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1
del todo fundadas en la razón, y que incluso, ésta formaba, quizás,
una mínima parte de los instrumentos humanos que formaban la
decisión moral. Algunos autores como Anthony Ashley Cooper Lord
Shaftesbury tanto como Hutcheson apelaban a un sentido moral.
Ambos consideraban que la naturaleza había capacitado al hombre de
un sentido moral para dirigirlo hacia el bien, cuya realización lo
llevaría a la felicidad. Empero Hutcheson distinguía tanto una parte
racional de este sentido moral como una parte meramente emotiva,
considera que el primer componente de dicho sentido moral, la razón,
funge meramente como juez de acuerdo a la conveniencia o
inconveniencia de los actos a los que nos inclinan los sentimientos.
Ya que la razón no nos inclina a actuar si no es por un sentimiento o
inclinación emocional hacia un fin.2
2
Lord Shaftesbury, Characters of Men, manners, Opinions, Times; London, J. Darby,
1732, 3 Vol. Cit. en: Mauri, Margarita, El conocimiento moral, Rialp, Madrid 2005,
pag. 15-37.
2
1) Si la razón fuese el fundamento de la moral, entonces lo moral
tendría que ser un hecho o algún tipo de relaciones, dado que la
razón solo puede juzgar sobre cuestiones de hecho o relaciones;
pero Hume intenta mostrar que no es un hecho:
3
la acción. Esto quiere decir dos cosas: que la bondad o maldad de
algo no es un hecho, y que no vemos o percibimos dicha maldad o
bondad como percibimos el carácter de rojo de la sangre, o la
intensidad de las voces, o el nerviosismo y dolor de la víctima.
Hume argumenta:
[…] pues después de que sean conocidas todas las circunstancias y relaciones,
el entendimiento ya no tiene un campo adicional sobre el que operar ningún
objeto sobre el que pueda emplearse. La aprobación o censura que sobreviene
entonces no puede ser la obra del juicio, sino del corazón; y no es una
afirmación o proposición especulativa, sino una sensación o sentimiento activo.
En las disquisiciones del entendimiento inferimos algo nuevo y desconocido [el
juicio moral] a partir de circunstancias y relaciones conocidas. En las decisiones
morales todas las circunstancias y relaciones deben ser previamente conocidas;
y la mente, a partir de la contemplación del conjunto, siente alguna nueva
impresión de afecto o de disgusto, de estima o de desprecio, de aprobación o de
censura.6
4
de la naturaleza humana, inevitablemente experimentamos a partir de la
percepción de la barbarie o de la traición.7
3) La esfera moral tiene una clara analogía con la esfera del gusto o
experiencia estética: tampoco la belleza es una propiedad que se
incluya en los objetos mismos; es cierto que en la belleza son
importantes las relaciones, por ejemplo la belleza clásica parece
que depende de la proporción, relación y posición de las partes;
pero no por ello la percepción de la belleza consiste en la
percepción de dichas relaciones. La belleza no es una cualidad de
las cosas sino el efecto que ellas producen sobre la mente,
susceptible de recibir tales sentimientos. Ni los sentidos ni el
razonamiento es capaz de captar el carácter estético de las cosas.
Y lo mismo ocurre, dice Hume en la esfera moral:
7
Ibíd., p.423
5
El crimen o la inmoralidad no son un hecho particular o una relación que puede
ser objeto del entendimiento, sino que surge por entero del sentimiento de
desaprobación, que, debido a la estructura de la naturaleza humana, sentimos
inevitablemente al aprehender la barbarie o la traición.
1) La esfera de la razón:
8
Ibíd, p. 422
6
• está a la base del conocimiento del mundo, de la
verdad y la falsedad;
• no es motivo de la acción.
• da placer o dolor;
7
Hume podría ser el antecedente directo de la percepción sentimental,
empero, las investigaciones de este pensador descansan en la idea
de que todo este sentimiento se encuentra anclado en la naturaleza
humana, por lo tanto adolece de una explicación de circulo in
probando, puesto que en tiempo de Hume, como ahora, recurrir a una
explicación “natural” presenta las dificultades que desde tiempos de
Sócrates al presente han sido objeto de polémica. A este respecto la
investigación scheleriana tiene unas bases cimentadas en el empleo
de un método, del que hablaremos más adelante, que tiene
precedentes y fundamentación sólida. Sin embargo, ha sido necesario
incluir a Hume en la presente investigación, por la validez y soltura de
su argumentación basada sobre todo en el distintivo contraste
realizado sobre la diferenciación y clarificación de los objetos de la
razón en oposición a los objetos de la estética y el gusto, en los
cuales incluye al sentimiento. Esta investigación es a la vez una
complementación, como se considera que lo hizo Max Scheler a los
descubrimientos de Hume, puesto que si bien se considera que la
percepción sentimental ha sido un enorme avance para comprender
la forma en que conocemos y actuamos en el aspecto moral, las
investigaciones posteriores a Scheler pueden complementar este
desvelo fenomenológico.
8
cognitivo conciente; sino que se fundan más bien y con evidencia
fenoménica en las emociones. A este principio fundamental de los
valores le llama “percibir sentimental”.9 Scheler clasifica los valores
en reales, ideales y absolutos. El valor absoluto tiene relación tanto,
con una intuición intelectual sensible, como con una percepción
emocional que, sin embargo, es propio de la esencia de los valores el
estar dados en un percibir sentimental de algo, no quiere decir
tampoco que los valores existen únicamente en la medida en que son
sentidos o pueden ser sentidos. El hecho fenomenológico es que, en
la percepción sentimental de un valor, está dado este mismo valor
con distinción de su sentirlo, así la desaparición del percibir
sentimental no suprime el ser del valor. Ejemplifica la separación del
mero percibir sentimental del valor mismo cuando dice que intuimos
que algo es valioso pero que, a pesar de nuestro conocimiento de que
esto o aquello es valioso, no nos mueve a realizar actos en función de
la valía que podemos percibir de eso que consideramos valioso. A
continuación se expondrán los argumentos sobre los cuales sostiene
Scheler su teoría de que el valor real se funda en una percepción
sentimental.
… ha habido un prejuicio dentro de la filosofía y, dentro del sentido común, dicho error
ha consistido en escindir la razón de la sensibilidad; por lo tanto, se ha considerado
entre algunos pensadores que, o bien la razón es la regidora de los principios morales,
entre estos pensadores encontramos a Kant; o bien los principios morales se sustentan
10
sobre fundamentos no racionales y por lo tanto relativos, empíricos y emocionales.
9
Scheler, Max, Ética, Caparrós, España, 2001, pag.358
10
Ibídem, pag. 340
9
puede sentir otra cosa más que lo que como humano se es capaz de
sentir. Esta estructura sentimental sobre la cual se fundamentan los
valores morales es moldeada por las experiencias que se tienen sobre
objetos fenoménicos y que toman forma primero como percepciones
emocionales; y que, forman estados emocionales.
