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Taller de la

Solidaridad
Para profundizar en el
servicio a los pobres

"...todo lo que
hicieron a uno de
estos pobres a mí
me lo hicieron...”
Mt. 25, 40)
2 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad
Diócesis de Valdivia 3
2004 – Año de la Solidaridad

Hermanos y hermanas:

Celebramos el 2004 el Año de la Solidaridad en nuestra Diócesis. Avanzamos así en


nuestras Orientaciones Pastorales: de la CONVERSIÓN personal a Jesucristo, nos abrimos
a la COMUNIÓN con nuestros hermanos en la fe, que nos lanza a la SOLIDARIDAD
con toda la humanidad, y nos prepara para la MISIÓN de seguir anunciando el Reino.

La solidaridad no es una invención de las personas, sino una cualidad inherente a la


condición humana. Las personas somos radicalmente necesitadas de los demás. Para
mantener la existencia y para lograr la plenitud de nuestro existir necesitamos a nuestros
semejantes. Cuando nos situamos desde nuestra fe, sabemos que tenemos una doble
solidaridad en nuestro peregrinar hacia la condición definitiva que se nos concederá en el
Reino de Dios:
• En Adán todos somos solidarios del primer pecado que nos separó de la amistad con
Dios.
• La segunda y más importante solidaridad que considera nuestra fe es la que nos une a
Cristo. En Cristo hemos sido redimidos y participamos de la condición de Hijos de Dios, en
la medida en que permanecemos unidos a Él, no sólo a su doctrina, sino unidos a su vida.
Tal solidaridad Jesucristo la graficó con la parábola de la vid y los sarmientos (Jn. 15, 1-
17). Nadie llega a la plenitud de su vocación sino unido a Cristo. Y no estamos unidos a
Cristo si no estamos unidos a nuestros semejantes por el amor solidario.
Consecuentes con esto tenemos permanente preocupación por todo lo que ocurre en la
humanidad, adquiriendo ojos y corazón para representar ante Dios las necesidades que
tienen todas las personas. Donde quiera que hay sufrimientos, injusticias, ausencia de paz,
la Iglesia debe estar presente acompañando a los que sufren e intercediendo por ellos ante
Dios. La solidaridad de la Iglesia con los que sufren, por lo tanto, no es una táctica pastoral
sino un "deber ser" que le exige progresar cada día.
Los cristianos por el hecho de ser Iglesia de Jesucristo estamos obligados a no quedar
indiferentes ante el hambre, la enfermedad, la soledad, el sufrimiento moral de nuestros
semejantes. Integramos el Cuerpo de Cristo. Y la Iglesia no es solo instrumento para
comunicar la Gracia que da la Vida Eterna de modo individual, sino que es solidaria de toda
la humanidad para la cual es signo e instrumento de salvación. Para un cristiano la
solidaridad no es un asunto de poca monta, sino algo que está en lo más profundo de su fe.

La tarea que tiene la Iglesia de ser voz de las profundas aspiraciones de nuestros pueblos a
la liberación es una dimensión constitutiva de su misión: ser sacramento de la íntima unión
de los hombres con Dios y de los hombres entre sí. El Evangelio sigue vigente y lleno de
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2004 – Año de la Solidaridad

desafíos. Nos dice que es preciso renacer en las aguas del Espíritu, vivir el amor al Señor
Jesucristo globalizando la solidaridad y mirar con los ojos del prójimo al Señor que dirá al
final en el juicio definitivo "todo lo que hicieron a uno de estos pobres a mí me lo hicieron".
(Mt. 25, 40).

Con el taller que recogemos en este cuadernillo profundizaremos en algunas dimensiones,


herramientas e instrumentos que nos ayudarán a renovar en este año nuestras prácticas de
solidaridad con quienes nos necesitan. Concretamente, trataremos los siguientes cinco
temas:
1. Conocer nuestro entorno (diagnóstico de la realidad)
2. La opción por los pobres en la Biblia.
3. La Enseñanza Social de la Iglesia: criterios de la solidaridad.
4. La solidaridad en la Pastoral Orgánica.
5. Organización y planificación para el servicio.

Lo realmente importante, al final de todo, es que podamos ser signos y testigos de la


predilección de Dios por los pobres y los pequeños, las víctimas de la injusticia, quienes
sufren las consecuencias del pecado personal y social. Pedimos al Espíritu de Jesucristo que
nos acompañe y nos aliente en esta apasionante misión.

