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PÁGINAUNO

LA FORMA
DEL TESTIMONIO Apuntes de la síntesis de Julián Carrón
en la Asamblea internacional de responsables de Comunión y Liberación
Cervinia, 29 de agosto de 2016

Navarro Arteaga, El hijo pródigo, Capilla penitencial del Santuario de la Virgen del Rocío. Almonte, España.
SEPTIEMBRE 2016 I
PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO

1. LA DEFINICIÓN DEL TESTIMONIO mos hecho experiencia de pertenecer al acontecimiento


«Las circunstancias por las que Dios nos hace pasar que nos ha sucedido, nuestra expresión cultural estará
constituyen un factor esencial de nuestra vocación, de la necesariamente determinada por otra cosa, por otra per-
misión a la que nos llama; no son un factor secundario. WHQHQFLD (QWRQFHV OD YHUL¿FDFLyQ GH DTXHOOR D OR TXH
Si el cristianismo es el anuncio de que el Misterio se ha pertenecemos es nuestra forma de estar en la realidad.
encarnado en un hombre, las circunstancias en las que Hemos repetido muchas veces esta frase, pero es como
uno toma posición ante este hecho frente al mundo en- si nunca acabásemos de aferrar todo su alcance, de com-
WHUR VRQ LPSRUWDQWHV SDUD OD GH¿QLFLyQ GHO WHVWLPRQLRª SUHQGHUVXVLJQL¿FDGRSRUTXHODVFLUFXQVWDQFLDVQRVSUR-
(L. Giussani, El hombre y su destino, Encuentro, Madrid vocan sin tregua, cada día se muestran más decisivas y
2003, p. 61). reclaman de nosotros un movimiento para comprender
Cada uno de nosotros puede juzgar si el modo con el FDGDYH]PiVTXpHVODIHTXpVLJQL¿FDYLYLUODIHTXpH[-
que nos hemos testimoniado nuestro intento de vivir y periencia hacemos nosotros de la fe en esta circunstancia
de comunicar el cristianismo ha sido adecuado o no en KLVWyULFDHQUHODFLyQFRQODFXDOVHGH¿QHHOWHVWLPRQLR
la circunstancia histórica en la que nos encontramos. La la forma del testimonio. De hecho, no podemos vivir la fe
SULPHUDYHUL¿FDFLyQGHODIRUPDGHQXHVWURWHVWLPRQLROD fuera de la historia, no podemos imaginar un testimonio
realizamos nosotros para nosotros mismos. Si no lleva- que sea ahistórico. Nosotros no vivimos por el aire, vivi-
PRVDFDERHVWDYHUL¿FDFLyQDXQTXHOXHJRUHSLWDPRVODV mos en las circunstancias, delante de los desafíos, en un
palabras que nos hemos dicho, todo será abstracto. De he- momento concreto del tiempo. Por eso la forma del testi-
cho, si aquello de lo que hablamos, si aquello monio puede ser distinta, porque se determi-
que recibimos no arraiga en nosotros y nos na en relación con las circunstancias históri-
implica a nosotros en primer lugar, será FDV(VWRQRVLJQL¿FDUHQXQFLDUDORULJHQGH
inútil también para los demás: si no pasa a nuestra experiencia, sino que este origen se
través de nosotros, si no se encarna en no- Lo que decide encarna en las circunstancias históricas, de
sotros, si no penetra hasta nuestras entrañas, nuestra PRGRTXHSRGDPRVYHUL¿FDUVLGLFKDH[SH-
¿qué es lo que comunicamos? Palabras, pala- expresión riencia resiste la evolución de los tiempos, la
bras, palabras. Por eso lo que condensa todo presión de los cambios.
cuanto hemos dicho es la experiencia presente.
cultural es
¿Qué es lo que hemos visto? ¿Qué expe- aquello a lo que
riencia ha producido en nosotros todo lo que pertenecemos 2. UN CAMBIO DE ÉPOCA
hemos visto y vivido? Y, en segundo lugar, +HPRVGH¿QLGRODFLUFXQVWDQFLDKLVWyULFD
¿estamos disponibles para seguir y para se- actual con la expresión del Papa Francisco:
cundar lo que hemos visto suceder en noso- «Se puede decir que hoy no vivimos una
tros durante estos días? Nosotros obedecemos a Aquel pSRFDGHFDPELRVLQRXQFDPELRGHpSRFDª (QFXHQWUR
que actúa en todo lo que ha sucedido en nosotros y a con los participantes en el V Congreso nacional de la
nuestro alrededor, si hemos tenido un mínimo de ternura Iglesia italiana, Florencia, 10 de noviembre de 2015). ¡Un
para con nosotros mismos, un mínimo de amor a noso- cambio de época! ¡Qué disponibilidad hemos de tener,
tros mismos, a nuestra vida, a nuestro cumplimiento para nosotros y toda la Iglesia, para aceptar el desafío que este
reconocerlo. Y si no ha sucedido nada, es mejor que nos cambio de época representa para nuestra fe! Toda la Igle-
vayamos, que cerremos la puerta y tiremos la llave a la sia, todos nosotros nos hallamos frente a este desafío, y
papelera. tenemos una tarea a la que no nos podemos sustraer. Pero
Continúa la frase de don Giussani que acabamos de ci- para no sustraernos a esta tarea es necesario que nos deje-
tar: «Por cómo tomamos esa postura [la forma del testi- mos provocar, que nos dejemos llamar por las circunstan-
monio] se comprende si vivimos y en qué grado la perte- cias en las que nos encontramos, de modo que podamos
nencia, que es la raíz profunda de toda expresión cultural. encontrar la forma más adecuada para testimoniar la fe
En efecto, toda expresión cultural nace de una pertenen- en el momento histórico actual. Es por ello que ya desde
cia determinada, brota de aquello a lo que se pertenece. KDFHDxRVQRVSUHJXQWDPRV¢TXpVLJQL¿FDVHUXQDSUH-
No es necesario que tengamos conciencia de ello teóri- sencia ahora? ¿Cuál es nuestra tarea en el mundo?
camente; podemos carecer de una conciencia adecuada La Iglesia, desde el momento en que vive en la histo-
pero, de hecho, lo que decide nuestra expresión cultural ria, está llamada constantemente a leer los «signos de los
HVDTXHOORDORTXHSHUWHQHFHPRVª ibídem). Aquello a lo WLHPSRVªFRPRGHFtD%HQHGLFWR;9,HQHOWH[WRTXHFL-
que pertenecemos, aquello en lo que participamos, es lo tamos en los Ejercicios de la Fraternidad (cf. «Con amor
TXHGH¿QHQXHVWUDH[SUHVLyQFXOWXUDO3RUHOORVLQRKH- HWHUQRWHDPpWXYHSLHGDGGHWXQDGDªVXSOGHHuellas,

