Sei sulla pagina 1di 19

NAVOJOA 2018

BREVE MUESTRA: CÓDIGOS RETÓRICOS

POESÍA
INSTRUCTOR: HUGO MEDINA
MAYO 26 Y 27 DE 2018
CÓDIGO RETÓRICO CLÁSICO

A PROPÓSITO DE QUE DE GEA DESCIENDEN TANTO LOS DIOSES COMO LOS HOMBRES
("HOMBRES Y DIOSES DEBEMOS EL SOPLO A LA MISMA MADRE"):

"El de los hombres, él de los dioses, un origen;

pues algo común respiramos

de una madre ambos;

pero nos separa un distinto tipo de poder,

pues uno es nada,

mientras el otro tiene su sede segura en un férreo y perenne cielo.

Pero nos asemejamos en algo a los inmortales

sea por la grandeza del espíritu,

sea por naturaleza,

y no sabemos, ni de día ni de noche,

a dónde el destino nos prescribe ir,

hacia qué fin."

PÍNDARO

DESDE CRETA VEN, AFRODITA

Safo

Desde Creta ven, Afrodita, aquí

a este sacro templo, que un bello bosque

de manzanos hay, y el incienso humea

ya en los altares;

suena fresca el agua por los manzanos

y las rosas dan al lugar su sombra,

y un profundo sueño de aquellas hojas

trémulas baja;
pasto de caballos, el prado allí

lleno está de flores de primavera

y las brisas soplan oliendo a miel…

Ven, Chipriota, aquí y, tras tomar guirnaldas,

en doradas copas alegremente

mezclarás el néctar para escanciarlo

con la alegría.

CÓDIGO RETÓRICO BARROCO

PRIMERO SUEÑO (FRAGMENTO)

Sor Juana Inés de la Cruz

Piramidal, funesta de la tierra

nacida sombra, al cielo encaminaba

de vanos obeliscos punta altiva,

escalar pretendiendo las estrellas;

si bien sus luces bellas

exentas siempre, siempre rutilantes,

la tenebrosa guerra

que con negros vapores le intimaba

la vaporosa sombra fugitiva

burlaban tan distantes,

que su atezado ceño

al superior convexo aún no llegaba

del orbe de la diosa

que tres veces hermosa

con tres hermosos rostros ser ostenta;

quedando sólo dueño


del aire que empañaba

con el aliento denso que exhalaba.

Y en la quietud contenta

de impero silencioso,

sumisas sólo voces consentía

de las nocturnas aves

tan oscuras tan graves,

que aún el silencio no se interrumpía.

Con tardo vuelo, y canto, de él oído

mal, y aún peor del ánimo admitido,

la avergonzada Nictímene acecha

de las sagradas puertas los resquicios

o de las claraboyas eminentes

los huecos más propicios,

que capaz a su intento le abren la brecha,

y sacrílega llega a los lucientes

faroles sacros de perenne llama,

que extingue, sino inflama

en licor claro la materia crasa

consumiendo; que el árbol de Minerva

de su fruto, de prensas agravado,

congojoso sudó y rindió forzado.


CÓDIGO RETÓRICO ROMÁNTICO

CANCIÓN DEL CORSARIO

Lord Byron

En su fondo mi alma lleva un tierno secreto

solitario y perdido, que yace reposado;

mas a veces, mi pecho al tuyo respondiendo,

como antes vibra y tiembla de amor, desesperado.

Ardiendo en lenta llama, eterna pero oculta,

hay en su centro a modo de fúnebre velón,

pero su luz parece no haber brillado nunca:

ni alumbra ni combate mi negra situación.

¡No me olvides!… Si un día pasaras por mi tumba,

tu pensamiento un punto reclina en mí, perdido…

La pena que mi pecho no arrostrara, la única,

es pensar que en el tuyo pudiera hallar olvido.

Escucha, locas, tímidas, mis últimas palabras

-la virtud a los muertos no niega ese favor-;

dame… cuanto pedí. Dedícame una lágrima,

¡la sola recompensa en pago de tu amor!…

AMOR ETERNO

Gustavo Adolfo Bécquer

Podrá nublarse el sol eternamente;


Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.