Área de Pastoral Social


Diócesis de Valdivia
Enero de 2004
Diócesis de Valdivia 5
2004 – Año de la Solidaridad

SESION 1
CONOCER NUESTRO ENTORNO

CO N CE PT O S BA S IC O S DE AN AL ISIS SO C IAL . -

1. ¿Q ué es a nali za r la reali dad?. -


• Ho mbre i nse rto en la hi sto ria. Tra ma de relacio nes causas - efecto s.
• Dificulta d y fal sedad de la perce pción espontá n ea y del " senti do
comú n": Eje mplo s: " Dar li mo sna es bue no". " La injust icia prov oca
rebelión "...
• Necesi dad de métod os "cientí fico s " de c onoci mi ento. Reflexi ón y
análisi s.

2. Eleme nto s del a náli si s de la realid ad:


• Dato s: El est udio de una reali dad conc reta supo ne una radio graf ía lo
má s exacta po sible del hech o o de la situació n : D ES CRI PC IO N:
¿Qué pa sa? Detalles, sit uacione s, n ú mer os, e s tadí stica s,
comp orta mient os...

• Causa s y efecto s: La vi da es un co nsta nte fluir. Interdepe ndenci a


entre lo s hech os, relaci one s cau sa - efect o...IN TER PR ETA CI ON :
¿Qué fuerza s interv ienen y en que grad o? Oríg enes hi stóric os y
causa s in mediata s?...Efecto s y con s ecue ncias, repe rcusi one s actuale s
y futu ras...

3. ¿Por q ué a nali za r la reali dad?


• Conocer e s do mi nar: pa ra ser sujet os y prota goni stas de la hi storia y
de las relacione s sociales, se hace necesa rio con ocer con la may o r
prof undi dad y claridad po sib les las di ve r sas circunsta ncias y
acontecim iento s. U n mal análi si s pue de ser pe or que no hacerl o
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2004 – Año de la Solidaridad

(p.e.: "lo s j óvene s n o van a la par roquia, l uego, no le s intere sa l a


fe".). La realidad c onoci da pue de ser a su mida y utilizada co m o
aliado de su pr opia tran sfor mació n.
• Lo o bjetivo se i mpone a lo subje tivo: C uando la r ealidad se ve en su
totalidad y e n su s di ver sas facetas, cua ndo se "o bjetiva ", se
convierte en objeto a sequi ble: lo real se im p one al sue ño, al
prejuicio, a lo ilu so rio, a lo s dese os... Si n o hay análisi s objet i vo s,
no hay soluci one s reale s.
• No s hace má s abie rto s y reali stas: El co ntacto , el análisis y la
prof undizaci ón de lo s ele ment os que reperc uten sob re u n hech o o
crean una situació n, obli gan a una actitu d de e scu cha del m und o, de
atención y juici o crític o a nte l o q ue no s "lleg a" y a nte lo qu e
"envia mo s". No s saca de las ab sol utizacione s e ide alismo s.
• Pro gra macione s que re sp ondan a las necesi dad es: Co n un bue n
análisi s, lo s o bjetivo s de una act uación tratan d e resp onde r a la s
necesida des reale s y a lo que o bj etiva mente e s consi derad o com o
má s urge nte por el gr upo h uma no afectad o, y n o se limita n a dar
resp uesta a la s nece sidade s subjeti vas de l os q ue p rogra man.

Conociendo nuestro entorno


Eje mpl o: Mucha
Señalo variasge nte Eje mpl o:
Describo Haydatos x
los Eje
Mempl o: la gente
pregunto no
a qué
vive en mediag uas...
situaciones de mi campa ment os
de esas en
si tuaciones que ahorra; las ca sas son
se debe...
viven x fa milia s, en caras; no se
población
mediag uas de x mt ²... const ruye...
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2004 – Año de la Solidaridad

D esde los datos recogidos,


recogidos, y preguntándonos e l ¿por qué? D e cada
uno podemos re montarnos a las causas estru c turales de lo que pasa
en nuestro entorno, y así nos formamos una imagen del mundo en que
v ivimos.

