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Antecedentes

Derecho de
Integración
Regional
Antecedentes
En esta unidad, examinaremos el proceso de integración regional
supranacional más desarrollado hasta la actualidad: la Unión
Europea.
Para ello, partiremos de una visión histórica e institucional, que
permitirá al estudiante reconocer los distintos intentos de
integración llevados adelante en el viejo continente, considerando las
causas de sus éxitos y fracasos hasta arribar la conformación
definitiva de la actual Unión Europea.
Ello supone realizar un abordaje de los principales aspectos regulados
por los sucesivos “tratados constitutivos” de la Unión, es decir, por el
Acta única Europea y los Tratados de Maastricht, Ámsterdam, Niza y
Lisboa, el último de los cuales fue el resultado de las negociaciones
posteriores al fracaso del Tratado Constitucional.
Finalmente, se analizará el sistema institucional de la Unión Europea
tal como se presenta hoy luego de sus sucesivas reformas,
identificando la estructura, integración y atribuciones de sus órganos
principales, como así también de otros organismos auxiliares
importantes.
Resulta importante aclarar que -dada la reciente entrada en vigor del
Tratado de Lisboa, que introdujo modificaciones sustanciales a la
organización institucional de la Unión- es fundamental que el
estudiante se apoye en las versiones consolidadas post-Lisboa del
Tratado de la Unión Europea (TUE) y el Tratado de Funcionamiento
de la Unión Europea (TFUE), en cuanto que la bibliografía se
encuentra desactualizada y no existen aún manuales en español que
recojan estas novedades.

El surgimiento y consolidación del proceso


de integración regional europeo.
Los esfuerzos de integración europeos de la posguerra componen un
cuadro confuso, formado por numerosas organizaciones complejas y
poco transparentes. Así, coexisten sin relación jurídica entre ellas, la
OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos), la
UEO (Unión Europea Occidental), la OTAN (Organización del
Tratado del Atlántico Norte), el Consejo de Europa y la Unión
Europea. El número de Estados miembros de estas diversas
organizaciones oscila entre 10 (UEO) y 47 (Consejo de Europa).
Esta diversidad de organizaciones europeas puede ser clasificada en
tres grandes grupos, cada uno de los cuales presenta objetivos
diferentes, como se resume a continuación1:
Primer grupo: las organizaciones euroatlánticas
Las organizaciones euroatlánticas surgieron de la alianza entre los
Estados Unidos de América y Europa tras la Segunda Guerra
Mundial. La primera organización europea de la posguerra fue la
OECE (Organización Europea de Cooperación Económica), fundada
en el año 1948, resultado a una iniciativa de los Estados Unidos. Su
Ministro de Asuntos Exteriores, George Marshall, llamó en 1947 a los
Estados de Europa a unificar sus esfuerzos de reconstrucción
económica. Para ello prometió el apoyo de EE.UU., concretado en el
“Plan Marshall”, que permitió la rápida reconstrucción de Europa
Occidental tras la profunda crisis de la postguerra.
El principal objetivo de la OECE consistió en la liberalización del
comercio interestatal. Como objetivo complementario, en 1960, año
del ingreso de EE.UU. y Canadá, se estableció el fomento a las
economías del Tercer Mundo a través de la ayuda al desarrollo. La
OECE se convirtió entonces en la OCDE.
Tras la OECE, en 1949 se creó la OTAN, un pacto militar con Estados
Unidos y Canadá. Para reforzar la cooperación en materia de
seguridad entre los Estados europeos, en 1954 se fundó la Unión
Europea Occidental (UEO), surgida del Pacto de Bruselas entre el
Reino Unido, Francia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos a raíz
de la adhesión de la República Federal de Alemania e Italia. Desde
entonces, han ingresado también en la UEO Portugal, España y
Grecia.
La UEO supone para los Estados que la componen una plataforma de
estrecha cooperación en materia de seguridad y defensa. Sobre esta
base, por una parte se fortalece el peso político de Europa dentro de
la Alianza Atlántica y, por otra, se crea una identidad europea en
materia de seguridad y defensa.
Segundo grupo: Consejo de Europa y OSCE
El segundo grupo de organizaciones europeas se caracteriza porque
su estructura permite la cooperación entre el mayor número posible
de Estados. Para ello se acordó que estas organizaciones no fueran
más allá de la tradicional cooperación interestatal.