NOCTURNO (FRAGMENTO)

Manuel Acuña

¡Pues bien!, yo necesito decirte que te adoro,


decirte que te quiero con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto, y al grito en que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión.

Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos días


estoy enfermo y pálido de tanto no dormir;
que están mis noches negras, tan negras y sombrías,
que ya se han muerto todas las esperanzas mías,
que ya no sé ni dónde se alzaba el porvenir.

[…]

Esa era mi esperanza... mas ya que a sus fulgores

se opone el hondo abismo que existe entre los dos,

¡adiós por la vez última, amor de mis amores;

la luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores;

mi lira de poeta, mi juventud, adiós!

CÓDIGO RETÓRICO MODERNISTA

SONATINA

Rubén Darío

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,

está mudo el teclado de su clave sonoro,


y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.

Parlanchina, la dueña dice cosas banales,

y vestido de rojo piruetea el bufón.

La princesa no ríe, la princesa no siente;

la princesa persigue por el cielo de Oriente

la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,

o en el que ha detenido su carroza argentina

para ver de sus ojos la dulzura de luz?

¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,

o en el que es soberano de los claros diamantes,

o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa

quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,

tener alas ligeras, bajo el cielo volar;

ir al sol por la escala luminosa de un rayo,

saludar a los lirios con los versos de mayo

o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,

ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,

ni los cisnes unánimes en el lago de azur.


Y están tristes las flores por la flor de la corte,

los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,

de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!

Está presa en sus oros, está presa en sus tules,

en la jaula de mármol del palacio real;

el palacio soberbio que vigilan los guardas,

que custodian cien negros con sus cien alabardas,

un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!

(La princesa está triste. La princesa está pálida.)

¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!

¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,

(La princesa está pálida. La princesa está triste.)

más brillante que el alba, más hermoso que abril!

-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;

en caballo, con alas, hacia acá se encamina,

en el cinto la espada y en la mano el azor,

el feliz caballero que te adora sin verte,

y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,

a encenderte los labios con un beso de amor».


NOCTURNO

Delmira Agustini

Engarzado en la noche el lago de tu alma,

diríase una tela de cristal y de calma

tramada por las grandes arañas del desvelo.

Nata de agua lustral en vaso de alabastros;

espejo de pureza que abrillantas los astros

y reflejas la cima de la Vida en un cielo...

Yo soy el cisne errante de los sangrientos rastros,

voy manchando los lagos y remontando el vuelo.

CÓDIGO RETÓRICO DE VANGUARDIA

FUTURISMO:

CANCIÓN DEL AUTOMÓVIL (FRAGMENTO)

Filippo Marinetti

¡Dios vehemente de una raza de acero,

automóvil ebrio de espacio,

que piafas de angustia, con el freno en los dientes estridentes!

¡Oh formidable monstruo japonés de ojos de fragua,

nutrido de llamas y aceites minerales,

hambriento de horizontes y presas siderales

tu corazón se expande en su taf-taf diabólico

y tus recios pneumáticos se hinchen para las danzas

que bailen por las blancas carreteras del mundo!


Suelto, por fin, tus bridas metálicas.., ¡Te lanzas

con embriaguez el Infinito liberador!

Al estrépito del aullar de tu voz…

he aquí que el Sol poniente va Imitando

tu andar veloz, acelerando su palpitación

sanguinolento a ras del horizonte…

¡Míralo galopar al fondo de los bosques!...

¡Qué importa, hermoso Demonio!