11
Scheler, Max, Ética, Ed., Caparrós, España, 2001, pag. 363.
10
Podríamos proponer que Scheler se da cuenta de que ésta es la forma
de encontrar el fundamento del valor, debido, a que generalmente en
el fenómeno, tal y como se aparece, sin ser todavía objeto de
vivencia intencional, se aparecen tales o cuales estados que
consideramos de valor “en” los objetos; así, cuando decimos que una
situación me produce angustia, en el fenómeno vital, intentamos
evitar las situaciones de angustia, o sea actuamos ante el fenómeno
de acuerdo a nuestro sentimiento sobre él, y entonces decimos que
tal situación es angustiante. Lo mismo pasa con lo que consideramos
bueno o malo, siempre hablamos y, pero sobre todo actuamos,
buscando lo que es considerado en nuestro sentir como bueno y a
evitar lo malo, por el sentimiento que provocan en nosotros tales
valoraciones, pero en esta actitud natural no nos ponemos a observar
cual es el origen de que evite las situaciones angustiantes, por
ejemplo. Es así como los sentimientos hacia los objetos nos impiden
captar el valor esencial del objeto o del fenómeno, porque frente a
estos estados de sentimiento a lo que nos llevan es a la acción
(alejarse de lo que nos provoca la agitación; llorar; crear juicios, etc.).
Lo que nos aparece no son los valores de los objetos, sino las cualidades de valor de
nuestros estados sentimentales. Se nos aparecen como valor de la cosa tan solo las
cualidades valiosas de nuestros estados sentimentales que nos ocultan las cualidades
de las cosas respectivas.12
11
aplicación de la epojé y de una reflexión que se tendrá que forzar
apologética si se desea llegar a la causa de tales estados
sentimentales que se presentan fungiendo como valores del objeto.
Es sólo a través de esta consciencia sin prejuicio que se vuelve
evidente aplicando las probables y desprejuiciadas causas del Estado
Emocional donde se puede encontrar el origen y en esta vivencia
intencional donde puedo hacer consciente que es el sentimiento el
que da el valor, sobre cual baso juicios, acciones, reacciones,
recuerdos, etc., que le atribuimos a la cosa.
Por tanto, todos los sentimientos son estados, y por ello pueden ser
enlazados con objetos por simples contenidos de la sensación, de la
representación o de la percepción. Los sentimientos se enlazan con el
objetos siempre por medio de los actos del referirse, posteriores al
13
Opus cit. P. 340.
12
estar dado el sentimiento. En cambio lo que funda estos estados
emocionales es un sustento del estado sentimental que da el sentido
de valor a la cosa, le llama percepción sentimental o sentir. Éste es
un movimiento puntiforme, que, procediendo del yo, se dirige al
objeto, o un movimiento que viene dirigido al yo, en el cual algo me
está dado y llega a su “aparición” [es ese movimiento en el cual de
forma repentina fisiológicamente se mueve en mí para hacerme
sentir en ese momento sentirlo como categoría de valor] por tanto, el
sentir o la percepción sentimental tiene exactamente la misma
relación con su correlato de valor que la que existe entre la
representación y el objeto, es decir, una relación intencional. En el
sentir (percibir sentimental) no sentimos “por algo”, sino que
sentimos inmediatamente algo una determinada cualidad de valor. La
realización del percibir sentimental no tenemos conciencia,
objetivamente, del sentir, “enfréntasenos” simplemente una cualidad
de valor desde fuera o desde dentro. Precisamos de un nuevo acto de
reflexión a fin de que, posteriormente, podamos mirar, reflexionando,
lo que “sentimos”. Y es entonces que encontramos la causa de por
qué algo es valioso, ese sentir es el acto objetivador del valor. [Este
sería por tanto el eidos del valor, puesto que a través de él es que,
aunque no hayamos sentido el valor de algo, por la experiencia
sentimental de otro, que forzosamente se construirá en nosotros por
bases a priori de sentir es que podríamos considerar el valor de algo
en otro como valioso]. Por todo lo expuesto se puede concluir que el
fundamento del valor moral es emotivamente a priori y material,
puesto que las capacidades emocionales son inherentes al humano, y
material, ya que se objetivan en el momento del contacto
experiencial con los fenómenos que crean junto con mis capacidades
de sentir una emoción que será el fundamento del valor que dirigirá
mis acciones.
13
Es lo que se obtiene en el momento en que simultáneamente se dan el sentimiento y la
percepción sentimental y ese sentimiento es aquello a lo que se dirige el percibir
sentimental. Es aquí donde se observa que hay un percibir sentimental intencional
14
primario.
14
Opus Cit., pag. 358
15
Mora, Francisco, El Cerebro Sintiente, Ed., Ariel, México, 2004.
14
cerca de la inmanencia subjetiva. Sin embargo encuentra una forma
de idealismo que progresa en el conocimiento de la propia aplicación
de la capacidad cognoscitiva del sujeto hacia sí mismo. Que aunque
dice que a partir de ello se realiza ontología, ésta se encuentra
encerrada en el sujeto; no hay, para esta postura de conocimiento,
otra forma posible de conocer la cosa, sino a través de la
subjetividad, en el mejor de los casos de la intersubjetividad realizada
por una comunidad fenomenológica.
15
autor emplea el método fenomenológico en sus diferentes etapas, ya
que debido a la forma de exposición empleada por Scheler nos
muestra el resultado del empleo de la fenomenología que se puede ir
concatenando con el propio método aunque el autor no haga uso de
la terminología fenomenológica en la mayor parte de la exposición de
sus investigaciones.
GÉNESIS E HISTORIA
16
sujeto cognoscente y la cosa a conocer. Ésta, como “cosa en sí”
(noúmeno), queda fuera de las posibilidades del conocimiento, que,
por tanto, es íntegramente fenomenológico. El alcance de la
fenomenología kantiana es fundamentalmente epistemológico. Aun
cuando el “fenómeno” no sea una apariencia engañosa, tampoco
coincide con la auténtica realidad en sí, que no es accesible al sujeto
que percibe y que conoce. Hegel ahonda el sentido del término y lo
aplica al camino vivencial que recorre la conciencia hasta llegar al
saber absoluto o ciencia; lo describe como el «devenir de la ciencia
en general o del saber» y lo define como «ciencia de la experiencia
de la conciencia». Pero, en sentido propio y usual se entiende por
fenomenología la teoría filosófica de Edmund Husserl, tal como la
presenta sobre todo en Ideas relativas a una fenomenología pura y
una filosofía fenomenológica (1913), y de las escuelas de
fenomenólogos que -con divergencias- le siguen y a las que da origen
durante su paso por las universidades de Gotinga y Friburgo:
sobresalen, entre ellos, M. Scheler, D. von Hildebrand, H. Conrad-
Martius, A. Koyré, E. Fink, L. Landgrewe y Martin Heidegger. Más
adelante, tras su viaje a París y las conferencias en la Sorbona, en
1929, sus teorías se difunden por Francia y otros países: se adhieren
a la fenomenología, en Francia J.-P. Sartre, M. Merleau-Ponty, P.
