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Una iluminación inadecuada en el trabajo puede originar fatiga ocular, cansancio, dolor de
cabeza, estrés y accidentes. El trabajo con poca luz daña la vista. También cambios
bruscos de luz pueden ser peligrosos, pues ciegan temporalmente, mientras el ojo se
adapta a la nueva iluminación. El grado de seguridad y confort con el que se ejecuta el
trabajo o tarea depende de la capacidad visual y ésta depende, a su vez, de la cantidad y
calidad de la iluminación. Un ambiente bien iluminado no es solamente aquel que tiene
suficiente cantidad de luz, sino aquel que tiene la cantidad de luz adecuada a la actividad
que allí se realiza.
Hay unos niveles de iluminación recomendados para cada habitación, estancia o espacio
que guarda relación con las actividades que desarrollamos. Estos parámetros se denominan
“nivel luminoso” y su unidad de medida es el “lux”.
En el primer caso estarían las zonas de paso (pasillos, vestíbulos, etc.) o los locales poco
utilizados (almacenes, cuartos de maquinaria…) con iluminancias entre 50 y 200 lx. En el
segundo caso tenemos las zonas de trabajo y otros locales de uso frecuente con
luminancias entre 200 y 1000 lx. Por último están los lugares donde son necesarios niveles
de iluminación muy elevados (más de 1000 lx) porque se realizan tareas visuales con un
grado elevado de detalle que se puede conseguir con iluminación local.
Estancias:
• Cocina: Iluminación general 300 lux y en la zona de cortar y de preparado 500-600.
• Baño: Iluminación general 200 lux, para maquillarse o afeitarse: 300-500.
• Dormitorio: Iluminación general 100-200 lux y 500 si se lee.
• Cuarto de los niños: Iluminación general 200-300 lux, 500-750 donde hagan trabajos
manuales.
• Sala de estar: Iluminación general 100 lux, para ver la tele 50-70 y para leer 500.
• Escaleras: Iluminación general mínimo 100 lux.
Zonas comunes:
Igualmente es importante tener en cuenta que la temperatura de color y sobre todo el índice
de reproducción cromática (Ra o Cri) cobran especial importancia aquí, y puede ser
recomendable variarlo en función del tipo de producto a iluminar, para destacar o realzar
sus atributos.
Los centros docentes tienen unos requisitos específicos de iluminación, entre otras cosas
por el tipo de actividades que en ellos se realizan. Une deficiente iluminación de las
instalaciones d eun centro docente, y en especial de las aulas y espacios destinados a
impartir clases, aprendizaje y estudio, puede ocasioanr fatiga visual, lesiones en la vista e
incluso podría ser causa del incremento del índice de fracaso escolar por bajop rendimiento
de los alumnos.
Una iluminación inadecuada en el trabajo puede originar fatiga ocular, cansancio, dolor de
cabeza, estrés y accidentes. El trabajo con poca luz daña la vista. El grado de seguridad
con el que se ejecuta el trabajo depende de la capacidad visual y ésta depende, a su vez,
de la cantidad y calidad de la iluminación. Un ambiente bien iluminado no es solamente
aquel que tiene suficiente cantidad de luz.
Para conseguir un buen nivel de confort visual se debe conseguir un equilibrio entre la
cantidad, la calidad y la estabilidad de la luz, de tal forma que se consiga una ausencia de
reflejos y de parpadeo, uniformidad en la iluminación, ausencia de excesivos contrastes,
etc. Todo ello, en función tanto de las exigencias visuales del trabajo como de las
características personales de cada persona. Una iluminación incorrecta puede ser causa,
además, de posturas inadecuadas que generan a la larga alteraciones músculo-
esqueléticas.