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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof.

José Luis Matamoros

Capítulo II

ESTRATEGIA: PRINCIPIOS GENERALES

Como ya dijimos, hablaremos de general que es importante adelantar


los elementos de la estrategia sólo de los peones tanto como sea posible.
modo general. La presente discusión Sin embargo, antes de empezar con
tiene el propósito, entre otros, de fa- la enumeración de los diversos princi-
miliarizar al lector con aquellos prin- pios, debemos prevenir a los estudiosos
cipios generales de la estrategia que contra su aplicación indiscriminada.
son necesarios para la comprensión de Del hecho, por ejemplo, de que un alfil
los puntos estratégicos que se presen- blanco posea una mayor movilidad en
tan en los problemas tácticos. Discu- la casilla c4 que en e2, no se sigue que
tiremos estos problemas más adelante. ¥c4 sea siempre preferible a ¥e2. Pue-
Establecemos una diferencia entre den presentarse otras circunstancias
principios generales y principios espe- que hagan más deseable un desarrollo
ciales de estrategia. Los principios ge- hacia e2. Esas circunstancias pueden
nerales se originan directamente del ser de naturaleza táctica (por ejemplo,
objeto y naturaleza del ajedrez y, por que el alfil en e2 deba mantener a un
lo tanto, se hallan constantemente en caballo negro alejado de g4), o de na-
vigencia. Es, por ejemplo, un principio turaleza estratégica (por ejemplo, si el
general evidente que uno debe procu- flanco del rey está débil y requiere pie-
rar Ja mayor posible libertad de acción zas defensoras). En tal caso, la impor-
para sus piezas. tancia de esas circunstancias tácticas o
Estos principios generales son apli- estratégicas supera a la importancia de
cables únicamente si la posición reve- una posible mayor movilidad.
la ciertas peculiaridades a causa de las
cuales tendrá que seguirse una línea PRINCIPIOS GENERALES DE
especial de estrategia. Por ejemplo, he- ESTRATEGIA
mos visto en la partida del Capítulo I
que las blancas tuvieron que avanzar El ajedrez representa una lucha en-
sus peones en el flanco de la dama por- tre dos fuerzas y, por consiguiente, los
que poseían la mayoría en ese flanco. principios generales que gobiernan
Este es un principio especial de estra- una batalla, en su más amplio sentido,
tegia, puesto que no se puede decir en son también aplicables a este juego.
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Así, por ejemplo, las siguientes máxi- llevar rápidamente las piezas a la lu-
mas evidentes, que son ciertas para la cha, puesto que, de no ser así, el juga-
guerra, son de la mayor importancia dor estará en desventaja en el primer
en ajedrez: choque. Esto rige especialmente en las
1) Dar a las fuerzas disponibles el aperturas de e4, debido a que los reyes
mayor campo de acción posible. allí no están seguros en sus posiciones
2) Colocar esas fuerzas en forma tal iniciales, de modo que un empleo in-
que quede tanta elección como sea po- discreto de las piezas podría fácilmen-
sible para su despliegue en una direc- te llevar a un rápido desastre.
ción u otra, de acuerdo con la línea de
acción del contrario. b) Libertad de acción para los alfiles.
3) Disponer las fuerzas atacantes La posición del diagrama que sigue
en forma tal que el contrario no pueda muestra una importante diferencia en-
obstruirlas ni rechazarlas. tre los alfiles. El alfil rey blanco en d3 y
Observemos ahora cada uno de es- el alfil negro en f8, no están entorpeci-
tos principios separadamente y dentro dos por sus propios peones, y por esa
de los límites del tablero. razón se les llama alfiles fuertes. El alfil
dama blanco en f4 y el alfil dama negro
1. MAYOR CAMPO DE ACCIÓN en c8, sin embargo, son alfiles débiles.
POSIBLE PARA LAS PIEZAS
Vemos este principio aplicado al DIAGRAMA Nº 4
ajedrez, en las siguientes formas:
a) Aplicación general: rápido desa-
rrollo en la apertura; preferentemente,
no mover dos veces la misma pieza.
b) En el caso de los alfiles, colocar
los peones -en particular los del cen-
tro- en forma tal que no obstruyan la
acción de aquéllos.
c) En el caso de las torres y la dama:
mover las torres (y algunas veces tam-
bién la dama) a lo largo de las colum-
nas abiertas, en forma de llevaras, si es
posible, dentro del campo enemigo, a No pueden pasar libremente por
las filas séptima y octava. sus diagonales y, en un momento dado,
deberán elegir definitivamente entre
a) Rápido desarrollo en la apertura las casillas que están fuera de la cade-
Este tema no requiere muchas ex- na de peones (como lo ha hecho el alfil
plicaciones; es evidente que hay que dama blanco) y las casillas que están

