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or primera vez, Itsuki era capaz de ver la casa frente a
frente.
¿Sería que ya había pasado la casa? Tal vez la dirección estaba mal.
Tal vez era esa de allá. Tal vez él se la había pasado.
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Él había manejado el auto de la compañía algunas
veces antes. Pero nunca él solo durante más de tres horas. De
pronto, se dio cuenta de cuan nervioso estaba. Sus dedos
dolían mientras sujetaba el volante. Aunque era muy frio
afuera, sus manos estaban sudando y supo que el clima no
era la única razón por la que estaba nervioso.
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nieve de sus mangas y tocó el timbre, el cual lucia extraño a
diferencia de la casa. Tal vez se había ido la luz. Él miró a la
placa de madera con el nombre de “Masatsugu Tokiwa”.
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—¿Y qué hay de Kasaoka? ¿Yamabe-sensei no vino
contigo? — Tokiwa insistió.
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—¿Entonces solo decidiste venir?—Tokiwa dijo
sorprendido— ¿Qué hubieras hecho si no hubiera estado
aquí?
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—¿Podemos convencerte para que veas a Yamabe?
Haremos todos los arreglos necesarios. — Itsuki lo dijo como
todo un hombre de negocios.
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—Está bien si el pone algo de pelea— Ellos le habían dicho.
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Originalmente, Tokiwa había comprado este lugar para
que fuera su taller y su residencia. Era fácil decir la edad de la
casa por la textura áspera de la madera en la entrada. Pero
en realidad no se veía desgastada, solo bonita y usada.
“Rustica” la describía perfectamente. Rodeada por montañas
y nieve, la casa lucia pintoresca.
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cavar a través de la nieve con sus zapatos, buscando las
llaves. Para cuando llegó al cobertizo, decidió que sería mejor
bajar caminando la montaña.
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Él se giro para ver a Tokiwa mirarlo con una mirada de
reproche. Itsuki se empezó a disculpar, pero Tokiwa no lo dejó
ni comenzar.
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como si estuvieran a fuego vivo y hasta sus huesos le dolían.
Incluso el movimiento más pequeño lo hacía gritar de dolor.
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Tokiwa sentó a Itsuki en el asiento del copiloto de su RV.
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okiwa llevó a Itsuki a una clínica privada del pueblo
que estaba en la base de la montaña.
Inmediatamente una enfermera lo puso en una silla de ruedas
y lo llevó a la sala de revisión.
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—Uh, siento todo esto—. Dijo Itsuki. Tokiwa tenía derecho
a estar enojado después de todos los problemas por los que
lo había hecho pasar.
—¿Sabes por qué paso todo esto, verdad? Fue por que
en vez de ir a tu casa directamente, te quedaste a jugar en la
nieve, ¿cierto?— Dijo Tokiwa secamente.
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—Podrías llamar a un taxi para mí—, Itsuki sugirió
esperanzadoramente, —Podría recoger el auto después, si
está bien para ti.
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—¡Tokiwa-sensei— Llamó de repente Itsuki. Se encogió
cuando vio la mirada fría que le dirigió Tokiwa, pero se obligo
a decir lo que quería—. Gracias por las flores que enviaste. A
mi madre le hubieran fascinado. Siento no haberte
agradecido antes.
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A mitad de la noche, Tokiwa bajó a revisar a Itsuki. Él lo
levantó del sofá y le dio un poco de medicina. Itsuki tomó las
pastillas con un poco de agua y pronto se empezó a relajar.
Tokiwa lo acomodo de nuevo en el sofá y le limpió la frente
con un paño húmedo. Itsuki se volvió a dormir rápidamente.
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energética sopa de tomate hizo que Itsuki se sintiera mucho
mejor.
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—Al parecer necesitaste medidas extremas para llegar a
él—. Dijo burlándose. —Sin embargo, no hay necesidad de
que corras a casa. Solo asegúrate de decirle a Tokiwa de que
la reunión con Yamabe-sensei no durara más de una hora o
dos. Haz que regrese contigo, ¿Esta bien?
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Él recordó su última reunión con Yamabe—sensei. El
sensei tenía casi 60 años, pero parecía al menos 20 más
joven. Su cabello era tan negro que no necesitaba pintarlo y
los pronunciados ángulos de su rostro le deban una expresión
distinguida. La voz de Yamabe todavía sonaba fuerte y
decidida y tendía a dominar cualquier discusión que
encontraba. El sensei odiaba cuando extraños se portaban
de manera muy familiar con él y nunca se mezclaba
socialmente con sus trabajadores.
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¿Cuándo regreso a la habitación? Se pregunto Itsuki. Tokiwa volvió
a darle la misma mirada vacía de antes. Itsuki le dio el
teléfono inmediatamente.
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escuchaba a todos y siempre trataba de ser justo. Cuando
Yamabe decía que Kasaoka era “un hombre de confianza”,
era porque era la absoluta verdad.
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evó fuerte toda la tarde. Sentado en su silla de ruedas,
Itsuki pasó casi todo el día mirando por la ventana.
Así como las obras de arte reflejan al artista que las hizo,
otras cosas también reflejan el toque único de su creador, ese
algo que sale naturalmente en un proceso creativo. Eso
quería decir que la casa de Tokiwa estaba en sintonía con su
estilo artístico.
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Tokiwa había estado en su estudio toda la mañana. Itsuki
se preguntó en qué estaría trabajando. No tenía ni idea como
era que Tokiwa pasaba sus días, pero había escuchado que
algunas veces enseñaba arte en la escuela de arte. De
pronto Itsuki sintió una punzada de vergüenza. Tokiwa había
gastado tiempo precioso de creación cuidando de él.
