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El hombre está inmerso en la sociedad y como parte de ella, adopta costumbres heredadas sin
darse cuenta, se vuelven cotidianas y las repite durante toda su existencia. El hombre es parte
de una vida material que la ha incorporado en su vida.
Habrán de pasar siglos para que la economía de mercado y las ciudades, organicen la
producción y dirijan el consumo. Estos dos universos (ciudad y economía de mercado) serán el
motor, es donde surgen las novedades, el progreso y el modernismo. Dentro del mercado, que
es la vida económica, están los tenderos, buhoneros y artesanos porque venden sus servicios,
mercancías, para obtener dinero (hacen intercambios). Por encima de ello están las ferias y las
bolsas. Hay dos tipos de economías de mercado, los primeros eran inferiores y los dos últimos
nombrados, superiores.
S.XVI, aceleración por expansión económica atlántica más ferias internacionales, donde se
produce el tráfico del dinero y el crédito. Se mantiene esta superestructura por la llegada de
metales a América y el sistema de cambio y recambio. Esto cae en la década de 1620 por la
pérdida de fama de los banqueros genoveses.
S.XVII, época de retroceso económico, menos en zona como Ámsterdam, donde se acelera por
sus bolsas y el intercambio de mercancías que se producen, por lo que florecen a su vez las
tiendas.
S.XVIII, aceleración económica a través de los instrumentos de intercambios. Las bolsas tienen
más actividades, se dan en Londres y Ámsterdam. Aparecen los préstamos internacionales, por
lo que fluye el dinero y los créditos. Las ferias pierden importancia y caen los intercambios
tradicionales, en cambio los mercados urbanos y tiendas se animas. Aparecen el mercado
público (controlado por las autoridades) y el mercado privado (no controlado).
Se plantea la pregunta de ¿existían mercados afuera de Europa y cómo eran? Fuera de Europa
existía el mercado, en China, Japón, India, Islam, etc. Se llega a la conclusión que Europa
comparada con el resto, parece haber debido su desarrollo más avanzado a la superioridad de
sus instrumentos e instituciones: las Bolsas y las diversas formas de crédito.Ya que, todos los
mecanismos y artificios del intercambio pueden encontrarse fuera de Europa.
Cuando desaparecieron en occidente Europeo los obstáculos, se logra superar niveles técnicos
y demográficos que perduraron siglos en la sociedad europea. Braudel destaca además que el
consumo de las ciudades revolucionó las formas de producción y comercialización. Plantea que
los mercados existían en sociedades fuera de Europa, pero que no desarrollaron bolsas ni
instituciones de crédito como allí.
Ahora bien, el término capitalismo, más allá de ser anacrónico para la época, se usa para
diferenciar economía de mercado y capitalismo. Esta última palabra es formada por el capital y
el capitalista, es decir, el capitalismo es la inserción de capital en el proceso productivo por
parte del capitalista.
Ahora se empieza a hablar de bien capital, como acumulación capitalista, y la participación del
mismo en el proceso de producción y su resultado en ese proceso. Esto supone que el dinero
por sí solo no es tener un bien capital, ya que este es necesario que circule en el juego del
intercambio.
Hay dos tipos de economía de mercado: Intercambios cotidianos, a corta distancia o local,
transparentes, previsibles, rutinarios. Realizados por pequeños y grandes comerciantes.
Intercambio entre el productor y el cliente, pero puede aparecer un intermediario que influye
en los precios.
Es acá donde aparece el otro mercado: Los mercados privados o contramercados, en estos el
comerciante compra directamente del productor (incluso por adelantado), se firma un papel y
se cierra el trato. Las mercancías obtenidas por el comerciante se exportan. No hay
competencia, no hay transparencia. Empieza la gran acumulación de capital.
Para que este mercado privado(contramercado, capitalismo) triunfe, debe ser apoyado por el
Estado, por ello los burgueses son aliados de los príncipes, así la élite puede tener poder
político. También necesita la complicidad de la sociedad y la acepte.
