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Enfermedades Gastrointestinales.

Las enfermedades gastrointestinales son aquellas que atacan el estómago y los intestinos; en
general, son ocasionadas por bacterias, parásitos, virus y ciertos alimentos, aunque algunos
medicamentos también pueden provocarlos.

Es importante recordar que este tipo de padecimientos requieren de atención médica, el doctor es
quien debe determinar el problema y brindar un tratamiento adecuado, es el caso de la gastritis y
la colitis que se producen por molestas inflamaciones.

Las enfermedades gastrointestinales se presentan más a menudo con una o más de cuatro clases de
síntomas y signos comunes:

1. Dolor en el abdomen o el pecho.


2. Ingestión alterada de alimentos (Ej., que se origina por náuseas, vómitos, disfagia
[dificultad para deglutir], odinofagia [deglución dolorosa], o anorexia [falta de apetito]).
3. Defecaciones alteradas (diarrea o estreñimiento).
4. Sangrado del tubo digestivo, que ocurre sin aviso, o va precedido por uno o más de los
anteriores.

Sin embargo, no todos los casos de una enfermedad gastrointestinal particular se presentan del
mismo modo. Por ejemplo, la enfermedad ulcerosa péptica, aun cuando se acompaña de dolor en
el abdomen, puede ser indolora.

La enfermedad gastrointestinales puede limitarse al tubo digestivo (ej., esofagitis por reflujo,
úlcera péptica, enfermedad diverticular), ser una manifestación de un trastorno sistémico (ej.,
enfermedad inflamatoria intestinal), o presentarse como una enfermedad sistémica causada por un
proceso patológico gastrointestinal primario (ej., deficiencias de vitamina por malabsorción).
Dado que diferentes partes del tubo digestivo se especializan en ciertas funciones, las causas,
consecuencias y manifestaciones más prominentes de la enfermedad difieren de un sitio anatómico
a otro.

En etapa aguda, la enfermedad gastrointestinal suele complicarse por deshidratación, sepsis o


sangrado, o por sus consecuencias, como choque. La deshidratación puede suceder como una
consecuencia de alteraciones, incluso sutiles, del ingreso o egrese de líquido porque el volumen
del mismo que pasa por el tubo digestivo a diario es enorme. La sepsis puede producirse por
alteración de la función de barrera contra agentes patógenos en el ambiente, entre ellos bacterias
que residen en el colon. La tendencia a sangrado es un reflejo de la tremenda vascularidad del tubo
digestivo y la dificultad de aplicar presión en el sitio de sangrado.

La enfermedad gastrointestinal crónica puede complicarse por mal nutrición y estados de


deficiencia, los cuales ocurren porque muchas enfermedades gastrointestinales primarias causan
malabsorción.

Causas de las enfermedades gastrointestinales

Pueden ser motivos orgánicos o psicológicos.

 Bacterias, virus o parásitos:


 Shigella: Es un tipo de bacteria que puede infectar el aparato digestivo, provocando
un amplio abanico de síntomas, desde la diarrea, los retortijones, los vómitos y las
náuseas hasta complicaciones y enfermedades más graves
 Salmonela Typhy: Sólo infecta a la especie humana y se aloja en el intestino
delgado, principalmente.
 Estrechia Colli: Es una bacteria que se encuentra normalmente en el intestino del
ser humano y de otros animales. También es la causa más frecuente de infección
urinaria y, en menor medida, de otras infecciones como meningitis en el neonato o
infecciones respiratorias. Entre los tipos de E. Colli que producen gastroenteritis
“el más destacado por su patogenicidad es el denominado E.
Colienterohemorrágico, que produce un cuadro que va, desde dolores estomacales,
hasta vómitos y diarrea, en muchas ocasiones sanguinolenta.
 Colibacterium.
 Colera-Parásitos: Es una infección intestinal aguda causada por la ingestión de
alimentos o agua contaminados por la bacteria Vibrio Cholerae. En el 80% de las
personas que presentan síntomas estos son leves a moderados; un 20% padece
diarrea acuosa aguda con deshidratación grave.
 Aguda o alimentos contaminados: El agua no tratada proveniente de zona volcánica, los
químicos y agentes patógenos aplicados al suelo contribuyen, la comida chatarra que
consumimos en la calle.
 Fecalismo al aire libre o lugares poco sanitarios: Los baños públicos, el fecalismo al aire
libre.
 Estrés emocional: Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones
psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.
 Genética: La enfermedad también puede ser transmitida a las generaciones futuras.
 Consumo de irritantes: Alcohol, café, medicamentos.