II SEPTIEMBRE 2016
LA FORMA DEL TESTIMONIO PÁGINAUNO

Q S   SDUD LGHQWL¿FDU OD IRUPD DGHFXDGD GHO H[WLHQGH D WRGRV ORV DVSHFWRV GH QXHVWUDV YLGDVª ©Alle
testimonio. No es una urgencia solo de ahora, sino una radici dell’insicurezzaªHQWUHYLVWDDFDUJRGH'&DVDWL
constante en la historia de la Iglesia y en nuestra histo- Corriere della Sera, 26 de julio de 2016, p. 7).
ria, como se recoge estupendamente en la obra de Mar- Es en esencia el mismo diagnóstico que don Giussani
WD%XVDQLVREUHHOQDFLPLHQWRGH*LRYHQW6WXGHQWHVFD formulaba hace más de veinte años de forma todavía más
(Gioventù Studentesca. Storia di un movimiento cattolico radical. Lo que «caracteriza al hombre de hoy [es] la duda
dalla ricostruzione alla contestazione, Studium, Roma acerca de la existencia, el miedo a la existencia, la fragi-
2016). Nosotros nacimos dentro del intento que realizó lidad de la vida, la inconsistencia de uno mismo, el terror
la Iglesia ambrosiana de responder a la creciente falta de a lo imposible; el horror ante la desproporción entre uno
interés de los jóvenes por la propuesta cristiana, que era PLVPR\HOLGHDOª<FRQWLQXDED©(VWHHVHOIRQGRGHOD
percibida cada vez más como algo formal y carente de in- cuestión, y desde aquí se puede partir para una cultura
cidencia en la vida. Si nos remontamos al Milán de 1955, QXHYDSDUDXQDFUtWLFDQXHYDª'HKHFKRHOSXQWRGHSDU-
*LRYDQQL%DWWLVWD0RQWLQLH[SUHVDVXGHVHRGHHQFRQWUDU tida y el término con el que cualquier intento de respuesta
un «cristianismo moderno, vivo y nuevo que ofrecer a las está llamado a medirse es esta necesidad del hombre de
JHQHUDFLRQHV YHQLGHUDVª 0 %XVDQL Gioventù Studen- KR\±HVGHFLUGHFDGDXQRGHQRVRWURV±&XDOTXLHULQWHQ-
tesca…, op. cit., p. 14). Con su intento pastoral, el nuevo WRWLHQHTXHYHUL¿FDUVXSHUWLQHQFLDFRQUHODFLyQDHVWD
arzobispo trataba de responder al formalismo que pare- VLWXDFLyQ KXPDQD D HVWH ©KR\ª GHO KRPEUH 6L QR UHV-
cía dominar en la forma de vivir la fe y a los síntomas ponde a esta necesidad, no le interesará al hombre, no nos
ya visibles de alejamiento de los jóvenes, e interesará a nosotros. «El mundo de hoy ha
invitaba a todos a ayudarle. Se podría decir vuelto a la miseria evangélica. En los tiem-
que Giussani ya había respondido de lleno pos de Jesús, el problema era cómo vivir,
a este llamamiento de su obispo. \QRTXLpQWHQtDUD]yQª ©&RUUHVSRQVDELOL-
(O PRYLPLHQWR HV HQ GH¿QLWLYD XQD IRU- El movimiento WjªLitterae communionis-CL, n. 11/1991).
ma, un modo a través del cual don Giussani, es la forma, la
con toda la sensibilidad de la que era capaz, modalidad a través
trató de dar testimonio de Cristo en aquella
de la cual Cristo 3. INTENTOS DE RESPUESTA
circunstancia histórica particular. El movi- Es inevitable que, ante esta situación de
miento es la forma, la modalidad a través nos ha alcanzado, la que no podemos evitar partir, aparezcan
de la cual Cristo nos ha alcanzado, nos ha nos ha fascinado distintos intentos de respuesta, distintas
fascinado, nos ha aferrado, es el modo con culturas, que indican posiciones de fondo.
el que el cristianismo se ha vuelto intere- Soy consciente de que en la vida personal
sante para nosotros, con el que Cristo se ha y social existen muchas otras dimensiones
convertido en una presencia real en nuestra vida. Y noso- que hacen de ella algo verdaderamente complejo. Pero
tros lo hemos descubierto a través de la experiencia, por quiero detenerme en dos actitudes que creo que prevale-
la capacidad que tiene Cristo de atraernos, de fascinarnos cen en la actualidad.
y, a través de la pertenencia, de cambiar nuestra vida.
Pero esta dinámica no se detiene nunca, porque las cir- a) Muros
cunstancias cambian constantemente. Por eso la Iglesia Podemos indicar la primera con una palabra: muros.
necesita siempre escrutar los signos de los tiempos para Esta posición de fondo propone crear muros para defen-
buscar la forma adecuada del testimonio. ¿Cuáles son los der de algún modo lo que queda todavía, para tratar en
signos de este cambio de época? Podemos indicarlos ha- GH¿QLWLYD GH SURWHJHUQRV (O 3DSD )UDQFLVFR QRV OD KD
ciendo referencia a personas que no pertenecen a la Igle- recordado muchas veces. Al señalar esta actitud no se
sia, pero que tienen la sencillez de mirada necesaria para quiere, obviamente, infravalorar o excluir las medidas de
captar lo que está sucediendo (inseguridad y miedo) e seguridad y las leyes necesarias para prevenir cualquier
LGHQWL¿FDUVXUDt]©/DVUDtFHVGHODLQVHJXULGDG±KDGLFKR violencia y defendernos adecuadamente de eventuales
UHFLHQWHPHQWHHOFRQRFLGRVRFLyORJR=\JPXQW%DXPDQ± DJUHVLRQHV3HUR¢VRQVX¿FLHQWHV"6REUHWRGR¢VRQVX-
son muy profundas. Se hunden en nuestro modo de vida, ¿FLHQWHVFRQUHVSHFWRDODSURIXQGLGDGGHOSUREOHPDTXH
están marcadas por el debilitamiento de los vínculos […], WHQHPRVTXHDIURQWDU"%DXPDQQRVGHVDItDGHQXHYRFRQ
por la disgregación de las comunidades, por la sustitución su agudeza: «Una vez que se erijan nuevos muros y que
GHODVROLGDULGDGKXPDQDSRUODFRPSHWLFLyQª<DxDGtD más fuerzas armadas se desplieguen en los aeropuertos y
que el miedo procede de esta ausencia de vínculos: «El en los espacios públicos; una vez que a quien pide asilo
miedo generado por esta situación de inseguridad […] se procedente de guerras y destrucciones le sea denegada »

SEPTIEMBRE 2016 III


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» esta petición, y que más migrantes sean repatriados, y más disponibles a un diálogo, incluso con personas
resultará evidente que todo esto es irrelevante para re- aparentemente muy lejanas, pero con las cuales nos unen
VROYHUODVFDXVDVUHDOHVGHODLQFHUWLGXPEUHª ©$OOHUDGL- las mismas preguntas. Incluso procediendo de historias o
FLGHOO¶LQVLFXUH]]DªFLW /RVXEUD\DEDWDPELpQHO3DSD recorridos absolutamente distintos, lejanísimos, es como
hace algunos meses: «Siempre he dicho que construir si paradójicamente la situación actual nos hiciese a todos
muros no es la solución. En el siglo pasado vimos la caída compañeros de camino más disponibles a escucharnos.
GHXQR1RVHUHVXHOYHQDGDª Rueda de prensa durante Nosotros no somos extraños al desafío de encontrar res-
el vuelo de vuelta desde Lesbos, Grecia, 16 de abril de SXHVWDV DGHFXDGDV \ WHQHPRV TXH YHUL¿FDU VL HVWDPRV
2016). De forma análoga, las contraposiciones ideológi- disponibles para considerar lo que los demás nos ofrecen
cas, que son formas distintas de construir muros, serán dentro de un diálogo, y si lo que podemos compartir de
irrelevantes a la hora de resolver las causas reales de la nuestra experiencia tiene valor también para ellos. Por
incertidumbre, porque el problema no es «quién tiene ra- ello, tiene razón el cardenal Tauran que, justamente en
]yQªVLQR©FyPRVHSXHGHYLYLUªHQHVWDVLWXDFLyQ/DLQ- una situación en la que uno pensaría en formas de res-
seguridad y el miedo no se superan con los muros, tienen puesta distintas, más rígidas, no se cansa de insistir en la
UDtFHVWDQSURIXQGDVHQQRVRWURVTXHFRPRGLFH%HQHGLF- inevitabilidad de un diálogo desarmado: «La respuesta
WR;9,QRVHSXHGHQUHVROYHUVLPSOHPHQWHGHVGHIXHUD es siempre y en cualquier caso el diálogo, el encuentro
«El hombre nunca puede ser redimido solamente desde el […]; el único camino practicable es el del diálogo desar-
H[WHULRUª &DUWDHQFtFOLFDSpe salvi, 25). PDGR(QPLRSLQLyQGLDORJDUVLJQL¿FDHQGH¿QLWLYDLUDO
Cuando hemos construido muros, ¿ha encuentro del otro desarmados, con una con-
desaparecido acaso la incertidumbre, ha sido cepción no agresiva de la propia verdad, y sin
vencida, ha sido derrotada? Pensemos en HPEDUJRQRGHVRULHQWDGRVª¢1RH[LVWHRWUR
ciertos muros reales construidos aquí y allá camino?, le pregunta el entrevistador. «En
por el mundo: ¿se ha vuelto más seguro vivir? El problema DEVROXWR (VWDPRV FRQGHQDGRV DO GLiORJRª
Pensemos en las veces que nos encerramos no es «quién («Un altro passo verso l’abisso ma il sangue
dentro de nuestro huerto para defender los tiene razón», si può fermare con il coraggio del dialogoª
espacios que todavía nos quedan. ¿Ha sido entrevista a cargo de P. Rodari, La Repubbli-
vencida la incertidumbre? Solo en apariencia,
sino «cómo se ca, 27 de julio de 2016, p. 8).
porque el virus permanece incluso dentro de puede vivir» en
las fortalezas. De hecho, el problema no son esta situación
ante todo los riesgos que puedan venir desde 4. «EL DIÁLOGO ES VIDA»
fuera, sino el miedo a vivir, la inseguridad /D SDODEUD ©GLiORJRª RFXSD VLJQL¿FDWLYD-
existencial, la duda que tenemos acerca de la mente una posición central en el origen de la
existencia. Por ello, aunque construyamos muros, conti- experiencia de GS propuesta por don Giussani. Cuando
QXDED%DXPDQ©ORVGHPRQLRVTXHQRVSHUVLJXHQ>«@QR en *LRYHQW 6WXGHQWHVFD 5HÀH[LRQHV VREUH XQD H[SH-
se evaporarán ni desaparecerán. En ese punto podremos riencia, GH  GRQ *LXVVDQL GHVFULEH HO ©UDGLRª HO
GHVSHUWDUQRV\GHVDUUROODUORVDQWLFXHUSRVª ©Alle radi- SULPHUJHVWRTXHLQGLFDEDODSDUWLFLSDFLyQHQ*6D¿UPD
ci dell’insicurezzaªFLW DGHFXDGRVVHUHPRVFDSDFHVGH TXH©KDFHUHOUDGLRVLJQL¿FDGLDORJDUª©'LiORJRHVFR-
ello. Es un problema de tiempo, no de discusiones. Antes municar nuestra vida personal a otras vidas personales;
o después llegaremos al núcleo de la cuestión. diálogo es compartir la existencia de los demás en nues-
WUDH[LVWHQFLDª(VWDHUDODSULPHUDIRUPDTXHGRQ*LXV-
b) Diálogo sani proponía a los jóvenes estudiantes de bachillerato
Al intento de levantar muros se puede contraponer una con los que se relacionaba. Y para aclarar la naturaleza
segunda actitud, que podemos describir con otra palabra: GHO©GLiORJRªTXHSURSRQtDORFRQWUDSRQtDDRWUDFRQRFL-
diálogo. Muchos hombres de hoy, como hemos visto en da acepción que había sumido la palabra en el debate de
numerosas ocasiones este año, buscan sinceramente una aquellos tiempos con relación a la escuela, es decir, la de
respuesta adecuada a sus propias necesidades y a las de ©GLDOpFWLFDª©(YLGHQWHPHQWHHVWHGLiORJRHVWiPX\OHMRV
los demás, después de las muchas derrotas ideológicas, y de la concepción racionalista, que lo considera como una
por ello los percibimos como compañeros de camino. Lo dialéctica, como un choque más o menos lúcido de ideas
hemos visto en los interlocutores con los que nos hemos y medidas mentales. Nuestro diálogo es el mutuo comu-
encontrado al presentar La belleza desarmada (J. Carrón, nicarse de uno mismo a través de los signos de las pala-
La belleza desarmada, Encuentro, Madrid 2016). La his- bras, de los gestos, de la actitud. El acento no lo ponemos
toria reciente nos ha hecho a todos menos presuntuosos en las ideas, sino en la persona como tal, en la libertad.