Ricoeur y E. Levinas, en Italia A. Banfi, que publica Studi filosofici,
revista que publica investigaciones fenomenológicas y, en los EE.UU.,
G. Gurwitch y M. Farber; este último publica y dirige Philosophy and
Phenomenological Research. En su orientación clásica, tal como la
entiende Husserl, quien la llama fenomenología trascendental, es el
método que permite describir el sentido de las cosas viviéndolas
como fenómenos [noemáticos] de conciencia. Lo concibe como una
tarea de clarificación para poder llegar «a las cosas mismas»
partiendo de la propia subjetividad, que no de forma subjetivista, en
cuanto las cosas se experimentan primariamente como hechos de
conciencia, cuya característica fundamental es la intencionalidad,
éste término lo emplea Husserl básicamente para describir su postura
17
gnoseológica donde, si bien es la subjetividad la que da a conocer al
objeto y su sentido, es sólo la vivencia intencional en la cual se
elimina la visión de relación de conocimiento entre una abstracción
relacional de objeto-sujeto, sino que la vivencia intencional y, por
tanto la intencionalidad tienen que ver con la relación directa del
sujeto con las cosas que le rodean, con su mundo, no hay dicen
Husserl, como la mayoría de sus seguidores, una diferenciación entre
un sujeto cognoscente y un objeto que se deja conocer, sino que en la
interacción del sujeto con el mundo, al <<vivirlo>> . No se trata de una
descripción empírica o meramente psicológica, sino trascendental,
esto es, constitutiva del conocimiento -de sentido- de lo
experimentado, porque se funda en los rasgos esenciales de lo que
aparece a la conciencia, lo cual inicia por medio de la vivencia
intencional antes descrita.
18
estuviese condicionada por el avance del saber empírico de una
ciencia concreta. Si la psicología fundamenta la lógica, y la psicología
es una ciencia empírica, ¿cómo se ha constituido en ciencia ella
misma? ¿Cómo se legitima a sí misma, si la lógica, como estructura
de legitimación de su verdad, era un resultado de ella? Este círculo no
era lo peor. Si la psicología, como cualquier otra ciencia, evolucionaba
y cambiaba sus puntos de vista y sus resultados, en la medida en que
iluminaba hechos de nuestra conciencia, ¿cambiaría también la
validez de las leyes de la lógica y la fundamentación del
conocimiento? ¿Y qué pasaba con las leyes lógicas que se mantenían
durante los propios cambios de resultados científicos de la psicología?
¿Tenían que ser legitimadas continuamente desde los nuevos
resultados? Si acompañaba el destino de la psicología, la lógica se
convertía en una ciencia provisional, en modo alguno en la norma
invariable de todo conocimiento. Se debía marcar la diferencia entre
una ciencia de normas, la lógica, y una ciencia de hechos, la
psicología; toda confusión entre ellas era un error categorial, una
metabasis eis allo genos, una confusión de dos cosas
cualitativamente diferentes. La lógica “tiene que ser una ciencia de
una validez más fundamental que cualquier otra. Una ciencia que, de
acuerdo con su nombre y exigencias, trata el conocimiento en general
y sus leyes no puede depender, en relación con sus propios
fundamentos, de un conocimiento científico particular cualquiera (que
sólo puede llamarse válido de acuerdo con las leyes de la lógica). La
ciencia del conocimiento tiene que ser el fundamento de todas las
ciencias particulares”.
20
verdad en sí”. La proposición en sí es el puro significado lógico de la
proposición, en cuanto es independiente de su ser verdadero o falso,
del ser expresado o no expresado con palabras. La representación en
sí es el aspecto objetivo de la representación independientemente de
un sujeto.
21
dado. Husserl pasará de describir objetos lógicos a describir todo tipo
de objetos, y así la fenomenología se irá extendiendo a todo tipo de
vida mental y de conciencia. El objeto intencional es siempre un
objeto real. Toda realidad es siempre individual o singular, mientras
que todo conocimiento aprehende lo real en su generalidad. Brentano
aplica la intencionalidad de la conciencia para explicar fenómenos
psíquicos tal como se revelan en la psicología empírica, pero Husserl,
partiendo de la intencionalidad, creará un método filosófico propio
(análisis de la conciencia). Sustrae la intencionalidad de la conciencia
de la esfera de la experiencia psíquica y la lleva a la esfera de la pura
validez lógico-objetiva.
23
Pueden distinguirse dos momentos en la obra de Husserl:
24
Bajo el auspicio de un método filosófico en el cual había toda una
propuesta teórica, epistemológica y que como se ha podido constatar
traía todo el bagaje proposicional desde Kant, Scheler como pupilo de
Husserl, hace uso de dicho método para encontrar el origen de los
valores morales, por ello se realizará a continuación una síntesis
sobre la fenomenología, su origen, seguidores y principales
características; así como los pasos del método.
25
revelación del sentido esencial de las cosas, a saber, la
conciencia pura.
4. La fenomenología como ciencia fundamental y filosofía primera:
fenomenología trascendental. Toda la estructura de la ciencia
descansa sobre el mundo de la vida, todas las ciencias se
asentarían sobre este mundo cotidiano que tiene ese carácter
primigenio, puesto que es donde la ciencia tiene su origen, y
que es el único a partir del cual se puede obtener una
inteligibilidad última. Ciencia fundamental, en cuanto que trata
de dar los fundamentos del quehacer científico y de la
racionalidad de la historia y de la humanidad; y filosofía
primera, en la medida en que pretende ofrecer los principios
puros desde los que se lleve a cabo la referida fundamentación.
Se ve así la relación entre la fenomenología como ciencia de los
fenómenos y la fenomenología como ciencia fundamental y
filosofía primera: la fenomenología ofrece el principio puro y el
fundamento de la revelación del sentido esencial y originario,
de lo que las cosas son en su configuración y presencia
originaria. Y en cuanto que la fenomenología lleva a cabo esta
función de principiar y fundar, Husserl la denomina
fenomenología trascendental.
