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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUÍZ GALLO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA PROFESIONAL ACADÉMICO DERECHO

CURSO: Psicología

DOCENTE: Cotrina Cruzado

AUTORES:

 CALDERON BARRIOS, Wuilson Nicolas


 MEJIA MENDO,
 PEZANTEZ HERRERA, Juan Francisco
 SANCHEZ CUBAS, César Miler

1° “A”
Lambayeque, Junio del 2018
BASES PSICOLÓGICAS DEL DELITO

“La acción delincuente no procede en el vacío, sino dentro de campos


situacionales que posibilitan su aparición. Los procesos por los cuales se forman
las acciones sociales son los mismos, ya sea que se trate de actos de
delincuentes o de no delincuentes. No hay una separación absoluta en cuanto
a sus vías de formación, pues tanto en un caso como en otro hay siempre: una
situación concreta; un agente; hábitos adquiridos. La acción delincuente, en ese
aspecto, es una respuesta “normal” a una situación determinada“(Sutherland).

􀂴 Presencia de situaciones personales que, al estar presentes, incrementan la


probabilidad de desarrollar problemas emociones, conductuales o de salud.

􀂴 Estas situaciones promueven la ocurrencia de desajustes adaptativos que


dificultarían el logro del desarrollo esperando de ser capaz de contribuir y
participar activamente en la sociedad.

􀂴 Los factores de riesgo pueden influir de modo directo o indirecto en el


desarrollo de conductas problemáticas. Es decir; pueden actuar de
modo próximo o distante en el tiempo.

PSICOANALISIS: SIGMUND FREUD


Delincuente por culpabilidad, actos cometidos por que se hallaban prohibidos y
porque a su ejecución se enlazaba, para su autor, un alivio psíquico, a través de
la satisfacción que le ocasiona la necesidad de Autocastigo, experimentada
inconscientemente.
ENFOQUE NEOPSICOANALITICO: ALFRED ADLER
El delito tiene relación con un sentimiento de superioridad, donde el delincuente
cree que la víctima es inferior y que nunca será descubierto por sus conductas
antisociales
ESTRUCTURA PSICOLÓGICA ANORMAL
FIJACIÓN: Detención del desarrollo mental y/o emocional que se manifiesta a
través de frustraciones, marcado por la no solución de un deseo. Desde el punto
de vista psicoanalítico una frustración es la detención en una etapa psicosexual
del desarrollo, puede ser en un recuerdo o en un sentimiento hacia una persona

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o cosa, por lo tanto se considera que la baja tolerancia a la frustración influye en
la comisión de un delito, ya que puede ser que ante el recuerdo de una situación
frustrante que le ocasione un conflicto a la persona, cometa un delito tratando de
evitar ese sentimiento de insatisfacción, de frustración y de conflicto.
AISLAMIENTO: Sentimientos de retiro, de separación, que favorecen conductas
asociales.
DISOCIACIÓN: Desaparición de conexiones, es la alteración en las funciones
integradas de la conciencia: identidad, memoria y percepción.
INADAPTACIÓN: Comportamiento en el cual la persona no consigue integrarse
al medio en el que vive, son los conflictos del individuo con el medio.
PASIVIDAD: Falta de interés, de acción, desmotivación y oposición del individuo
dentro de su entorno.
AUTODESTRUCCIÓN: Sentimiento de inferioridad, originado por una baja
autoestima, los sentimientos que uno tiene acerca de sí mismo son de
vulnerabilidad emocional, de inferioridad, manifestándose a través de
automutilaciones, autoagresiones, por lo que se considera desencadenante en
la comisión del delito, donde el individuo culpa a la sociedad de haberle
ocasionado algún daño, generando sentimientos de vergüenza manifestándolos
a través de auto agresividad y heteroagresividad.
ESTERILIDAD: Sentimientos de vacío, de aburrimiento e impotencia.
DESEQUILIBRIO: Inestabilidad emocional, que se manifiesta a través de los
impulsos que son reacciones espontáneas no aprendidas, remodelados por la
experiencia para satisfacer necesidades individuales específicas como son:
hambre, sed, oxigeno, pulsión sexual y evitación del dolor. Considerándose que
el inadecuado control de impulsos influye en la comisión de delitos, toda vez que
el individuo actúa sin pensar en las consecuencias de sus actos, actuando
espontáneamente para satisfacer una necesidad.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD
a. un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que
se presenta desde la edad de 15 años:

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1. fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al
comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son
motivo detención.
2. deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a
otros para obtener un beneficio personal o por placer.
3. impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
4. irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones.
5. despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
6. irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un
trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
7. falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del
haber dañado, maltratado o robado a otros.
b. el sujeto tiene al menos 18 años.
c. existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de
15 años.
TRASTORNO PARANOIDE DE LA PERSONALIDAD
a. desconfianza y suspicacia general desde el inicio de la edad adulta, de forma
que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas.
1. sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos,
les van a hacer daño o les van a engañar.
2. preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad ola fidelidad de los
amigos y socios.
3. reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información
que compartan vaya a ser utilizada en su contra.
4. en las observaciones o los hechos más inocentes vislumbra significados
ocultos que son degradantes o amenazadores.
5. alberga rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvida los insultos,
injurias o desprecios.
6. percibe ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para
los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar.
7. sospecha repetida e injustificadamente que su cónyuge o su pareja le es infiel.
Antecedentes familiares
Primer institución socializadora e influye en el buen o mal desarrollo y
comportamiento del individuo. Es importante la estructura familiar para el

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desarrollo de conductas antisociales, especialmente cuando son uniparentales y
extensas, causadas por divorcio, madre solterismo, muerte de uno de los padres
y en el caso de las familias extensa, por uniones sucesivas o simultaneas. El
contexto familiar puede ser un factor de riesgo cuando en la familia
principalmente de crianza, existe:
􀂴 Hogar conflictivo y/o violento. Abuso físico, psicológico y/o sexual.
􀂴Farmacodependencia.
􀂴 Antecedentes familiares de conducta antisocial.
􀂴 Prácticas parentales inadecuadas e inconsistentes. Sean estas permisivas o
Autoritarias. La investigación comprueba que el control coercitivo está
relacionado con conductas hostiles, interacciones agresivas con pares y
Comportamiento disruptivo de los niños. (Patterson, 1982; Dishion, 1990).
􀂴 Pobreza y hacinamiento. Es una condición que favorece comportamientos
desajustados en los modelos, bajos niveles educativos, poco conocimiento
sobre desarrollo infantil, insuficiencia de ingresos que obliga a la ausencia
de cuidadores.
Comportamiento difícil en la infancia:
􀂴 Tr. Déficit de atención e hiperactividad:
Desatención, Hiperactividad, Impulsividad.