IV SEPTIEMBRE 2016
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Nuestro diálogo es una vida de la que las ideas son una Es lo que sucedió a mediados de los años 60, la época
H[SUHVLyQª /*LXVVDQLEl camino a la verdad es una a la que remonta Giussani el comienzo de la crisis de GS
H[SHULHQFLD, Encuentro, Madrid 1997, p. 39). que culminará en el 68: «Los que después dejarían GS
Pocos años después, en 1964, en Apuntes de método ponían el acento en una concepción según la cual el cris-
cristiano*LXVVDQLXWLOL]DODFDWHJRUtDGH©GLiORJRªSDUD tianismo era entendido, en la práctica, como una forma
LGHQWL¿FDU OD PLVLyQ OD SUHVHQFLD GH ORV MyYHQHV EDFKL- de compromiso moral y social. Haciendo esto perdían de
lleres en el ambiente. «El diálogo es un instrumento de YLVWDODPLVPDQDWXUDOH]DHVSHFt¿FDGHOKHFKRFULVWLDQR
convivencia con toda la realidad humana hecha por Dios. y por consiguiente terminaban inevitablemente poniendo
Por eso el diálogo es el instrumento característico de la su esperanza en la capacidad de acción y organización
PLVLyQª3RGHPRVD¿UPDUTXH©ODKLVWRULDGHOD,JOHVLD del hombre, y no en el gesto gratuito que Dios ha elegido
es una historia de construcción de la unidad, una histo- para entrar en la historia. A mi parecer, dicha actitud en
ria hecha de la capacidad de valorar lo positivo, hecha estas personas no era entonces consciente, ni críticamen-
GH GLiORJR %DVWH SHQVDU HQ HO HQFXHQWUR TXH VH KD LGR te teorizada, pero en la práctica inspiraba su vida de cada
produciendo entre el cristianismo y las distintas civili- GtD6HSODQWHySXHVXQFRQÀLFWRTXHVHSRGUtDVLQWHWL]DU
]DFLRQHVª¢&yPRGHVFULEHHOGLiORJRGRQ*LXVVDQL"©(O así: según pensaba yo y algunos otros, la realidad que
diálogo consiste en la propuesta que hago al otro de lo salva al hombre y al mundo es Cristo y su Iglesia, cuya
que yo vivo y en la atención a lo que el otro vive, por una expresión suprema y signo en la historia es la unidad de
estima por su humanidad y por un amor a él que no impli- los creyentes (entre ellos y con la autoridad) […]. El otro
FDHQDEVROXWRXQDGXGDGHPtPLVPRª©(O JUXSRHQFDPELR±SRQLHQGRVREUHWRGRHO
“otro” es esencial para que mi existencia se acento en el compromiso práctico y organi-
desarrolle, para que lo que yo soy tenga di- zativo y en un modo de afrontar los proble-
namismo y vida. El diálogo es esta relación mas sociales inspirado prioritariamente en
FRQHO³RWUR´VHDTXLHQVHDVHDFRPRVHDª El diálogo H[LJHQFLDVGHRUGHQPRUDO±FHQWUDEDWRGD
(ibídem, pp. 135, 139). expresa de forma su esperanza en la capacidad de iniciativa y
Diálogo o dialéctica. Es impresionante constitutiva de acción del hombre, no reconociendo en el
releer estas cosas a la luz de lo que decía- fondo más valores que aquellos que pudie-
mos al principio: «Por cómo tomamos esa
la experiencia ran reconducirse a esto. La crisis, que nos
postura se comprende si vivimos y en qué cristiana vivida afectó muy duramente, estaba ya en mar-
grado la pertenencia, que es la raíz profunda en su verdad FKDSXHVD¿QDOHVGHª /*LXVVDQL
de toda expresión cultural. En efecto, toda El movimiento de Comunión y Liberación.
expresión cultural nace de una pertenencia 1954-1986, Encuentro, Madrid 1987, p. 50).
GHWHUPLQDGDª /*LXVVDQLEl hombre y su Nuestra historia es tan rica en vidas y en
destino, op. cit., p. 61). Cualquier expresión cultural nace experiencias que nos proporciona todos los elementos
de una pertenencia. El enfrentamiento, la dialéctica, la para ver hasta qué punto es verdad lo que dice don Gius-
contraposición tienen su origen en una concepción «ideo- sani, no solo porque lo dice él, sino porque lo atestigua la
OyJLFDªFXDOTXLHUDTXHVHDVXPDWUL](OGLiORJRHQFDP- evolución de las cosas. De hecho, si en un momento dado
bio, expresa de forma constitutiva la experiencia cristiana cambia la pertenencia, porque se hace una experiencia
vivida en su verdad: al ser el cristianismo una gracia, un distinta de la vida, será distinta también la expresión cul-
don recibido gratuitamente a través de un encuentro, ¿qué tural. Por ello cada uno de nosotros expresa de hecho su
podemos hacer, sino compartir en el encuentro y el diá- pertenencia en su forma de presentarse con una cierta ex-
logo incansable con los demás lo que se nos ha dado? No presión cultural.
existe otra forma de hacerles partícipes de la verdad que
hemos recibido que no sea compartirla, comunicársela a 5. EL ORIGEN DE LA EXPRESIÓN CULTURAL
ellos a través de la vida; a través del testimonio, precisa- Por tanto, ¿cuál es el origen de nuestra forma de presen-
mente. Pero esta actitud podemos encontrarla igualmente WDUQRVHQODUHDOLGDG"6RORVLLGHQWL¿FDPRVHORULJHQGH
en los que, habiendo descubierto algo decisivo para ellos nuestra expresión cultural, el origen de nuestros intentos
en otra experiencia, quieren compartirla con otros. de respuesta, podremos tener claridad sobre el camino
Por tanto, cada una de nuestras expresiones culturales y dejarnos reconducir cuando nos perdamos. ¿Cuál es el
es una prueba de nuestra pertenencia. Lo vemos también origen de los muros, de la dialéctica, del enfrentamien-
en estos tiempos: a veces nos sentimos más cerca de per- to? ¿Y cuál es el origen del diálogo como compartición,
sonas que durante años han estado lejos que de algunos como comunicación de nosotros mismos y no como mera
de casa. La vida no nos ahorra nada. confrontación de ideas? »

SEPTIEMBRE 2016 V
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» a) Inseguridad existencial tomáticamente del riesgo de que nuestra actitud nazca de