5. La fenomenología como autorreflexión de la humanidad. Es la
concepción de la filosofía como función de humanización del
hombre, el filósofo es funcionario de la humanidad permitiendo
y colaborando a que ésta se desarrolle y alcance esa razón con
la que el hombre se descubre responsable de su propio ser. Se
rebela frente al mundo técnico puesto que, arguye Husserl:
17
Husserl, Edmund, “La filosofía en la crisis de la humanidad europea” en Invitación
a la fenomenología, Paidós, Barcelona 1998. P. 127
26
Aplicación de la fenomenología por Scheler
27
fenómenos sentimentales, es decir, como estados de
sentimientos individuales respecto a una situación o vivencia
intencional, se diría que el objeto fenoménico en el cual cada
individuo de forma única ha tenido vivencias intencionales, o
sea en relación directa con su propia experiencia del mundo. La
capacidad, noesis, que de forma necesaria y universal tiene el
ser humano para realizar juicios de acuerdo a sus sentimientos
es lo que fenomenológicamente llama Scheler, Estados
sentimentales o sentimientos. A partir de los cuales actuamos,
en la actitud natural, pero que, por medio de la epojé podemos
develarlos sólo cómo la punta del iceberg del origen de los
valores morales:
28
El asiento propio de todo el a priori estimativo (y concretamente del moral)
es el conocimiento del valor, la intuición del valor que se cimenta en el
percibir sentimental, el preferir y, en último término en el amar y el odiar, así
como la intuición de las conexiones que existen entre los valores, entre sus
ser más altos y más bajos, es decir, el conocimiento moral.19
29
retroalimenta tanto de la disposición del amor y odio [ordo amoris]
como de la forma en que puede intuir los valores, está intuición de
valores se ve realizada y por lo tanto conocida fenoménicamente en
la percepción sentimental.
21
-----------------, Ética, Caparrós editores, Madrid 2001, pag. 127.
30
mundo; se acerca más a una visión constructivista, si es que vale la
comparación, que a una visión de la teoría del conocimiento
tradicional. La fenomenología lleva metódicamente, a través de los
noemas, al descubrimiento y análisis de los objetos del mundo (cosas,
animales, psiquismos) y al descubrimiento y análisis de los demás, los
otros -inicialmente también puestos entre paréntesis-, como sujetos
igualmente conscientes, con los que construimos
(intersubjetivamente) el sentido del mundo o un mundo «común»
para todos nosotros.
31
y distinción universales, que ya no dan lugar a ninguna cuestión
concebible.22
32
unidad significativa que nos lleva a actuar de la forma adecuada, por
qué es entonces, que actuamos de formas distintas a las
“consideradas” correctas. Aquí hace Scheler, un primer importante
desvelamiento, el cual consiste en que estas unidades significativas
mínimas son algunas ideales: lo que como humanos tendríamos como
objetivo ser y hacer. Algunas otras de estas unidades (que llamamos
‘valor’) son meramente cumplimientos sociales, el hombre quiere ser
aceptado socialmente, por lo tanto elabora un imaginario de lo que es
correcto y lo aplica en la forma en que quiere ser considerado por los
demás. Cuando se trata de juzgarse a uno mismo, de realizar un
deber, puede ser que el hombre recurra a dicho imaginario para
tomar sus valores y llevarlos a cabo en la realización de los mismos,
pero puede ocurrir también que dichos valore sociales, no creen en el
sujeto ninguna voluntad para actuar, desde esta visión Scheler se
vuelca en el sujeto, en la persona como objeto de estudio, y desde
una perspectiva subjetiva, desde la persona misma, juzga a los
valores como unidades mínimas de actuación, cuyo significado
emotivo nos lleva a actuar, a juzgar o a tener ideales de actuación,
sin que posiblemente lleguen a cumplirse.23
23
Ibídem, sección cuarta, P. 280
33
Así pues, el residuo que queda fuera del ámbito científico-objetivo es,
nada más y nada menos, así que sólo era posible por medios
“científicos subjetivos” como el método fenomenológico, que un
pensador como Scheler pudiera descubrir el mundo de los valores y
su causa.
El método fenomenológico
24
Investigaciones para la fenomenología y teoría del conocimiento, Introducción, 7
34
No se trata de explicar un hecho por sus causas, sino del sentido ideal
del conocer, capaz de legitimar cualquier hecho de conocimiento. La
teoría del conocimiento –como tal disciplina filosófica–
25
Ibídem
26
Opus cit.
35
legitimación fenomenológica adecuada, esto es, su
cumplimiento mediante evidencia, en el sentido riguroso de la
palabra; y además que esas proposiciones sean en adelante
empleadas siempre en el sentido en que han sido
intuitivamente fijadas.27
27
Ibídem
28
Scheler, Max, Ética, Caparrós editores, Madrid, 2001. Sección cuarta.
29
Opus cit. P. 281
36
interrogándolas tal cual se dan en sí mismas y rechazando a un lado
todos los prejuicios extraños a ellos» (Ideas I, § 19).
30
Opus cit. P. 287
37
cual obliga ya a distinguir diversos modos de darse. Así como la
intuición empírica de lo individual es un darse del objeto individual
originariamente, del mismo modo la intuición eidética es un darse del
eidos o esencia –objeto universal. Toda preferencia estética, la
percepción de un manjar, la búsqueda de determinadas cualidades y
el encuentro de ciertos valores prevalentes, es siempre productos de
un ethos, el cual tuvo su realización en la percepción sentimental, es
decir el carácter intencional de conocimiento de los fenómenos.31
En este sentido, los hechos son el hilo conductor hacia el eidos. Pero
esto no quiere decir que para la intuición eidética tengamos que
complicarnos –en cuanto fenomenólogo– con juicios relativos a
existencias:
31
Scheler, Max, Ordo amoris, Caparrós, segunda edición, Madrid, 1998.
38
La noción de evidencia
39
Tampoco equivale a la pretensión del positivismo de desconectar
todos los prejuicios que enturbian la pura objetividad de la
investigación, no se trata de construir una ciencia libre de teorías,
libre de metafísica, haciendo remontar toda fundamentación a
aquello con que nos encontramos inmediatamente, ni tampoco se
trata de un medio para alcanzar semejantes metas, cuyo valor no
está realmente en cuestión.
40
asimismo la trascendencia de Dios, la lógica formal, las ontologías
materiales y la propia subjetividad empírica, así como al
fenomenólogo mismo que aplica la epojé, y que, en cuanto se lleva a
cabo, como tal, debe desconectarse.
41
de lo que llamó Husserl el eidos trascendental es el ordo amoris, que
lo describe como la ordenación del amor y el odio en el hombre.33
Para comprender el sentido amplio del darse, habrá que precisar los
distintos modos del darse. La principal distinción consiste en el darse
originario y no originario, entendiendo originario como el origen de la
motivación de la evidencia o intuición.
33
Scheler, Max, Ordo amoris, Caparrós, Madrid 1996, Sección primera.
42
carácter contingente. Hablamos en este caso de un darse
trascendente, que remite a algo que fuera de la propia
conciencia da sentido al dato de conciencia y que, a su vez, nos
plantea el problema de la adecuación al infinito.
2. Evidencia intelectual apodíctica, como es la propia de los
elementos inmanentes de la vivencia. El darse de esta vivencia
es un darse inmanente, que tiene carácter absoluto y necesario,
porque el dato forma unidad con su propio acto de darse; tal es
el caso del “yo pienso” o de mi vivencia perceptiva de una rosa.
