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RESUMEN DERECHO CIVIL I

REQUISITOS DE EXISTENCIA DEL ACTO JURÍDICO


Se definen como aquellos que permiten que el acto jurídico nazca
jurídicamente, y coinciden con los elementos de su esencia.

Art. 1444. Se distinguen en cada contrato las cosas


que son de su esencia, las que son de su naturaleza, y
las puramente accidentales. Son de la esencia de un
contrato aquellas cosas sin las cuales o no produce
efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente;
son de la naturaleza de un contrato las que no siendo
esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin
necesidad de una cláusula especial; y son accidentales a
un contrato aquellas que ni esencial ni naturalmente le
pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas
especiales.

Art. 1445. Para que una persona se obligue a otra por un acto o
declaración de voluntad es necesario: 1º que sea legalmente capaz;
2º que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no
adolezca de vicio; 3º que recaiga sobre un objeto lícito; 4º que tenga
una causa lícita.

La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por


sí misma, y sin el ministerio o la autorización de otra.

Los requisitos de existencia del acto jurídico son: Voluntad, Objeto, Causa
y Solemnidades.

Requisitos de Validez del Acto Jurídico

Se definen como aquellos que permiten que el acto jurídico produzca los
efectos queridos o deseados por las partes, sin ningún tipo de vicios. Estos
requisitos son: Voluntad Exenta de vicios, Capacidad de las partes, Objeto Lícito y
Causa Lícita

Así, entendemos que los elementos pueden ser clasificados en:

Internos: Voluntad, Capacidad, Objeto y Causa


Externos: Solemnidades

Análisis de los requisitos generales del Acto Jurídico

LA VOLUNTAD
Jurídicamente es entendido como la determinación libre y la facultad de elegir
entre distintas posibilidades o consecuencias jurídicas, y en el que la liberalidad es
el factor determinante.

Cuando estamos en presencia del acuerdo de voluntades de dos o mas


partes, hablamos de Consentimiento.
Si bien es cierto que la voluntad, como concepto, no se encuentra
definida en nuestra legislación, su ejercicio se encuentra fundado en un principio
denominado Autonomía de la Voluntad, el que si se encuentra presente de
manera tácita en nuestro C.C. En palabras simples, este principio permite le
confiere a las personas la posibilidad de relacionarse jurídicamente en todas
aquellas materias o áreas en que no exista prohibición legal de hacerlo. Incluso,
en materia contractual, los particulares pueden crear obligaciones y celebrar
contratos que no se encuentren tipificados en la ley.

Sin embargo, este principio se encuentra reducido a su mínima expresión


en materia de Derecho de Familia, ya que es la ley la que reglamenta sus
instituciones de manera imperativa y prohibitiva.

Este principio se encuentra recogido en diversos artículos del C.C, como


por ejemplo: 1545, 1560 y 1567 Inc.1°. De estas disposiciones, se desprende que:

 Las personas son libres para obligarse o no hacerlo


 El hombre es libre para renunciar a un derecho o no hacerlo
 Las personas son libres para determinar el contenido de los actos o
contratos que celebren
 Se debe recurrir a la voluntad del autor a la hora de interpretar el acto
jurídico
 Los actos jurídicos pueden ser dejados sin efecto por el simple
consentimiento de las partes que concurrieron a su celebración

En nuestra época, la eficacia de este principio ha ido menguando, sobre


todo por la irrupción de una serie de instituciones jurídicas o figuras contractuales
nuevas, como por ejemplo:

 Contratos de Adhesión: Son aquellos en los que una de las partes dicta su
contenido y la otra solo se limita a aceptar o rechazar.

 Contratos Dirigidos: Son aquellos reglamentados y fiscalizados por el poder


público, y en el que su contenido está determinado por ley.

 Contratos Forzosos: Son aquellos que la ley obliga a celebrar o dar por
celebrados.

 Lesión Enorme: Falta grave de equivalencia en las prestaciones de las


partes que celebran un acto o contrato, y que puede acarrear su nulidad.

 Teoría de la Imprevisión: Afirma que el cambio en las circunstancias de


cumplimiento de las obligaciones emanadas de un acto o contrato, puede
dejarlo sin efecto cuando este cumplimiento es en extremo oneroso para
una de las partes.

Requisitos de la voluntad

Seriedad: Significa que quien la manifiesta tenga la real intención de obligarse o


de producir efectos jurídicos

Sinceridad: El acto celebrado debe ser real y no simulado.

Exteriorización: La decisión de ejecutar un acto jurídico debe ser exteriorizada o


manifestada conforme a la ley
Libertad: La voluntad debe encontrarse libre de cualquier circunstancia que la
haga viciada.
La Manifestación de la Voluntad

Existen 3 formas en que la voluntad puede ser manifestada:

 Expresa: Es aquella en que la voluntad se manifiesta de manera formal,


explícita y sin lugar a dudas. Esta manifestación puede ser verbal o por
escrito:

 Tácita: Es aquella que se desprende de la ejecución de ciertos hechos, y en


la se comunica la voluntad de celebrar un acto jurídico. Aquí hay dos
ejemplos:

Art.1230. Si un asignatario vende, dona, o


transfiere de cualquier modo a otra persona el objeto
que se le ha deferido, o el derecho de suceder en él, se
entiende que por el mismo hecho acepta.

Art.1244. La enajenación de cualquier efecto


hereditario, aun para objetos de administración urgente,
es acto de heredero, si no ha sido autorizada por el
juez a petición del heredero, protestando éste que no es
su ánimo obligarse en calidad de tal.

El Silencio: Es aquella en que la ausencia de manifestación respecto a ciertos


actos o manifestaciones, se entiende como una manifestación de voluntad en
algún sentido. Se diferencia de la voluntad tácita en cuanto a que esta se deduce
de ciertos actos o hechos positivos de una de las partes, y no de lo que esta pudo
haber dicho o dejado de decir.

En este sentido, y de acuerdo a la doctrina, el silencio no debe ser


interpretado como un acto de aceptación en sí mismo. Sin embargo, hay ciertas
situaciones en que la ley le otorga la facultad de producir efectos jurídicos:

La ley le atribuye efectos jurídicos al silencio: En este caso, la ley impone a una de
las partes el deber de pronunciarse, y si no lo hace, dicho silencio produce el
efecto establecido por el legislador:

Art. 1233. El asignatario constituido en mora de


declarar si acepta o repudia, se entenderá que repudia.

Las partes atribuyen efectos jurídicos al silencio: En este caso, las partes deciden
dotar al silencio de la facultad para producir efectos jurídicos. Ej: en materia
societaria, cuando se ha cumplido el plazo de duración de la sociedad, y las partes
nada dicen, se entenderá que este plazo se extiende.

Silencio Circunstanciado: Es aquel que se acompaña de otras circunstancias que


permiten considerarlo como una manifestación de voluntad. Ejemplo: Si un cliente
habitual pide a su proveedor una mercadería, si este nada dice se entiende que
acepta.

No es lo mismo el silencio como manifestación de voluntad que el silenció


por reticencia, es decir, cuando se tiene el deber legar de decir o manifestar algo
explícitamente y no se hace. Ejemplo: Cuando se vende un producto con
repuestos no originales y el vendedor guarda silencio, teniendo el deber legal de
comunicárselo al comprador.
Existen dos causas que suprimen completamente la voluntad, a saber: La
privación total de razón y el error esencial.

Proceso de formación del Consentimiento

El legislador civil no reglamentó la forma en que nace el consentimiento. Sin


embargo, el legislador mercantil si lo hizo, y sus disposiciones se aplican de
manera supletoria e integradora en materia civil.

