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22 LA VANGUARDIA OP INIÓN LUNES, 9 JULIO 2018

Michel Wieviorka

Pensar en global en un mundo desglobalizado


E
n los años ochenta y más aún, en economía globalizada. En este contexto mica, al menos sí al rechazo del debilita­ la presidencia de Trump con su hostilidad a
los noventa, sonó la hora de la glo­ aparecieron enfoques generales que propo­ miento de los estados y de su incapacidad los inmigrantes y los aranceles ydiversos re­
balización de la economía. Al mis­ nían una renovación de las ciencias huma­ para alzar sólidas fronteras. No son movi­ gímenes vinculados a la extrema derecha en
mo tiempo, se ponían a punto las nas y sociales globalizándolas a ellas tam­ mientos de izquierda o de extrema izquier­ Europa central y, en lo sucesivo, en Italia.
categorías aptas para pensar esta evolución. bién y separándolas de enfoques clásicos da los que dominan el baile, en tanto que las Estas fuerzas son ambivalentes si se trata
Pronto surgió el neoliberalismo, el triunfo que operan en el marco tradicional del Es­ primeras críticas del neoliberalismo prove­ de la globalización económica, que no re­
del dinero y de los mercados en un mundo tado nación. El sociólogo Ulrich Beck for­ nían de estos movimientos de intelectuales chazan sistemáticamente desde el punto de
que salía de la guerra fría y donde, en efecto, muló su tesis del cosmopolitismo metodo­ próximos de los mismos. vista ideológico. Pero cuanto más se trata en
las fuerzas económicas parecían despreo­ lógico, la idea de que era necesario, en lo su­ Estas fuerzas populistas, nacionalistas o su caso de mostrar que el Estado debe
cuparse de la política, de los estados y de sus cesivo, analizar los factores sociales de extrema derecha encuentran una buena cerrarse y sus fronteras deben ser imper­
fronteras. El capitalismo, ante todo el finan­ teniendo en cuenta la “cosmopolitización parte de su clientela electoral en sectores meabilizadas, más necesitan inscribirse en
ciero, parecía irresistible. del mundo”; es decir, el hecho de que, aun que la apertura económica al mundo contri­ perspectivas proteccionistas que ilustra la
Algunos se regocijaban de tal perspectiva siendo muy local, un problema o un aconte­ buye a descomponer o a debilitar, lo que presidencia de Trump y más cuestionan no
como el ideólogo y ensayista Alain Minc en sólo la libre circulación de las personas, que
su libro La globalización feliz; otros, por el no quieren, sino también las de las mercan­
contrario, se indignaban como la periodista cías y de los capitales. El mundo, con el auge
Viviane Forrester y denunciaban el “pensa­ de estas fuerzas, entra en una era en la que
miento único”, la subordinación de la vida será más difícil hablar de globalización
intelectual a una perspectiva entregada a la económica.
devoción por la economía neoliberal, inca­ ¿Haría falta a partir de ahí dejar de pensar
paz de pensar otras formas de reflexionar y en términos globales y volver a los análisis
de impulsar otras proposiciones. Reinaba el de hechos y problemas sociales limitados al
“consensodeWashington”,alquehabíaque único marco del Estado nación? Una vuelta
plegarseobienentrarenunconflictofrontal atrás es improbable, por dos razones. La
con él. Quienes intentaban animar este con­ primeraesquelaslógicasdelaglobalización
flicto eran fuerzas de izquierdas más o me­ no desaparecen por ello. La omnipresencia
nos radicales. de firmas multinacionales, el impacto de las
Laglobalizacióneconómicahademostra­ grandesmarcas,delosacontecimientosglo­
do ser asimismo cultural e, incluso, con ma­ bales, sobre todo deportivos, los JJ.OO. o el
yor hondura, antropológica, de forma que Mundial de fútbol y aun el papel mundial de
anunciaba una nueva era para la humani­ las tecnologías de la comunicación perma­
dad. Las tecnologías de la comunicación, in­ necen en el corazón de la vida colectiva.
ternetalacabeza, yladigitalizacióndeparte La segunda incita a “continuar pensando
de nuestras actividades parecían permitir a en términos globales”: la constatación de
todos unas posibilidades inauditas de acce­ que los valores universales parecen amena­
soalainformaciónydeinteraccionesplane­ zados por doquier y, con ellos la conciencia
tarias,inmediatasymultiplicadas.Lasredes de pertenecer a un solo y mismo mundo y a
JASON ALDEN / BLOOMBERG
sociales se percibían como un enorme pro­ una sola y misma humanidad. El planeta se
greso al servicio de valores universales, del fragmenta. Las redes sociales funcionan co­
derecho y de la razón. mo comunidades relativamente cerradas.
Indudablemente, ya entonces se hacían Y, como ya se ha visto, el populismo, el na­
oír voces que describían un mundo en que la
El mundo, con el auge de las Es improbable una vuelta atrás cionalismo y los extremismos prosperan.
globalización económica no impedía la fuerzas populistas, entra en una y que dejemos de pensar en En estos procesos de cierre y fragmenta­
existencia de oposiciones de mayor alcance, era en la que será difícil hablar términos globales para volver ción, se perfilan actos de violencia y enfren­
como en el caso de la tesis de Samuel Hun­ tamientos a todos los niveles: no lo com­
tington sobre el “choque de civilizaciones”; de globalización económica al marco del Estado nación prenderemos más que siguiendo pensando
al propio tiempo, se advertía que la globali­ “en términos globales”, reconociendo que
zación económica no ejercía necesariamen­ estos fenómenos obedecen en gran medida
te efectos unívocos, y suscitaba reacciones cimiento no se comprende bien más que provoca inquietud de forma confusa: obre­ a las derivas de una globalización económi­
de resistencia principalmente culturales y analizando las lógicas mundiales y regiona­ ros de todas las fábricas han cerrado unas ca, que ha reforzado las desigualdades y re­
llamamientos, por ejemplo, a otras formas les que lo modelan. tras otras, capas medias en caída social y flexionando para reinventar la articulación
de consumo; corrientes medioambientales Dicho esto, en todo el mundo poderosas descubriendo que los hijos vivirán menos de los valores universales y la idea de pro­
o ecologistas defendieron por ejemplo “la fuerzas políticas se constituyen y se refuer­ bien que los padres, jóvenes para quienes el greso, con la apertura al mundo.
desglobalización”, consistente en primer zanpara proponer fórmulasque topan, aun­ accesoalosestudioscorrepeligrodecerrar­ El populismo, el nacionalismo, el extre­
lugar en consumir lo producido a escala lo­ que sólo de forma parcial, con las lógicas se, etcétera. Detestan a las elites, que aso­ mismo nos impulsan hacia el cierre de nues­
cal. Sin embargo, tales fenómenos no pare­ económicas de la globalización. Estas fuer­ cian a las imágenes de la globalización y es­ trospaíses:quienes deseanunmundoabier­
cían capaces de cuestionar el triunfo de la zas apelan al cierre del país sobre sí mismo, tán convencidas de que los migrantes son to deben continuar “pensando en términos
al mismo tiempo que a la homogeneidad causa de su infortunio; transforman sus globales”, no acompañando sin criticarla la
M. WIEVIORKA, sociólogo, profesor de la Escuela cultural de la sociedad. Sorprendentemen­ miedos y dificultades económicas en obse­ globalización, no rechazándola pura y sim­
de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París. te, son las que hallan el camino si no de una sión por su identidad cultural. Y su peso po­ plemente sino conminándola a transfor­
Traducción: José María Puig de la Bellacasa oposición directa a la globalización econó­ lítico es considerable. Se les debe el Brexit, marse.c