1Para la exposición de esta sección, se siguen los lineamientos de Borchardt, K. (2010). The ABC of
European Union Law. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de la Unión Europea.
A este grupo pertenece el Consejo de Europa, fundado el 5 de mayo
de 1949. En su Estatuto no se menciona la intención de formar una
federación o unión, ni se prevé la transferencia de la soberanía
nacional. En todas las cuestiones fundamentales, el Consejo de
Europa adopta sus decisiones con arreglo al principio de la
unanimidad, según el cual, cada Estado puede vetar la adopción de
las resoluciones. De allí que el Consejo de Europa sea, por su propia
estructura, un órgano de cooperación internacional. En el marco del
Consejo de Europa se han adoptado numerosos convenios en materia
de economía, cultura, política social y derecho (tal es el caso por
ejemplo, del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y las Libertades Fundamentales de 1950).
A este grupo pertenece igualmente la Organización de Seguridad y
Cooperación en Europa (OSCE), fundada en 1994 y precedida de la
Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa. La OSCE
persigue los principios y objetivos establecidos en el Acta de Helsinki
de 1975 y en la Carta de París de 1990, que incluyen, aparte del
fomento de medidas que generen confianza entre los Estados
europeos, la creación de una red de seguridad que permita la
resolución de conflictos por medios pacíficos.
Tercer grupo: la Unión Europea
El tercer grupo de organizaciones europeas está formado por la Unión
Europea. La novedad de esta Unión respecto a las relaciones
interestatales tradicionales, radica en que los Estados miembros
renuncian a parte de su soberanía a favor de una Unión situada en su
centro a la que han dotado de competencias propias, independientes
de los Estados miembros. En el ejercicio de sus competencias, la UE
está facultada para adoptar actos de soberanía que, por sus efectos,
son equivalentes a los estatales.
La primera piedra para la realización de la Comunidad Europea la
colocó el ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman,
con ocasión de su Declaración de 9 de mayo de 1950, en la que expuso
el plan que había elaborado junto con Jean Monnet, destinado a la
unificación de la industria europea del carbón y del acero.
Con ello se introducía, al mismo tiempo, una iniciativa histórica en
favor de una Europa organizada y viva, indispensable para la
civilización y sin la cual la paz en el mundo no puede ser
salvaguardada. El “Plan Schuman” se hizo realidad con la conclusión
del Tratado constitutivo de la Comunidad Económica del Carbón y
del Acero (CECA), del 18 de abril de 1951 (también llamado Tratado
de París), con seis Estados fundadores: Bélgica, República Federal de
Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos.
Como colofón, unos años más tarde los mismos países creaban,
mediante los Tratados de Roma del 25 de marzo de 1957, la
Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de
la Energía Atómica (CEEA o Euratom), que iniciaron sus actividades
con la entrada en vigor de los Tratados el 1 de enero de 1958.
La UE dio nuevos pasos con los Tratado de Amsterdam y Niza, que
entraron en vigor el 1 de mayo de 1999 y el 1 de Febrero de 2003
respectivamente. El objetivo de estas reformas fue el de preservar la
capacidad de la Unión para una acción efectiva, en el marco de un
proceso de ampliación que la llevó de 15 a 27 Estados miembros. Por
ello, estos dos tratados se enfocaron en cuestiones institucionales, y
comparados con reformas anteriores, el deseo político de profundizar
la integración Europea fue relativamente menor.
Las críticas que surgieron como consecuencia de estos procesos,
desembocaron en un debate sobre el futuro de la UE y su diseño
institucional. Como resultado de ello, se adoptó en el 2001 una
Declaración sobre el Futuro de la Unión Europea, que abrió el camino
hacia la adopción de una constitución.
El primer paso para ello fue la creación de una Convención europea,
presidida por el ex-presidente francés Valéry Giscard d’Estaing, que
diseñó el borrador del tratado constitucional que luego sería
aprobado, con algunas enmiendas, por los Jefes de Estado y Gobierno
en el año 2004.
La constitución estaba destinada a transformar a la Unión Europea y
a la Comunidad Europea -tal como las conocemos- en una nueva y
única Unión Europea basado en un único Tratado Constitucional.
Sin embargo, este intento de Constitución fracasó en el proceso de
ratificación. Después de 13 votos iniciales positivos, el Tratado fue
rechazado en los referendos de Francia (54,68% en contra) y los
Países Bajos (61,7% en contra).
Luego de un período de reflexión de casi dos años, un nuevo paquete
de reformas se puso en marcha en el primer semestre de 2007. Este