Vea mo s ent o nc es a lg u n os as pe ct os d e este m u n do e n q u e


viv im os :

Si pudiéramos reducir la población de la tierra a una aldea de exactamente 100 habitantes,


manteniendo todas las proporciones y estadísticas existentes, sería algo como lo siguiente;
habría:
57 asiáticos; 21 europeos; 14 americanos, tanto del norte como del sur; 8 africanos.
52 serían mujeres; 48 serían hombres.
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2004 – Año de la Solidaridad

70 no serían blancos; 30 serían blancos.


70 no serían cristianos; 30 serían cristianos.
6 personas poseerían el 59% de la riqueza de toda la tierra, y las 6 serían de Estados
Unidos.
80 vivirían en mediaguas
70 no sabrían leer
50 sufrirían de malnutrición
1 estaría a puntode morir; 1 estaría a punto de nacer
1 (sí, sólo uno) tendría educación universitaria
1 tendría computadora
Si no estás viviendo el peligro de la guerra, la soledad de la cárcel, la agonía de la tortura o
el dolor del hambre... estás mejor que la mitad de la humanidad.
Si tienes algo para comer hoy, llevas ropa, y tienes pieza y cama donde dormir esta noche...
eres más rico que el 75 % de las personas del mundo.
Si tienes algo de dinero ahorrado, o en tu cartera, o algunas chauchas en casa... eres parte
del 8 % de personas más ricas de este mundo.

Y...¿Por qué pasa esto?

Vivimos en un panorama histórico (globalización desde el neoliberalismo) y geográfico


(Tercer Mundo) en que cambian sustancialmente los mecanismos y las formas de "hacer
pastoral social" a que estábamos acostumbrados. A la hora de evaluar nuestra presencia en
lo “social” es necesario contar con esta realidad, que presenta para nuestro tema al menos
algunos rasgos fundamentales:

• Implantación del neoliberalismo como ideología "totalizante", que más allá de sus
dimensiones económicas incorpora visiones y prácticas de la política, la cultura, la
ética, la religión, la persona humana... basadas en la consideración del mercado, el
interés individual, y la competencia como motores de la historia. Se trata de una
auténtica idolatría que se enfrenta al plan de Dios.
• Asistimos al fenómeno de la invasión de lo político y lo cultural por lo económico: se
extiende un "pensamiento único" que sigue la lógica económica en detrimento de la
lógica política y ética, y de hecho, el criterio de juicio de cualquier relación social es su
eficacia económica.
• Así, entre otras cosas, se desdibuja la política tradicional, que ha dejado de ser la
búsqueda de proyectos sociales globalizantes, para limitarse a diferentes formas de
gestión de la economía.
• También en Chile, se acentúan algunos rasgos de esta dinámica: La gestión política ha
perdido toda posibilidad de eficacia: se administran recursos insuficientes para atender
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2004 – Año de la Solidaridad

a las necesidades, se limitan cada vez más las atribuciones del estado como garante del
bien común, se depende de decisiones tomadas por grupos económicos y financieros,
transnacionales, estados del norte... Paralelamente crece la corrupción y enseguida el
desprestigio de los políticos y de la actividad política como tal: baja participación,
populismo, ofertas autoritarias...
• En cuanto a la composición social, el fenómeno de la exclusión de amplios grupos
respecto al crecimiento económico, la participación social, los sistemas de bienestar
público, etc. dejan de ser un "efecto colateral" minoritario para convertirse en una
característica estructural del sistema. Las sociedades "duales", "de los tres tercios", "de
la exclusión", o comoquiera que las caractericemos, son el tipo de sociedades en que
vamos a vivir probablemente por mucho tiempo.
• ...

¿Tiene Dios algo que decir sobre esta situación?


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SESION 2
LA OPCIÓN POR LOS POBRES

Leemos, reflexionamos y comentamos el siguiente texto:


