Sei sulla pagina 1di 8

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA.

FACULTAD DE PSICOLOGIA

Informe psicología
forense
Unidad 25

Pilar Sotelo

Legajo 94 165/9

Profesor PPS: Silvio Angelini

Profesora pácticos: Ana Paula Ribeiro

[Escriba aquí una descripción breve del documento. Normalmente, una descripción breve es
un resumen corto del contenido del documento. Escriba aquí una descripción breve del
documento. Normalmente, una descripción breve es un resumen corto del contenido del
documento.]
Introducción

A lo largo la cursada de psicología forense he realizado las prácticas


profesionales supervisadas (en adelante PPS) correspondientes a la misma
materia. Realice mi experiencia en la Unidad 25 de Olmos teniendo como
referente a la licenciada en psicología Alejandra Gorriz. En la institución
tuvimos 3 encuentros en los cuales realizamos distintas actividades
relacionadas con el rol del psicólogo del área de clasificación, las cuales
constaron de entrevistas de admisión y seguimiento, juntas del G.AY.S y
confección de informes. Trabajos que a excepción del informe se realizaban
con otros profesionales (abogado, trabajadora social y personal de contacto).

Como ejes de análisis voy a tomar el trabajo interdisciplinar, el rol y ética del
psicólogo en la institución carcelaria y el entrecruzamiento de los discursos jus
naturalista y jus humanista.

Descripción de la institución

La Unidad 25 esta ubicada en Olmos, dentro de un complejo de cárceles donde


se ubica también la Unidad 26 y la 1. La característica que la diferencia de
otros penales es su población, está compuesta por hombres en su gran
mayoría mayores de 60 años y alrededor de un 80 % está por causas de
abuso sexual, el resto del porcentaje lo componen los llamados “refugiados”
que son gente con algún contacto político que los envían a ese penal para “no
ser molestados”. Otro rasgo que hace a su particularidad es que hay una gran
población de evangélicos. Se da especialmente la influencia de un pastor al
interior del penal que tiene una especie de granja, “el campito”, que es a donde
los sujetos privados de su libertad que no tienen un lugar en el exterior para
volver pueden ir, si así lo desearan y cumplieran con algunas normas que se
les piden.

En referencia a las cuestiones edilicias el acceso los días de lluvia es bastante


difícil, debido al camino de tierra que hay que atravesar para poder llegar. Al
interior el frio te cala los huesos, además de las goteras que invaden el edificio
dando como resultado un camino lleno de baldes y distintos utensilios que
sirven para acaparar el agua. También cabe resaltar la precariedad de las

1
oficinas. Estas son compartidas por múltiples personas. El departamento
desclasificación no cuenta con una oficina propia y comparte la del GAYS.
Tampoco tenían computadora para realizar los informes u otras actividades
hasta que la psicóloga dono una. A esto se le debe sumar la constante queja
por parte de los integrantes de los equipos por su sueldo y la dificultad que se
les presenta para cobrar en tiempo y forma.

El sistema punitivo ¿A qué nos permitimos acostumbrarnos?

El sistema punitivo opera en las sociedades de control de forma disimulada,


con esto me refiero a que sus modos de actuar dentro de la sociedad se
invisibilizan al ser adoptados por el imaginario social imperante. Este surge
desde múltiples aristas comenzando por medios de comunicación y las formas
de socialización primarias como la familia.

Desde la infancia se nos bombardea con información que intenta pasar


desapercibida. Vemos en las películas y cuentos como el malo siempre es
encarcelado o muerto, desaparecido de la escena. Es el “final feliz”. Luego
cuando crecemos nos encontramos con formas menos sutiles como los
noticieros que dependiendo del clima social abogan por unos u otros castigos
que van desde la cárcel hasta formas menos éticas como los linchamientos.

Si lo único que podemos entender de un “criminal” es que en el mejor de los


casos debería estar preso (o muerto), si lo escondemos detrás de las rejas
podridas de las cárceles, poco puede interesar lo que ocurre al interior de los
penales. Esto tiene consecuencias nefastas como las condiciones de vida
paupérrimas dentro de los penales, la falta de interés del Estado por tener
condiciones dignas de infraestructura (por lo menos) para quienes tienen la
desgracia de transitar por estas instituciones y luego la ética de los
profesionales y personal de contacto que conviven en las instituciones
carcelarias.

