Año 6 Revista Institucional de la

Revista Institucional de la defensa pública de la ciudad autónoma de buenos aires . año 6. número 9 - Septiembre 2016
Defensor General ISSN 1853-5828
Defensa Pública
NÚMERO 9
Dr. Horacio Corti
Septiembre
DE 2016
Defensora General Adjunta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Fuero Contencioso Administrativo y Tributario
Dra. Graciela Elena Christe

Defensor General Adjunto

Penal, Contravencional y de Faltas
Dr. Luis Esteban Duacastella Arbizu

Derecho a la ciudad
Derechos culturales,
Cultura del derecho.
Revista Institucional de la ISSN 1853-5828

Defensa Pública
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Publicación propiedad del Ministerio Público de

la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, República Argentina. Edificio Dr. Arturo
Enrique Sampay, México 890 (1097) CABA.

El contenido y las opiniones vertidas en cada uno

de los artículos son de exclusiva responsabilidad
de sus autores.
Discusiones
sobre el Derecho
a la Ciudad y
las políticas
urbanas _
Capítulo
01
Enfoques para
la integración
social y urbana

_
Capítulo
02
Análisis y
experiencias
en el proceso
de construcción
de ciudad

_
Capítulo
03
Aportes desde
la perspectiva
internacional

_
Capítulo
04
 Integración y color: el macromural
de la Colonia Palmitas, México.

Colectivo Germen: “Cuando llegamos, las casas tenían terminados crudos y rayones del territorio de
pandillas. Por eso nos instalamos a vivir aquí en Palmitas. Porque lo importante
“El color es magia. es poder hacer arreglos con los vecinos, involucrarlos y socializar el proyecto.”

Todos somos color.

