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Sociología

Teoría II

Docente Diosnara Ortega

Aproximación al concepto del Self

Alumna: Elena Rodríguez

Fecha: 08de mayo de 2018


Aproximación al concepto del Self

El presente trabajo es una aproximación al concepto del Self, elaborando un estado del arte
a partir de las propuestas conceptuales de los exponentes del Interaccionismo Simbólico
que conformaron la Escuela de Chicago, y de algunas consideraciones conceptuales de
otros autores que refieren al concepto del self.

Uno de los principales exponentes de la Escuela de Chicago, George Mead, es quien


postula una visión sociológica desde el individuo, conocido como el Interaccionismo
simbólico, el texto Espíritu, persona y sociedad, que recoge gran parte de sus clases
conforma uno de los pilares de la corriente interaccionista, su aporte radica en el giro a la
visión de la Psicología social para comprender lo social, desde lo social.

Esta comprensión del acto social le permitirá plantear como es que los seres humanos
interactuamos, gracias a nuestras capacidades potenciadas desde lo social, cuando se habla
de la persona, se alude a la construcción social que lo viste de tal acepción.

A fin de comprender lo que Mead entiende por el Self el enfoque se centrará en el Capítulo
tres del texto Espíritu, persona y sociedad. Su distinción de la persona respecto del cuerpo,
indica que la diferencia radica en que ésta puede desarrollarse por la experiencia en las
actividades sociales, como dice Mead la persona tiene la característica de ser un objeto para
sí, y esa característica la distingue de otros objetos y del cuerpo (Mead, 1973; pág.168).
Pero la experiencia de sí mismo como tal la experimenta de manera indirecta, tal como los
otros miembros del grupo social, desde sus particularidades, o desde el punto de vista
generalizado del grupo social (Ibíd. 169).

En la experiencia es donde se realizan acciones sociales, a través de gestos, entendido por


el autor como un proceso por medio del cual uno provoca en-sí la-reacción que podría ser
provocada en otro y esto no es parte de su reacción 'inmediata por lo que respecta a su
medio físico inmediato.(Ibíd. 133), estas acciones formarán actitudes sociales. Los gestos
pueden situarse a nivel del inconsciente como a nivel significativo, cuando la persona es
capaz de realizar un acto reflexivo.

Para Mead los actos, compuestos por distintas fases que se relacionan mutuamente, por
medio de esta capacidad social del acto, los individuos se diferencian de los animales, ya
que el impulso como fase ligada al estímulo, desarrolla la percepción esta fase ya hay cierta
capacidad mental asociada a lo grupal puesto que percibimos lo que conocemos y ya
tenemos como imagen mental, la pausa esta de la mano de la manipulación que da pie al

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acto reflexivo frente al estímulo y que es lo que hará con el objeto, finalmente la cuarta
etapa de consumación del acto para satisfacer el impulso inicial, etapa en la que puede
generarse la primera.

Esta condición propia del individuo que lo diferencia de las otras especies animales y que
permite diferenciar también entre el cuerpo y la persona se explica en la posibilidad que el
mismo autor enfatiza, y es la característica de la persona como objeto para sí. Esta
característica está representada por el término "sí mismo", que es un reflexivo e índica lo
que puede ser al propio tiempo sujeto y objeto (Mead, 1973, pág. 168).

Los elementos que permiten a la personan ser un objeto para sí, es parte de una
construcción social, entre otros y la capacidad de ver a esos otros dentro de sí elementos
que se conjugan en esta dinámica consisten en la base genética, como el sentido
diferenciador antes mencionado, la capacidad de comunicación que llega a transformar un
mensaje en un elemento significativo compuesta por la relación del gesto, indicada por
Mead como adaptación de un organismo hacia otro, el gesto surge en el acto social en la
medida que signifique algo para un otro, que se puede comprender y que permite
interactuar, por ello, señala:

la unidad y estructura de la persona completa refleja la unidad y estructura del


proceso social como un todo; y cada una de las personas, elementales de que está
compuesta aquella persona completa refleja la unidad y estructura de uno de los
varios aspectos de ese proceso en el que el individuo está involucrado (Mead, 1973,
pág. 175)