Éste debe ser su taller, pensó Itsuki, pero Tokiwa no se veía por
ninguna parte. La habitación daba la impresión de ser un
verdadero escondrijo para un artista.
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—¿Qué estás haciendo aquí? Te dije que te mantuvieras
alejado —gritó quitándole la pintura.
—Así es, fue hace mucho tiempo —dijo Tokiwa con voz
baja, enviando escalofríos por la espalda de Itsuki. Tokiwa se
acercó a Itsuki dirigiéndole una mirada tan penetrante que
parecía atravesarlo.
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Yamabe se había empezado a sentir mal desde la
primavera pasada.
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Como Tokiwa, Yamabe había sido siempre un solitario, sin
esposa, hijos o personas cercanas. Yamabe se había
involucrado con muchas mujeres a lo largo de los años, pero
ninguna de ellas le había dado hijos y él había perdido
contacto con sus parientes lejanos.
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—Todo el tiempo que él me necesite. Ésa es mi
responsabilidad —dijo Itsuki sin asomo de duda. Era algo que
ya había decidido.
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—No luches o te dejaré caer —dijo Tokiwa
sombríamente. Lo echó sobre su hombro y lo llevó fuera de la
sala de estar.
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—¡Ahh! ¡Tokiwa—sensei! ¡Deténgase! —rogó.
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Las mismas manos que una vez habían creado el arte
que Itsuki había amado y querido, ahora lo hacían ponerse
enfermo al sentir cómo Tokiwa lo tocaba allá abajo.
—¡Aaaaahhhh!
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Aunque sabía que Tokiwa lo odiaba, Itsuki nunca lo había
escuchado hablar así. Su corazón sufrió al saber qué tan
indiferente se sentía Tokiwa hacia él.
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Itsuki sacudia la cabeza violentamente. Tokiwa lo besó
profundamente, después le abrió la boca con un dedo. Itsuki
podía sentir el sabor del tabaco cuando sus lenguas se
entrelazaron en un beso profundo. Sintiendo que le faltaba
aire respiró profundamente cuando Tokiwa finalmente lo
liberó.
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dolor. Se sentía totalmente separado de su cuerpo, como si
no fuera el suyo.
Sólo soy un juguete para ellos, pensó Itsuki derrotado. Primero con
Yamabe y ahora con Tokiwa. Él debería haberlo sabido
desde el principio, pero el comprenderlo tan de repente fue
como un golpe al corazón.
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okiwa e Itsuki se conocieron en primavera ocho atrás.
Por ese tiempo Itsuki estudiaba en la escuela
vocacional y tenía un amigo que trabajaba en el Mercado
de las Pulgas. Su amigo siempre lo invitaba, pero ese día Itsuki
fue solo. Él vagó por el mercado si prestar de verdad a algo,
solo esperando que algo especial llamara su atención.
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Itsuki se acobardó, pero él de verdad quería saber. —
¿Crees que le importará si lo pinto? Preguntó.
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Tokiwa también lo reconoció cuando él se acerco a
saludar a su puesto.
Itsuki asintió.
— ¿Dónde vives?
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— ¿Y puedes venderme ese? — Preguntó
sorpresivamente.
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pintaba lo que quería, sus compañeros también lo criticaban.
Como resultado, para Itsuki ―pintar en la escuela fue una
experiencia poco encantadora.
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estado en el stand en vez de su amigo cuando Itsuki pasó por
ahí. Nunca lo hubiera vendido de otra manera.
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Tokiwa compartió su arte con Itsuki en varias
oportunidades. Sus trabajos en progreso eran creados a base
de acero y concreto, pero tenían líneas delicadas. Antes de
que pasara mucho tiempo, Itsuki se moría por ver las obras
terminadas.
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Itsuki se disculpó eufóricamente haciendo que Tokiwa
riera.
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fuera del personal autorizado, así que el trabajo únicamente
podía ser observado a distancia. Sin embargo Tokiwa invitó a
Itsuki a visitarle ahí e Itsuki aceptó felizmente.
—De acuerdo.
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—¿Me extrañaste?— bromeó Tokiwa—. ¿Dibujaste algo
mientras esperabas por mí?
—Entonces, muéstramelo.
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Tokiwa le pasó un casco de motocicleta, luego guió a
Itsuki hacia su enorme motocicleta. Itsuki ya se había subido
en ella en varias ocasiones, sin embargo en esos momentos se
encontraba titubeante.
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temblores por todo el cuerpo de Itsuki. Mientras sus lenguas se
entrelazaban, Tokiwa le mordió suavemente convirtiendo el
beso en un deporte de contacto.
Me gustas, Itsuki. No como un amigo, sino como algo más. Sé que tal vez me
rechaces, pero no me importa.
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En esos momentos, Itsuki entendió el significado de las
palabras de Tokiwa.
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La pareja era dueña de una fábrica en un pequeño
pueblo. En el pasado había sido exitosa, pero últimamente
luchaban para mantenerse a flote. Habían pedido prestadas
grandes sumas de dinero y aún así no habían obtenido
ganancias. Finalmente vendieron la fábrica y desaparecieron
para escapar de sus deudas.
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La madre de Itsuki comenzó a enfermarse unas semanas
más tarde. Todo el estrés estaba cobrando su precio en su
cuerpo y ahora había dejado de comer y dormir. Pronto, Itsuki
había perdido toda esperanza.
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hermana menor ya no deseaba ingresar a la habitación del
hospital para ver a su madre, pero Itsuki estaba demasiado
asustado para dejarla sola.