El color nos protege
todos los días.”
 Revista Institucional de la DEFENSA pÚBLICA
El nuevo muralismo mexicano3
Germen es una organización especializada
en formas alternativas de comunicación, como el
graffiti, el muralismo, la investigación social y la
documentación audiovisual. Desde hace más de
trece años sus integrantes trabajan impulsando
una nueva forma de hacer muralismo, que busca
fortalecer las prácticas socioculturales y regene-
rar el tejido social a través de la construcción y
reinterpretación del ciudadano actual.
Con estrategias de participación e integra-
ción de la comunidad, talleres y charlas, los
proyectos que desarrollan buscan generar sen-
tido de pertenencia, fortalecer la convivencia y
crear patrimonio cultural. Se fomenta la par-
ticipación en la gente, para que se apropien y
transformen el espacio urbano.
El arte público es entendido como una herra-
mienta para el cambio social y la transformación
personal, y un instrumento capaz de fomentar un
diálogo humano en los lugares más inhóspitos.
Por ello, las intervenciones se construyen como
un catalizador que inspire al espectador a trabajar
en equipo y lo incentive a contar sus experiencias.
El espacio público como escenario
El respeto al espacio público es la esencia
para transformarlo. El paisaje urbano vierte
millones de posibilidades de interacción e in-
novación artística. Por ello, Germen entiende el
espacio público como el escenario de la interac-
ción social cotidiana, que debe cumplir funcio-
nes educativas, potencializadoras, materiales y
3- Entrevista al Colectivo Germen realizada en noviembre
de 2015 por el Programa n°3, del MPD, Hábitat, Derecho
a la Ciudad y Abordaje Territorial en la CABA.
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entrevista
tangibles, donde el fin sea satisfacer las necesi-
dades de desarrollo colectivo más allá de lo in-
dividual y económico.
Su trabajo es una ofrenda artística para las ciu-
dades. Mediante colores, formas, texturas y técnicas
mixtas comparten su forma de hacer y entender el
arte. Buscan refuncionalizar el espacio público, ha-
ciéndolo más útil para quienes lo habitan. Un lugar
que eduque, motive, ayude, aporte y germine una
nueva relación de los ciudadanos con su entorno y
las expresiones que ahí convergen.
“Pachuca se pinta”
7 meses pintando, 209 casas,
425 familias, 19.500 litros de pintura
y más de 220 tonos de color.
En el año 2014, el Gobierno de México con-
vocó al Colectivo Germen para la realización del
programa “Pachuca se pinta”, como parte de
un plan de trabajo de reconstrucción del tejido
social y reducción de factores de riesgos relacio-
nados con la violencia y delincuencia a través de
Entrevista a Colectivo Germen 5
actividades artísticas y culturales.
Durante quince meses los muralistas traba-
- ¿Por qué Germen?
jaron con los habitantes de la Colonia Palmitas
para desarrollar un macromural de 20 mil me-
Germen es un microorganismo que busca otros microorganismos para
tros cuadrados, el más grande de Latinoamérica.
hacer simbiosis y potenciar la vida. En Germen nos vemos como un in-
La intervención se realizó en cuatro etapas: so-
dividuo, como una parte del todo que es funcional. Germen es un ger-
cialización, blanco, ritual del color y murales in-
minador de personas, de sociedades. Es poder colaborar entre todos
ternos. En el proceso se pintaron 209 casas con
para poder llegar a un objetivo comunal mayor. La idea fue el transfor-
la participación de 1800 habitantes de las 452
mar una idea de pensar en individual, como lo hacemos generalmente
familias que allí residen.4
como sociedad. Y a raíz de eso se ha perdido mucho la identidad del
nosotros. Y cuando una comunidad deja de pensar en el nosotros y piensa
4-El proyecto brindó oportunidades laborales y diversas
capacitaciones a los jóvenes de la colonia. Según los datos
oficiales del gobierno de México, a partir de este programa 5- El Colectivo Germen está integrado por: Jonatan Méndez González (Ene), Enrique Gómez
los índices de delincuencia disminuyeron un 35%, cuatro (Mibe); Irving Trejo (Zero), Fernando Herrerías García, Uriel del Rio Prianti, Roberto
veces más que en otras zonas del país. Hernández Pérez, Jorge Encarnación Martínez.
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 Revista Institucional de la DEFENSA pÚBLICA
en individual se empiezan a romper muchas cosas, a desunir muchas