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dentro de la cadena de peones (como guiendo la estrategia opuesta, adquie-
lo ha hecho el alfil dama negro) re superioridad en el centro (véase
Por lo general, el alfil que está fue- más adelante, página 26). Es muy fa-
ra de la cadena de peones tiene mayor vorable para los alfiles que un jugador
esfera de acción, pero como el segun- logre colocar sus peones en d4 y e4; los
do jugador se ve frecuentemente obli- alfiles pueden entonces moverse más
gado a mantener su alfil dentro de la libremente en sus diagonales: ¥f1, b5
cadena de peones, reservándolo para y e2; y ¥c1, g5 y e3. Solamente en la
la defensa, se puede comprender fácil- dirección contraria se ve limitada su
mente que, en rigor, el alfil dama blan- movilidad: el ¥f1 en d3 está contenido
co puede atacar en el flanco del rey de por el peón e, y el ¥c1 en e3 lo está
las negras, pero no puede defender su por el peón d. Esto, sin embargo, no
propio flanco de la dama; respecto al constituye una obstrucción demasia-
alfil dama negro, ocurre justamente lo do grande, puesto que, en muchos ca-
contrario. sos, d5 o e5 será posible, dando de ese
Este principio de colocar los peo- modo a uno de los alfiles una salida li-
nes en forma tal que no obstruyan la bre en esa dirección también.
acción de los alfiles puede aplicarse en
forma completa únicamente si ya se ha e) Columnas abiertas
hecho el cambio de uno de los alfiles. En el diagrama 5, la columna de la
Si, por ejemplo, se ha abandonado la d se llama columna abierta, porque en
casilla blanca de un alfil, entonces los ella no hay peones blancos ni negros.
peones centrales deberán ser coloca- Es evidente que en una coluda así las
dos, si es posible, en casillas negras. torres alcanzan su mayor eficacia.
Pero mientras ambos alfiles se encuen- Las negras, juiciosamente, han co-
tren en el tablero, no puede darse ab- locado sus torres en esa columna: han
soluta preferencia a uno u otro color. doblado sus torres en la columna de la
En vista de esto, el avance de los dama. El significado de la segunda to-
peones centrales se aplaza algunas ve- rre es doble:
ces, hasta que pueda verse con más cla- 1) Impedir que una torre blan-
ridad el curso de la partida. En tal caso, ca entre también en la columna d (la
se mueven los alfiles hacia los flancos oposición en la columna d). Porque, si
(g3 o b3, y luego ¥g2 o ¥b2), que es el las negras tuvieran todavía su segunda
fianchetto. Si el alfil en g2 es cambia- torre en e8, las blancas podrían jugar
do, entonces puede seguir d3 y e4; en ¢e1 y continuar con ¦d1 o ¦d2. Eso
el otro caso (el cambio del alfil en b2) pondría término a la superioridad de
seguirán e3 y d4. Dejar retrasados los las negras en la columna d.
peones centrales tiene, sin embargo, la 2) Más aún, la segunda torre sirve
gran objeción de que el contrario, si- como apoyo, tan pronto como la pri-

