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AMANDA MARS
LUCÍA ABELLÁN
Washington / Bruselas 1 JUN 2018
Donald Trump ha decidido finalmente lanzar la guerra comercial contra sus grandes
aliados, la Unión Europea, México y Canadá, al activar unos aranceles al acero
(25%) y al aluminio (10%) que había anunciado en marzopero dejado en suspenso
con el fin de abrir una negociación. Dentro del credo trumpista del América primero,
Washington pide cambios para reducir el déficit comercial con dichos países y
China, pero las conversaciones no han fructificado y la escalada arancelaria está
servida. La Administración de Estados Unidos anunció este jueves que los
gravámenes entraban en vigor a medianoche. Bruselas y el resto de afectados ya
anunciaron represalias.
Estados Unidos, el país más rico del mundo, importa de otros países mucho más de
lo que exporta y ese desequilibrio, el déficit comercial, obsesiona a Trump desde
que comenzó su carrera a la Casa Blanca. Lo señala como gran mal del sector
industrial estadounidense y, por tanto, origen de todos los males de la clase media.
Así es como Washington se ha embarcado en una batalla solitaria, sin distinguir
entre aliados ni rivales, con tres grandes frentes al tiempo: el de Europa; el de
Canadá y México (con los que quiere reformar o romper el tratado que les une) y el
del gigante asiático.
Según Ross, las conversaciones con los socios europeos habían logrado algunos
“avances”, pero no los suficientes, a su juicio, para mantener la exención a los
nuevos aranceles, que expiraba en la medianoche. En el caso de México y Canadá,
la suspensión de los gravámenes respondía a la negociación para reformar el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLC), un proceso que ha entrado en vía
muerta y no tiene fecha prevista de conclusión.
Pero con la Unión Europea, el principal socio comercial como bloque de EE UU, el
sistema trumpiano de abrir las negociaciones con rehenes sobre la mesa (aranceles
aprobados y, acto seguido, congelados) no ha funcionado. “Es puro y simple
proteccionismo. Estados Unidos no nos deja otra opción que proceder a presentar el
caso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) e imponer más aranceles a
una serie de importaciones de EE UU”, anunció el presidente de la Comisión
Europea, Jean-Claude Juncker, en un comunicado. Bruselas presentará este viernes
el procedimiento legal en la OMC.
“Hoy es un mal día para el comercio mundial. Hemos hecho todo lo posible para
evitar este resultado”, lamentó la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, que
ha dialogado incansablemente con Ross durante los últimos meses. Malmström
mostró su frustración por el desenlace. “En estas conversaciones, Estados Unidos ha
tratado de usar la amenaza de restricciones comerciales para obtener concesiones de
la UE. Nosotros no negociamos así”, reprochó. Pero así es la estrategia trumpista,
que a pocos meses de las elecciones legislativas está intensificando su discurso
nacionalista.
Ross insistió este jueves en que la activación de estos nuevos aranceles no tiene por
qué interrumpir las negociaciones. “China está pagando los aranceles, que entraron
en vigor en marzo, y no ha usado eso como excusa para no negociar con nosotros.
Solo la UE insiste en que no podemos negociar si hay aranceles”, dijo en París el día
anterior, en un foro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE).
Macron también afirmó durante la conversación telefónica que le parece "un error" la decisión
y que la Unión Europea va a responder de una forma "firme y proporcional".
El presidente francés, que tiene un vínculo fluido con Trump, también le pidió que participara
en las negociaciones con la UE, China y Japón para reforzar las reglas de la Organización
Mundial de Comercio, dijo la presidencia, sin dar detalles sobre la respuesta del mandatario
estadounidense.