partes. Y no existe la simbiosis. Entonces cuando logras esa simbiosis,
entre comunidad, artistas y gobierno, se crea, se potencializa. Dejamos
fértil la tierra para poder ahí insertar cosas y hacer que crezcan.
- ¿Cómo surgió el colectivo?
Nacimos en 2012, en Guadalajara. Un amigo común nos invitó a pintar
una pista de patinaje. Pero si bien Germen nace ahí, nos conocemos de an-
tes. Tenemos años ya trabajando juntos y haciendo grafittis. Antes era más
común entre grafitteros reunirse en ciertos lugares. Así nos conocíamos.
- ¿Graffitti es lo mismo que muralismo?
Para nosotros es lo mismo. La técnica puede cambiar, y también puede
ser el estilo. Pero el muralismo se puede hacer con aerosol. También
hay muchas cosas que un tipo de muralismo tiene y otro tipo de no. Los
consensos, por ejemplo. Al día de hoy ¡cuántos proyectos existen que
dicen van a hacer muralismo y están bien fragmentados!
- ¿Y ese es un consenso entre artistas o entre artistas y la gente?
Lo que hay que entender primero es que nosotros venimos del graffitti.
No nos sentimos especiales. Nos sabemos igual que las demás perso-
nas. Entonces al hacer graffitti, todo es escuchado y tomado en cuenta.
Desde el que pasa y te grita “píntate las nalgas”, hasta la persona que
llega y te dice “wow”. Porque durante todo el proceso de creación de
un graffitti o un mural siempre las voces de alrededor son importantes.
Nosotros no nos apoyamos en un diagnóstico de nadie, sino que cons-
truimos ese diagnóstico. Y lo hacemos a partir de las necesidades que
tenemos como muralistas, que no es la misma necesidad de un investi-
gador en sociales o en urbanismo. Las necesidades de información son
diferentes. Y nuestro trabajo en muralismo tiene que ver con consensos
sociales, con transformación comunitaria, con participación. Entonces
los diagnósticos tienen que ver con eso: qué les gusta, qué no les gusta,
desde el color, la personalidad, las prácticas.
- Contáme un poco el proyecto de Palmitas.
Cuando llegamos, las casas tenían terminados crudos y rayones del te-
rritorio de pandillas. Por eso nos instalamos a vivir aquí en Palmitas.
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ENTREVISTA
Porque lo importante es poder hacer arreglos con los vecinos, involu-
crarlos y socializar el proyecto.
Los proyectos de esta magnitud tienen que ver con una socialización,
casa por casa. Esta es la primera etapa del proceso. Y para hacer una
socialización de 209 casas necesitamos más de seis meses. Para conocer
a todas las personas.
Tú podrías preguntar “¿son familias monoparentales?”, yo preguntaría
“¿ven el canal 7 o ven el 2?”, “¿ven la de las diez o ven las caricaturas?”,
pues eso habla mucho de las personas. Entonces la investigación que se
necesita hacer, el trabajo de socialización y los diagnósticos son enormes.
Para tener la información que se va utilizando en los murales, y decidir,
por ejemplo, aves, felinos, lagartijos, serpientes.
- ¿Eso lo dice la gente mientras ustedes hablan?
Exacto. La gente te cuenta su vida. Y nosotros no venimos a hacer nin-
gún estudio para corroborar ninguna hipótesis. Venimos a hacer una
intervención que va a transformar la vida de todos. Podemos llegar,
transformar y dejar la tierra fértil para cualquier aspecto.
- ¿Entonces vinieron sin ningún proyecto artístico concreto?
Tenemos una estética y una propuesta, por supuesto. Pero sabemos
que podemos mejorar. Entonces llegamos abiertos a encontrar elemen-
tos que nos permitan dar el siguiente paso. Vienes a conocer para saber
quién te va a apoyar a pintar, a armar los diseños, a brindar informa-
ción, o con la coordinación con los vecinos. De a poco eso nos va permi-
tiendo tener un círculo de personas, vecinos de aquí de Palmitas, con
los que empezamos a convivir. Y ellos representan a familias enteras.
- ¿Cómo se recibió el proyecto cuando empezaron a trabajar?
Pues decían que no querían que pintáramos graffitti porque les habían
dicho que graffitti era pintar dragones y serpientes Y les dijimos que no,
que nadie iba a hacer retratos hablados de nadie. Entonces empezamos
a explicar, en reuniones y luego en sus casas.
- ¿Cuánta gente se vio afectada por el proyecto?
Habitantes como 1800. Son 209 casas, de familias monoparentales la
mayoría.
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 Revista Institucional de la DEFENSA pÚBLICA

