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violencia sexual hacia las mujeres de color→ violaciones, trato reproductivo ginecologico

precrario, hipersexualiacion, fetichizacion tanto en niñas como en l misma industria exual

base historica ¿de donde surge el fetiche de la mujer negra? tanto en el mundo, en
especifico en ltinomerica
discriminacion racial en la sexualidad ex: porno y en trabajos como cafes con piernas e
incluso en el harea de estudio como el famoso cso de los esperimentos del padre de la
ginicologia y en los libros de texto (caso real de una
niña)​https://afrofeminas.com/2018/05/29/por-que-mi-vulva-no-es-rosa/
¿como afectan los esteriotipos? animalizar, erotizar menores de edad y violaciones

https://www.losreplicantes.com/articulos/porno-industras-racistas/
https://afrofeminas.com/2017/12/05/que-hay-de-las-victimas-de-violacion-negras/amp/
https://afrofeminas.com/2018/06/05/la-hipersexualizacion-de-la-mujer-negra-testimonio/
https://efaeblog.wordpress.com/2017/02/09/el-fetichismo-de-la-mujer-negra/
http://www.proyecto-kahlo.com/2017/04/el-fetiche-de-las-mujeres-negras/
http://contrapunto.com/mobile/noticia/mujeres-afrodescendientes-sexualizacion-e-interraciali
dad-47147/​ este es como la sintesis que quiero mostrar
https://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=10057104
https://amp.theguardian.com/commentisfree/2015/mar/25/women-of-color-police-sexual-ass
ault-racist-criminal-justice
http://www.catalyst.org/blog/catalyzing/sexual-harassment-and-women-color

articulo del washinton post


https://www.washingtonpost.com/local/education/study-black-girls-viewed-as-less-innocent-t
han-white-girls/2017/06/27/3fbedc32-5ae1-11e7-a9f6-7c3296387341_story.html?utm_term=.
22fb5854c9b1t​ ​Los adultos ven a las jóvenes negras como menos inocentes que las niñas
blancas de la misma edad, según un nuevo estudio, lo que indica que la raza de los niños
puede afectar la percepción de sus acciones.

El estudio se basa en lo que los autores llaman una sorprendente escasez de investigación
sobre las percepciones de las chicas negras. Sigue a un estudio de 2014 del investigador
Phillip Goff que encontró que los niños negros, tan jóvenes como de 10 años, son más
propensos a ser considerados como sospechosos, mayores de lo que parecen y presuntos
culpables de crímenes.

“Los investigadores encuestaron a 325 adultos de una variedad de antecedentes raciales,


étnicos y educativos. Los participantes eran abrumadoramente blancos, 74 por ciento en
general, y mujeres, 62 por ciento. La mayoría de los encuestados, el 69 por ciento, tenía un
título avanzado. Los participantes fueron divididos al azar y se les hizo una serie de
preguntas idénticas sobre niñas blancas o negras, como "¿Cuánto necesitan las niñas
[negras o blancas] para que las consuelen?"
Blake, un investigador del informe, dijo que el estudio no examinó específicamente las
diferencias en las percepciones entre adultos negros y adultos blancos
En general, el estudio concluyó que cuando los adultos comparaban a las niñas blancas con
las negras, consideraban que las niñas negras necesitaban menos cuidados, menos apoyo
y menos comodidad.

"En última instancia, la adulteración es una forma de deshumanización, que roba a los niños
negros la esencia misma de lo que diferencia a la infancia de todos los demás períodos de
desarrollo: la inocencia", escribieron los autores. "La adulificación contribuye a una
narración falsa de que las transgresiones de los jóvenes negros son intencionales y
maliciosas, en lugar de ser el resultado de una toma de decisiones inmadura, una
característica clave de la infancia".

Los autores escribieron que estas percepciones pueden estar contribuyendo a las
discrepancias en la disciplina escolar y los cargos de justicia juvenil entre las niñas negras.
El estudio señaló que las niñas negras son cinco veces más propensas que las niñas
blancas a ser suspendidas de la escuela y un 20 por ciento más propensas a ser acusadas
de un delito.

"Estos hallazgos muestran que los estereotipos penetrantes de mujeres negras


hipersexualizadas y combativas están llegando a nuestras escuelas y patios de recreo y
ayudan a robar a las niñas negras las protecciones que otros niños disfrutan", dijo Blake,
profesor asociado de la Universidad Texas A & M. "Instamos a los legisladores, defensores
y formuladores de políticas a examinar las disparidades que existen para las niñas negras
en los sistemas de educación y justicia juvenil y para llevar a cabo reformas que preserven
la infancia para todos".

