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Aunque a todos nos puede gustar sola, bañada con zumos, leche o en batido o smoothies,
también puede formar parte de ensaladas o guarniciones. De hecho, algunos estudios ya
empiezan a sugerir que el consumo de fresas podría ayudar a prevenir algunos tipos de
cáncer y enfermedades cardiovasculares, a potenciar el sistema inmune, a regular los
niveles de colesterol en sangre, a mejorar la capacidad neuronal, a disminuir los procesos
inflamatorios, e incluso a retrasar los procesos de oxidación, entre otras ventajas.
La fresa es una de las frutas con más antioxidantes que existen, y la mayor parte de los
que contiene (81%) están en las pepitas. Concretamente, se estima que en una ración de
150g (equivalente a una taza) hay unos 300mg de compuestos fenólicos antioxidantes, y
es justamente esa capacidad antioxidante lo que la convierte en una gran ayuda contra
algunos tipos de cáncer, pues estas sustancias bloquean los efectos nocivos de factores
provenientes del medio ambiente, de la alimentación, o del tabaco, por ejemplo.
No todos los beneficios que aportan las fresas son físicos, sino que algunos estudios
también relacionan el consumo de fresas con una mejor salud mental, ya que el consumo
de esta fruta podría ayudar a retrasar el envejecimiento del cerebro. Concretamente, se ha
comprobado que algunos de los componentes de la fresa pueden inhibir el principal
estimulador de prostaglandinas inflamatorias (COX-2), asociadas, además de al cáncer y
a la enfermedad cardiovascular, al alzhéimer.
Además, la visión o la salud bucodental también pueden sacar partido de las virtudes de
este pequeño fruto rojo. Y es que, por su contenido en pigmentos como la luteína y la
zeaxantin son interesantes para pacientes con degeneración macular asociada a la edad;
mientras que el xilitol ayuda a combatir la placa y proteger el esmalte.
>Ricas en antioxidantes.
>Contiene vitaminas del grupo B y C.
el de próstata.
Por lo demás, no destaca notablemente por la presencia de ningún otro nutriente. Respecto
a los hidratos de carbono, éstos están representados por pequeñas cantidades de azúcar
que no sobrepasan los siete gramos por 100 gramos de sandía (lo que sería equivalente a
un sobre de azúcar). En cuanto a los minerales, su contenido es igualmente bajo, aunque
el potasio y el magnesio tienen cierto protagonismo, dentro de un contenido reducido en
comparación con otras frutas.
Así pues, su escaso valor nutricional hace que desde el punto de vista dietético tampoco
tenga mucho interés, aparte de ser una fruta muy baja en calorías que encaja
perfectamente en las pautas alimentarias de adelgazamiento.
Debido al bajo contenido en potasio respecto a otras frutas, aquellas personas que tengan
que restringir la ingesta de este mineral, como en la insuficiencia renal aguda y crónica,
pueden valorar con su médico la inclusión de sandía en su alimentación. Sin embargo, las
frutas, verduras y hortalizas aportan agua a nuestra alimentación y la sandía, como fruta
con alto contenido en agua deberá excluirse cuando la insuficiencia renal derive en
diálisis.
FRUTOS AMARILLOS
La papaya es una fruta acuosa de sabor dulce que aporta tan solo 43 calorías por
cada 100 gramos.
Contiene vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3), gran cantidad de vitamina C,
además de vitamina A y vitamina D.
Es fuente de fibra.
Contiene minerales como el sodio, potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro,
zinc y yodo.
La fibra dietética que contiene hace que sea un aliado para eliminar toxinas y
depurar (dieta de la piña) el organismo.
Gracias a la vitamina C, a los flavonoides, el licopeno y el caroteno es una
fruta antioxidante que evita la proliferación de radicales libres y el
envejecimiento prematuro de las células.
Protege el sistema digestivo gracia a la papaína, una enzima proteolítica que
limpia el colon, descompone las proteínas y ayuda en la disolución de las grasas.
Tiene propiedades antiinflamatorias y antirreumáticas.
Evita la retención de líquidos así que ayuda en dietas de adelgazamiento y reduce
la hinchazón abdominal.
Por su alto contenido en betacarotenos, luteína y zeaxantina protege la salud de
los ojos, y reduce el riesgo de degeneración macular y de aparición de cataratas.
Ayuda a la renovación de las células de la piel, y mejora su apariencia y
elasticidad. Esto se debe a sus vitaminas (A, C y E principalmente).
Evita la oxigenación del colesterol en las arterias, por eso se mejora el flujo
sanguíneo y se reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
En niños, un buen recurso es utilizar la banana combinada con otros alimentos en puré
de frutas, crema de leche, postres, licuados con leche, para estimular el apetito.
Previene el estrés: El potasio es un mineral vital, que ayuda a normalizar el ritmo
cardíaco llevando oxígeno al cerebro. Además, regula el equilibrio de agua en el
organismo. Cuando estamos estresados, el ritmo metabólico se eleva, reduciendo nuestros
niveles de potasio. Esto puede ser balanceado comiendo una banana.
Contiene vitamina B6: Regula los niveles de glucosa en sangre mejorando el humor.
Los que dejaron de fumar: La banana puede ayudarlos por sus elevados niveles de
vitaminas C, B6 y B12, además del potasio y del magnesio que contienen, ayudando al
cuerpo a recuperarse de los efectos del síndrome de abstinencia.