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“Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, entra en este mundo por la puerta de
Nazaret y de Belén, habiéndose despojado de poder y de gloria,
simplemente como uno de tantos. En el encuentro con la samaritana, (Jn. 4,
10 y ss.) Él que es el Señor y el Maestro, toma la iniciativa de acercarse a
ella y se presenta como un ser humano fatigado, necesitado de ayuda. Su
presencia no aplasta, no humilla, no asusta ni crea distancias. En nuestra
acción pastoral estamos llamados a dar pasos de descenso, de despojo de
nuestros bienes, de actitudes, mentalidades y prejuicios, para alcanzar al
otro allí donde él o ella se encuentre.
De Jesús aprendemos que Dios elige de preferencia a los pequeños y a los
pobres para evangelizar al mundo de su tiempo. En el texto que
comentamos trata con una persona triplemente excluida: por ser mujer, por
ser samaritana y por la situación de pecado en que ella vive. Recordar esta
verdad, y tenerla como criterio para nuestra acción evangelizadora, es
particularmente importante en una sociedad altamente competitiva en que los
débiles van quedando malheridos a la orilla del camino de la vida.”
(Conferencia Episcopal Chile. OOPP. 2001-2005. párrafos 176-177)

E n u n mu n d o e n que
q ue dos
d os ter cios de la huma
h uma nida d so n po bre s, y de sde
la fe en u n Dios Dio s qque,
ue, c om o Pa dre - Ma dre de tod os, está aten to
especialme nte a su s hhijo
ijo s e n pe or situac ió n, nos p regu
ión, reg u ntam os:

¿Qué situaciones de pobreza, ¿Qué hago per sonalmente y


marginación, exclusión... qué hace mi comunidad para
conozco en mi entorno? acercarnos a ellos?
( Escrib o lo s n ombre s de las ( Proc uro ex pre sar accio ne s y
person as y l as sit uaci one s que actit ude s co ncreta s)
viven )
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JESÚS: HOMBRE PARA LOS DEMÁS:

El servicio es un eje existencial en la vida de Jesús. El mismo dice que «no ha venido para
que le sirvan sino para servir (Mc 10,45). Dentro de esta vocación de servicio a las personas
Jesús manifiesta una preferencia clara por los pobres; de hecho, el ambiente que rodea a
Jesús lo forman una variada gama de personas que la sociedad judía tiene marginadas:
pecadores, publícanos prostitutas (Mc 2,16; Lc 15,1). En este grupo se encuentra el pueblo
sencillo, ignorante, minusvalorado, desconocedor de la Ley (Mc 9,42; Mt 10,42). Los
seguidores de Jesús constituyen un grupo cuya ignorancia religiosa y su comportamiento
moral les cerraban, según la convicción de la época, la puerta de acceso a la salvación.
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Todos estos asiduos acompañantes de Jesús contribuyen a que se le conozca


despectivamente en su ambiente como amigo de publícanos y pecadores.

Jesús se acerca a todos ellos en una actitud positiva y abierta:


• Come con ellos y les dice que son los invitados al Reino (Mt 9,10-11; Lc 14,16-24).
• Los acepta en su auditorio (Lc 15,1-2) y los defiende y protege enérgicamente del
escándalo que los pueda dañar (Mc 9,42; Mt 18,10-14).
• Los perdona, sin echarles en cara su pecado (Jn 8,3-11).
• Pasa por alto si su condición de impuros le puede a él manchar (Lc 7,39; Mc 1,41;
5,25-34).
• Los reconstruye en la esperanza ofreciéndoles la imagen de un Dios Padre que los
espera, los busca y se alegra con su vuelta a la casa (Lc 15,4-32).

Con esta actitud Jesús testimonia que la marginación no tiene fundamento en Dios. La
gente lo sabe y acude a él esperando obtener su ayuda (Mc 1,32-34). Jesús no hace
beneficencia con esta actitud. Está anticipando en su acción la nueva sociedad que él
propone y en la que han de trabajar los que le den su adhesión. Por eso entre los suyos no
cabe el servir a Dios y al dinero (Mt 6,24). La comunidad ha de poner en común todo lo que
tienen para dar de comer al pueblo hambriento (Mc 6,38; 8,5-6; Mt 14,16-18; Jn 6,9-11; Lc
9,13-16). Es condición para seguirle el dejar todos los bienes para poder compartirlos con
los necesitados (Mc 10,17-22).

