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Butacas - Teatro Bolívar

Fotografía: Joel Gavilanes


Nuestro invento no es para
venderlo. Puede ser explotado
algún tiempo como una
curiosidad científica, pero no tiene
ningún interés comercial.

Antoine Lumière

Film de la colección Watson Kintner, en un viaje que realizo al


Ecuador, 1949. Fuente: Ministerio de Cultura y Patrimonio, A.H
El siglo pasado
fue la época
en donde
florecieron y se
posicionaron,
sin embargo, los
cambios que
traería consigo
el siglo XXI
transformarían
el panorama
Compañia de Teatro ensayando: Ministerio de Cultura y Patrimonio, A.H.
para estos
espacios de
exhibición
cinematográfica.

Los cines y teatros del centro


histórico llegaron a ser la principal
distracción de los quiteños durante
varias décadas, desde que la primera
cadena de cines se inauguró en el año
de 1914 tuvieron acogida y un gran
impacto.
Quito experimentó
una verdadera
metamorfosis en la
década de los 70,
la ampliación de la
ciudad era precisa
para la modernización
de la misma, no sólo el
número de habitantes
aumentó, también las
prácticas, costumbres
y entretenimientos.
Las nuevas
tecnologías como la
televisión, los equipos
de proyección casera
como el VHS y el
DVD, el internet,
los video clubs, y
demás invenciones
tecnológicas hicieron
que de a poco estos
espacios perdieran su
Teatro Bolivar, (1930). Fuente: Ministerio de
clientela regular.
Cultura y Patrimonio, A.H

El cine no dejó de
ser consumido lo
que cambió fue el
espacio, las nuevas
multi salas de cine
parecen ofrecer
servicios “mejores”,
con parámetros de
consumo veloces y
multi funcionales de
acuerdo al ritmo de
vida moderno.
Teatro Bolivar en la actualidad.
¿CÓMO ERA
IR AL CINE?
Ir al cine representó un
verdadero ritual en el
siglo pasado, con códigos
y practicas distintas a las
de hoy en día. Sobre todo,
porque Quito era una ciudad
pequeña, arraigada a sus
tradiciones y costumbres
.
Hasta la década de los 70,
cuando la exhibición de cine
aun no entraba en crisis los
precios para las funciones
variaban entre: Luneta 12 y 8
sucres y Galería: 2 a 4 sucres.
Esto en funciones continuas
ya sea en la mañana hasta la
tarde o en la tarde hasta la
noche, es decir 2 o 3 películas.

Realmente algo no muy


costoso y asequible, es lo
que comentan los padres y
abuelitos que vivieron aquella
época. Por supuesto había
locales como el Fenix en el
norte y eventos especiales en
el Bolívar, donde la entrada
superaba este monto.
Pero en general ir al cine
era mucho más barato que
hoy en día, cuando por una
película podemos gastar
desde $ 4,50 hasta $ 5.00,
Teatro Granada frente a la Iglesia y convento de La Merced, 1976. Fuente: A.H
eso sin contar con la comida.
Un recorrido por el centro histórico

Al caminar por uno de


los centros históricos más
amplios, antiguos y mejor
conservados de toda
Latinoamérica, uno puede
dejarse llevar y empezar
a imaginar o reconstruir
historias; en cada esquina,
en cada bella construcción,
en sus personajes.

Así fue que surgió esta


historia y esta ruta
con la ubicación de los
cines y teatros que en el
siglo pasado fueron los
protagonistas principales
de la ciudad.

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