paquete de reformas representa un alejamiento de la idea de una
Constitución Europea en virtud de la cual todos los Tratados
existentes, serían derogados y sustituidos por un texto único
denominado "Tratado que establece una Constitución para Europa”.
En cambio, se elaboró un Tratado de Reforma que, como los Tratados
de Maastricht, Ámsterdam y Niza, realizó cambios fundamentales en
los tratados existentes de la UE con el fin de fortalecer su capacidad
para actuar dentro y fuera de la Unión, aumentar su legitimidad
democrática y mejorar la eficacia de su acción global.
Este nuevo tratado de reforma, firmado formalmente por los 27
Estados miembros de la UE el 13 de diciembre de 2007 en Lisboa, fue
redactado con inusitada rapidez. Ello se debió principalmente al
hecho de que los Jefes de Estado y Gobierno habían discutido
previamente en detalle -durante la reunión del Consejo Europeo de
junio de 2007- cómo y en qué medida se incorporarían los cambios
negociados en el 2004 a los Tratados existentes.
Sin embargo, su proceso de ratificación fue extremadamente
complejo. Aunque el Tratado de Lisboa, a diferencia del Tratado que
establece una Constitución para Europa, fue ratificado con éxito en
Francia y los Países Bajos, sufrió el revés de un primer referéndum en
contra en Irlanda el 12 de junio de 2008 (53,4% en contra). Sólo
después de una serie de garantías jurídicas sobre el ámbito de
aplicación (limitado) del nuevo Tratado, los ciudadanos irlandeses
fueron llamados a votar en un segundo referéndum en octubre de
2009. Esta vez, el Tratado recibió el amplio apoyo de la población de
Irlanda (67,1% a favor). El éxito de este referéndum también abrió el
camino para la ratificación del Tratado de Lisboa en Polonia y la
República Checa, que fueron los últimos Estados miembros en
proceder a ratificar el Tratado. Con estas ratificaciones, el Tratado
pudo entrar finalmente en vigor el 1 de diciembre de 2009.
El Tratado de Lisboa unifica la Unión Europea y la Comunidad
Europea en una sola Unión Europea. La palabra "Comunidad" se
reemplaza por la palabra "Unión". La Unión sustituye y sucede a la
Comunidad Europea. Sin embargo, la legislación de la Unión sigue
siendo moldeada por los siguientes Tratados:
1) Tratado de la Unión Europea: El Tratado de la Unión
Europea (TUE) ha sido completamente reestructurado en los
siguientes seis títulos: disposiciones Comunes (I), disposiciones
relativas a los principios democráticos (II), Disposiciones sobre las
instituciones (III), disposiciones sobre la cooperación
reforzada (IV), Disposiciones generales sobre la acción
exterior de la Unión y disposiciones específicas relativas a la política
común exterior y de seguridad (V) y Disposiciones finales (VI).
2) Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea: El
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) ha sido
desarrollado a partir del Tratado constitutivo de la Comunidad
Europea, del cual conserva la estructura general. Los cambios
principales se refieren a la acción exterior de la UE y a la introducción
de nuevos capítulos, en particular en materia de energía, cooperación
policial y judicial en materia penal, el espacio, el deporte y el turismo.
3) Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de
Energía Atómica: El Tratado constitutivo de la Comunidad
Europea de Energía Atómica (Tratado CEEA - "Euratom") ha sido
modificado en diversas etapas. En cada caso, las modificaciones
específicas se han realizado en Protocolos anexos al Tratado de
Lisboa.
El TUE y el TFUE tienen el mismo valor jurídico. Esta aclaración es
necesaria, ya que el nuevo título del antiguo Tratado CE (ahora
Tratado de Funcionamiento de la UE) y los aspectos que se regulan
en cada uno de ellos, dan la impresión de que el TUE es una especie
de constitución o tratado básico, mientras que el TFUE pretendería
ser un tratado de aplicación. Sin embargo, ni el TUE ni el TFUE son
de naturaleza constitucional.
Los términos utilizados en estos Tratados reflejan el cambio de
En la actualidad, la enfoque luego del fracaso del proyecto constitucional. La expresión
actuación y "Constitución" ya no se utiliza; el Ministro de Asuntos Exteriores de
funcionamiento de la la UE es ahora el "Alto Representante de la Unión para Asuntos
Unión Europea se asienta Exteriores y de Seguridad Común", y las definiciones de ley y ley
sobre los siguientes marco han sido abandonadas. Los Tratados modificados tampoco
tratados (con las reformas
introducidas por los
contienen artículos que se refieran a los símbolos de la UE, como la
sucesivos tratados de bandera, el himno o el lema. La primacía de la legislación de la UE no
Ámsterdam, Niza y está explícitamente establecida, pero se deriva, como antes, de la
Lisboa): jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