Las bases del self se pueden dilucidar a partir de la estructura genética, lo físico que entrega
luces de cómo surge la persona (Mead, 1973, pág.176). Si buscamos el origen en la
comunicación animal a nivel de gestos, hay un estímulo que genera una respuesta que va de
vuelta esta conducta no tiene una significación, el individuo puede comunicar mediante
gestos, pero la persona es producto de un desarrollo donde los gestos conducen a una serie
de actos significativos tanto para el individuo, como para los demás con quienes se
desenvuelve e interactúa.

El papel de los símbolos en el proceso social del pensamiento, tiene una connotación
universal, como indica el autor, no se puede decir nada que sea absolutamente particular,
cualquier cosa que uno diga, que tenga alguna significación, es universal (Mead, 1973; pág.
177). El símbolo es un universal de raciocinio, lo que significa que al expresar algo,
primero se debe haber producido un entendimiento, para después verbalizarlo.

Para el origen del self debe existir otros elementos básicos, que son los juegos o actividades
lúdicas y el deporte, la analogía de la actividad representacional del niño con el concepto
del alma para las culturas primitivas, permite comprender como se forma la capacidad de la
persona o self, de verse a sí mismo, recrearse, probar los roles que le son familiares, ser

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igual a los padres, jugar a ser un héroe, ser princesa de un reino soñado, es un proceso
bellamente graficado en el cuento de Luis Carroll “Alicia en el país de las maravillas”, es
posible viajar y verse a través del espejo y crear un mundo a partir del grupo al que se
pertenece como Mead expresa la reacción que tiene tendencia a hacer ante esos estímulos,
organiza a éstos, puesto que los estímulos que producen la clase de reacciones en un
individuo, estas son las mismas para los otros, esas reacciones se traducen en un todo
(Mead,1973; 181). Durante la etapa de la niñez, el juego que es libre en el sentido de poder
asumir un papel y dejarlo cuando se desee, toma un cariz distinto al participar en
actividades deportivas, que tienen reglas y roles específicos, sin embargo para ser parte del
grupo disciplinario, es necesario aprehender todos y cada uno de los roles del equipo, el
niño los contiene en él, es el otro generalizado que comienza a conformar el self.

Para Mead es el desarrollo de la conciencia en una actitud de conciencia entendiendo que se


tiene a “otro” que es una organización de las actitudes de los que están involucrados en el
mismo proceso (Mead, 1973; pág.184). El papel que juega la comunidad para Mead es tan
definitorio en darle al individuo de persona que lo llama el otro generalizado y esa actitud
es la actitud de toda la comunidad, pero no es todo lo que el individuo requiere para
conformar el self, además de la incorporación del proceso social humano como un todo en
su experiencia individual es importante que incorpore los distintos aspectos de la actividad
social común, al respecto señala el autor que:

Esa incorporación de las actividades amplias de cualquier todo social dado, o


sociedad organizada, al campo experiencial de cualquiera de los individuos
involucrados o incluidos en ese todo es, en otras palabras, la base esencial y
prerrequisito para el pleno desarrollo de la persona de ese individuo (Mead, 1973;
185).

En el apartado que explica la estructura del self, la relevancia del lenguaje como parte del
proceso de adopción de la personalidad, ya que adopta el lenguaje como un medio para
obtener su personalidad, y luego, a través de un proceso de adopción de los distintos
papeles que todos los demás proporcionan, consigue alcanzar la actitud de los miembros de
la comunidad. (Mead, 1973; pág. 191). El elemento que hace a la persona es el modo en
que forma parte de la comunidad, se es parte de ella las acciones son abstracciones que
conforman el carácter del hombre, dándole principios y se le reconocen en la comunidad a
través del otro generalizado es guiada la conducta, su carácter es el sentido moral.