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mera penetre en la posición del con- 6.¢d3 ¦xg2), 4...¦a2; y las negras tie-
trario. La gran ventaja de las torres en nen ahora mucho más libertad que las
una columna abierta es la de que su- blancas. La torre negra inmoviliza al
ministran puntos de apoyo en la po- caballo blanco, pues tiene que cumplir
sición del contrario, lo que permite al la tarea de proteger los peones, mien-
jugador amenazar a los peones, desde tras que el rey, en d3, está igualmente
los flancos y desde la retaguardia. Por- “comprometido” y la torre blanca nada
que, debido a su forma de avanzar, los puede hacer. Muy pronto las blancas
peones pueden ofrecer una resistencia ya no podrán evitar la pérdida de uno
mínima a los ataques de esa clase. o más peones. Una continuación sería
5.g3 (para evitar la fatal ...¤f4), 5. ...
DIAGRAMA Nº 5 h3! (impide la apertura de más colum-
nas, que sería ventajosa para la torre
blanca); 6.¢e3 (las blancas no tie-
nen ninguna jugada buena: 6.b5 cxb5
7.cxb5 ¦xa5, significaría la pérdida
de un peón, lo mismo que 6.¦d1 ¦b2
7.¢e3 ¢c7), 6...¢c7 (tanto 6...¤d4
como 6...c5 serían jugadas muy fuer-
tes, pero las negras no necesitan apre-
surarse y pueden primeramente llevar
sus piezas a las mejores posiciones
posibles ); 7.c5 (pues, si no, las negras
contestarían con la fuerte jugada ......,
De una partida Salwe c5), 7. ... ¤d4; 8.¤xd4 exd4+ 9.¢xd4
contra Rubinstein, Carlsbad, 1907 ¦d2+ 10.¢e3 (primera jugada de re-
troceso del rey blanco), 10. ...¦xh2
En esta partida, las negras jugaron 11.¦d1 (si 11.f4, entonces 11. ... g4),
aquí con gran efecto: 11...¦g2 12.g4 h2 13.¦h1 (las negras
1... ¦d2 amenazan ... ¦g1), 13. ... ¢d7; 14.f4
Que es una tentativa para dominar (única), 14. ... ¢e6 15.¢f3 ¦b2, etcé-
la séptima fila. Considérense las con- tera.
secuencias de 2.¦xd2 ¦xd2; las negras 2.¦bb2 ...
amenazan ...¤f4, que ganaría rápida- Esto permite a las blancas mante-
mente, de modo que las blancas se ven nerse en su segunda fila.
obligadas a jugar 3.¢e3. Ahora segui- 2... ¦xc2
ría 3. ... ¦c2 (atacando el peón c4); 3.¦xc2 ¦d3!
4.¢d3 (4.c5, perdería pronto por 4. La séptima fila es la más ventajosa
... ¤f4!; 5.¤xf4, forzoso, 5. ... gxf4+ para la torre porque, por lo general,

