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Asignatura:
EDUCACION, FAMILIA Y NUTRICION
Facilitador:
ELIJIA REYEZ
Participantes:
Diana García Tavares Mat.15-6695
Fecha:
7 DEL MES DE ABRIL DEL 2018,
Santo Domingo, Este
República Dominicana
INTRODUCCION
Los educadores debemos tener muy presente que una buena alimentación
infantil repercute tanto en el crecimiento físico del niño y niña como en el
crecimiento intelectual de ahí la importancia de informar a los padres para que
tengan en cuenta este factor y le dediquen y presten el tiempo suficiente. En la
actualidad, los estudios sobre nutrición y desarrollo cognoscitivo carecen de
investigaciones que permitan interrelacionar los términos mal nutrición y
rendimiento intelectual del niño y niña y sólo se basan en principios básicos
sobre crecimiento y desarrollo infantil teniendo en cuenta la desnutrición.
Ahora bien, para que estas actuaciones sean eficaces, es importante que el
diseño de las mismas esté recogido en los distintos niveles de concreción
curricular, es decir que quedará recogido en la propuesta pedagógica así como
en las programaciones de aula.
Tanto la familia como los docentes debemos de trabajar para una correcta
alimentación en los niños/as. ™
Implicaciones docentes.
Laura Garde, nutricionista en Pamplona desde 1996, explica que hay que
pensar “en nutrientes que estén vinculados con una mejora de la
capacidad de concentración y la estimulación de la memoria, además de
ser necesario un estado de ánimo óptimo”.
“Lo mejor es distribuir (estos nutrientes) en cinco comidas diarias”, dice Garde,
“el motivo es repartir la energía de la forma más equitativa posible”. Las más
importantes en cantidad deberían ser el desayuno y la comida, dejando a la
cena en un nivel más bajo pero superior al almuerzo y la merienda, además de
aprovechar estos dos pequeños kit-kat para tomar una manzana o algo de fruta
y relajar el cerebro.
“El objetivo de estos tentempiés”, explica Garde, “es ayudarnos a evitar que la
cena y la comida sean copiosas”. Cuando se llega a una comida principal con
mucha hambre el comensal se lanzará a una inevitable sobre ingesta debida a
llevar muchas horas sin comer, lo que hará que la digestión sea más lenta, nos
va a llevar a una bajada de la tensión y nos va a amodorrar. Y aunque sea el
momento perfecto para una siesta, se supone que estamos estudiando.
Ten muy en cuenta que las digestiones pesadas o el exceso en las comidas
puede provocar somnolencia y hasta malestar de modo que no estudiarás en
las condiciones adecuadas. Tener horas fijas y mantener un control en las
comidas puede ayudarte para que esto no ocurra.
CONCLUSIÓN
Los niños en edad escolar necesitan una dieta adecuada para crecer,
desarrollarse, estar protegidos frente a las enfermedades, y tener la energía
para estudiar, aprender y ser físicamente activos.
Los programas de alimentación y nutrición escolar son clave para que los niños
disfruten de los derechos humanos a la alimentación, la educación y la salud.
Mediante intervenciones complementarias como los almuerzos escolares y la
educación alimentaria y nutricional, los alumnos pueden mejorar sus dietas,
desarrollar prácticas alimentarias más saludables, y extenderlas a sus familias
y comunidades.
Los niños llegan a las escuelas a una edad a la cual se están creando sus
hábitos alimentarios y de salud. Las escuelas también influyen en las familias y
la comunidad escolar, y pueden ser un medio para una mayor participación de
la comunidad.
OPINION PERSONAL ACERCA DE LOS TEMAS TRATADOS.