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—Lo comprendo. Llámame cuando tengas tiempo —
respondió Tokiwa.
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debía haber algún tipo de truco en eso. Itsuki lo sabía
instintivamente, a pesar de su completo cansancio.
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cuando sabía que su madre no estaba en condiciones de
aconsejarle.
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contacto con alguien antes de partir. A excepción de una
persona.
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—Podrás visitar a tu madre con un chaperón una vez al
mes, pero no tienes permitido dejar la casa por ninguna otra
razón —le dijo Yamabe.
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—No pido tu absoluta sumisión —insistía Yamabe—.
Ódiame hasta que estés satisfecho, siempre y cuando hagas
lo que yo te ordeno.
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Yamabe estaba creando una muñeca con vida. Al
principio, pensó que podría llegar a aburrirse con el proyecto,
pero en cuanto Itsuki comenzó a transformarse, Yamabe se
interesó más cada vez. Luego de que el cabello de Itsuki
creció rebasando sus hombros, Yamabe comenzó a tratarlo
como a un juego de muñecas, escogiendo su ropa y
accesorios. Los trajes siempre llevaban corbata. El cabello
atado en una coleta de caballo. Itsuki se sentía extraño
vistiéndose así, pero Yamabe era muy quisquilloso.
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—Kasaoka es mi asistente. Yo solo te quiero ahí a mi lado
—se quejaba mientras le miraba fastidiado.
Yamabe no le respondió.
Itsuki asintió.
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estaba de humor para hacerlo. Sin embargo, seis meses eran
largos y su ausencia había dado vida a todos esos chismes.
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galería, Itsuki escuchó que alguien le llamaba por su nombre.
Se volteó lentamente… y su corazón se detuvo.
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—¿Qué fue todo eso? —Kasaoka le preguntó mientras
alejaba a Itsuki.
Itsuki asintió.
Yamabe debió haber pensado que era especial, pensó Itsuki. Jamás
trataba de esa manera a sus aprendices.
Itsuki no respondió.
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Sin embargo nunca tuvo la oportunidad. Aun cuando
Itsuki observó a Tokiwa muchas veces en las siguientes
semanas, Yamabe hizo todo lo que estuvo a su alcance para
mantenerlos separados.
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—¿Y eres feliz con eso?
Tokiwa no le siguió.
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llamaba o hacía contacto visual con él, o se le quedaba
viendo, pero Itsuki se forzó a no responder.
Me gustas.
Quieres despedirte, ¿cierto? Sin importar quién sea ese amigo, cuando lo veas,
desde ahora en adelante no podrás hablarle ni tener contacto con él. ¿Cómo puedo
explicarte esto para que entiendas?
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Itsuki no podía olvidarse de las palabras de Yamabe.
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sorprendió que Tokiwa se mudara, después de la manera
como Itsuki le había tratado.
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una forma muy cortés y le dijo hola a Kasaoka, ignoró por
completo a Itsuki. No volvieron a intercambiar palabras. Itsuki
escuchó a los aprendices decir que Tokiwa se había hecho
famoso en el exterior y planeaba fundar su propio taller en
Japón. Mientras Itsuki se sentía feliz por el éxito de Tokiwa, se
sentía completamente destrozado por haber sido alejado del
centro de atención del hombre.
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tsuki despertó de un sueño maravilloso con una frescura
agradable sobre su rostro. Se sentía tan bién que exhaló
un breve suspiro mientras abría sus ojos. Sin embargo, una vez
despertó del todo se dio cuenta de que su cuerpo se sentía...
pesado, como si estuviera atrapado en un pantano, y su
mente estaba perdida y confusa. Trató de recordar dónde
estaba mientras concentraba su mirada en el techo.
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Itsuki se sobresaltó ante el roce frío de Tokiwa. Éste agarró
a Itsuki por los hombros y acercó su cara hacia él, mientras su
propia frente presionaba contra la de Itsuki. Sus labios se
juntaron en un beso de forma completamente natural.
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Estaba claro que su tono no aceptaba negociación
alguna, así que Itsuki mantuvo un prudente silencio. Yamabe
tendría que aceptarlo: Tokiwa no iba a dejarlo todo para ir a
verle, por mucho que fuera su heredero, puesto que no
formaba parte de las amistades que su antiguo profesor
cultivaba. Además, aunque Yamabe tenía una enfermedad
terminal, por ahora le estaba yendo bien.
—Pero...
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Itsuki no tenía ni fuerzas para defenderse, pero las
palabras de Tokiwa le hirieron en lo más hondo.
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De repente, Itsuki sintió que la tensión desaparecía: se dio
la vuelta y la visualizó deshaciéndose, escapando a través de
las yemas de sus dedos; poniendo cuidadosamente sus
pienas sobre la cama, se cubrió la cabeza con una
almohada y empezó a reír descontroladamente. Sin
embargo, al escuchar el eco de sus carcajadas demenciales
vibrando en sus orejas, se mordió un labio para poder parar.
Itsuki jamás había tenido sexo con Yamabe, a pesar de que
ya no consideraba que su propio cuerpo le perteneciera. No
cabía duda de que su relación con Yamabe era
tremendamente morbosa. Y yo debo ser muy morboso para
mantenerme en ella.
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okiwa regresó aquella misma tarde. Llevó en brazos a
Itsuki hasta el salón y le preparó una bandeja con
comida.
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Tokiwa bufó ante las dudas de Itsuki, y empezó a
desabotonar el pijama de éste con sus largas manos, pero
Itsuki le apartó de encima.
