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Fecha: 30 de julio del 2006.

Título: La ley y la gracia.


Prédica: Pastor David Cho.
Versículo: Juan 1:17

“La ley por medio de Moisés fué dada, pero la gracia y la verdad vinieron por
medio de Jesucristo".

[Introducción)
Una de las cosas descubiertas que más nos renueva y todos los días miramos con
alegría es el espejo. La persona puede ver su imágen y saber qué apariencia tiene.
El espejo muestra al hombre en forma intacta. Y no puede hacer más. No se puede
cambiar lo que en eĺ se refleja. Claro u oscuro. Y no hay poder que pueda cambiar
su esencia. En esta área es como la ley. La misma nos muestra nuestra imágen de
pecado, de injusticia, de maldad, de estado en abandono, y sólo le queda
enjuiciarnos y no puede hacer nada para cambiar esa realidad. Así como no
podemos borrar una imágen sucia con agua u operarnos, nuestra condición de
pecado sólo puede limpiarnos la sangre de Jesús y el poder del Espíritu Santo.

[Desarrollo)
1. El ojo de la ley y el ojo de la gracia.
En el cuadro de Lembran podemos ver la pintura de lo precioso del hijo pródigo.
Ahi vemos a un hijo con ropas miserables, con cara de rufian,
́ un hijo prodigo sólo
estaba de rodillas de quien se veía las espaldas. El padre lo mira con mucha
compasión y abre de par en par sus brazos, consolandolo. Al lado está otro hijo
con las mismas ropas del padre, con barbas largas. Es el hijo mayor. Pero ese hijo
sólo tiene las manos puestas en la cintura, en muy diferente posición a la de su
padre. Su expresión es de frialdad e indiferencia. El pintor nombró a este hijo como
el segundo hijo prodigo.
́ El teologo
́ Simon
́ Kistymaic lo llamó como el hijo lleno de
amor propio porque miraba a su hermano con los ojos de la ley. No podia dar la
bienvenida a quien se llevó todos los bienes de su padre y los despilfarró. Por la
ley era juzgado y enjuiciado. Pero el padre no lo miraba con esos ojos. Lo miraba
con ojos de amor y misericordia. Todos conocen la historia del hijo pródigo. Un
agricultor tenía dos hijos, y el segundo llegó un dia a eĺ pidiendole la parte de su
herencia; el mismo se fué a un lejano pais y lo despilfarró todo en placeres. Luego
cuando le vino el hambre, tuvo que trabajar cuidando cerdos, y hasta comer de sus
comidas. Un día agotado, cansado y enfermo desidió volver a casa de su padre.
Con el cabello despeinado, desnudo y con señas de estar enfermo, volvió a casa.
Su hermano mayor que aun estaba en casa, lo miró con ojos fríos y de desprecio.
Dijo: Aqui viene el desgraciado!! le reclamó a su padre diciendo: No es correcto
que recibas a quien despilfarró todos tus bienes. Lucas 15;30. El padre le dijo que
era necesario hacer fiesta y regocijarse porque este su hermano era muerto y ha
revivido, estaba perdido y es hallado. El mayor le dijo: ¿Cómo puedes hacer esto?
́
Él lo miraba con ojos diferentes, con ojos de amor, y perdón, pensaba que había
que celebrar su regreso. Su actitud tambien
́ era diferente. Ante los ojos de la ley
no se le podía dar ninguna bienvenida, pero a los ojos de la gracia, se lo debía
recibir en los brazos con perdón y alegría. Y nuestro Dios tiene los mismos ojos. El
Salmo 103;12-14 dice que cuanto está lejos el oriente del occidente hizo alejar de
nosotros nuestras reveliones, como el padre se compadece de sus hijos se
compadece Dios de los que lo temen, porque eĺ conoce nuestra condición y se
acuerda que somos polvo.