Las etapas de formación del consentimiento son:

Oferta: Es el acto jurídico mediante el cual una persona manifiesta a otra la


voluntad de celebrar una convención.
La oferta de debe ser completa, es decir, que para que la convención
pueda realizarse baste su sola aceptación. Si la oferta es incompleta, solo da lugar
a negociaciones o tratativas preliminares.
La oferta puede clasificarse en:

 Oferta a persona Determinada o Indeterminada: En la oferta a persona


determinada, el destinatario de la misma se encuentra perfectamente
identificado, y obligan al proponente de manera condicional. En cambio, en
la oferta a persona indeterminada, el destinatario de la misma es el público
en general y no obligan al proponente.

 Oferta Expresa y Tácita: La oferta es expresa cuando se encuentra


formulada en términos formales y explícitos, pudiendo ser verbal o por
escrito.En cambio, la oferta será tácita cuando es posible deducirla de la
ocurrencia de ciertos hechos o comportamientos determinados.

 Oferta a persona presente o ausente: Apunta al tiempo que media entre la


oferta y la aceptación.

Aceptación: Es el acto jurídico unilateral por el cual la persona a quien se ha


dirigido la oferta le da su conformidad.
La aceptación se clasifica en:

 Expresa o Tácita: La aceptación es expresa cuando se encuentra formulada


en términos formales y explícitos, pudiendo ser verbal o por escrito. En
cambio, la aceptación será tácita cuando es posible deducirla de la
ocurrencia de ciertos hechos o comportamientos determinados. En materia
mercantil, ambas se rigen por las reglas de la aceptación expresa,

 Pura y simple o Condicional: La aceptación es pura y simple cuando se


manifiesta en los mismos términos formulados en la oferta, es decir, sin
agregarle o quitarle algo. En cambio, la aceptación es condicional cuando el
ofertado introduce modificaciones a la oferta o solo se pronuncia
parcialmente respecto a ella.

Para que la aceptación forme el consentimiento, debe ser pura y simple,


dentro del plazo legal o aquel señalado por el oferente y mientras la oferta se
encuentre vigente. Respecto al plazo legal, es necesario distinguir:

 Oferta Verbal: Debe ser aceptada en el acto de ser conocida por la persona
a quien es dirigida.
 Oferta Escrita: El plazo de aceptación o rechazo será de 24 hrs, si la
persona a quien va dirigida reside en el mismo lugar del oferente, o a vuelta
de correo si viviese en otro sitio.

La aceptación extemporánea acarrea para el aceptante responsabilidad


contractual o extracontractual, según sea el caso.

Respecto a la vigencia de la oferta, esta se pierde por retractación,


muerte o incapacidad del proponente. Para que la retractación sea efectiva, debe
ser tempestiva y expresa, y genera responsabilidad civil precontractual para el
proponente.

Momento y lugar de formación del Consentimiento

Respecto al momento hay varias teorías, las cuales afirman que el


consentimiento se forma cuando:

 Teoría de la Declaración: Se se acepta la oferta


 Teoría de la Expedición: La aceptación es enviada al oferente.
 Teoría de la Recepción: La aceptación llega al destinatario.
 Teoría de la Información: El oferente toma conocimiento de la aceptación

En la práctica, la determinación del momento en que se forma el


consentimiento tiene importante respecto a:

 Capacidad de las partes


 Existencia o no del acto jurídico
 Leyes aplicables al acto o contrato
 Retractación del oferente

Respecto al lugar de formación del consentimiento, se debe distinguir:

 Las partes viven en el mismo lugar: El lugar del formación está claro
 Las partes viven en lugares distintos: El consentimiento se forma en el lugar
del aceptante o donde la oferta primitiva haya sido modificada

Los Vicios de la Voluntad

El Error

Se define como la ignorancia el concepto equivocado que se tiene de la


realidad, de las cosas o de la ley.
El error puede ser:

De Derecho: Se define como la ignorancia o concepto equivocado que se tiene de


la ley.
De acuerdo con el Art.8° del CC, el desconocimiento de la ley no exime
de su cumplimiento. Además, el Art.1452 establece que no vicia el consentimiento,
y en complemento de lo anterior, genera una presunción de mala fe que no admite
prueba en contrario.
La excepción a la regla anterior la encontramos en la legislación tributaria,
y respecto al incumplimiento por parte de un contribuyente de escasos recursos,
académicamente incompetente, ya que en este caso se podría configurar una
presunción de desconocimiento justificada.

De Hecho: Se define como la ignorancia o concepto equivocado que se tiene de la


realidad o de las cosas.
El error de hecho admite la siguiente distinción

 Esencial: Es aquel que recae sobre la especie o contrato que se ejecuta o


celebra; o sobre la identidad de la cosa específica de que se trata.
Ejemplos de este error los encontramos en los requisitos materiales de
la tradición, y más específicamente respecto al error en el título o de la
identidad de la cosa vendida.
La sanción frente al error esencial es la inexistencia del acto, ya que al
producirse, las voluntades no coinciden, y esto impide el nacimiento del
acto jurídico. Sin embargo, para Arturo Alessandri, la sanción sería la
nulidad absoluta y no la inexistencia.

 Sustancial: Es aquel que recae sobre la materialidad del objeto sobre el que
versa el acto o contrato; sobre una calidad esencial del mismo o sobre
cualquier otra calidad de la cosa y que haya sido el motivo principal de una
de las partes para contratar, siendo este motivo conocido por la contraparte.
La sanción frente al error sustancial será la nulidad relativa

 Accidental: Es aquel que recae sobre cualquier otra calidad de la cosa y


que no se refiere a su esencia ni a su sustancia. No acarrea sanción, a no
ser que esa calidad haya sido el motivo que llevo a una de las partes a
contratar.

 Personal: Es aquel que recae sobre la identidad específica de la persona


con la cual se contrata. Solo vicia el consentimiento cuando la identidad de
la persona es el motivo principal para contratar. Algunos ejemplos:
Contratos Intuitus Personae.
La sanción en este caso será la nulidad relativa e indemnización
respecto a la persona con la que erróneamente se ha contratado.

 Común: Es aquel que es compartido de manera general por la mayoría de


los habitantes de un lugar, donde existe buena fe de parte de aquel que lo
comete y en el que existe un justo motivo para caer en el. Ejemplo:
Matrimonio Putativo. La sanción es la nulidad absoluta.

La Fuerza

Se define como la presión de carácter físico o moral que se ejerce sobre


una persona, con el objetivo de obtener de ella una manifestación de voluntad no
querida. Puede ser ejercida por quien es beneficiado por el acto, o por cualquier
otra persona. Produce la nulidad relativa del acto o contrato.
La fuerza puede ser:

 Física: Es aquella ejercida por medio de actos materiales


 Moral: Es aquella ejercida por medio de amenazas

Para que la fuerza vicie la voluntad debe cumplir con los siguientes
requisitos:
 Injusta: El procedimiento usado por quien ejerce la fuerza no debe estar
permitido por el derecho.
 Grave: La fuerza debe producir una fuerte impresión una persona de sano
juicio, tomando en cuenta su sexo y condición, y debe infundir en esa
persona el justo temor de que él, su consorte, ascendientes o
descendientes se verán expuestos a un mal grave e irreparable.
 Determinante: Debe estar encaminada a obtener una manifestación de
voluntad para que se ejecute el acto jurídico.