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Ahora bañaba los muslos de Itsuki con un aire aséptico,
casi como si fuera un trabajo, y evitaba mirar a Itsuki, con lo
que éste se sintió tremendamente cohibido.
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Más tarde empezó una serie de anime, pero Itsuki estaba
aburrido y apagó la tele. Pensó en echarse una siesta hasta
que reparó en una pila de libros y revistas que había al lado
del sofá.
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—Estaba mirando un cuadro— justificó Itsuki sin resuello al
volver al bus.
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El día anterior había podido usarla: era bastante útil para
aliviar un poco a Tokiwa de la necesidad de acarrear a Itsuki.
Iré contigo a ver a Yamabe en dos semanas. Mientras tanto, te quedarás aquí.
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casa sin silla de ruedas. Estaba claro que Tokiwa quería que
Itsuki se quedara, pero éste no podía entender por qué.
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a nieve cayó durante toda la noche y el noticiero local
informó constantemente que la ventisca estaba
rompiendo record
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Entre más pretendía estar dormido, más se tensaba su
cuerpo. Se dijo a sí mismo que Tokiwa estaba ahí porque no
había otro lugar para él.
—¡Ahh!
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Tokiwa no respondió; mientras Itsuki jadeaba, él chupaba
el lóbulo de su oreja y acariciaba su pecho con la otra mano.
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Recordó la fuerza bruta de la noche anterior, y tembló.
Abrió la boca para protestar, pero las palabras no salieron.
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Itsuki temblaba a causa de las intensas emociones, justo
cuando sintió el cabello de Tokiwa entre sus muslos. Incapaz
de sostenerse más tiempo, Itsuki cerró los ojos. Sintió un
brillante resplandor rojo quemando detrás de sus párpados.
¿Por qué sigue tan enojado?, pensó desesperado. ¿Por qué tiene que
llevar las cosas tan lejos?
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Un momento después Itsuki sintió la intensidad del pene
de Tokiwa penetrándolo, incluso más profundamente que la
noche anterior; no podía hacer sonidos, pero sostenía la
respiración ante el impacto de cada impulso de Tokiwa
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como una mascota y finalmente se prometió dejar el pasado
atrás. Pero a pesar de eso, el dolor en su corazón seguía
fresco y brillante, como los colores de su paleta de pinturas.
—Itsuki.
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ara cuando la nieve empezó a derretirse, Itsuki sentía
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sin respiración, y repetía su nombre una y otra vez Después de
hacer el amor, Itsuki dormía como un bebé en sus brazos.
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Itsuki oyó a Tokiwa dirigirse a la puerta del frente. Durante
los pasados seis días nadie se había acercado,
probablemente debido al clima. Cualquiera que fuera el
visitante, Itsuki no esperaba que se lo presentaran.
Sorpresivamente la puerta de la sala se abrió, y Tokiwa entró
con el joven hombre.
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peluquero licenciado. Trabajo en el salón cerca de la
estación, aquí está mi tarjeta —dijo apurado.
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—Sólo ayudo —aclaró Tokiwa—. Tú puedes arreglar lo
que ya hice.
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—Pero él es tan frío —se quejó el joven—. Pasaron
casi dos meses antes de que le hablara directamente.
Cada año se realizaba un proyecto para recaudar
donativos para los niños del jardín de infantes. Un
proyecto de arte donde sus parientes realizaban donaciones
a la escuela. Nosotros hablamos mucho mientras trabajaba
en el proyecto.
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Tokiwa había dicho hasta los hombros, y el peluquero
había seguido las indicaciones al pie de la letra. El corte le
recordó a Itsuki la manera como lo usaba antes de conocer a
Yamabe. Tuvo la extraña sensación de que estaba viendo a
una versión más joven de él mismo.
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—Tú puedes decir lo que quieras, porque eres
independiente —dijo Tokiwa desde el fondo.
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—No te enojaste cuando te lo cortó a pesar de que le
pediste que no lo hiciera, ahora quieres pagarme. Tokiwa
tiene algún tipo extraño de control contigo.
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Sentado en el sofá, Itsuki, avergonzado, deseaba
desaparecer. El peluquero era realmente amigo de Tokiwa.
¿Tendría otros amantes?
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—Él no tiene idea de lo que estamos hablando, pero
puede venir. No sé en qué puede ayudar, pero… —el
peluquero trataba de explicarse, pero era honesto.
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Itsuki negó, Tokiwa colocó la taza en la bandeja y salió
de la sala llevándosela. Itsuki pensó de nuevo en el joven.
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Tokiwa nunca le había hablado a Itsuki por su primer
nombre durante el día. La íntima voz envió un temblor por la
espalda de Itsuki. Tokiwa le acarició la mejilla.
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l siguiente día el cielo estaba claro y hermoso sin una
sola nube. Ellos habían desayunado temprano, como
de costumbre. Entonces Tokiwa lo levantó y lo llevó al carro.
Tokiwa le había dado una camisa de manga larga y un
overol de trabajo. Itsuki sabía que había una razón para que
Tokiwa le hubiera dado esa ropa.
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primera vez que subió la montaña la espectacular vista se
hallaba oscurecida por la nieve.
Ese debe ser el jardín de niños, pensó Itsuki. Tokiwa está trabajando en el
proyecto de la graduación de los niños. Hoy era el último día. Así que
debería haber mucho trabajo por hacer. Itsuki se preguntó
cuánto podría ayudar en su condición.
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—Es a base de agua, es fácil de manejar. Quiero que les
muestres a los niños cómo pintar. ¿De acuerdo? Ellos deben
tener todo listo, te llevaré ahí...