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los peones no protegidos del contrario Si hubieran jugado 8.fxg4 ¤g5!,
están en ella (en este caso los peones tomando en seguida el peón e4 blan-
g y h blancos). Pero las otras filas, la co. De igual modo 8.f4 exf4 9.gxf4,
octava y la sexta, son también de valor, costaría un peón, a causa de 9. ... ¦f3+
puesto que ofrecen la posibilidad de 8... ¤g5
atacar a los peones por la retaguardia. 9.¢e2 ¦a3
Así, pues, por el momento, 4. ... ¦b3 La torre negra sigue fuertemente
amenaza ganar un peón. Las negras establecida en su sexta fila. Ahora se
no juegan 3...¦d1 porque, teniendo un perderá, ya sea el peón f o el peón e
proyecto más amplio en vista, quieren blanco.
emplear su torre en la sexta fila. 10.f4 ¤xe4
4.¦b2 ... 11.fxe5 fxe5
Naturalmente, no ¦c3, puesto que Y las negras ganaron rápidamente.
hay que evitar que las blancas ocupen Aquí podemos comprender clara-
la séptima fila. mente la importancia de la columna
4. ... ¢c7 abierta: es el camino por el cual la to-
El rey está ahora mejor colocado. rre puede llegar a una de las filas de la
Las blancas nada pueden hacer y de- retaguardia, con objeto de amenazar
berán esperar. desde allí los puntos más débiles de
5.c5 ¢d7 la posición del contrario. En este res-
6.g3 ... pecto, la penúltima fila (la séptima fila,
Esto acarrea nuevas debilidades, para uno u otro jugador), es la más im-
que permiten necesariamente a las portante, puesto que, por lo general,
negras ganar un peón. Pero aun en el en ella están los peones no protegidos.
caso de que las blancas hubiesen es-
perado, no habrían podido salvar la 2. TANTO COMO SEA POSIBLE,
partida. En el momento oportuno, las LIBERTAD DE INTERVENIB EN
negras pueden hacer una de estas ju- UNO U OTRO FLANCO. DISCU-
gadas: 6...¤f4, o 6...¤d4, o 6...g4, y SIÓN RESPECTO AL CENTRO
las blancas no pueden evitar todas esas
jugadas a un mismo tiempo. Quienquiera que desee emplear sus
6. ... hxg3+ piezas, si es necesario, en ambos flan-
7.hxg3 g4! cos del tablero deberá estar muy fuerte
Aquí nuevamente se pone de mani- en el centro. Deberá tener a su disposi-
fiesto la gran fuerza de la torre en d3. ción las casillas centrales. En ellas pue-
Esta pieza, que mantiene su actividad, de colocar piezas que puedan actuar
condena a la torre blanca a la inactivi- simultáneamente en ambos flancos.
dad. Ellas también permiten una rápida co-
8.¤g1 ... municación entre uno y otro flanco.

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A fin de aumentar el dominio del dirigido hacia el centro); 6.¤xc6 bxc6
centro, las dos siguientes medidas son 7.¥d3 d5 8.exd5 cxd5 9.O-O O-O
de la mayor importancia: 10.¥g5 c6.
a) Dirigir las piezas y los peones Otro ejemplo es la defensa siciliana:
hacia el centro (centralización). 1.e4 c5 (el peón en c5 tiene como
b) Ocupar las casillas centrales (d4, objetivo el centro); 2.¤f3 ¤c6 3.d4
e4, e5 y e5) con piezas o peones. cxd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 d6 6.g3
(desde g2 el alfil estará dirigido hacia
a) Centralización el centro), e6 7.¥g2 ¥e7 8.O-O ¥d7
El principio general de dirigir, has- (de nuevo centralizando); 9.¥e3 O-O.
ta donde sea posible, las piezas hacia En estos ejemplos podemos ver con
el centro es un elemento importante toda claridad cuán prominente papel
en el plan de campaña. Por regla ge- desempeña el centro. Casi todas las
neral, jugadas tales como ¤h3 deben buenas jugadas pueden revelar algu-
ser condenadas; hablando de un modo na conexión con el centro, como, por
general, ¤f3 o ¤c3 serán preferibles a ejemplo, las jugadas 8.O-O y 9. ...
¤e2 o ¤d2. En la casilla f3, un caba- O-O; en la defensa siciliana que aca-
llo domina dos casillas del centro (d4 bamos de ver. Estas jugadas son nece-
y e5); en e2, solamente una, y en h3, sarias para dar oportunidad a todas las
ninguna. Naturalmente, hay que estar piezas de participar en la lucha.
en guardia contra la exageración: pue-
de haber circunstancias que exijan la b) Ocupación de las casillas centrales
descentralización. Así, por ejemplo, en El propósito de la centralización
la actualidad, en la defensa holandesa, es aumentar el dominio de las casillas
después de 1.d4 f5; es usual jugar 2.c4 centrales, y esto puede lograrse, entre
e6 3.g3 ¥b4+ 4.¥d2 ¥xd2+ 5.£xd2 otros medios, ocupando estas casillas.
¤f6 6.¤c3 O-O; y, por lo general, Hemos visto este procedimiento en los
7.¤h3, con la intención de llevar ese ejemplos que preceden (en el párrafo
caballo de allí a la importante casilla a). Considerando la lucha desde este
f4. punto de vista, llegamos a las siguien-
Pero aparte de este y otros pocos tes consideraciones:
casos excepcionales, encontraremos
que el principio de la centralización se Primer ejemplo (apertura escocesa):
sigue en casi todas las aperturas. Como Después de 4.¤xd4, las blancas tie-
ejemplo, podemos tomar la apertu- nen un peón en e4 y un caballo en d4.
ra escocesa: 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.d4 Las negras no tienen nada en el centro.
exd4 4.¤xd4 ¤f6 5.¤c3 ¥b4 (esta Después de 6. ... bxc6; las blan-
jugada tiene un efecto centralizados cas tienen un peón en e4, y las negras
el alfil clava al caballo blanco que está nada.