EL RUNRÚN

L
as etiquetas son armas de doble fi­ Màrius Serra LGBTI+ que es una puerta abierta. caban muy de prisa, devorados por la si­
lo. Tienen una innegable función En el ámbito de la creación artística guiente etiqueta. Pienso en la roña de las eti­
sintética, que las hace útiles para LAMG+(literaria,audiovisual,musical,grá­ quetas por culpa de una placa callejera.
periodistas y entomólogos, pero
también son una medida reduccionista, que La roña de fica et alii) la etiqueta suele provocar dos re­
acciones: la rehúye el creador y la buscan
Cerca de la Via Laietana de Barcelona hay
una placita dedicada a Emili Vilanova. En la
enjaulan al etiquetado en un espacio limita­
do. Las etiquetas son spot y cárcel a la vez. las etiquetas tanto los productores como la crítica. La in­
dustriaculturalsueleconsiderarqueetique­
placa que preside la plaza, el epígrafe que
describe su actividad profesional me deja
Hay gente que opta por autoetiquetarse an­ tar le ayuda a vender cualquier propuesta helado. Pone: “Escriptor costumista”. Cos­
tes de que le etiqueten los demás. Un ejem­ artística que pretenda comercializar. La ló­ tumbrista, sí. Vilanova fue un escritor del
plo es el colectivo arco iris. En los noventa gica que persigue es dar referencias al con­ XIX coetáneo de Pitarra, escribió sainetes y
empezaron a hacer circular las siglas LGB sumidor para conseguir fidelizarle y guiar prosas sobre Barcelona en un catalán colori­
(lesbianas, gays y bisexuales). Desde enton­ su itinerario de consumo cultural. En eso, el do que hace poco recuperó Enric Cassany
ces,esteacrónimodeetiquetasnohaparado cinefuepionero,creandolosnuevoslugares en su edición de las Escenes barcelonines
de crecer a base de sumar etiquetitas. Al comunes del siglo XX (thriller, fantasy, pé­ (Proa, 2016). Claro que Vilanova escribió
principio añadieron la T de transgénero, plum) y los nuevos vínculos (de los creado­ cuadros de costumbres, pero ¿de veras hay
luego la I de intersexual y, cuando la cosa ya res de X llega Y), pero en la era digital todo el que adjetivarlo en una placa? ¿Hay algún
empezaba a salirse de madre (con perdón En la placa que preside mundo se apunta a etiquetar. En eso, coinci­ otro escritor adjetivado en el nomenclátor
por la alusión heteromatriarcal), se sacaron de con una determinada crítica, que lucha barcelonés? ¿Se imaginan que cada vez que
de la manga la mejor de todas las etiquetitas,
la plaza, el epígrafe que poretiquetartodoaquelloqueanaliza,hasta saliera por la tele un escritor (o un creador
un verdadero comodín, un joker que sirve describe su actividad llegar a extremos que parecen parodias. La LAMG+) le adjetivasen en el subtitulado se­
para denominar todas las identidades de crítica musical destaca en este campo, como gún su opción estética? La próxima vez que
género queaúnnos quedenpor descubrir: el
profesional me deja helado; sisehubiesecontagiadodelos–ismospoéti­ me pidan con qué etiqueta me presentan di­
signo +. Un plus definitivo para el colectivo pone: “Escriptor costumista” cos de las vanguardias históricas, que cadu­ ré: “Escriptor desacostumat”.

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