Autora:

Astrid Díaz Reyes

Twitter: https://twitter.com/adiazreyes

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Tema Monrrán: https://soundcloud.com/astriddiaz/monrran-theme

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SINOPSIS

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 En el reino de Monrrán, viven hermosas personas llenas de
sabiduría y bienestar, el mercado es el más visitado y activo

siempre, ricos en oro y diamantes, personas en carruajes a caballos

y los niños jugar en la calle, un reinado feliz y hermoso; al norte a lo

lejos, en el castillo viven dos príncipes, pero solo uno de ellos será

rey, nuestros dos príncipes se llaman Harry de Loz y Davián de Loz;

Harry será rey de Monrrán, un chico apuesto y atractivo, de ojos

negros enormes y gran luchador para su pueblo, Davián es también

atractivo y apuesto como su hermano, su diferencia es su cabello

rubio liso y su personalidad fría y sensata, Davián es todo lo

contrario a su hermano, él siempre ha tenido la ilusión de algún día

poder ser el rey de todo el reino, dominarlos y destruir a todo aquel

que no lo adore, pero no podrá ser así, se siente marginado y

envidia a su hermano, sus intenciones han sido descalificados, y las

personas no lo ve como un rey apropiado: siempre ha estado

enamorado de su mejor amiga, la princesa Zara del reino de Ram.

Fueron bautizados bajo el rey sol y sus dos hadas madrinas,

quienes han cuidado de ellos desde sus nacimientos, los protegen y

conceden deseos; sus padres son los más respetados e importantes

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para Monrrán, son caritativos y soberanos con el reinado de Ram,

donde vive una única y hermosa princesa, quien será reina de Ram,

ella es una chica hermosa, de ojos grises brillosos y su personalidad

es la más humilde y agradable dentro de los dos reinos, ella desea

encontrar su príncipe, pero su corazón no ha sido tocado por un

buen caballero que pueda enamorar su corazón.

A lo lejos del reino de Monrrán, van dos caballos color blanco

corriendo, mientras otros más de color gris van detrás de ellos, en

dirección al bosque rápidamente, se detienen frente a un enorme

ogro peludo, quien ha perdido el control y está lanzando piedras

hacia todos los guardias que están montados en sus caballos grises;

mientras en los caballos blancos están Harry y Davián, quienes

sacaron sus espadas para atacar al enorme ogro y poder alejarlo de

su reinado. Flechas y espadas, pero el ogro no se rinde y golpea el

piso con su dos enormes brazos, haciendo que temblara y los

hiciera caer a todos del caballo, arrancó un enorme árbol y trataba

de pegarles a Harry y Davián, pero ellos se agachaban y corrieron en

ambas direcciones, mientras los guardias bloqueaban al ogro y le

lanzaban flechas, Harry estaba viendo al ogro echarse hacia atrás y

miró a su hermano
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—!Sube al árbol! —Pidió Harry a su hermano.

—¡No lo haré!, no pienso mover un pie de aquí.

—¡Por favor, hermano!.

—¡NO! —Bramó furioso—¿Qué haré subiendo al pico de un árbol?,

moriré allá arriba.

—¡Lo haré yo! —Aseguró guardándose la espada—Cúbreme.

Escaló el árbol y Davián corrió rápidamente, colocándose detrás

de los guardias e indicándoles que se dividieran para atacarlo de

ambos lados, Harry estaba aún escalando, evitando que el ogro lo

viera, su plan era esperar que el ogro estuviera de espalda y saltarle

encima, Davián gritaba a sus guardias para atacar, pero eran

pateados con fuerzas hacia los árboles y estaban inconscientes,

escuchó más caballos llegar, quienes amarraron cuendas de las

flechas y apuntaron al ogro en los brazos, dos guardias no tuvieron

las fuerzas suficiente, el ogro se quitó una de las flechas, jaló con

fuerza la cuerda y lanzó a cinco hombres lejos del bosque, otros

intentaron atacarlo con antorchas, pero fueron derribados por una

enorme piedra.

Harry estaba en la punta del árbol, mientras veía a varios de sus

guardias inconscientes y otros luchar, buscó con la mirada a su

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hermano, pero no daba con su paradero, el ogro golpeó con fuerza

el suelo e hizo que Harry perdiera casi cayera del árbol.

—!AQUÍ ESTOY, OGRO ASQUEROSO! —Bramó sacando su espada y

alzando los brazos—¡AQUÍ ME TIENES!, ¡VOLTEA!.

El ogro volteó, intentó golpearlo, pero unas flechas llegaron a su

espalda y volteó bruscamente, dándole la oportunidad a Harry de

saltar a su cabeza, se sujetó con fuerza de ella, pero el ogro se

movía a muchas direcciones y no podía atacarlo; los guardias

lanzaban flechas y el ogro golpeaba el suelo con sus pies, las manos

se Harry se resbalaban, debía derribar al ogro, alzó su espada y se

la clavó en la cabeza, el ogro comenzó a perder el equilibrio, él

brincó hacia el árbol rápidamente, los guardias corrieron hacia

atrás, mientras el ogro caía de rodillas y finalmente caía de frente

levantando la tierra, los guardias gritaban de alegría, mientras Harry

baja cuidadosamente el árbol y era recibido con grande elogios por

parte de ellos.

—¡Felicidades, compañeros!—Admiró a sus guardias estrechándole

su mano—Eso fue excelente.

—Gracias, príncipe Harry—Agradeció el guardia mayor.

—¿Dónde está Davián?.

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—No lo sabemos, solo nos pidió que nos dispersáramos—Contestó

un guardia—Después de ahí, desapareció.