Se añade a esto que toda vivencia es por principio perceptible
en la reflexión.
Frente a la tesis del mundo, que es una tesis “contingente” –ya que podría
ponerse en duda– se alza, pues, la tesis de mi yo puro y de la vida de este
yo, que es una tesis “necesaria”, absolutamente indubitable. Toda cosa dada
en persona puede no existir; ninguna cosa dada en persona puede no existir:
tal es la ley eidética que define esta necesidad y aquella contingencia.34
43
y así sucesivamente hasta alcanzar el horizonte originario y uno del
yo puro.
44
traer a la claridad de la mirada actual del cogito los horizontes a los
que se asoma la intencionalidad de la conciencia. No hay mayor
legitimidad de conocimiento que la evidencia de lo dado:
45
cuestionamiento que realiza Descartes sobre la existencia de todo es
una duda sobre la existencia real o irreal de las cosas, del ente, de
todo. Por otro lado, de la duda metódica de Descartes, la que usa
como método de conocimiento, ésta pareciera tener mayor
semejanza con el método de Husserl, sin embargo, la aplicación de la
duda metódica cartesiana, sigue teniendo no únicamente alcances
epistemológicos, sino que pretende Descartes encontrar un método
de conocimiento para llegar a conocer en sí, entendiendo por este en
sí, no solamente las capacidades humanas, sino un conocimiento de
las cosas, substancias, que como ya sabemos ese conocimiento se
dará únicamente por medio de la razón. En el caso de Husserl hay
una renuncia al conocimiento en sí mismo, es ahí donde encontramos
una revolución no solo epistemológica sino ontológica respecto al
método de la fenomenología, y es también aquí donde encontramos
sus ventajas y sus desventajas como método de conocimiento. La
fenomenología da un giro en cuanto a concepción del conocimiento
como meramente humano; pero también nos encontramos con
límites, pues hay desde el momento de la exposición de Husserl de
este su método, una renuncia ontológica, aunque el repita una y otra
vez, que es en uno de los aspectos en los que se ha avanzado con el
descubrimiento de la fenomenología. Tal vez por ello ha sido tan
confundido con la psicología; por ser un método subjetivo, donde
Husserl al tratar de encontrar la esencia, es la esencia de lo que el
humano es capaz de ver a través de lo que llama la fenomenología
trascendental, entendiendo trascendental lo mismo que en Kant. Y
que por ello mismo, lo deja en la misma postura kantiana, el
conocimiento se queda en el cerco del idealismo, que es el de esta
inmanencia subjetiva.
46
conocimiento de todo humano en general. Se podría pensar que este
es un método que comete la falacia de composición, y se puede
argumentar también, que como es que se puede llegar a estar seguro
que se dio la esencia de un conocimiento. Veamos como procede
para responder estas cuestiones:
47
puede conocer y reconocer; la primera de ellas es la actitud natural
de conocimiento, arriba descrita. La segunda es cuando el objeto de
conocimiento es la propia capacidad de conocer y el recuento sobre
cómo se ha llegado a los contenidos (noemas) de conocimiento, a
esto se le llama reflexión o la apariencia trascendental de
duplicación. Esta última es ella misma un ejemplo de la aplicación de
la reducción fenomenológica cualquiera que observe la actitud
natural y la actitud de aplicación del método fenomenológico le será
inmediatamente evidente la forma duplicada que podemos realizar de
conocimiento, por un lado la actitud natural de emplear los sentidos,
capacidad de memoria, etc., (noesis), para obtener contenidos de los
sentidos y emplearlos para la defensa, para el estudio, etc. (noema).
A la actitud de la epojé que es el principio de la realización del
método fenomenológico y a donde queremos llegar la reducción
trascendental que consiste en que las experiencias internas
psicológicas que estos datos que primeramente son vivencia puras de
la percepción las convertimos en vivencias intencionales y se pueden
convertir en vivencias trascendentales cuando por epojé radical, ya
no meramente los datos psicológicos que dieron origen a lo que se
me apareció como vivencia intencional, sino una epojé radical donde
se pone al mundo, incluido el ser hombre, todo como mero fenómeno.
Aquí sí muy parecido al método cartesiano de la duda hiperbólica
pero, otra vez, no para sustentar un conocimiento ontológico sino un
conocimiento de la experiencia interna subjetiva universal, llamada
por Husserl trascendental, se concentra uno en esta vida intencional,
la más radical epojé, [los cimientos de conocimiento sobre los cuales
se erigen las experiencias intencionales] en la que se configura la
apercepción total del mundo, [¿tendrá que ser una reducción
forzosamente apodíctica?] En particular la apercepción de mi alma,
de mis vivencias de percepciones psicológicamente reales, etc.
48
Fenomenología empleada por Scheler como evidencia de la
percepción sentimental
38
Scheler, Max, Ética, Caparrós, Madrid 2001, P. 343.
49
Para Scheler la reducción o fundamento trascendental del fenómeno
del valor, es la percepción sentimental, que en algunas ocasiones
Scheler llama simplemente el sentir. Dice, este pensador, que lo
primero que se aparece, diríamos aquí parafraseando a Scheler, el
fenómeno que valoramos, es que le atribuimos a determinado objeto,
o a determinada situación o estado, un valor, esto es la vivencia
intencional de Scheler. Lo que él empieza haciendo cociente es que
existen ciertos juicios sobre objetos, donde estos objetos poseen
determinada característica, ésta consiste en que los apreciamos
como valiosos, y les damos alguna categoría, dice él, así decimos que
una determinada comida es buena, que ciertas hierbas son malas
para la salud, etc.
50
evitar lo malo, por el sentimiento que provocan en nosotros tales
valoraciones, pero en esta actitud natural no nos ponemos a observar
cual es el origen de que evite las situaciones angustiantes, por
ejemplo. Es así como los sentimientos hacia los objetos nos impiden
captar el valor esencial del objeto o del fenómeno, porque frente a
estos estados de sentimiento a lo que nos llevan es a la acción
(alejarse de lo que nos provoca la agitación; llorar; crear juicios, etc.).
Lo que nos aparece no son los valores de los objetos, sino las cualidades de
valor de nuestros estados sentimentales. Se nos aparecen como valor de la
cosa tan solo las cualidades valiosas de nuestros estados sentimentales que
nos ocultan las cualidades de las cosas respectivas. 39
39
Scheler, Max, Etica, Ed., Caparrós, Madrid 2001, pag. 344
51
hacer conciencia, y sin lo cual esto, que acabo de encontrar por
medio de una epojé psicológica no podría existir, o mejor dicho, aquel
sustento de esta conclusión ya encontrada por la epojé de primera
instancia, por medio del cual este sentimiento, o estado sentimental
necesita para poder ser, como (vimos antes en este ser subjetivo, no
óntico), sabremos que llegamos al sustento del estado emocional en
el momento de encontrar lo que necesita todo y cada uno de los
estados emocionales para poder llegar a ser esto, el estado
emocional sobre el cual se sustenta el valor.