Enfermedades gastrointestinales más comunes.

Apendicitis (Inflamación del apéndice).

Es una inflamación del apéndice cecal (situado en el ciego, la porción inferior del colon derecho)
o apéndice vermiforme. La apendicitis es una enfermedad muy frecuente que afecta principalmente
a personas jóvenes.

La apendicitis puede tener diferentes causas,


como una obstrucción del apéndice cecal por
cuerpos extraños. Algunas enfermedades
inflamatorias del intestino como, por ejemplo,
la enfermedad de Crohn, también pueden ser la
causa de apendicitis.

Los síntomas en una apendicitis son dolor en la región inferior del abdomen y una intensa
sensación de malestar junto con náuseas y vómitos.

Mediante la palpación del abdomen en determinados puntos de presión y dolor característicos, el


médico puede determinar de forma bastante certera si se trata de una apendicitis.
Una ecografía puede ayudar a determinar el diagnóstico. En caso de duda, el diagnóstico se efectúa
mediante tomografía computerizada e incluso por medio de una laparoscopia. Esta puede
confirmar inequívocamente la existencia de una apendicitis y el cirujano puede operar
inmediatamente.

Una apendicitis puede evolucionar en diferentes fases que se suceden en orden cronológico. El
paso a la siguiente fase supone el agravamiento de la enfermedad. En principio, puede diferenciarse
entre una apendicitis simple y una apendicitis complicada.
En una apendicitis es imprescindible un tratamiento rápido para evitar complicaciones y que la
enfermedad siga avanzando. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del apéndice.

El pronóstico es bueno, en general, pero depende también de la celeridad con la que se identifica
la enfermedad y de la fase en la que se halla al comenzar el tratamiento. La mayor parte de los
enfermos se recupera completamente.

En términos generales, una apendicitis no puede prevenirse. Ante la sospecha de apendicitis es


importante actuar rápidamente y acudir al centro de salud para someterse a un examen físico.

Los síntomas de una apendicitis son muy característicos. Normalmente, se presentan siempre los
siguientes síntomas:

 Dolor abdominal

 Falta de apetito

 Náuseas

 Vómitos

 Estreñimiento. En ocasiones se presenta diarrea

Otros indicios de una apendicitis son los siguientes síntomas:

 Fiebre

 Pulso acelerado

 Sudores nocturnos

Colitis Ulcerosa.

La colitis ulcerosa es una inflamación intestinal de evolución crónica y episódica que emana desde
el recto y puede extenderse a todo el intestino grueso.

La colitis ulcerosa suele presentarse en personas de 20 a 40 años de edad. Su causa es desconocida.


Los síntomas típicos incluyen diarrea con mezcla de mucosidad y sangre y dolor abdominal.
Además, puede conducir a pérdida de
peso, complicaciones intestinales e
infecciones en otros órganos. Si se prolonga
durante muchos años la colitis ulcerosa
aumenta el riesgo de cáncer intestinal.

El diagnóstico de la colitis ulcerosa se


realiza mediante colonoscopia, rayos
X, ultrasonido y exámenes de sangre y heces. El tratamiento consiste en evitar la dieta individual
y administración de medicamentos anti-inflamatorios. Si surgen complicaciones puede ser
necesaria la cirugía. El curso de la colitis ulcerosa no es predecible en cada caso, pero la esperanza
media de vida no se reduce ostensiblemente.

Diarrea del viajero.

La diarrea del viajero es aquella diarrea que se manifiesta durante un viaje o poco después de éste.
Los causantes suelen ser infecciones por bacterias o virus.

El viajero adquiere el agente patógeno a través de la


alimentación o del agua potable. Las consecuencias
pueden aparecer en unas pocas horas o tras varios
días: las deposiciones varían y pueden ser de
consistencia blanda o líquida. En casos graves puede
presentarse también dolor de
estómago, vómitos, fiebre, mucosidad o sangre en
las deposiciones.

Aproximadamente un tercio de las personas que viajan al Trópico padecen diarrea del viajero. En
Centroamérica, Sudamérica, África y el sudeste asiático el riesgo de sufrir diarrea del viajero es
muy elevado. Los pacientes deben tomar una serie de medidas importantes para combatirla, como
por ejemplo tomar agua con electrolitos para restaurar la pérdida de agua y sales. Al principio se
recomienda comer pan tostado y galletas y beber té ligeramente azucarado.
Dispepsia.