􀂴 Tr. Negativista desafiante:


Desobedece, discute, desafía, acusa, rencoroso, vengativo, molesta.

􀂴 Tr. Disocial:
Agresion a personas y animales, destrucción de la propiedad, robo, violaciones
graves de normas, agresividad temprana en el niño han sido asociados al
desarrollo de comportamiento delictivo posterior.

Después de hablar sobre las bases psicológicas del delito, es menester dar un
concepto del mismo, lo cual comenzamos diciendo esto:

EL CONCEPTO DE DELITO

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La primera tarea a la que se enfrenta la Teoría General del Delito es la de
dar un concepto de delito que contenga todas las características comunes que
debe tener un hecho para ser considerado como delito y ser sancionado, en
consecuencia, con una pena. Para ello se debe partir del Derecho penal positivo.
Todo intento de definir el delito al margen del Derecho penal vigente es situarse
fuera del ámbito de lo jurídico, para hacer filosofía, religión o moral.
Desde el punto de vista jurídico, delito es toda conducta que el legislador
sanciona con una pena. Esto es una consecuencia del principio de legalidad,
conocido por el aforismo latino nullum crimen sine lege, que rige el moderno
Derecho penal y concretamente el español —arts. 1 y 2 del Código penal y 25,1
de la Constitución—, que impide considerar como delito toda conducta que no
haya sido previamente determinada por una ley penal.

El concepto de delito como conducta castigada por la ley con una pena
es, sin embargo, un concepto puramente formal que nada dice sobre los
elementos que debe tener esa conducta para ser castigada con una pena. El
Código penal español de 1995 dice en su art. 10 que «Son delitos o faltas las
acciones y omisiones dolosas o imprudentes penadas por la ley». Ciertamente
no es una defi nición puramente formal, ya que en ella se destaca que las
acciones y omisiones penadas por la ley (concepto formal) deben ser «dolosas
o imprudentes», lo que implica ya unas valoraciones materiales que van más allá
de lo puramente formal. Pero, para afirmar la existencia de un delito y poder
imponer una pena no basta con que haya una acción u omisión dolosa o
imprudente penada por la ley. Estas características son sólo una parte de las
características comunes a todos los delitos. Corresponde al jurista, a la Ciencia
del Derecho penal y más exactamente a la Dogmática jurídico-penal, elaborar
ese concepto de delito en el que estén presentes las características generales
comunes a todos los delitos en particular. Para ello hay que partir de lo que el
Derecho penal positivo considera como delito; no sólo de la defi nición general
del mismo contenida en el Código penal, sino de todos los preceptos legales que
se refieren al delito, deduciendo las características generales comunes a
todo delito (concepto dogmático de delito).

ELEMENTOS Y ESTRUCTURA DEL CONCEPTO DE DELITO

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Tras un minucioso análisis del Derecho penal positivo, la Dogmática
jurídico-penal ha llegado a la conclusión de que el concepto de delito responde
a una doble perspectiva que, por un lado, se presenta a) como un juicio de
desvalor que recae sobre la conducta; y, por otro, b) como un juicio de desvalor
que se hace sobre el autor de ese hecho. Al primer juicio de desvalor se le llama
ilicitud o antijuricidad. Al segundo, culpabilidad o responsabilidad. Antijuricidad
es la desaprobación del acto; mientras que la culpabilidad es la atribución de
dicho acto a su autor para hacerle responsable del mismo.

En estas dos grandes categorías, antijuricidad y culpabilidad, se han ido


distribuyendo luego los diversos componentes o elementos del delito. En la
primera se incluyen la conducta, sea por acción u omisión, los medios y formas
en que se realiza, sus objetos y sujetos y la relación causal y psicológica con el
resultado. En la segunda se encuentran las facultades psíquicas del autor (la
llamada imputabilidad o capacidad de culpabilidad), el conocimiento por parte
del autor del carácter prohibido de su acción u omisión y la exigibilidad de un
comportamiento distinto.

Ambas categorías tienen también una vertiente negativa; así, por ejemplo,
la existencia de una fuerza física irresistible excluye la conducta (acción u
omisión); la absoluta imprevisibilidad elimina la relación psicológica con el
resultado; las causas de justificación (por ejemplo: la legítima defensa) autorizan
la comisión del hecho prohibido; la falta de facultades psíquicas en el autor (por
ejemplo: el trastorno mental) excluye la imputabilidad, etc. Esta distinción
sistemática tiene también un valor práctico importante. Para imponer, por
ejemplo, una medida de seguridad o corrección (internar en un centro
psiquiátrico a una persona con trastornos mentales que ha cometido un hecho
considerado delito) es suficiente con la comisión del hecho antijurídico, aunque
su autor no sea culpable del mismo; para imponer una pena es, sin embargo,
necesario, además de que el hecho sea antijurídico, que el autor que lo ha
cometido sea culpable del mismo.