Ejemplos transdisciplinares de
la percepción sentimental
52
sentimental- la base de preferencias de valores morales, esto es bien
conocido sobre todo dentro de la tradición de la explicación ética de
Scheler.41 Sin embargo, las explicaciones expuestas por Scheler son
de carácter argumentativo, fenomenológicamente. Desde el
descubrimiento de la percepción sentimental otras disciplinas han
estado intentando encontrar, por medios no filosóficos, pero que le
incumben a la filosofía, el origen de las preferencias de valores y si
este origen concierne a un aspecto emocional o racional y si persiste
dicha dicotomía en la toma de preferencias morales. Cuánto se ha
avanzado en la “percepción sentimental” ha sido todo un hallazgo en
la ciencia, y por supuesto en la filosofía del siglo XX; por medio de la
clarificación empírica y experimental con el auxilio de las
explicaciones de disciplinas tales como la psicología y las
neurociencias. En esta última sección se hablará sobre la injerencia
que ha tenido la neurobiología y la psicología en el descubrimiento de
cómo funciona la percepción de valores 42. Empero, si bien algunos
experimentos en ambas disciplinas han mostrado (por medios electro
encéfalo gráficos e imagenográficos como resonancias magnéticas)
que el área emotiva del cerebro interviene en el proceso de toma de
decisiones morales ello no explica cómo se forma psicológicamente el
que la emoción se encuentre presente en dicho proceso. Se toma a la
neurobiología puesto que abunda de una forma más precisa en la
descripción de cómo se da el proceso del sentir, que es desde el
punto de vista fenomenológico de Scheler el eidos encontrado por la
reducción trascendental en primera instancia. Se toman algunas
descripciones de la psicología que exponen la relación entre los
sentimientos y la toma de decisiones
41
Hartman; Wojtylay, Heckman y otros seguidores de la teoría scheleriana.
42
Generalmente los autores tratados son cognitivistas, se tratan solo de algunos que
se valen de la experimentación para el sustento de sus tesis en psicología.
53
Scheler dice que el ethos43 es la jerarquía de valores en la persona:
(…) el sistema articulado en cierta forma, de sus efectivas estimaciones y
preferencias.
El sentir tiene la misma relación con su correlato de valor que la que existe
entre la “representación” y el “objeto”. (…) La percepción sentimental no
está unida exteriormente a un objeto o por medio de una representación,
sino que el sentimiento se dirige, primariamente a una clase propia de
objeto, los valores” 45.
43
Scheler, Max, Ordo Amoris, Caparrós editores, España, 1998, p. 22.
44
Ibíd., pag.22
45
Scheler, Max, Ética, Caparrós editores, España, 2000, p. 361.
54
se sustentarán posteriormente el cúmulo de sentimientos a los cuales
le iremos dando nombre para, sobre ellos, fundar las actitudes,
decisiones y sobre todo, acciones morales.
55
exactamente la misma relación con su correlato de valor que la que existe
entre la “representación” y el “objeto”, es decir, una relación intencional. 46
Entonces según lo dicho por este pensador hay que hacer las
distinciones de la percepción sentimental que está detrás y
sosteniendo el estado emocional.
Scheler no nos da ejemplos del proceso, no al menos del proceso
completo sobre cómo, a partir de la percepción sentimental, se van
conjuntando distintos valores, a través de distintas percepciones
sentimentales, para, entonces en la complejidad del conjunto de
estas percepciones formar un estado emocional que determinará
cómo se sucede trascendentalmente del estado emocional al percibir
sentimental, sólo explica cómo sí hay una distinción entre uno y otro.
Tenemos más bien ejemplos en psicología y en neurología sobre este
proceso de percepción de emociones.
46
Scheler, Max, Ética, Caparrós editores, España, 2001, p. 357
56
Para Scheler
“el sentir (percepción sentimental) tiene exactamente la misma relación con
su correlato de valor que la que existe entre la “representación” y el
“objeto”, es decir una relación intencional.”47
Damasio:
Los sentimientos son percepciones y, en algunos aspectos, son comparables
a otras percepciones. (…) los sentimientos poseen un objeto en el origen del
proceso [de percibir], y las características físicas del objeto provocan
también una cadena de señales que transitan a través de mapas del objeto
en el interior del cerebro. Al igual que en el caso de la percepción visual, hay
una parte del fenómeno que se debe al objeto, y una parte que se debe a la
construcción interna que el cerebro hace de él. Pero lo que es diferente es
que, en el caso de los sentimientos, los objetos y acontecimientos en el
origen se hallan en el interior del cuerpo y no en su exterior. Los
sentimientos pueden ser tan mentales como cualesquiera otras
percepciones, pero los objetos que se cartografían son partes y estados del
organismo vivo en el que surgen los sentimientos. (…) además de estar
conectados a un objeto en el origen (el propio cuerpo), los sentimientos
también lo están al objeto emocionalmente competente que ha iniciado el
ciclo de emoción-sentimiento.48
Scheler:
“(…) En la percepción sentimental no sentimos “por algo”, sino que sentimos
inmediatamente algo, una determinada cualidad de valor. (…) en la
realización del percibir sentimental, no tenemos conciencia objetivamente,
del sentir; “enfréntasenos” una cualidad de valor desde fuera o desde
dentro. Precisamos de un acto de reflexión a fin de que se nos torne objetivo
el percibir sentimental, y a fin, de que, podemos mirar, reflexionando, lo que
“sentimos” en el valor ya dado objetivamente.”49
47
Scheler, Max, Ética, Caparrós editores, España, 2001, pag. 358.
48
Damasio, Antonio, En busca de Spinoza, Neurobiología de las emociones y los
sentimientos, Ed. Crítica, 2006, p. 90-91.
49
Ibíd. P. 363.
