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Margarita Juárez Hernández

Teoría literaria V
27 de septiembre de 2010
Lobo estepario
La novela del escritor alemán explora todos los recovecos del espíritu humano en
un mundo que es hostil, investiga el espacio interior, el espacio en donde fluye el ascenso y
descenso del hombre, la vida y la muerte, la autodestrucción y creación, el dolor y su
tragedia. Cargado de simbolismos, la novela de Hermann Hesse es un tipo de literatura
desde adentro. En estos interiores el ser humano – que tanto interesa a Hesse- tiene por
infierno esta tierra y sólo es posible salir bien librado de ella cuando vivir significa ir
acumulando experiencia y sentido. Sí, sentido a la vida, sentido en un mundo que, al
parecer, ha ido perdiendo uno de sus fundamentos elementales: Dios.

¡Ah, es difícil encontrar esa huella de Dios en medio de esta vida que llevamos, en
medio de este siglo tan contentadizo, tan burgués, tan falto de espiritualidad, a la
vista de estas arquitecturas, de estos negocios, de esta política, de estos hombres!1

Si bien la muerte de Dios ya había sido motivo de reflexión para los románticos –Hölderlin,
Nerval, Jean-Paul, Vigny y Victor Hugo-, Nietzsche va más allá del cielo negro de los
poetas. Ya no es únicamente de la soledad individual sino se trata de la “soledad filosófica,
tal y como lo enseña Zaratrustra, la ausencia de fundamento, la carencia originaria”.2 El
filósofo alemán plantea una ruptura con el platonismo, con las verdades absolutas, llámense
estas bello, bueno, malo, verdad, etc. Por lo tanto, como lo anuncia Heidegger, la metafísica
ha llegado a su fin, “lo supra-sensible ha perdido su eficacia”. 3 En este contexto surge el
nihilismo y se experimenta como una falta de sentido a la vida, todo es permisible, se
invierten los valores y, quizás, surge el pesimismo. Pero eso no es lo que busca Nietzsche,
el filósofo “al afirmar el nihilismo y la muerte de Dios, llega a la voluntad de poder y a la
teoría del superhombre. Un hombre por fin liberado de los lastres tradicionales y destinado
a crear una nueva era histórica.” 4

Al morir Dios mueren las grandes verdades, y ante esta incertidumbre se abre un abismo.
Nada más angustiante para el ser humano, puesto que ya no hay seguridades, sin embargo,
como menciona Rebeca Maldonado:

Lo más dañino es entregarnos a la ilusión de que hay un piso bajo nuestros pies,
pues en esa medida se pierde la posibilidad de dar una nueva significación y un
nuevo valor a las cosas. El verdadero valor radica en el poder sostenerse sobre

1
Hesse Hermann, El Lobo Estepario. México, Porrúa, 2009, p. 23.
2
Rivara, Perspectivas nietzscheanas. Reflexiones en torno al pensamiento de
Nietzsche. México, UNAM, p. 265.
3
Ibid., p. 264.
4
Ibid., p. 265.
cuerdas flojas y débiles posibilidades, el verdadero valor es bailar […] al borde de
los abismos. 5

Nietzsche, no sólo invita a mirar al abismo sino a hundirse en él. Para ello es necesario
calar hondo, abandonar la zona de confort y arriesgarse a perder lo poco que se tenga, y
saber que en realidad, éstos (los fundamentos, las seguridades) fueron nada. Para ello es
necesario emprender el viaje, la narración,6 que hable sobre quién fue, qué fue, cómo fue y
quién es nuestro héroe problemático, en este caso, Harry Haller, el Lobo Estepario.

Pero ¿quién es el Lobo estepario? Harry Haller es el tipo de hombre que ha intelectualizado
la vida, mas no la ha vivido. Es hijo de la razón, y por lo tanto, hijo de la modernidad. El
Lobo estepario es el héroe cuyo viaje lo lleva a la desesperación, a la locura.

Es quien buscaba entre los escombros de la propia vida el sentido que se había
llevado el viento, quien sufría lo aparentemente absurdo y vivía lo aparentemente
loco y esperaba secretamente aún en el último caos errante la revelación y
proximidad de Dios.7

Durante el viaje que emprende nuestro héroe los lectores somos testigos de la catarsis y
transformación que experimenta nuestro personaje. Para que sea posible dicho cambio es
necesario que, como la gente dice, se toque fondo o en palabras de Nietzsche:
Tú, sin embargo, oh Zaratustra, has querido ver el fondo y el trasfondo de todas las
cosas: por ello tienes que subir por encima de ti mismo,-¡arriba, cada vez más alto,
hasta que incluso tus estrellas las veas por debajo de ti! […]
-¡Descender al dolor más de lo que nunca descendí, hasta su más negro oleaje! Así
lo quiere mi destino: ¡Bien!, Estoy dispuesto. 8
Harry en un profundo descenso de sí mismo se da cuenta que no sabe vivir; la vida
cotidiana le resulta insulsa: bailar, escuchar música popular, amar, reír, bromear, todo
carece de sentido. Él aspira a los ideales profundos, mas éstos se han esfumado en un
mundo que adolece y se contradice.

Bibliografía

- Hesse Hermann. El Lobo Estepario. 8ª edición. México: Porrúa, pp. 255.

5
Maldonado Rebeca, Metáforas del abismo. Itinerarios de ascenso y descenso en
Nietzsche. México, Ediciones Sin Nombre, 2008, p.95.
6
“Ortega y Gasset decía que la vida humana es novela. Y novelar es más que
proyectar; es inventarse, verse, ensoñarse”
7
Hesse Hermann, El Lobo Estepario, op.cit., p. 27.
8
Nietzsche Friedrich, Así habló Zaratustra. Madrid, Alianza Editorial, 2003, p. 225.

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