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padres permanecían a su lado con papel de lija, listos para
seguir las instrucciones de Tokiwa.
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Itsuki quería saber la respuesta a esa pregunta, ¿por qué
Tokiwa lo quería a su lado? ¿Por qué lo había tocado de esa
manera? Itsuki necesitaba saber lo que Tokiwa pensaba y
sentía realmente.
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—Ey, aquí. No es divertido comer solo. Come conmigo —
le dijo el peluquero.
—Aota.
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—Siento hacerte esperar, veo que ya se presentaron —
dijo el peluquero, quien llevaba comida para cinco personas,
seguido por Tokiwa, quien lo veía exasperado.
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—No estaría aquí si no quisiera estar aquí. Te disculpas
demasiado. Y no me llames sensei —dijo Tokiwa con aire
juguetón.
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—Yo compro la pintura y te ayudo a preparar la
superficie —sugirió Tokiwa.
Ey, señor, ¿le duelen las piernas? —le preguntó una voz
infantil. Pero había perdido el apetito.
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Sus coletas y serios gestos le recordaron a su pequeña
hermana. Cuando ella estaba en el jardín de niños, su madre
los había llevado al océano para un picnic. Itsuki había
empezado a pintar con acuarelas.
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—Gracias, me dolía antes, pero ahora me siento mucho
mejor —le dijo Itsuki.
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—Relájate. Si tú te atraviesas en su camino, Tokiwa será el
primero en hacértelo saber. Además, Tokiwa es capaz de
trabajar con un montón de distracción —Aota sonrió y señaló
al montón de ruidosos niños.
Itsuki se rió.
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— ¿Me estás diciendo que nunca te lo dio? —replicó
incrédulo—. Tokiwa me pidió que lo comprara para él, me
dijo que era tu artista favorito, eso fue hace seis años, antes
de que me casara.
123
Seis años. Eso fue dos años después de que Tokiwa saliera
de su vida.
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para ser exhibida a través del cristal, nunca sacada, nunca
tocada.
— ¿No quieres ver cómo suben los postes del tótem? —le
preguntó Itsuki.
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Por mucho tiempo no había dibujado nada.
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Tokiwa, por otro lado, era bastante modesto. No había nada
elegante ni asistentes.
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Itsuki fue incapaz de responderle adecuadamente y
Tokiwa levantó las cejas.
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Itsuki había pintado unos inusuales paisajes que incluían
el taller de Tokiwa, también el cielo y el océano que miraba a
través de la ventana. En las hojas anteriores había pintado lo
que había visto recientemente, incluido el jardín de Tokiwa.
—Itsuki.
—Mmm... Aah...
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Una que otra cosa había cambiado.
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—Tengo una manta y el calentador — dijo Itsuki—. Estoy
más preocupado por ti que por mí. No tienes frío, sensei, eh,
quiero decir, Tokiwa.
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Por alguna razón Itsuki ni siquiera lo había intentado.
Simplemente no había querido.
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Esa era su última oportunidad de estar con Tokiwa de esa
manera.
Solo cinco días más, eso podría ser el fin de su vida con
Tokiwa. Él regresaría con Yamabe.
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Itsuki suspiró. Kasaoka le había hablado el día anterior
diciéndole que Yamabe estaba peor. Itsuki no podía imaginar
cómo podía Yamabe contactarlo directamente en su
presente condición.
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Itsuki sabía que Yamabe podía vencer a cualquier
oponente con su mirada. El viejo hombre prefería no mostrar
su debilidad y siempre mantenía la distancia, incluso con sus
amantes.
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las cosas que debería hablar con Yamabe, estaba el corte de
cabello,
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—Pero no puedo —protestó Itsuki—. Le prometí a
Yamabe-sensei estar ahí lo más pronto posible. Mi única razón
para quedarme aquí era que no podía conducir a causa de
mis lesiones.
—Pero…
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Su abrazo era marcadamente diferente a los anteriores.
Los dedos que agarraban su mentón y el brazo que
presionaba su cintura lo hacían tan fuertemente que Itsuki
pensó que en cualquier momento sus huesos se quebrarían.
— ¡No! —gritó.
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toda la ropa de Itsuki y agarraba la parte de atrás de sus
rodillas.
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hombre, él lo había acariciado amorosamente mientras se
quedaba dormido. La cara de Tokiwa era lo primero que Itsuki
veía en las mañanas. Ellos habían pasado tiempos juntos,
envueltos en un capullo pleno de una atmósfera de paz y
tranquilidad. Quizás Tokiwa sabía que todo era temporal y por
eso era amable. A pesar de eso, Itsuki no entendía qué había
empujado a Tokiwa más allá del borde.
141
tsuki despertó después de las seis, el cuarto estaba
oscuro, las luces apagadas y el cielo afuera oscuro.
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— ¿Estas bromeando? No te he visto aquí en la última
semana, ¿es por tus lesiones, o estás ayudando a Tokiwa con
otro trabajo? —preguntó el peluquero.
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La cara del peluquero repentinamente cambió, e Itsuki
se aferró a la pared por su vida, su visión empezó a nublarse.
El joven se apuró a quitarse los zapatos y correr hacia él.
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bebida deportiva será mejor que el agua, si tienes fiebre.
Ahora regreso.
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Itsuki repentinamente oyó pasos aproximándose, se
enredó más y escondió su cara. No podía ver a Tokiwa ahora.
Los recuerdos de lo que había sucedido rondaban su
cerebro.