La socióloga chilena Oriana Bernasconi, realiza una propuesta de relevar el sentido moral
en el estudio del self, por medio de narrativas biográficas situarse desde la influencia de la
idea del bien en el desarrollo de la persona, Bernasconi señala que la noción del self es
relevante para el análisis de la sociedad actual, ya que se encuentra ligada a la construcción
y problemática de la modernidad, destaca a partir del trabajo de Wagner (2002) la ruptura
de Nietzsche que libera al self al negarse a hablar de filosofía política y moral desde la

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problemática vinculada a la vida colectiva y por otro lado el trabajo de Freud sobre el
inconsciente al abordar la construcción interna y simbólica del yo en base a sus deseos
(Bernasconi, 2015; pág. 306). Luego los aporte del interaccionismo simbólico sobre la
identidad conformada a partir de las interacciones sociales y teorizan sobre las variaciones
de los procesos de auto-formación según distintos contextos societales (Ibid.306). Se
conforma una sociología del Self en la época delos años sesenta y setenta influidos por la
Escuela de Chicago, el feminismo se destaca por el aporte teórico sobre el sujeto y la
identidad personal, la reflexión de Michael Foucault de que instituciones median nuestra
relación con nosotros mismos, como nos ofrecen o imponen nociones de ser posibles, como
nos entrenan en ciertas prácticas y como nos instruyen en determinados saberes (Ibíd. 306).
Para los teóricos posteriores como Adorno y Horkheimer y Baudrillard, entre otros,
argumentan que el sujeto racional, autónomo y soberano presupuesto por el proyecto
ilustrado no es más que una ilusión. La autora siguiendo a Callero (2003) destaca el esbozo
postcolonial, feminista y post estructurales que afirman la idea de razón universal
deslegitimando otros modos pensamientos, de cómo articular la realidad y de desatender los
aspectos emocionales de la vida social (Bernasconi, 2015; pág. 307).

La noción del self ha variado, siguiendo a Elliot que plantea el cambio del self “desde un
producto o derivado de las estructuras políticas o prácticas hacia una categoría de auto-
comprensión históricamente situada” (citado en Bernasconi, 2015 pág. 307).

La introducción en el análisis del self desde Bernasconi, se enfoca en la auto reflexión del
Yo cuando se interpela a sí mismo, intentado responder en primera persona a la pregunta
por su identidad (Bernasconi, 2015; pág. 307). Entendiendo que es en función de los otros
agentes, el factor de la moral en este proceso de conformación de la persona ha sido
planteado principalmente como lo normado, desde Durkheim y la idea de cohesión social y
el pensamiento de Foucault sobre las medidas en base a la ética para construir el Yo, en
especial en la tecnologías del Yo que plantea el autor, pero señala Bernasconi, las ciencias
sociales no han profundizado el análisis de las fuentes y formas de razonamiento moral que
las personas usan al actuar y dar sentido a sus vidas e identidades, había permanecido
relativamente desatendido por las ciencias sociales y, en particular, por la sociología
(Bernasconi, 2015; pág. 308).

La propuesta de Bernasconi considerando los aportes de teóricos como Charles Taylor


(1985; 1989), Foucault (1999); Joas (2000); Boltanski y Thévenot (2006), es de investigar
trabajando el estudio del self con el estudio dela moral desde el campo de distinción del
valor, para ello ha de ampliar la visión de la moral desde lo normativo y lo correcto desde
el valor, de manera de incluir el cuestionamiento de los agentes por el “buena vida” con la
que se comprometen (Bernasconi, 2015; pág. 309). El segundo giro se relaciona con el
lugar otorgado en las ciencias sociales a ámbito de lo moral, por que busca en lo moral un
recurso cultural, que puede utilizarse al momento en que hombres y mujeres narran y
construyen sus relatos(Bernasconi, 2015;pág. 314)

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De vuelta en el Interaccionismo simbólico, cuando de conforma las bases sociales del self,
las cuales se encuentran en el pensamiento reflexivo, debido al empleo de la “conciencia”
que contiene al menos una referencia a un “yo” a lo que se llama las conciencia de los
objetos experimentados es la persona como un proceso estructural, dado este análisis de la
persona se deduce de lo que se experimenta, hay situaciones que quedan en el plano de lo
subjetivo y otras experiencias son reflexivas.