2. La ley es para juzgar, la gracia es para salvar.


La ley está hecha para juzgar, pero la gracia para salvar. La ley es como un
espejo que nos muestra nuestros defectos, injusticias, y maldades, y no puede
salvarnos, Sólo la gracia puede hacerlo. Un día cuando Jesús estaba enseñando en
el templo vinieron muchos fariseos, saduseos, maestros de la ley y legalistas
trayendo a una mujer arrastrandola de los cabellos y la tiraron a los pies de Jesús.
Esta mujer había llorado tanto que tenía los ojos hecho sangre. Sus ropas estaban
desarregladas, su pelo despeinado y descalza. Temblaba de terror. Todos ellos con
piedras en las manos le dijeron a Jesus: Señor, hemos hallado a esta mujer en
pleno acto de adulterio. Según la ley de Moisés se la debe matar a apedradas, tú
qué dices? La ley no la puede perdonar. Entonces Jesús se arrodilló y empezó a
escribir en la tierra. No sabemos qué pero podemos suponer. Fueron los 10
mandamientos. No tendrás dioses delante de mi, no tomarás el nombre del Señor en
vano, guardarás el dia de reposo, honrarás padre y madre, no matarás, no
fornicarás, no robarás, no harás falso testimonio contra tu prójimo, no codiciarás a
la mujer de tu prójimo, tú qué haras?
́ le preguntaron, Jesús se puso en pie y
mirando a cada uno a los ojos les dijo: El que no tiene pecados, arroje la primera
piedra! y volvió a sentarse y a escribir. ¿Qué escribio?́ escribió todos los
mandamientos que ellos habían pisado, y como todo coincidía con ellos se sintieron
culpables. Cada uno de ellos bajó su piedra y se fueron de ahi uno a uno sin
ninguna explicación. Todos se habían ido. Todos los que tenían sentido de culpa se
fueron. Jesús la miró y le dijo: ¿Dónde estan
́ los que te acusaban? La mujer
secando sus lágrimas dijo: No hay nadie. Estaba sorprendida. Jesús le dijo: Yo
tampoco te condeno, vete, pero no peques más. Jesús usó la gracia para salvar a
esta mujer. Todos querían matarla pero eĺ la salvó y le dio otra oportunidad para
vivir. En el mundo no hay ni un solo justo. ¿Hay alguien que no ha pecado? Todos
estamos en pecado delante de Dios y desnudos en su presencia. ¿ No se
escondieron Adan y Eva de la presencia de Dios cuando supieron que estaban en
pecado? En Holanda un profeta tuvo un sueño en el que fué al cielo. Un angel
́ vino
y le mostró un libro brillante. Él le dijo: ¿Qué libro es este?
́ Aquí está escrita tu
vida. Muy curioso la ojeó y vio que había una palabra escrita como una semillas de
sesamo
́ en hileras. Le preguntó qué significaba y eĺ mismo le dijo que eran la lista
de sus maldades. El poeta lo escuchó con mucho temor. Entonces pasó la otra
página despacio. Pero había aun más letras. Le dijo: Aquí estan
́ todas tus
perversidades. Y la otra página estaba aun más llena. Le dijo: Estos son sus malos
pensamientos. Y eĺ ya no se atrevía a ver la otra página. El angel
́ lo hizo y esta
vez todo estaba escrito en negro. El angel le dijo: Éste es su mal corazón. Del
negro corazón salen los malos pensamientos, de los malos pensamientos salen las
malas acciones. Y el profeta se dió cuenta de que su vida era un montón de
pecados. Pudo ver y leer que desde su cabeza hasta sus pies estaba lleno de
pecados. Todos somos iguales. Ante la ley todos somos pecadores. Y estamos
alejados de la gloria de Dios. Nuestra vida es una masa de pecados. Nacimos en el
pecado, crecimos en eĺ y morimos en el.
́ Nuestro único camino para vivir es la
gracia del Señor Jesús. Si no vamos a eĺ tendremos que recibir el juicio de la ley e
ir a la eterna perdición. No hay nadie que pueda declararse justo ante la ley. La
ley fué dada por Moisés. La gracia, y la verdad vinieron por Jesús.