En otras sociedades como China, el capitalismo tropieza con esos obstáculos sociales. En ella
hay movilidad social, pero es menos estable. Además, es el Estado quien controla todo y no las
familias ricas como en el caso de Occidente. De esta manera, El Estado totalitario chino es
hostil al florecimiento capitalista.
El capitalismo requiere una jerarquía. El capitalismo no inventa las jerarquías sino que las
utiliza.
Esto nos permite saber que las economías-mundo han sido las matrices del capitalismo
europeo y, después, del capitalismo mundial.
Suele suceder que se produzcan descentramiento de los polos económicos (ciudad) pero
cuando se produce uno, tiene lugar un recentramiento en otra ciudad. Estos desplazamientos
se realizaron a través de luchas, choques y fuertes crisis económicas. Por lo general, son los
malos tiempos económicos los que acaban destruyendo el antiguo centro, ya amenazado, y los
que confirman el surgimiento de uno nuevo. De esta manera, el nuevo centro económico va
creando en las zonas que quedan alrededor (periféricas) una desigualdad.
Es en el centro donde toda una modernidad económica avanzada se concentra en este núcleo
(allí se manifiestan los altos precios, los salarios altos, la Banca, las mercancías, las industrias
provechosas y las agriculturas capitalistas, es el punto de partida y de llegada de los largos
tráficos). En cambio, en las zonas periféricas encontramos un nivel de vida baja, competidores
o emuladores del centro. Encontramos allí pocos campesinos libres, pocos hombres libres,
intercambios imperfectos, organizaciones bancarias o financieras incompletas y manejadas a
menudo desde fuera. De esta forma, el capitalismo convive con sociedades serviles y esclavitas
que la alimentan y la sostienen (nutren al centro). Es el centro quien dicta las leyes, fue la que
obligó la esclavitud en América y la servidumbre en Europa del este. El capitalismo es una
creación de la desigualdad del mundo; necesita, para desarrollarse, la complicidad de la
economía internacional. No hubiera crecido con semejante fuerza en un espacio económico
limitado.
En las economías-mundo (de las que venimos hablando) hasta 1750 aproximadamente, estos
centros dominadores fueron siempre ciudades o ciudades-Estado.Ámsterdam, que domina el
mundo de la economía aún a mediados del siglo XVIII, que fue la última de las ciudades Estado.
Por el contrario, hacia mediados del Siglo de las Luces, comienza una era diferente. Londres,
nueva soberana, ya no es una ciudad Estado, sino la capital de las Islas Británicas, que le
aportan la fuerza irresistible de un mercado nacional. Esto da paso a la creación de una
economía Nacional, es decir, un espacio político que es transformado por el Estado y su
intervención, en razón de las necesidades e innovaciones de la vida material, y cuyas
actividades pueden dirigirse juntas en una misma dirección. Sólo Inglaterra pudo realizar
tempranamente esta proeza.
Inglaterra llega a ello por medio de revoluciones, como la Revolución industrial Inglesa. Fue un
movimiento lento, difícil y complejo, pues hay parte que se modernizan y hay otras que no, lo
que hace que evolucione muy pausadamente y con desigualdades. Esto produce se en
Inglaterra y no en otro lugar, porque este sí estaba preparado para ello y mantienen su
economía anterior junto a la nueva, es decir, no se deja de lado lo anterior sino que se
complementa esto con lo nuevo, por lo que todos los sectores de la economía responden a la
aceleración de la producción. Con esto aparece el capitalismo industrial que se basa en la
economía de mercado y de base, en la pequeña industria innovadora y en el funcionamiento
de la producción y por tanto de los intercambios. Esto refleja una evolución conjunta de la
industria y la economía, por lo que el capitalismo conserva la vida material, la economía de
mercado (vida económica) y la economía capitalista.
Con el advenimiento de Londres se pasó una hoja de la historia económica de Europa y del
mundo, ya que el montaje de la preponderancia económica de Inglaterra, marca el final de una
era multisecular, la de las economías con dirección urbana, y también la de aquellas
economíasmundo que, pese al desarrollo y la codicia de Europa, habían sido incapaces de
dominar desde el interior al resto del universo.