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Antes de que Itsuki pudiera contestar, Tokiwa lo levantó
con todo y cobertor, Itsuki seguía haciéndose el dormido con
los ojos bien cerrados. De repente se sintió en el colchón.
Tokiwa acomodó sus piernas y lo cubrió con los cobertores,
entonces dejó el cuarto.
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—Trae las cosas —dijo Tokiwa—. Creo que me quedaré
en la sala.
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No podía borrar las palabras de Tokiwa de su corazón, a
pesar de los sucesos en el taller. El beso que habían
compartido antes de la llamada de Yamabe, había sido tan
diferente a la última noche de deseo físico sin significado o
razón.
No eres nada más que una propiedad, necesitas darte cuenta de eso y someterte a mí.
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Tokiwa, ni como su amante, Itsuki no era más que un juguete
para Tokiwa.
No había razón para que Itsuki siguiera ahí, pero aun así
quería quedarse. Itsuki se rió de su propia tontería.
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emprano la siguiente mañana, Kasaoka llamó de
nuevo, Yamabe había empeorado dramáticamente,
Tokiwa colgó el teléfono y se movió rápidamente. Despertó a
Itsuki y lo preparó para irse. Veinte minutos después iban en el
RV de Tokiwa rumbo a la casa de Yamabe.
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Kasaoka, inmediatamente objetó. —El doctor dijo que no
se presione, debe pasar el resto del día descansando. Puede
hablar con Tokiwa-sensei mañana. ¿Está de acuerdo
Tokiwa—sensei?
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continúo Itsuki—, me lo cortaron contra mi voluntad. Debe
parecerte extraño.
Itsuki no contestó.
153
Y quédate con Yamabe tanto como sea posible. De ahora en
adelante ése es tu trabajo.
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lado de la cama, mientras acariciaba su cabello y colocaba
su fría palma sobre su frente. Itsuki sonrió un poco, pensando
que la excesiva bondad de Tokiwa era sólo otra forma de
crueldad.
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Yamabe estaba extraño. Para cuando la enfermera llegó, ya
estaba inconsciente. Se apuraron a llevarlo al hospital
nuevamente.
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Sólo que Itsuki sentía ira acerca de muchas cosas que
habían sucedido durante esos ocho años. Quitarle su tótem,
obligarlo a sacar a Tokiwa de su vida. Las noches de soledad,
el dolor de perder la libertad de cortarse el cabello, la
agobiante cortesía, dejar la escuela y sus sueños. En esas
ocasiones Itsuki realmente odiaba a Yamabe.
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de amo—mascota. Pero incluso así, Yamabe lo había tratado
como una muñeca e Itsuki lo había animado a ello.
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amabe tendría un funeral privado seguido de un largo
servicio funerario realizado por los trabajadores del
taller, ahí habría mucha gente del grupo cercano a Yamabe.
No habría una dramática demostración de duelo. Yamabe
quería una sencilla cremación, pero se mantenía la cuestión
de la herencia.
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chatarra para los ojos de otra. Itsuki no era nadie ahora que
Yamabe se había ido.
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Itsuki sentía que la sangre era drenada de su cuerpo. Si
Kurasawa había oído esos rumores, entonces estarían
diseminados por todos lados para ese momento. Tenía
sentido, después de todo había pasado casi dos semanas en
la casa de Tokiwa. Los aprendices sabían bien que Tokiwa no
aceptaba extraños en su territorio. Tokiwa trataba a Itsuki con
amabilidad. Esa actitud familiar hacia Itsuki se debía a un
dramático cambio.
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—Ven aquí un momento —dijo tomándolo del brazo.
162
163
Agarró las caderas de Itsuki con firmeza, pero la lengua
que exploraba era suave y gentil en contraste. Itsuki quería
llorar. Cuando Tokiwa finalmente lo dejó tomar aire. Itsuki dejó
de luchar, y tomó las mangas de Tokiwa.
—Itsuki.
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pudo oír nada más. Los dedos de Itsuki distraídamente se
cerraron en un puño en la manga de Tokiwa. Sabía que si
tocaba el calor de Tokiwa nunca podría dejarlo.
165
Suspiró. Justo cuando la puerta se abrió, Itsuki se
escondió.
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— ¿Dónde está lo irrespetuoso en esto? —preguntó el
otro aprendiz—. Todo el mundo sabe que Hashimoto era el
chico—juguete de Yamabe—sensei.
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de traidor que disemina mentiras sobre gente que apenas
conoce.
168
regularmente. Aunque recibía el salario regular del aprendiz,
podía ser un enemigo fastidioso si se enojaba contigo.
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cara, a lo mejor podrían finalmente hablar abiertamente. Sólo
hablar con Tokiwa era suficiente. Nunca soñó que se
quedaría en la casa de Tokiwa.
170
incluso a través de las fotografías lo disfrutaba.
Ocasionalmente podía darle un vistazo a una obra de Tokiwa
mientras le llevaba un mensaje de Yamabe. Eso siempre le
hacía sonreír.
171
Itsuki Hashimoto había sido la amada mascota de
Yasuyuki Yamabe, quien ahora estaba muerto. Él ya no tenía
lugar ahí. Igual que un gato desaparece cuando su amo
muere, una mascota humana que sobrevive a su servicio no
tiene elección, tiene que irse.
Tengo que dejarte, pensó Itsuki, pero no podía evitar soñar que
podría tenerlo.
172
n año después, Itsuki tenía un trabajo de medio tiempo
como editor asistente en una revista local. La oficina
estaba en el tercer piso de un edificio cercano a la estación
del tren.
173
Sajima—san había ido a visitar a la familia de su marido.