SURREALISMO:

MUNDO EN UN BESO (FRAGMENTO)

André Bretón

Mundo en un beso

El músico con baquetas de avellano cosidas en las mangas

Apacigua a un enjambre de jóvenes monos-leones

Que descendieron con gran estrépito de la cornisa

Todo se vuelve opaco veo pasar la carroza de la noche

Arrastrada por los ajolotes de zapatos azules

Que penetra resplandeciente por la violencia que conduce a la tumba

Pavimentada de párpados con sus pestañas

La ley del talión utiliza un pueblo de estrellas

Y tú te matizas para mí de un negro rocío

Mientras los horribles bornes mentales

Se hienden en el sentido de la longitud

Dando paso a unos penachos

Que miran al lago próximo


Los barrotes del espectáculo están maravillosamente retorcidos

Un largo huso de aire atestigua sólo la huida del hombre

De madrugada entre la ilustre alfalfa

La hora

Sólo es lo que hacen sonar las piezas de oro de la bohemia

En las aspas de coriaria

Una amazona de pie sobre un caballo tordo anaranjado al galope…

CREACIONISMO, SURREALISMO:

TRILCE (FRAGMENTO)

César Vallejo

QUIÉN HACE TANTA bulla y ni deja

Testar las islas que van quedando.

Un poco más de consideración

en cuanto será tarde, temprano,

y se aquilatará mejor

el guano, la simple calabrina tesórea

que brinda sin querer,

en el insular corazón,

salobre alcatraz, a cada hialóidea

grupada.

Un poco más de consideración,

y el mantillo líquido, seis de la tarde

DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES.


Y la península párase

por la espalda, abozaleada, impertérrita

en la línea mortal del equilibrio.

CÓDIGO RETÓRICO INTELECTUALISTA-FILOSÓFICO

MUERTE SIN FIN (FRAGMENTO)

José Gorostiza

Lleno de mí, sitiado en mi epidermis

por un dios inasible que me ahoga,

mentido acaso

por su radiante atmósfera de luces

que oculta mi conciencia derramada,

mis alas rotas en esquirlas de aire,

mi torpe andar a tientas por el lodo;

lleno de mí —ahíto— me descubro

en la imagen atónita del agua,

que tan sólo es un tumbo inmarcesible,

un desplome de ángeles caídos

a la delicia intacta de su peso,

que nada tiene

sino la cara en blanco

hundida a medias, ya, como una risa agónica,

en las tenues holandas de la nube

y en los funestos cánticos del mar

—más resabio de sal o albor de cúmulo

que sola prisa de acosada espuma.


No obstante —oh paradoja— constreñida

por el rigor del vaso que la aclara,

el agua toma forma.

En él se asienta, ahonda y edifica,

cumple una edad amarga de silencios

y un reposo gentil de muerte niña,

sonriente, que desflora

un más allá de pájaros

en desbandada.

En la red de cristal que la estrangula,

allí, como en el agua de un espejo,

se reconoce;

atada allí, gota con gota,

marchito el tropo de espuma en la garganta

¡qué desnudez de agua tan intensa,

qué agua tan agua,

está en su orbe tornasol soñando,

cantando ya una sed de hielo justo!

¡Mas qué vaso —también— más providente

éste que así se hinche

como una estrella en grano,

que así, en heroica promisión, se enciende

como un seno habitado por la dicha,

y rinde así, puntual,

una rotunda flor

de transparencia al agua,
un ojo proyectil que cobra alturas

y una ventana a gritos luminosos

sobre esa libertad enardecida

que se agobia de cándidas prisiones!

CÓDIGO RETÓRICO COLOQUIAL

TÍA CHOFIS (FRAGMENTO)

Jaime Sabines

Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi,

pero esa tarde me fui al cine e hice el amor.

Yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta

con tus setenta años de virgen definitiva,

tendida sobre un catre, estúpidamente muerta.

Hiciste bien en morirte, tía Chofi,

porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso,

porque desde que murió abuelita, a quien te consagraste,

ya no tenías qué hacer y a leguas se miraba

que querías morirte y te aguantabas.

¡Hiciste bien!

Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos,

porque te quise a tu hora, en el lugar preciso,

y harto sé lo que fuiste, tan corriente, tan simple,

pero me he puesto a llorar como una niña porque te moriste.

¡Te siento tan desamparada,

tan sola, sin nadie que te ayude a pasar la esquina,

sin quien te dé un pan!


