Aloe vera: usos en

dermatología NOTAS TERAPÉUTICAS

Prof. Dra. A. M. Lorenz, Dra. B.
Gomez, Dra. L. V. Cannata y col.
Act Terap Dermatol 2005; 28: 134

ALOE VERA
USOS EN DERMATOLOGÍA
Prof. Dra Ana María Lorenz*, Dra. Beatriz Gómez**,
Dra. Laura Valeria Cannata***, Dra. Jimena Martínez Corvalán***
* PROF. ADJUNTA CÁTEDRA DE DERMATOLOGÍA. DIRECTORA DE LA CARRERA
DE ESPECIALIZACIÓN EN DERMATOLOGÍA.
** JEFA DE TRABAJOS PRÁCTICOS. DOCENTE DE LA CARRERA DE ESPECIALIZACIÓN.
*** MÉDICAS DE LA CARRERA DE ESPECIALIZACIÓN.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN. TUCUMÁN. ARGENTINA

Historia científico aloe barbadensis o vera) y de

El nombre de "aloe" tendría diferen-
tes orígenes. Derivaría del griego alóe,
del árabe alloeh o quizás del hebreo
halal, y significa en todos los casos sus-
tancia amarga y brillante.
Según consta en el papiro de Ebers
(siglo XVI a.C) en Egipto fabricaban elí-
xires de larga vida conteniendo zumo de
aloe. También fueron encontrados dibu-
jos de aloes en algunas tumbas de
faraones. Aristóteles indujo a Alejandro
Magno para que conquistara la Isla de
Socorra (principal fuente de aloes de la
época) a efectos de obtener el material
necesario para curar las heridas de los
soldados. En la Biblia aparecen algunas
menciones : "...he perfumado mi cáma-
ra con mirra, lináloes y canela"
(Proverbios 7:17).
En el siglo XIII, Marco Polo constató el
uso que le conferían los chinos a esta
planta. Según afirman algunos botáni-
cos, el aloe fue llevado precisamente de
China (aloe sinensis) al África. En el
Siglo XV fue muy cultivado en Andalucía
durante el reinado de los Reyes
Católicos, como parte de la herencia
dejada por los árabes. Posteriormente
fue llevado desde África a Barbados en
1590 (de donde provendría su nombre
allí a Curaçao en 1817; en estas islas de
clima soleado el aloe logró gran
desarrollo , siendo quizás lo más apre-
ciado desde el punto de vista medicinal.
En 1693 ingresó a Londres. Desde
1763 comenzó a producirse extensa-
mente en El Cabo de la Buena
Esperanza ubicado en Sudáfrica (enton-
ces dominio inglés) para exportación.
Las antraquinonas fueron aisladas por
primera vez en 1853 a partir del acíbar
de Barbados, de ahí el nombre de bar-
baloína.
En 1907, fueron reconocidas como
glucósidos antraquinónicos por Léger.
Finalmente Gran Bretaña lo declara
droga oficial, en 1932, siendo también
aceptado en varias farmacopeas.
En 1973, una ley norteamericana dic-
tada en Washington declara al aloe
como especie protegida.
Descripción botánica
Se trata de una planta perenne de la
familia de las Liliáceas al igual que el
ajo, cebolla, espárrago y tulipanes.
Alcanza un tamaño de hasta un metro y
medio y cuando la planta llega a la
madurez presenta alrededor de 15
hojas. Posee unas hojas alargadas,
duras, gruesas, y espinosas que crecen
en forma de rosetón. En la base hay
vasos conductores llenos de látex de
color amarillo. Las hojas más externas se
pueden recolectar cada 6 semanas.
Florece varias veces al año. Las flores
presentan una tonalidad variable, roji-
zas- amarillentas, miran hacia abajo y
tiene forma tubular; están dispuestas en
racimos, al final de algunos tallos que
salen de entre las hojas.
El aloe posee más de 360 especies, de
las cuales al menos 26 se usan medicinal-
mente. Las más populares son: Arbores-
cens, Ferox, Perryi y Barbarensis.
Si se corta transversalmente una
hoja de aloe, se puede observar la cor-
teza, que tiene unos 2 mm de espesor
Acercamiento a la hoja de aloe vera ,mostrando sus características.
y segrega un líquido amarillo y que
envuelve a la pulpa, gelatinosa e inco-
lora. A través de un microscopio,
canales por los que circula el látex, la una pequeña porción corresponde a
puede observarse que la parte exterior