Nos detendremos en algunos comportamientos muy representativos de Jesús. Todos ellos


fueron duramente criticados por sus contemporáneos, pero Jesús no cedió a las críticas. El
hecho de que mantuviera esta forma de actuar significa que era muy importante para Él, y
lo era porque a través de estos gestos se hacía presente el Reinado de Dios que él
anunciaba. Nos centraremos en tres de estas actuaciones: sus sanaciones; sus exorcismos; y
sus comidas con los pecadores.
Las sanaciones de Jesús:

La actividad de Jesús como sanador ocupa un lugar notable en los evangelios. Las
sanaciones realizadas por Jesús revelan aspectos muy interesantes de su actuación. las
sanaciones de Jesús muestran su cercanía a los marginados. Los enfermos, y por causa de
ellos sus familias, tenían que soportar una situación de sospecha y marginación. La idea que
entonces se tenía de la enfermedad acentuaba esta condición social de marginación. El
hecho de que Jesús se acerque a ellos y se deje tocar por ellos, o de que los cure de formas
poco ortodoxas, era un atentado contra las normas de pureza que gobernaban la sociedad
palestina. Sus curaciones son un signo de que el Reinado de Dios está empezando a llegar.
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Los profetas habían anunciado que la curación de los cojos, ciegos, sordos, etc sería el
signo de que se cumplían las promesas de Dios. Jesús se refiere a esta profecía para explicar
sus curaciones (Mt 11,2-5 = Is 35,5-6).

2. Los exorcismos de Jesús

Un indicio de la centralidad que tuvieron los exorcismos en su vida pública es la reacción


que desencadenaron entre sus adversarios. La acusación de expulsar los demonios con el
poder de Belcebú es la mejor atestiguada de cuantas han conservado los evangelios (Mc
3,22, 30; Jn 7,20; 8,48-52; Jn 10,20-21; Mt 10,25). Para entender esto necesitamos conocer
las connotaciones que tenían los exorcismos en tiempos de Jesús.

• En aquellas sociedades que están sometidas a una fuerte presión social son más
frecuentes los casos de posesión entre los varones adultos, y también entre las mujeres
cuando éstas se encuentran sometidas a fuertes presiones familiares. La posesión es
como una válvula de escape, a través de la cual se liberan las tensiones (en nuestra
cultura este válvula no existe, y las tensiones se liberan de otra forma, o bien se
acumulan provocando estrés).
• Por otro lado, la posesión, que asigna un lugar marginal a las víctimas de la opresión
política o familiar, funciona también como válvula reguladora que asegura la
estabilidad del sistema social establecido, y en última instancia legitima las situaciones
que provocan la posesión. Por esta razón, aquellos a quienes más favorece el sistema
suelen reaccionar negativamente frente a quienes ponen en peligro esta válvula
reguladora. En el mundo antiguo lo hacían acusándolos de magia o de estar poseídos.
• En el mundo de Jesús había personas que tenían que soportar una autoridad abusiva
tanto en el ámbito público (político), como en el privado (parentesco). En el contexto
familiar, todos aquellos que estaban sometidos a la autoridad del paterfamilias, y
especialmente las mujeres, eran los más propensos a recurrir a la posesión para aliviar
las tensiones de la autoridad patriarcal (Mc 7,24-30; 9,14-27). Por el contrario, en el
contexto de la vida pública, la posesión afectaba sobre todo a varones adultos (Mc
1,23-28; 5,1-20).
• No es casual que sus acusadores sean miembros de la clase gobernante o de sus
funcionarios (Mc 3,22). Un dicho de Jesús muestra la hostilidad de Herodes Antipas
contra él, y pone de manifiesto que la causa por la que trataba de prenderle eran
precisamente sus exorcismos (Lc 13,31-33). Al interpretar la expulsión de los
demonios como un signo de la llegada del reinado de Dios, Jesús amenazaba la
estabilidad del orden social.
• Jesús explicó que él actuaba movido por el Espíritu de Dios, y que en sus exorcismos
se estaba librando un combate cósmico contra Satanás. La victoria sobre él era el signo
de la aurora del reinado de Dios. El signo de la llegada de este reinado era la
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reintegración social de aquellos a quienes la opresión, las desigualdades y otras


tensiones sociales habían arrojado a los márgenes de la sociedad.

3. Las comidas de Jesús

Los evangelios narran con cierto detalle algunas comidas con personas que no gozaban de
buena reputación. (Mc 2,14-17; Lc 19,1-10). Y no sólo lo hacía él, sino que cuando envió a
sus discípulos a anunciar la buena noticia de la llegada del Reinado de Dios, les recomendó:
“quédense en la casa que los reciba, coman y beban de lo suyo” (Lc 10,7). Esta forma de
actuar suscitó importantes críticas contra Él. (Mc 2,16), y el mismo Jesús se hizo eco de
estas acusaciones (Lc 7,34). Esta acusación revela que tanto para Jesús como para sus
adversarios, las comidas con los pecadores eran un asunto capital.