Un caballo blanco estaba atravesando el puente y llegando a las

puertas del castillo, los guardias saludaron y abrieron las puertas, el

castillo es blanco y tiene una fuente de agua en el pateo, el caballo

se detuvo frente a la puerta de la entrada del castillo, de él se

estaba bajando Davián, quien se quitó su casco, mientras subía las

escaleras y entraba al castillo; se quitó su traje de armadura y lo

dejó sobre la mesa, limpiando su traje blanco con botones dorados,

subió las escaleras en dirección a su habitación, cerró la puerta con

seguro y se lanzó en la cama mientras observaba el techo y la brisa

entraba por la ventana, varias cajas se cayeron de un lado y él volteó

su mirada rápidamente

—¡Hada madrina Jenny! —Dijo viéndola, llevaba un vestido azul

hermoso e igual ella era hermosa.

—Davián, ¡eres muy desordenado! —Gruñó levantando las cajas—

¿Harry y tú estaban en una aventura aburrida?.

—Aburrida es poco, enfrentándonos a un enorme ogro—Contestó

sin ánimos de conversar lo que sucedió—Quizá la princesa de Ram

lo ahuyento del lugar y se desvió hacia nuestro reinado.

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—¿Te divertiste?.

—No—Respondió furioso—Siempre que nos enfrentamos a cualquier

bestia, admiran a mi hermano y mi lucha no vale nada. Por eso

apenas pude escapé y dejé todo en manos de él y los guardias.

—Debiste quedarte y demostrar tu talento, no huir como un

cobarde.

Él la miró con desprecio.

—¿Huir cómo un cobarde? —Preguntó inclinando las cejas—¡Él será

rey de Monrrán!, ¡Yo nunca lo seré!. ¿Qué sentido tiene quedarme?,

¡Yo debería ser rey, no él!.

—Debes proteger a tu reino como primer hijo de los reyes de

Monrrán—Aclaró golpeándolo en la cabeza con su varita—Sabes

bien la ley de ambos reinos. El segundo hijo es quien tomará

posesión como rey.

Un caballo estaba llegando al castillo, Davián se levantó para ver

desde su balcón, era Harry quien había llegado y se estaba bajando

mientras se quitaba el cascó; entró y colocó su traje sobre la mesa,

su traje blanco también estaba sucio, más que el de su hermano,

subió rápidamente las escaleras de caracol en dirección a la

habitación de su hermano y entró abriendo la puerta con fuerza.

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—¿Por qué huiste?, debías ayudarme.

—¡No es mi deber hacerlo! —Contestó furioso—Ni tampoco seguir

tus órdenes.

—Somos del mismo reino, hermano—Le recordó—Debemos

proteger juntos a Monrrán.

—Tú serás rey, yo no.

—Pero somos hermanos y vivimos en el mismo castillo—Gruñó

molesto—¡No te entiendo!.

—¡Si algo le sucede a Monrrán, me sentiré pésimo!—Gritó

tomándolo del brazo con fuerza—Y si algo me sucede a mí, serás tú

el rey, pero debes estar preparado para todo esto. No es fácil la

palabra rey.

Hubo un silencio corto.

—Iré a Ram, a conversar con la princesa.

—Ve entonces.

El reino de Ram, es rico en tener frutas y dinero, al igual que

tienen muchos animales, perros, gastos, tucanes, aves; ratones y

ardillas, al igual que su gente espera pronto que su princesa sea

nombrada reina y representada ante el reinado de Monrrán; dentro

del castillo en la parte trasera, está sentada una pequeña chica de

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cabello negro, ojos grises brillosos y personalidad extravagante,

disfruta de la compañía de las ardillas y conejos que la rodean, ama

mucho a los animales; lleva en su brazo una cesta llena de maní y

zanahoria, y los estaba alimentando

—¿Tienen mucha hambre? —Preguntó sonriéndoles, mientras sacaba

más maní y zanahoria—Tomen, aquí tienen más.

—Princesa Zara—Dijo alguien detrás de ella

Los dos tenían enormes zapatos, enormes orejas y sus sombreros

de copa, la diferencia era que uno estaba vestido de color verde y el

otro de rojo.

—Su madre está buscándola—Dijo el segundo duende de ropa roja,

su nombre es Dawuan.

—Ella sabe que siempre estoy aquí con mis amigos.

—Le recordamos que su madre es olvidadiza—Se apresuró el

duende de ropa verde, su nombre es Xander.

—Lo sé—Replicó levantándose y aclarándose la garganta—“!Zara!,

ayúdame a tejer”, “!Oh, Zara!, ¿en dónde habré puesto el hilo?.

Los duendes se rieron.

—¿Será así cuándo sea nombrada reina de Ram?.

—Usted es quien nos cuidará—Contestaron los dos

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 Zara aplaudió y los duendes se inclinaron en símbolo de

agradecimiento, ella dejó de aplaudir pero unos aplausos seguían a

su lado, al voltear, era Harry quien estaba ahí parado sonriendo;

ellos se escondieron detrás de ella.

—¡Príncipe Harry!—Admiró sorprendida—¿Qué lo trae por aquí?.

—Supongo que habrá sabido que los ogros se están

descontrolando.

—Sí, también los dragones—Replicó sonriendo—Había alejado a los

ogros de aquí, pero no pensé que fueran en dirección a su reinado.

—Siempre lo hacen, princesa—Dijo riéndose, ella se sonrojó

apenada—Descuide, acabe con él. No molestará más a ningún reino.

—Espero cuando sea nombrada reina, pueda solucionar el problema

para ambos reinos.

—¿Cuándo será la celebración?.

—Mañana—Contestó—Envié al cartero a Monrrán, supongo que ya

habrán recibido las invitaciones.

—Aún no la tengo—Le dijo—Pero estoy seguro que la veré cuando

vuelva a casa.

Ella se rio.

—¿Cuándo serás rey de Monrrán?.

