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Universidad abierta para adulto Uapa

Tema.
Educación para la paz formación ciudadana

Sustentado por:
Esmeralda dulce maría Domínguez Rodríguez

Matricula.
15-2125

Facilitador/a
Elson Vásquez Guzmán

Nagua. Prov. María T. Sánchez 05 De marzo del 2018


Una definición propia de educación para la Paz
La educación para la paz toma los siguientes rasgos: Presupone tomar partido en el
proceso de socialización por valores que alienten el cambio social y personal. Y Cuestiona
el propio acto educativo, La paz positiva acepta el conflicto como una parte natural de la
vida y procura su pacífica solución. es el proceso de adquisición de
los valores y conocimientos, así como las actitudes, habilidades y comportamientos
necesarios para buscar la paz, entendida como vivir en armonía con uno mismo, los
demás y el medio ambiente.

Conceptualiza acerca del origen de la educación para la paz.


A comienzos del siglo XX en el contexto de la Primera Guerra Mundial, el movimiento de
la Escuela Nueva subrayó la necesidad de trabajar para una comprensión internacional
que permitiera superar las tensiones y hostilidades entre los estados. Al finalizar la
contienda se produce un movimiento educativo caracterizado por la idea de evitar la
guerra así como por su fuerte componente internacionalista. Esta fase dura hasta los años
treinta, cuando las ideas totalitarias como el fascismo y el nazismo experimentan un
importante ascenso.

Después de la 2ª Guerra Mundial se quiso promover la comprensión internacional a través


de la formación en temas interculturales y cooperación internacional. Ambas vías fueron
impulsadas con la creación de las Naciones Unidas y específicamente de la UNESCO con
su Proyecto de Escuelas Asociadas que incorporó la educación para los derechos
humanos y para el desarme.

En los años 60 surge la Investigación por la Paz como disciplina científica. En 1959 se
constituye en Oslo el Instituto de Investigación Social y en 1964 el IPRA (Asociación
Internacional de Investigación por la Paz), que recoge las ideas de Johan Galtung sobre
violencia estructural y las propuestas de P. Freire que ligan la educación con el desarrollo
de los pueblos y la superación de las desigualdades sociales.

El legado de la no violencia, a partir de las propuestas y prácticas tanto sociales como


pedagógicas de Gandhi, viene a enriquecer la Educación por la Paz., basada en la
firmeza en la verdad y acción no violenta, así como en el desarrollo de la autonomía
personal y la desobediencia a estructuras injustas.

En los años 70, en plena carrera armamentística, se puso especial énfasis en aspectos
relacionados con la industria de armas, la amenaza nuclear y la bipolaridad del mundo, en
dos bloques militares enfrentados.
Describe las características que debe reunir el docente que educa para la
paz. y redacta el perfil del educando que haya recibido formación para la
Paz

Características del maestro educador para la paz y estudiante educado para


la paz

Educador Estudiantes

 Debe ser una persona  La paciencia


fraternal.  Latolerancia
 Debe ser una persona que  Lidermoderno
viva, conviva y cree un  Ser autoritario en su campo
mundo de paz, armonía, de acción.
solidaridad y respecto ante  Debe introducir con humildad
la cultura.
el mismo y ante los demás.
 Debe ser solidario y obrar en
 De mentalidad abierta y de
el bien común.
deseos fieles.  Debe actuar con
 Riguroso, con vigorosa transparencia, lealtad y ética.
autodisciplina, sin miedo al  Debe trabajar por la
esfuerzo, etc. institucionalidad.
 Desarrollarse en equipo.
 Hacer del trabajo un hábito.
 Tiene que buscar ser el
mejor e innovador.
2) Redacta una propuesta de enseñanza a partir del nuevo modelo
curricular dominicano para trabajar contenidos relacionados con educación
para la Paz.

3) Reflexiona acerca de los diferentes momentos en los que la familia utiliza


modos violentos como: gritos, castigos y golpes y explica cómo afecta este
comportamiento en el hogar, escuela y la comunidad.

Los castigos tienen graves efectos sobre el niño, pero también sobre los
padres (y la sociedad, en general). Estos son algunos de los efectos
negativos en el niño:

Enseñan a ser víctima. Acepta los castigos como algo natural y que debe
acatar sin rechistar.
Enseñan a ser violento. Al validar sus padres el castigo, el niño será más
proclive a castigar en su edad adulta. Si el castigo es físico, además, tenderá a
mostrar conductas agresivas con los demás, con sus parejas y con sus familias,
puesto que considera la violencia como un modo adecuado para resolver los
problemas.
Enseñan a ser sumiso. El niño (y futuro adulto) no cuestionará las normas
establecidas, aunque pueda considerarlas injustas. Se limitará a cumplirlas sin
defender su punto de vista.
Enseñan a no razonar. “No debo pegar a mi hermana porque me castigarán”.
Aunque el castigo se acompaña, en ocasiones, de explicaciones sobre la
conducta indeseada, para el niño es prioritario evitar el castigo antes que
comprender dichas razones.
Aumentan la ansiedad y estrés.
Disminuyen la autoestima. “No hago nada bien”.
Impulsarán al niño a repetir la conducta indeseable en cuanto quien le
castiga no esté presente.
Promueven el sentimiento de venganza.
“Hoy me has pillado, pero mañana no lo harás”.

Degradan gravemente los vínculos emocionales entre el niño y sus padres.


“No me comprenden, no puedo confiar en ellos”.
Cuando, por ejemplo, un niño es castigado con “el rincón de pensar”, se está
dejando aislado al niño precisamente cuando más necesita la presencia y guía
de sus padres para comprender sus sentimientos y lo inapropiado de su
conducta.
Promueven el miedo hacia sus progenitores.
El niño obedece porque tiene miedo de ser castigado, y por extensión, acaba
sintiendo miedo también hacia la figura de sus padres.
Invitan al niño a desahogar su frustración con otros niños (pegando,
insultando, gritando, etc.) o con animales (maltratando, desmembrando,
etc.) en ausencia de sus padres.

Estos son algunos de los efectos negativos en los padres:

Generan un sentimiento de ansiedad y culpabilidad. Aunque los padres


consideren que el castigo “era lo correcto” o que “no les quedaba más
remedio”, los padres suelen experimentar ansiedad y culpa por haber
castigado.
Pueden dar pie a una escalada en la intensidad de los castigos. Cuando en el
niño se desarrolla un sentimiento de rebeldía, o cuando un determinado
castigo deja de ser efectivo, se tiende a incrementar la intensidad de los
mismos, facilitando la aparición de castigos físicos o de humillaciones graves
en el niño.
Generan un sentimiento de distanciamiento con el niño. Al verse afectada la
confianza hacia sus padres, el niño se distancia emocionalmente de ellos, lo
cual es fácilmente perceptible por los padres.
Degradan las relaciones familiares. Con el tiempo, las tensiones de las
situaciones de castigo propician la aparición de problemas entre el resto de
miembros de la familia.

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