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Lourdes Yáñez
Dicha práctica se aplicó por primera vez en duraznos al observarse que, ya empacados y
colocados en carros refrigerados para su transporte, el calor de la fruta disminuía tan
lentamente que éstos llegaban al mercado sobremaduros y con pudriciones.
Ante tal situación fue indispensable disponer de métodos más rápidos para abatir el calor de
la fruta antes de su ingreso al almacén o transporte refrigerado. Para ello, se recomienda
eliminar el calor de un producto en grado tal que se alcance la temperatura recomendada
para su transporte en poco tiempo, en un rango que va desde las dos o tres horas, hasta las
24 horas.
Entre los beneficios que otorga a los distribuidores y agricultores es la notable reducción en
la pérdida de humedad y cantidad de refrigeración requerida durante el transporte, con lo
que también disminuye el costo. La aplicación de este proceso es posible través de diversos
métodos:
Transferencia de calor
Durante el enfriamiento de frutas individuales, el calor se mueve del interior a la superficie,
principalmente por conducción; es decir que el calor se transfiere a través de un material
fijo.
El tiempo necesario para enfriar cada una de las especies que se producen difiere, debido a
sus características; por ejemplo, en los cítricos, la piel o cáscara posee mayor cantidad de
espacios de aire, esto implica menor conductividad térmica que las vesículas de jugo.
Como en los distintos métodos que existen, se tendrán que considerar algunos factores. En
el caso del preenfriamiento por aire, habrá de evaluarse la humedad relativa del aire, su
flujo y velocidad, y la temperatura. Además, se tendrán que conocer las características del
empaque y el tipo de estibamiento a someter.
Para lograr con éxito la misión del preenfriamiento se requiere estibar de tal forma que el
aire circule alrededor del empaque. Éste debe tener aperturas para garantizar el contacto
directo entre la fruta y el aire. Por ejemplo, con un 5 por ciento de aperturas en la superficie
total del empaque de manzana se reduce el tiempo de enfriamiento en 25 por ciento.
Si se opta por usar túneles de preenfriamiento, se tendrán que exponer los empaques sin
tapa a una corriente de aire que circule a gran velocidad; por ejemplo, para un empaque de
6 kilogramos de cereza, se necesitará una corriente de aire de 3 mil 200 pies por minuto y
15 minutos de tiempo de enfriamiento.
Es importante contemplar que como en este sistema se desplazan volúmenes muy grandes
de aire en corto tiempo los costos son elevados. Se ha encontrado que, en el caso de los
cítricos, el enfriamiento es más rápido en los sitios de mayor turbulencia que en aquellos
donde el aire circula a mayor velocidad.
En el caso de productos con tasas de respiración altas, este método presenta un efecto
residual. Desde el punto de vista de eficiencia en el consumo de energía del enfriamiento
con hielo, medio kilogramo puede enfriar cerca de 1.5 kilogramos de producto y reducir la
temperatura de 29 a 5 grados centígrados.
Mientras tanto, el calor necesario para la fusión del hielo es cedido por el producto y el
agua liberada lo mantiene fresco. Este método se encuentra limitado a productos que
toleran el contacto con el hielo, como el melón Cantaloupe, pero es una alternativa bastante
viable.
El inconveniente de tal técnica es que resulta costosa y laboriosa, además de poco popular
por el peso de los recipientes empacados con hielo y por el agua que constantemente
escurre.
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Aplicaciones. Las hortalizas con alta relación superficie / peso y que liberan agua
rápidamente se adaptan mejor al preenfriamiento por vacío
Las hortalizas con alta relación superficie / peso y que liberan agua rápidamente, como
hortalizas de hoja, se adaptan mejor a este método. En algunas ocasiones también es
utilizado para enfriar apio, algunas variedades de maíz dulce o ejotes, zanahorias y chile
pimiento. En los dos últimos se utiliza para conseguir un secado superficial y del
pedúnculo, respectivamente, y para inhibir el desarrollo de pudriciones poscosecha.
Una de sus ventajas es que se pueden enfriar rápidamente productos ya empacados e
incluso envueltos en diversas películas, a condición de que éstas permitan el transporte del
vapor del agua.
Una presión de 4.58 milímetros de mercurio reduce el punto de ebullición del agua desde
100 hasta 0 grados centígrados. El agua pasa, entonces, de fase líquida a vapor y la energía
que requiere para su evaporación la toma del producto.
El vapor de agua producido deberá, entonces, eliminarse tan rápido como se produzca si se
desea alcanzar una presión igual a 4.58 milímetros de mercurio y un punto de ebullición del
agua a 0 grados centígrados. La ventaja de este método es que proporciona un rápido y
uniforme enfriamiento.
Sin embargo, para aplicarlo habrá que considerar que únicamente funciona para productos
con una gran superficie, como los vegetales de hoja, particularmente lechuga, cuya relación
superficie / masa es muy grande y ofrece poca resistencia al movimiento del agua. La
lechuga es el vegetal más común enfriado por este método.
Sea cual sea la técnica que se elija, lo más importante es determinar cuál es el mecanismo
ideal para el producto y ubicar los límites de tiempo y costo; sobre todo, saber cuál es el
mecanismo óptimo con el propósito de tener un producto de calidad.
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María de Lourdes Yáñez López
Bióloga por la Universidad Autónoma Metropolitana. Cuenta con una maestría en Ciencias
de los Alimentos por la Universidad de Arkansas, campus Fayetteville, y una maestría en
Fisiología Poscosecha por la Escuela Nacional de Fruticultura (CONAFRUT). Además,
cuenta con un doctorado en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma
Metropolitana.
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