3. La ley la dio Moisés y la gracia y la verdad la dió Jesús.


Moisés recibió ley de Dios y se la dió al pueblo. Como el hombre pecó, el pecado
entró al mundo y fué dada la ley para castigarlo. Porque el hombre era orgulloso y
decía:"Pero
̈ en qué he pecado?" Cuando no tenía espejo creía que su cara estaba
limpia. Aunque se le dijera que se le había pecado alguna suciedad no lo creía, sólo
si se le mostraba un espejo. El hombre gritaba que era justo, limpio y valiente,
pero cuando la luz de la ley lo alumbró se vieron sus pecados, y se dio cuenta de
que tenía que ser acusado, enjuiciado y condenado; y que tenía que perderse.
Entonces Dios tuvo que darle a Moisés la ley para que el hombre pudiera darse
cuenta de que era pecador como si fuera un espejo donde mirarse. Romanos 7;13
dice: ¿luego lo que vino a ser bueno, vino a ser muerte para mi? En ninguna
manera, sino que el pecado, para mostrarse como tal, produjo en mi muerte por
medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento, el pecado llegase a
ser sobremaneramente pecaminoso. El pecado ya existe, vino el mandamiento y
alumbró el pecado haciéndolo peor. La ley muestra que el hombre no puede
salvarse por sí mismo. Hay personas que piensan que llevando una vida moral y
sacrificándose podran
́ hacerlo. Así como los médicos dicen de una enfermedad
grave que ni las medicinas ni una operación podrán sanar a algunos enfemos,
ningun
́ sacrificio es suficiente para limpiarnos de nuestros pecados, pues son
demasiados. Además en el mundo todo es pecaminoso, lo que vemos, lo que oímos,
la forma de vivir, está lleno de pecados; cómo pues alguien puede pensar que
podrá salvarse por sí mismo? La biblia dice que por cuantos todos pecaron estan
́
destituidos de la gloria de Dios. Así que aunque señalemos a los demás por sus
pecados, debemso oir lo que dijo Jesús. El que no tiene pecado, tire la primera
piedra. Si no tienes pecados condena a otros. Pero como no existe, es imposible
que el hombre se haga justo por sí mismo. Galatas 3;10-12 dice: Porque todos los
que dependen de la obra de la ley estan
́ bajo maldición, porque escrito esta, ́
maldito todo aquel que no permanece en todas las cosas que estan
́ escritas en el
libro de la ley para hacerlas, y que por la ley ninguno se justifica delante de Dios.
Es evidente porque el justo por la fe vivira.́ y la ley no es de fe, sino que dice:
El que hace estas cosas vivirá por ellas. Pero ¿Hay quien cumple la ley? No hay
ninguno. Sólo la fe en Cristo Jesús puede darnos perdón y justicia. Entonces la ley
es como el maestro de un niño que lo guía para recibir salvación por medio de
Jesús. En la ley somos pecadores, no hay forma de ser salvos. Estamos como
atados de pies y manos, no hay camino. Pero Jesús vino a redimir a todo aquel que
ha pisado la ley. Y nos dió las buenas noticias de que podemos ser perdonados,
declarados justos y entrar en la gloria de Dios. Ese es el evangelio. Un mensaje de
gracia. Que para el pecador no hay camino más que Jesús. Entonces la ley es para
nosotros como un maestro que nos guia a la verdad, reconocer que somos
pecadores para que podamos arrepentirnos, buscar al Señor y ser salvos. Sin ella el
pecador sería un orgulloso, pensando que no tiene nada de que arrepentirse.
Entonces la persona que es castigada por la ley puede entrar en el perdón de Dios.
Galatas 3;23-25 dice: De manera que la ley ha sido nuestro ayo para llevarnos a
Cristo para que seamos justificados por la fe. Pero venida la fe ya no estamos bajo
ayo. Galatas 2;16 dice; Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de
la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros tambien
́ hemos creído para ser
justificados por la fe en Cristo , y no por las obras de la ley , por cuanto por ellas
nadie puede justificarse.

