Noúmeno: Proveniente de la filosofía Kantiana, se refiere a un término, de carácter
problemático, que se ocupa para referirse a algo no-fenoménico. Fenómeno: Del griego, “apariencia, manifestación”, es el aspecto que las cosas ofrecen ante nuestros sentidos; es decir, el primer contacto que tenemos con las cosas, en lo que denominamos experiencia. Imaginarme un libro en mi mente. Lo veo, toco, siento lejos, huelo, y palpo en mis manos. Intuición sensible: La capacidad propia del ser humano para ineludiblemente, conocer a través de los sentidos. Condiciones formales: Espacio, tiempo. La intelectual va mucho más allá de los sentidos, posiblemente la mente, entendida esta como el conjunto de facultades hipotéticas- racionales que se ocupan para desarrollar una intuición. Lo Simbólico(Lacan): Va relacionado a lo Real e Imaginario. Real es justamente algo que no se puede imaginar ni pensar ni sentir. Voluntad (Schopenhauer/ Wille)): Es la realidad última, la cosa en sí. Se encuentra fuera de lo fenoménico y de lo que es perceptible sensiblemente. No se encuentra subyugado al tiempo ni al espacio ni causalidad, y por tanto, al principio de la individualidad. Es el motor ciego de la realidad. Óntico (Heidegger): Relativo al estudio del ente en sí mismo. Significado de la existencia en sí de las cosas. Dato independiente de lo que el hombre puede saber acerca de ella. Vemos al ente desde afuera con pasividad. Ontológico(Heidegger): Interpretación que damos nosotres al estudio de la esencia de las cosas. Es un ente que es visto desde adentro de él mismo. Afirmaciones que son ontológicas, son una suerte de proyección que nosotros conferimos al enunciado. La dimensión ontológica penetra por el interior del ente, con la idea de tomarlo desde adentro, “al tomarlo en lo que en él fuere su mismidad o hubiere como su sí mismo”. “Todo sujeto está sujeto a su entramado histórico” Resabio Foucaultiano. Ambivalencia: Es el estado dentro de la filosofía donde algo tiene una significación antitética. Alteridad: Condición de ser otro. “Todo es texto” Derrida. Cuando observamos a una pintura de un paisaje; ésta no está compuesta por arroyos y pastizales, sino que, bajo la óptica deconstructivista, está solamente hecha por pinceladas que reflejan los signos materializados del mismo pintor, como también es una representación de lo que el pintor piensa que es el paisaje. Es, en tanto, un pintor que manipula los signos y no depende de la realidad física. El deconstructivismo no sólo deconstruye, sino que también produce textos.