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El Saber Didáctico

Compilado, Alicia R.W. de Camilloni


Estela Cols, Laura Basabe, Silvina Feeney
2008, Editorial Paidós SAICF.

Introducción
En este libro, en el que presentamos producciones de cuatro didactas que compartimos
tareas de estudio, investigación y docencia desde hace ya varios años1, no nos hemos
limitado, simplemente, a reunir algunos trabajos sobre temas relacionados con nuestra
disciplina. Nos hemos propuesto, por el contrario, realizar una reflexión sistemática
sobre algunos de los problemas teóricos que hoy resultan centrales para la didáctica, a la
que definimos como teoría de la enseñanza y a la que concebimos, al menos, a partir de
una definición programática, como una ciencia social. Los muchos avatares que
experimentó en el curso de su desarrollo, ligados a la variedad de situaciones
sociohistóricas que enmarcaron la construcción de la teoría didáctica a lo largo de los
varios siglos de su existencia formal como disciplina, así como la heterogeneidad de
problemas prácticos que debió tratar de solucionar, han contribuido en cierto modo a
desdibujar su campo. Al mismo tiempo, sometida a prueba de solidez, pudo demostrar
su fortaleza no solo porque, a pesar de todo, tuvo capacidad de perduración a lo largo
del tiempo sino también porque desplegó su interés a través de la elaboración de
renovadas propuestas destinadas a mejorar la enseñanza.

Distintos ejes han servido de núcleo principal para la estructuración de esta obra. Todos
ellos, sin embargo, responden a nuestro propósito principal de concentrarnos aquí en el
tratamiento de cuestiones vinculadas con el conocimiento didáctico y su relación con la
enseñanza.

En el primer capitulo, “Justificación de la didáctica”, efectuó una presentación de las


razones por las que, a mi juicio, se fundamenta la existencia de la didáctica. Este
capítulo es intencionalmente breve y procura sintetizar en un estilo clásico, distintos
argumentos destinados a mostrar que sólo una disciplina construida de acuerdo a ciertas
pautas podrá satisfacer los requisitos que estos argumentos plantean. Este capítulo sirve,
pues, de presentación de nuestra concepción general de la didáctica.

En el segundo capítulo, “Didáctica general y didácticas específicas” me propongo a


exponer el complicado problema de las relaciones entre las didácticas. Es ésta, sin duda,
una cuestión controvertida e interminablemente controvertible. Las difíciles relaciones
entre una y otras constituyen un tema de competencia científica y profesional de campos
teóricos y prácticos y hasta de conflicto abierto entre expertos en las distintas materias.
Por razones de índole pedagógica, la vinculación armónica entre la didáctica general y
las didácticas especificas e, igualmente, entre éstas últimas es, sin embargo,
indispensable debido a que el proyecto educativo no puede fragmentarse en una

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Las autoras somos investigadoras del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, actualmente en el Proyecto F162 del
Programa UBACyT de dicha Universidad. Algunos temas fueron estudiados previamente en el marco de
los proyectos F015 y TL60, también del Programa UBACyT.

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multiplicidad de segmentos curriculares sin unidad. Por este motivo es que la naturaleza
de su articulación exige la adopción de lógicas con principios comunes y actitudes de
acercamiento que faciliten la construcción de una red de principios y conceptos
sostenidos, a su vez, por una estructura teórica compartida que permita los
desplazamientos de unos campos didácticos hacia otros y respete, al mismo tiempo, las
diversidades que corresponden a las diferencias epistemológicas de los saberes con los
que trabajan unas y otras.

Con el fin de sentar, entonces, principios para una teoría general de la didáctica, en el
tercer capitulo, “los profesores y el saber didáctico”, propongo analizar la relación de
los profesores con el conocimiento didáctico. En la realidad este saber se manifiesta a
trabes de diferentes modalidades de conocimiento y se relaciona con las creencias
previas de los profesores. Distingo, entonces, lo que denomino didáctica “erudita” de
una didáctica que podemos llamar “ordinaria” o “del sentido común”. Una
submodalidad en la que esta última se presenta con frecuencia es la que designo como
didáctica “pseudoerudita” a la que, por las razones que señalo, considero especialmente
dañina y obstaculizadora de la construcción de un conocimiento didáctico serio y
riguroso. Cierran este capitulo algunas reflexiones epistemológicas acerca del carácter
que, a mi juicio, debe alcanzar la teoría didáctica y consideraciones sobre la disciplina
que está y estará siempre en camino de construirse en razón de la naturaleza, en algunos
aspectos inevitablemente incierta, de la enseñanza, su objeto de estudio.