Me aflige pensar que estás bajo la tierra

tan fría de Berriozábal,

sola, sola, terriblemente sola,

como para morirse llorando.

Ya sé que es tonto eso, que estás muerta,

que más vale callar,

¿pero qué quieres que haga

si me conmueves más que el presentimiento de tu muerte?

Ah, jorobada, tía Chofi,

me gustaría que cantaras

o que contaras el cuento de tus enamorados.

Los campesinos que te enterraron sólo tenían

tragos y cigarros,

y yo no tengo más.

CÓDIGO POSMODERNO

KITSCH:

GÜERA MISS CLAIROL

Carla Fraesler

En la tienda, la caja ronronea,

libera el cuerpo aquello que le falta:

feromonas y rosa adrenalina,

sonrisas de sustancias incoloras.

Es el nuevo color en los cabellos,

obligados al rizo, sometidos al rayo,


lejos del lacio oscuro que señala

el emblema más pobre. La industriosa

bondad de lo exitoso, ese blanco

compacto en las mejillas, sobre aquellas

facciones de vencidos ahora alegres,

maquillado su miedo y su fracaso,

cuya imagen por fin ya palidece,

del espejo del mundo eliminada.

HIJA DEL PASTIZAL (GALACTIC VERSION)

Aníbal Cristobo

Una vez

quise ser la foto alfa de tu perfil, del

titanio

de alguna nube muerta en aquel cielo

curvo, tu mano calma al

comando de la nave. Algo

apuntó hacia el radar con el rozar

de un brazo, mío. Que

espejeaba el panel. Que llegaba

junto a los meteoritos, me dijiste, “perdiéndose

en esa noche eterna”. Dejé el


compartimiento, las cápsulas

de agua, tu sonrisa alienígena

de mártir del espacio. Seguí diciendo, nombrando

coordenadas

en el pasillo blanco, sola.-

PALIMPSESTO:

ANTI-HUMBOLDT

Hugo García Manríquez


PASTICHE:

CUANDO DIGO OCCIDENTE DIGO

Julián Herbert

Volveré (como la oscura

golondrina de Mac Arthur*)

a este parque de accidentes:

el boxeador platónico noqueado en el puño de su sombra,

la luz ensimismada en un puñado de cal

como un tiro ampuloso en la cabeza de un santo,

los puños de la camisa del desastre,

los empuñados miembros de guerreros tártaros que marchan en la herida

hacia la humilde Xanadú de la putrefacción;

la empuñadura del pensamiento aljofarada de calaveras,

el idioma flexible y grumoso como ángeles al dente,

apuñalados.

Cuando digo Occidente digo

atalaya del crepúsculo del cuervo,

margaritas eufóricas en un llano de hielo,

rosas como cavernas talladas en el roce de los labios;

digo otras flores, otros precipicios,

digo torpedos y digo Torquemadas,

y ojalá no fuera tan linealmente sintaxis

esta coreografía hipertextual,

estos inmarcesibles crisantemos de plástico

avivándonos como a yuppies (ordalía

del concepto,
liposucción de la frase: el último oro

es esta niebla).

Cuando digo Occidente digo

parque de accidentes

cual si la faz del sol a punto de ponerse

fuera un álbum de ventanas: estampitas.

Esta sopa de letras infinita:

yo hablo desde el Fin de los Tiempos.

Aburrido,

como hemos hecho siempre.

POP E IRONÍA:

TESTAMENTO DE CLARK KENT

Héctor Carreto

En la fiesta de disfraces no se rieron de mí,

sino de otro que ostentaba una s en el tórax.

Me disfracé de hombre común

y nadie, gracias al cielo, notó mi presencia.

***

No querido, no me importa si tienes que asistir a la marcha de maestros o encabezas la


huelga por la reforma energética o salvar al planeta de los vampiros multinacionales. Hoy
es el pastel de nuestro niño. Te quiero aquí, a las cinco en punto y sin disfraz.

Potrebbero piacerti anche