El Dolo

En materia de responsabilidad civil extracontractual, se define como la


intención positiva de inferir daño a la persona o propiedad de otro.
En materia responsabilidad civil contractual, se define como la
maquinación del deudor destinada a eludir deliberada y conscientemente el
cumplimiento de una obligación.
Finalmente, el dolo como vicio de la voluntad, se define como toda
maquinación fraudulenta destinada a obtener de una persona su anuencia de
celebrar un acto o contrato.
Este último admite las siguientes clasificaciones:

 Principal e Incidental: El dolo es principal cuando es obra de una de las


partes en un acto jurídico bilateral, y cuando aparece de manera clara que
sin él no se hubiese contratado. Vicia la voluntad y su sanción es la nulidad
relativa. En cambio, el dolo es incidental cuando no influye de manera
determinante en la celebración del acto.

 Dolo Positivo y Negativo: El dolo es positivo cuando se traduce en actos o


hechos que inducen a otra persona a ejecutar un acto jurídico. En cambio,
el dolo es negativo cuando consiste en la abstención, por parte de quien lo
comete, de ciertas circunstancias que, de ser conocidas por el afectado, no
hubiese contratado.

 Dolo Bueno y Malo: El dolo bueno consiste en la exageración o halago


inocente con el que una persona intenta influir sobre la voluntad de otra. En
cambio, el dolo malo consiste en la intención de engañar para inducir a la
celebración de un acto jurídico.

Por regla general, el dolo debe probarse. Sin embargo, hay casos
determinados en los que el legislador presume su existencia:

Art. 1301. Se prohíbe a el albacea llevar a efecto


ninguna disposición del testador en lo que fuere
contraria a las leyes, so pena de nulidad, y de
considerársele culpable de dolo.

En relación con la condonación o renuncia anticipada del dolo, estas se


encuentran expresamente prohibidas por el legislador, ya que configuran un objeto
ilícito, y acarrea la nulidad absoluta del acto. Sin embargo, una vez que el dolo se
produce, se puede renunciar a sus consecuencias, que en este caso se traduce en
una renuncia a los perjuicios que este pudo provocar.

La Lesión : Se define como el prejuicio pecuniario que la realización de un acto o


contrato oneroso conmutativo acarrea al autor o a alguna de las partes. En materia
contractual, se manifiesta en una falta de equivalencia económica de las
prestaciones debidas, pudiendo esta traspasar el límite legal, pasando a
denominarse Lesión Enorme.
En nuestra legislación, solo se le entrega el poder para anular ciertos y
determinados actos y contratos, como por ejemplo:

 Compraventa o Permuta de Bs Rs
 Cláusula Penal
 Mutuo Civil
 Partición de Bienes
 Aceptación de asignación por causa de muerte
 Antícresis

Respecto a sus efectos, no existe uniformidad, ya que en algunos casos


produce la nulidad del acto o contrato, o la rebaja de la prestación que supera el
límite legal.
Respecto al fundamento de la lesión, su objetivo es impedir que una
persona se perjudique de manera ostensible respecto a la otra, y además, protege
a los asignatarios por causa de muerte de un posible daño económico.
En nuestra legislación, la lesión es entendida con un criterio objetivo, es
decir, no tiene relación per se con la voluntad de las partes, y solo es aceptada
cuando supera el límite legal y no antes.

CAPACIDAD DE LAS PARTES


Se define como la aptitud legal para poder se sujeto de derechos, y la
facultad legal de poder obligarse por sí mismo, sin el ministerio o autorización de
otro”. Se clasifica en:

 Capacidad de Goce: Aptitud legal para adquirir derechos,


independientemente de la aptitud para poderlos ejercitar.
 Capacidad de Ejercicio: Facultad legal que posee una persona y que la
habilita para obligarse por sí mismo, sin el ministerio o autorización de otro.

De las Incapacidades

Capacidad de Goce: No existen incapacidades de goce de carácter general. Para


algunos autores, el legislador habría contemplado ciertas incapacidades
especiales para realizar ciertos actos. Pero para otros, estas serían incapacidades
relativas de ejercicio.
A este respecto, el Art.1447 Inc.Final dispone:

Art. 1447 Inc.Final: Además de estas incapacidades hay otras


particulares que consisten en la prohibición que la ley
ha impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos
actos.

Si la prohibición legal es absoluta, la sanción frente a su incumplimiento


será la nulidad absoluta. En cambio, si la prohibición es de carácter relativo, la
sanción será la nulidad relativa.

A su vez, las incapacidades pueden ser Generales, cuando afectan a la


totalidad de los derechos y obligaciones; o Relativas que solo incluyen algunos
derechos u obligaciones.
Ahora bien, cuando el legislador habla de capacidad, debemos entender
que se refiere a la de ejercicio y no a la de goce. Así, la regla general establece
que toda persona es capaz, exceptuando a aquellas personas que la misma ley
declara como incapaces, los cuales se clasifican en:

 Incapaces Absolutos: Son aquellas personas que no pueden ejecutar acto


jurídico alguno por sí mismos y en ninguna circunstancia posible. Son
absolutamente incapaces: Los dementes, los impúberes y los sordomudos
que no pueden darse a entender claramente

 Incapaces Relativos: Son aquellos que pueden actuar en el mundo del


derecho, pero a través del cumplimiento de las denominadas Formalidades
Habilitantes. Son relativamente incapaces: El menor adulto y el disipador
declarado interdicto.

Diferencias entre Incapacidad Absoluta y Relativa

El incapaz absoluto no puede actuar por si, sino que por medio de
representante legal. En cambio, el incapaz relativo puede actuar por vía de
representación, autorización y, en algunos casos, por si solos (otorgamiento de
testamento)

El incapaz absoluto carece de voluntad jurídica, y si la tuviesen, no


pueden exteriorizarla. En cambio, el incapaz relativo si puede hacerlo, pero
cumpliendo formalidades habilitantes.

Los actos del incapaz absoluto son absolutamente nulos. En cambio, los
del incapaz relativo adolecen solo de nulidad relativa

Análisis de los Incapaces Absolutos

Dementes: La descripción de Art.1447 se refiere a los enfermos o enajenados


mentales en sentido general, es decir, se utiliza el término en su sentido natural y
obvio.

Se entiende que todos los actos de un demente son nulos absolutamente,


sin la necesidad de una declaración de interdicción. Sin embargo, si la interdicción
es declarada, la demencia no requiere ser probada por cuando se presume de
derecho.
Ahora bien, si la demencia es una condición habitual, y si quien la padece
celebra un acto o contrato, se deberá acreditar si a ese instante se encontraba
declarado o no como interdicto.

Impúberes: Son impúberes las mujeres mayores de 7 y menores de 12 años, y los


varones mayores de 7 y menores de 14 años. Además, se llaman Infantes a los
varones y mujeres menores de 7 años.
La diferencia entre infantes e impúberes carece de importancia, salvo en
2 casos:

 En materia de capacidad adquisitiva mueble: Los infantes no pueden


adquirir la posesión. Ergo, los impúberes si podrían.

 En materia de capacidad delictiva y cuasidelictiva civil: Los infantes carecen


de responsabilidad, y serán las personas a cuyo cargo hubiesen estado las
que responderán por los daños, si se probare que actuaron de manera
negligente.

Sordos y Sordomudos que no pueden darse a entender claramente: Las razones


de esta incapacidad es la de proteger su intereses, ya que si bien tienen voluntad,
no pueden exteriorizarla de manera idónea. No se requiere declaración de
interdicción para que opere.