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No hay culpabilidad sin antijuricidad, aunque sí hay antijuricidad sin
culpabilidad. Normalmente la presencia de un hecho antijurídico es el límite
mínimo de cualquier reacción jurídico-penal. Así, por ejemplo, la legítima defensa
presupone una agresión antijurídica, aunque el autor de la agresión no sea
culpable. Sin embargo, frente a un acto lícito, y por tanto no antijurídico, no cabe
legítima defensa. Igualmente la participación a título de inductor o de cómplice
en el hecho cometido por otro sólo es punible cuando este hecho es por lo menos
antijurídico, aunque su autor no sea culpable; por ejemplo, quien induce a un
menor de 14 años de edad a cometer un delito responde por inducción, aunque
el menor de edad no sea responsable o culpable del hecho cometido, por no
tener la edad que requiere la responsabilidad penal. Pero no todo hecho
antijurídico realizado por un autor culpable es un delito. De toda la gama de
conductas antijurídicas que se cometen, el legislador ha seleccionado una parte
de ellas, normalmente las más graves e intolerables, y las ha conminado con una
pena por medio de su descripción en la ley penal. A este proceso de selección
en la ley de las conductas que el legislador quiere sancionar penalmente se le
llama tipicidad. La tipicidad es, pues, la adecuación de un hecho cometido a la
descripción que de ese hecho se hace en la ley penal. La tipicidad es una
consecuencia del principio de legalidad, ya que sólo por medio de la descripción
de las conductas prohibidas en tipos penales se cumple el principio nullum
crimen sine lege, al que ya antes aludíamos como el principio vinculante para el
concepto jurídico formal de delito; pero también del principio de intervención
mínima, por cuanto generalmente sólo se tipifi can los ataques verdaderamente
graves a los bienes jurídicos más importantes.

La tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad, cuyo contenido acabamos


someramente de describir, son las características comunes a todo hecho
delictivo. El punto de partida es siempre la tipicidad, pues sólo a conducta típica,
es decir, la descrita en el tipo legal, puede servir de base a posteriores
valoraciones. Sigue después la indagación sobre la antijuricidad del hecho, es
decir, la comprobación de si la conducta típica cometida fue realizada o no
conforme a Derecho. Una conducta típica (por ejemplo, A mata a B) puede no
ser antijurídica si existe una causa de justificación que la permita (por ejemplo,

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A mata a B en legítima defensa). Una vez comprobado que la conducta es típica
y antijurídica hay que ver si el autor es o no culpable, es decir, si posee
las condiciones mínimas indispensables para atribuirle ese hecho (por ejemplo,
si está sano mentalmente o si conoce y comprende la antijuricidad del hecho).

Normalmente, con la constatación positiva de estos elementos, tipicidad,


antijuricidad y culpabilidad, se puede decir que existe un delito y su autor puede
ser sancionado con la pena asignada por la ley en cada caso concreto. En
algunos supuestos se exige, sin embargo, para poder califi car un hecho como
punible la presencia de algunos elementos adicionales que no pertenecen ni a
la tipicidad, ni a la antijuricidad, ni a la culpabilidad. Así, por ejemplo, para
sancionar algunos delitos que afectan a la intimidad, al honor o a las relaciones
familiares, se exige la presentación de una denuncia o una querella de la parte
ofendida, y si no se cumple este requisito el delito en cuestión no puede ser
perseguido de ofi cio, por más que constituya un delito (es decir, un hecho típico,
antijurídico y culpable) de injurias o de incumplimiento de determinadas
obligaciones familiares (pago de alimentos). Igualmente existen determinados
óbices procesales, como por ejemplo la prescripción, que impide que un hecho
típico, antijurídico o culpable (por ejemplo, un hurto) pueda ser castigado si ha
pasado un tiempo desde que se cometió sin que haya sido perseguido. Estos
elementos, denominados requisitos de penalidad o punibilidad o también
condiciones objetivas de penalidad o perseguibilidad, condicionan la pena y son,
por tanto, presupuestos de la misma. Se considera, por ello, que
configuran también un elemento autónomo de la Teoría General del Delito al que
se llama penalidad o punibilidad, aunque a diferencia de los anteriores es un
elemento que sólo se plantea en algunos casos concretos. Después de todo lo
dicho hasta ahora, podemos defi nir al delito como la conducta (acción u omisión)
típica, antijurídica, culpable y punible. Esta definición tiene carácter secuencial,
es decir, el peso de la imputación va aumentando a medida que se pasa de una
categoría a otra (de la tipicidad a la antijuricidad, de la antijuricidad a la
culpabilidad, etc.), teniendo, por tanto, que tratarse en cada categoría los
problemas que son propios de la misma. Si del examen de los hechos resulta,
por ejemplo, que la acción u omisión no es típica, ya no habrá que plantearse si
es antijurídica, y mucho menos si es culpable o punible.

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FACTORES CAUSALES DE LA CONDUCTA DELICTIVA

CONDUCTA DELICTIVA

La Psicología trata de averiguar, de conocer qué es lo que induce a un sujeto a


delinquir, qué significado tiene esa conducta para él, por qué la idea de castigo
no lo atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales. Un análisis
completo y exhaustivo del hombre delincuente requiere de por sí un trabajo
interdisciplinario, un trabajo que permita la exposición del hábitat de los
individuos: de su familia, de su cultura con sus diferentes aspectos

CONCEPTO: Es una conducta que transgrede las normas de la sociedad a la


que ese individuo pertenece. Causada por la acción humana, entendida como
cualquier hecho que viole las reglas sociales o vaya contra los demás, es decir,
el comportamiento que produce un delito, entendido este como toda conducta
humana externa, culpable, penalmente antijurídica y punible, cuando encaja en
las descripciones del tipo legal y tiene señalada, en el Código Penal, una pena
grave o menos grave.

Abarca un amplio rango de actos y actividades que infringen reglas y


expectativas sociales. Muchas de ellas reflejan acciones contra el entorno,
personas y propiedades. Definición de conducta antisocial: Cualquier acción que
viole las reglas y expectativas sociales o vaya contra los demás, con
independencia de su gravedad.