También aquí, como siempre, la historia viene en nues- una inseguridad existencial; de hecho, tal riesgo siempre
tra ayuda. Para mí ha sido muy iluminador (ya os he ha- está al acecho, y puede generar una forma de presentarse
blado de ello en otras ocasiones) ver cómo se desarrolló HQ OD UHDOLGDG ±HV GHFLU XQD FXOWXUD± QR DGHFXDGD SDUD
el intento de respuesta al 68. Aquellos que permanecieron responder a la situación del hombre. En aquella ocasión,
en el movimiento trataron de afrontar el desafío que plan- como dijo don Giussani en 1972, no se consiguió «dotar
teaba el 68 como hacemos nosotros ahora frente a las ac- al discurso de dignidad cultural, madurar la propia expe-
tuales circunstancias. Es inevitable, porque si queremos riencia cristiana hasta que se convierta en un juicio crítico
YHUL¿FDUVLODIHWLHQHTXHYHUFRQWRGRQRSRGHPRVGH- y sistemático, y por tanto, en sugerencia de modalidad de
jar de intentar responder frente a los desafíos. Haciendo DFFLyQª ©/DODUJDPDUFKDGHODPDGXUH]ªHuellas, n.
referencia a distintos intentos de comienzos de los años 3/2008, p. 37). En aquella ocasión no fuimos capaces de
70, don Giussani hablaba en agosto de 1982 a los respon- dar valor cultural a nuestra posición, y no siempre hemos
sables de los universitarios y, retomando la observación sabido expresar una posición cultural original a la altura
GHXQRGHORVSUHVHQWHVLGHQWL¿FDEDODUDt]GHODTXHSUR- de la experiencia que hemos encontrado.
venía esa expresión cultural: hablaba de una inseguridad
existencial. Es «una inseguridad existencial, es decir, b) Certeza
un miedo profundo, que nos hace buscar el apoyo en las ¿Qué es lo contrario de esta inseguridad existencial?
cosas que hacemos. Esta observación […] es de capital La certeza. ¿De dónde nace la capacidad de diálogo, la
importancia. Uno que está lleno de insegu- capacidad de encontrar al otro, la capacidad
ridad, o que tiene en el fondo un miedo y de compartir nuestra existencia con la exis-
un ansia existencial, busca la seguridad en tencia del otro? De una certeza. Me impre-
las cosas que hace: la cultura y la organiza- «Uno que siona siempre pensar en don Giussani: ¿de
ción. […] Es una inseguridad existencial, es tiene un miedo dónde le venía esta mirada sobre la realidad?
un miedo de fondo, lo que nos hace concebir ¿Qué vivía él para poderse dar cuenta del
como punto de apoyo, como razón de nues- y un ansia equívoco de fondo que se había insinuado
tra consistencia, las cosas que hacemos en el existencial en el intento de responder a las provocacio-
iPELWRFXOWXUDO\RUJDQL]DWLYRª /*LXVVD- busca la nes del 68? Esta es la gracia que Dios nos ha
ni, Uomini senza patria. 1982-1983 %85 seguridad en las concedido: un hombre que, en un momento
Milán 2008, pp. 96-97). dado, nos ha permitido descubrir el origen
Pero para mí, lo más terrible es lo que ob-
cosas que hace» de aquel intento nuestro, desenmascarando
serva a continuación: «Las actividades cultu- el equívoco que anidaba en él. Por eso siem-
rales y organizativas no llegan a ser expresión pre hemos podido volver a partir de nuestras
GHXQD¿VRQRPtDQXHYDGHXQKRPEUHQXHYRª/DUD]yQ cenizas. Entonces, que don Giussani nos haya reprendido
es obvia: son signo de nuestra inseguridad existencial. De incansablemente y nos haya hecho retomar el camino, ¿es
hecho, continúa, «si fuesen la expresión de un hombre una desgracia o es la manifestación de la misericordia
nuevo, podrían incluso no existir, si las circunstancias de Cristo, el testimonio de Cristo que sucede delante de
no lo permitieran, pero ese hombre se mantendría en pie. nuestros ojos para que no acabemos en la nada? ¡Qué cer-
Mientras que, en cambio, mucha gente nuestra aquí pre- teza debía de tener don Giussani para no sucumbir a la
sente, si no existiesen estas cosas, no se mantendría en pie, inseguridad existencial! Porque todos tenían fe: en 1982
no sabría para qué está aquí, no sabría a qué adherirse: no no estaba hablando de aquellos que se habían marchado
se mantiene, no tiene consistencia, porque la consistencia del movimiento; no, se refería a aquellos que habían per-
GHPLSHUVRQDHVODSUHVHQFLDGH2WURª ibídem, p. 97). manecido y que pertenecían a él. Pero él no se cansaba de
Por eso, en noviembre de 1967, justamente al principio de advertirnos del riesgo de actuar movidos por una insegu-
la contestación estudiantil, decía de los universitarios del ridad existencial, para que también en nosotros, al igual
movimiento presentes en una de las primeras manifesta- que en él, la posición cultural y la acción brotasen de la
ciones en la Universidad Católica de Milán: el esfuerzo certeza generada por la fe.
por responder «ha sido muy generoso, pero ¿en qué me- Giussani nos estaba diciendo con esto que existe un
GLGDYHUGDGHUR"ª $6DYRUDQD Luigi Giussani. Su vida, modo de entender y de vivir la fe que puede no derrotar la
Encuentro, Madrid 2015, p. 417). ¡Nos llevaremos este inseguridad existencial. Y esto tiene como consecuencia
MXLFLRDODWXPED©*HQHURVRªQRHTXLYDOHD©YHUGDGHURª una forma de estar en la realidad que puede ser generosa
Nuestro ímpetu ideal y nuestro deseo de expresar la fe pero, ¿hasta qué punto verdadera? Como respondió en un
para responder a los desafíos de la vida no nos liberan au- Consejo Nacional de 1981, inmediatamente después del

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LA FORMA DEL TESTIMONIO PÁGINAUNO

referéndum sobre el aborto, a quien tenía la justa preo- YLVWRUHÀHMDGDVWDPELpQHQORVSURWDJRQLVWDVGHODREUD


cupación de que la fe asumiese la dignidad de la cultura: de Víctor Hugo, Los miserables: Javert y Jean Valjean.
«Yo os pregunto si el problema de una fe que se convierte Ambos tienen en cierto sentido la fe, hacen referencia a
en cultura, en capacidad de cultura, no radica mucho más ella; ambos quieren estar a su altura, pero en ellos se ge-
en la certeza de la fe que en la sagacidad del paso a la neran dos actitudes distintas. Es interesante el monólogo
FXOWXUDª )UDWHUQLGDGGH&RPXQLyQ\/LEHUDFLyQDocu- GH-DYHUWGHVSXpVGHKDEHUOHtGROD%LEOLDPHUH¿HURDOD
mentación audiovisual, Consejo Nacional de CL, Milán, SUHFLRVDHVFHQDGHOPXVLFDOHQYHUVLyQFLQHPDWRJUi¿FD
30-31 de mayo de 1981). Es impresionante, porque entre 6XUHÀH[LyQHVHVWD©$OOiHQODRVFXULGDGXQIXJLWLYR
ODVGRVD¿UPDFLRQHVVREUHHOULHVJRGHODIDOWDGHXQDSR- apartado de Dios, apartado de la Gracia. Dios es testigo,
sición cultural original hay casi diez años de por medio no cederé nunca. […] ¡Señor, permite que lo encuentre,
(desde 1972 a 1981), pero don Giussani no se mueve, no permite que pueda verlo entre rejas! ¡No tendré paz hasta
cambia su juicio. Está tan convencido de ese juicio que entonces! [es decir, hasta que no haya conseguido poner
lo repite diez años después, cuando habían cambiado los RUGHQ@/RMXUR£/RMXURSRUODVHVWUHOODVª Les Miséra-
protagonistas. También ellos se habían desplazado de bles, dirigida por Tom Hooper, USA-UK 2012).
nuevo: el problema de la cultura es el problema de la fe. Esta es una forma de concebir la tarea que nace de la
Este es el testimonio de la permanencia de Cristo en la fe: poner orden en la realidad. En cambio, la actitud de
historia: Cristo nos testimonia en la historia, en un hom- Jean Valjean, que nace de otra experiencia de fe, susci-
bre, la victoria sobre la nada, sobre la inseguridad, sobre tada por el gesto de misericordia absolutamente gratuito
la confusión. y desconcertante del obispo de Digne, es la
Si queremos remontarnos a los comien- de un hombre que piensa que su tarea es,
zos del cristianismo, también el Evangelio a partir de esta experiencia, testimoniar la
nos ofrece un testimonio original de lo que Cristo nos misericordia de la que ha sido objeto. Nos
estamos diciendo con relación a los discí- testimonia en encontramos frente a dos situaciones: la
pulos: casi no hay ninguna página en la que la historia, en aplicación implacable de la ley para poner
no se vean dos posiciones distintas frente un hombre, la orden según la propia imagen del designio
a la realidad, la de Jesús y la de aquellos de Dios; o bien una familiaridad con la ex-
que le seguían, no la de aquellos que no le victoria sobre periencia humana (que vuelve la cosa más
seguían, sino la de aquellos que pertene- la nada, sobre compleja), por la que Jean Valjean se da
FtDQ ± SRU DVt GHFLU± D OD PLVPD KLVWRULD la inseguridad, cuenta de que la única forma adecuada de
es decir, la de los suyos. Lo vemos en sus sobre la confusión relación con todos es aquella de la que él
reacciones cuando piden a Jesús que haga mismo ha sido objeto, y por tanto se trata
bajar fuego del cielo sobre los samaritanos; únicamente de compartir con los demás ese
o también en Pedro, que había visto todo lo gesto de misericordia que Dios ha realizado
que había sucedido a lo largo de los años que había vivido con él a través del obispo.
FRQ-HV~VGtDWUDVGtDFRQXQDULTXH]DLQ¿QLWDGHVLJQRV
en muchas ocasiones le vemos reaccionar no a partir de
la certeza de la relación con Él, sino dominado por su 6. EL CAMINO DE LA CERTEZA
inseguridad, prisionero de sus medidas. Y cuando saca Entonces, si la expresión cultural tiene como punto de
la espada en el huerto de los olivos Jesús le dice: «Envai- apoyo, como punto original la certeza, la cuestión que
na la espada […]. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi tenemos ante nosotros, amigos, es cuál es el camino para
Padre? Él me mandaría enseguida más de doce legiones alcanzar la certeza que nos permita situarnos desarmados
GHiQJHOHVª 0W ¢'HGyQGHOHYLHQH-HV~VOD en la realidad, ante las circunstancias históricas actuales.
certeza necesaria para no reaccionar de forma dialéctica? Y aquí, de nuevo, si nos remontamos al origen de nues-
¡Qué percepción de la realidad debe de tener! «El cáliz tra historia, vemos cómo en un texto de 1955 destina-
TXHPHKDGDGRPL3DGUH¢QRORYR\DEHEHU"ª -Q  do a los responsables de la Acción Católica milanesa,
Lo que hace que Jesús sea así es su diálogo con el Padre, Respuestas cristianas a los problemas de los jóvenes,
su vínculo con el Padre. Sin esto también Él habría cedi- don Giussani escribe que la tarea de los cristianos no es
do a la actitud de Pedro. «cambiar directamente el rostro del mundo resolviendo
El Evangelio nos pone constantemente (lo hemos citado VXVSUREOHPDVªVLQR©llevar a Cristo, es decir, introducir
en otros momentos) frente a dos modos distintos de estar HQHOPXQGRODVHPLOODGHODVROXFLyQªGHORVSUREOHPDV
en la realidad, el de Jesús y el de aquellos que estaban con (Respuestas cristianas a los problemas de los jóvenes,
Él. Son dos actitudes que, en un sentido analógico, hemos ahora en Los jóvenes y el ideal, Encuentro, Madrid »