Los absolutamente incapaces serán representados por un curador si se


tratare de un demente, sordo o sordomudo que no puede darse a entender
claramente. En el caso de un impúber, será representado por el padre o madre
que ejerciere la patria potestad (filiación determinada) o por el tutor (filiación
indeterminada)

Análisis de los Incapaces Relativos

Menores Adultos: Son los menores de 18 años y que han dejado de ser
impúberes.
Los menores adultos, a diferencia de los impúberes, pueden ejecutar una
serie de actos por sí solos:

 Tener peculio profesional o industrial


 Otorgar testamentos
 Reconocer un hijo
 Ser Mandatarios

Disipadores declarados en Interdicción de Administración: El disipador es aquel


sujeto que dilapida sus bienes de manera reiterada e imprudente.

Así, el disipador es incapaz en virtud de un decreto de interdicción, siendo


esta resolución la que lo convierte en incapaz, siendo absolutamente válidos todos
los actos o contratos celebrados con anterioridad.

Los relativamente incapaces serán representados por por el padre o


madre que ejerciere la patria potestad (filiación determinada) o por el tutor (filiación
indeterminada) si se tratare de un menor adulto, o por un curador si se tratase de
un disipador

Situación de la Mujer Casada

En Chile, la mujer capaz es plenamente capaz cuando se encuentra


separada judicialmente o totalmente de bienes, como la casada bajo el régimen de
participación en los gananciales.

En el caso de la mujer casada bajo el régimen de sociedad conyugal, la


ley N°18802 le entregó plena capacidad. Sin embargo, la realidad indica que:

 El marido administra los bienes propios de la mujer


 La mujer no puede realizar actos sobre sus bienes, salvo cuando el marido
actúa por ella.
Incapacidades Especiales o Prohibiciones?

El Art.1447 Inc. Final genera una serie controversia dentro de los autores,
ya que no existe acuerdo respecto a la naturaleza específica de la figura legal en
cuestión.

Para Avelino León, estaríamos en presencia de casos de incapacidades


especiales de goce, cuando la prohibición legal fuese absoluta. A contrario sensu,
Claro solar afirma que se trataría de incapacidades especiales de ejercicio, ya que
la prohibición no apunta al acto sino a quienes no puede celebrarlo.

La sanción será la nulidad absoluta o relativa, dependiendo si la


prohibición lo es en uno u otro sentido.

Teoría de la Representación

La representación es el acto por el cual una persona, estando facultada


por otra o por la ley, ejecuta un acto o celebra un contrato a nombre de esta,
produciendo los mismos efectos como si el representado hubiese sido quien
contratase.

La representación permite que los incapaces absolutos o relativos


participen de la vida jurídica. Además, evita los traslados innecesarios y permite la
externalización contractual a terceros especializados.

Los actos que pueden realizarse por medio de representante son


prácticamente todos, salvo el testamento y la inscripción del matrimonio religioso
ante el oficial del Registro Civil

En la representación intervienen:

 El Representado: Persona en quien radican los efectos del acto o contrato


 El Representante: Persona que ejecuta el acto o contrato a nombre de otro.

Clasificación de la Representación

Legal: Es aquella en que la fuente de la representación se encuentra en la ley. Es


el legislador quien determina quienes pueden ser representantes, cuando el
representado no puede actuar por si mismo.

Voluntaria: Es aquella en que la fuente de la representación se encuentra en la


voluntad de las partes, y se materializa a través del contrato de Mandato, que es
un contrato mediante el cual el mandante confía al mandatario la gestión de uno o
más negocios, el que se hace cargo de ellos por cuanta y cargo del primero.

Mandato no es sinónimo de representación, y esto se da en los casos de:

 Mandato sin Representación: Mandatario contrata a nombre propio


 Representación sin Mandato
 Agencia Oficiosa: Cuando el interesado no ratifica lo obrado por el agente y
la gestión le resulta útil.

Los requisitos copulativos de la representación son: voluntariedad del


representante, actuación a nombre del representado y poder de representación.
Finalmente, se ha discutido respecto a cuál es la verdadera naturaleza de
la representación. De acuerdo a Alessandri, nuestro C.C entiende a la
representación como una modalidad, ya que los efectos del acto o contrato no se
producen respecto de la persona que lo ejecuta o celebra, sino respecto del
representado.

OBJETO ILICITO

Entendemos por objeto del acto jurídico el conjunto de derechos que este
genera, modifica o extingue.

Ahora bien, siendo la obligación el objeto del contrato, la prestación es el


objeto de la obligación. Entendemos la prestación como el deber de dar, hacer o o
hacer algo.

En consecuencia, es el objeto de la obligación y no el objeto del acto


jurídico lo que realmente posee relevancia jurídica y legal, ya que las exigencias
establecidas por el legislador apuntan directamente hacia el.

Importancia del Objeto

Sin una prestación, el acto jurídico carece completamente de sentido y


lógica. Además, permite precisar que es lo que debe dar, hacer o no hacer
respecto del sujeto obligado. En resumen, nos permite fijar los límites
contractuales.

Requisitos del Objeto

Si recae sobre una cosa:

 La cosa debe ser real, es decir, que exista o se espera que lo haga
 La cosa debe ser comerciable entre privados
 La cosa debe ser determinada a lo menos en cuanto a su género y cantidad

Si recae sobre un hecho:

 El hecho debe ser físicamente posible al momento de contraerse la


obligación: Se entiende que un hecho es físicamente imposible cuando es
contrario a las leyes de la naturaleza, lo cual es determinado por vía judicial

 El hecho debe ser moralmente posible: Se entiende que un hecho es


moralmente imposible cuando es contrario a la ley, las buenas costumbres
y al orden público, lo cual es determinado por vía judicial.

 El hecho debe ser determinado: Es decir, el hecho o la abstención deben


ser precisos, ya que el deudor debe saber perfectamente lo que debe y el
acreedor lo que puede exigir.

La sanción por falta de objeto, de acuerdo a nuestra legislación civil y a


Arturo Alessandri, sería la nulidad absoluta del acto, ya que el objeto es
considerado como un requisito de la esencia del acto jurídico en consideración a
su naturaleza o especie.
El Objeto Ilícito

El legislador no define el objeto ilícito y, por lo tanto, solo lo podemos


conceptualizar desde el punto de vista de los requisitos que debe cumplir el objeto.

Así, existe objeto ilícito:

 En los actos o contratos que contravienen al derecho público chileno: Por


Ej: Todo contrato que limite las garantías constitucionales o la promesa de
someterse a una jurisdicción extranjera no reconocida por chile

 En los pactos de sucesión futura: Es decir, aquellos en los que se disponga


el derecho a suceder por causa de muerte a una persona que aun se
encuentre viva, ya que son considerados inmorales y peligrosos. Estos
pactos pueden ser de renuncia, institución o disposición

 En la condonación anticipada del Dolo: El dolo no puede renunciarse


anticipadamente, ya que implicaría autorizar de antemano el actuar de mala
fe. Sin embargo, producido el dolo, si puede renunciarse a los perjuicios
provocados por este, haciéndose mención expresa al dolo.

 En los actos o contratos prohibidos por las leyes: Deudas contraídas en


juegos de azar ilegales, venta de libros prohibidos, revistas y láminas
pornográficas, etc. Los juegos de habilidad y destreza quedan excluidos de
la prohibición.

 En la enajenación (Transferencia del dominio sobre una cosa o la


constitución de cualquier otro derecho real sobre ella) de:

1. Cosas incomerciables: Ej: Arriendo de una plaza publica


2. Derechos o privilegios intransferibles: Ej: Venta del Estado Civil
3. Especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce del
litigio

Analisis del Art.1464

Del análisis de la norma citada, concluimos que:

 Las cosas señaladas en los numerales 1 y 2 no pueden venderse, ya que


se trata de normas prohibitivas. Respecto a los numerales 3 y 4, al tratarse
solo de normas imperativas, la venta o enajenación si se puede realizar,
cumpliendo con el requisito de la autorización judicial.

