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La revolución Inglesa
La revolución inglesa se desarrolló durante un período bastante
extenso, de casi cien años. Esta revolución fue un proceso de
transformaciones que concluyó con la consolidación de un modelo
político característico: la monarquía parlamentaria.
La revolución inglesa se produjo en el marco del siglo XVII, momento el
cual el modelo político exitoso era el implementado en Francia por Luis
XIV: la monarquía absolutista. Se trataba de un régimen político que
concentraba el poder en la persona del rey Luis XIV. El era quien
aglutinaba bajo su autoridad todas las funciones del Estado. La
justificación de este poder absoluto afirmaba que al monarca le
correspondía ejercer esa autoridad por derecho, por herencia, ya que su
estirpe había sido designada directamente por dios, de quien recibía su
poder. Por lo tanto, no había posibilidad de discutir su autoridad.
La revolución inglesa, que fue contemporánea a su reinado, significó
una negación del absolutismo, ya que marcó al mismo tiempo el fracaso
del proyecto político de la casa de Estuardo de imposición de un
gobierno absoluto, y la victoria de quienes exigían la existencia de
instituciones y mecanismos de control para el ejercicio del poder
público.
Durante los siglos XIV y XV, Inglaterra asistió a una serie de reformas
económicas, que implicaron un crecimiento notable de la producción y
de las exportaciones, modificando significativamente la estructura social
tradicional. Un grupo social, que adquirió gran importancia en este
proceso fue la gentry, es decir, la burguesía rural, integrada por
pequeños empresarios burgueses.
Para el siglo XVI, la Gentry había adquirido atribuciones políticas, en el
marco de un sistema político compuesto por dos cámaras legislativas –
los Lores y los Comunes- que acompañaban al monarca en su gestión
ejecutiva. La Cámara de los Lores estaba compuesta exclusivamente
por miembros de la aristocracia inglesa, y sus funciones principales
consistían en asesorar al rey en su política interna y externa y actuar
como máximo tribunal de justicia. Por su parte, la Cámara de los
Comunes -compuesta tanto por nobles como por plebeyos- contaba con
las facultades de aprobar o denegar la sanción de nuevos impuestos y
de proponer la sanción de nuevas leyes. A la Cámara de los Comunes
se accedía por elección, mediante un sistema de voto censatario, es
decir, sólo votaban quienes pagaban por encima de un determinado
nivel de impuestos. Sólo accedían la nobleza y la burguesía más
adinerada y exitosa.
Los reyes Jacobo I y Carlos I de ka dinastía escocesa católica Estuardo,
que por entonces ocupaba el trono inglés.
En la década de 1630, el monarca intentó aumentar sus atribuciones.
Finalmente –y pasando sobre el Parlamento-, pretendió imponer nuevos
impuestos sin considerar la opinión de los legisladores. Estas iniciativas
fueron respondidas con la gestación de un movimiento revolucionario
por parte de la burguesía (los integrantes de los Comunes), que trataron
de derrocar a Carlos I, pero tenía el apoyo de la mayor parte de la
aristocracia. Sin embargo, este respaldo no le bastó, ya que fue
derrotado y ejecutado en 1640.
Por un período de veinte años, la monarquía inglesa se disolvió, y los
destinos de la nación fueron conducidos por un primer ministro
proveniente de la burguesía: Oliver Cromwell. Si bien Cromwell llevó
adelante un proceso de reformas que beneficiaban a los burgueses –se
verificó una significativa expansión económica y se consolidó régimen
de la propiedad privada-. Durante la mayor parte del período Cromwell
prescindió de la labor parlamentaria, acusándola de dilatoria y corrupta.
A la muerte de Cromwell, y ante la falta de alternativas, los
representantes de la aristocracia y la burguesía acordaron reinstalar en
el trono a su sucesor del monarca ejecutado, Carlos II, exigiéndole
juramentar su respeto de derechos y las atribuciones legislativas. El
nuevo rey accedió, pero inmediatamente tanto él como su heredero,
Jacobo II, insistieron con el proyecto absolutista. La revolución de 1688,
producto de una alianza entre la aristocracia y la burguesía inglesa
acabó definitivamente con las pretensiones de los Estuardo. Este
movimiento ha sido denominado Revolución Gloriosa, porque consiguió
implementarse sin derramamiento de sangre.