TIPOS CONDUCTA ANTISOCIAL

EL CRIMINAL NATO: La teoría Lombrosiana del criminal nato se resume de la


siguiente forma: Se preocupa por el comportamiento humano sobre todo por el
comportamiento criminal, Trato con enfermos mentales y elaboró una serie de
notas de las que extrajo entre otras cuestiones, las características de distintos
tipos de delincuentes. Psicología Jurídica

CARACTERISTICAS:

 Menor capacidad craneana


 Mayor diámetro zigomático
 Gran capacidad orbitaria

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 Escaso desarrollo de las partes anteriores y frontales
 Contrastando con el gran desarrollo facial y maxilar (pragmático)
 La insensibilidad moral y la falta de remordimientos
 La imprevisión en grado portentoso
 Una gran impulsividad Psicología Jurídica

DELINCUENTE LOCO MORAL: La descripción que Lombroso da de este loco


moral son las siguientes:

 Es su escasez en los manicomios, y su gran frecuencia en las cárceles y


en los prostíbulos.
 Son sujetos de peso de igual o mayor a la normal
 El cráneo tiene una capacidad igual o superior a la normal, y en general
no tiene diferencia con los cráneos normales.
 En algunos casos se han encontrado los caracteres comunes del hombre
criminal (mandíbula voluminosa, asimetría facial, etc.
 La sensibilidad psíquico- moral es, por lo tanto una sublimación de la
sensibilidad general.

DELINCUENTE EPILECTICO: Este tipo de homicidas tiene reacciones


violentísimas, en la que después de haber cometido el delito quedan tranquilos
y sin aparentes remordimientos, dice que sienten vértigos en la cabeza, que les
gira o da vueltas. Ahora Lombroso encuentra una tercera forma de criminalidad,
y hace la analogía del epiléptico, con el criminal nato, llegando así a la tercera
tipicidad. Algunas características son: Amor a los animales, sonambulismos,
masturbaciones, homosexualismo, depravación, doble personalidad para
escribir, Tendencia al suicidio.

DELINCUENTE LOCO PLAZO: El alcohol es un excitante que paraliza,


narcotiza, los sentimientos más nobles, y transforma aún el cerebro más sano.
HISTÉRICO Su carácter es muy cambiante lo que los hace coléricos, feroces,
fáciles a simpatías, y antipatías súbitas irracionales. MATTOIDE “matto” significa
loco y “matoide” quizás, entonces vendría ser el sujeto que no está loco, pero
parece.

Características

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Edad entre 20 y 30 años, afectividad exagerada, suicidio o tentativa de este
inmediatamente después del delito, son los únicos que dan el máximo de
enmienda, Confesión: al contrario de los delincuentes comunes, no oculta el
propio delito, lo confiesan a la autoridad judicial como para calmar el dolor y el
remordimiento.

DELINCUENTES PASIONALES: El delincuente pasional siempre es inmediato,


y la pasión que lo mueve es una pasión noble, distinguiéndose de las bajas
pasiones que impulsan a los delincuentes comunes. Clasifica a los delincuentes
por pasión en tres tipos: Duelo, infanticidio, pasión política.

FACTORES DE LA CONDUCTA DELICITIVA

1) FACTORES ENDÓGENOS: La importancia de los fenómenos de la


herencia en la génesis, es evidente que una herencia morbosa, viene a
desarrollar en el individuo particulares anomalías psíquico – físicas o tendencias
que ejercerán sobre el influencia para cometer hechos delictuosos. En todos los
factores endógenos se notará que el actor principal es el cerebro; el encéfalo es
la parte más importante de nuestro cuerpo, es la parte es la parte más compleja
del sistema nervioso, controla el cuerpo, los actos, las sensaciones y las
palabras, recibe información de todas partes del cuerpo, las procesa y envía
mensajes a los músculos para entrar en acción. Todo el cerebro esta
comunicado de tal forma para controlar el comportamiento.

ANOMALÍA ANATÓMICAS: Las anomalías anatómicas especialmente en el


encéfalo presentan fenómenos de la predisposición constitucional de la
delincuencia ya que es la sede de los fenómenos psíquicos, provocando
disfunción hormonal, capaces de influir sobre la misma función del cerebro.

TRAUMAS: Es sabido que también los traumas, especialmente los


craneoencefálicos, pueden dar lugar a perturbaciones psíquicas más o menos
graves y hasta a verdaderas psicopatías agudas o crónicas especialmente
cuando se acompañan de lesiones anatómicas y funcionales de los elementos
nerviosos, por eso se debe ser muy prudente en la utilización de fórceps y
durante el parto, claro está que en aquellos individuos de constitución
delincuencial el trauma viene a actuar como un elemento secundario
desencadenante.

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2) FACTORES EXÓGENOS: En la etapa de la niñez se va formando el
carácter y temperamento, cada niño es diferente, la receptividad y la forma de
reaccionar serán diferentes en cada uno, habrá muchos menores en que el
menor estimulo basta para su descontrol completo, otros resisten sin
descontrolarse a estímulos de consideración, pero teniendo en cuanta que el
cerebro del niño se encuentra en estado evolutivo, a pesar de que pudiera tener
un factor herencia magnifico, es necesario separarlo de malos elementos que
pueden dejar huella en su cerebro no desarrollado.

3) SOCIALIZACIÓN Y ACULTURACIÓN: La socialización es el proceso


por el cual el individuo se convierte en miembro de un grupo social: una familia,
comunidad, tribu, etc. Aquí se presenta el aprendizaje de aptitudes y creencias,
costumbres y valores, expectativas y roles del grupo social. Si este sentido de
pertenencia a un grupo social, existirá en el sujeto inseguridad frente al entorno
en que se desenvuelve, si no existen roles ni expectativas, no tendrá una
identidad definida por lo que le inclinará a acciones delictivas, con el fin de buscar
una identidad imagen

CONDICIONES CONGÉNITAS: SÍNDROME FETAL ALCOHÓLICO

Estudios realizados por Ann Streissguth: encuentran que el 6.2% de los


adolescentes y adultos que muestran niveles significativos de conducta mal
adaptativa nacieron bajo condiciones de Síndrome Fetal Alcohólico. Esta
conducta evidenciada incluye impulsividad, falta de consideración con los
demás, mentir, engañar, robar, y adicción al alcohol o drogas. También
mostraron dificultad de vivir independientes a los padres, pobre juicio social y
dificultades en conducta sexual, soledad y depresión. No obstante, aunque
siempre se ha pensado que el alcoholismo de la madre es lo que más afecta,
también se han comenzado estudios sobre el papel del alcoholismo en el padre.