En nuestro país desde el año 1994 rige el paradigma del jus humanista, este
surge con la Declaración Universal de los Derechos Humanos que fueron
adoptados en nuestra Constitución en el año 1994. En ellos se propone un
piso mínimo de derechos que todos los estados parte se comprometen a darle

2
a sus ciudadanos en pos de vivir una vida digna. Cuando transitamos por las
instituciones penales nos chocamos con que en la realidad el paradigma que
impera es el jus naturalista que tiene como base filosófica al positivismo y todos
sus derivados. “El positivismo es la consagración teórica de la razón
instrumental, no solo porque hace uso de una metodología de las ciencias
naturales, sino porque hace de esta metodología el único criterio de
cientificidad y verdad” (Castro)

Encontramos bajo este paradigma que el criterio general es el encierro, que el


interno va a ser tomado como un enemigo y que al sujeto institucionalizado se
lo deshumaniza hasta el punto de reducirlo a un número bajo un intento de
dominar a esa persona. Se le quita lo subjetivo.

En la Unidad 25 encontramos una especie de “solución de compromiso” entre


uno y otro paradigma. Ya que por un lado se intentan algunos programas de
tratamiento alternativos como por ejemplo talleres de oficio, escuela primaria y
secundaria, universidad. Es decir que se fomenta la autonomía del sujeto
trabajando en miras de salir de esa institución y su vida fuera de ella. Pero
también encontramos especialmente en los profesionales que trabajan en esta
Unidad rasgos del paradigma jus naturalista.

En mi experiencia me encontré con que las entrevistas tanto de admisión como


de seguimiento que realizamos en conjunto con la psicóloga, el abogado y la
trabajadora social, tenían un enfoque claramente jurídico. Las preguntas eran
cerradas y estaban diseñadas para ser incluidas en un informe (individual de
cada profesional) que luego formaría parte del legajo del interno. Todas las
entrevistas estaban supeditadas al pedido del juez. Por ende el lugar en que se
ponía al sujeto es de un número más, un legajo más a completar, con las
mismas preguntas estandarizadas para todos los sujetos dejando de lado sus
particularidades o cosas que pudieran surgir en una entrevista más flexible.

Por otro lado si bien durante el primer encuentro con la psicóloga se nos
planteó que el trabajo realizado en la institución era interdisciplinario en la
práctica nos encontramos con que había un equívoco de la palabra. En
realidad el trabajo podría pensarse más como un trabajo multidisciplinario, ya
que si bien las entrevistas eran realizadas a la vez por varios profesionales, los

3
informes eran redactados uno por cada uno y las preguntas que se le hacían al
sujeto también eran distintas según la especificidad de cada profesional.
Además no puedo dejar de marcar el rol que jugaba el abogado dentro de las
entrevistas ya que su papel dominante se veía muy claro.

La autoridad que parecía tener el abogado al interior del penal, por lo menos
entre el escalafón profesional, también me resulto llamativo ya que si bien el
trabajo que realizaba el equipo de clasificación estaba ligado a los pedidos del
juez, por ende tendría sentido que alguien formado específicamente en leyes
tuviera cierto protagonismo, se podrían leer algunos micro machismos como los
comentarios “galantes” que este realizaba a sus compañeras (las más
jóvenes), la “caballerosidad” que aplicaba solo a las mujeres y luego en la
entrevista la relación de poder que claramente se establecía cuando él era el
era quién la diría.

En cuanto a la ética profesional también hubo algunas situaciones extrañas. En


la entrevista que realizamos con el abogado entrevistamos a un sujeto que
había ingresado recientemente a ese penal, había sido trasladado allí por la
edad desde otro penal que era a la vez un hospital ubicado en el mismo
complejo de penales. Esta persona ya desde que se presentó resulto llamativa,
a diferencia de otros sujetos entrevistados que tomaban cierta distancia del
personal profesional, marcándolo desde el lugar donde ponían la silla donde se
sentarían hasta en el uso del lenguaje, este sujeto que venía acompañado de
un penitenciario entro y nos saludó a todos con la mano (abogado, psicóloga,
asistente social, mi compañera y yo) luego acerco la silla al escritorio y empezó
a contar su historia antes de que se le hiciera pregunta alguna,. Hablo mucho a
cerca de una causa sobre intento de estafa que él decía no tener nada que ver,
“había sido una confusión” cuando se lo interroga (luego de que hablara
durante media hora) por la cusa de abuso que constaba en su legajo alega
también que había sido un error de la justicia y luego platea que era pariente de
Maradona y del Chaqueño Palavecino. Marco esto para mostrar la
particularidad de este sujeto. Mientras esta persona hacia su relato el abogado
se reía y hacia comentarios sarcásticos en voz alta, donde ridiculizaba a la
persona que tenía en frente y su “locura” como él mismo la llamo.