SEPTIEMBRE 2016 VII


PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO

» 1996, p. 168). ¿Y qué quiere decir esto? En un texto que tiene esta sed puede darse cuenta del valor de lo que
un poco anterior, de 1954, encontramos la respuesta: «La le ha sucedido, es decir, de que «tu gracia vale más que la
realidad del reino de Dios no puede ser medida por la YLGDª ©6DOPRª/DXGHVGHOOXQHVHQLibro de las Ho-
cantidad de personas que llenan las iglesias en determi- ras, Asociación cultural Huellas, Madrid 2010, p. 97). La
QDGDV¿HVWDVRFLUFXQVWDQFLDVRSRUORVRUDWRULRVDEDUUR- sed y la gracia. El deseo y la presencia que responde a él.
tados de espectadores juveniles para ver un interesante Don Giussani nunca ha dejado de insistir en la centra-
WRUQHRGHI~WERORSRUODVVDODVFLQHPDWRJUi¿FDVSDUUR- lidad de la persona, del yo, a lo largo de los años, per-
TXLDOHVGHJUDQDÀXHQFLDªVLQRTXHVHPLGHVRORSRUVX mitiéndonos recuperar constantemente el camino. Lo
capacidad de «crear personalidades cristianas auténti- FRQ¿UPDXQWH[WRGH £HODQWHULRUHUDGHHVWH
FDVª / *LXVVDQL& 2JJLRQL Conquiste fondamentali es de 1998!). Durante un Equipe de los universitarios, a
per la vita e la presenza cristiana nel mondo, Presiden- quien le preguntaba: «¿Por qué un movimiento como el
cia diocesana milanesa de la Juventud italiana de Acción nuestro insiste tanto sobre el yo, y porque solo ahora esta
Católica, Milán 1954, pp. 20-21). LQVLVWHQFLD"ª *LXVVDQL UHVSRQGH ©0H KDFHV UHDFFLR-
¿Y cómo nace la personalidad cristiana auténtica? nar un poco inmediatamente cuando dices “solo ahora”,
Ante todo, hay que subrayar que la propuesta de don ¡porque el comienzo del movimiento estaba dominado
Giussani está fuertemente centrada en la persona, en el por el problema de la persona! Y la persona es un indi-
\RHQHO©VHQWLGRFULVWLDQRGHO\RªFRPRLQVLVWLUiGHV- viduo, la persona es un individuo que dice “yo” […]. En
GHHOFRPLHQ]RGH*6KDVWDHO¿QDOGHVXYLGD<SDUD cualquier caso, los primeros años, la primera decena de
documentar esto, en el citado cuadernillo de años, antes de que el 68 provocara una fuer-
1955, Respuestas cristianas a los problemas te convulsión, poniendo con afán en el punto
de los jóvenes, don Giussani destaca el fenó- de mira no tanto el yo cuanto su acción en
meno del deseo como dimensión constituti- «El deseo, en la sociedad, la conquista del poder [este fue
va del hombre, del sujeto, de la persona: el último término, el desplazamiento] […]; antes del 68, decía,
GHVHRGH¿QHDO\RGHIRUPDRULJLQDULD$TXt el tema con el que daba comienzo siempre a
percibimos una novedad de su planteamien- encarna ese los Ejercicios, a los retiros, estaba constituido
to, porque el deseo era mirado de hecho con atractivo por una frase de Jesús […]: “¿De qué le sirve
una cierta cautela, cuando no sospecha, en profundo con al hombre ganar todo el mundo si se pierde a
muchos ambientes católicos de la época y en el que Dios nos sí mismo? O ¿qué dará el hombre a cambio
ODVSHUVSHFWLYDVGHUHÀH[LyQOLJDGDVDHOORV de sí? […]. Esto explica por qué lo que de-
Al subrayar el deseo se expresa la profunda
llama hacia sí» cimos, el contenido de nuestra conversación,
centralidad del yo, de la persona, percibida en siempre está centrado en lo humano, en el
su concreción y originalidad, que caracteriza valor humano que tienen las cosas; y el valor
la propuesta de don Giussani. Escribe: «Pero sobre todo humano no es de la “humanidad”, sino del individuo, de
hay un fenómeno que tensa el arco vibrante de la vida ODSHUVRQDª<FRQWLQ~D©/DIUDVHGH-HV~VTXHHQWRQFHV
humana, un fenómeno principal, el alma común de todo decía tantísimas veces, como un estribillo continuo, se
interés humano, el resorte de todo problema: el fenóme- fue perdiendo del 68 en adelante, pero ahora la hemos
no del deseo. El deseo que nos empuja a solucionar los retomado, porque el resultado de la política o de la “re-
problemas, el deseo que es la expresión de nuestra vida volución” nos ha permitido ver la consecuencia extrema
como hombres, encarna en último término ese atractivo GHXQDIDOWDGHFRQFLHQFLDGHDXWRFRQFLHQFLDGHO\Rª<
SURIXQGRFRQHOTXH'LRVQRVOODPDKDFLDVtª /*LXVVD- ahora aparece más claro lo que nos decía en 1998: «En
ni, Respuestas cristianas a los problemas de los jóvenes, estos tiempos que vivimos hemos arribado a una orilla
en Los jóvenes y el ideal, op. cit., p. 150). árida e infecunda, estamos en un desierto humano donde
¡Qué diferencia en el modo de considerar el deseo! Para quien sufre, el sujeto de la pena es el yo: no la sociedad,
don Giussani el deseo encarna ese atractivo profundo con sino el yo, porque en nombre de la sociedad se matan
el que Dios nos llama hacia sí. también todos los “yo” posibles e imaginables. Mientras
¡Qué consuelo experimentaríamos todos los días si to- que para nosotros la sociedad nace de la existencia del
másemos en consideración los instrumentos que tenemos yo. […] En cualquier caso, el desarrollo del movimiento,
a nuestra disposición para darnos cuenta de lo que somos! la dinámica del movimiento ha llegado ahora a un punto
Cuando leemos el Salmo 62: «Oh Dios, tú eres mi Dios, / desde el que se puede comprender […] que el único recur-
SRUWLPDGUXJRPLDOPDHVWiVHGLHQWDGHWLª¢4XpHVHVWD so para frenar la invasión del poder se halla en ese vértice
sed, sino el deseo? ¡La sed! «Mi carne tiene ansia de ti / del cosmos que es el yo, y es la libertad [¡impresionante!]
FRPRWLHUUDUHVHFDDJRVWDGDVLQDJXDª6RORXQKRPEUH […]. El único recurso que nos queda es retomar con fuerza el