Para Herbert Blumer como lo plantea en su libro “El Interaccionismo simbólico,


perspectiva y método” considerar los significados como el fruto de un proceso de
interacción entre los individuos, cuando una cosa significa para la persona lo hace en la
medida en que las otras personas actúan hacia ella en relación a la cosa, ya que los actos de
los demás producen el efecto de definirle la cosa a esa persona (Blumer, 1982; 4), asimismo
Blumer especifica que el Interaccionismo Simbólico cree que el significado es un producto
social, que emana de las actividades determinantes de los individuos en la manera que
interactúan al utilizar dicho significado es por un proceso interpretativo del individuo y que
los significado que elabora le precedían.

En la utilización del significado por la persona que actúa o el agente se produce a través de
un proceso interpretación, el autor señala dos etapas de este proceso a saber, el agente se
señala a sí mismo cuales son las cosas hacia las que se encaminan sus actos y como
resultado de este proceso la interpretación se traduce en una manipulación de significados
(Blumer, 1982; pág. 4).

Con respecto a la disposición del ser humano en el atributo de organismo agente implica
que tienen una estructura en relación a la interacción social, puede responder a los demás a
nivel no simbólico, hacerles advertencias a los otros e interpretar la que estos formulan
(Blumer, 1982; pág.9), reafirmando el planteamiento de Mead de que las personas pueden
realizar todo esto ya que poseen un “si mismo” para Blumer, entonces, el self no contiene
ningún significado esotérico, sino que un individuo puede ser objeto de sus propios actos
considerando además que el individuo es un objeto para sí mismo; tanto en sus actos para
consigo mismo como para con los demás, se basa en el tipo de objeto que el constituye para
sí (Ibíd. pág. 9).

Además desde lo que Mead esboza sostiene que los papeles que asume la persona en las
tres etapas de desarrollo en las que el individuos distintos corresponde a la etapa del juego,
desde la comunidad abstracta es decir el otro generalizado y la del grupo organizado o la
etapa del grupo organizado, al asumir estas etapas la persona puede dirigirse a sí misma.

Esto es para Blumer la deducción de que nos vemos a nosotros mismos a través del modo
en que los demás nos ven o definen…asumiendo uno de los tres tipos de papeles ajenos
mencionados (Blumer, 1982; pág. 10).

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Si seguimos en la ruta de los papeles que la persona puede asumir, es necesario dialogar
con el teórico de la dramaturgia, Goffman Erving Goffman es considerado el fundador del
orden de la interacción como legítimo dominio de estudio sociológico. El reconocido
sociólogo, a quien no gustaba de ser etiquetado en ninguna corriente específica de
pensamiento, pero que suele ser ubicado tanto en el interaccionismo simbólico como en la
Escuela de Palo Alto, estudió sociología en la Universidad de Toronto. En Chicago asistió a
cursos con Herbert Blumer y también trabajó con Lloyd W. Warner. Pero fue sobre todo
Everett Hughes quien tuvo mayor influencia sobre Goffman (Rizo, 2011; pág. 4 el
representante del Interaccionismo Simbólico, en el texto “La presentación de la persona en
la vida cotidiana” postula en la introducción del texto que el individuo al estar frente a
otros, estos buscan conocer sobre él, o poner en juego la que ya manejan. Además del
interés por sus características como es estatus, su competencia e integridad, querrán sacer
cuál es su imagen de sí mismo. Dadas estas indagaciones los otros sabrán cómo actuar a fin
de obtener de él una respuesta determinada (Goffman, 1959; pág. 3).