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Después de 8. ... cxd5; las blancas, después de 1.e4 e6 2.d4 d5 3.e5 c5
nada. Las negras, un peón en d5. 4.dxc5 ¤d7 5.¤f3 ¤xc5 6.¤d4, en
donde este caballo está muy bien co-
Segundo ejemplo (defensa siciliana): locado: domina varias importantes
Después de 4.¤xd4, las blancas tie- casillas, dentro y cerca de la posición
nen un peón en e4 y un caballo en d4. enemiga (e6, c6, f5 y b5) y no puede
Las negras nada. ser desalojado con facilidad por las
Después de 9. ... O-O; las negras negras. Puede ocurrir también que la
no tienen nada en el centro. (En el se- pieza colocada en una casilla central
gundo ejemplo, la lucha por el centro sea desalojada inmediatamente, pero
todavía no ha terminado: las negras sólo en forma tal que la posición del
tienen dos peones en d6 y e6, listos contrario quede debilitada.
para avanzar en el momento oportu- En la variante de la defensa sicilia-
no; pero, por lo general, el verdadero na mostrada en la página 23, las negras
avance se hace en una etapa posterior pueden jugar en cualquier momento
de la partida.) ........, e5; obligando al caballo blanco
El examen de estos ejemplos plan- a retirarse, pero esto no mejoraría la
tea dos cuestiones: posición de las negras, puesto que las
a) ¿Qué debe preferirse: la ocupa- blancas podrían llevar su caballo a f3
ción de las casillas central es por peo- y obtendrían el dominio de su casilla
nes o por piezas? d5. El peón d6 negro quedaría, por
b) ¿Es importante ocupar el centro consiguiente, retrasado y obstruiría a
tan rápidamente como sea posible, o sus propias piezas. Hasta qué punto las
no acarrea consecuencias la elección blancas podrían aprovechar esta ven-
del momento de la ocupación? taja es ya una segunda cuestión; esta
variante no ha sido aún estudiada.
a. ¿Piezas o peones en el centro? A pesar de las ventajas arriba men-
La ocupación de las casillas centra- cionadas, que algunas veces resultan
les por piezas tiene algunas veces este de una posición central, en la mayo-
inconveniente: que el adversario pue- ría de’ los casos es preferible la ocupa-
de desalojarlas, ganando así “tiempos”. ción del centro por los peones. Esto se
Por ejemplo, nadie intentaría, después designa con “l nombre de formación
de 1.¤f3 ¤f6; ocupar una casilla cen- de centro de peones. Como. se dijo al
tral con 2.¤e5, puesto que las negras principio, esto sirve al propósito de
podrían desalojar inmediatamente a aumentar el dominio de las importan-
ese caballo y, después de 2. ... d6 3.¤f3 tes casillas centrales, lo que permite a
e5; habrían ganado nada menos que las fuerzas moverse rápida y fácilmen-
dos tiempos. te de un flanco al otro.
Es indiferente en el siguiente caso: Más aún, un centro de peones pro-