VIII SEPTIEMBRE 2016


LA FORMA DEL TESTIMONIO PÁGINAUNO

sentido cristiano del yo. […] La insistencia sobre el valor pero el sujeto […] es la conciencia de un acontecimiento,
del yo se ha desarrollado por tanto desde el inicio, según el acontecimiento de Cristo, que se ha convertido en his-
ORUHTXHUtDQODVFLUFXQVWDQFLDV±SRUTXHVLHPSUHKDVLGR toria para ti a través de un encuentro, y tú lo has recono-
una preocupación nuestra responder a los problemas par- cido. Debemos colaborar, ayudarnos al surgimiento de
WLHQGRGHODVFLUFXQVWDQFLDVHQODVTXHYLYLPRV±>«@/D sujetos nuevos, es decir, de gente consciente de un acon-
insistencia en el valor del yo ha sido no solo la razón de tecimiento que se convierte para ellos en historia, pues
una profundización, de un desarrollo de la religiosidad en caso contrario podemos crear redes organizativas,
como categoría fundamental del yo, sino también el ori- pero no construimos nada, no aportamos nada nuevo al
gen fascinante de la relación con todos los niveles del co- mundo. Por ello, lo que mide el incremento del movi-
QRFLPLHQWRª /*LXVVDQLIn cammino. 1992-1998%85 miento es la educación en la fe de la persona: el recono-
Milán 2014, pp. 337-343). cimiento de un acontecimiento que se ha convertido en
La insistencia en el valor del yo es por tanto un desarro- historia. Cristo se ha convertido en historia para ti […],
llo de la religiosidad, del sentido del Misterio. A partir de HVWiGHQWURGHWXVHUª /*LXVVDQLUn evento reale nella
ella, don Giussani nos asigna también la tarea: «La frase vita dell’uomo. 1990-1991%850LOiQS 
de Jesús que he citado al comienzo es trágica. Trágico es
que haya dejado de escucharla en el movimiento, excep-
to alguna rara vez dictada por otros; en los comienzos, 7. LA EXPERIENCIA DE LA VERIFICACIÓN DE LA FE
fue precisamente nuestro punto de referencia. “¿De qué Si nosotros queremos alcanzar esa certeza que hace
le sirve al hombre ganar todo el mundo si se de nosotros sujetos nuevos, no hay otra
pierde a sí mismo? O ¿qué dará el hombre a posibilidad más que volver a hacer hoy el
cambio de sí?”. ¡Cumplid vosotros con este mismo camino que se nos propuso desde el
reto, realizad vosotros toda la dinámica, de- inicio. No se trata de discutir, sino de volver
sarrollad en vosotros este dinamismo en el El cumplimiento DKDFHUQRVRWURVODH[SHULHQFLDGHODYHUL¿-
que hemos profundizado durante años, el di- del corazón es cación de la fe como respuesta a nuestro de-
namismo que surge de la razón principal de la única respuesta seo, a nuestras exigencias humanas. Delan-
nuestra amistad y de nuestra compañía!: el te de la samaritana, Jesús se dirige al deseo,
cumplimiento del corazón, de las exigencias
frente a la nada: a la sed de aquella mujer, no a los torpes in-
del corazón, sin el cual el nihilismo sería la no los muros tentos que ella había hecho para satisfacer-
~QLFDFRQVHFXHQFLDSRVLEOHª ibídem, p. 344). ni la dialéctica ODSRUTXHDXQTXHKXELHVHLGHQWL¿FDGRORV
No son cosas de poca importancia. O re- errores, si no hubiese respondido a su sed
corremos este camino o terminaremos en aquella mujer los habría vuelto a cometer.
el nihilismo. Por eso os animo a recorrerlo: Porque lo que cambia la mentalidad no es
«Cumplid […], desarrollad vosotros toda la dinámica […] XQDD¿UPDFLyQVLQRXQDH[SHULHQFLDXQDKLVWRULDSDU-
de la razón […] de nuestra amistad: el cumplimiento del ticular, una experiencia particular que, justamente por-
FRUD]yQª(OFXPSOLPLHQWRGHOFRUD]yQHVOD~QLFDUHV- que cumple nuestro deseo, nos permite introducirnos en
puesta frente a la nada: no los muros ni la dialéctica, sino la realidad según un modo distinto de mirar y de tratar
una experiencia en nosotros en la que vemos que el nihi- todo. Por eso, desde el principio don Giussani pone en
lismo es vencido, una victoria sobre el nihilismo debida el centro la experiencia, la cuestión de la experiencia.
justamente a la experiencia que hacemos. El cumplimien- Ahora podemos comprender mejor el alcance que tiene
WRGHOFRUD]yQHVODYHUL¿FDFLyQGHODIH<VRORGHHVWD esto. En una carta a Montini de 1962, en la que trataba
YHUL¿FDFLyQGHODIHVRORGHHVWHFXPSOLPLHQWRVRORGH GHDFODUDUVXLQVLVWHQFLDHQOD©H[SHULHQFLDªVXEUD\DED
esta certeza podrá venir una expresión cultural adecuada TXH ©QRUPDOPHQWH D ODV ³SDODEUDV´ FULVWLDQDVª QR FR-
a las circunstancias en las que estamos llamados a vivir, UUHVSRQGtD ©QLQJ~Q UHFODPR FRQFUHWRª HQ OD FRQFLHQ-
según todas las dimensiones de la realidad. Por eso don cia de los jóvenes. Los estudiantes percibían «la doc-
Giussani nos invita a la personalización de la fe, de la que WULQD FULVWLDQD DEVWUDFWD \ VLQ VLJQL¿FDGR DOJXQR SDUD
hablaba desde el principio, del mismo modo que desde el VXH[LVWHQFLDª/DH[SHULHQFLDSRUWDQWRHUDQHFHVDULD
principio de la historia del movimiento dominaba la pala- para que se pudiesen comprender y vivir las ideas que
EUD©YHUL¿FDFLyQªSRUTXHODFXHVWLyQHVODJHQHUDFLyQGHO intelectualmente expresan la realidad cristiana. Y era
sujeto, entonces al igual que ahora. justamente la experiencia personal lo que hacía posible
Es impresionante ver dónde pone don Giussani la es- por tanto un redescubrimiento profundo de la enseñan-
peranza. «Cuanto más duros son los tiempos, tanto más ]DGHOD,JOHVLD FI0%XVDQLGioventù Studentesca…,
es el sujeto lo que cuenta […]. Lo que cuenta es el sujeto, op. cit., pp. 484-231). Si no hacemos este trabajo, »

SEPTIEMBRE 2016 IX
PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO

» también para nosotros las palabras se vaciarán de YHUGDGHUDPHQWHODH[SHULHQFLD\ODYHUL¿FDFLyQGHORTXH