Las comidas sirven, al mismo tiempo, para unir a los que las comparten y separarlos de los
demás, y por eso son muy eficaces para reforzar las líneas divisorias entre los grupos. Estas
fronteras se refuerzan de varias formas. La más importante es la comunión de mesa, es
decir, la comida nos une a aquellos con los que comemos y nos separa de aquellos con
quien nos está prohibido comer. El Judaísmo había acentuado todos estos elementos
confiriendo a las comidas un significado político-religioso, y asignándoles la función de
delimitar las fronteras entre los que pertenecían al pueblo de Israel y los que no. También
eran muy rígidas las normas acerca de los alimentos puros e impuros, y sobre los días en
que se debía ayunar.

Las comidas de Jesús tenían un enorme significado porque violaban casi todas estas
normas. Jesús comía con personas con las que un buen judío no debía compartir la mesa.
Además declaraba que todos los alimentos eran puros, y para colmo no observaba el ayuno
ni quería que sus discípulos lo hicieran (Mc 2,18-22). Al romper estos esquemas, Jesús
quiere romper estas fronteras que separan a los puros de los impuros. El sistema social que
aparece en sus comidas es el de una familia en la que todos son iguales.
Las comidas de Jesús tienen mucho que ver con la llegada del reinado de Dios. Esta
relación aparece en sus parábolas y en su predicación. Ya los profetas habían relacionado
las comidas con el cumplimiento de las promesas de Dios (Is 2). Jesús asume y amplía esta
relación. El reino es un gran banquete en el que los puestos de honor se organizan de otra
manera; un banquete al que hay que invitar sobre todo a los ciegos, cojos, lisiados,
indigentes, etc (Lc 14, 15-24). Jesús no renunció a este comportamiento porque sus
comidas expresaban y hacían presente el Reinado de Dios que anunciaba en su predicación.

Conclusión: El significado de la actuación de Jesús:

La motivación de esta forma de actuar es que Dios actúa también así. Jesús
comía con los pecadores porque Dios no hace distinciones entre las ovejas del
redil y la extraviada, ni entre el hijo que se ha quedado en casa y el que se
marchó (Lc 15). Jesús justificaba su forma de actuar diciendo que Él imitaba la
actuación de su Padre. La finalidad de la actuación de Jesús es mostrar cómo el
Reinado de Dios ha comenzado a hacerse presente. Este fue el contenido
principal de su predicación: “El Reinado de Dios ha comenzado a llegar” (Mc
1,15), y también el centro de su oración: “Venga tu Reinado” (Lc 11,2). Jesús
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Leemos y comentamos el texto de la


multiplicación de los panes
(Mc. 6, 34-44)

Y nosotros...¿cómo optamos por los pobres?

1. Leemos Lc. 10, 25-37 (Parábola del samaritano) Tomamos conciencia del
“eje” del relato: “se compadeció de él” (Vers. 33) Es la experiencia de
compasión la que cambia el sentido de la historia, y hace que el samaritano,
en lugar de “tomar el otro lado”, “se acerque”.

2. “Con-padecer” (= “sufrir con”) implica y requiere un mínimo de identidad


entre ambos personajes: se puede sufrir sólo por quienes se conoce y se
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acepta como “iguales” a uno mismo... El sacerdote y el levita no ven a una


persona; “ven” una fuente de problemas, un factor de impureza, una
complicación en sus planes... por eso no pueden compadecer.

4. Podemos entender el itinerario de acercamiento a los pobres


como un REGALO que el Padre nos hace, como una TAREA que Cristo nos
propone, y como un DESTINO hacia el que el Espíritu nos conduce.

UN REGALO.- Dios nos regala la posibilidad de AMAR a los pobres. El amor


es antes que nada un regalo: es vivir una experiencia de gozo, de alegría...
Para amar a los pobres, uno no se puede quedar en la mirada superficial;
rara vez el pobre es "atrayente" a los sentidos. Descubrir en ellos el rostro
amable de Jesús requiere mirarlos y verlos con los ojos de Dios. para poder
entender y aceptar el regalo que Dios nos hace tenemos que cultivar una
sensibilidad que nace de compartir la forma de mirar y ver de Él, a través
de la oración. De esta forma nuestra relación con los pobres no se basa en
la sensibilidad o en la racionalidad, sino en la mirada de fe.

