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NARRATIVA GRÁFICA r e s e ña s

Un memorable oral, hipnotiza al niño con historias


de duendes y bruja. El niño —curioso,
con un eventual uso del discurso di-
recto libre expresado en el habla de
Carrasquilla en inteligente, atrevido— aprovecha para los personajes), introduce dispositivos
novela gráfica preguntarle si él podría volar como lo
hacen las brujas, y ella, irresponsable-
propios de la tradición oral (la “orali-
dad primaria”, según el concepto de
mente, le contesta que sí, si se unta Walter J. Ong), y esto, como lo señala
Simón el Mago aceite de misa y se pone una peluca. Raymond L. Williams en Novela y
Tomás Carrasquilla Aparece entonces en escena, como poder en Colombia, 1844-1987 (1991),
Carlos Díez Aranzazu dice Gaviria, “el mundo del aquelarre constituye un aspecto diferenciador de
(ilustración) y la orgía, antes de la religión” (p. 7). la literatura antioqueña. Carrasquilla
Fondo Editorial Eafit, Medellín, 2016, Antonio y Pepe Ríos, el compinche configuró lo que para los costumbris-
74 pp., il. que ha conseguido para llevar a cabo tas era novedad narrativa. Modesto en
su aventura, roban el aceite al cura del sus intenciones, no solía hablar de su
He aquí un libro extraordinario, que pueblo y arman sendas pelucas con “poética”, pero en este relato ya de-
demuestra por qué Medellín continúa los mechones de pelo que la mamá vela sus secretos de trabajo creativo,
siendo, si no el principal, uno de los de Pepe ha estado guardando para que después van a adquirir carta de
ejes de la vanguardia editorial e inte- vestir en Semana Santa la imagen del identidad latinoamericana en novelas
lectual en Colombia. Por un lado, recu- Nazareno. Con el fin de no afectar la como La marquesa de Yolombó y
pera un texto canónico de la literatura lectura de quienes no han leído el ma- Hace tiempos, en relatos como “Ligia
colombiana del siglo XIX , vindica el ravilloso Simón el Mago, solo digamos Cruz”, y en esos cuentos extraordina-
poder verbal y simbólico del mundo que, en la penúltima escena, Antonio rios que son “En la diestra de Dios
del autor, Tomás Carrasquilla; y por se apresta a volar desde el techo de un Padre” y “Dimitas Arias”. La primera
otro, instaura una nueva perspectiva chiquero, mientras recita el conjuro intención sistemática de Carrasquilla
hermenéutica que demuestra las múlti- herético: “¡No creo en Dios ni en santa es capturar y darle forma al habla an-
ples posibilidades abiertas por los tex- María!”. tioqueña como una característica cul-
tos literarios, si son bien aprovechados Simón el Mago, como lo recuerda tural cerrada. Simón el Mago es una
por gestores culturales para construir bien Kurt Levy, biógrafo de Carras- mina en ese sentido para los lingüistas
identidad regional y nacional. quilla, le permitió a este ganar “dere- y antropólogos, pues además incluye
Simón el Mago es el primer relato cho de piso” en la literatura regional descripciones atentas de la vida mate-
que escribió Tomás Carrasquilla. Fue antioqueña y, progresivamente, adqui- rial en la región: la comida, los juegos,
publicado en 1890, en una antología rir peso simbólico para ser convertido la farmacopea popular.
que hizo Carlos E. Restrepo, quien di- en texto canónico nacional a lo largo De esta intención surge el segundo
rigía en Medellín la tertulia El Casino de la República Conservadora (1886- camino abierto: la construcción de un
Literario. Restrepo, previamente, ha- 1930). Si bien la alusión al mundo de discurso sobre el negro en la narrativa
bía sido informado por varios amigos la brujería fue censurada, previsible- colombiana, desde una perspectiva
de que en el distante pueblo de Santo mente, por los profesores de colegios mestiza. El poderoso personaje que es
Domingo vivía un escritor inédito al y autoridades intelectuales conserva- Frutos (Fructuosa Rúa) debió implicar
que valía la pena impulsar. Entonces doras, lo cierto es que otros como los para Carrasquilla una agudización de
le puso a este la tarea —penosa si se católicos Antonio Gómez Restrepo y la mirada sobre el problema. Frutos
mira desde hoy— de convertir en ma- Rafael Maya le dieron el nihil obstat es una antigua esclava, probablemente
teria novelable la región: Antioquia. a mediados del siglo XX. Para los años chocoana, que ha vuelto a casa de sus
Carrasquilla, ya de treinta años, envió sesenta del siglo pasado, el cuento era antiguos amos en condición de sirvien-
el relato, sin sospechar del todo que vendido por cientos en los planes de ta. Pero ella es, con Toñito, personaje
abría una caja de Pandora. lectura escolares, en feas versiones central del relato, eso no hay que
El título del cuento resume la histo- publicadas por editoriales pasadistas olvidarlo. Sobre Frutos recae el peso
ria. Como detalla en el enriquecedor (véase el ensayo de Juan Guillemo Gó- de la trama y su discurso es el que
prólogo el cineasta Víctor Gaviria, el mez, “Reseñas, publicidad, distribu- dispara el conflicto. En un observador
apóstol Simón fue castigado con la ción y piratería del libro de izquierda”, ensayo de 2003, titulado “El imaginario
muerte por su soberbia, al asegurar en Colombia es una cosa impenetra- afroamericano en Simón el Mago” (en
a la gente que se podían hacer mi- ble, Diente de León , Bogotá, 2006), lo Estudios de Literatura Colombiana,
lagros con la sola invocación de la que habla de su valor literario. n.° 13, pp. 41-49), el profesor Edison
palabra de Cristo. La palabra “simo- Analicemos esa caja de Pandora Neira Palacio ha llamado la atención
nía” hace referencia al respecto. Los que abrió Carrasquilla. Con Simón sobre este aspecto, ya que Frutos es
protagonistas del cuento son el niño el Mago, el escritor antioqueño abrió quien introduce el motivo central del
Antonio (Toñito) y la negra Frutos, varios caminos. Señalemos tres. El relato: la religión.
empleada del servicio que idolatra al primero dio identidad a la narrativa Lo que Carrasquilla demuestra en
niño. La armazón narrativa del texto antioqueña. Si bien el cuento utili- Simón el Mago es que la idealiza-
está organizada para privilegiar la za un punto de vista narratológico ción y el fanatismo religiosos (...)
anécdota: Frutos, analfabeta, pero convencional (el adulto que narra en solo conducen a reforzar el ocul-
con un don poderoso de narradora primera persona un episodio de niñez, tismo, un campo de lo inexplicable