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porciona puntos de apoyo para las pie- centralizar (o quien centraliza dema-
zas: si las blancas tienen un peón en su siado lentamente) llevará la peor par-
casilla e4, podrán llevar un caballo a te. Si uno quiere demorar la ocupación
d5 o f5. Ya hemos visto en la página 19 del centro, deberá, por lo menos, diri-
que el centro de peones facilita gran- gir las propias piezas hacia el centro.
demente la acción de los alfiles. Este es el caso del segundo ejemplo
La mejor posición de peones para (defensa siciliana): las negras no tie-
las blancas es d4 y e4, la formación nen nada en el centro, pero sus piezas
ideal. Al elegir esa formación, uno están bien dirigidas: su dama en c7,
debe tener constantemente presente caballo en c6, caballo en f6, peón en
que el contrario puede atacar este cen- d6, peón en e6. En el primer ejemplo
tro, puesto que los peones no se cubren (partida escocesa), las negras deben su
mutuamente. victoria a su eficiente centralización,
Pero la formación misma es pode- caballo en c6, caballo en f6, alfil en b4
rosa, al dominar no menos que cuatro y, más adelante, en vez del caballo, el
importantes casillas: ¥d5, d5, e5 y ¥e5. peón en c6.
Las posiciones más sólidas para las En la apertura Reti, las blancas es-
blancas son d3 - e4 o e3 - d4, pero la tán constantemente centralizando,
libertad de acción es inferior a la que antes de que se efectúe la verdadera
proporciona la formación ideal. Una ocupación: 1.¤f3 d5 2.c4 e6 3.b3 ¤f6
formación de centro más pasiva para 4.¥b2 ¥e7 5.g3 O-O 6.¥g2, y ahora
las blancas consiste en d3 - e3. Tarde dependerá de las negras que las blan-
o temprano, esta formación deberá cas elijan continuar con d4, o d3 y e4.
cambiarse en d3 - e4, y esto nos lleva a Las movidas ¤f3 y c4 tienen mucha
nuestra otra cuestión: importancia en esta apertura. Quien
lo olvide y en vez de hacerlas juegue
b. ¿Cuál es mejor, la ocupación inme- g3, ¥g2 y b3, ¥b2, centraliza demasia-
diata o la ocupación diferida del cen- do lentamente y ya no podrá obtener
tro? una posición satisfactoria en el cen-
En la apertura escocesa mostrada tro: 1.g3 d5 2.¥g2 e5 3.b3 ¥e6 4.¥b2
más arriba vimos que las blancas fue- ¥d6; las negras han llegado a la forma-
ron las primeras en ocupar el centro, ción ideal sin mayor riesgo y tienen las
pero que, a la larga, las negras se ha- mejores probabilidades en el centro;
llaban triunfantes allí. Por consiguien- además de esto, tienen mayor libertad
te, el famoso proverbio de que “al que de acción, lo que será mucho más efec-
madruga, Dios lo ayuda”, no resulta tivo después de 5.e4 d4; o de 5.d4 e4.
cierto en este caso. Podemos, por lo
tanto, decir lo siguiente:
Quien no logre ocupar el centro o

