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La enfermedad de Kawasaki produce la inflamación de las paredes de las

arterias medianas de todo el organismo. Afecta principalmente a los niños. La


inflamación tiende a afectar las arterias coronarias que suministran sangre al
músculo cardíaco.

En ocasiones, la enfermedad de Kawasaki es llamada síndrome de los ganglios


linfáticos mucocutáneos porque también afecta los ganglios linfáticos, la piel y
las membranas mucosas en el interior de la boca, la nariz y la garganta.

Diagnóstico

La enfermedad de Kawasaki se puede parecer a muchas enfermedades virales o


bacterianas propias de la infancia. No hay ninguna prueba que, por sí sola, permita
detectar la enfermedad de Kawasaki, de modo que los pediatras la suelen diagnosticar
evaluando los síntomas del niño y descartando otras afecciones.

La mayoría de los niños diagnosticados con esta enfermedad tendrán fiebre de cinco o
más días de duración y por lo menos cuatro de los siguientes síntomas:

 enrojecimiento de ambos ojos


 cambios alrededor de labios, lengua y/o boca
 cambios en los dedos de las manos y de los pies, que se pueden hinchar,
cambiar de color y/o pelarse
 erupción en pecho, estómago y/o área genital
 ganglio linfático inflamado y engrosado en el cuello
 enrojecimiento e inflamación de las palmas de las manos y de las plantas de los
pies

Si el pediatra sospecha que un niño puede padecer una enfermedad de Kawasaki,


probablemente le mandará diversas pruebas para evaluar su función cardíaca (como un
ecocardiograma) y es posible que le pida un análisis de sangre y de orina para descartar
otras afecciones, como la escarlatina, el sarampión, la fiebre maculosa de las Montañas
Rocosas, la artritis reumatoide juvenil y las reacciones alérgicas a fármacos.

Tratamiento

El tratamiento bebe iniciarse lo antes posible, idealmente durante los 10 días


inmediatamente posteriores a la aparición de la fiebre. Generalmente, el tratamiento
consiste en administrar gammaglobulinas (anticuerpos purificados) por vía intravenosa; las
gammaglobulinas son un componente de la sangre que ayuda a luchar contra las
infecciones.
Es posible que a los afectados por esta enfermedad también les administren dosis
elevadas de ácido acetilsalicílico para reducir el riesgo de desarrollar problemas cardíacos.
A algunos niños que padecen la enfermedad de Kawasaki se les administran dosis
reducidas de ácido acetilsalicílico durante un período de tiempo prolongado para prevenir
los problemas cardíacos. Es muy importante que estos niños reciban la vacuna antigripal
anual, que ayuda a prevenir las enfermedades virales mientras estén tomando ácido
acetilsalicílico. Esto se debe a que existe el riesgo de desarrollar el Síndrome de Reye,
una enfermedad muy poco frecuente pero grave, cuando un niño toma ácido acetilsalicílico
durante una enfermedad viral. No obstante, hable siempre con el pediatra antes de
administrar ácido acetilsalicílico a alguno de sus hijos.

La mayoría de los niños con la enfermedad de Kawasaki empiezan a encontrarse mucho


mejor después de recibir un único tratamiento con gammaglobulinas, aunque a veces se
necesita más de un tratamiento. La mayoría de los niños se recupera por completo, pero
algunos de ellos (sobre todo los que desarrollan problemas cardíacos como consecuencia
de la enfermedad) pueden necesitar más pruebas y tratamientos adicionales en el
consultorio del cardiólogo.

Factores de riesgo

Se conocen tres factores que aumentan el riesgo del niño de contraer la


enfermedad de Kawasaki; estos son:

 La edad. Los niños menores de 5 años tienen más riesgo de contraer la


enfermedad de Kawasaki.

 El sexo. Los niños tienen un poco más de posibilidades que las niñas de
contraer la enfermedad de Kawasaki.

 El origen étnico. Los niños de ascendencia asiática o de las Islas del


Pacífico, como los japoneses o coreanos, tienen niveles más altos de
enfermedad de Kawasaki.

Epidemiología
La incidencia en los Estados Unidos va en aumento. La enfermedad de
Kawasaki se presenta con mayor frecuencia en niños, con el 80% de los
pacientes afectados menores de 5 años. Afecta más a los niños que a las
niñas. Esta enfermedad era extremadamente infrecuente en los caucásicos
hasta las últimas décadas; aproximadamente entre 2.000 y 4.000 casos son
diagnosticados en los Estados Unidos por año (aproximadamente 1 por
100.000 personas).