Ellos llevaban sólo seis meses de casados. Ella le había dejado
las llaves a Itsuki en caso necesario, pero nada realmente
urgente había sucedido. Afortunadamente.
174
—¿Lo conoces, verdad? ¿Es agradable en persona?
¿Por qué no se ha casado? —Sajima lo cuestionó
rápidamente.
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—Eso es algo que no puedes dejar, Hashimoto —dijo
Sajima seria, viendo a Itsuki directamente—. No me lo tomes a
mal, pero me parece que estás un poco desapegado del
mundo real. La gente de la escuela incluso te dice monje.
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Itsuki había ahorrado bastante dinero durante sus años
con Yamabe, su mamá había muerto y su hermana se había
casado, y ahora sólo tenía que cuidar de sí mismo.
177
Tokiwa podría probar con cualquier cosa, y mucho de su
nuevo trabajo tenía una sensación experimental. La pieza
que estaba creando mientras estuvo en su casa estaba a
punto de ser terminada y se exhibiría en el aeropuerto de la
región de Tohoku. Itsuki ya había decidido que iría a verla.
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Algo en la expresión de Itsuki le decía que no lo
presionara.
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Al día siguiente envió la pintura terminada al concurso
con el nombre de su hermana. Aunque no había razón para
que la buscaran, dos días después la llamó.
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Mientras ella estuviera ahí, no tendría que atender a su
madre. Ella sería libre para ir a la universidad de su elección.
Así que no era el único con las manos atadas, pensó Itsuki.
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—Es solo el noticiero local, pero probablemente es sólo
para los escolares —dijo Sajima—. Lo siento, no grabaron la
tuya.
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Como era viernes, a la mañana siguiente no tendría
trabajo ni clases, por lo que había planeado ir al museo en
otra ciudad. Como no podía costear el tren exprés, tomaría el
tren local y transbordaría.
183
ientras el agua hervía en una olla en la pequeña
cocina, Itsuki veía hacia el siguiente cuarto. Era un
lugar simple amueblado sólo con una cama y un escritorio.
Todas las cosas estaban guardadas en el armario. Uno de los
amigos de la escuela de Itsuki había comentado, cuando vio
el cuarto, que parecía más un “cuarto de exhibición” que un
lugar donde alguien viviera.
184
Así que, ¿por qué razón en el mundo ese hombre estaba
aquí ahora?
185
Itsuki asintió como si nada ante la pregunta de Tokiwa.
Tokiwa había logrado encontrar dónde vivía. ¿Qué tanto
sabría de su nueva vida?
¿Él sólo está aquí para hacer todas esas irritantes preguntas? se
preguntaba Itsuki. Lentamente levantó la cabeza y vio a
Tokiwa a los ojos.
186
exitoso, muchos graduados de las preparatorias estaban
luchando por encontrar un buen trabajo ahora. Itsuki se
preguntaba cuántas compañías estarían interesadas en
contratar a alguien en la última mitad de sus veintes con una
experiencia limitada.
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taller de Yamabe. ¿Recuerdas la última noche que te lleve a
casa en la motocicleta?
188
buscarte. Descubrí lo de tu madre y su deuda. Entonces el
rastro se perdió. Pero seguí esperando que me llamaras algún
día.
189
que si te alejaba lo suficiente podrías regresar a tu verdadero
yo.
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Cuando Tokiwa bajó la cabeza con tristeza, Itsuki sintió
que su corazón se comprimía.
—Tokiwa... —murmuró.
191
Cuando ellos se conocieron la primera vez, Itsuki era un
estudiante de la escuela vocacional y Tokiwa un aprendiz
que soñaba con ser un maestro escultor. Ahora Tokiwa había
llenado su potencial y empezado a ser una estrella.
192
estado en cada arrebato que tuvo Tokiwa en esos diez
maravillosos días.
193
El sonido de la puerta al cerrarse fue ensordecer para
Itsuki. El repentino silencio parecía tan innatural cuando cayó
al frío suelo.
¿Puede incluso que lo olvide? ¿Puede él desvanecerse entre sus otros recuerdos?
Nunca de nuevo.
194
Sorpresivamente algo golpeó su puerta. Se tambaleó
hacia la puerta, se colocó los zapatos, y justo cuando agarró
la manija, alguien la abrió desde afuera.
—¿Huh?
195
Itsuki gimió, la voz de Tokiwa hizo que todo su cuerpo
temblara. Sostuvo el aliento cuando Tokiwa levantó su cara y
repitió la pregunta. No había dónde esconderse cuando
Tokiwa lo tenía tan cerca y viéndolo a los ojos. No importaba
donde estuviera Itsuki, Tokiwa lo encontraría de nuevo. Itsuki
tragó saliva y se mordió el labio.
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—Relájate, no te lastimaré —murmuró Tokiwa,
mordisqueándole una oreja. Él comenzó a estimular a Itsuki en
lugares más sensibles, haciendo que temblara de placer. Los
labios de Tokiwa iban de sus orejas a su cuello y a su pecho,
llevando a Itsuki a la locura del deseo. Itsuki se sintió mareado
de placer y aferró las sábanas en un puño.
—Tokiwa.
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la mejilla de Tokiwa y sintió su fuerte mentón. Estaba tocando
todo de Tokiwa y no quería detenerse.
—Ahhh...
—Itsuki.
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Tokiwa lo besaba una y otra vez. Entonces subió las
rodillas de Itsuki. Acostado de lado. Itsuki vio la cabeza de
Tokiwa entre sus piernas.