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3. CASILLAS FUERTES graron la oportunidad de eliminar esa
Quienquiera que funde un plan en debilidad.
la buena posición de ciertas piezas de- Es, por lo tanto, un principio gene-
berá estar completamente seguro de ral de estrategia que uno debe esfor-
que esta formación no puede ser per- zarse por crear casillas fuertes y ocu-
turbada por el contrario en ningún parlas, y, por otra parte, debe evitar
momento. debilidades en su propia posición o,
Las blancas no deberán llevar su por lo menos, evitar que los puntos dé-
dama a h5, a fin de desarrollar un ata- biles sean ocupados, por el contrario.
que en busca del mate, sin tener en En el diagrama 6 tenemos opor-
cuenta la posibilidad de que la dama tunidad de arrojar alguna luz sobre
puede ser desalojada por una de las pie- una bien conocida controversia entre
zas contrarias (por ejemplo, con ¤f6). teóricos prominentes: el problema del
Tampoco deberán colocar un caballo peón d aislado. Ese peón d blanco se
en g5, de donde se le puede desalojar encuentra solo; por eso lo llamamos
inmediatamente con ..., h6 (salvo que aislado. La casilla que está enfrente del
esa jugada h6, por una razón u otra, peón aislado debe necesariamente caer
signifique debilitar la posición de las en manos de las negras, puesto que las
negras). blancas jamás podrán dominarla sufi-
Por consiguiente, es de la mayor cientemente. Por otra parte, ese peón
importancia buscar las casillas seguras aislado es peón del centro, que permite
para las piezas activas, y aquellas casi- a las blancas ocupar las casillas c5 y e5,
llas que estén fuera del alcance de los aumentando al mismo tiempo la liber-
peones enemigos serán las que prime- tad de acción.
ro deberán ser consideradas. Natural- En algunos casos, las ventajas del
mente que sólo se tomarán en cuenta peón d aislado predominan (especial-
aquellas casillas que estén en las proxi- mente en la apertura y en el comienzo
midades del campo de lucha en el que, del medio juego); en otros, predomi-
en una etapa anterior o posterior de la nan las desventajas (sobre todo en el
partida, pueda mantenerse la superio- final de partida o en el medio juego,
ridad. Esas casillas son las que llama- después de efectuado el cambio de las
mos casillas fuertes. piezas menores).
Por ejemplo, en la partida analiza- Aquí las negras tienen una gran
da en el Capítulo I (ver diagrama de la ventaja: ocupan su casilla de d5 con
página 12), la casilla de las blancas c5 el caballo, y, por lo tanto, el valor de
era una casilla fuerte para ellas o, tam- esa pieza aumenta considerablemen-
bién puede decirse, era una casilla dé- te, tanto más porque d5 es una casilla
bil para las negras. Debido a una mala central y abre el camino hacia ambos
maniobra de las blancas, las negras lo-

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La partida continúa así: El caballo está en su flanco derecho.
La torre blanca debe ahora seguir pro-
DIAGRAMA Nº 6 tegiendo al peón a y entrega la colum-
na c.
5.¦b2 ¦c8!
6.¢f1 ¦c1+
La bien conocida forma de aprove-
char la columna abierta: la torre pene-
tra en la posición de las blancas por vía
de la primera fila.
7.¢e2 ¦a1
Y las negras ganan el peón a2.

DIAGRAMA Nº 7

De una partida Regedzinsky


contra Rubinstein, Lodz, 1917

1... £f4!
El caballo en d5 domina su flan-
co izquierdo. Las blancas no pueden
aceptar el cambio de damas, puesto que
perderían en el cambio, por 2.£xf4
¤xf4; 3.¦ee1, o 3.¦ec2, ¤e2+!
2.¦c2 ...
Se comprende perfectamente que
las blancas no estén dispuestas a ceder De una partida Schlechter contra John,
su columna del c a las negras con ¦xc2. Barmen, 1905
Pero muy pronto se verán obligadas a
hacerlo. Las negras tienen dos casillas débi-
2... £xd2 les en esta posición; a saber, e5 y f6, que
3.¦exd2 ¦xc2 las blancas pueden ocupar fácilmente:
4.¦xc2 ... 1.£e5 ...
Aparentemente, el último cambio Este es uno de los casos raros en
de las negras fue un error, porque las que la dama ocupa una casilla fuerte.
blancas ahora dominan la columna c, Por lo general, esa tarea se confía a los
pero la jugada que sigue demuestra caballos o los alfiles. Esto se explica
que no es así: fácilmente. Si un caballo o un alfil se
4. ... ¤b4! halla fuera del alcance de los peones