savia de la planta, de color amarillo y derivados antracénicos libres (menor del
de la corteza tiene varias capas de
rica en una sustancia amarga denomi- 1%). El aglicón libre se conoce como
células epidérmicas, que son las que
nada aloína. Se piensa que esta sus- aloemodina = aloemodol. Los heterósi-
tienen la peculiar característica de
tancia tiene una función protectora dos principales son: barbaloína (20%) e
poderse cerrar en forma hermética
para la planta ya que su sabor amar- isobarbaloína que por hidrólisis gene-
durante las horas de sol. Debajo de la
go impide que los animales e insectos ran aloe - emodinas y sus glucósidos:
membrana exterior hay una zona de
la coman. Aloinósidos A y B y aloína.La mayo-
Hay divergencia de criterios ría de los autores coinciden en señalar
respecto a donde se encuentran como sinónimos a la aloína y barba-
las sustancias terapéuticas del loína.
aloe: algunos opinan que están • Resina (16 a 30%): Conformada por
concentradas únicamente en la ácido cinámico en combinación con
pulpa, en cambio otros piensan resinotalones.
que se hallan cerca de la corte- • Otros: Aloesona, aloetína, emodina,
za. Los recientes descubrimien- ácido urónico, enzimas, aceites voláti-
tos apuntan hacia una combi- les, goma, flavanonas, etc.
nación de ambos criterios.
Gel obtenido de la pulpa:
• Polisacáridos mucilaginosos: respon-
Composición química sables de la gran capacidad que tiene la
planta para retener agua y así sobrevi-
Del látex o acíbar de las hojas:
vir en condiciones de sequía. Destacan
• Derivados antracénicos (15 a los glucomananos y mananos. El ace-
30%): manan sería el principal componente
Se encuentran principalmente carbohidratado. En menor medida se
Aloe vera en etapa de floración en forma de heterósidos y sólo encuentra el polisácarido aloérido.
 NOTAS TERAPÉUTICAS
• Otros: agua 95%, ácidos esenciales,
proteínas, glicoproteínas, ácidos orgá-
nicos, (ácidos hexurónico, pteroilglutá-
mico, glucurónico), enzimas (oxidasa,
catalasa, amilasa), oxalato de calcio,
escualeno, saponinas, germanio, ca-
santranol 1 y 2, pentahidroxiflavonas,
hidroxicromonas, ácido salicílico,
saponinas esteroidales, etc. Se han
identificado los aminoácidos esenciales
lisina, treonina, triptofano, leucina, iso-
leucina, fenilalanina, metionina, valina;
y aminoácidos no esenciales: ácido
glutámico, serina, ácido aspártico, gli-
cina, alanina, prolina, arginina, tirami-
na e histidina.
Otros componentes del aloe:
• Minerales: figuran el yodo, hierro,
cobre, cinc, fósforo, sodio, potasio,
manganeso, magnesio, cromo, azufre y
calcio.2
Existen controversias con respecto al
contenido de vitaminas (A, B, C y E).
Acción farmacológica
Entre las principales propiedades del
aloe se destaca su actividad cicatrizante
y emoliente, sumado a la actividad
inmunoestimulante que tienen los polisa-
cáridos del gel.
El contenido en mucílagos del gel
explica su actividad emoliente en la
superficie cutánea, en tanto las enzimas
catalíticas y sustancias proteicas tipo lec-
tinas, bloquean la acción de enzimas
involucradas en procesos inflamatorios
(Robson M. et al; 1982). El aislamiento
de compuestos fenólicos y enzimas pero-
xidasas de reconocida actividad antioxi-
dante sumaría un nuevo elemento a la
capacidad regenerativa y protectora
sobre la piel. Esta actividad regenerativa
se basa en la estimulación y crecimiento
de fibroblastos, mayor capacidad
angiogénica, lo que lleva a un incremen-
to en el contenido de colágeno y glico-
saminoglicanos (Chithra P. et al, 1998;
Estéban A. 2000; Lee K, 2000).
En estudios comparativos con sulfadia-
zina, una crema en base a extractos de
aloe vera (70%) ha preservado la micro-
circulación en la piel de animales de labo-
ratorio, sometidos a injuria térmica. El