- Pero siempre hay alguien que no se entera, o que puede cerrarte la

puerta…
¡Es que te cierran la puerta! Tú les tocas y les dices “buenas tardes”,
y si no te abren la puerta pues encontrarás otra forma. Y cuando no,
te haces a un lado y al final del día queda en ellos el deseo de que les
pintemos. Y depende del orgullo de cada vecino. Ya tenemos doscien-
tas casas y solo nueve no quisieron. Pero también vemos que cuando
empezamos a pintar es la misma gente la que se interesa en mejorar su
propia casa.

- ¿Cómo fue el proceso? “Nuestro trabajo tiene que ver con

Luego de la etapa de socialización, comenzamos con la etapa del blanco. consensos sociales, con transformación
Y utilizamos el blanco porque hemos visto que el blanco también tiene
un poder como color: es la luz básica. Llegamos a un acuerdo común
entre los vecinos para estar todos nosotros y todo el cerro de blanco. Para
comunitaria y con participación”
evidenciar que el cerro empieza a transformarse. Es como un ritual, en el
que desprendes del “yo” y te pintas de blanco. No eres nadie, eres igual
a todos. Y entonces empiezas a trabajar.
Aquí en la etapa del blanco ya los vecinos con más confianza se dejan
tomar fotos. Y ya empiezan a formar parte de la histórica fotográfica
del proyecto. Porque al principio no dejan que le tomes fotos a sus
hijos. ¡Ni a sus casas! ¡Casi nos corren los primeros días que vinimos a
tomar fotos!
Durante este proceso también se hicieron las investigaciones históricas
y arquitectónicas. Y se completó la sistematización del trabajo. Y así es
como el cerro quedó blanco mucho tiempo, ¡como un mes y medio!

- ¿Y después?
Después del blanco entra el espíritu del cerro a limpiar el lugar. Es
la representación de la identidad mexicana que llega a proteger. Y el
espíritu del cerro lo que simboliza es eso: el color que llega a la colonia.
Nosotros llevamos todo a través de un ritual cultural artístico.
Después de que entra el espíritu del color, entra el color en la actividad
de los vecinos. Pero hasta el momento todo está blanco. Entonces hici-
mos un taller de Globos de Cantoya (aerostáticos), en la que participó
la comunidad. Y se lanzan globos con los mejores deseos para que el
color ayude a la integración de los vecinos. Ese es el espíritu del color.

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 Revista Institucional de la DEFENSA pÚBLICA

- ¿Cómo es esa relación entre el color y la integración?

Es pensar el color como un lenguaje al inconsciente, que te crea una
personalidad o una actitud dependiendo de los colores que te rodean.
Todo te lleva a la personalidad que portas. Construyes la paleta del
color con un diseño para que la cantidad de colores en ciertas zonas
permita que el estado de ánimo te cambie, o para que sientas diferente
la temperatura. Busca crear un ambiente que te envuelva. Por eso las
casas están pintadas por todos lados.

- ¿Cómo fue el proceso de pintar las casas?

En la etapa del color, se pintaron las casas buscando que fueran parte
de un todo y no elementos independientes. Intentamos ilustrar el alma
de Pachuca, la “Bella Airosa”. Por eso las líneas curvas atraviesan cada
casa, como si el viento fuera pintando sobre ellas.
Y después empezamos a trabajar en los murales dentro de la colonia,
que no se ven desde fuera. Estos murales internos cuentan la historia,
las costumbres y la vida en las calles de Palmitas.

- ¿Y cómo está el barrio ahora después del mural? ¿Disminuyó la

violencia?
No creo que nosotros seamos la mejor fuente que pueda decirte eso. Sí
los vecinos o los registros que tiene la policía o la secretaria de goberna-
ción. Esos son datos más duros. Pero la mejor manera de evidenciar si
funcionó o no es recorrer el barrio. Y si tú sientes agredido o te sientes
inseguro no sirve. Aunque técnicamente sí, disminuyó el delito.

¿Pero la gente qué dice? ¿Le cambió la vida después del mural?
Sí, mucho.