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—Dentro de tres días—Respondió viendo a los duendes—Espero y

puedan venir, aunque a mi hermano no le agrada la idea que yo sea

rey. Sé que él lo desea.

—Se hace tarde—Dijo viendo el cielo y lo miró—Espero ser invitada a

su nombramiento.

—Esté tranquila—Calmó dándose la vuelta y mirándola de nuevo—

Vine a asegurarme que Ram estaba bien. Hasta mañana, princesa.

Él entro al castillo en dirección a la salida del castillo, mientras

ella lo veía irse, los duendes se miraron y sonrieron.

—La princesa Zara está enamorada—Susurró Xander riéndose

—¡Oh no!, no piensen eso—Aclaró sonriendo y viéndolo alejarse—

Es….un príncipe encantador, pero él tiene a su princesa.

—Monrrán dicen que él no tiene princesa, ni siquiera Davián.

—Por favor, amigos, Harry será rey de Monrrán y yo de Ram—Dijo

agarrando su cesta y caminando al castillo—Debemos respetar

nuestra amistad.

De un lado a otro con desespero caminaba la reina Rosa, quien

exigía a sus guardias hacia donde irían las mesas para los

preparativos del día de mañana, Zara colocó la cesta en su lugar

mientras subía viendo de reojo como estaba de adornada la sala del

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castillo, ella caminó en silencio a su habitación y cerró la puerta, su

hada madrina estaba ahí, llevaba un vestido rojo.

—Hola, hada madrina Clara.

—No estás contenta de ser reina de Ram—Dijo viéndola—Lo veo en

tus ojos.

—Todo el reino lo desea y no puedo huir de esta obligación—Musitó

sentándose en la mecedora—Pero debo representar a mi reino.

—¿Quieres el deseo de borrar la memoria de todas las personas? —

Preguntó alzando su varita y se encendía.

—No, el termómetro de mi inocencia subiría y desaparecerías para

siempre—Contestó sonriendo levemente—No quiero perder a mi

hada madrina por un capricho.

—¿Ya eligieron al príncipe que bailará contigo?.

—No, aún yo no he elegido algún príncipe—Respondió y miró hacia

el balcón, donde se veía el castillo de Monrrán—Ese príncipe no es

capaz de fijarse en una princesa como yo. Debo buscar a mi

príncipe dentro de mi reino, no fuera de él.

—¿Por la ley de Ram?.

—Sí, por la ley que tenemos, hada madrina.

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 En el pueblo de Monrrán, las personas estaban emocionadas con

las invitaciones que les había llegado para la coronación de mañana

de la princesa de Ram, cada rincón estaba alegre también al saber

que dentro de tres días sería la coronación de Monrrán; en el castillo

estaba un revuelco, los reyes estaba molestos con la actitud de

Davián.

—¡Es totalmente inaceptable! —Gritó el rey Alain molesto—¿Por qué

no ayudaste a tu hermano?.

—¡Yo no seré rey! —Gruñó molesto y señaló a su hermano—¡Él sí!,

¡Él y únicamente él será rey de Monrrán!, él solo debería defender a

nuestro reino.

—Él será rey, hijo, pero tú eres su hermano—Regañó rápidamente la

reina Isabella.

—Por supuesto, Davián Alain de Loz Jam—Dijo en tono molesto y

viéndolos a los dos—El hermano imbécil de Harry Alexander de Loz

Jam. El que debe defenderlo y estar con él cuándo sucedan

acontecimientos extraños en Monrrán, pero la admiración siempre

es hacia él, no hacia mí.

—Eres un buen luchador para Monrrán, hermano.

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—¡Cállate! —Pidió molesto—No quiero conversar más. Hasta aquí

llego nuestra conversación de padres e hijos.

Davián subió las escaleras indignado, siempre los elogios eran

hacia su hermano y él no era apreciado, cerró con fuerza y seguro,

no quería saber más nada referente a Monrrán, ni mucho menos de

su hermano, pateo y lanzó al suelo muchas cosas que encontraba

frente a él, agarró una pequeña caja musical y la lanzó con fuerza

hacia la ventana, pero unas manos la atraparon con facilidad y bajó

lentamente hacia el suelo.

—No estés furioso, Davián—Pidió Jenny—Huiste ante el ogro,

debiste demostrar tu valentía y no tu cobardía si no querías recibir

un sermón.

—¡Cállate tú también! —Gruñó molesto pateando la silla—Harry

siempre recibe respeto y admiración, el hijo favorito de mis padres.

—¿Deseas algo? —Inquirió sonriendo mientras abría la caja

musical—Soy tu hada madrina, puedo hacerte feliz del modo en que

tú lo desees.

—Deseo ser rey de Monrrán.

—No puedo hacer ese deseo—Dijo con voz suave—Harry lo será.

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—Dijiste que puedes hacerme feliz del modo en que yo lo desee, y

eso es lo que deseo.

—No puedo—Insistió molesta—Él destino de Harry es ser rey, no

puedo alterar las cosas.

—Entonces, déjame en paz.

Se sentó molesto en el suelo y buscó entre las gavetas un

pergamino arrugado y viejo, siempre que estaba molesto lo leí,

debido a la historia que allí relataba, describía una pequeña leyenda

y un dibujo de una poción de color negro; su hada madrina se sentó

al lado en silencio, mientras él seguía leyendo la hoja, como si ella

no existiera o se hubiera ido.

—Hace muchos años atrás, un príncipe mató a otro príncipe, como

lo dice la leyenda de Monrrán—Explicó tomando de un lado el

pergamino—Utilizó la poción del odio, matándolo, y él solo fue rey;

como siempre lo había deseado. Solo un acto de amor reviviría a la

persona del mundo de los muertos.