Pero la preocupación de Goffman radica en lo que el individuo oculta, lo que no deja ver en
la interacción La expresividad del individuo (y por lo tanto, su capacidad para producir
impresiones) parece involucrar dos tipos radicalmente distintos de actividad significante: la
expresión que da y la expresión que emana de él (Goffman, 1959; pág. 4). Cuando los
actores se encuentran la comunicación entre ellos se genera en base a inferencias, y no
mediante un análisis científico, también se actúa a partir de la confianza, creyendo que se
tiene delante de uno a una persona íntegra y que el otro ha de considerar lo mismo respecto
de uno.

Es posible que en el intercambio social el actor finja u oculte sus motivaciones o que
simplemente transmita una impresión que se requiera para la ocasión sin la intención de
engañar a alguien. en la obra de Goffman que se caracteriza por la puesta en la experiencia
y en personificaciones literarias de actores en interacción social, muestra su interés por
cómo se construye la imagen de sí mismo o del self, va mucho más allá del acto reflexivo
que se interioriza y desde allí puede relacionarse con la comunidad, con el grupo
organizado, se preocupa del lenguaje corporal, del entorno, de los ropajes porque en todo
ese atavío, puede indicar que el self va a variar según los distintos escenarios, de ahí que lo
señale como el actor con un mundo escenificado y que cuenta además con la trastienda, con
lo que se conoce en el continente latinoamericano como el patio trasero de la casona,
donde están los nudos o puntos neurálgicos de las relaciones de una familia.

Cuando Mead en cuanto a la significación de diferenciar el “yo” y el “mi” intenta realizarlo


desde la significación misma de la conducta, por eso no es posible definirlos sin la
interacción entre ellos. Al sentir que se tiene un lugar en la sociedad es el “yo” que se
manifiesta, Mead indica que el “yo” reacciona a la persona que surge por la adopción de las

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actitudes de otros, se ha introducido un “mi” y reaccionamos a él como un “yo” (Mead,
1973; pág.201). La manera de comprender esta relación es por la memorial recordar se
establece un dialogo consigo mismo, se puede recordar los sentimientos en juego del
recuerdo, el “yo de ese momento está en el “mi” de del momento siguiente, el “mi” está en
el recuerdo de lo que se dice, el “yo” en cambio está al admitir que nos sorprenden las
acciones propias.

Para explicar un poco más Mead expresa que el "yo" es la reacción del organismo a las
actitudes de los otros…y el “mi” es la serie de las actitudes organizadas de los otros que
adopta uno mismo (Mead, 1973; pág. 202).

El “mi” corresponde a una serie de actitudes organizadas, cuando el individuo ve en sí


mismo las actitudes de los demás, es la persona de la cual tiene conciencia, el “yo” es la
acción del individuo de cara a la escenario social presente en su propia conducta,
incorporada una vez que se realiza el acto. Por tanto, señala Mead, el “yo” en la relación
con el “mi” es algo que…reacciona a una situación social que se encuentra dentro de la
experiencia del individuo… el “yo” proporciona la sensación de libertad, de iniciativa
(Mead, 1973; pág. 205). el “mi” representa una organización definida de la comunidad,
presente en nuestras propias actitudes y provocando una reacción (Mead, 1973; pág. 205).

Por lo que se refiere la concepto del “yo”, el sociólogo Alfred Schütz, quien ha realizado un
aporte desde la Fenomenología, Ritzer en el texto “Teoría sociológica contemporánea”
expresa que a Schütz le interesaba sobre todo el modo en que las personas aprehenden la
conciencia de los otros mientras viven en la corriente de su propia conciencia (Ritzer, 1997;
pág. 85). Schütz también usaba el término intersubjetividad en un sentido amplio para
referirse al mundo social, en especial a la naturaleza social del conocimiento (Ibíd. 85).
Para Schütz, en su texto “El problema de la realidad social” donde trata el problema de la
socialidad, partiendo de las características del sujeto como su capacidad de percepción que
es compleja, por el nivel de abstracción que significa, la capacidad de interpretar y selectiva
que compone la significatividad, para la comprensión del sentido común, construcciones de
segundo grado. Schütz va a caracterizar el modo en que la persona contempla el mundo de
la intersubjetividad de la vida cotidiana (Schütz, 1974; pág.38).

