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IGNACIO MANUEL
ALTAMIRANO
PERDIDAS DE LOS
ECOSITEMAS
CAUSAS Y CONSECUENCIAS
A menor escala, otro problema son las quemas no controladas que se dan bien sea para preparar el
terreno para actividades agrícolas o para eliminar el bosque para el desarrollo ganadero. Mediante
esta práctica se elimina la cubierta orgánica del suelo, haciéndolo más susceptible a la erosión tanto
eólica como hídrica. Además, las quemas generan problemas de salud y disminuyen la estética del
paisaje.
También está el caso de las quemas accidentales o naturales que afectan áreas de bosque natural.
En los cantones de Upala y Los Chiles, en Costa Rica, se quemaron entre 1998 y 1999
aproximadamente 10.000 ha. Este problema es más severo aún en el territorio nicaragüense de la
Cuenca. La falta de equipo y organización por parte de las comunidades para controlar estas quemas
es uno de los principales obstáculos para evitar que se quemen grandes áreas.
Los humedales constituyen ecosistemas muy frágiles que están siendo fuertemente afectados, lo
que incide en la disminución en número y diversidad de especies de la flora terrestre, aves, reptiles,
mamíferos, peces y crustáceos. Este problema se presenta por la sobreexplotación de especies de
la vida silvestre, bien sea para alimento de la población, para el comercio de su piel o para el
comercio de las especies vivas, y por la sedimentación, que ocasiona cambios en la calidad de las
aguas, que afectan significativamente la reproducción de las especies acuáticas que viven y/o se
reproducen en los humedales.
Los humedales de la CRSJ son ecosistemas de gran valor, que regulan el ciclo hidrológico y brindan
alimento y refugio a cientos de especies, incluyendo grandes cantidades de aves migratorias. Una
causa importante en el deterioro de este ecosistema es el drenaje de amplias áreas de humedales
para dar paso a que se conviertan en zonas agrícolas o de asentamientos humanos. En fotos aéreas
del sector de Caño Negro se observan cómo han disminuido a través del tiempo los espejos de agua,
debido en parte al drenaje de humedales para fines agrícolas, como por la sedimentación generada
en los últimos años en la Cuenca.
CONSECUENCIAS
¿Te has puesto a pensar que el bienestar del que gozamos hoy día es
considerablemente mayor al de los siglos pasados gracias, entre otras causas, a los
servicios que los ecosistemas nos prestan todos los días? En efecto, mucho del
incremento de las actividades generadoras de riqueza, como el crecimiento
industrial y el comercio, entre otras, sólo ha sido posible gracias a que los
ecosistemas nos abastecen continuamente de sus bienes y servicios.
Si los bosques hubieran dejado de producir la madera, los mares no mantuvieran
las poblaciones de peces o los humedales hubiesen cesado de purificar el agua, la
situación actual podría ser radicalmente distinta. Desafortunadamente, este
crecimiento ha causado el deterioro, la reducción o la desaparición de grandes
superficies de ecosistemas. Hemos transformado millones de hectáreas de
bosques, selvas y matorrales en campos agrícolas y potreros; muchas de las
especies pesqueras se capturan sin descanso en todas las aguas del planeta;
enviamos a la atmósfera millones de toneladas de gases de efecto invernadero y
vaciamos en mares, ríos, lagos y suelos millones de toneladas de contaminantes
que son, finalmente, residuos de nuestra vida diaria.
En muchos casos los ecosistemas han sido capaces de resistir, e incluso revertir,
el impacto de las actividades humanas y de sus residuos, pero sus límites de
tolerancia se han rebasado. En algunos lugares, los humedales ya no detienen el
embate de las tormentas y marejadas, y no purifican el agua; muchos ríos, lagos y
mares no producen la cantidad de peces de décadas atrás y la atmósfera no tiene
más la capacidad de autolimpiarse.
Aun cuando podrías pensar que los efectos de la pérdida de los servicios y bienes
ambientales sólo podrían ser locales, es decir, en los sitios donde se ha producido
el deterioro ambiental, no es así. Con frecuencia las consecuencias trascienden
localidades y regiones. Por ejemplo, la pérdida de superficie forestal en una
localidad de Chiapas no sólo reduce el abastecimiento de productos forestales y la
recarga de los acuíferos de la zona, sino también afecta la capacidad de los bosques
para controlar las crecidas de los ríos, lo que podría traducirse en algún momento
en inundaciones en zonas lejanas donde los ríos vierten sus aguas.