mecanismo de acción está centrado en la
inhibición de los productos derivados del
metabolismo del ácido araquidónico,
tales como el tromboxano B, limitando a
su vez la producción de prostaglandinas
F2A, previniendo así la progresiva isque-
mia dérmica, en especial en casos de heri-
das por quemaduras (Vazquez, B.
1996).
Los beneficios del aloe vera en caso
de lesiones por irradiación ya habían
sido señalados en la década del 30,
haciendo referencia a telangiectasias y
dermatitis por irradiación, en estas oca-
siones se utilizó el gel proveniente de la
planta fresca. En un estudio a doble
ciego versus placebo efectuado en un
centro oncológico, se determinó que la
combinación del gel de aloe y jabones
suavizantes aplicados sobre pieles que
sufrieron terapia irradiante, mejoraron
Aloe arborescens
los cuadros de dermatitis y prevenían
futuras reacciones cutáneas respecto al
grupo control (Olsen D.2001).
Otro estudio clínico no encontró una
real eficacia del gel de aloe en pacien-
tes mastectomizadas con lesiones por
radiación (Heggie S. 2002).
El aloe vera también ha dado muy
buenos resultados en lesiones cutáneas
por congelamiento. Al respecto el sumi-
nistro del gel ha evitado la necrosis tisu-
lar, éstasis y trombosis, con resultados
levemente superiores a la metilpredniso-
lona.
En un ensayo clínico sobre 60 pacien-
tes psoriásicos con evolución promedio
de 8 años, la administración tópica a 30
de ellos de un extracto de aloe al 0,5 %
cada 8 horas, 5 días a la semana
durante un mes, produjo mejorías clíni-
cas significativas respecto al grupo pla-
cebo (Castleman M. 1998).
El empleo de un hidrogel de acema-
nan aplicado en forma de vendaje tópi-
co ha resultado beneficioso en el 63%
de los casos en el manejo de úlceras por
presión grado 1 a 4, de acuerdo a un
estudio clínico a doble ciego randomi-
zado, sobre 30 pacientes a lo largo de
10 semanas de tratamiento (Thomas
D.1998).
La aloesina, presente en aloe arbores-
cens, ha demostrado reducir el eritema y
prurito generado por los tests de hiper-
sensibilidad.
La fracción de polisacáridos neutros,
aloemanano, han probado poseer
acciones antiinflamatorias e inmunomo-
duladoras.
La fracción glicoproteica tiene la pro-
piedad de clivar la bradiquinina, y
reduce así la activación de la cascada
de la inflamación.3
• Actividad antimicrobiana: El ací-
bar de aloe aplicado en cultivos de
Estafilococos aureus, Estreptococos viri-
dans, Estreptococos Sp., Salmonella
tiphi y Paratiphi, produjo áreas de inhi-
bición de crecimiento comparables a las
observadas con antibióticos testigos
convencionales para la época en la que
se realizó el estudio (Lorenzetti L. 1964).
Bajas concentraciones del extracto
seco de aloe vera al 60 % han de-
mostrado efectos bactericidas frente
a Serratia, Klebsiella neumoniae,
Pseudomona aeruginosa, S. aureus, S.
piógenes y Cándida albicans.
Respecto a la actividad antiviral, el
látex demostró ser activo in vitro frente a
varicela zoster, influenza y los tipos 1 y
2 del herpes simple.
Por su parte el acemanan demostró
poseer acción inhibitoria sobre la repli-
cación del VIH 1 in vitro, disminución de Acercamiento a la flor
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una acción sinérgica junto a la AZT
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Conclusión
El propósito de ese trabajo fue reali-
zar una actualización sobre las propie-
dades medicinales del aloe vera en
Dermatología, de las que mucho se
habla y poco se conoce, por lo cual se
tornó difícil encontrar bibliografía seria,
autorizada y adecuada sobre el tema.
Por lo antes expuesto y ante el uso
masivo de esta sustancia creemos nece-
sario continuar investigando su posible
papel terapéutico. ‰
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