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200
empezó a empujarse en su interior, Itsuki apretaba al
hombre a quien pensaba que no volvería a ver nuevamente.
Sólo con ser capaz de tocar a Tokiwa, Itsuki era tan feliz
que podría llorar.
—¿Tokiwa—sensei?
201
sorprendido. Tokiwa se acercó más y se comió sus labios
durante un largo momento.
202
Cuando Itsuki oyó el nombre de su antiguo supervisor,
entendió todo.
203
—Kasaoka me explicó que decidiste irte por voluntad
propia —explicó Tokiwa—. Dijo que yo no iba hacer
absolutamente ninguna llamada para interferir.
204
—Necesitaba saber realmente qué era lo que pensabas
—aclaró Tokiwa.
205
—No trato de decir que regreses conmigo ahora, pero
en cuanto termines la escuela, espero que lo consideres.
Confía en mí, no va a ser un confinamiento como antes. Si tú
quieres trabajar, yo te ayudaré en lo que pueda. No necesitas
apurarte, sólo piénsalo por favor.
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—No tenemos que regresar al taller de Yamabe —dijo
Tokiwa—. Y no podríamos hacerlo, incluso si quisiéramos.
Itsuki negó.
207
se despertó y vio a Itsuki con gesto perturbado. Cuando Itsuki
le preguntó si sucedía algo, Yamabe sacudió la cabeza.
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—Él me checaba para ver si hacía algo estúpido —dijo
Tokiwa viéndose un poco avergonzado—. Pero yo no quería
una mascota, o un juguete, ni un amante secreto. Sólo una
pareja con quien compartir mi vida. Hace un año te
quedaste en mi casa. ¿Podrías mudarte a ella para siempre?
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comienza a ser un gran problema, dejaré el país, puedo
trabajar en cualquier lado.
—Tokiwa...
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—Planeabas un viaje al museo, ¿verdad? ¿Por qué no
vamos juntos? —Tokiwa sugirió señalando los papeles en la
mesa. Itsuki se sintió ruborizar.
211
Es enteramente tu elección, tómate el tiempo que necesites.
212
213
l último tren de la noche llegaba a la estación. Oyendo
el rugido del tren desde la estación, Masatsugu Tokiwa
soltó el aliento aliviado, llegaba a tiempo. Se acercó a la
ventanilla donde checaban los boletos con paso enérgico.
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—Estoy bien, hacía calor —dijo Itsuki con una sonrisa, su
abrigo era más ligero que el de Tokiwa.
215
Tokiwa recordó repentinamente algo que Kasaoka había
dicho, Itsuki no se mudó con Yamabe porque quisiera ser
mantenido por un hombre. Aceptó el trabajo para probarse a
sí mismo.
216
Itsuki estaba viendo las paredes y el techo. Había hecho
lo mismo en cada visita, estudiando el interior de la casa con
interés.
Eso fue algo que Tokiwa había realizado hacía tres años y
la estación quedaba a hora y media de la casa, Itsuki la
había ido a ver el año anterior.
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donde se sintiera bien consigo mismo. Estuvo cerca de los
arquitectos y constructores, asegurándose de que el
producto final fuera exactamente como él lo había
planeado. Tokiwa quería que la casa tuviera las mismas
características de su arte, así que seleccionó toda la madera
personalmente.
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Tokiwa se sentó junto a él. —Incluso aunque yo te
mantuve aquí contra tu voluntad.
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Itsuki se acobardó un poco, asustado por la pasión de
Tokiwa, pero él lamía su cuello haciéndole temblar.
—Mmmm...
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Cuando Tokiwa lo besó de nuevo sus lenguas danzaron
juntas. Después de un largo y satisfactorio beso, Tokiwa
mordisqueó su oreja, Itsuki se estremeció mientras Tokiwa le
hacía cosquillas con su caliente lengua en el lóbulo de la
oreja.
221
—¿Te molestaría prestármelo? Quiero decorar la mesa
del local en el mercado de pulgas. —Le había pedido su
amigo, prometiéndole no venderlo.
222
Interesante pensó Tokiwa. Después de conversar un
momento, Tokiwa vio al niño alejarse aferrado a su compra.
223
combinaba en todos lados, fácilmente se familiarizaba con
cualquier ambiente. Itsuki, su nombre significa “árbol” y
parecía como los imponentes árboles del parque, o los
decorativos en el vestíbulo de un hotel, él combinaba con su
entorno.
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Itsuki se congeló con su confesión, pero no mostró ira o
malestar. Tokiwa lentamente probó las aguas, mostrándole a
Itsuki un poco más de afecto físico. Parecía cómodo con eso,
así que Tokiwa decidió llevar las cosas al siguiente nivel.
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Itsuki toleraba los maliciosos rumores y nunca se
separaba del lado de Yamabe. Tokiwa odiaba ver cómo lo
mostraba igual que a una baratija en una joyería.
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pasado mucho tiempo acurrucados en el sofá antes de ir a la
recámara.
227
abruptamente hablar, como si estuviera hablando consigo
mismo.
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el tótem habían sido pintados con amoroso cuidado. Cuando
Tokiwa dijo que él quería la pintura, Itsuki se puso nervioso,
igual que hacía nueve años.
—Mmm...
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Tokiwa esperaba que el hombre en sus brazos siempre
sonriera de esa manera. No quería darle una razón para que
se sintiera solo de nuevo.
230
Gracias por leer mi libro.
You Shiizak
231
Yukitomiko
1al 3 SAKURA
4 Yukitomiko
5 al 6 Melcamon
7 al final Esther
Alexsasa
Haref01
232