4. Un precio de la gracia demasiado barato.


Después que en 1895 (Wilhelm Konrad Rontgen, 1845-1923) haya descubierto el
rayo X todas las enfermedades pudieron ser descubiertas. Todo lo que no se puede
ver con los ojos normales se ven con estos rayos. Muchos que contrajeron
neumonia y enfermedades parecidas fueron descubiertos gracias a estos rayos y
tratados por los médicos y pudieron sanarse. Hace poco salió en los periódicos que
se descubrió un clavo dentro de de la cara de una persona y una tijera en alguien
que fue operado. La ley es como el rayo X. Mediante la ley se descubren pecados
que estan
́ ocultos. Antes de la ley se los conocía, pero por el rayo X de la ley
pueden ser descubiertos. No hay donde ocultarse. Nos deja desnudos ante Dios. Y
lo único que nos limpia, viste, y nos justifica es Jesús. Jesús pagó un precio
carísimo para salvarnos. La gente dice que la salvación es muy barata. Se puede
lograr ser salvos sólo con creer. No es posible, debe haber algo que tengamos que
hacer. Cuando algo es muy caro no se necesita esforzarse. Nadie puede comprar la
luz del sol con dinero, Si así fuera nadie lo haría. Sin los rayos de sol no habria
agricultura, ni animales ni las plantas vivirían. Y por ser tan caro sólo se nos puede
dar gratis o nadie lo tendría. Nadie lo agradece. Piensan que es algo normal. Si una
persona no respira sólo 4 minutos muere. ¿Quien
́ paga por el aire? Si yo les dijera
que paguen el aire que está aqui nadie viviría. Es tan precioso que si tuviese que
pagarlo nadie podría hacerlo. ¿Acaso se recibe el amor de los padres por dinero?
No se puede medir ese amor que los lleva a romperse todas las manos y pies
sacrficandose para darnos vida. Y ese Dios que creó todo el universo envió a Jesús
que él pagó, y fue muy caro. Demasiado caro. Más grande que el universo ¿Cómo
lo pagaríamos? Lo único que quedó es darnoslo como regalo. 2° de Corintios 5;21
dice: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hicieron pecador para que
fuesemos hechos justicia de Dios en el.
́ El rey n° 1 del hierro Caneggi dice:
Podemos pagar todas las deudas, pero la gracia no se puede pagar todo nunca. Y
el teologo
́ Kal Barty dice que lo recibimos gratis, pero que Dios pagó un precio
muy caro, esa
́ es la gracia. No fue gratis. Dios pagó un precio incalculabe. Sacrificó
la vida de su único Hijo, dedicó su vida para pagar nuestros pecados. Dios pudo
pagarlo pero nosotros sólo podemos recibirlo gratis, por fe. La gente no puede
creer porque es una gracia muy grande; siendo nosotros pecadores, malvados,
injustos, merecedores de ir la infierno, Dios nos pide sólo que creamos en su Hijo,
y nos hace sus hijos, podemos ser salvos de la condenación, nos da perdón y vida
eterna. ¿Dónde se encuentra bendición como esta?
́ La biblia dice que el alma que
pecare morirá. Y despues
́ el juicio. Ninguno de nosotros puede encargarse de
resolver cosa semejante. Debemos ir al infierno por nuestros pecados. Jesús vino y
pagó todos los pecados de los hombres después de Adan y Eva. Y sólo en su
muerte podemos ser salvos. Aún hasta la muerte no podríamos pagar todo. Pero
Jesús por ser el eterno Dios pudo hacerlo y resucitar. Antes en la época de la
distanía Choson en Corea, si se comía mil yanes del pais era calumniado. Pero si
debía dinero e iba a la cárcel, podía salir despueś de pagar su cuenta, pero si no
lo hacía se lo degollaba. Si se le veía a alguien por al calle despueś de estar en la
cárcel se sabía que pagó su cuenta y si ya no se lo veía significaba que fue
degollado. La paga del pecado es la muerte y el pecador debe pagarlo en el
infierno. El que permanece en pecado nunca se sabe de el,
́ y sólo Jesús puede
sacarlo de esa cárcel. Él tiene la capacidad de pagarlo por eso despues
́ de hacerlo
salió de la muerte resucitado. De esa cácel no sale ni Confusio ni Sayamuni, un