—Papá y mamá siempre nos contaba la historia de los dos príncipe

de Monrrán, uno mató al otro, y solo él fue príncipe—Recordó sin

levantar su mirada del pergamino—La poción del odio se la

concedió su hada madrina.

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—Su hada madrina desapareció para siempre—Dijo finalmente—Su

termómetro de inocencia subió a malo y ella desapareció.

—Hazme feliz del modo en que yo lo desee—Replicó y señaló el

pergamino—Deseo una poción de odio.

Su hada madrina alzó su varita, tomó la mano de él y salió un

frasco pequeño, y dentro de ella estaba la poción negra del odio, la

tomó y observó, curvándose su sonrisa, la colocó sobre la mesa y

volteó hacia ella.

—Pensé que ya habías desaparecido.

—Tu termómetro de inocencia, no ha crecido—Dijo apareciendo

frente a él un termómetro, el mercurio estaba abajo, en la mitad de

él decía “bueno” y en la otra mitad decía “malo” —Hasta que no

crezca, no puedo irme.

—Quieres decir, ¿Qué puedes seguir concediéndome deseos? —

Inquirió, ella asintió—Perfecto, madrina Jenny.

Al día siguiente las personas de Monrrán se encontraban camino

al reinado de Ram, todo el castillo dentro estaba repleto de

muchísimas personas, esperando pronto que la princesa bajara con

su hermoso vestido y fuera coronada; personas bien vestidas y

muchos trajes de elegancia para esta mañana de alegría, los dos

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príncipes y los reyes iban en su carruaje, camino al castillo, se

bajaron y fueron recibidos con aplausos, en especial los reyes.

—Bienvenidos, reyes de Monrrán—Saludó la reina Patricia.

—Gracias por la bienvenida—Agradeció Isabella.

—¿La princesa Zara bajó? —Inquirió Harry.

—Se está preparando—Contestó el rey Eduardo.

Las personas estaban en la enorme sala del castillo esperando y

un silencio inundó todo, la princesa Zara venía en camino con su

vestido azul oscuro, llevaba un enorme lazo azul recogido con su

cabello, lágrimas de diferentes rostros de Ram caían, mientras ella

caminaba con paso lento, el vestido estaba pesado, pero ella

deseaba recibir la tiara pronto; Davián cautivaba su belleza,

mientras Harry solo la observada con firmeza, ella se paró frente a

su padre y se inclinó, para que su madre le colocará la corona y por

fin será reina de Ram.

Se acercaron las personas a saludar a su nueva reina y abandonar

el palacio, los últimos en saludarla, fueron los reyes de Monrrán.

—¡Felicidades, reina Zara! —Saludó el rey Alain

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—¡Muchísimas gracias, reyes de Monrrán—Agradeció sonriendo—

Daré lo mejor de mí como reina y responsable de mi reino. Espero y

Harry sea rey pronto.

—Lo será, reina Zara—Aclaró Davián sonriendo, ella lo miró de

reojo—Él cuidará de Monrrán y su gente.

—Es responsabilidad de todo rey.

—¿Quieres pasear fuera? —Preguntó extendiendo la mano, ella

asintió—No tardaremos.

Ambos caminaron fuera y se sentaron en las escaleras de la

entrada del palacio, mientras veían a las personas irse en sus

carruajes.

—Falta poco para que mi hermano sea rey, le deseo lo mejor.

—¿No estarás presente cuándo él sea nombrado?.

—Lo estaré por cortesía.

—¿Por qué cortesía?, ¿no te enorgullece ver a tu hermano ser rey?.

—Siempre he deseado ser yo rey de Monrrán—Espetó—Él no debería

serlo.

—¿Ya encontró a su princesa?.

—No, ni la conseguirá—Respondió y se acercó a ella—Pero yo sí.

Zara se echó hacia atrás y le mandó una cachetada.

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—¡No, Davián! —Gruñó molesta y levantándose—Yo no soy tu

princesa.

Zara se fue molesta, Davián inclinó las cejas, bajó rápidamente las

escaleras y se subió en su caballo blanco, yéndose lejos del reino.

En el castillo de Monrrán, los guardias habían salido en la noche

en busca del príncipe Davián, no había regresado y sus padres

estaban preocupados y desorientados, Harry no comprendía hacia

donde habría ido y porque razón desapareció, faltan tan solo dos

días para su nombramiento y su hermano desapareció de manera

misteriosa y extraña.

—¡Guardias! —Gritó la reina Isabella—Busquen en el bosque y el

reino de Ram, en algún lado debe estar.

—Sí, mi reina—Dijeron en coro.

—¡Vayan! —Obligó el rey Alain.

Los guardias salieron con sus caballos del castillo, Harry estaba

desde su balcón observando cómo se alejaban con sus antorchas en

las manos, se sentó y miró una pequeña foto que estaba en la repisa

de la mesa, ellos dos de pequeño sonriendo, bajó la fotografía y

alguien colocó su mano sobre el hombro de él.

—Davián aparecerá, Harry—Dijo una mujer.

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—¿Me lo prometes, hada madrina Raíza? —Preguntó viéndolas. Ella

llevaba un hermoso vestido color dorado.

—No lo prometo, pero te aseguro que volverá.

—¿Me podrías conceder el deseo de que vuelva a casa?.

—No lo puedo hacer—Replicó con voz baja—No puedo alterar el

destino.

—Tendré que dejarle mi reino a Davián, es lo que él desea.

—No lo hagas, Harry—Suplicó y su barita se encendió—Tu camino

está escrito. Él aparecerá, ya verás.

La mañana siguiente, Harry salió temprano camino al reinado de

Ram, las calles en silencio y solo su caballo andar, la última persona

que lo había visto fue la reina Zara, únicamente ella podía saber

dónde estaba él y porque razón desapareció.