 Las sentencias de adjudicación en materia de partición, al no declarativas y


no constitutivas de dominio, no constituyen un acto de enajenación, ya que
no existe traslación o transferencia de dominio por parte de los comuneros
al adjudicatario.

 Respecto a la enajenación de cosas incomerciables, los autores estiman


que en dicho acto habría ausencia de objeto, a no ser de que se trate de un
acto de enajenación, caso en que estaríamos frente a un caso de objeto
ilícito

 Respecto a la enajenación de derechos o privilegios intransferibles, están


incluidos el derecho de alimentos, el derecho que nace del pacto de
retroventa, derechos de uso y habitación, etc.

 Respecto a la enajenación de cosas embargadas por decreto judicial,


definimos el embargo como la actuación judicial consistente en la
aprehensión real o simbólica de uno o más bienes del deudor, previa orden
de la autoridad competente, ejecutada por un ministro de fe, con el objeto
de realizar esos bienes y de pagar con su producido al acreedor.

 Sin embargo, la doctrina incluye dentro del embargo las denominadas


Medidas Precautorias, que con aquellas que tienen por objeto prohibir la
celebración de ciertos actos o contratos sobre un determinado bien.

 En el caso de los bienes inmuebles el embargo o medida precautoria debe


ser inscrita en el Registro de Interdicciones y Prohibiciones de enajenar del
C.Bs.Rs. Esta medida de publicidad busca proteger a terceros que
pretendan adquirir derechos sobre el inmueble gravado, y si no se cumple,
genera respecto del tercero derecho de invocar inoponibilidad.

 Respecto a la enajenación de especies cuya propiedad se litiga, se


entiende que las cosas litigiosas son los bienes muebles o inmuebles cuyo
dominio o propiedad es discutida en sede judicial. Si existe prohibición,
debe cumplir con el mismo requisito de publicidad que en el caso de los
bienes inmuebles embargados.

Finalmente, la sanción por la existencia de objeto ilícito es la nulidad


absoluta del acto

CAUSA LICITA
La causa, desde el punto de vista doctrinal, puede entenderse como:

 Causa Eficiente: Contratos o fuentes de las obligaciones


 Causa Final: Razón u objetivo que lleva a las partes a contratar
 Causa Ocasional: Motivación de carácter subjetivo que induce al autor o
partes a contratar.

Análisis de la Causa Final

De acuerdo a esta teoría, la causa es un requisito de la obligación y no


del acto jurídico. Así, plantea que, independientemente de la especie de acto
jurídico se que se trate, la causa siempre es la misma:

Contratos Bilaterales: La causa de la obligación de cada parte es la obligación que


la otra parte ha contraído. Ej: En la compraventa, la obligación del vendedor de
entregar la cosa es la obligación del comprador de pagar el precio.

Contratos Reales: La causa es la obligación de restituir la cosa que ya se recibió


en mutuo, depósito, comodato, prenda, etc

Contratos Gratuitos: la causa es el “animus donandi”. Por ejemplo, en el contrato


de donación; o en el mandato gratuito.

Actos Abstractos: Son aquellos que no expresan causa, como el cheque, pagaré,
etc.

Doctrina Dual de la Causa

Pareciera que en nuestro Código se alude a la causa final. En efecto,


cabe descartar, por lo expuesto, que se refiera a la causa eficiente; tampoco ha
podido referirse el Código a la causa ocasional, ya que si se atendiera a los
móviles o motivos psicológicos de cada contratante, que pueden variar hasta el
infinito, se crearía una total inestabilidad jurídica. Así lo resuelve la generalidad de
la doctrina (Claro Solar, Alessandri, Avelino León Hurtado). De tal forma, en cada
tipo de contrato, habrá siempre una misma causa de valor constante y abstracto,
precisada de antemano por el Derecho.

En todo caso, la propia definición del artículo 1467 es poco feliz, pues
parece confundir la causa con los motivos.

Pero aun aceptando como válido el principio general que el Código se refiere a la
causa final, Avelino León y otros autores concluyen que es forzoso reconocer que
cuando se plantea un problema de causa ilícita, debe atenderse a la intención real
de las partes, a los motivos individuales, es decir, a la causa ocasional. Esta
búsqueda es indispensable y está permitida por la ley, considerando la propia
definición de causa lícita del artículo 1467.

En síntesis:
1º Cuando se trata de causa lícita: el legislador sólo se refiere a la causa final;

2º Cuando los motivos que inducen a contratar son ilícitos o contrarios a la moral,
las buenas costumbres o al orden público, o sea cuando estamos ante una causa
ilícita, el juez debe investigar la causa ocasional.

Visualizamos por tanto en nuestro Código Civil, en opinión de la mayoría


de la doctrina nacional, un sistema dual y no una doctrina unitaria de la causa.

Sin embargo, Carlos Ducci afirma que el concepto de causa comprende


tanto la causa lícita como la ilícita; no se trata de instituciones distintas, sino de
una misma; la causa ilícita no es otra causa sino la misma que adolece de alguno
de los vicios que la ley señala.

Requisitos de la Causa

Real: Se entiende por tal, aquella que efectivamente existe. La existencia de la


causa debe ser objetiva; no basta que exista solamente en el fuero interno de la
persona. No interesa saber si subjetivamente existe para el autor o la parte una
causa, porque ello implicaría caer en la causa ocasional. El acto jurídico no
producirá otro efecto que el correspondiente a su estructura jurídica, cualquiera
que sea la idea que al respecto tengan las partes. Esta objetividad es la que
distingue la causa de los motivos.
La sanción por la falta de causa, de acuerdo a Alessandri, es la nulidad
absoluta del acto., ya que la causa es entendida como un requisito para el valor
del acto o contrato en consideración a su naturaleza o especie.

Lícita: La exigencia de licitud de la causa, que formula el artículo 1467, permite a


los tribunales mantener el control de la moralidad de los contratos. La autonomía
de la voluntad, que posibilita a los particulares una absoluta libertad contractual,
está necesariamente limitada por el interés general que exige reprimir la
inmoralidad.
Según nuestro Código, hay causa ilícita cuando el acto:

1º Está prohibido;
2º Es contrario a las buenas costumbres; y
3º Es contrario al orden público

La sanción por la falta de causa, de acuerdo a Alessandri, es la nulidad


absoluta del acto., ya que la causa es entendida como un requisito para el valor
del acto o contrato en consideración a su naturaleza o especie.
LAS FORMALIDADES
Se definen como requisitos externos al acto jurídico, y que la ley exige
para que sean jurídicamente eficaces.

Las solemnidades se clasifican en:

Las solemnidades propiamente tales: Son los requisitos externos prescritos por
la ley como indispensables para la existencia misma o para la validez del acto
jurídico, exigidos en atención a la naturaleza o especie del acto o contrato.
La doctrina distingue entre solemnidades exigidas por la ley para la
existencia del acto jurídico y aquellas exigidas para la validez del acto o contrato.

De Existencia: Son requisitos externos que exige la ley para la celebración de


ciertos actos jurídicos, pasando a ser la solemnidad el único medio a través del
cual el autor o las partes que celebran el acto pueden manifestar su voluntad.

Como sabemos, lo normal es que los actos o contratos sean


consensuales. Excepcionalmente, la ley exige para el perfeccionamiento del acto
jurídico, el cumplimiento de una solemnidad. Si ésta falta, el acto no existe, no
produce efecto alguno.