El mundo que se contempla ya estaba organizado por otros que anteceden, experimentan e
interpretan y que es transmitida por los padres, lo llama el conocimiento a mano y es un
esquema de referencia del que nos valemos en nuestras experiencias con los otros, en la
forma de abordar la estructura del mundo formal y el sentido común, señala que cada
coparticipe comparte una misma comunidad de espacio en común, se comparte el tiempo
cronológico y el tiempo interior del otro, al igual que las características fisonómicas y su
exterioridad, en el tiempo que se comparte, pudiendo captar los pensamientos del otro en el
presente, como las anticipaciones del futuro del otro, resume Schütz, que comparten las

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biografías del otro; envejecen juntos; viven por así decirlo en una pura relación Nosotros
(Schütz, 1974; pág. 46).

Cuando se refiere al otro el autor expone que se capta como una individualidad única si
bien solo se expone una parte se su persona, en un contexto biográfico que para todas las
formas de relación social, el sí mismo, el semejante solo puede captarse mediante la
imaginación de presentaciones hipotéticas del ser (Schütz, 1974; pág.46).

Cuando realiza un resumen de las ideas planteadas aborda la idea de que cuando se
construye el sentido común, el otro aparece como un sí mismo parcial formando parte de la
relación Nosotros solo una parte de su personalidad, indica que esta idea ayudó a Simmel
en la superación del dilema entre la conciencia individual y la colectiva, a Cooley acerca
del origen del sí mismo en el “efecto de espejo” y también señala el concepto elaborado por
Mead del otro generalizado, para explicar que esta es solo una parte ya que el otro sirve
para exponer que al definir otro se asume un rol, porque el otro como un sí mismo parcial
ya que la relación es solo con una parte de la persona a modo de una capa, y agrega al
tipificar la conducta del otro estoy tipificando mi propia conducta, que se interrelaciona con
la suya, transformándose en lo que sea ese otro. (Schütz, 1974; pág. 48), Esta auto
tipificación conforma el fondo de la tipificación de William James y Georges Mead del
entre el “yo” y el “mi” en relación con el sí mismo social (Ibíd. pág. 48).

Schütz aclara que en la construcción de sentido común que se utiliza en la tipificación del
otro, y a mí mismo tienen un origen y asentimiento social, en las relaciones sociales los
tipos de presupuestos de la acción son un conjunto de reglas, institucionalizada como
normas de conducta (Ibíd. pág. 48).

Con el último planteamiento del Sociólogo alemán, es posible vincularlo a lo que más
recientemente postula Giddens en su teoría de la Estructuración, en el texto “La
constitución de la sociedad” las reglas son procedimientos de acción para la estructuración
como la relación entre agentes entendidos y la estructura, para Giddens el agente no solo es
un “yo” en los encuentros sociales, cuando es un “me” significa una riqueza de la
descripción del sí mismo, además se aparta de las categorías del ego y del súper ego
prefiriendo el término de “conciencia moral”(Giddens, 2011; pág. 45).

Cuando Giddens se cuestiona sobre la relación entre las formulas con las prácticas en las
que se comprometen los actores sociales argumenta que:

Como actores sociales, todos los seres humanos son en alto grado “expertos” en
atención al saber que poseen y aplican en la producción y reproducción de
encuentros sociales cotidianos: el grueso de ese saber es de carácter más práctico
que teórico. Como lo han señalado Schütz y muchos otros, los actores emplean
esquemas generalizados (fórmulas) en el curso de sus actividades diarias para
resolver según rutinas las situaciones de la vida social (Giddens, 2011; pág. 58).