Estudios realizados por Theodore Cícero: encuentran que los hijos de hombres
alcohólicos tienden a mostrar problemas de conducta y problemas en las
destrezas intelectuales. Cicero sugiere que esto está directamente relacionado
con el efecto del alcohol sobre los espermatozoides o las gónadas. Cicero dice
que los hijos varones de padres alcohólicos tienden a dar pobres ejecuciones en
los "tests" de aprendizaje y destrezas espaciales. También demuestran tener

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niveles más bajos de testosterona y beta-endorfinas. Las hijas (hembras)
muestran niveles hormonales alterados en hormonas relacionadas a tensión
reaccionando de forma distinta a situaciones de estrés a las féminas que no
tienen el factor de padres alcohólicos.

EL EFECTO DE GOLPES-TRAUMAS Y ALTERACIONES DEL LÓBULO


FRONTAL

Alan Rosembaum: realizó un estudio en los que descubre que los traumas
cerebrales anteceden cambios de conducta predisponiendo hacia un incremento
en violencia. Muchas de estas lesiones fueron adquiridas en la infancia tanto bajo
juegos como en accidentes o producto de maltrato infantil. Su estudio fue
realizado con 53 hombres que golpeaban a sus esposas, 45 hombres no-
violentos y felizmente casados, y 32 hombres no-violentos pero infelizmente
casados. 50% de los agresores habían sufrido alguna lesión en la cabeza previa
a sus patrones de violencia doméstica.

De otra parte, Antonio Damasio: sugiere que daños al lóbulo frontal a nivel
de la corteza cerebral puede evitar que la persona pueda formarse evaluaciones
de valor positivo o negativo al crear imágenes y representaciones sobre los
resultados, repercusiones y consecuencias futuras de acciones al presente
creando las bases de ciertas conductas sociopáticas.

EFECTOS NUTRICIONALES

Katherine y Kenneth Rowe: estudiaron grupos de niños diagnosticados


con hiperactividad. Los padres les daban alimentos con colorantes como parte
de sus dietas regulares. El estudio consistió en una dieta con el colorante
Amarillo y placebos para el grupo control. El reporte de los padres y
observadores fue que se manifestó un incremento en conductas de llanto
frecuente, rabietas, irritabilidad, inquietud, dificultad de conciliar el sueño,
pérdida de control, y expresiones de infelicidad. Muchas de estas conductas son
precisamente las que les crean problemas de ajuste escolar limitando su
aprendizaje e integración a las reglas del salón de clases.

EFECTOS GENETICOS

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Estudios como los desarrollados en instituciones mentales por JACOBS
et al (1965), PRICE et al (1966) o SHAW y ROTH (1974), mostraron que la
característica física más notable en los hombres con alteración cromosómica
XYY, consistía en que eran extremadamente altos comparados con los otros
pacientes. Además tenían un buen desarrollo genital y tendencia a un leve acné,
así como una apariencia de inferioridad intelectual. Pero ni estos estudios, ni
otros posteriores como el de WITKIN et al (1976), encontraron ningún dato fiable
que relacionara esta alteración cromosómica con comportamientos agresivos y/o
delincuentes.

PERFILES CRIMINALES

Siguiendo a Garrido (2006), el perfil criminológico puede definirse como


una estimación acerca de las características biográficas y del estilo de vida del
responsable de una serie de crímenes graves y que aún no se ha identificado.

El objetivo de este perfil es delimitar las características del presunto


culpable para disminuir el rango de posibles culpables y ayudar a la policía
focalizando y restringiendo las posibilidades de investigación, posibilitándoles el
centrarse en los blancos realistas. Este punto es muy importante, ya que cuando
se tratan de crímenes violentos o seriales, la alarma social y las posibilidades de
que se vuelvan a repetir los hechos, hacen necesaria actuar con rapidez y
detener cuanto antes al asesino.

No obstante, el perfil tiene sus limitaciones, no es una ciencia exacta, está


basada en el análisis de la huella psicológica que el asesino deja en sus
crímenes y en datos estadísticos recolectado de otros casos y de los datos
teóricos aportados por la psicología y la criminología. Estamos por tanto
hablando de probabilidades.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PERFIL CRIMINAL

LA PSICOLOGÍA EN EL CRIMEN

El uso de la psicología para combatir y estudiar el crimen debe estar relacionado


desde el inicio mismo de ésta, sin embargo, ha sido relativamente reciente en el
tiempo la intención de algunos expertos de elaborar una metodología más o
menos sistemática que nos ayude a capturar a criminales usando las

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aportaciones que la psicología nos brinda. Esta metodología ha estado basada
principalmente en la creación, desarrollo y uso de técnicas clasificatorias y de
etiquetajes del delincuente criminal, teniendo inicialmente como principal objetivo
la captura del criminal. El acopio de datos ha posibilitado un estudio más en
profundidad, que ha dado lugar a diversas teorías psicológicas del crimen,
teorías que tratan de explicar el hecho criminal al igual que hace con cualquier
patología mental. El desarrollo de técnicas terapéuticas y de rehabilitación del
crimen está en un estadio muy precoz:

• 1888. Gran Bretaña. El Dr. George B. Philips diseña el método “modelo-herida”,


basado en la relación que existe entre las heridas que sufre la víctima y su
agresor. En función de las características de éstas, se podría diseñar un perfil
del delincuente.