principe, ni Mensius, Ni Mahomet. Todos eran sabios y nos enseñaron buenas
cosas, pero no pudieron pagar su cuenta. Cayeron en la carcel
́ por su cuenta y no
pudieron salir de ella. Jesús redimió a la humanidad de sus pecados cuando dijo:
Consumado es. Por lo tanto no hay otro nombre debajo del cielo en quien podamos
ser salvos, excepto Jesucristo, porque eĺ venció la cruz y resucitó. La generación
antigua sufrió el diluvio. LLovió tanto que todos fueron sacrificados. Si hubiera un
gran paraguas podrían cubrirse. Si entramos bajo Cristo no nos mojaremos ni una
sola gota de la ira de Dios que debe condenarnos. Por tanto dice: Todo el que
cree no se pierde, sino tiene vida eterna. Hombre o mujer, rico o pobre, lindo o
feo, bueno o malo, justo o injusto, no tiene ninguna relación. Si estamos en eĺ
estamos vestidos de perdón y justicia, de lo contrario estamos bajo la ira de Dios
que condena. Romanos 4; 25 dice: El cual fue entregado por nuestras trangesiones
y resucitado para nuestra justificación. El siglo 19 fue la epoca del emperador
Nicolas 1°. Tenía la costumbre de vestirse de soldado y recorrer el campamento
militar. Un día fue y miró por un agujero a escondidas para ver bien lo que hacían.
En una tienda estaba prendida la luz, allí estaba el hijo de un oficial comisionado
con la responsabilidad de cuidar las finanzas. Miró al costado y vió que estaba
acostado en la mesa con un revolver cargado. Y había una carta donde decía:
¿Quién puede pagar esta cuenta? Sólo me queda el suicidio. El emperador se dió
cuenta de lo que sucedía. Era un buen soldado, pero cayó preso en los juegos de
azar y cuando ya no podía cumplir decidió suicidarse, pues no podía hacer nada por
sí mismo. Pero se quedó dormido, entonces el emperador entró y le escribió debajo
de su letra: Yo la pagare.́ Emperador Nicolás1°. El mismo emperador que podía
juzgarlo por esas cuentas según las leyes de ese país, firmó que pagaría por el.
́ Al
despertarse vio el escrito y sintió que su muerte se cambió en vida, su
desesperación en esperanzas, su prisión en una eterna libertad. Se fregó y fregó los
ojos para ver si era cierto y ahí estaba la firma del emperador 1°. Hermanos!
ustedes y yo hemos desperdiciado la oportunidad de justicia, santidad y salvación
que nos dió el Señor, sólo nos quedaba morir. Y cuando estabamos camino al
infierno en desesperación, el emperador Jesús, vino desde el cielo y firmó por
nosotros con su sangre. Yo lo pagare.́ Desde ese momento se abrió un camino: Del
pecado al perdón, de la desesperación a la esperanza, del infierno al cielo. ¿Cómo
se puede creer? Nos quedamos con la boca abierta. Pero vivir sin entender esto
́ y
rechazarlo lleva a una vida humillante. Hoy en día la gente no va al infierno por
sus pecados, sino por no creer en Jesús. No es porque no hizo grandes cosas, sino
porque ha rechazado el regalo de Dios. Todo el que cree en Jesús es salvo, por
gracia y por fe. Sólo basta creer en este regalo tan barato. Romanos 3;23-24 dice:
Por cuanto todos pecaron y estan
́ destituidos de la gloria de Dios. Siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús. En este mundo se paga por todo, por una ropa, por un pescado, por un
cangrejo, pero para ir al cielo no se paga! sino por la sangre de Jesús. Les pido
que esta verdad se grave en sus corazones. Efesios 2;8-9 dice: Porque por gracia
soís salvos por medio de la fe, y esto
́ no es don de vosotros sino es don de Dios.
No de vosotros para que nadie se gloríe. No somos salvos por hacer buenas obras.
Es un regalo de Dios a traves
́ de Jesús. Todos esperamos regalos en la Navidad o
en el cumpleaños. Y los damos. Pero Dios nos dió a su Hijo, el mejor regalo del
universo como salvador. El que lo recibe tiene vida eterna y el que no, va a la
perdición eterna. Nuestra descición de rechazarlo o recibirlo cambia nuestros