UNA TAREA: Optar por los pobres implica practicar la caridad:


• En la realidad de los pobres: es decir, encarnarse.
• LA PRESENCIA; es decir, "estar" de forma real, concreta en esa
realidad, conocerla, conocer a las personas: sus nombres, sus
historias... No se puede amar a los pobres desde la AUSENCIA.
• La presencia da paso a la IDENTIFICACIÓN... Se trata de ser lo
más parecidos posible a aquellos por quienes optamos: ¿Cómo
vestimos, cómo es nuestra casa, cómo gastamos el dinero, cómo
comemos, cómo nos movilizamos...?
• Desde la realidad de los pobres: No basta con estar, también es
importante el "cómo" se está; nuestro estilo es el de estar luchando
por la salvación de los pobres, y esto conlleva:
• Vivir la denuncia de la injusticia en el testimonio cotidiano,
• Vivir el anuncio de la salvación. La utopía del Reino, aunque no se
agote en ellas, pasa por realizaciones históricas, y ello reclama un
modelo de sociedad, relaciones humanas, organización política y
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2004 – Año de la Solidaridad

económica... y más inmediatamente, aspectos como el modelo de


relaciones humanas que vivimos y proponemos.
• Con los pobres: Vivir en la realidad de los pobres, hacer comunidad con
ellos. Que en los grupos en que participamos tengan cabida los pobres.

UN DESTINO: el Reino de Dios que es el destino a que nos conduce el


Espíritu, ha sido prometido a los pobres, a los últimos, a los "publicanos y
las prostitutas". la tarea no se agota en sí misma, sino que está abocada
a la promesa de la salvación definitiva.

SESION 3
LOS CRITERIOS DE LA SOLIDARIDAD

Escribimos algunas ideas para explicar a nuestro


Consejo Parroquial por qué la Iglesia se preocupa de
los problemas sociales:
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¿Qué es la Doctrina Social de la Iglesia?

Una pregunta que algunos cristianos se hacen y que muchos no-católicos nos hacen es
por qué la Iglesia Católica se aventura a hablar de los problemas sociales. ¿No es eso más
bien tarea de los técnicos y de los científicos?¿Por qué no se preocupa de lo que Jesús le
habría encomendado: lo espiritual, el predicar la Misericordia de Dios, los sacramentos?.

En la persona humana la dimensión espiritual y trascendente es inseparable de su dimensión


material y social. El hombre vive en relación permanente con otros seres humanos y
establece relaciones de filiación, de paternidad, de fraternidad, de amistad, de simpatía... Ya
en el Antiguo Testamento, y especialmente en la enseñanza de Jesús, Dios se ha revelado
20 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

como unido a las relaciones solidarias que las personas seamos capaces de realizar en
nuestra vida.

La Iglesia, al abordar los problemas sociales lo hace desde la perspectiva de los valores
fundamentales que están en juego. A la Iglesia no le corresponde opinar sobre cómo se
construye una casa. Pero si en esos elementos está en juego la dignidad de las personas y
sus derechos, porque por ejemplo, no se le pagaron salarios dignos a los obreros de la
construcción, entonces, en estos casos, los cristianos y la Iglesia no pueden callar.

En los problemas sociales, económicos y políticos lo técnico o científico puro no existe.


Siempre hay alguna relación con aspectos humanos, con el hombre, y por lo tanto, con
valores, con la ética. Por eso la Iglesia, tiene el deber y el derecho de orientar las
reflexiones y conductas de los católicos y los católicos tienen el deber y el derecho de
expresar la defensa y promoción de la persona desde su fe y de actuar coherentemente.
La Doctrina Social de la Iglesia, en sentido propio, es la enseñanza que el Magisterio de la
Iglesia realiza respecto de problemas sociales, económicos y/o políticos, mirados a la luz de
la dignidad de la persona humana. Pero también puede asumirse una definición más amplia.
La Doctrina Social no es algo que sólo compete al Magisterio, sino que es parte de la vida
de los cristianos, comprometidos en transformar el mundo en el que viven a partir de su fe.