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 El color es urgente: cuando el color
es más que una decisión estética
Santiago Canción
Docente y artista plástico latinoamericano.
En 2012 crea el colectivo de artistas Metejón
Popular, el cual recibió la declaración de inte-
rés cultural de la Legislatura de la Ciudad de
Buenos Aires. Su obra plástica surge la temá-
tica de la vida en el conventillo, la pobreza,
una mirada profunda sobre latinoamerica.
“El mural es además de una herramienta de expresión artística,(...)
lenguaje colectivo capaz de imprimir sobre las paredes en blanco
la cultura y la identidad popular. El muralismo busca trascender la
individualidad del artista, para crear un colectivo de trabajo capaz
de comunicar ideas, sentimientos, la memoria colectiva, a través del
color y las imágenes.”
 Revista Institucional de la DEFENSA pÚBLICA
Hasta hace no mucho se pensaba al graffiti
fuera de las artes y como una expresión de van-
dalismo. Una presencia extraña que rompía la
simetría de las ciudades con rayones de colores
sin sentido. El ambiente de una ciudad planifi-
cada y a medida contrastan con las estructuras
que tienden a romperse del graffiti. Pero qué
pasa en aquellos lugares donde el aerosol no lle-
ga como tampoco su color estridente, donde la
falta de cloacas es el tono más chillón de todos
sin necesidad de decirlo.
Durante estos últimos años, el graffiti y el arte
urbano fueron ganando lugar en las calles de la
Ciudad de Buenos Aires, y lo hicieron con obras
de gran impacto vehicular en donde el ciudada-
no común era interpelado. Lo monumental del
arte se mezclaba con la aturdida ciudad, en un
espacio que necesitaba una nueva mirada para
renovarse. Sin embargo, esta renovación no lle-
gaba a los barrios del sur, en donde el presu-
puesto de sus habitantes no podía contemplar
lucir un murallón pintado.
Es por esto que hace un tiempo pinto por
aquellos lugares a donde no llega el arte urbano
y el graffiti. Latas a cuestas he estado por los pa-
sillos de la Villa 20, Villa 21, las calles de Parque
Patricios, Pompeya, Barracas, La Boca, Lanús y el
Bajo Flores, y logré traspasar las rejas de Devoto.
En todo este momento el color fue más que una
decisión estética, y rayar una necesidad de expre-
sión cuando la palabra no está habilitada.
Para muchos, hablar en público, tener acceso
a un micrófono, una radio o a la televisión para
expresar parte de su existencia es casi imposi-
ble, las redes sociales en su gran mayoría son
el único espacio, pero tan lleno de ruidos que
no logramos distinguir lo real de lo virtual. La
creación de lo monumental para decir lo senci-
llo es de las acciones más necesarias y actuales.
Pintar en Los Piletones fue una experiencia
única. En sus calles resuenan varias voces con
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historias disímiles, entre ellas, el eco de la inte-
gración urbana se escucha en cada pasillo, en la
falta de estructura barrial, y en la movilización
cotidiana de sus habitantes sorteando el vacío
del Estado.
Al llegar al barrio, y ver que la pared asig-
nada era la principal —en la entrada—1, me di
cuenta de que necesitaba dedicarle tiempo a
la planificación de la obra. Mi idea era poder “Pintar en Los Piletones
replicar lo efímero del arte urbano y el graffiti,
mezclado con el debate del muralismo; y si bien
lo efímero debía ser algo importante en el desa-
fue una experiencia única”
rrollo, no podíamos dejar a las casualidades la
elección de las imágenes.
El mural  es además de una herramienta de
expresión artística, una forma de transformar el
espacio en el que se habita, haciendo del color
y las imágenes un lenguaje colectivo capaz de
imprimir sobre las paredes en blanco la cultu-
ra y la identidad popular. El muralismo busca
trascender la individualidad del artista, para
crear un colectivo de trabajo capaz de comuni-
car ideas, sentimientos, la memoria colectiva, a
través del color y las imágenes.
Durante las dos jornadas que nos llevó la
realización del mural, el barrio estuvo atento.
No pasó inadvertida la reunión de vecinos que
frente a la entrada improvisaban, latas en mano,
un mural, y aun así la decisión de la temática no
llamaba la atención, porque cuando las ausen-
cias gritan el color es urgente.
El final no fue final, varios fuimos los que
sentimos que necesitábamos seguir pintando,
era mucho lo que no cabía en los 30 metros cua-
drados. Pero eso no es malo, simplemente nos
obliga a volver.
1- Hay que tener en cuenta que uno de los principales
problemas de integración de las villas es que solo tienen una
o dos entradas.
Proceso creativo del Mural ubicado en el barrio Los Piletones
 No se trata solo de las viviendas sino
de las condiciones en las que vivimos
Derecho a
una vivienda
digna