VLJQL¿FDGRVHQRVHVFXUULUiQHQWUHODVPDQRV se nos da, que es distinto de repetir las palabras.
Por esto resulta crucial la experiencia, la experiencia de ¿En qué se ve si hacemos o no experiencia, si realiza-
cada uno de nosotros. Pero ella, como nos ha enseñado PRVRQRODYHUL¿FDFLyQ"(QTXHHQXQFDVRSDUWLPRVGH
VLHPSUHGRQ*LXVVDQLQHFHVLWDGHXQFULWHULRGHYHUL¿FD- la certeza y en otro de la inseguridad. Porque la repeti-
FLyQTXHVHLGHQWL¿FDFRQHO©VHQWLGRUHOLJLRVRªHVGHFLU ción de las palabras no vence la inseguridad. Lo único
con esas preguntas últimas de la razón, con ese conjunto que vence la inseguridad y la incertidumbre es la ex-
de exigencias y de evidencias elementales con las que el SHULHQFLD\ODYHUL¿FDFLyQGHODIH3RUHVRHOSUREOHPD
hombre es lanzado a la comparación con todo lo que exis- QRHVTXLpQGLFHTXHWLHQHUD]yQVLQRVLDO¿QDOWLHQHV
te, y que Giussani había puesto en primer plano asumien- delante de ti a una persona que está cierta o no, y esto se
do y desarrollando el tema que había lanzado Montini en reconoce por cómo vive, por cómo está en la realidad.
la carta pastoral de 1957. El sentido religioso se convierte ¿Sabéis cuál es el síntoma? «La certeza de ser amado me
GHHVWHPRGRHQHOFULWHULRGHYHUL¿FDFLyQGHODYDOLGH] SHUPLWHDEUD]DUODUHDOLGDGªKDGLFKRXQRGHYRVRWURV
del cristianismo, de la tradición que los chavales de GS &RPRFRQ¿UPDFLyQGHHVWRHVFXFKHPRVHVWDVHVWXSHQ-
habían recibido. das palabras de don Giussani durante un Equipe de los
/DSDODEUD©YHUL¿FDFLyQªHVXQDGHODVPiVXWLOL]DGDV universitarios en 1980: «El síntoma de esta certeza es la
en la vida de GS durante los primeros años. La misma simpatía por todo aquello con lo que uno se encuentra.
YLGDGH*6VHFRQVLGHUDFRPRXQDYHUL¿FDFLyQFRPRXQ De hecho, la simpatía por todo lo que uno se encuentra
GHVDItR SDUD YHUL¿FDU HO DQXQFLR FULVWLDQR procede únicamente de la presencia en no-
HVGHFLUSDUDYHUL¿FDUVL&ULVWRUHVSRQGH\ sotros de la certeza del destino. Sin certeza
FyPR OR KDFH DO GHVHR GHO KRPEUH $¿UPD solo existe posibilidad de una simpatía for-
don Giussani hablando de los comienzos de mal con quien repite las cosas que decimos
GS: «Prácticamente nada más empezar sur- «El síntoma de y con el que está de acuerdo con nosotros
gió un problema: “Ahora que somos diez, esta certeza es [buscamos a los que están de acuerdo] […].
veinte, treinta, ¿qué hacemos?”, pregunta- la simpatía por Cuanto más potente es una persona, cuanto
ba yo. En un primer momento discutíamos, mayor certeza hay en su conciencia, más ca-
como normalmente se hacía en cualquier
todo aquello paz es su mirada de abrazarlo todo, más lo
sitio; pero yo sentía la urgencia de que se con lo que uno valora todo, incluso en su forma habitual de
desarrollase el ímpetu gozoso y cierto del se encuentra» LUSRUODFDOOH\QRVHOHHVFDSDQDGD6H¿MD
contenido de aquel anuncio. Tomó cuerpo hasta en la hoja amarilla que hay en medio
entonces esa actitud programática que hemos GHO iUERO YHUGHª 3RGHPRV GHVFXEULU \ GLV-
llamado YHUL¿FDFLyQ. Si Cristo es verdadera- tinguir fácilmente a quien tiene esta certeza,
mente la respuesta a la vida, esto tiene que “verse” de a quien construye muros o a quien abraza todo, a quien
DOJ~QPRGRª /*LXVVDQLUn avvenimento di vita, cioè es dialéctico o a quien dialoga, a quien discute siempre
una storia, EDIT-Il Sabato, Roma-Milán 1993, p. 341). sobre cómo deberían ser las cosas o a quien cuenta su
Y en Apuntes de método cristiano: «Un encuentro que propia experiencia y comparte con el otro lo que vive,
QR FRQWXYLHVH XQD OODPDGD \ XQD SURSXHVWD TXH YHUL¿- abrazándolo todo, valorándolo todo, sin que se le escape
car sería algo tan vacío que la memoria no lo recordaría nada, ni siquiera la hoja amarilla en medio del árbol ver-
ni siquiera como encuentro, sería un acontecimiento tan GH©6RORODFHUWH]DGHOVLJQL¿FDGR~OWLPROHKDFHSHUFL-
LQ~WLOTXHQRSHUWHQHFHUtDDODKLVWRULDª El camino a la bir, como si fuese un detector, la más lejana limadura de
verdad, op. cit., pp. 105-106). De todo lo que tenemos que verdad que pueda haber en el bolsillo de cualquiera. Y
decirnos, ¿hay algo más actual que esto? Esta observa- para ser amigo de otro no es necesario que él descubra
ción nos invita a una atención continua, a tomarnos en que lo que tú dices es verdad y se vaya contigo. No es
serio la advertencia de don Giussani que recoge Savorana necesario, me voy yo con él por esa pequeña limadura de
HQVXOLEUR©³6HSXHGHOOHJDUDVHUPX\¿HOHVHQHOXVRGH YHUGDGTXHWLHQHª /*LXVVDQLSeguros de pocas gran-
un método como fórmula, y repetirlo, aceptarlo, sin que des cosas (1979-1981), Encuentro, Madrid 2014, pp. 143-
ese método llegue a inspirar un desarrollo: el método que 144). Y también, como nos hemos recordado muchas
no desarrolla una vida es un método sepulcral, es petri- veces en estos últimos tiempos: «Se subraya lo positivo
¿FDFLyQ´ª Luigi Giussani. Su vida, op. cit., p. 276). Po- aun dentro de sus límites, y se abandona todo lo demás
dremos evitar el riesgo de terminar, por usar las mismas DODPLVHULFRUGLDGHO3DGUHª /*LXVVDQL6$OEHUWR-
SDODEUDVSHWUL¿FDQGRHOPpWRGRVLHQYH]GHOLPLWDUQRVD Prades, Crear huellas en la historia del mundo, Encuen-
UHSHWLUODVSDODEUDV±H[SHULHQFLDYHUL¿FDFLyQ±KDFHPRV tro, Madrid 1999, pp. 146-147).

X SEPTIEMBRE 2016
LA FORMA DEL TESTIMONIO PÁGINAUNO

8. ¿CÓMO SE DEFINE LA FORMA DEL TESTIMONIO? buen ejemplo que, aunque forma parte del testimonio, no
El descubrimiento de la forma del testimonio se da es lo más decisivo. El testimonio es ante todo de Cristo
únicamente dentro de un camino como el que hemos en mí, es el testimonio que Cristo da en nosotros, a través
descrito. En nuestras conversaciones se pone de mani- del cambio que produce en nuestra vida y que nosotros
¿HVWRPXFKDVYHFHVHOULHVJRGHUHGXFLUHOWHVWLPRQLRD secundamos libremente. Lo dice san Pablo: «Pero lleva-
una estrategia. De hecho, nosotros tratamos siempre de mos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que
ahorrarnos el camino. El testimonio no es una estrategia una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene
que debamos imaginar, que debamos programar en un GHQRVRWURVª &RU 3RUHVRGRQ*LXVVDQLGHVFULEH
despacho, como tampoco es la nueva consigna que deba- el encuentro con Cristo como el toparse con una realidad
mos repetir. Es una forma distinta de estar en la realidad humana distinta. Te topas con una realidad humana que
TXH QDFH GH OD YHUL¿FDFLyQ GH OD IH QRV VRUSUHQGHPRV lleva en sí «una “diferencia cualitativa”, […] una vida di-
siendo distintos en el modo de afrontar la vida. Al haber ferente que tú percibes. […] Cuántos entre nosotros han
sido aferrados por la certeza de Cristo, al experimentar escuchado que alguien les decía: “Tú eres distinto de los
una plenitud afectiva que de otro modo sería imposible, GHPiVKD\DOJRGLVWLQWRHQWL´ª3XHVELHQ©HOHQFXHQWUR
podemos mirarlo todo de forma distinta, más verdadera, es toparse con una diferencia cualitativa o […] con algo
más libre: nosotros somos los primeros en sorprendernos GLVWLQWR HV ³WRSDUVH FRQ XQD GLIHUHQFLD TXH WH DWUDH´ª
por el hecho de que miramos la realidad de forma dis- El modo que tiene Cristo de hacerse presente a los hom-
tinta. Es una sorpresa. El fruto cristiano es una sorpresa EUHVHVDWUDYpVGHXQDGLIHUHQFLDTXHWHDWUDHDKRUD±WH
del camino de la pertenencia a Cristo. No es DWUDH OD GLIHUHQFLD TXH YHV HQ DOJXLHQ± <
solo una sorpresa para los demás, sino que te atrae «en la medida en que pasa a través
es una sorpresa ante todo para nosotros mis- GHO¿OWURGHODFRPSDUDFLyQ\GHOWUDEDMRGHO
mos: yo sorprendo en mí dinamismos que no El testimonio MXLFLRª7~GHVFXEULUiVTXHXQDGLIHUHQFLDWH
son míos, modos de actuar que son distintos es de Cristo atrae porque corresponde más a tu corazón,
de los de antes. te atrae porque es más bella. Te atrae y «es
No hay que confundir la forma del testi- en nosotros, es más bella porque es más verdadera, porque
monio con una estrategia, y tampoco hay Cristo quien da ODEHOOH]DHVHOUHVSODQGRUGHODYHUGDGª3RU
que reducirla a dar buen ejemplo, a ser capa- testimonio de sí este motivo no puede sino estar desarmada.
ces, como me ha dicho alguno de vosotros: mismo a través «Por ello, se trata de una diferencia más be-
«Me cuesta mucho esta expresión, “forma lla porque es más verdadera, que te corres-
del testimonio” porque si pienso en mi testi-
de nuestra vida ponde más, te atrae, es decir, te corresponde
PRQLRYHRORLQFDSD]TXHVR\ª PiVª(LQVLVWH©(VPiVEHOODSRUTXHHVPiV
A este respecto, una de las cosas que más verdadera, porque el criterio de la verdad es
impresionan del modo que tiene Dios de hacer las cosas, HOFRUD]yQª /*LXVVDQLCiò che abbiamo di più caro.
en donde se demuestra que Dios no está bloqueado en 1988-1989%850LOiQS 
absoluto por nuestra incapacidad, es que cuando quiere Este recorrido no es mecánico, no puede suceder sin
mostrar que es Él quien actúa, elige la incapacidad más nosotros, pues todo pasa través de nuestra disponibili-
absoluta: la esterilidad. Para comunicar a todos que es Él GDG©%LHQDYHQWXUDGDODTXHKDFUHtGRSRUTXHORTXHOH
quien cumple, hace parir a una mujer estéril; pensemos KDGLFKRHO6HxRUVHFXPSOLUiª /F %LHQDYHQWXUD-
HQODV¿JXUDVEtEOLFDVGH6DUD$QDR,VDEHO(QWRQFHV GDW~0DUtDTXHWHKDV¿DGRGHODSDODEUDGH'LRV\OD
el testimonio no es un problema de capacidad, de estar KDVYHUL¿FDGR3RUHVRODVSDODEUDVGH,VDEHOVRQHOUHFR-
a la altura, sino que depende de que uno se encuentra nocimiento de lo que ha visto suceder en ella cuando ha
dentro de sí algo que no podía generar por sí mismo, y aparecido ante sus ojos la Virgen: el sobresalto del niño
justamente por eso da testimonio de Aquel que ha hecho que llevaba en su seno, su conmoción. «Pues, en cuanto
posible ese milagro en él. El testimonio es de Cristo en tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en
nosotros, es Cristo quien da testimonio de sí mismo a tra- PLYLHQWUHª /F 'HIRUPDDQiORJDHVDGLVSRQLELOL-
vés de nuestra vida. En este sentido, es imposible reducir GDGDGHMDUVHJHQHUDUSRU2WURSRQHGHPDQL¿HVWRQXHV-
el testimonio al buen ejemplo. De hecho, la estéril no en- tra pertenencia. Solo una persona verdaderamente cierta
gendra un hijo porque sea mejor: si ella, estéril, da a luz puede aceptar el desafío que representa la conciencia que
un hijo es porque hay Otro que está actuando. Ese hecho la Iglesia ha alcanzado en el Concilio Vaticano II de que
da testimonio de Cristo, que hace que suceda tal hecho. no existe otra forma de comunicación de la verdad más
Por tanto, debemos superar la preocupación de la inca- que la que pasa a través de la libertad. La Iglesia, y por tan-
pacidad, que pertenece a una reducción del testimonio a to el cristiano, no necesita imponer nada. «La verdad »