En “el sujeto del discurso didáctico”, cuarto capítulo del libro, me refiero
específicamente, al carácter del discurso didáctico a partir de una definición del sujeto
al que va dirigido: no se trata como en el capítulo anterior, lo relativo a cual es la
modalidad de la relación que el lector establece con el texto didáctico, sino por el
contrario, sino, por el contrario, el tema central es cual es el sujeto al que el didacta se
dirige. Se diferencian, así, un sujeto abstracto, un sujeto empírico y un sujeto concreto.
La caracterización de cada uno de ellos y la elección del sujeto concreto como
destinatario del texto didáctico, se propone contribuir tanto a la construcción de un
discurso didáctico adecuado por su consistencia con un proyecto para la educación con
la efectiva relevancia social que proponemos para una buena enseñanza, cuanto a la
formación de profesores capaces de comprender este discurso y recreándolo, llevarlo a
la práctica de manera creativa y efectiva.

En el quinto capítulo, “Problemas de la enseñanza y propuestas didácticas a


través del tiempo”, Estela Cols muestra que la didáctica reúne hoy una importante
cantidad de corrientes y líneas de investigación que atienden a una multitud de
cuestiones ligadas a las practicas de enseñanza. Pluralidad y diversidad son rasgos que
marcan la reflexión didáctica contemporánea y que posibilitan, al mismo tiempo, una
mirada acorde con la complejidad de su objeto de estudio. Este capítulo invita a buscar
en la historia los orígenes de las distintas tradiciones de pensamiento, entendidas como
diferentes modos de plantear y dar respuesta a la variedad de problemáticas
involucradas en la enseñanza. A través de esta mirada retrospectiva, la autora se
propone identificar algunos hitos que marcaron la emergencia de determinados temas
de interés didáctico así como la constitución de diferentes tendencias relativas al modo
de definir y estudiar estas cuestiones. El método, el aprendizaje y la actividad del
alumno, el contenido curricular y los propósitos de la escuela, las interacciones en el
salón de clases son algunos de los ejes alrededor de los cuales gravitó la producción
teórica a través del tiempo. En torno a ellos se organiza también este relato, hasta

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llegar a los umbrales del pasado más cercano y el presente. Finalmente, se ofrece una
síntesis de las tendencias recientes en el discurso didáctico y se delinean los
interrogantes abiertos y desafíos pendientes.

En el sexto capítulo “La enseñanza”, Estela Cols y Laura Basabe se ocupan del
objeto de conocimiento de la didáctica, la enseñanza, desde una perspectiva amplia y
comprensiva que recoge los aportes de múltiples enfoques teóricos. Como punto de
partida, presentan un concepto genérico de enseñanza y desde allí distinguen las
principales dimensiones y problemas involucrados en esta actividad. En primer lugar, el
desarrollo ofrece al lector una mirada de la enseñanza como práctica social
institucionalizada. Las actividades de enseñanza se inscriben en políticas y proyectos
educativos y se desarrollan en una vasta y compleja red de organizaciones con
funciones, formas de gobierno, comunicación y control particulares. La enseñanza
define así un campo de prácticas sociales que articula actores, estructuras, recursos y
normas. A su vez la enseñanza es analizada en tanto acción personal del docente que
está orientada por propósitos particulares, dirigida a grupos específicos de estudiantes y
tiene lugar en escenarios complejos y cargados de incertidumbre. Desde este punto de
vista, la enseñanza enfrenta las vicisitudes de todo vínculo humano y el desafío de
construir una relación pedagógica con el alumno. Requiere del docente, también, el
dominio de saberes profesionales específicos y el despliegue de una gama de
actividades y recursos que promuevan procesos de aprendizaje orientados al desarrollo
personal y social de los estudiantes. La enseñanza, entonces, no se inicia en el aula sino
que se define primeramente en el contexto social y político, en la institución escolar y,
por último, en el salón de clases. A su vez lo social, lo político, lo institucional y lo
instrumental son dimensiones constitutivas de la enseñanza en cada uno de estos
ámbitos. Por ello, las autoras defienden la importancia de adoptar una óptica que preste
atención a todas estas facetas en forma simultanea y que integre las contribuciones de
estudios y reflexiones de carácter filosófico, político, social, institucional, psicosocial,
y didáctico.