Luego de descartar otras opciones, los conjurados decidieron instalar el
trono inglés a Guillermo de Orange, un príncipe holandés que además
estaba casado con la hija de Jacobo II. Para poder gobernar, Guillermo
III iba a tener que apoyarse en el Parlamento.
La capacidad ejecutiva del nuevo monarca se veía recortada con
respecto a sus antecesores, ya que en adelante debería limitarse a
ejecutar las decisiones parlamentarias.
Los modelos de la monarquía absoluta y la monarquía parlamentaria
tuvieron como principales publicistas en Inglaterra a dos filósofos
políticos: Thomas Hobbes y John Locke. Hobbes, quien vivió en la
primera mitad del siglo XVII, fundamentó la razón y la conveniencia de
contar con un monarca absoluto, afirmando que los hombres
necesitaban vivir en el marco de un Estado, y que ese Estado sólo era
posible en la medida en que estuviese revestido de una autoridad fuerte.
Para Hobbes la autoridad era producto de un proceso en el que uno
solo –el monarca- había conseguido someter a todos los demás,
respetándoles la vida a condición de su reconocimiento como rey, sin
ninguna clase de condicionamientos, A partir de ahí, el monarca estaba
en condiciones de garantizar la creación y la vigencia de una institución
fundamental, característica de la vida en sociedad: la propiedad privada.
Para obtener fondos con los cuales manejar el Estado, el monarca
estaba autorizado a recaudar impuestos, pero esta facultad exigía,
como contrapartida, la garantía de la protección de la vida y de la
propiedad de los miembros de la sociedad. Lo fundamental era
garantizar la libertad del hombre como propietario.
EL concepto de guerra civil que instaura Hobbes no plantea la
necesidad de la existencia de dos bandos, sino que la define como una
situación de anarquía que se da en una sociedad y que implica la
disolución de un orden previo. Es decir, una sociedad que ha salido del
caos inicial, se ha organizado y ha tenido un Estado, pero que luego el
Estado ha ido abandonando las funciones que tenía que cumplir. En ese
sentido, considera que es peor la existencia de un Estado conformado
de esa manera que su inexistencia, ya que se trata de un Estado que no
cumple y no garantiza los derechos que tiene que garantizar y al, mismo
tiempo, representa un estorbo porque toma decisiones que benefician a
los amigos del poder, perjudicando al resto de la sociedad.
John Locke, a quien tradicionalmente se ha considerado como padre del
liberalismo político, intentó fundamentar un modelo político sobre la
base de la solución resultante del proceso revolucionario en Inglaterra.
Locke planteó la separación de poderes. Para él resultaba
imprescindible que en una sociedad estuvieran separados el Poder
Legislativo y el Ejecutivo. Al respecto, sostenía que si se le diera a la
misma persona o al mismo grupo de personas la atribución de crear
leyes y de aplicarlas, no se estaría frente a un Estado sino frente a una
tiranía. Es decir, que se crearía una situación en la cual una pequeña
casta dispondría y sometería en su propio beneficio al resto de la
sociedad. Además, Locke planteaba que la soberanía política no residía
en el monarca, sino en la sociedad, es decir, que el poder del monarca
no era otorgado por dios sino por delegación del pueblo, fuente
primigenia de la legitimidad política. Como en el caso de Hobbes, Locke
consideraba que la sociedad había surgido de una suerte de caos
general, al que también definía con el nombre de Estado de Naturaleza,
pero a diferencia de Hobbes, Locke sostenía que dentro de ese caos
general los individuos se fueron organizado hasta firmar entre sí un
primer contrato que dio origen a la sociedad. A este acuerdo lo
denomina “pacto originario”, en el que los individuos sentaron las bases
de la organización social, creado sus reglas de juego y consolidado la
propiedad privada. Ya en un segundo momento, continúa Locke, la
sociedad en su conjunto firmaría un segundo contrato con un individuo –
el monarca-, encargándole el ejercicio de la funciones de gobierno,
subordinado al interés común. A este acuerdo de gobernabilidad lo
denomina “pacto de sujeción”. De este modo, el monarca podía ejercer
el gobierno en la medida en que no propiciara con el mandato para el
cual había sido designado; pero, en la medida en que no propiciara la
felicidad general y no gobernara en beneficio de la sociedad, ésta podía
rebelarse; es decir, retenía un derecho de rebelión.