RAZA, ETNICIDAD Y SEXUALIDADES. CIUDADANÍA Y MULTICULTURALISMO EN


AMÉRICA LATINA
PETER WADE, FERNANDO URREA GIRALDO Y MARA VIVEROS VIGOYA (EDS.)
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas. Centro
de Estudios Sociales, CES. 2008, 568 p.
Por último, la obra también nos expone, en los muchos casos estudiados en estas
investigaciones, que la intersección del sexo y de la raza ha sido una de las más prolíficas a la
hora de construir y propagar imágenes de la diferencia y posibilidades para distinguir, juzgar
y separar. De vincular el dimorfismo sexual, las preferencias sexuales y la variabilidad
fisonómica con una diversidad de factores morales, intelectuales y estéticos, resultaron, y
todavía lo hacen, una gama de posibilidades de discriminación que funcionan de múltiples
maneras y tienen uso tanto en el orden nacional como en el familiar, el escolar y el íntimo. El
sexo pervive como un recurso para regular el poder dentro de una norma básica de
pertenencia a un grupo. En algunas circunstancias culturales expresa todavía, y de manera
exclusiva, la distancia entre un conjunto de miembros que en ejercicio del poder —sea cual
fuere la circunstancia específica: ya una violación, ya la educación cívica en la escuela, la
atención médica en un hospital o un encuentro sexual interracial— percibe a alguien o a un
conjunto como una clase de individuos diferente dentro del mismo grupo; clase aquella que,
con todo, conserva los principales rasgos de humanidad, aunque ellos se aprecien de forma
devaluada.
La raza, en cambio, ha servido para establecer una distancia entre grupos, una diferencia que
linda con la de otra especie y permite subordinarla hasta llegar incluso al extermino o la
deshumanización total. El racismo es una forma de relación que eventualmente puede
ejercerse sin ambages y puede no temerle a ninguna forma de sanción. Pero cuando la raza y
la sexualidad actúan al mismo tiempo, la combinatoria nos cimbra. Podemos no estar ya ante
la subordinación de la raza al sexo, pero tampoco tendremos la situación opuesta.

raza genero y sexualidad con vilencia Como otro punto que refleja la diferencia Por otro
lado, debemos tocar el caso de la violencia sexual, el cual aunque está presente a lo largo
de la historia humana y es un problema que continúa afectando a todas las mujeres, este no
afecta a todas por igual, y se ve más enfatizado en las mujeres de color que ademas de
crgar con el sexismo tmbien lo hac con el racismo. ​Igualmente, para desafiar el modelo
hegemónico de La Mujer Universal y comprender las especificidades de la experiencia del
sexismo de las mujeres racializadas como el producto de la intersección dinámica entre el
sexo/género, la clase y la raza en unos contextos de dominación construidos
históricamente.

Uno de los autores que ha señalado con más agudeza las coincidencias entre la comunidad
racista y la comunidad sexista ha sido Etienne Balibar. Este autor subraya cuán
sobredeterminadas sexualmente están las categorías del imaginario racista y hasta qué
punto las diferencias raciales han sido edificadas sobre la base de universales
antropológicos que son metaforizaciones de la diferencia sexual” (1989: 42). Basta para
ilustrar estas afirmaciones con citar algunos lugares comunes del imaginario colonial: la
sensualidad lasciva y la disponibilidad sexual de las mujeres racializadas, la potencia sexual
de los africanos, los mitos y leyendas construidos en torno a la depravación de los pueblos
llamados primitivos.

Igualmente, se ha advertido que en América Latina el orden socio-racial jerárquico de las


desigualdades interactúa con la etnicidad. Mientras el orden racial produce unas formas de
clasificación social arbitrarias de las apariencias físicas, la etnicidad genera diferencias que
conllevan marcas culturales también construidas socialmente. Sin embargo, pocos
trabajos han tenido en cuenta que la idea de raza no sólo permite legitimar las
desigualdades sociales sino también explicar los valores sexuales y las diversas formas de
dominación y control socio-sexuales a las que están sometidas las mujeres en función de su
pertenencia étnico-racial.

Este y otros trabajos de corte histórico mostraron que detrás del mestizaje se oculta siempre
un dominio racial fundado en un control de la sexualidad construida en un marco de
relaciones de género asimétricas y que la experiencia del privilegio racial y del racismo varía
según el género. Esta forma de actuar se relaciona, por una parte, con los discursos de
miscegenación que han impactado el imaginario de la población mexicana y han
determinado la forma en que debe lucir la familia mexicana “aceptable”. Por otra parte, con
ciertos parámetros de belleza y feminidad que se expresan en los sentimientos de
vergüenza y ansiedad de las entrevistadas respecto a su apariencia física. La autora explica
cómo está afectada la negociación de la pertenencia por las expectativas que generan los
resultados de las “mezclas” raciales y el ideal de blanqueamiento, en un contexto identitario
nacional fuertemente marcado por los discursos sobre miscegenación y la ideología del
mestizaje
En el límite opuesto del espectro de la ciudadanía multicultural podríamos ubicar el tema de
la violencia sexual, como una forma de aniquilar la posibilidad misma de su ejercicio para
las mujeres. Es lo que nos muestra Jelke Boesten (2008) en su trabajo “Narrativas de sexo,
violencia y disponibilidad: Raza, género y jerarquías de la violación en Perú”. Su estudio de
caso se refiere a la violación de las mujeres indígenas, vistas como víctimas legítimas de la
violencia sexual. Boesten analiza el marco normativo de las concepciones de género y raza
que convierte en un acto legítimo la violencia sexual contra ciertas categorías de personas,
sobre todo en tiempos de guerra y emergencia. En el caso analizado, el de la guerra entre
el grupo Sendero Luminoso y el ejército peruano en los años ochenta y noventa, el cuadro
normativo incluía la idea de los hombres indígenas como seres violentos por naturaleza y
por ende dispuestos a ser “terroristas” y de las mujeres indígenas como objetos sexuales
fáciles y accesibles, sobre todo si eran “cholas”, es decir, un poco alejadas de la imagen de
la indígena “pura” y más cercanas a la imagen de las vendedoras del mercado público o las
sirvientas domésticas.

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