• Tratado de la Unión El Tratado de Lisboa también abandona los "tres pilares" de la UE. El
Europea (TUE). primer pilar, que consiste esencialmente en el mercado único y las
políticas de la CE, se fusiona con el segundo pilar, que consiste en la
• Tratado de política común exterior y de seguridad, y el tercer pilar, que abarca la
Funcionamiento de la cooperación policial y judicial en materia penal. Sin embargo, los
Unión Europea (TFUE). procedimientos especiales relativos a la Política Exterior y de
• Tratado constitutivo de la seguridad común, incluida la defensa europea, seguirán en vigor.
Comunidad Europea de Actualmente, la UE tiene 27 Estados miembros. Éstos comprenden
Energía Atómica.
en primer lugar los seis Estados fundadores de la CEE, a saber,
Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos. El
1 de enero de 1973, Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido se unieron a
la Comunidad. La "ampliación hacia el sur" se inició con la adhesión
de Grecia el 1 de enero de 1981 y finalizó el 1 de enero 1986 con la
adhesión de España y Portugal. La siguiente ampliación tuvo lugar el
1 de enero de 1995, cuando Austria, Finlandia y Suecia se unieron a
la UE. El 1 de mayo de 2004, los Estados Bálticos de Estonia, Letonia
y Lituania y la República Checa, Hungría, Polonia, Eslovenia y
Eslovaquia, Estados de Europa Central y Oriental, más las dos islas
mediterráneas de Chipre y Malta, se incorporaron a la Unión
Europea. La ampliación hacia el Este se completó con la adhesión de
Bulgaria y Rumania, el 1 de enero de 2007. Ello amplió el número de
Estados miembros de 15 a 27 y aumentó la población de la UE de 90
a 474 millones de personas. Esta ampliación histórica de la UE es el
eje central de un largo proceso que ha conducido a la reunificación de
una Europa que había estado dividida durante más de medio siglo
por la cortina de hierro y la Guerra Fría.
Los veintisiete Estados Miembros que actualmente componen la Unión Europea
son:
Alemania Estonia Luxemburgo
Austria Finlandia Malta