Todos tenemos
derecho a vivir
en la Ciudad
“Vivir en una villa surge de una ne- “Nacimos donde nacimos y tene-
cesidad de vivienda. Buscar un es- mos derecho a vivir donde naci-
pacio donde se pueda construir el mos. Yo creo que no hay necesidad
lugar que necesitamos, sin impor- de expulsar a las personas simple-
tar en qué condiciones se encuen- mente porque no den “en la talla”
tra ese espacio. (…) Para nosotros de vivir en la ciudad. La ciudad es
este lugar estaba abandonado y de todos. Todos tenemos derecho a
era un lugar importante para que vivir en la ciudad”.
construir nuestras viviendas. Hoy
por hoy, no se trata sólo de las vi- Marcos – Villa 20
viendas sino de las condiciones.
Trabajar para ir mejorando las con-
diciones donde vivimos”.

Mónica – Los Piletones

 Derecho a la Ciudad significa
tener la posibilidad de acceder a
todo eso que te brinda la ciudad. Derecho a la
Ciudad
“Derecho a la Ciudad sería poder
tener todo lo que pasa en cualquier
barrio. Que llegue la ambulancia a
tiempo, que pueda venir sola. Que si
se te prende fuego la casa, que llegue
el bombero, y que pueda entrar has-
ta la puerta. Tener un hospital cerca.
Que los colectivos pasen cerca, que
no tengas que caminar un montón de
cuadras para ir a tomártelo. Que te
puedas tomar un taxi en esquina de
tu casa. Cosas que acá no ocurren”.
Yo lo vivo como
Nahuel – Villa 20
un compromiso
“Cuando uno vive en una villa, deja
de ser un ciudadano sujeto a dere-
chos. No porque la persona quiera
serlo, sino porque el Estado inter-
viene muy poco en la villa. (…) Yo
lo vivo como un compromiso. Un
privilegio, porque puedo trabajar,
ante la necesidad de los que me
rodean y tratar de hacer algo para
mejorar esa realidad. La lucha es
-como dice la canción- “un mons-
truo grande y pisa fuerte”: tra-
tamos de salir adelante sacando
adelante a los vecinos”.
Marcos – Villa 20
 El plan de urbanización se tiene
que discutir en el barrio
Una villa para ser urbanizada
tiene que ser igual a cualquier
otro barrio de la Ciudad
Urbanización
“Creemos que es fundamental la
participación de los vecinos en las
discusiones de cómo se va a llevar
adelante la urbanización. (…) Por-
que cada vecino tiene una forma de
vivir, una necesidad, tal vez un nego-
cio. En algún momento se van a tener
que abrir calles y si no discutiste pre-
viamente un plan, ¿cómo vas a hacer
para tirar una casa para construir
una calle? No creemos en un plan
de urbanización (…) firmada en un
despacho. Creemos que ese plan se
tiene que discutir acá en el barrio,
justamente para tener en cuenta las
necesidades y las problemáticas que
tienen hoy los vecinos”.
Nahuel – Villa 20
“Una villa para ser urbanizada
tiene que ser igual a cualquier
otro barrio de la ciudad. Tener
igual condición de servicios,
como el agua, la luz, las cloa-
cas, el gas. Tener las escuelas,
el centro de salud. Tener un reco-
rrido de los micros y también la
recolección de residuos. Para no-
sotros eso sería una urbanización
definitiva: tener todos pero todos
los servicios, como lo tiene cual-
quier otro barrio de la ciudad”.
Mónica – Los Piletones
Que la villa se abra hacia
el resto de la Ciudad
Ojalá que seamos reconocidos, no como
un pibe que vive en la villa, sino como
un pibe que vive en la Ciudad
Una Ciudad
inclusiva
“Somos los villeros, los que vivimos en