La dispepsia es un trastorno frecuente del estómago que se caracteriza principalmente por la


presencia de molestias en la parte superior del abdomen. Suele manifestarse con
pesadez, presión, ardor de estómago, gases, náuseas o vómitos. Se clasifica en dos tipos, según las
causas que la producen: dispepsia orgánica y dispepsia funcional.

Así, la dispepsia orgánica puede ocasionarse debido a problemas o enfermedades gástricas


(úlceras, cáncer gástrico…), duodenales (lesiones obstructivas…), esofágicas (ERGE, cáncer de
esófago…), enfermedades biliares, pancreáticas, metabólicas como diabetes, hipertiroidismo o
hipotiroidismo y por la toma de algunos medicamentos (antibióticos, estrógenos,
antiinflamatorios…).

La dispepsia funcional se diagnostica cuando no hay una causa orgánica para justificar los
síntomas. Los problemas psicológicos (estrés, ansiedad…) podrían ser un posible desencadenante
de este tipo de dispepsia.

El diagnóstico correcto de la dispepsia se establece, en primer lugar, mediante la historia clínica,


así como mediante una exploración exhaustiva. Para descartar otras enfermedades digestivas (del
estómago, el esófago, el intestino…) normalmente, el paciente con dispepsia debe realizar un
análisis de sangre y una gastroscopia.

Gastritis.

La gastritis es una patología muy común, que se define como una inflamación de la mucosa
gástrica. Se distingue una forma crónica y una forma aguda que puede cursar con o sin síntomas y
cuya diferencia fundamental es el tiempo de duración del trastorno. Las gastritis se producen con
mayor frecuencia en pacientes con edades avanzadas. Las causas pueden ser muy variadas.

Una gastritis se puede presentar con síntomas muy diversos. Dependiendo de la velocidad a la que
se desarrolla la enfermedad de la mucosa gástrica y cuánto dura, se diferencia entre formas agudas
o crónicas:

Gastritis crónica
Una gastritis también se puede desarrollar lentamente de forma paulatina, sin que los pacientes
noten ningún síntoma especial. Aunque en raras ocasiones, la gastritis crónica también puede
presentar síntomas como, por ejemplo:

 Sensación de saciedad

 Flatulencias

 Diarrea

 Dolor abdominal

 Pirosis

Gastritis aguda

Una gastritis puede aparecer de forma repentina y los correspondientes síntomas pueden ser
causados, por ejemplo, por sobredosis de analgésicos, intoxicaciones alimentarias o infecciones
gastrointestinales agudas (diarrea y vómitos). Una gastritis aguda suele estar ligada a los
siguientes síntomas:

 Sensación de presión y dolor abdominal, especialmente en la parte superior del abdomen


(sobre todo cuando se ejerce presión sobre él con la mano en la palpación abdominal).

 Falta de apetito.

 Náuseas y, en raras ocasiones vómitos.

 Eructos.

 Mal sabor de boca.

Estreñimiento.

El estreñimiento, se caracteriza por una defecación infrecuente, menos de tres veces por semana,
y con deposiciones duras que solo permiten una evacuación con dificultad y, en ocasiones, con
dolor. El estreñimiento es uno de los trastornos gastrointestinales más frecuentes. Afecta
especialmente a mujeres, sobre todo durante el embarazo.
Además del estreñimiento, muchos afectados tienen también una sensación de evacuación
incompleta constante. En raros casos, el recto está casi completamente bloqueado y solo puede
vaciarse utilizando los dedos.

El estreñimiento suele aparecer por una alimentación incorrecta o como efecto secundario de
determinados tratamientos con medicamentos. También otros factores como la alteración de las
rutinas diarias, en viajes o en casos de trabajadores a turnos por ejemplo, o el estrés pueden
dificultar la evacuación. En ocasiones, el estreñimiento es un síntoma de otra enfermedad como
en casos de cáncer de colon, síndrome de intestino irritable, hipotiroidismo o enfermedades
mentales y del sistema nervioso. Si no puede hallarse ninguna causa, se habla de estreñimiento
funcional.

Algunos factores que aumentan el riesgo de estreñimiento son la edad (mayor incidencia en adultos
mayores de 65 años), la depresión, el sedentarismo, una baja ingesta calórica o de líquidos y
algunos medicamentos. Los pacientes encamados, con demencia o enfermedades neurológicas
también pueden verse afectados en mayor medida por este problema. Además, existe una mayor
incidencia de estreñimiento en las mujeres que en los hombres, especialmente en el caso de
las embarazadas.