57
corporal, que engendra y en la percepción de alteraciones de estilo y
eficiencia en los procesos de pensamiento mientras todo lo anterior
sucede.50
El tender hacia un objetivo lo está por su fuente sentimental51
Damasio considera:
Las emociones pueden actuar de guías cognitivos. (…) Las primeras
emociones de la vida son el cimiento de las emociones adultas.52
58
ejemplo, el cúmulo de emociones vividas en el momento en que un
niño por vez primera siente el fuego. La representación que
inmediatamente se forma del fuego es tanto, el conocimiento
sensorial sobre el mismo: como es: el color rojo, el bailoteo de las
llamas, pero al mismo tiempo, hay una percepción interna: la
sensación de sobresalto al tener el dolor, combinada con el susto de
la fuerte voz de su madre al intentar prevenirlo. Esta sensación
interna formada tanto por emociones físicas que marcan las
decisiones posteriores sobre tocar o no el fuego, en combinación con
la sensación interna de la forma en que reaccionó la madre van
formando inmediatamente un valor, este valor no necesita mayor
reflexión, el fuego es peligroso. Y se da un principio de supervivencia,
el cual será importante para toda toma de decisión moral posterior:
Hay que ser cuidadoso al acercarse al fuego. Que aunque si bien es
en principio, una forma incipiente de decisión, en la cual diríamos que
influyó sobre todo el sobresalto del niño al escuchar el grito de la
madre, y diríamos que el infante actuó por acto reflejo, no dista
mucho de las preferencias de valor posteriores donde la persona con
frecuencia tiene las emociones que fueron primarias para tomar una
decisión en un caso semejante al que enfrenta en un momento actual
donde se enfrenta con un conflicto o una decisión moral. Es decir, al
estar pensando sobre la solución de un problema moral se ve la
persona a sí misma como un reflejo de lo que los demás estarían
juzgando sobre ella y se juzga a sí mismo y sus decisiones pensando
en como cree que se sentiría ella si los demás actuaran de tal o cual
forma, valorando sus posibilidades. Generalmente la persona no se
percata que dicho juicio que está haciendo sobre sí mismo es
causado, más que por dilucidación propia sin matiz de prejuicio, es
toda la base para crear dichos juicios sobre sí sólo y únicamente las
valoraciones morales dadas por la forma en que fue conociendo cómo
debe sentirse ante determinados fenómenos que se le presentan. A
menos que tenga un espíritu más filosófico, por lo general las
personas se juzgan a sí mismas bajo una percepción sentimental
59
(percepción basada en emociones) que no es electa por voluntad sino
bajo el auspicio de la manera como su personal historia emocional fue
formándose.
53
Sobre la relación entre la percepción y la toma de decisiones se puede consultar a
Hauke R. Heekeren, Sean Marret y Leslie G. Ungerleider “ The neural systems that
mediate human perceptual decision making” Nature Reviews/Neuroscience Volume
9. June 2008. Donde concluyen que: “Perceptual decision making is influenced not
only by the sensory information at hand, but also by factors such attention, task
difficulty, the prior probability of the occurrence of an event an the outcome of the
decision. (…) another fundamental process in the making of a perceptual decision is
the contribution of memory. Our past sensory experiences are combined with
current sensory inputs to inform our perceptual decisions.”
54
Damasio, Antonio, El error de Descartes, la razón de las emociones, Ed. Andrés
Bello, Chile, 1996, p. 170
55
Ibíd. P. 171-172.
60
Damasio argumenta la veracidad de su propuesta teórica basándose
fundamentalmente en tres pruebas:
Los estados corporales causan sentimientos o los inhiben por lesiones
en zonas cerebrales necesarias para la representación de estados
corporales. Damasio le llama cartografía corporal falsa; como la
analgesia natural en el caso de heridas infringidas a causa del propio
peligro o por el hecho de la huida.56
La capacidad empática es otra razón para sostener que los mapas
corporales del sentir pueden ser subjetivos. Por último, el cerebro
nos permite alucinar determinados estados corporales por diversos
medios, como algunos medicamentos, drogas, anestésicos, o la
meditación, e incluso los sentimientos de desesperación o por lo
contrario los de esperanza y salvación.57
61
sustento de los valores morales este percibir sentimental.
Cuando se habla de emociones, estas tienen que ver con la relación entre
impresiones que se llevan a cabo en el organismo, son como sensaciones
que interpelan y preparan el cuerpo para actuar: reacciones fisiológicas:
químicas, neuronales y mecánicas, que tienen que ver con la reacción misma
del organismo.58
62
resonancias magnéticas61 acerca de cómo funciona el proceso de
reflexión acerca de un problema o de un dilema moral mostrándonos
cómo están implicados los ventrículos prefrontales en la toma de
decisiones morales no han explicado el proceso por medio del cual se
forma dicha relación entre la “imagen” de un determinado objeto
percibido y su relación con la emoción o emociones que, según
Damasio, forman el sentimiento. Scheler tampoco explicó nada al
respecto, obviamente los medios empleados por la fenomenología
ofrecieron gran luz para hacer partícipes a las emociones en el
proceso de la toma de decisiones morales, y éste pensador encontró
algo que no ha sido ni siquiera planteado por la neurobiología ni por
la psicología, esto es la percepción dada en un momento determinado
en el cual, unido a ciertas emociones sin precedente, forman la
percepción sobre la cual se basarán (serán la causa) de la preferencia
de valores morales. La psicología, tanto cognitiva como conductual,
han llevado a cabo estudios empíricos y experimentales,
respectivamente, para dar mayor luz a este aspecto, sin embargo
han concentrado sus investigaciones, únicamente, sobre la relación
entre las emociones y la toma de una decisión moral. Todavía, la
investigación sobre el momento en que se relaciona una imagen con
una emoción es territorio no explorado, no se ha realizado nada
respecto. Watson encontró en sus investigaciones una relación
directa entre causar una emoción a un niño y las libres. Sin embargo,
dichas investigaciones adolecen de no ser éticas y que investigaron
solo una parte de las emociones: la relación entre el temor y una
imagen. Es menester realizar investigaciones que ahonden en el tema
de las emociones relacionadas a imágenes de una forma continua, es
decir una investigación longitudinal, que se basara en una
metodología clásica para experimentar posteriormente en una
operante. Si bien las investigaciones que maneja la psicología
60
Frijda, Nico H., “Emotions experience” Cognition and Emotion, 2005, 19 (4), 473-
497
61
Joshua Greene ha sido en el último lustro quien mayormente ha investigado
acerca de las áreas cerebrales que intervienen en la toma de decisiones morales.
63
cognitiva han concluido en que hay una relación directa entre las
emociones que tienen el cuidador de un infante y la forma en que
este actúa, al mismo tiempo han arrojado en dichas conclusiones que
entre más atractivo es el objeto de deseo en el infante éste aparenta
no ser atraído por él, cuando el tutor no lo aprueba, sin embargo
regresa al objeto tratando de no ser visto. Esto podría ser un indicio
de corroboración de la teoría scheleriana respecto a que hay una
moral social, cuya aceptación es el detonante para que la persona la
promueva, y hay otra moral “real”, que es la que la persona lleva a
cabo, y que generalmente desconoce los motivos por los cuales actúa
de forma distinta a los valores que quisiera tener.62
Se han hecho investigaciones sobre si afecta la agresividad vista en la
televisión tanto a adultos como a niños. O sobre si hay relación entre
el tamaño de una fotografía y la intensidad de emociones que
evoca.63 Sin embargo estos estudios aunque consideran la relación
entre motivación y emociones generalmente no relacionan la toma de
actitudes o preferencias en general, mucho menos morales en
particular, con un desarrollo de emociones o con una percepción
sentimental específica o basadas en emociones específicas.