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r e s e ña s narrativa gráfica
donde impera el acto en lugar de la es Carlos Díez Aranzazu. Son ochenta
razón. (p. 48) ilustraciones que funcionan como un
guion visual y le dan enorme vitalidad
La defensa del negro ante la inferio- semántica al texto de Carrasquilla.
ridad social que debía soportar en el Elaborada, según se describe en la
mundo de la hacienda antioqueña es presentación del libro, con “pluma,
la narración oral religiosa, la memoria tinta Parker, un pincel y un poco de
exuberante, que a su vez genera una acuarela”, la narración visual acerca
nueva mixtión cultural a través de la a los lectores juveniles al texto origi-
cual se manifiesta la resistencia afri- nal, es decir, gana un nuevo público
cana ante el altar católico de origen para la obra. El segundo logro es el
hispánico. Al final se impone, claro, la prólogo de Víctor Gaviria, quien tenía
razón secular después de la paliza que todo el derecho a escribirlo luego de
le da el padre a Antonio. Como le dice ser el director y guionista de la versión
don Calixto Muñetón, el intelectual para cine del relato (1994). Con ello
del pueblo, al niño: “Sí, mi amiguito: se dinamiza el poder intertextual de
todo el que quiere volar, como usted… Simón el Mago y su vigencia en la ac-
¡chupa!” (p. 70). tualidad. El tercer logro fue organizar
Y el tercer camino que alcanza a en agosto de 2015 una exposición en la
abrir Carrasquilla con Simón el Mago Universidad Eafit que permitió a los
es el de dar visibilidad al niño como transeúntes recuperar para el presente
personaje de gran valor literario. Esto el texto de Carrasquilla, acompañado
lo revela con particular acierto Car- de las ilustraciones de Díez.
los Díez, el ilustrador del relato en la Los logros del libro no se hubieran
edición de Eafit. Antonio es el primer dado sin la atenta vigilancia de la
niño de la literatura colombiana que editora, Esther Fleisacher. Ella intro-
habla, piensa y actúa por sí mismo. Sus dujo un formato atrevido, ágil desde el
penas, preocupaciones, pedantería, te- punto de vista del diseño gráfico, para
meridad, nos son reveladas con gran unir texto e imágenes. Probablemen-
detalle visual en el cuento. La imagen te la tipografía y la caja no se acaben
memorable de Antonio en brazos de de llevar bien, pero este es un lunar
Frutos, mientras la escucha contar his- menor. El libro es perfecto para leer
torias de brujería (p. 28), es poderosa en voz alta, para llamar la atención en
al acentuar el elemento humorístico, una vitrina de librería, para llevarlo
que en el texto de Carrasquilla es más a un día de campo y compartirlo con
bien discreto. los niños.
La publicación conmemorativa de Tomás Carrasquilla es el fundador
este relato fundacional, hecha por moderno de la narrativa colombiana y
el Fondo Editorial Eafit, en síntesis, 125 años después nos sigue tocando a
aprovecha el estatus canónico gana- la puerta, tal como lo hacen los clási-
do por Simón el Mago en 125 años cos, en palabras de Italo Calvino. Este
y formaliza de modo ingenioso una magnífico libro lo demuestra.
reactualización hermenéutica sobre
la que queremos llamar la atención. Carlos Sánchez Lozano
Porque esta propuesta expresa todo
lo que se puede hacer con los textos
clásicos en la tarea de llevarlos a una
comunidad de recepción más amplia,
inclusiva, que se apropie de ellos y los
reinvente, tal como lo han sugerido
Sarah Hirschman en Gente y cuen-
tos. ¿A quién pertenece la literatura?
(2011) y Doris Sommer en The Work
of Art in the World: Civic Agency and
Public Humanities (2014). El primer
gran logro que tiene esta edición es
convertir un texto canónico en un
libro ilustrado, una novela gráfica.
Ello no se hubiera podido lograr sin el
aporte de ese gran narrador visual que

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