibújame un árbol, por favor”. Si vemos que el sujeto está a la defensiva se le pide que
no dibuje un pino (Península) o una palmera (Canarias) pues estos árboles están estereotipados; si no le
decimos esto y dibuja uno de estos árboles, se le pide que haga otro.

o Se le pide al sujeto que haga un relato acerca del árbol (cuántos años tiene, de dónde es...). A veces pueden
humanizar al árbol, en especial los niños, pueden contar todo de ellos a través del árbol, por lo que es un medio
de ayudar a expresar de forma diferida sentimientos que tal vez no expresarían de otra forma.

El tronco del árbol es como el tronco de la figura humana. La copa y las ramas del árbol representarían la vida
fantástica y el contacto con el exterior.

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