Constituyen ejemplos de solemnidades exigidas para la existencia del


acto o contrato, las siguientes:

 En el contrato de promesa, que ésta conste por escrito (artículo 1554


número 1);
 En el contrato de compraventa de inmuebles, que éste se convenga por
escritura pública (artículo 1801 inciso 2°);
 Igualmente, la compraventa de una servidumbre, del derecho de censo o
del derecho de herencia (artículo 1801, inciso 2°);
 En el contrato de hipoteca, que debe estipularse por escritura pública
(artículo 2409);
 El usufructo, cuando se constituye por acto entre vivos y recae en
inmuebles, debe constar en una escritura pública (artículo 767);
 La presencia de un Oficial del registro Civil o de un Ministro de Culto de una
entidad religiosa con personalidad jurídica de derecho público, al contraer
matrimonio (Ley de Matrimonio Civil);
 Que el testamento conste por escrito (artículo 1011).

De Validez: Aquí, la solemnidad no constituye el único medio a través del cual el


autor o las partes deban manifestar su voluntad

Existen dos ejemplos de solemnidades propiamente tales exigidas para la


validez del acto jurídico:

 El testamento, que exige la presencia de tres o cinco testigos, según los


casos. Si se omite esta solemnidad, habría nulidad y no inexistencia del
testamento;
 El contrato de donación, que exige de insinuación, o sea, de autorización
judicial (artículo 1401). De omitirse, la sanción sería la nulidad absoluta del
contrato, el que existiría por ende;
 La presencia de dos testigos, en la celebración del contrato de matrimonio
(Ley de Matrimonio Civil).
Sanción

De lo expuesto, se puede colegir qué sanciones operan, si se omiten


solemnidades propiamente tales: si se omite una solemnidad propiamente tal
exigida para la existencia del acto jurídico, la sanción será, entonces, la
inexistencia del mismo (artículos 1443 y 1701); en caso de infringirse una
solemnidad propiamente tal exigida para la validez del acto jurídico, el acto o
contrato adolecerá de nulidad absoluta (artículo 1682 del CC)

Formalidades Habilitantes: Son los requisitos externos exigidos por la ley, en


atención a la calidad o estado de las personas que ejecutan o celebran el acto o
contrato.

La ley, velando por los intereses de los relativamente incapaces, exige,


para la validez o eficacia de ciertos actos jurídicos, el cumplimiento de
formalidades que tienden a integrar la voluntad de aquellos o el poder de sus
representantes legales.

Se denominan habilitantes, porque habilitan a los incapaces para actuar


en la vida jurídica. En ciertos casos, también protegen a personas capaces, como
acontece con la mujer casada en sociedad conyugal o al cónyuge no propietario,
en el caso de los bienes familiares.

La sanción por la omisión de estas formalidades acarrea la nulidad


relativa del acto.

Formalidades de Prueba: Están constituidas por diversas formas o requisitos


externos que sirven como el principal medio de prueba del acto. Si se omiten, la
ley priva al acto de determinado medio de prueba. Por ejemplo: arts. 1708 y 1709
del Código Civil, que establecen en qué casos el acto jurídico debe constar por
escrito, so pena de no poder acreditarlo mediante la prueba de testigos. La
omisión de las formalidades de prueba, por ende, no acarrea la nulidad del acto
jurídico, sino que restringe la forma de probarlo.

Formalidades de Publicidad: Son los requisitos externos exigidos por la ley, para
poner en conocimiento de los terceros el otorgamiento o celebración de un acto o
contrato, y, en algunos casos, para que el acto o contrato sea eficaz ante terceros.

ELEMENTOS DE LA NATURALEZA DEL ACTO JURIDICO


Son aquellos que no siendo esenciales en un acto jurídico, se entienden
pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial. Están señalados en la ley.
En otras palabras, si las partes desean excluir estos elementos, deben pactarlo en
forma expresa.

Ejemplos: saneamiento de la evicción o de los vicios redhibitorios en la


compraventa; facultad de delegación en el mandato; en el mismo contrato, la
remuneración u honorario a que tiene derecho el mandatario; la condición
resolutoria tácita en los contratos bilaterales.

Los elementos de la naturaleza miran al estatuto normal de un acto


jurídico, vale decir, a los derechos y obligaciones “tipo”. A diferencia de los
elementos esenciales, que son de orden público, los elementos de la naturaleza
son de orden privado y pueden ser modificados o excluidos por las partes, en una
determinada relación jurídica.
ELEMENTOS O COSAS ACCIDENTALES DEL ACTO
JURÍDICO
Son aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen al acto
jurídico, pero que pueden agregarse en virtud de una cláusula especial que así lo
estipule.

Las modalidades clásicas de nuestra legislación civil son: Plazo, Modo y


Condición:

PLAZO: Se define como un hecho futuro y cierto, del cual depende el ejercicio o la
extinción de un derecho. La más importante clasificación de los plazos es aquella
que distingue entre plazos suspensivos o extintivos, según si al cumplirse hacen
exigible o extinguen un derecho. El plazo también podrá ser expreso o tácito; fatal
o no fatal. El Código Civil define el plazo en el artículo 1494, señalando que “es la
época que se fija para el cumplimiento de la obligación.”

CONDICIÓN: Es un hecho futuro e incierto, del cual depende el nacimiento o la


extinción de un derecho. La más importante clasificación de las condiciones es
aquella que distingue entre condición suspensiva y resolutoria, según si con su
cumplimiento nace o se extingue un derecho.

La condición resolutoria se subclasifica a su vez en:

 Condición resolutoria Ordinaria (cuando la condición consiste en


cualquier hecho distinto al incumplimiento del contrato),

 Condición Resolutoria Tácita (consagrada en el art. 1489, y que va


envuelta en todo contrato bilateral, consistiendo en este caso en el
incumplimiento de lo pactado por uno de los contratantes, lo que da
derecho al contratante cumplidor de sus obligaciones, para pedir la
resolución del contrato y la indemnización respectiva)

 Pacto Comisorio (condición resolutoria tácita expresada en el contrato,


consistente en pactar que en el caso de no cumplirse por uno de los
contratantes lo pactado, el contrato quedará resuelto). El pacto comisorio a
su vez, puede ser simple o calificado. Será simple, aquél que corresponde a
la definición de pacto comisorio que recién dimos (y que el Código Civil
consigna en el artículo 1877). Será calificado, cuando a la definición del
simple, agregamos las expresiones ipso facto, caso en el cual se aplicará el
artículo 1879 del Código Civil.

MODO: Es una carga establecida en los actos jurídicos a título gratuito, con el
propósito de limitar el derecho del adquirente (por ejemplo, se deja en legado una
pinacoteca, con la obligación de darla en comodato al Museo de Bellas Artes, con
el propósito de exponerla al público, con cierta periodicidad).

La carga, entonces, se le impone al beneficiario de una liberalidad, y si


bien no impide que adquiera su derecho, lo obliga a ejercerlo bajo ciertas
circunstancias que normalmente no pesan sobre el propietario.

La regla general es que los actos jurídicos son puros y simples. En


consecuencia, las modalidades no se presumen, susceptibles de ser incorporadas
a la generalidad de los actos jurídicos y son elementos accidentales, salvo en el
caso de la condición resolutoria tácita, donde es un elemento de la naturaleza.
EFECTOS DEL ACTO JURIDICO
Los actos jurídicos tienen por efecto crear, modificar, transferir, transmitir
o extinguir derechos y obligaciones. El efecto de un acto jurídico es entonces la
relación jurídica que engendra. Por lo tanto, cada especie de acto jurídico
generará efectos diferentes.