Llegó a las puertas del palacio y los guardias lo dejaron pasar, la

reina Zara estaba afuera conversando con dos guardias que Harry

reconoció, se detuvo frente a ellos, sus guardias lo saludaron y él

caminó en dirección hacia ella.

—Supe la noticia de Davián—Dijo con tristeza—Lo siento, todo es

culpa mía.

—¿Por qué dices eso?.

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—Davián ayer intentó besarme y yo me opuse—Explicó suspirando—

Se fue molesto quien sabe a dónde y todo por culpa mía.

—¿No sientes amor por él?.

—No, nunca lo he sentido—Respondió bajando la mirada—Siento

amor por otra persona.

—Ustedes, vayan a descansar—Pidió a sus guardias, ellos asintieron

y se subieron a sus caballos—Vine a traerte la invitación de mi

nombramiento de mañana como rey de Monrrán. Espero y puedas

venir.

—Claro que iremos, Harry—Aseguró—¿Quieres entrar?, quedo pastel

de ayer.

Ambos estaban sentados afuera riendo, dándole de comer a los

conejos y ardillas, los duendes estaban ahí susurrando como la

reina Zara disfrutaba de la compañía del príncipe Harry, sus pasteles

se lo estaban dando a los animales, quienes disfrutaban del sabor

del pastel.

Ambos caminaron por el jardín conversando, pero la mente de

Harry se desviaba hacia otro mundo, su hermano Davián quien aún

no aparece, su mente pensaba que quizá le había sucedido algo y

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quien sabe cómo estará; él estaba en silencio escuchando a Zara

conversar, pero ella detestaba que solo la escucharan.

—Quiero que conversemos, no me gusta verte así, Harry.

—Gracias, pero mi hermano está en alguna parte y sin saber cómo

estará.

—No te preocupes, él está bien.

Zara sonrió

—Tienes razón, él está bien.

—Te lo dije—Aseguró acercándose y tocándole el corazón—Solo

confía en tu interior.

Él se inclinó y la besó suavemente, Zara quedo petrificada.

—!Oh!, lo siento—Se disculpó sonriendo—Siempre quise hacerlo.

Zara sonrió, estaba roja como un tomate.

De pronto se escucharon muchos gritos en las afueras del castillo,

ambos voltearon y corrieron; los guardias corrían hacia dentro,

mientras los ex reyes pedían ayuda, un enorme dragón estaba

afuera, era de color negro y estaba echando fuego al jardín, todo

estaba cubierto de llamas, Harry sacó su espada, corrió y se subió

en su caballo, mientras corría hacia el dragón, pero le lanzó fuego y

en ese momento apareció Zara con su escudo y bloqueó el fuego.

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 Los guardias venían en caballos, se bajaron rápidamente y se

dispersaron, mientras apuntaban y lanzaban flechas para derribar al

dragón, pero este les lanzó más fuego y pocos tuvieron suerte de

huir de las llamas, Harry y Zara iban en sus caballos en distintas

direcciones, golpeando al dragón con sus espadas; mientras los

guardias buscaban la manera de atraparlo con las flechas amarrados

con cuerdas y desmayarlo.

Harry cruzó rápidamente por debajo de la cola del dragón y se

lanzó sobre ella, balanceándose en el aire mientras su caballo

seguía hacia otra dirección, Zara por otro lado indicaba a sus

guardias que atacaran, apuntaron y lanzaron las flechas, pero el

dragón era fuerte y logró zafarse de varias cuerdas, lanzando a

diferentes direcciones a muchos guardias.

Zara detuvo su caballo, mientras los otros bloqueaban el fuego

con sus escudos, Harry seguía encima del dragón, tratando de

escalar, pero sus pies se resbalaban, de pronto una flecha llegó

directamente al corazón del dragón, rugiendo de dolor y derrota; los

guardias se acercaron más y apuntaron sus flechas, logrando

controlar al dragón que caía lentamente al suelo, Harry estaba en el

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estómago de él y clavó su espada, haciendo que cayera

definitivamente.

—¿Cómo ha entrado un dragón aquí? —Preguntó Zara preocupada—

Es totalmente extraño.

—El pueblo de Ram debe estar descontrolado.

—¡Guardias! —Gritó ella—Vayan al pueblo, debe haber problemas.

—Iré a alertar a Monrrán de lo que sucedió—Aseguró guardándose

la espada—Cuídate mucho.

De regreso a Monrrán, Harry cruzó por el pueblo de Ram, todo

estaba destruido, decidió al llegar al castillo pedirle a sus guardias

ayuda urgente al pueblo, nadie entendía como esa criatura pudo

entrar al reinado, únicamente estaban en las afueras del bosque y

no se atrevían nunca a pisar tierra humana.

Al subir las puertas del castillo, la puerta de la habitación de su

madre estaba abierta y estaban dos guardias, corrió rápidamente y

entró, su padre estaba ahí en silencio, pero su madre estaba

acostada con los ojos cerrados, estaba pálida y dormida.

—¿Qué ha sucedido? —Inquirió preocupado Harry.

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—Tu madre se desmayó al saber que Ram estaba en peligro y tú

estabas allá—Explicó viéndolo—Davián tampoco aparece por ningún

lado.

—Esto es extraño, un dragón entrar al reinao de Ram y mi hermano

desaparecido—Dedujo rápidamente—Creo que tendré que cancelar

mi coronación.

—¡No se cancelará nada! —Gruñó su padre levantándose de golpe—

Sin tu hermano, igual serás rey de Monrrán. Ayudaremos a Ram,

puedes estar tranquilo.