Generalmente dichos estudios, sobre todo los realizados en niños,
que tienen como objetivo observar la relación entre emociones y
actos, éstos últimos tanto de toma de decisiones como actitudes.
Empero no llegan a distinguir el eidos trascendental del que habla
Scheler, el cual tiene que ver más bien con un momento (o varios) de
percepción intuitiva, en el que se integran emociones con actos
moralmente valiosos. Sólo unos cuantos estudios han tomado en
cuenta la relación que tiene un infante con su sentir y su actuar, sin
embargo se trata de estudios que generalmente son transeccionales
en algunos casos descriptivos en otros correlacionales causales.64
Algunos otros estudios, sobre todo basándose en las investigaciones
62
Scheler, Max, Ética, Caparrós, España 2001, P.
63
Codispoti, Maurizio, & De Cesarei, Andrea, “Arousal and attention: Picture size
and emotional reactions” Psychophysiology, 44 (2007) 680-686, Blackwell
Publishing 2007
64
de Damasio y Ledoux han encontrado, por medio de resonancias
magnéticas, la inseparable relación entre actos morales, decidir
acerca de los mismos, y las áreas que describe Damasio como la
parte del cerebro donde se alojan las emociones, el ventrículo
prefrontal.65
65
puede encontrarse en nosotros en la percepción interna.67
67
Ibídem, pág. 62-63
68
Greene, Joshua, Opus cit.
69
Scheler, Max, Ética, Op. Cit., pág. 358.
70
Ibídem, pág. 359.
66
Francisco Mora 71
que el dolor y el placer son también emociones y
no meramente sensaciones.
Emociones
71
Mora, Francisco, El cerebro sintiente, México, Ariel 2004, p. 40
72
Damasio, Antonio, En busca de Spinoza, Neurobiología de la emoción y los
sentimientos, Ed. Crítica, 2006, p. 55
67
Sin embargo la lista de EEC no se halla confinada a los repertorios
que prescribe la evolución. Incluye muchos otros aprendidos en toda
una vida de experiencia. El resultado inmediato de estas respuestas
es un cambio temporal en el estado del propio cuerpo, y en el esto de
las estructuras cerebrales que cartografían el cuerpo y sostienen el
pensamiento. 73
Sin embargo, si bien Damasio, entre otros, nos habla del proceso de
las emociones, y nos sitúa en una definición donde podamos
diferenciarlas respecto a otras sensaciones significantes de nuestro
organismo, lo que tiene en común con Scheler es la apreciación de la
emoción como parte de la vivencia intencional por medio de la cual
se sustentan importantes medios de decisión, como en este caso
tratamos las emociones como base de los valores morales. Una razón
por la que se puede tomar a la emoción como uno de los principales
sustentos de la decisión moral es el hecho de que las emociones son
una parte fundamental de la cognición; así nos dice Damasio: “Las
emociones pueden actuar como guías cognitivos.”74
68
desarrollan diversos experimentos psicológicos para llegar a esta
misma conclusión: que son las emociones, acumuladas en
significados de sentimiento, las que finalmente nos llevan a tomar
decisiones y acciones.
75
Laura Helmuth, “Moral reasoning relies on emotion” Science; Sep 14, 2001; 293, 5537;
ProQuest Biology Journals
pg. 1971
76
Ibíd.: Joshua Greene used functional magnetic resonance, while the people were
deliberating about moral dilemmas emotion areas of their brains lit up, the team of
Greene found. These areas, the medial frontal gyrus, posterior cingulated gyrus and
angular gyrus, have been shown to be active when some one is sad, frightened, or
otherwise upset.
77
Ibid. Pág. 1972.
69
[…] que en general, es para nosotros mucho menos importante si alguien nos ha
dicho “eres un amigo o eres un demonio”, que saber si fue dicho con afecto o con
desprecio.78
Algunos de los autores en los cual se basa son Keenan y Bailette, los
cuales descubrieron en pruebas realizadas en 1979 que lo que hace
que se conserven en la memoria algunos conocimientos, no es que se
aumente el número de conocimientos que un sujeto tiene respecto a
un tema; sino, más bien, lo que hace que un saber permanezca en la
memoria es lo que el sujeto siente acerca de eso que sabe.
78
Zajonc, Robert B. “Feeling and Thinking, preferences need no inferences”
American Psychologist Magazin, Febrary 1980, Vol. 35, No. 2, 151.
79
Ibíd. Pág. 167.
70
Conforme cada adjetivo es recibido, su significado es extraído y
combinado con la impresión presente, haciendo así más flexible que
la impresión cambie. Una vez que es hecho esto, el adjetivo por sí
mismo ya no es necesario para tener una impresión.80
80
Zajonc, Robert, “Felling and Thinking, Preferences need no inferences”, American
Psychologist Association, Inc., February 1980, Vol. 35, No.2, 151-175.
81
Anderson, J. R. Arguments concerning representations for mental imagery.
Psychological Review, 1978, 85, 249-277. En Zajonc, Robert, Felling and Thinking,
Preferences need no inferences, American Psychologist Association, Inc., February
1980, Vol. 35, No.2, 151-175.
82
Gilbert, Daniel T., Comp., “Immune Neglect: A Source of Durability bias in
Affective Forecasting”, by American Psychological Association, Inc. 1998, In Journal
of Personality and social Psychology 1998, Vol.75, No. 3, 617-638.
71
en situaciones reales la mayoría de las personas fallaron en la
predicción de sus emociones.83
83
Opus Cit, from textual abstract: People are generally unaware of the operation of
the system of cognitive mechanisms that ameliorate their experience of negative
affect (the psychological immune system), and thus they tend to overestimate the
duration of their affective reactions to negative events. This tendency was
demonstrated in 6 studies in which participants overestimated the duration of their
affective reactions to the dissolution of a romantic relationship, the failure to
achieve tenure, an electoral defeat, negative personality feedback, an account of a
child’s death, and rejection by a prospective employer. Participants failed to
distinguish between situations in which their psychological immune systems would
and would not be likely to operate and mistakenly predicted overly and equally
enduring affective reactions in both instances. The present experiments suggest
that people neglect the psychological immune system when making affective
forecasts.
72
Con la presentación de estas pruebas y sus autores, llegamos a la
conclusión de que la percepción sentimental es un concepto útil para
la distinción representacional cognitiva de valores. Aquí se ha podido
hacer uso de otras disciplinas no filosóficas, como la neurobiología y
la psicología, para reconocer el concepto de percepción sentimental
como dividido al menos por dos procesos: por un lado el de la
captación de emociones; y, por otro, los sentimientos que se tienen
acerca de esas emociones, que darán, en su unión, un estado
sentimental que guiará nuestros actos morales. De esta forma, se ha
abundado en los elementos procesuales de la hipótesis de Scheler
sobre percepción sentimental como fundamento de la decisión y acto
moral.
73
BIBLIOGRAFÍA:
Ñkjyhnm,-ipppññ
74