una villa. Capaz que somos chorros. Si
hubo quilombo, siempre somos nosotros.
Hasta que no nos conocen bien, siempre
cargamos con ese peso. Que aprendemos
a aceptarlo, pero está mal. Siempre pe-
leamos para que esto no exista más. Por-
que acá en la villa no son todos chorros,
no son todos tranzas. Acá la gente se le-
vanta, como en todos lados, a las cuatro
de la mañana a laburar. Los pibes estu-
dian. Nosotros nos sentimos parte de esta
ciudad, que siempre nos excluye. Ojalá
en algún momento seamos reconocidos,
no como un pibe que vive en la villa, sino
como un pibe que vive en la Ciudad de
Buenos Aires”.
Nahuel – Villa 20
Son las cosas que nos harían sentirnos
como parte de la Ciudad. Que un veci-
no (...) que tiene un cumpleaños de un
compañerito del hijo pueda venir a Villa
20, que no se pierda por los pasillos, que
haya calles. Que los medios de transpor-
te puedan pasar por el barrio. Eso sería
que esté integrado a la Ciudad. (...) Es
compartir las mismas posibilidades (…).
Que la villa se abra hacia el resto de la
Ciudad. Hoy estamos encerrados, porque
siempre nos encerraron a nosotros”.
Nahuel – Villa 20
 Integración
urbana
Cuando urbanizaron mi vida
cambió totalmente... la de mis
hijos ni hablar
“Yo tengo una experiencia muy grande,
muy propia, muy personal. Yo vivía acá
en Villa 20 y me dieron estos depar-
tamentos acá en Cruz. La verdad que
mi vida cambió y mis hijos se criaron
en un ambiente mucho más saludable
que el que yo me crié. (…) Cuando ur-
banizaron una pequeña parte de Villa
20, que me dieron estos edificios, la
verdad que mi vida cambió totalmen-
te, y la vida de mis hijos ni hablar”.
Marcelo – Villa 20
Se hace más difícil cuando hay un
Estado que no quiere trabajar codo a
codo con la población
“Todo es difícil, pero se hace más difícil
cuando hay un Estado que no quiere traba-
jar realmente codo a codo con la población.
(…) Por ejemplo, cuando hacen una aper-
tura de calle: una familia que se ha insta-
lado con su propio sacrificio, ha construido
su propia vivienda y le dicen “te tenés que
ir”, y le dan una sola opción. Es muy difícil
porque golpea la sensibilidad (…)del ve-
cino. Y tenés que trabajar (…)con mucha
participación y diálogo para que ese proce-
so no sea tan duro para el mismo barrio.
Aunque vos le vengas a decir “es por el
bien de usted”. Se tiene que trabajar con
mucho respeto y comprensión”.
Mónica – Los Piletones
 La discriminación y la estigmatización
cercenan los derechos
Vivir en una villa es algo muy difícil
y muy estigmatizante. Mucha gente
por usar gorrita sufre
Construir
ciudadanía
“Vivir en una villa es algo muy difícil
para la gente que habita acá (…). Y
muy estigmatizante a la hora de salir
a buscar un trabajo, de circular, con
la vestimenta. Mucha gente por usar
una gorrita sufre. Te vas a Recoleta
con una gorrita y un equipo deportivo
y te para la policía, te aprietan”.
Marcelo – Villa 20
Cuando digo que vivo en Villa 20
primero se sorprenden, porque di-
cen que no tengo un “lenguaje de
villera”. (…) Ahí te das cuenta de
lo pesado de la discriminación y la
estigmatización, porque eso cercena
los derechos. (…) Yo digo, pucha,
loco, todo lo groso de nuestra vida se
resolvería no solamente con la urba-
nización del barrio, sino también con
un cambio cultural ¿no? Tratar de
ejercitar la empatía con el otro.
Lorena – Villa 20