Ha amanecido en ambos reinos, hoy será la coronación de Harry,

está ansioso y feliz, aunque los nervios lo atacan a cada segundo,

cuidará bien de su reinado y protegerá a su gente, sea de quien sea,

en su habitación está vistiéndole la servicio doméstico, su traje es

color negro con bordes dorados, zapatos patentes y sus guantes

blancos, todo un príncipe que será rey dentro de poco, lo único que

faltaría para él sería su princesa.

Por otro lado, nadie sabía aún del paradero de Davián, temían

que algo grave le hubiera pasado, sin su hermano presente se sentía

desanimado; el castillo estaba repleto de personas de los dos

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reinos, todos presente para la coronación, Zara había ido con un

hermoso vestido color verde, Harry desde su habitación estaba

viéndose frente al espejo, mientras lo vestían y peinaban, la puerta

se abrió y era su madre, quien llevaba un hermoso vestido rosado.

—Esta noche será la coronación—Expresó juntando ambas manos—

Espero y no estés nervioso.

—No lo estoy, solo preocupado por Davián.

—Los guardias siguen en su búsqueda, hijo—Aclaró sonriendo—Él

aparecerá, más hoy que es la coronación de su hermano.

—Eso espero—Espetó suspirando—¿Hay mucha gente abajo?

—Sí—Confirmó—Todos esperan por ti. Quieren saludar al príncipe

antes de que sea rey.

Harry bajó y saludó a todas las personas presentes de ambos

reinados, los guardias que volvían, le informaron que seguían sin

encontrar el paradero de Davián y él les pidió que continuarán

buscando, mientras continuaba saludando buscaba con la mirada a

Zara, quien aún no estaba y no veía por ningún lado.

Se sentó al lado de su padre, frente a él estaba una pequeña

almohada morada y su corona dorada, se sentía feliz de pronto usar

la corona y ser rey, miraba a ambas direcciones, esperando ver a su

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hermano y a Zara; entre la multitud logró ver a su hada madrina, se

asustó al verla ahí, ella lo llamó y él la siguió hasta su habitación,

donde ella estaba parada con mucho misterio y preocupación.

—¿Qué sucede? —Le preguntó él.

—Después de tu coronación, debes evitar a todas las personas

presentes—Dijo en voz baja—Debes evitar comer o beber lo que te

ofrezcan.

—¿Por qué me dices eso?.

—¡Haz lo que te digo! —Ordenó y bajó su mirada—Tienes escarcha

negra en tus manos

Él se quitó sus guantes y efectivamente estaban manchadas de

escarchas. Pasó sus manos sobre el pantalón, pero no lograba

quitárselas.

—¿No puedo quitármela?.

—No, solo tú y yo podemos verla—Musitó y lo miró con lágrimas en

los ojos—No quiero dejar de ver tu cara.

—¿Qué significa todo esto?.

—No es buena señal que aparezcan escarchas en tus manos—

Explicó y lo miró—Es….la muerte.

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 Su cara estaba pálida y un frío recorrió su cuerpo, él caminó hasta

la puerta, le dio un último vistazo a su hada madrina y asintió, como

señal de que haría caso a lo que ella pidió, una señal que ella le

estaba dando para que se cuidara y no sabía él la razón, pero haría

caso.

La noche había llegado, los guardias subieron a la torre del reloj,

para dar señal cuando fuera el nombramiento de rey, todas las

personas estaban presentes, excepto Davián y Zara, era extraño que

ella tampoco estuviera hoy, era la persona importante para él en

este día y no había señales de ella; la puerta de la entrada al salón

grande estaba cerrada, de pronto las trompetas comenzaron a sonar

y las puertas se abrieron, él entró en paso lento, mientras tus

padres estaban ahí parados, viéndolo venir para entregarle su

corona por fin.

Llegó y se paró frente a sus padres, su padre caminó con paso

lento hacia él y sonrío, él se inclinó, mientras su padre le colocaba la

corona, las trompetas volvieron a sonar y él se levantó, una viva de

aplausos estalló dentro del lugar, lágrimas caían y gritos de

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felicidad, observando a quien sería su nuevo rey, quien los

representaría y defendería de todo mal.

La fiesta había comenzado, ninguna persona de ambos reinados

quería irse en esta gran noche de rey, Harry saludó a las personas,

algunos le ofrecieron bebidas y comidas, pero recordó que su hada

madrina le advirtió no recibir nada de nadie y salir corriendo de ahí

lo más pronto posible, evitando ser alcanzado por algún mal; en una

oportunidad se quitó los guantes, pero sus manos seguían

manchadas, cruzó rápidamente hacia las escaleras para subir y sus

pies se detuvieron al ver lo que estaba ahí parado observándolo.

Davián estaba ahí parado, pero estaba extrañamente vestido,

llevaba el mismo color de traje que Harry, únicamente ese traje lo

usa él que será nombrado rey, estaba bien peinado también, llevaba

colgada su espada y estaba sonriendo, sus padres venían bajando

las escaleras y la ex reina Isabella rompió en lágrimas.

—¡Hijo mío! —Expresó abrazándolo—¡Estás de vuelta!.

—¿Dónde has estado? —Inquirió el ex rey Alain.

—A lo lejos del bosque—Contestó—Entrenando, para ser un gran

defensor de mí reino.

Harry inclinó las cejas y caminó rápidamente hacia él.

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—¿Fuiste tú? —Preguntó molesto.

—¿Yo qué?.

—¡Enviaste el dragón a atacar a Ram!.

—¿De qué hablas? —Preguntó sin entender—Apenas me estoy

enterando por ti que Ram fue atacado por un dragón. Quizá no

escuchaste bien, dije claramente a lo lejos del bosque, no en el

bosque.

—Disculpa.

—Descuida, sé lo alterado que debes sentirte al ser rey—Dijo

acercándose y abrazándolo—Pero descuida hermano…todo acabará

hoy.

Harry sonrió.