Bélgica Francia Países Bajos


Bulgaria Grecia Polonia
Chipre Hungría Portugal
Dinamarca Irlanda Reino Unido
Eslovaquia Italia República Checa
Eslovenia Letonia Rumanía
España Lituania Suecia

Las Comunidades Europeas: origen y


características generales de la Comunidad
Europea del Carbón y del Acero (CECA), la
Comunidad Europea de la Energía Atómica
(CEEA) y la Comunidad Económica
Europea (CEE).
Aunque en la actualidad existe una única Unión, inicialmente se
constituyeron tres comunidades distintas: la del Carbón y del Acero
(CECA), la de la Energía Atómica (CEEA o EURATOM) y la
Comunidad Económica Europea (CEE). Desde 1951 hasta el presente,
se ha producido un proceso progresivo de unificación tanto
normativa como organizativa, hasta el punto de designarlas
conjuntamente como “comunidades europeas” y llegar finalmente a
la denominación “Unión Europea”, actualmente en vigor.
A continuación, se trazarán los lineamientos generales de los tratados
constitutivos de estas comunidades, así como también de las
modificaciones más importantes que los han afectado, para
desembocar finalmente en el estudio del Tratado de Lisboa y la
configuración actual del sistema institucional europeo.
La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA)
La etapa de la creación de la Europa Comunitaria se inicia en 1950
cuando el Ministro francés Robert Schuman presentó ante la
Asamblea Nacional su proyecto de creación de una Comunidad del
Carbón y del Acero.
La originalidad de su proyecto radicó en plantear que la mejor
manera de contribuir a la seguridad de Francia y de Alemania,
consistía en crear una Autoridad Supraestatal (técnicamente
llamada Alta Autoridad) que decidiría sobre la producción de dos
sectores tan esenciales para la industrialización de la postguerra
como eran el Carbón y la Siderurgia.
El Tratado, que se firmó en París el 18 de Abril de 1951 y entró en
vigor el 25 de Julio de 1952, convirtió en realidad este proyecto,
dando origen a la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del
Acero).
Este tratado se basaba en razones económicas de reconstrucción de
la Europa destruida por la Segunda Guerra Mundial, pero tenía
también una intencionalidad política, como primer paso de la
construcción europea. Fue firmado por Francia, Alemania, Italia,
Bélgica, Holanda y Luxemburgo, los seis Estados que constituyeron
el núcleo inicial de ésta y de las demás comunidades.
Su objetivo era crear un vasto mercado común del carbón y el acero,
donde se aplicara la libre circulación de estos productos en régimen
de competencia, confiando la gestión a una nueva forma de
organización supranacional: la comunidad (Diez Moreno, 2006).
Desde su creación hasta 1965, la CECA se rigió por los siguientes
elementos institucionales:
 Una Alta Autoridad, compuesta por personas independientes de
los Estados, que administra el mercado del carbón y del acero,
pudiendo adoptar decisiones que se imponen a los Estados y a las
empresas de manera directa.
 La Asamblea, formada por delegados de los parlamentos
nacionales, que ejercía el control político de la Alta Autoridad.
 El Consejo, formado por representantes de los países miembros,
que garantizaba la coordinación entre éstos y la Alta Autoridad.
 El Tribunal de Justicia, que garantizaba el respeto del derecho en
la aplicación y ejecución del Tratado y sus reglamentos.
 Existían recursos propios de la CECA, obtenidos de una exacción
sobre las empresas del sector.
El 8 de Abril de 1965, se firma el Tratado de Bruselas, en el que se
fusionan las organizaciones de las tres comunidades en una sola, por
lo que desde entonces existieron órganos comunes y no
diferenciados.
La CECA tenía prevista una duración de 50 años, por lo que
desapareció en el 2002. Todos los elementos patrimoniales de la
misma se trasladaron a la Comunidad Europea ese año, y su valor
neto se consideró recurso dedicado a la investigación en los sectores
del carbón y el acero. En el Tratado de Niza existe una declaración
relativa a estas cuestiones.

La Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA)