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El interesante aporte teórico del Giddens sobre la dualidad de la estructura donde la
capacidad del agente se relaciona constantemente con la estructura y le permite al agente
ampliar sus rangos de acción, transformando su realidad, por eso si El saber sobre
convenciones sociales, sobre sí mismo y sobre otros seres humanos, requerido para ser
capaz de “ser con” en la diversidad de contextos de la vida social es minucioso e
incalculable (Giddens, 2011; pág. 62). El sociólogo aboga por un agente que es capaz de
realizar un primer análisis de lo que el cientista va a estudiar es decir la interpretación de la
interpretación que el agente realiza.

Si consideramos en el trabajo de Erving Goffman de “Internados” la relevancia del rol de


los actores sociales es fundamental, cuando los actores se encuentran en instituciones
totales, la rutina diaria, el despojo de sus particularidades, de su intimidad y el
cuestionamiento constante de su calidad de persona produce el término de su rol, en
contraste con lo con plantea Giddens que los agentes incluso a condiciones extremas de
institución total, es capaz de ser un agente transformador.

Para ambos autores el rol y la relación de la estructura es posible de vincular con el self, ya
que la forma en que se suprima o anule la capacidad de agencia o de actuar, la persona o el
self se mantiene, en inherente al ser humano y no se puede anular por la fuerza ni por la
voluntad, incluso si se está solo en un lugar dado, las relaciones que existieron en el pasado,
que conformaron el self, habitan en la persona de forma de memoria o bien con la idea de
no querer volver a la sociedad o en el anhelo de reincorporarse en la medida que le sea
posible.

La institución total intenta suprimir la potencia del self que habita en quienes pasan por ella
desde el momento en que los sujetos están obligados a realizar las actividades, socialmente
distribuidas en la intimidad y como en dormir, la actividad de aseo y baño, de recrearse y la
de realizar una actividad productiva dentro de un mismo espacio otorgan la calidad de
institución que tiene la intención de anular el rol social y por lo tanto la persona.

A modo de conclusión, este trabajo de aproximación al concepto del self, ha permitido


vincular a los exponentes que por un lado plantean que la sociología debe hacer teoría
desde la significación y la interacción de las personas y conocer trabajos recientes como el
de la socióloga chilena Oriana Bernasconi que desde el estudio del self y su relación con la
buena vida o los conceptos del bien hacia el trabajo investigativo de las narrativas de los
actores sociales, ha sido un ejercicio teórico variado, con ambiciones y también con falta de
tiempo, pero que percibe la importancia y vigencia de una corriente inspirada en la persona
que se apropia de sus actos más allá de lo que la estructura pueda constituirla y normarla,
cuando se habla desde el self, se habla de lo social, para entender que se constituyen

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mutuamente y no hay es subordinación que tanto se ha obligado a dar por sentado en el
devenir de las ciencias sociales.

Bibliografía

Bernasconi, Oriana, 2015 “Introduciendo la moral en los estudios sociales del self:
Narrativas biográficas como trabajo moral del yo”

”Polis ,R Revista Latinoamericana, ,Volumen 14, , Nº º4 , , 2015 pp. 305- 326

Blumer, Herbert, 1982. “El interaccionismo simbólico, perspectiva y método” Barcelona,


España, Editorial Hora S. A.

Giddens, Anthony, 2011. “La constitución de la sociedad Bases para la teoría de la


estructuración” Buenos Aires- Madrid, 2 edición. Editorial Amorrortu

Goffman, Erving, 2001. “Internados, ensayos sobre la situación social de los enfermos
mentales” Buenos Aires, Argentina, 1 edición 3reimpresión, Editorial Amorrortu.

1959“La presentación de la persona en la vida cotidiana” Buenos Aires, Argentina, 1


edición en inglés, Editorial Amorrortu

Mead, George, 1973, “Espíritu, persona y sociedad”, Barcelona, España. Editorial Paidós

Ritzer, George, 1997. “Teoría Sociológica contemporánea”, México, tercera edición


Editorial McGraw- Hill.

Schütz, Alfred, 1974, “El problema de la Realidad social”, Buenos Aires. Editorial
Amorrortu

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