La revolución norteamericana
La revolución Francesa
capítulo 9: Lettieri
Las ideas burguesas de la revolución francesa se expandieron y se
instalaron gracias a Napoleón. Pero la derrota de Waterloo había
demostrado que todavía había cierta fuerza aristocrática. Las
revoluciones liberales iban a instaurar y producir cambio sociales,
políticos y culturales.
Con la caída de Napoleón en 1815 se va un instaurar una serie de
transformaciones.
Contexto:
Ideas de la revolución francesa: igualdad, libertad y fraternidad.
La burguesía se va a ver beneficiada con el nuevo código civil impuesto
por Napoleón: Que se conoce en europa y difunde los principios
liberales: los derechos liberales como la propiedad privada , el comercio
y el fin del mundo feudal, Acompañado por el desarrollo de las ideas y el
crecimiento de la clase popular.
En el ciclo de las revoluciones burguesas es la burguesía la beneficiada
en este momento. Se suma a las clases populares, se convierte en
aliada y cuando no le conviene más les da la espalda y se une de nuevo
a la aristocracia. En 1848 la burguesía se vuelve consensuada, ha
conseguido acceder a la política y crece la clase trabajadora.
Ciclo de revoluciones:
Reforma de 1848:
Contexto: El mundo había cambiado. A mediados del SXIX aparecieron
nuevos países industrializados, Se produce un desarrollo económico de
los países apoyándose en un sector industrial. Nacen nuevas industrias
electrónicas, químicas y luego más tarde el petróleo.
Hay una nueva fase de desarrollo capitalista que junto con el
desarrollo industrial la hizo el sector obrero.
Nueva fase de rescisión de la producción, de caída. La expansión
de los transportes, de los ferrocarriles: Hacia 1848 el descontento de las
clases
populares alcanza su nivel más alto en el marco de una crisis
económica
profunda provocada por el descenso de la producción agraria. Malas
cosechas provocan la falta de alimento y la subida
de los precios de los alimentos.
Se produce nuevamente en Francia un levantamiento, Luis Felipe de
Orleans.
Se instala un nuevo proceso político. Se instaura la nueva
república: Segunda república con sufragio universal. Se elige como
represente
al nieto de Napoleón: Luis Bonaparte. Se da una nueva constitución en
la
cual se plantea que están prohibidas las rebeliones. Bajo el mando de
napoleón
la economía crece a través del comercio, las finanzas y Francias
comienza a competir como una potencia. Luis Napoleon tiene el
apoyo de todos los sectores (Burguesía, aristocracia y los sectores
populares).
En 1852 se realiza golpe de estado y se instala el segundo imperio.
Emperador
Napoleon III. Se prohíbe el derecho a la asociación y el fin de Napoleon
III se
da en la guerra de 1871.
CONTEXTO
Cerró un período histórico iniciado un siglo antes (1815) donde la paz
fue el objetivo más deseado por las potencias.
Fase de expansión capitalista. En 1850 el capitalismo económico se
extiende y lleva a la crisis de 1853 que determinará una expansión
colonial de los países más desarrollados.
La libre circulación genera nueva competencia en el mercado.
Las empresas comienzan a transformarse y tienen la necesidad de
nuevos capitales.