Contra la gastritis: Puede ayudar en los tratamientos para combatir la gastritis. También
puede utilizarse para la cicatrización de las mismas. Para que esto sea efectivo se
considera que las bananas tienen que ser de las variedades de tamaño grandes, que sirven
para cocinar y que tienen que estar verdes.
Aporta una cantidad importante de fibras, lo cual favorece el tránsito intestinal, ayudando
a quienes sufren de constipación y, además, los beneficios que posee la fibra en cuanto a
la reducción de colesterol, triglicéridos y glucemia.
Es una fruta con alto contenido de agua, lo cual nos ayuda a mantener una buena
hidratación.
Es bueno para la salud de la piel, debido a sus componentes antioxidantes, que previenen
el envejecimiento celular.
Su alto contenido en bromo favorece el sueño y convierte a este pequeño fruto en alimento
ideal para la cena.
Al igual que otros cítricos, es buena para prevenir resfriados y para aliviar problemas de
circulación sanguínea.
Tiene alto contenido en ácido fólico o vitamina B9, que es un elemento vital en la etapa
de crecimiento, pues en combinación con la vitamina B12 (de forma natural se encuentra
en leche, queso, huevo, hígado, riñones, pescado y carne) participa en la formación del
ADN (ácido desoxirribonucleico, proteína que recoge el material genético y rige el
metabolismo de las células), así como en la formación y maduración de glóbulos rojos,
que son elementos contenidos en la sangre encargados de transportar el oxígeno a todo el
organismo.
Destaca la presencia de calcio y fósforo, los cuales son vitales para la formación de los
huesos y dientes, y de suma importancia para la producción de energía a través de los
alimentos, así como para la constitución de las células. Asimismo, colaboran para que los
músculos tengan flexibilidad, se favorezca la coagulación sanguínea y que los nervios
transmitan mensajes al resto del cuerpo.
Sin embargo, lo más recomendable es que se consuman frescas y, por supuesto, una vez
peladas, deben comerse inmediatamente para evitar que se oxiden y de esta manera
pierdan sus propiedades nutritivas.
Su color no es indicativo de su grado de madurez, por lo cual hay que fijarse en su olor,
pues entre más dulce e intenso sea éste mejor será su sabor.
FRUTOS SECOS
VALOR NUTRICIONAL DEL MANI
Aporta una cantidad importante de calorías, casi 6 veces su peso. Cien gramos de
maní aporta 590 calorías. Una porción adecuada de maní va desde los 30 a 50 gramos que
es un puñado pequeño.
Contiene además fosfolípidos del tipo lecitina útil para formar estructuras de las células
pero también para formar parte de la bilis, la no suficiencia de este componente contribuye
con la formación de cálculos biliares. Por otro lado, es componente del surfactante
pulmonar sustancia que impide la disminución del volumen pulmonar en la espiración al
respirar.
Es bajo en sodio salvo al agregarle sal, los pacientes hipertensos deben limitar su
consumo cuando se encuentra salado. Con poca o nada de sal es adecuado para el
hipertenso. En cuanto las vitaminas contienen las del complejo B y minerales como
calcio, fósforo, zinc y hierro.
Las nueces también están cargadas de minerales. El manganeso, del cual las nueces
ofrecen un asombroso 245% del valor diario por porción, es muy bueno para el corazón.
Las nueces contienen un 65% del valor diario nutricional de cobre, crítico para la
producción de energía celular, y un 33% de cada uno en magnesio (ayudando a mantener
un sistema inmune sano, función nerviosa, ritmo cardiaco y fuerza muscular y ósea) y
zinc (para una función inmune óptima, síntesis de la proteína, síntesis del ADN, división
celular y sanar las heridas.) El contenido de fósforo, hierro, calcio y selenio en las nueces
las hace altamente nutricionales.
En la misma escala, una porción de nueces ofrece un 48% del valor diario de tiamina (el
cual ayuda a las células a convertir a los carbohidratos en energía y ayuda a su función
cardiaca, muscular y nerviosa), 42% del valor diario en la fibra y 20% de proteína en una
porción. De los 78 gramos de grasa total, 7 son saturados. Las nueces están cargadas con
ácidos grasos como el ácido oleico que su cuerpo necesita, el cual es genial para el control
de peso. Los esteroles de las plantas en las nueces ofrecen aún más habilidad para bajar
el colesterol.
Como podemos ver, las calorías no son muchas, lo cual indica que ni las almendras ni
otros frutos secos engordan si se consumen en cantidades apropiadas. Asimismo, se puede
apreciar que la mayor parte de las calorías derivan de sus grasas saludables, entre las que
destacan los ácidos grasos monoinsaturados.
Por supuesto, brinda proteínas de origen vegetal, pocos hidratos y alrededor de 4 gramos
de fibra por porción, lo cual no es poco y aporta beneficios extra al organismo. Pero
además, en tan pequeña porción de almendras podemos encontrar los siguientes
micronutrientes.
Como podemos apreciar, resulta increíble que en sólo unas pocas almendras podamos
encontrar todo ésto sin muchas calorías, por eso, no podemos dejar a un lado los frutos
secos en nuestra dieta, sino que, incluyendo al menos un puñado por día, podemos obtener
todos estos nutrientes y sus beneficios.