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ENFOQUE DIAGNOSTICO.
Los elementos más importantes en el diagnóstico del dolor abdominal
son: historia clínica completa y examen físico adecuado. Una historia
clínica completa debe incluir una descripción de los síntomas motivo
de la consulta con sus características como la localización del dolor,
progresión del dolor a otras áreas, irradiación, el tiempo de evolución,
modo de iniciación, relación con otros eventos (ejercicio, comidas,
ingestión de sustancias tóxicas), la presencia de síntomas asociados
como náuseas, vómito, fiebre, anorexia, cambios en el hábito
intestinal, su relación con la historia menstrual y la presencia de
enfermedades crónicas que puedan tener episodios de exacerbación
como ocurre con la pancreatitis crónica.
ANOREXIA.
La asociación de dolor abdominal y anorexia es variable pero su
presencia es un síntoma precoz de un proceso inflamatorio agudo
especialmente en apendicitis.
NÁUSEA Y VÓMITO.
La distensión de una víscera hueca frecuentemente se asocia con
episodios de vómito sin un estado nauseoso previo. El dolor que no
cede luego del vómito, es característico de una obstrucción completa
del intestino delgado, del tracto biliar o de las vías urinarias.
AYUDAS DIAGNOSTICAS.
Los exámenes de laboratorio o las imágenes diagnósticas obtenidas
en el Departamento de Urgencias, tienen como objetivo confirmar o
descartar las posibilidades diagnósticas en el momento de la admisión
del paciente y éstas serán ordenadas cuando la información que de
ellas pueda derivarse incida en el manejo y cuidado del paciente. Las
ayudas diagnósticas en urgencias pueden tener dos objetivos
principales, contribuir con el diagnóstico o preparar al paciente para
cirugía.
ANALGESICOS.
El uso de analgésicos se debe postergar hasta tanto exista un
diagnóstico claro. Pues de otra manera, al suprimir el dolor se pierde
el síntoma cardinal que orienta el diagnóstico, lo que puede originar
demora en la solución del problema. Una vez se ha establecido un
diagnóstico claro o se ha decidido llevar al paciente a cirugía se
puede iniciar analgesia inmediatamente con meperidina a dosis de
0.5 a 1.0 mg /Kg.
ANTIBIÓTICOS.
Si hay sospecha de contaminación de la cavidad peritoneal se debe
iniciar antibioticoterapia de amplio espectro, orientada a cubrir los
gérmenes más comúnmente aislados, terapéutica que se modificará
de acuerdo con la identificación en el cultivo y la sensibilidad.
HIDRATACION.
La inserción de un catéter venoso periférico permite la administración
de líquidos parenterales para hidratación y restauración de la
volemia. La colocación de líneas venosas centrales por punción, se
postergará hasta tanto se haya logrado recuperar el volumen
intravascular para evitar las complicaciones derivadas de ésta
durante los estados de hipovolemia.
SONDA NASOGÁSTRICA.
El reposo intestinal se debe mantener hasta tanto exista un
diagnóstico establecido. Ante la presencia de una obstrucción
intestinal o de íleo adinámico o de vómito incoercible la colocación de
una sonda gástrica permitirá la descompresión del tracto digestivo y
mejoría de los síntomas.
OBSERVACIÓN.
Con frecuencia el cuadro clínico de admisión no permite alcanzar un
diagnóstico claro, por lo que se hace necesario evaluar repetidamente
el paciente buscando modificaciones sutiles en los signos clínicos que
permitan orientar el estudio hacia determinada posibilidad
diagnóstica. Ésta evaluación será realizada por el médico y es
deseable que sea siempre el mismo examinador. Durante esta fase
de observación se podrán solicitar los exámenes pertinentes que
ayuden a confirmar o descartar el diagnóstico.
TRATAMIENTO DEFINITIVO.
El tratamiento definitivo puede ser ambulatorio o intrahospitalario. En
la modalidad de hospitalizado puede ser de emergencia, como ocurre
con la ruptura de un aneurisma cuyo tratamiento debe ser instaurado
de inmediato, sin permitir que procedimientos diagnósticos interfieran
con el tratamiento; o urgente como en el caso de una isquemia
intestinal en el que hay cabida para una estabilización preoperatoria o
diferible como ocurre con el cólico biliar en el cual la urgencia es
quitar el dolor, pero su tratamiento definitivo puede postergarse.
En ocasiones el paciente podrá ser referido a la Consulta Externa para
continuar su estudio y manejo.
BIBLIOGRAFIA
Guías de manejo en la practica medica I - Pediatría, Salus Holos.
SaludCoop EPS
Guias de urgencias del ministerio de la proteccion social, 2006