El tratado de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA),
también llamado EURATOM, se firmó el 25 de marzo de 1957 y entró
en vigor el 1 de enero de 1958.
Los Estados firmantes son los mismos que firmaron el Tratado CECA,
con el objeto de “contribuir a la formación y crecimiento rápidos de
las industrias nucleares, a la elevación del nivel de vida en los Estados
miembros y al desarrollo de los intercambios con los demás países”
(Art. 1).
Se trataba de recuperar el retraso de la industria nuclear europea en
relación a los avances de otros países, fundamentalmente EEUU, la
URSS y el Reino Unido. A la vez, procuraba abordar el problema del
déficit energético, producto del incremento del consumo, y de
solventar conjuntamente el costo de las inversiones (Diez Moreno,
2006).
Con respecto a la organización, el tratado CEEA preveía, al igual que
el CECA y el CEE, la existencia de una Asamblea, un Consejo, una
Comisión y un Tribunal de Justicia, que fueron refundidos en 1965
en órganos comunes a las tres comunidades.
Como especialidad organizativa de este tratado, se destaca la Agencia
de Aprovisionamiento, organismo dotado de personalidad jurídica y
autonomía financiera, que bajo control de la Comisión dispone de un
derecho de opción sobre los minerales, materias primas y material de
fisión especiales, producidos en el territorio de los Estados
miembros; así como de un derecho exclusivo de concluir contratos de
suministro de minerales, materias primas, o materiales de fisión
especiales procedentes del interior o exterior de la Comunidad. La
duración de esta Comunidad es ilimitada.
La Comunidad Económica Europea (CEE)
El Tratado CEE vino precedido de un doble intento fallido de crear
una Comunidad Europea de Defensa en 1952, y una Comunidad
política europea en 1953. En consecuencia, sólo parecía factible la
integración económica, y en la Conferencia de Ministros de Asuntos
Exteriores de la CECA, celebrada en junio de 1955, se encarga a un
comité de expertos la redacción de un informe que servirá de base a
una nueva reunión de aquella conferencia en mayo de 1956.
Se trataba de superar el ámbito reducido de la CECA, ampliar la
integración europea a todos los ámbitos económicos y lograr una
nueva integración sectorial en el ámbito nuclear.
El proceso concluyó con la firma en Roma, el 25 de marzo de 1957,
del Tratado por el que se instituye la Comunidad Económica
Europea, también llamado “Tratado de Roma”. Los firmantes de este
tratado fueron los mismos que los de las otras dos Comunidades, pero
la historia de la CEE está marcada además por sucesivas
ampliaciones, hasta reunir en 1995, quince países miembros.
El Tratado CEE tenía como objetivo la creación de un mercado común
en el territorio de los seis países miembros, con las mismas
características de un mercado nacional, esto es, unión aduanera (con
la supresión de aranceles y el establecimiento de un Arancel Externo
Común), la libre circulación de los factores de la producción (bienes,
personas, servicios, capitales), la protección de la libre competencia,
la armonización de las políticas económicas generales y la ejecución
de ciertas políticas comunes en agricultura, transporte y comercio.
Por encima de ello, la CEE representaba una intencionalidad política,
manifestada en su preámbulo, cuando habla de “sentar las bases de
una unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos”. De allí
que la CEE se presente como un paso decisivo en la construcción
funcional de la Europa política (Diez Moreno, 2006).
En cuanto a la organización, la CEE se estructura de manera similar
a la CECA: una Asamblea (hoy Parlamento Europeo), una Comisión,
un Consejo de Ministros (hoy Consejo) y un Tribunal de Justicia.
Como se mencionó supra, el Tratado de Bruselas fusionó la
organización de las Comunidades.
Finalmente, es importante señalar que la CEE no se constituyó sólo
como órgano de gestión, sino que además contaba con capacidad
normativa; el poder decisorio principal ya no era un órgano
independiente sino intergubernamental (el Consejo de Ministros),
propugnándose un equilibrio institucional sobre la base del voto
ponderado en el Consejo, el derecho de iniciativa de la Comisión, y la
función dictaminante de la Asamblea.
Como se verá, la Comunidad Económica se fusionaría con la Unión
Económica, que la sustituye y sucede, a partir del Tratado de Lisboa,
que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009.
Bibliografía
• Ekmekdjian, M. A. (1996). Introducción al Derecho Comunitario
Latinoamericano (2ª Ed.). Buenos Aires: Depalma.

• Freeland López Lecube, A. (1996). Manual


de Derecho
Comunitario (1ª Ed.). Buenos Aires: Ábaco.

• Versiones consolidadas del Tratado de la Unión Europea y El


Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea de acuerdo con
las modificaciones del Tratado de Lisboa (2007)

Bibliografía ampliatoria

• Borchardt, K. (2002). El ABC del Derecho comunitario.


Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de las
Comunidades Europeas.

• Borchardt, K. (2010). The ABC of European Union Law.


Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de la Unión
Europea.

• Díez Moreno, F. (2006). Manual de derecho de la Unión Europea.


Navarra: Thomson Civitas.

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