Los síntomas típicos del estreñimiento son unas heces duras y, en muchos casos, la incapacidad de
realizar la evacuación, acompañado muchas veces de dolor.

Defecar menos de tres veces por semana es un indicio de estreñimiento

Síntomas de alarma:

 Estreñimiento de nueva aparición en un paciente mayor de 50 años.

 Persistencia de los síntomas en la noche.

 Cambio en el calibre de las heces. Estrechamiento del bolo fecal.

 Síntomas obstructivos.

 Historia familiar de cáncer de colon o enfermedad inflamatoria intestinal.

 Anemia ferropénica.
 Pérdida de peso.

 Sangrado rectal.

 Test de sangre oculta en heces positivo.

Salmonella, Salmonelosis.

La salmonelosis es una forma de gastroenteritis causada por consumir alimentos contaminados por
bacterias de salmonellas (salmonella enteritis) que da lugar a dolor abdominal, vómitos, fiebre, y
diarrea. Se caracteriza por un período de incubación de 6 a 48 horas. Habitualmente los síntomas
duran de 4 a 7 días. Para prevenir la salmonelosis es importante cuidar la preparación de las
comidas, la refrigeración de los alimentos y el lavado adecuado de las manos.

Las salmonellas son bacterias que se dan, sobre todo, en los animales. Pero también pueden
extenderse a las personas. Existen muchas clases de salmonellas que producen enfermedades en
los seres humanos. Además de la salmonelosis producida por salmonellas, también denominada
salmonella enteritis, en la cual la infección se limita al tracto intestinal (del latín enteritis,
inflamación del intestino), las salmonellas son también las responsables de infecciones graves
generales como el tifus y el paratifus. En el caso de estas dos últimas enfermedades se trata de
salmonella en el más amplio sentido de la palabra (enfermedades producidas por bacterias de
salmonella). Generalmente se denomina salmonella a la forma de la enfermedad que produce
enteritis, es decir la denominada salmonella enteritis. En todos los casos de salmonella, es
obligatorio notificarlo a las autoridades.

En general, en el caso de una salmonelosis provocada por salmonellas (salmonella enteritis)


los síntomas aparecen de repente. Los síntomas característicos de una enfermedad de salmonella
son una diarrea acuosa, malestar, fuertes dolores de estómago, vómitos y dolores de cabeza.
También puede aparecer fiebre; por el contrario, los escalofríos son poco frecuentes. Apenas
pasadas unas horas después haber contraído una infección de salmonella, el estado general de salud
ya está muy deteriorado y los afectados se sienten realmente enfermos.

Por lo general, los síntomas desaparecen pronto. Las diarreas dejan de producirse tras dos o tres
días desde el inicio de la infección de salmonella, en casos infrecuentes en máximo una semana.
Los pacientes se recuperan pronto, en cuanto se recupera el equilibrio de la pérdida de líquido
causada por la salmonella.

Intolerancia a la lactosa.

La intolerancia a la lactosa se manifiesta cuando el organismo reacciona de forma patológica ante


el azúcar de la leche. En estos casos, el cuerpo no puede digerir la glucosa de la leche (lactosa). La
intolerancia a la lactosa se conoce también como intolerancia a productos lácteos.

La lactosa es un azúcar doble (disacárido) formado por la unión de dos moléculas, una de galactosa
y otra de glucosa. Durante la digestión, el intestino divide la lactosa en sus dos componentes. Las
unidades más pequeñas de azúcares, es decir, la galactosa y la glucosa, pasan por el vello intestinal
y terminan en la sangre. El cuerpo emplea las moléculas principalmente para la generación de
energía.

Para poder dividir la lactosa, el intestino necesita una enzima especial, como si fuera una
“herramienta de corte”, denominada lactasa. Cuando existe una deficiencia de la enzima lactasa se
padece intolerancia a la lactosa. El tracto gastrointestinal no puede digerir la lactosa. En lugar de
a la sangre, la lactosa sin digerir va a parar al intestino grueso. Las bacterias intestinales
transforman la lactosa en ácido láctico y gases, y en otros productos metabólicos que pueden irritar
la mucosa intestinal.

Las molestias como pesadez, flatulencias, dolor estomacal espasmódico y diarrea después de
consumir leche u otros productos lácteos son un indicio de intolerancia a la lactosa. Se estima que
casi la mitad de la población mundial padece intolerancia a la lactosa, en un grado más o menos
grave.

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