destinos. Hace poco en Ohaio se preguntó a 675 personas qué hacer para ser
salvos e ir al cielo. El 85% dijeron que no tiene relación alguna con la biblia, otros
dijeron que yendo a la iglesia, otros que haciendo buenas obras, otros dijeron que
leyendo la biblia, Y otros que procurando, y otros dijeron que creyendo en alguna
religión. Todos erraron. No vale ni asistir a la iglesia, ni leer mucho la biblia, ni
hacer buenas obras, ni creer en una religión, no tiene efecto. ¿Cómo se hace
entonces? Aceptando el regalo de Dios que es Jesús. Recibiéndolo en el corazón se
es salvo. No hay otro nombre dado a los hombres debajo del cielo en que podamos
ser salvos; así que no dependamos de ninguna otra cosa. Sólo Jesús es el camino,
la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por Jesús. El doctor M.R. Thijan
dijo 7 cosas simples acerca de la ley y la gracia. Primero; la ley condena hasta a
la persona más buena, pero la gracia perdona hasta al peor pecador. Segundo; la
ley dice que la paga del pecado es la muerte, la gracia dice que el don de Dios es
la vida eterna, Tercero; la ley dice que se pague la cuenta, la gracia dice que
pagará la cuenta del pecado. Cuarto; la ley nos hace entender el pecado, pero la
gracia nos lleva a la salvación. Quinto; la ley nació en una piedra la gracia en el
corazón. Sexto; la ley trae temor, pero la gracia armonía y seguridad. Septimo; la
ley insiste en el sometimiento, pero la gracia nos ayuda a obedecer. La ley saca
fuera el pecado, y la condenación, pero la gracia nos da perdón, justicia y nos lleva
a la gloria de Dios. Cuando el hijo pródigo volvió a casa despueś de haber
despilfarrado todo el dinero de su Padre, y llegó pobre, enfermo, hambriento, y con
las manos vacías; su hermano que era legalista dijo: No se puede recibir a este
delincuente! Hacer una fiesta para recibirlo? Jamás oi cosa semejante. Debe ir a la
cárcel! Pero el padre dijo: No! este es mi hijo que estaba muerto y ha revivido, se
había perdido y ha vuelto, gracias a Dios! le perdonaré todo el pasado y le pondré
en mis regazos y haré un hijo nuevo de el!
́ Su padre le puso el mejor vestido, el
mejor zapato, el mejor anillo e hizo una fiesta para recibirlo. Hermanos! la ley fue
hecha para acusarnos, no hay esperanzas de ser salvos con ella. Nadie puede
justificarse ante ella, ni ser salvo, sólo ser juzgado. Pero la gracia nos da perdón a
traveź de Jesucristo. Aunque hayamos pecado, aunque hayamos nacido con mala
suerte, aunque hayamos sido abandonados, aunque nuestros pecados sean negros
como el carbón, Jesús nos dice: Yo lo pagaré por tí. Yo te redimo con mi sangre.
Ahora puedes revivir entre los muertos. Puedes volverte despueś de haber estado
perdido, Si crees en mí no te perderás, sino tendrás vida eterna. Te daré esta
salvación como regalo.

[Conclusión)
Si persistimos en estar fuera de la gracia, la ley nos condenara.́ Sólo en Jesús hay
perdón, justicia y la gloria de Dios. Debemos sostenernos siempre en Jesús, el
autor de la gracia. Si lo hacemos tenemos la potestad de ir al cielo. Pero si
estamos fuera de eĺ viviremos bajo condenación y al final caeremos en la eterna
perdición.

[Oración)
Amoroso Padre Dios!
Todos nacimos dentro de la ley, fuimos juzgados por ella, y sólo nos quedaba ir al
infierno. Era insolucionable; ni con el esfuerzo, ni con las fuerzas. Pero Jesús vino
y derramó su sangre, y fue encarnecido en la cruz, mediante esa sangre fuimos
perdonados declarados justos, y podemos entrar en la gloria de Dios. Gracias
Señor! Todo por gracia. Es una bendición demasiado grande. Ayudanos a creer en
Jesús que nos ha dado esta gracia, a que le sirvamos con fidelidad, y a que
llevemos esta noticia por todo el mundo. En el nombre de Jesús. Amen.
́

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