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contrarios, es tan bueno como segu- do ¦xh7+), 5. ... ¦f86.¤f6 £xe5, y la
ro. Un ataque llevado por las piezas posición de las negras no sería mejor
contrarias se para protegiendo la pie- que en la continuación que se adoptó
za en cuestión. Este, sin embargo, no en la partida.
es el caso con la dama, que debe estar 4.fxe5 ...
fuera del alcance no sólo de los peones La posición del caballo blanco en
enemigos, sino también de las piezas f6, apoyado por dos peones, es suma-
enemigas. La ocupación de una casilla mente fuerte. Para las negras, el posi-
fuerte con la dama se hará únicamente ble cambio de caballos en su casilla de
si las piezas enemigas no pueden acer- f6 no es conveniente.
carse a ella con facilidad. Ese es el caso 4. ... ¦e7
aquí: el alfil negro de d7, así como las 5.¦hf3 ¤xf6
torres en f8 y g7, no pueden alcanzar a Las blancas amenazaban 6.¤xd7
la dama en e5, como tampoco puede ¦xf3 7.¦xf3 ¦xd7 8.¦f8+, y mate en
hacerlo el caballo de c7. la jugada siguiente.
1. ... ¤e8 6.¦xf6 ...
Con la idea de continuar con … Más enérgico que 6.exf6 Las negras
£c7 y cambiar la bien situada dama. se ven obligadas a efectuar un nuevo
2.¦h3 £c7 cambio.
3.¤f6! ... 6... ¦xf6
Ocupación de la segunda casilla. 7.exf6 ...
En rigor, las negras pueden eliminar al El predominio de las blancas en su
caballo, que entonces sería reemplaza- casilla e5 y en f6 consiste además de
do allí por un fuerte peón pasado, lo tener el eón pasado apoyado en que
que inmediatamente lleva a la ganan- tienen el camino libre para su rey (por
cia de la calidad. vía de e5) hacia el campo de las negras.
La situación de las negras se ha he- Esa es la razón por la cual tomaron la
cho precaria. Si no cambian las damas, torre con su peón 3. Las blancas ganan
el ataque de las blancas será pronto fácilmente la partida en esta forma:
decisivo (cuatro piezas contra la debi- 7. ... ¦e8
litada posición del rey); por ejemplo, 8.¤f7+ ¢g8
3...£d8 4.¤xh7! 9.¤e5 ¦d8
3. ... £xe5 10.¢g2 ¢f8
La posición del caballo blanco en f6 11.h4 ¥e8
se ha reforzado todavía más, pero si el 12.¢f3 ¥f7
cambio de las damas se hubiese poster- 13.¢f4 ¢e8
gado, entonces, 3...¥c8 4.¤xe8 ¦xe8 14.¦a1 ¢f8
(si negras juegan, 4...£xe5 5.fxe5 15.b5 axb5
¦xe8 6.¦hf3, etc.); 5.¤g4 (amenazan- 16.axb5 ¥e8

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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
17.bxc6 ¥xc6
18.¤xc6 bxc6
19.¢e5
1-0
De los ejemplos que anteceden se
desprende la importancia de una casi-
lla fuerte. No podemos entrar aquí en
una discusión más detallada respecto
a cómo es que se producen las casillas
fuertes, cómo debe jugarse en esas ca-
sillas, etc., pues el análisis de estas y
otras cuestiones similares nos llevaría
demasiado lejos.

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