• 1870. Italia. Lombroso es considerado el padre de la criminología. Estudia


desde el punto de vista evolutivo y antropológico prisioneros, dando lugar a una
clasificación de delincuentes que tienen en cuenta características físicas:

1. Criminal Nato: Ofensores primitivos caracterizados por un proceso de


degeneración evolutiva que podían ser descrito por determinadas
características físicas.
2. Delincuente demente: Ofensores que padecen patologías mentales
acompañadas o no de físicas.
3. Criminaloides: Serían los que no pertenecen a ninguno de los dos grupos
anteriores pero determinadas circunstancias les han llevado a delinquir.

Las anteriores aportaciones tienen un fuerte componente biologicistas y


fueron siendo abandonadas por la poca utilidad que ofrecía, así como por sus
carencias científicas. Posteriormente y junto con el desarrollo que la psicología
iba atesorando, las teorías dejaron a un lado las características físicas para
detectar a criminales y empezaron a usar características psicológicas.

Una de sus mayores aportaciones fue la del término de “asesino en serie”,


que veremos más adelante y su clasificación de asesinos en serie.

1. Asesinos en serie Organizados: Muestran cierta lógica en lo que hacen, no


sufren trastornos mentales que puedan explicar en parte lo que hace, planifican

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sus asesinatos, son premeditados y nada espontáneos, suelen tener inteligencia
normal o superior, eligen a sus víctimas y las personaliza para que exista una
relación entre él y su presa.

2. Asesinos en serie no Organizados: Sus actos no usan la lógica, suelen


presentar trastornos mentales que se relacionan con sus aberrantes actos, tales
como la esquizofrenia paranoide. No selecciona ni elige a sus víctimas, ya que
sus impulsos de matar le dominan tanto que improvisa, actúa espontáneamente
y con una mayor carga de violencia y saña sin ningún mensaje. Su deterioro
mental hace también que no se ocupe de la escena del crimen ni haga nada
especial para no ser detenido. No quiere relacionarse con su víctima, solo
destruirla.

CAUSAS DE LA CONDUCTA DELICTIVA

Existen muchas causas para la conducta humana en toda su diversidad,


y lo mismo aplica específicamente a la conducta criminal. El incremento de la
violencia a nivel global, así como de los delitos y actos criminales, recibe ya
atención prioritaria. Es así como la Convención Anual de Psiquiatría, APA
(American Psiquiatric Association), realizada en Pensilvania en el 2002 estudió
la relación de los trastornos mentales con la violencia y la conducta agresiva.
Otras profesiones, gobiernos, países y organizaciones, como la Organización
Mundial de la Salud se han visto obligados a atender urgentemente el fenómeno
dado su amenazante y constante incremento. En Puerto Rico, ya desde el 1983
se había celebrado el Primer Congreso sobre la Criminalidad en el Colegio de
Abogados auspiciado por el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). En este
ensayo quiero resumir estudios e identificar variables de causa- etiología- desde
las perspectivas biológicas, sociológicas y psicológicas. NO pretendo ser
exhaustiva proveyendo profundidad de análisis sino limitarme a identificar en un
solo ensayo algunas de las principales variables asociadas con la conducta
criminal.

1. CAUSAS BIOLÓGICAS

Estamos en un momento histórico crucial donde la nueva tecnología


investigativa habrá de ayudar a entender mejor - con evidencia clara y
contundente- el verdadero espectro de posibilidades en variables de índole

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biológica, orgánica, congénitas o heredadas (Tome por ejemplo el Proyecto del
Genoma Humano).

No creo que la biología pueda darnos la explicación total a la conducta


criminal, pero igualmente creo que es obligatorio que todo profesional del campo
de las Ciencias Sociales se actualice en estos nuevos descubrimientos e
hipótesis, por cuanto es objetivo y competente reconocer aquellas condiciones
fisiológicas, neurológicas, cromosómicas y anatómicas que puedan determinar
algunos de los muchos casos de conducta criminal.

La gran cantidad de estudios para explicar la criminalidad en la


perspectiva biológica no es un evento, moda o patrón nuevo. No obstante, hoy
día las investigaciones giran explorando nuevas, o más específicas, variables
que incluyen una variedad enorme de factores físicos tales como los niveles
alterados de serotonina (perspectiva bioquímica; desbalances químicos),
alteraciones en el lóbulo frontal, ADD (desorden de déficit de atención), niveles
altos de testosterona combinados con niveles bajos de serotonina, niveles bajos
de colesterol, el efecto en general de los andrógenos, el efecto de diversas
drogas auto-inducidas (ingeridas), los efectos de las dietas (enfoque nutricional),
alteraciones por cobre y zinc, el efecto de traumas y accidentes, el efecto de
traumas en guerras o eventos de estrés en desastres naturales (síndrome post-
traumático), el efecto de la contaminación ambiental y las toxinas, hiperactividad,
problemas cognitivos, el efecto del tabaquismo en la madre sobre los hijos/ as,
efecto del ácido úrico, la predisposición genética, y la relación entre estados
emocionales alterados (depresión y ansiedad) y la conducta criminal, entre
muchos otros.

1.1 efectos de medicamentos-drogas

Medicamentos legalmente recetados por médicos como parte de tratamiento a


condiciones como epilepsia pueden tener efectos negativos aumentando la
irritabilidad, la actividad y el desajuste emocional. Tal es el caso de medicinas
como Mysoline que es recetada como anticonvulsivo.

2. CAUSAS HORMONALES

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Ante el hecho obvio de que el hombre tiende a mostrarse más agresivo
que las mujeres, las hormonas masculinas - la testosterona- ha sido objeto de
estudio en la conducta violenta. James Dabbs estudió 4,4462 sujetos masculinos
encontrando una alta incidencia y correlación entre delincuencia, abuso de
drogas tendencias hacia los excesos y riesgos en aquellos que tenían niveles
más altos de lo normal y aceptable en la testosterona. En las cárceles encontró
que aquellos convictos de crímenes más violentos fueron los que más altos
niveles de testosterona reportaron. También encontró en los estudios de saliva
de 692 convictos por crímenes sexuales que estos tenían el nivel más alto entre
todos.