Interesa determinar, en términos generales, a quien o a quienes alcanzan


dichos efectos.

En principio, los actos jurídicos sólo producen efectos, o sea derechos y


obligaciones, entre las partes, y no benefician o perjudican a quienes no los han
celebrado. Estos últimos se denominan terceros, y mal pueden quedar ligados por
el acto jurídico, considerando el alcance relativo del mismo. Sin embargo, es
necesario hacer algunas precisiones.

LAS PARTES: Son aquellos que personalmente o representados, concurren a la


formación del acto jurídico. Respecto a ellos, el acto jurídico produce todos sus
efectos: art. 1545 del CC. Como se ha dicho, una parte puede estar conformada
por una o más personas, que articulan un solo centro de interés (artículo 1438 del
Código Civil).

Generalmente, se llama autor a la persona que genera, al manifestar su


voluntad, un acto jurídico unilateral, mientras que se reserva la expresión “parte”, a
los que concurren para que se perfeccione un acto jurídico bilateral.

Precisando aún más los conceptos, se habla de partes o de autor para


referirse a quienes generan con su voluntad el acto jurídico, siendo este el
elemento decisivo para que tal hecho acontezca. Distinta es la situación de
aquellos que si bien también concurren a la ejecución o celebración del acto
jurídico, al otorgamiento del mismo, lo hacen cumpliendo otras finalidades,
especialmente relativas a las solemnidades o las formalidades: tal ocurre, por
ejemplo, con el Notario, los testigos, etc., los que obviamente no son “autores” ni
“partes”.

Respecto de las partes que concurren a la celebración del acto o contrato,


rige el principio Pacta Nunt Servanda, es decir, lo pactado obliga. Este principio,
también conocido como Ley del Contrato, se encuentra establecido en el Art. 1545
del CC.

LOS TERCEROS: se entiende por tercero toda persona, que no ha participado ni


ha sido válidamente representada en la generación del acto. Se trata de todos
aquellos que, aun habiendo participado físicamente en el acto jurídico, su voluntad
no ha sido determinante para la generación del mismo.

Entre los terceros, debemos distinguir:

Terceros Absolutos: Son personas extrañas a la formación del acto jurídico y que
no están ni estarán en relaciones jurídicas con las partes. Es decir, son y
continuarán siendo extraños al acto jurídico.

Respecto a los terceros absolutos, el acto jurídico no produce efectos,


principio que constituye la contrapartida a la norma del art. 1545 del CC., respecto
de las partes del contrato. Se exceptúa la estipulación a favor de otro (Art.1449
CC)

Terceros Relativos: también llamados “interesados”, son aquéllos que si bien no


han generado el acto jurídico, están o estarán en relaciones jurídicas con las
partes, sea por su propia voluntad o por disposición de la ley. La idea jurídica de
terceros relativos presupone, por una parte, un acto al cual el tercero es extraño, y
por otra parte, un nuevo acto o hecho jurídico en general, en el que esta persona
es parte con relación a uno de los sujetos del primer acto y en virtud del cual,
llega, necesariamente, a encontrarse en relación con el otro sujeto que intervino
en el primer acto, a consecuencia del contenido de las dos estipulaciones.

A su vez, entre los terceros relativos o interesados distinguimos dos


categorías:

Los Causa-Habientes: Se trata de una expresión genérica empleada para


designar cualquiera persona que deriva el todo o parte de sus derechos de otra
persona que se llama su “autor” o “causante” y que, desde el punto de vista de
estos derechos, se encuentra en el lugar y situación de su autor.

Hay en la idea de causa-habiente dos nociones esenciales: Sucesión de


una persona en los derechos de otra, y por ende, igual posición jurídica en cuanto
a los derechos transmitidos o transferidos. Los causa-habientes pueden serlo a:

 Titulo Universal: Cuando suceden a una persona en todos sus bienes,


derechos u obligaciones o en una cuota de ellos) o a

 Título Singular: (cuando suceden a una persona en una o más especies o


cuerpos ciertos o en una o más especies indeterminadas de cierto género).

Asimismo, la sucesión puede operar: Por acto entre vivos (en cuyo caso
hablamos de transferencia) o Por causa de muerte (en cuyo caso hablamos de
transmisión).

En nuestro Derecho, esta última puede ser a título universal (herencia) o


a titulo singular (legado), según el art. 951 del CC; mientras que la transferencia o
sucesión por acto entre vivos sólo puede ser a título singular, por regla general
(excepcionalmente, lo será a título universal, tratándose de la tradición del derecho
real de herencia).

En síntesis, quien transmite un derecho en alguna de las situaciones


indicadas, se denomina causante, y quien lo adquiere causa-habiente, siendo
estos últimos, para considerarlos terceros relativos, los sucesores o cesionarios de
las partes. Estos reciben el derecho de su causante en las mismas condiciones en
que éste lo tenía: el derecho pasa del causante al sucesor con todas sus ventajas
y cargas.

Tratándose de los sucesores o causa-habientes a título universal, puede


afirmarse, en principio, que todos los actos jurídicos del causante les aprovechan
o perjudican, excepto aquellos personalísimos o inherentes a su persona, como
los derechos de uso o habitación o el derecho de alimentos; en otras palabras,
suceden en todos los derechos y obligaciones del causante, salvo los
intransmisibles (artículo 1097). En verdad, no serían propiamente terceros, pues al
fallecimiento del causante, lo reemplazan en sus relaciones jurídicas, son la
misma “parte”.

Por su parte, los causa-habientes a titulo singular solamente se benefician


con las facultades o sólo contraen las cargas que correspondan al derecho o bien
en que han sucedido. Estos serían efectivamente terceros relativos, respecto de
las relaciones jurídicas de las que era parte el causante, y que incidían en el
derecho o bien respectivo, ahora en el patrimonio del causahabiente.

Los acreedores comunes del deudor: el art. 2465 del Código Civil consagra el
llamado derecho de prenda general de los acreedores. Ahora bien, siendo los
acreedores de un deudor ajenos al acto jurídico que éste celebra, sufren sin
embargo los efectos del mismo, desde el momento que puede afectar o disminuir
el conjunto de bienes del deudor con los cuales responder al derecho de prenda
general mencionado. En todo caso, también pueden verse beneficiados, si a
consecuencia de los actos o contratos celebrados por el deudor, se incrementa su
patrimonio.

En este contexto, también debemos tener presente que los acreedores


comunes tienen ciertas acciones, destinadas a proteger sus intereses, como son
la acción pauliana o revocatoria (art. 2468 del CC) y la acción oblicua o
subrogatoria. La tendencia de la doctrina moderna, es considerar a los acreedores
de una de las partes contratantes como terceros absolutos, y no como terceros
relativos.

También se debe tener presente que existen actos simulados, que los
acreedores también pueden impugnar vía acción de nulidad.

INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS


De acuerdo al enfoque tradicional, las sanciones por la omisión de ciertos
requisitos para que el acto jurídico produzca efectos, están:

 Resciliación: Acuerdo de voluntades entiende a dejar sin efecto un acto


jurídico.
 Revocación: El acto jurídico se extingue por la voluntad unilateral del autor
 Resolución: Es el efecto de la condición resolutoria cumplida
 Terminación: Es la resolución de los contratos de tracto sucesivo
 Caducidad: Se produce cuando la ley o la voluntad del hombre prefijan un
plazo para el ejercicio de un derecho o para la realización de un acto
jurídico

La Inexistencia

Se define como aquella sanción de ineficacia que surge como


consecuencia de la omisión de algún requisito de existencia del acto jurídico.