—Te tengo tu regalo, lo compré hace días—Confesó sonriendo—

Vamos a subir.

Ambos hermanos subieron en silencio, y entraron a la habitación

de Davián, buscó en su gaveta y encontró una caja de regalo color

verde, y se la entregó; Harry la tomó y la abrió, estaba un reloj

dorado de bolsillo, lo tocó y era de oro.

—¡Es hermoso! —Expresó observándolo—¿Cuándo te costó?.

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—¡Oh no, no, no!, eso no se pregunta—Dijo riéndose y sacó de su

bolsillo un frasco pequeño, dentro estaba un jugo color negro—

Derroté a un ogro y logré obtener un poco de su sangre. La probé y

sabe realmente asqueroso.

—¡Que repugnante se ve!.

—Lo sé—Afirmó y le ofreció—¿Quieres….probar?, verás que

es….muy asqueroso, hermano.

Harry sonrió, tomó el frasco y lo examinó, estaba observándolo

detalladamente y alzó su mirada.

—No puedo.

—¿Por qué no?.

—Realmente no puedo.

—¿No vas a probar ni siquiera un sorbo?, me hubiera gustado tu

opinión.

Harry suspiró, sonrió y tomó el juego, Davián sonrió levemente,

los dos estaban ahí parados, viéndose uno al otro en silencio.

—Sabe……muy mal—Confesó riéndose, Davián estaba de brazos

cruzando viéndolo—¿Qué sucede?.

—Hermano….¿Te acuerdas de aquella historia que nos contaron

nuestros padres…sobre la poción del odio?

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—Nunca le presté atención a esa historia, no me gustaba—Contestó

y lo miró—¿Por qué me lo….?

Harry abrió enormemente los ojos, su corazón comenzó a latir

rápidamente, sentía que le faltaba le respiración y su estómago

estaba echando chispa por dentro, soltó el reloj y cayó al suelo

tosiendo, colocándose en posición fetal mientras el sudor recorría

su cara; Davián estaba ahí parado sonriendo y observándolo,

mientras Harry se arrastraba por el suelo de dolor y desespero.

—Qué lástima que no le prestarás atención a la historia, no hubieras

sido tan terco y haber tomado de la poción que de ti—Musitó

riéndose, Harry alzó su mirada, su labios estaban resecos y tenía

enormes ojeras—Es muy triste que Monrrán tenga que reemplazar a

su nuevo rey.

Harry tocia y tomó de la ropa a su hermano, quien lo observa sin

compasión.

—Her……her…….hermano……—Balbuceó sin aire suficiente—

¿Qué……..qué…….qué hiciste….?.

—Lo que siempre debí haberte hecho—Contestó con voz suave y se

agachó—Eliminarte….ex rey de Monrrán.

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 Davián salió de su habitación y cerró rápidamente la puerta,

Harry gritaba de dolor y desesperación, miró hacia el balcón y se fue

arrastrando poco a poco, quería llegar y pedir ayuda, sentía que su

mirada estaba borrosa y su cuerpo no se podía mover más; el aire

frío tocaba su cara y llegó al balcón, se sujetó de los barrotes y los

soltó, ya era tarde para él, la poción lo había matado.

Abajo seguía la fiesta, Davián venía corriendo desde el fondo del

pasillo, estaba llorando y desesperado, atravesó a las personas que

no lo dejaban pasar, algunos se dieron cuenta de su cara llena de

lágrimas, cruzó rápidamente al salón grande y tropezó con el pie de

alguien; él se quedó ahí parado llorando, los guardias corrieron a

ayudarlo y las personas estaban ahí observándolo que aún lloraba

con dolor y tristeza.

—¿Qué sucedió, hijo? —Preguntó el ex rey Alain viéndolo.

—Harry, papá—Contestó llorando—¡Está muerto, padre!, ¡ESTÁ

MUERTO!.

Las personas hicieron eco, su madre se llevó rápidamente la

mano a la boca mientras sus lágrimas caían, mientras su padre

estaba boquiabierto.

—¿Cómo lo sabes?.

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—¡Subimos a darle mi regalo de bienvenida como rey, y de pronto

se comenzó a sentir mal y se desmayó!—Explicó secándose las

lágrimas—Me acerqué y su corazón no latía. Está muerto, papá.

Los reyes salieron corriendo rápidamente, junto a los guardias e

igual Davián, las personas intentaron subir, pero los guardias no los

dejaban pasar, sus padres corrieron a la habitación y entraron, la ex

reina Isabella gritó y rompió a llorar, mientras su padre corría hacia

su hijo ya muerto, mientras lloraba y gritaba a los guardias que

trajeran un paramédico.

Las personas seguían abajo, no querían irse sin antes saber lo

que le había pasado a su nuevo rey, las puertas del cuarto estaban

cerradas, de pronto se abrió y salió el médico, quien tenía cara de

tristeza e indignación.

—Sufrió un ataque al corazón—Musitó sin ánimos—No sé las causas

exactas, pero sufrió mucho por lo que examiné en su cara.

La ex reina lloró sobre su esposo.

—Tendremos que elegir a un nuevo rey—Espetó su padre y miró a

Davián—Serás tú, hijo.

—Estoy preparado, padre.

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—Díganle a todos la noticia de lo que sucedió y quien será su nuevo

rey—Pidió a sus guardias—No podemos dejar a Monrrán sin rey.

—Hay algo más, ex rey Alain—Apresuró el médico y sacó de su

bolsillo el frasco—¿Esto les parece conocido?.

Davián abrió enorme los ojos y tragó saliva.

—No, jamás en mi vida había visto eso—Contestó su madre

secándose las lágrimas.

—¡Ay! —Gritó Davián, quien caía al suelo y se llevaba la mano al

estómago—¡Me duele horrible!.