2.1 alteraciones en conducta por hiperactividad orgánica

Rachel Gittelman sostiene que varones hiperactivos muestran una


tendencia alta de riesgo a entrar en conducta antisocial en la adolescencia. Esta
tendencia es cuatro veces mayor a la de jóvenes que no son hiperactivos, y
parecen tener historiales de más incidentes de arrestos, robos en la escuela,
expulsión, felonías, etc. 25% de los participantes en el estudio habían sido
institucionalizados por conducta antisocial.

2.2 daño cerebral

Estudios demuestran que daños cerebrales son la regla entre asesinos y


no la excepción. Pamela Blake estudió 31 asesinos con ayuda de la tecnología
médica de los EEG's, MIR's y CT SCANS y con pruebas psiconeurológicas.
Estos habían sido acusados de ser miembros de gangas, o violadores, ladrones,
asesinos seriales, asesinos en masa, y dos habían asesinado hijos. En 20 de
estos casos se pudo establecer diagnósticos neurológicos claros. Cinco casos
demostraron efectos de síndrome fetal alcohólico, nueve mostraron retardo
mental, un caso tenía perlesía cerebral, uno más caso tenía hipotiroidismo; un
caso tenía psicosis leve, otro más tenía nicroadenoma en la pituitaria con
acromegalia y retardo mental fronterizo y otro tenía hidrocefalia; tres mostraron
epilepsia; tres, lesiones cerebrales y dos, demencia inducida por alcohol.
Algunos mostraron combinaciones. 64.5% mostraron anormalidades en el lóbulo
frontal y 29% parecían tener defectos en lóbulo temporal. 19 sujetos mostraron

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atrofia o cambios en la material blanca del cerebro. El 83.8% de los sujetos
mostró abuso en sus infancias, y 32.3% había sido abusado sexualmente.

3. CAUSAS AMBIENTALES

Es de reciente interés el estudio del efecto de diversas fuentes de


toxicidad sobre la humanidad. Un estudio formal sobre el efecto del plomo indica
que produce alteraciones en la conducta hacia la violencia y la conducta
antisocial. En este estudio, Herbert Needleman 212 varones de escuela pública
en Pittsburgh, entre las edades de 7-11, fueron evaluados en cuanto a la
concentración de plomo en sus huesos mediante pruebas de rayos X's
fluorescentes. El plomo es acumulado a través de los años por diversas fuentes
que incluyen la exposición a pinturas, y se observó que con el pasar de los años,
según aumentaba la cantidad acumulada de plomo aumentaban los reportes de
agresividad, delincuencia, quejas somáticas, depresión, ansiedad, problemas
sociales, déficit de atención entre otras. Aunque los autores creen que hay
factores del ambiente social que contribuyen a estas conductas, enfatizan en la
importancia de prevenir la toxicidad cerebral por plomo.

4. CAUSAS MENTALES

Diversos estudios confirman que la presencia de trastornos de salud


mental incrementa la conducta violenta y antisocial. Estudios en Dinamarca
identificaron en 324,401 personas que aquellos que tenían historial de
hospitalizaciones psiquiátricas tenían más probabilidad de ser convictos por
ofensas criminales (tanto en hombres como en mujeres) en una proporción de
3-11 veces más que aquellos que no tenían historial psiquiátrico. La
esquizofrenia, específicamente, aumenta la probabilidad en 8% en hombres y en
6.5 en mujeres. El desorden de personalidad antisocial aumenta la probabilidad
en 10% en hombres y 50 en mujeres de conducta homicida. Estudios en EU
demuestran que el 80% de los convictos cumpliendo cárcel tienen historial
psiquiátrico, con historial de abuso de sustancias y conducta antisocial
dependiente.

5. CAUSAS GENETICAS Y HEREDITARIAS

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Una teoría muy difundida, a la vez que limitada y contestada, es la que
intentó hallar la causa de la predisposición genética al delito en la alteración
cromosómica. Cada ser humano contiene 23 pares de cromosomas. Un par son
los cromosomas

Sexuales, que determinan las características sexuales de los individuos.


La pareja normal de cromosomas complementarios es en la mujer XX y en el
hombre XY. En un número muy reducido de casos se encuentran hombres cuya
combinación de cromosomas Sexuales es XYY (lo que se conoce como
síndrome de Klinefelter). Lo que estas investigaciones intentaron demostrar, sin
conseguirlo, es que todos los hombres con esta alteración cromosómica tenían
una predisposición congénita al delito.

6. CAUSAS SOCIALES

Los factores más influyentes para el desarrollo de una conducta criminal,


son los relacionados a la sociedad:

Las teorías sociológicas, en cambio, dan importancia absoluta o


predominante a los factores externos o sociales y confieren escaso valor a lo
individual (los hombres, naciendo iguales, serán buenos o malos conforme al
ambiente en el cual vivan y se desarrollan).

Por esto desde hace mucho tiempo, en criminología se habla de factores


endógenos y exógenos (internos y externos) de la criminalidad; los primeros han
sido definidos como aquellos que por su naturaleza son intrínsecos al sujeto, en
tanto que ser biológico y psíquico (la herencia, por ejemplo); y los segundos,
como aquellos que siendo extraños a la naturaleza constitutiva del ser humano,
la influyen en forma variable según las condiciones del medio y la capacidad de
percepción del sujeto. A estos últimos se los divide en físicos (medio ambiente
no constituido por seres humanos, altitud, latitud, clima, medios de
comunicación, barrio, habitación, etc.), familiares (antecedentes de la familia, su
composición, sus condiciones morales, económicas y culturales) y sociales
(amistades, trabajo, centros de diversión, organización social y política, la cultura
del medio, la economía, la influencia religiosa, etc.).

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En realidad, entre estos factores (endógenos y exógenos) existen
relaciones inescindibles y sólo se los separa con fines de estudio, pues, tanto los
unos como los otros influyen en la producción del delito, concurriendo en
constelación.