Descripción
Aunque es una enfermedad rara (90 de cada 100.000 niños en Japón, que es la zona del mundo donde
es más frecuente), es una de las principales causas de enfermedad cardiaca adquirida en niños en los
países desarrollados.

La mayoría de los casos ocurren en bebés y menores de cinco años de edad. Su presentación en
menores de seis meses o en edades más tardías es rara, aunque hay descritos casos

Diagnóstico
En ausencia de una prueba diagnóstica o de manifestaciones clínicas específicas, se han elaborado unos
criterios diagnósticos para la enfermedad de Kawasaki. El diagnóstico requiere la presencia de fiebre de
cinco o más días de evolución y, al menos, cuatro de los cinco criterios clínicos siguientes, excluyendo
otras enfermedades con clínica similar:

1. Cambios en extremidades:

a. Fase aguda: eritema de palmas y plantas; edema de manos y pies.

b. Fase subaguda: descamación de dedos de manos y/o pies.

2. Exantema polimorfo.

3. Inyección conjuntival bilateral.

4. Cambios en labios y mucosa oral: labios fisurados y eritematosos, lengua aframbuesada e hiperemia
faríngea.

5. Adenopatía cervical (>1,5 cm diámetro).

Además, los pacientes con 5 días de fiebre y que cumplen menos de cuatro criterios pueden
diagnosticarse de enfermedad de Kawasaki si se objetiva anomalías coronarias en la ecocardiografía.

Si los aneurismas persisten una vez resuelto el cuadro febril, puede ser necesaria la realización de
electrocardiogramas, ecocardiogramas, ergometrías e incluso cateterismos cardiacos, de forma periódica,
para evaluar la evolución de los aneurismas coronarios.

Kawasaki atípico e incompleto


Como se ha comentado, algunos pacientes no cumplen los criterios clínicos y, a veces, el diagnóstico se
hace a partir de las lesiones de arterias coronarias que se observan en la ecocardiografía. Estos casos
serían los llamados “Kawasaki incompleto” porque no cumplen todos los criterios diagnósticos. El término
“Kawasaki atípico” debería reservarse para aquellos casos en que la presentación de la enfermedad tiene
una clínica atípica (por ejemplo, con afectación renal, abdomen agudo, derrame pleural...).

El Kawasaki incompleto es más frecuente en edades tempranas, por lo que es importante hacer un
diagnóstico e iniciar un tratamiento precoz, ya que estos niños tienen más riesgo de enfermedad
coronaria.

Tratamiento
El tratamiento inicial consistente en aspirina e inmunoglobulinas a dosis altas ha disminuido la incidencia
de aneurismas coronarios a un 5%.
Los pacientes que desarrollan aneurismas múltiples gigantes pueden requerir anticoagulación.

https://medlineplus.gov/spanish/kawasakidisease.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_Kawasaki
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/kawasaki-
disease/symptoms-causes/syc-20354598
http://www.fundaciondelcorazon.com/informacion-para-
pacientes/enfermedades-cardiovasculares/enfermedad-de-kawasaki.html

Fisiopatología de la inflamación
Escrito por Dr. Ignacio Umbert On 07/10/2014

La inflamación es un proceso defensivo natural que se da en el organismo y en el cual


intervienen diferentes sistemas.

A nivel local se da la activación de células del sistema inmune (macrófagos y


mastocitos) que secretan una serie de sustancias (citoquinas) que son las encargadas de
luchar contra el agente patógeno, esta lucha da una serie de síntomas que son visibles en
función de donde se de la inflamación, dolor y perdida de función si es a nivel articular,
dolor e hinchazón a nivel muscular, o enrojecimiento, escozor, y tumefacción a nivel
dermatológico.

A nivel sistémico, el hecho de que en el proceso inflamatorio estén involucrados


distintos sistema del organismo (inmune, endocrino, neural y psicológico) hace que las
causas sean variadas y que una buena terapéutica las contemple todas. Todos estos
sistemas están en comunicación con las células del sistema inmune que desencadenan la
respuesta inflamatorio ante una agresión.

Desordenes endocrinos, inmunológicos, alimentarios, o de estrés desencadenan


inflamación a nivel local y esto se traduce en problemas dermatológicos. Esto es
especialmente significativo cuando la inflamación, mas allá de un proceso defensivo
agudo, se convierte en un proceso crónico, debido a que el agente inflamatorio (estrés,
desordenes endocrinos, desordenes alimentarios, agresión bacteriana, etc) sigue
actuando, en este caso los mecanismos propios de regulación de la inflamación no
operan bien y los síntomas del proceso inflamatorio persisten

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