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1º Congreso Argentino-Brasileño de Medicamentos Genéricos

Conferencia de Apertura - 4 de Diciembre de 2002 – Auditorio Principal

Dr. Aníbal Ibarra, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con la potencialidad de nuestro país, a pesar de la crisis y la necesidad de sumar a los


diferentes países de América Latina. Y esta feliz coincidencia creo que le da un mayor
sustento político y una mayor envergadura a este congreso. No voy a hablar aquí de la
magnitud global de la producción y comercialización de medicamentos a nivel del mundo,
uno de los mercados más poderosos en la actualidad. Sí me parece central y va a ser materia
de debate en este congreso, cómo definimos el rol del Estado con relación a las políticas de
medicamentos y de Salud en nuestros países. Cómo definimos el rol del Estado y su
relación y su vínculo con el mercado, que necesariamente existe, pero ese vínculo entre el
Estado y el mercado es lo que está puesto en crisis, es lo que es materia de debate, cómo
articulamos con los diferentes sectores involucrados, con universidades, con médicos,
profesionales, con los farmacéuticos, con el sistema público de salud, con el sistema
privado.

Todos son actores centrales, que no pueden estar ausentes en la política de Salud. ¿Y por
qué hago hincapié en el rol del Estado? Porque nosotros venimos de una década donde se
pretendió deslegitimar al Estado. Se pretendió reducirlo a su mínima expresión. Se nos
decía que el Estado debía retirarse y dejar que el mercado funcionara por sí mismo, que iba
a derramar las bondades ese funcionamiento independiente, separado. Así nos fue. Creo
que fue una de las grandes mentiras que quisieron imponernos. Y quedamos con un Estado
profundamente debilitado, con poco margen de maniobra, sometido a las presiones y a las
voluntades de los sectores de poder, internos y externos y ese es el Estado que nos dejaron,
un Estado que como sociedad debemos reconstruir, debemos reformular y ese Estado aquí,
en esta Argentina debió afrontar la peor crisis económica y social de su historia, pero
además con una profunda crisis política e institucional.

¿Y por qué digo esto? Porque en el marco de esa debacle, de ese Estado deslegitimado, de
esa crisis que nos hacía a todos los que tuvimos responsabilidades políticas institucionales,
gobiernos nacionales y locales ir corriendo detrás de las urgencias, y sin embargo hubo
espacio para definir políticas de fondo. Hubo espacio y decisión para definir políticas a
mediano y largo plazo. Suele decirse que las crisis son oportunidades para las sociedades. A
veces se lo usa como un cliché. Yo quiero reivindicar esa expresión, su contenido porque
en lo que hace a políticas de Salud, específicamente a políticas de medicamentos, a la
política respecto de la obligatoriedad del uso por nombre genérico, creo que como sociedad
hemos aprovechado la crisis para definir esas política. Creo que de no haber estado en esta
crisis tan profunda tal vez no hubiéramos tomado esas profundas definiciones políticas. Y
esto tiene mucho valor. Porque se pudo definir una estrategia.
Empecé diciendo de los recursos, del movimiento económico que significa la producción y
comercialización de medicamentos y cuando uno define estas políticas toca costados
sociales, permite la accesibilidad de millones de personas a los medicamentos, democratiza
la salud y el uso de los medicamentos, pero también afecta intereses económicos muy
fuertes. Y entonces en cuanto uno diseña estas políticas ya se pone en marcha la maquinaria
destinada a provocar el fracaso de esas políticas. A demostrar que no se puede. A decir que
va en contra la sociedad. Y el valor es haberlo sostenido. Y creo que el valor es también
haberse sentido acompañado en esa decisión. Porque no se dejó que confrontara un
gobierno con los sectores de muchos recursos y de mucho poder. Hubo un acompañamiento
social. Un acompañamiento de los diferentes sectores profesionales, cámaras que se
involucraron y salieron a la pelea. Y por supuesto que fueron pasos. No es que ya todo se
consiguió y hemos llegado al final del camino. Quizás el mayor valor es que se empezó. Es
que ya de esta decisión no hay retorno. Que se han subido escalones porque es necesario
generar un cambio de cultura muy importante. Y esto no se consigue de la noche a la
mañana.

Es necesario derribar posiciones conservadoras y esto tampoco se decide de la noche a la


mañana, pero sobre todo hay que mantener esta política, confrontando también con los
intereses que quieren llevarla al fracaso. Por eso como jefe de este gobierno de la ciudad de
Buenos Aires, como perteneciente a un sector político distinto al gobierno nacional quiero
decirle, Sr. Ministro de Salud de la Nación que su gobierno va a contar con todo el apoyo
de la ciudad de Buenos Aires, como ha venido contando en estas políticas que necesitamos
que estén todos involucrados, que soy absolutamente oficialista en las políticas de salud del
gobierno de la Nación. Y que retomo para concluir también una expresión que dijo el
presidente electo de Brasil antes de concluir su discurso en la Jefatura de Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires. El dijo: "no tenemos derecho al fracaso, no podemos fracasar
porque hay millones de personas que nos están mirando. Tenemos que seguir manteniendo
viva la esperanza. Tenemos que tener confianza en la política como herramienta
transformadora". Creo que en la política de medicamentos estamos dando esa pelea.

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