Introducción del proteccionismo en los países más desarrollados-
Durante todo el siglo XIX el Estado se consolidó como un organismo de
dominación y esta era la fórmula que encontró el régimen de
acumulación para acallar los conflictos. La función soberana externa se
resquebrajó a partir de 1873 con el inicio de imperialismo y estallo con el
inicio de la primera guerra mundial.
Dos Alianzas
1) En 1882 se crea un sistema de alianzas: se van a firmar una serie
de acuerdos que van a concluir con la creación de la triple alianza
integrada por: El imperio alemán, el imperio austrohúngaro e Italia
para evitar los avances imperiales de Francia y Gran Bretaña
2) El frente que unía a Inglaterra y Francia requería otra nación que
contuviera el avance por el este de Alemania y mantuviera a raya los
intentos de Austria-Hungría por dominar los Balcanes. El reparto
colonial había dejado en desventaja a Alemania, la cual estaba en
condiciones industriales y militares de avanzar en busca de nuevos
mercados; se tornaba necesario, entonces, otro acuerdo que
equiparara las fuerzas de la Triple Alianza: éste se firmó recién en
1909, compuesto por Inglaterra, Francia y Rusia, y se conoció como
la Triple Entente.
El proyecto de los Eslavos Libres del Sur tenía base en Serbia, pero sus
ramificaciones por todos los países balcánicos hicieron que el asesinato
del archiduque Fernando fuera realizado por un agente bosnio de la
organización serbia Mano Negra, brazo armado del movimiento E.L.d.S.
Por eso se trató de un conflicto de mayor envergadura que involucraba
a tres imperios y que por efecto de las alianzas preexistentes y por las
propias necesidades de expansión y del prestigio nacionalista alemán
se transformó en la Primera Guerra Mundial. El asesinato del heredero
del imperio austro-húngaro fue el desencadenante.
El tercer cambio que se operó en este año fue la decisión del presidente
norteamericano Wilson de ingresar a la Guerra Mundial. Este viraje de la
política internacional norteamericana fue justificado desde diversas
perspectivas. Una de ellas da cuenta que Estados Unidos encarnó con
su intromisión una cruzada democrática y moralista. También se afirma
que Estados Unidos se vio obligado a ingresar porque en el transcurso
de la guerra se había transformado en el principal acreedor de los
países aliados y debía acelerar la culminación urgente del conflicto para
asegurarse el cobro de las deudas. Una tercera perspectiva considera
que Estados Unidos esperó estratégicamente a que ambos bandos se
debilitaran para ingresar a la guerra oxigenando el conflicto, que por otra
parte le era ajeno; con esto se garantizaba salir victorioso y lograr un
lugar de privilegio en la configuración del orden mundial posterior a la
contienda. Efectivamente el gobierno sustentó su ingreso a la guerra
bajo la consigna de la lucha por la democracia y la libertad.
Con la ayuda propiciada por Estados Unidos, los aliados comenzaron a
avanzar sobre territorios enemigos en forma cada vez más firme a partir
del mes de julio de 1918, y en pocas semanas, con sus aliados
destruidos, Alemania, se declaraba vencida.
Consecuencias económicas:
La guerra produjo una serie de transformaciones en la economía. Se
exigió a los gobiernos intervenir sobre las cuestiones económicas para
tratar de garantizar la producción y distribución de los alimentos.
En primer lugar, debía intervenir en el mercado de trabajo, ya que la
escasez de mano de obra podría disparar los salarios. La mano de obra
se cubrió temporariamente con trabajo femenino. En lo que respecta a
los problemas de producción y distribución de materias primas y
alimentos, el Estado debió aplicar una política de racionamiento, fijando
cupos máximos para las familias. El Estado aplicó severos controles y
prohibiciones en el comercio exterior.
Consecuencias políticas:
Con el final de la primera guerra se necesitó hacer una reconfiguración
del mapa político en europa. Desaparecieron cuatro imperios: El imperio
alemán, el austrohúngaro, el turco otomano y el imperio ruso.
Teórico: de traverso