SEPTIEMBRE 2016 XI
PÁGINAUNO LA FORMA DEL TESTIMONIO

» no se impone de otra manera, sino por la fuerza de la visto? El cristianismo es una presencia presente y todo
PLVPDYHUGDGª &RQFLOLR9DWLFDQR,,'HFODUDFLyQVREUH el pasado, todo lo que hemos vivido, la verdad de todo
la libertad religiosa Dignitatis Humanae, Proemio, 1). lo que hemos vivido, se pone a prueba, se examina en el
En la raíz se halla la plenitud de Dios, es la plenitud que presente en el modo con el que afrontamos el presente.
vive Dios lo que crea el espacio de la libertad. Recuerdo El llanto de María Magdalena permanecerá siempre ante
todavía la impresión que me produjo cuando supe que nosotros, porque si Él no sigue presente, todo el pasado
en las religiones mesopotámicas la razón por la que los QRHVVX¿FLHQWHSDUDERUUDUHOOODQWR
hombres habían sido creados era para liberar a los dioses En cambio, cuando está presente, regenera nuestras co-
del peso del trabajo. En cambio, el Dios de Abrahán, que munidades. «Al término de unas vacaciones que hemos
en Cristo se revela como Trinidad, vive en la comunión hecho en el mar un grupo de dieciséis familias de amigos
trinitaria una plenitud tal que genera una criatura libre de Varese y Friburgo (Suiza), de un modo en absoluto
con la cual poder compartir libremente esta plenitud IRUPDO ±HVFULEHQ DOJXQRV DPLJRV QXHVWURV± KD QDFLGR
suya. Por eso Dios no se asusta de la libertad humana, en nosotros el deseo hacer una colecta libre para hacer
SRUHVRKDFUHDGRDOKRPEUHOLEUHSRUTXHSUH¿HUHVHUUH- un donativo a la Fraternidad. Y todo por el asombro y
conocido y amado libremente por un yo libre, como nos la gratitud de los días que hemos pasado juntos durante
UHFXHUGD3pJX\©3RUHVDOLEHUWDG>«@ORKHVDFUL¿FDGR los cuales, gracias también al trabajo que hemos hecho
WRGRGLFH'LRV3RUHVDD¿FLyQTXHWHQJRGHVHUDPDGR juntos sobre los Ejercicios y sobre el texto del encuentro
SRUKRPEUHVOLEUHV/LEUHPHQWHª &K3pJX\Los tres con los nuevos inscritos a la Fraternidad, hemos hecho
misterios. El misterio de los santos inocen- experiencia de una verdadera amistad en
tes, Encuentro, Madrid 2008, p. 420). Cristo y de cómo el camino del movimiento
Por eso nuestra tarea no es cambiar direc- y la pertenencia a él dentro de la Fraternidad
tamente el rostro del mundo resolviendo sus es verdaderamente para el crecimiento de
problemas, sino llevar a Cristo, que es la se- Nuestra tarea QXHVWUDVYLGDVª
milla de la solución de los problemas. es llevar a Solo si hacemos experiencia de esta re-
Cristo, que es generación de nuestras comunidades po-
9. LA TAREA la semilla de dremos responder a la invitación que nos
(QWRQFHV ¢FXiO HV OD ¿QDOLGDG GHO PRYL- ha dirigido el papa Francisco: «La Iglesia
miento? Generar un adulto cierto, un adulto la solución de puede y debe ayudar al renacer de una Eu-
que tenga una certeza tal que introduzca en los problemas ropa cansada, pero todavía rica de energías
el mundo una posición original frente a cual- y de potencialidades. Su tarea coincide con
quier dimensión de la vida humana, personal su misión: el anuncio del Evangelio, que hoy
y social. La posición original tiene que ver más que nunca se traduce principalmente en
con la autoconciencia, con la conciencia plena de la fe, salir al encuentro de las heridas del hombre, llevando la
con esa conciencia de fe que produce una auténtica cer- presencia fuerte y sencilla de Jesús, su misericordia que
teza: se necesita esta certeza que nace de la fe para poder consuela y anima. Dios desea habitar entre los hombres,
estar en la realidad, para poder tener la mirada justa, sin pero puede hacerlo solamente a través de hombres y mu-
la cual partiríamos de otra posición (por el simple hecho jeres que, al igual que los grandes evangelizadores del
de que no podemos dejar de partir de una determinada continente, estén tocados por él y vivan el Evangelio sin
posición). Es lo que le sucedió a María Magdalena delan- buscar otras cosas [gente que le busque a Él día y noche,
te del sepulcro vacío: después de todos los milagros que nos decía don Giussani en el 68]. Solo una Iglesia rica
había visto no podía dejar de llorar, porque los hechos en testigos podrá llevar de nuevo el agua pura del Evan-
pasados no le daban la certeza necesaria para poder estar gelio a las raíces de Europa [y del mundo; en un mundo
ante la muerte. No se vive de un recuerdo devoto, no se global el problema es el mismo]. En esto, el camino de
vive de haber comido y bebido con Él, sino que se vive los cristianos hacia la unidad plena es un gran signo de
de algo que está sucediendo ahora. Se necesita una pre- los tiempos, y también la exigencia urgente de respon-
VHQFLD(O©£0DUtDªGH-HV~V FI-Q ±TXHHUD GHUDODOODPDGDGHO6HxRU³SDUDTXHWRGRVVHDQXQR´ª
FRPRGHFLUOH©£1ROORUHVª±WLHQHTXHYHUFRQODIH3RU (Discurso en la entrega del Premio Carlomagno, 6 de
tanto, ¿qué tipo de fe necesitamos? ¿Qué tipo de certeza? mayo de 2016).
¿Qué tipo de presencia de Cristo hace falta en nuestra Nos lo ha testimoniado don Giussani: «El mundo fue
vida para que no sean el llanto, la inseguridad y el mie- conquistado para el cristianismo, en última instancia, por
do lo que domine nuestra posición en la realidad, para HVWDSDODEUDTXHORUHVXPHWRGR³PLVHULFRUGLD´ª Crear
que no estemos derrotados a pesar de todo lo que hemos huellas en la historia del mundo, op. cit., p. 147).

XII SEPTIEMBRE 2016

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