4
En este punto lo que quiero resaltar es la falta de ética del profesional (y la
complicidad de todos los que estábamos ahí porque nadie dijo nada) y como en
ese contexto no se problematiza, además del lugar donde se deja a ese sujeto
institucionalizado. Este sujeto está siendo burlado cuando está contando su
historia de vida ¿En qué lugar se pone su palabra? Se lo está ridiculizando en
vez de ser escuchado como corresponde, aun con sus particularidades, en vez
de por ejemplo proponerle un tratamiento de algún tipo. Está siendo
doblemente vulneravilizado. Esto si bien es grave, ya que habla de falta de
preparación de los profesionales que estarán acompañando a este sujeto en el
tránsito por la institución, nos alerta de otras cosas que podrían estar
ocurriendo. Porque convengamos que si delante de 5 personas el abogado y el
personal de contacto se dan el permiso de ridiculizar a un sujeto sin que nadie
diga nada ¿Qué pasará en la “privacidad” del penal?

Y esto nos lleva directo al segundo problema aún más amplio. Encerrando al
“criminal”, escondiéndolo ¿De qué prácticas estamos siendo cómplices como
sociedad?

La sociedad parece esconder lo que es incómodo de ver. Esconde a la pobreza


en las cárceles y los manicomios, y a las torturas y demás injusticias en la
responsabilidad de los criminales. Justifica ciertas prácticas con tal de no
hacerse responsable de la parte que le toca en el juego macabro del
capitalismo.

“¿Sanos hijos del patriarcado?”

Luego en cuanto a la población especifica de la Unidad 25 se me planteo una


resistencia. Lo primero que pensé cuando me dijeron que la cárcel estaba
poblada en gran parte por violadores fue “que garrón acá no se puede hacer
nada” luego me sorprendí al escuchar en la calle la misma frase en boca de
mujer que se refería a un nene de 12 años que le había robado el teléfono, ahí
entonces lo problematice.

Pero lo primero que se me planteó fue “¿Qué puedo tener que ver yo cómo
sociedad con un sujeto que viola a una persona?”. Para resolver esta
problemática pensé que esos sujetos no vienen de una nave especial si no que

5
son hijos de esta tierra, de esta historia y de este contexto, por ende algo tiene
que estar funcionando mal como sociedad para que estas personas actúen así,
más allá de la estructura psíquica que podríamos hipotetizar.

¿Qué puede llegar a mover a una persona a violar a otra? Considero que el
quid de la cuestión está en que no es cualquier persona, sino a una mujer. E
aquí una problemática que tiene múltiples aristas y formas de expresarse: el
machismo. Lo encontramos con distintas vertientes que van desde sutilidades
como el lugar de la mujer en la casa y las tareas que “naturalmente” se le
asignan hasta vertientes más crueles donde la objetivación de la mujer tiene
consecuencias terribles como los femicidios. Creo que pasando por estas
vertientes podemos entender a las violaciones como una forma más de
expresión del machismo y no un simple abuso. Pensarlo como algo aislado de
la sociedad y poner la responsabilidad exclusivamente en el sujeto que lo
comete, es una más de las lógicas sutiles del neoliberalismo, que intenta
generar individuos, aislados, cada cual responsable y culpable de sus propia
existencia.

Conclusión.

La importancia de una educación integral adecuada a nuestro margen


latinoamericano y una psicología forense que participe activamente en la
comunidad es fundamental si pensamos en la posibilidad de un cambio social.
Pero lo principal considero que es la implicación subjetiva de todos los
habitantes de estas tierras, para ello es importante un conocimiento crítico de
nuestra historia y nuestro presente. Por eso es nuestra responsabilidad como
estudiantes de la Universidad pública y futuros profesionales es hacernos cargo
activamente del rol que tenemos en la sociedad, participando desde todas las
“usinas de pensamiento” para ayudar a la conciencia crítica, trabajar en los
ámbitos públicos, fomentar el debate en la comunidad y no asumir
dogmáticamente ningún discurso.

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas,


pueden cambiar el mundo” Eduardo Galeano.

6
Bibliografía
Castro, L. A. (s.f.). "conocimiento y orden social: criminologia como legitimacion y criminologia
de la liberación".

Potrebbero piacerti anche