Paralelo entre Nulidad e Inexistencia

a) La nulidad debe ser declarada por los Tribunales, no así la inexistencia. Ésta
última se produce de pleno derecho. Por lo tanto, basta que se manifieste, para
valerse de ella. Con todo, en ambos casos debe recurrirse a los tribunales, aunque
con un objetivo diferente.

Así, por ejemplo, en un contrato de compraventa que adolece de nulidad


(por ejemplo, por objeto ilícito), la parte que pretenda la devolución de la cosa
debe pedir primero que se declare la nulidad del contrato. Mientras ello no ocurra,
el contrato producirá todos los efectos que le atribuye la ley. En cambio,
tratándose de una venta inexistente (por ejemplo, por falta de precio o porque se
vendió un inmueble por escritura privada), se podría solicitar de inmediato la
restitución de la cosa, interponiendo la acción reivindicatoria (lo que supone,
obviamente, que se desconoce el contrato).

b) El acto inexistente no produce efecto alguno, mientras que el nulo produce


todos sus efectos, mientras un tribunal no declare la nulidad.
c) El acto nulo puede sanearse con el transcurso del tiempo. Por el contrario, el
acto inexistente no puede sanearse y es imprescriptible.

d) La inexistencia no puede ratificarse o confirmarse (“la nada confirmada continúa


siendo la nada”); la nulidad relativa puede ratificarse o confirmarse.

e) La nulidad puede alegarse como acción o excepción, mientras que la


inexistencia sólo como excepción. En efecto, mientras se contempla la acción para
obtener que se declare nulo un acto jurídico, no hay acción para solicitar que se
declare la inexistencia de un contrato. Por ello, ésta última sólo podrá deducirse
como excepción contra el demandante.

f) La inexistencia puede ser alegada por cualquiera persona. La nulidad en cambio


puede ser alegada por determinadas personas, en mayor o menor amplitud, según
se trate de la nulidad absoluta o nulidad relativa.

g) La nulidad judicialmente declarada, produce efectos sólo en relación a las


partes en cuyo favor se ha decretado. La inexistencia, constatada judicialmente,
permite a todo interesado aprovecharse de ella.

h) La nulidad es de Derecho estricto, requiere de norma expresa que establezca la


respectiva causal para que opere. La inexistencia, en cambio, se produce por la
sola circunstancia de omitirse un requisito de existencia del acto jurídico.

i) es posible que opere la conversión del acto nulo, pero no así del acto
inexistente.

El Código Civil chileno frente a la inexistencia y la nulidad

Entre los que niegan que el Código Civil contemple como sanción la
inexistencia, están José Clemente Fabres y Arturo Alessandri; entre los que están
en la posición contraria, se encuentran Luis Claro Solar y Enrique Rossel.

Argumentos de los que niegan la teoría de la inexistencia: Los autores señalan


que los actos “inexistentes” quedan comprendidos entre los actos que adolecen de
nulidad absoluta, considerando:

1° El tenor del art. 1682 del CC., precepto que al aludir a la nulidad absoluta,
engloba tanto los requisitos de existencia como los de validez de los actos
jurídicos. De tal forma, de faltar la voluntad (art. 1445), el objeto (art. 1460), la
causa (art. 1467) o las solemnidades (art. 1701), la sanción será la nulidad
absoluta. En efecto, así se interpreta por esta doctrina la frase “omisión de algún
requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o
contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de
las personas que los ejecutan o acuerdan”. En la frase “… omisión de algún
requisito…”, se aludiría tanto a la falta de voluntad, de objeto o de causa. La
expresión “… omisión de (…) formalidad”, se referiría a la ausencia de
solemnidades propiamente tales.

2° El Código no reglamenta los efectos que produce la inexistencia del acto. El art.
1681 sólo se refiere a la nulidad absoluta y a la rescisión o nulidad relativa. 3° Los
actos de los absolutamente incapaces, de acuerdo al art. 1682, inciso 2°, adolecen
de nulidad absoluta. Si se admitiera como sanción la inexistencia, sería éste un
caso neto de la misma, habida cuenta que hay ausencia de voluntad. Como no es
así, quedaría claramente demostrado que para el legislador, la nulidad absoluta
engloba a la inexistencia.
b) Argumentos de los que afirman la teoría de la inexistencia: Hay diversas
disposiciones en el Código Civil, que, aunque dispersas, implican un
reconocimiento a la inexistencia como una hipótesis diversa de la nulidad:

En el art. 1444, se expresa que el acto jurídico “no produce efecto alguno” y no
que sea “nulo”;

En el art. 1681 se dice que “Es nulo (....) para el valor”, en lugar de decir “para su
existencia”; lo que permite concluir que la nulidad sólo se refiere a la falta de
requisitos de validez y no de existencia.

En el artículo 1682, se dice que la nulidad se produce por omitir requisitos o


formalidades que las leyes prescriben “para el valor” de ciertos actos o contratos,
no para su existencia.

En el art. 1701, se interpreta como sanción de inexistencia la frase “... se mirarán


como no ejecutados o celebrados”.

En el art. 1801, la frase “perfecta ante la ley”, se interpreta como “existente ante la
ley”.

En el art. 1814, en la venta de una cosa que se supone existir al contratar pero en
realidad no existe, la expresión “no produce efecto alguno” aludiría a una venta
inexistente.

En el art. 2055, al decir el precepto “No hay sociedad”, no se trataría simplemente


de una sociedad nula, sino de una inexistente.

Saliendo al paso de los que argumentan que el Código sólo reglamenta la


nulidad, se indica que mal puede quedar comprendida la inexistencia en la nulidad
pues esta se encuentra tratada en el Código Civil como un modo de extinguir las
obligaciones (art. 1567 N° 8), lo que supone que exista una obligación que
adolezca de algún vicio, mientras que los actos inexistentes no producen
obligación alguna, razón por la cual el art. 1681 no se ocupa de la inexistencia. Al
tratar de la nulidad, en cambio, la ley parte de la base de que el acto jurídico
existe.

Por la misma razón, el artículo 1682, al aludir a la “omisión de algún


requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o
contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de
las personas que los ejecutan o acuerdan” no podría contener en ella los casos de
falta de causa o de objeto, pues el precepto parte del supuesto de que el acto o
contrato exista. La frase, entonces, sólo debiera circunscribirse a la omisión de
solemnidades propiamente tales.

En cuanto al argumento postulado por quienes rechazan la inexistencia acerca de


que los actos de los absolutamente incapaces están sancionados con la nulidad
absoluta y no con inexistencia, se contra-argumenta que ello se debe a que hay
una apariencia de voluntad, por lo que expresamente la ley declara que sus actos
adolecen de nulidad absoluta. Este último argumento parece en verdad más débil
que los dos anteriores.

Carlos Ducci, por su parte, considera que carece de lógica la oposición


entre actos inexistentes y actos nulos. Señala que no puede haber un acto
inexistente, es una contradicción de términos. Si se ha emitido una declaración de
voluntad en vista de producir un efecto jurídico, el acto existe; el problema que se
presenta es saber si ha cumplido los requisitos de forma y fondo para producir
efectos. Si no es así, el acto no es inexistente, es nulo.
Agrega Ducci que la noción de inexistencia es incierta e inútil, recordando
que, por lo demás, nuestra Corte Suprema ha fallado que se confunden los
efectos de la carencia de requisitos de existencia y validez.

Cabe indicar que en el derecho comparado, la tendencia es incluir la


inexistencia dentro de la nulidad absoluta. De cualquier manera, en nuestro
Derecho hay un caso en el cual, claramente, se distinguen los requisitos de
existencia de aquellos de validez: el contrato de matrimonio.

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