En el Séptimo capítulo, “La emergencia de los estudios sobre el currículo en la


Argentina”, Silvina Feeney se propone documentar la existencia del campo de estudios
del currículo en otros países, presentar el contexto histórico de la aparición y desarrollo
del pensamiento sobre el currículo en la Argentina y acercar algunas reflexiones sobre
el estado de la producción que, acerca del currículo, tenemos hoy en nuestro país.
Introduce el problema colocando al currículo como un campo de estudios y de prácticas
de importancia central en las ciencias de la educación. En lo que respecta al tratamiento
de cuestiones curriculares en el ámbito internacional, la autora da cuenta de que se
encuentra una significativa proliferación de trabajos, caracterizados, por la diversidad de
temas que lo integran y la gravitación de la producción, en especial, en algunos centros
geográficos principales. Presenta el contexto histórico de aparición y desarrollo del
pensamiento sobre el currículo en la argentina y caracteriza el tipo de producción local
que , a partir de la recuperación democrática en el año 1983 se elabora en el país. La
autora, finalmente, recupera la pregunta sobre la posibilidad de conformar un campo de
estudios sobre currículos en la Argentina.

Por último, y para cerrar esta exposición sobre cuestiones relacionadas con la
construcción de nuestra disciplina, en el octavo capítulo, “Acerca de los usos de la
teoría didáctica”, Laura Basabe analiza los desafíos y responsabilidades que enfrenta la
didáctica como cuerpo de conocimiento orientado a guiar la acción educativa. En tanto

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disciplina que se ocupa de una práctica, tiene una relación inmediata con los fenómenos
con los que trabaja, pero la efectividad de sus productos es siempre mediata y mediada,
pues los principios didácticos deben ser reconstruidos en cada caso particular por
actores singulares. A la vez, a lo largo del tiempo, la didáctica fue diversificándose y, en
la actualidad, la normativa didáctica no constituye un marco de actuación unitario, sino
que se compone de una variedad de encuadres normativos provenientes de diversos
enfoques teóricos. Entonces, la tarea de los docentes no es simplemente interpretar,
traducir y acomodar una propuesta a contextos específicos, sino hacer elecciones,
descartar opciones, decidir combinaciones.

El trabajo analiza el modo en que las perspectivas técnicas y prácticas acerca de


la enseñanza y el currículo han intentado resolver o aprovechar esta circunstancia,
según se entendiera como un problema o una oportunidad y, finalmente, explora las
consecuencias para la didáctica de asumir una perspectiva práctica. Si el horizonte
normativo se termina de delinear a partir del juicio práctico de los practicantes, la
didáctica debe orientarse a ofrecer una plataforma productiva para la liberación y la
toma de desiciones. Y para ello, debe incorporar como dimensión central de su
producción la consideración de los contextos y los modos en que ese conocimiento es
recuperado para su uso. La pregunta que el trabajo intenta responder es de que modo
puede la didáctica -y los didactas- orientar la producción y la intervención de modo que
constituyan una plataforma, conceptual e instrumental para las decisiones y actuaciones
de los profesores en el contexto escolar.

Los ocho capítulos que componen este libro, desde distintas aproximaciones a
cuestiones centrales de la didáctica, convergen en la construcción de una perspectiva
común: coinciden básicamente en lo que se refiere a la necesaria elección de un
horizonte , el que cada tiempo histórico plantea a la didáctica, necesariamente móvil en
tanto los sujetos de los que habla la didáctica y a los que la didáctica se dirige son
personas , sujetos sociales responsables de la realización de acciones sociales
intencionales , históricamente demarcadas y determinadas.

La didáctica es una disciplina que habla de la enseñanza y, por ello, que se ocupa
del estudio y el diseño del currículo, de las estrategias de enseñanza, de la programación
de la enseñanza de los problemas de su puesta en práctica y la evaluación de los
aprendizajes y de la enseñanza.

Como afirma Antoine Prost “entre la improvisación total y la aplicación de


recetas hay lugar para un proceso reflexivo e iluminado por un conjunto de
conocimientos pertinentes y rigurosos”.

Dedicamos Pues, esta obra, a nuestros colegas, los didactas a los profesores en
ejercicio y en formación, a sus formadores y supervisores y a todos los interesados en
que la educación especialmente la educación escolar cumpla sus misiones principales y
logre que los aprendizajes de todos nuestros alumnos sean significativos en sus varias
dimensiones sociales y culturales, personales y laborales, y conduzca a la formación de
personas autónomas, sabias, buenas y felices.

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