Quedó señalado que los factores sociales de la criminalidad son


elementos extraños a la naturaleza constitutiva del ser humano, pero que la
influyen en forma variable según las condiciones del medio y la capacidad de
percepción del sujeto; agregamos ahora, que la Sociología Criminal ha
destacado la importancia de los factores político, cultural, educativo, económico
y ecológico entre otros

6.1 el factor político

Cuando se habla de este factor se está haciendo referencia al gobierno,


a la administración pública. En este sentido, si se considera la criminalidad como
un fenómeno sociopolítico, aparece adecuado pensar que la misma siempre
estará presente en toda sociedad que tenga un gobierno que la gobierne o la
“desgobierne”, según expresa (con mucho acierto, creemos.) Manuel López Rey
(1976).

En realidad, en sentido estricto, sin organización política no existiría el


delito (Parámele, 1925) puesto que ningún hecho es considerado delictivo hasta
que el Estado le da esa definición. En este sentido, la naturaleza de los delitos
está en gran parte determinada por la naturaleza de la organización política
vigente en un tiempo y lugar dados; así, por ejemplo, en USA. Habrá algunos
delitos que no existen en la UU.RR.SS y viceversa (aunque también los habrá
similares).

Por otra parte, cuando el gobierno es mal administrador (gobiernos


ineficaces y corruptos), puede constituirse en factor inmediato de producción de
conductas delictivas (los comentarios huelgan); también lo será en forma
indirecta, en la medida en que cree condiciones favorables a la conducta delictiva
y no tome las pertinentes medidas de prevención

6.2 el factor cultural

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Cultural es el nombre con que se designa a todas las realizaciones
características de los grupos humanos.

Para la escuela positivista moderna el delito refleja, en buena parte, el


ritmo evolutivo cultural de toda sociedad: a mayor cultura y desarrollo de la
tecnología, el delito, en consecuencia, presentará variaciones cualitativas y
cuantitativas.

Dentro de esta perspectiva, la Sociología Criminal se ha ocupado de


estudiar, entre otras, las relaciones posibles entre criminalidad y grado de
instrucción, criminalidad y medios colectivos de difusión (cine, televisión, radio y
prensa) criminalidad y actividades recreativas- Criminalidad y medios de
comunicación social: El cine, la televisión, la radio y la prensa no son malos ni
buenos en sí mismos (sólo son vehículos de difusión); si pueden serlo los
mensajes que por su intermedio llegan al público.

Entre los investigadores europeos, es criterio generalizado que el cine


tiene efectos perniciosos sobre los espectadores juveniles, por su característica
falta de espíritu crítico y por su tendencia hacia la identificación, que los puede
llevar a reproducir conductas que han visto en las pantallas.

La televisión cumple un papel similar al del cine, con la ventaja del relativo
aislamiento del espectador, pero con la desventaja de la invasión del hogar y la
gratuidad del espectáculo; hechos que favorecen el que diariamente la violencia,
el crimen, el desorden familiar y la negación de los valores morales establecidos,
sean proyectados dentro del hogar.

Aquí el problema reviste mayor gravedad por el poco o ningún control de


calidad en la programación de las televisoras comerciales; y porque, además de
a los jóvenes y adultos, su influencia alcanza también al público infantil

6.3 el factor económico

En verdad, el factor económico en la criminalidad es de extrema


complejidad, baste saber que, por ejemplo, tanto la pobreza como la riqueza
pueden influir en su producción.

a.- En relación con la pobreza, es un hecho que la carencia de los medios


indispensables para la satisfacción misma de las necesidades individuales y
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familiares (falta de trabajo, de vivienda adecuada, de servicios elementales, etc.),
puede crear en los individuos un estado emocional susceptible de transformarse
en sentimiento de inferioridad y de frustración que, así mismo, puede convertirse
en odio o resentimiento hacia toda la sociedad, considerada como responsable
de tales penurias. También puede generar rebeldía constante que suele
traducirse en frecuente violación a las leyes, consideradas como instrumento de
opresión y explotación; pudiendo además, generar irrespeto hacia las
autoridades; actitudes todas ellas que pueden desencadenar en perpetración de
delitos.

b.- En cuanto a la riqueza, no es menos cierto que las situaciones de bonanza y


de extrema facilidad para la obtención de los bienes en la sociedad de consumo
(lo cual conlleva a la perdida de la conciencia del valor de los objetos) se
constituye, en gran medida, en fuente de la más moderna criminalidad: la
criminalidad no convencional (económica, de cuello blanco, de los poderosos

6.4 el factor ecológico

La ecología es el estudio de las relaciones entre los organismos y sus


habitats. Tiene tres ramas: botánica, animal y humana. A esta última se le
denomina también Ecología Social, en cuanto se la considera una rama de la
Sociología que se ocupa del estudio de las áreas de habitación humana y de la
distribución espacial de los rasgos o complejos sociales y culturales.

Ahora bien, en relación con la delincuencia, vamos a encontrar que a


comienzos del siglo pasado Adolfo Quételet, publico su famosa obra “Física
Social” en la cual dio a conocer sus no menos famosas “Leyes térmicas de la
delincuencia”, basadas en la influencia del medio geográfico sobre el individuo,
las cuales formuló en la forma siguiente:

1. En invierno se comete mayor número de delitos contra el patrimonio que


en verano.
2. Los delitos contra las personas se cometen en mayor número en verano.
3. Los delitos contra las personas tienden a aumentar según nos
aproximamos al ecuador y, a la inversa, los delitos contra la propiedad
disminuyen.
4. Los delitos sexuales se cometen con mayor frecuencia en primavera.

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Bibliografía

http://sistemaucem.edu.mx/bibliotecavirtual/oferta/licenciaturas/criminolo
gia/CRIMI105/introduccion_al_estudio_de_la_criminologia.%20listo.pdf

http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.1914/ev.
1914.pdf

https://drcureces.files.wordpress.com/2010/07/factores-
psicologicos-en-la-conducta-criminal-dr-cureces.pdf

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