Saulo de Tarso también llamado San Pablo Apóstol, nacido en Tarso en
un ciudad llamada Cilicia Hch. 21:39, Donde hoy se encuentra la Actual Turquía. Probablemente en entre los año 3 – 10 e.c Descendiente de la tribu de Benjamín. Su familia pertenecía a los hebreos por lo cual fue circuncidado al octavo día después de su nacimiento. Fil. 3:5 este día recibió su nombre de Saulo cuyo significado es “el deseado” Pablo fue instruido en la lengua aramea. Además según la cultura hebrea Pablo debió aprender a leer la biblia hebrea e igualmente la lengua griega que era la corriente de Tarso. Se educó con el máximo rigor de acuerdo con la interpretación farisaica de la Ley y como judío joven de la Diáspora. A sus quince años, Saulo fue enviado a Jerusalén para ser instruido en la escuela de los mejores doctores de la Ley, en especial en la del famoso rabino Gamaliel (doctor de la ley y miembro del sanedrín). Adquirió así una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo). Hch. 22:3 Pablo aprendió a fondo el Antiguo Testamento, los métodos exegéticos de los rabinos y se convirtió en adicto entusiasta de los fariseos. Celador extremado de las tradiciones de los padres. (Gá. 1:14; Hch. 22:3). A su educación rabínica debe Pablo, su dialéctica. Y su método exegético. Tuvo una gran influencia de la cultura helénica. CONVERSIÓN: El capítulo 9 del libro de hechos narra el impactante momento donde Pablo es confrontado por el Señor y se convierte al cristianismo. Los jefes de los sacerdotes de Israel le confiaron la misión de buscar y hacer detener a los partidarios de Jesús en Damasco. Pero de camino a esta ciudad, Saulo fue objeto de un modo inesperado de una manifestación prodigiosa del poder divino: deslumbrado por una misteriosa luz, arrojado a tierra y cegado, se volvió a levantar convertido ya a la fe de Jesucristo (36 d. C.). Según el relato de los Hechos de los Apóstoles y de varias de las epístolas del propio Pablo, el mismo Jesús se le apareció, le reprochó su conducta y lo llamó a convertirse en el apóstol de los gentiles (es decir, de los no judíos) y a predicar entre ellos su palabra. En compañía de San Bernabé, San Pablo inició desde Antioquía el primero de sus viajes misioneros, que lo llevó en el año 46 a Chipre y luego a diversas localidades del Asia Menor. En Chipre, donde obtuvieron los primeros frutos de su trabajo. Creó centros cristianos en Perge (Panfília), en Antioquía de Pysidia, en Listra, Iconio y Derbe de Licaonia. El segundo viaje evangélico (50- 53) comprendió la visita a las comunidades cristianas de Anatolia, fundadas unos años antes; luego fue recorriendo parte de la Galacia propiamente dicha, visitó algunas ciudades del Asia proconsular y marchó después a Macedonia y Acaya. La evangelización se hizo particularmente patente en Filipos, Tesalónica, Berea y Corinto. También Atenas fue visitada por San Pablo. El tercer viaje (53-54-58) se inició con la visita a las comunidades del Asia Menor y continuó también por Macedonia y Acaya, donde San Pablo Apóstol estuvo tres meses. Pero como centro principal fue escogida la gran ciudad de Éfeso. Allí permaneció durante casi tres años, trabajando con un grupo de colaboradores en la ciudad y su región, especialmente en las localidades del valle del Lico. MUERTE En el año 66, San Pablo fue nuevamente detenido por denuncia de un falso hermano. Desde Roma escribió la más conmovedora de sus cartas, la segunda Epístola a Timoteo, en la que expresa su único deseo: sufrir por Cristo y dar junto a Él su vida por la Iglesia. Encerrado en horrenda cárcel, vivió los últimos meses de su existencia iluminado solamente por esta esperanza sobrenatural. Se sintió humanamente abandonado por todos. En circunstancias que han quedado bastante oscuras, fue condenado a muerte; según la tradición, como era ciudadano romano, fue decapitado con la espada. Ello ocurrió probablemente en el año 67 d.C.