—¡Hijo!, ¿Qué tienes? —Preguntó su padre preocupado.

—Descuiden, yo me encargó—Pidió sonriendo—Necesito que bajen

por favor.

Los dos reyes bajaron, el médico le tocó la barriga y él le tomó

rápidamente la mano.

—Yo maté a mi hermano—Susurró viéndolo, el medicó levantó

lentamente la mirada—Devuélvame el frasco….ahora.

—No lo haré, rey Davián.

—¡Es una orden!.

—No serviré sus órdenes.

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 Davián inclinó las cejas, lo agarró por la camisa y lo arrastró hacia

un cuarto, y le clavó la espada, lo empujó dentro y cerró con seguro;

limpió su espada y se la guardó, entró a su habitación y se colocó la

corona, se miró frente al espejo y sonrió, se agachó para arreglarse

el pantalón y su hada madrina estaba detrás de él, su mirada estaba

perdida y gris.

—Hada madrina—Saludó sonriendo—¿Viniste a ver mi coronación?.

—A despedirme, Davián—Explicó con voz baja y sonó su barita,

frente a él estaba un termómetro—Tu inocencia creció y ya no

puedo estar más a tu lado. Debo irme para siempre.

—Está bien, hada madrina—Le tranquilizó—Después de todo, mi

sueño de ser rey por fin se cumplió.

—Volveré cuando todo termine—Dijo—Adiós.

La mañana siguiente estaba lloviendo y todas las personas

estaban en el jardín despidiéndose de su ex rey Harry, Davián

estaba ahí parando llorando, pero su felicidad de ser rey no la podía

simular, desde lo lejos venía entrando Zara con su caballo, se bajó

rápidamente y se acercó a los ex reyes, dándoles un caluroso

abrazo, caminó hasta donde Davián pero no lo quiso abrazar, solo

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le sonrió y continuó su camino hacia la urna de Harry, estaba al aire

libre y su traje era azul, ella lo observó mientras sus lágrimas caían

en el rostro de él.

De pronto los ojos de Harry se abrieron lentamente, ella se echó

hacia atrás asustada y él se levantó lentamente, las personas

presentes se echaron hacia atrás sorprendidos, de ver a su ex rey

quien estaba muerto levantándose; Davián dejó de llorar y estaba

viendo también a su hermano levantarse, sus padres estaban

boquiabiertos y miró en dirección hacia su hermano.

—¡TÚ! —Señaló y sacó su espada—¡INTENTASTE MATARME!.

Todos voltearon, Davián inclinó las cejas.

—¡NO SÉ DE QUE HABLAS!.

—¡ASESINO! —Bramó una mujer a lo lejos

—¡NUESTRO REY ES HARRY, QUIEN FUE ELEGIDO COMO CUNA DE

NACIMIENTO—Gritó un hombre a lo lejos—¡NO USTED!,

¡DEVUÉLVALE LA CORONA!.

Todos gritaban molestos y furiosos, Davián los miraba con odio y

desprecio.

—SOY EL NUEVO REY DE MONRRÁN.

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—¡Fuiste tú quien envió al dragón a atacar a mi reinado! —Señaló

Zara molesta—¡NO ERES REY DE MONRRÁN!, ¡HARRY ES EL REY!.

—¡DEVUÉLVEME MI CORONA! —Gruñó y alzó la espada—¡AHORA.!

Davián sacó su espada y corrió hacia el castillo, todos corrieron en

direcciones diferentes y Harry corrió detrás de su hermano; Davián

cruzó rápidamente hacia el tejado del castillo, mientras Harry iba

detrás de él corriendo, abrió la puerta y ambos estaban en el tejado.

Davián corrió para atacarlo y Harry bloqueó su golpe, las espadas

estaban sonando, Harry esquivó su golpe y le clavó en el brazo de

su hermano la espada y la sacó rápidamente; lo empujó hacia el

borde del castillo, mientras ambos luchaban, de pronto los ojos de

Davián se desviaron al ver a su hada madrina, pero tenía los labios

negros, estaba sonriendo y le dijo decía “Te dije que volvería al

terminar todo”, alzó su mano y sonrió “Vámonos a casa”; su cara se

llenó de lágrimas, Harry lo golpeó en la cara y clavó su espada en el

estómago de su hermano, empujándolo y haciendo que cayera

frente a la fuente, donde todo había acabado y terminado.

Harry bajó en silencio y se quedó en el medio parado al ver la

multitud de personas que estaban rodeando las afueras del palacio,

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el sol había salido y los aves cantar, a lo lejos estaba Zara, ella

corrió llorando hacia él y lo abrazó, los guardias se inclinaron como

símbolo de respeto e igual las personas, quienes estaban felices de

tener a su rey de vuelta.

—¿Qué sucedió? —Inquirió viendo a Zara y todas las personas—

Pensé…que había muerto.

—Todos pensamos eso por un momento, hijo—Replicó su padre

sonriendo.

—Pero estás aquí, con nosotros—Admiró su madre feliz.

—Solo un verdadero acto de amor, podía revivirte del mundo de los

muertos—Explicó su hada madrina, él solo podía verla—Estoy feliz

de ti, mi rey de Monrrán.

Él sonrió, alzó a Zara y la besó, mientras todos aplaudían del

espléndido acto de valentía y amor que había demostrado desde

entonces el rey Harry como protector y luchador para su reinado,

todo había terminado, su hermano había sido vencido y su reinado

está a salvo, dos príncipes que habían tenido rivalidad desde un

principio, pero como lo dice claramente la historia y el destino, no

se pueden alterar; el odio no gana y nunca ganará, el acto de amor

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de Zara hacia él lo revivió del mundo de los muertos y él como rey

quedará para Monrrán, así lo decidió el destino.

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