Los cristianos viven experiencias de contraste entre su fe en el Evangelio y la realidad


social, política y económica, y tratan de actuar de modo coherente con su fe. el Magisterio
habla públicamente para orientar la conciencia y conducta de sus fieles y de todos los
hombres de buena voluntad. Así la Iglesia y los católicos expresan principios y valores que
intentan que los demás compartan para hacer un mundo más humano y digno de la persona.

Así el monto del salario del obrero, el desempleo, la situación de las familias sin casa, el
uso de la violencia para resolver conflictos sociales, el autoritarismo político que proscribe
algunos derechos humanos, etc. son tópicos sobre los que, por su dimensión ética-es decir
por estar ligados a la dignidad de la persona y a sus derechos inalienables, la Iglesia se ha
expresado públicamente acerca de ellos.

La Iglesia recibió de Jesús la misión de anunciar que el Padre Dios nos ama con un cariño y
ternura que superan y desbordan toda imaginación. Y con la propia vida y conducta los
cristianos debemos hacer creíble lo que confesamos abiertamente. Y la Doctrina Social no
es otra cosa que las orientaciones y enseñanzas acerca de cómo vivir nuestra fe en relación
con los desafíos que nos plantean las dimensiones sociales, económicas, políticas y
culturales de nuestra vida en sociedad; cómo ser coherente entre la fe que confesamos y la
conducta social.
Diócesis de Valdivia 21
2004 – Año de la Solidaridad

La finalidad de la D.S.I. es, por consiguiente, orientar las conciencias y las conductas de los
cristianos para vivir la vida social de acuerdo con los valores del Evangelio de Jesús. Los
cristianos estamos llamados a construir la civilización del Amor, que haga posible una vida
social fundada en la verdad, en la justicia, en la libertad, en la igualdad y en el Amor. Es
decir, una sociedad donde sea posible y viable la comunión fraterna y la participación.

Leemos el siguiente texto:

“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de


los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y
de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas
y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay
verdaderamente humano que no encuentre eco en su
corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres
que, reunidos en Cristo, son guíados por el Espíritu Santo en
su peregrinar hacia el Reino del Padre y han recibido la
Buena Nueva de la salvación para comunicarla a todos. La
Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del
género humano y de su historia” (Gaudium et Spes. 1)
(Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II, promulgada
el 07 de Diciembre de 1965)

Y ahora repasamos lo escrito al principio de la sesión y


completamos nuestras ideas para explicar a nuestro
Consejo Parroquial por qué la Iglesia se preocupa de los
problemas sociales:
22 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

Los Principios y criterios básicos de la


Doctrina Social de la Iglesia

En la ecología:
Lo medular reside en la profunda y compleja relación entre persona y naturaleza. El
hombre, en su afán de progreso y dominio rompe muchas veces esta delicada y frágil
relación produciendo problemas y desastres que hicieron tomar conciencia de la dimensión
ecológica, es decir, integrada de la vida. El ser humano en sociedad, por su dignidad de
persona, está llamado a hacerse responsable del desarrollo de su vida, y esto presupone que
Diócesis de Valdivia 23
2004 – Año de la Solidaridad

sea responsable por conservar y preservar la calidad de su medio ambiente para su sociedad
y para las generaciones futuras. Dios destinó la naturaleza, en la Creación, para el servicio
de todos los hombres. Y esto implica que tenemos la responsabilidad de cuidar proteger y
promover la vida física, la vida vegetal, la vida animal y la calidad de la vida también para
las generaciones futuras. No tenemos derecho a dejarles en herencia un mundo agotado,
contaminado, en una palabra inhumano.

Sobre matrimonio y familia


El matrimonio, en la perspectiva cristiana, es una comunidad de vida y amor que establecen
libremente un hombre y una mujer, para compartir juntos la vida, apoyándose y cuidándose,
y para procrear hijos a quienes amen y eduquen.
El amor matrimonial exige asumir plenamente la responsabilidad de ser padres. Se han de
tener los hijos que la pareja, después de reflexionar su situación, piensa que debe procrear.
Además, nadie enseña cómo ser padres, nadie suele ser educado para ello, sino que suele
aprenderse con los hijos. La familia es el lugar donde aprendemos a ser personas, a
valorarnos al sentirnos reflejados en los ojos de nuestros padres, en el afecto y cariño que
expresan. La familia tiene fuertes responsabilidades hacia la sociedad, y la sociedad. con las
familias. La familia ayuda a la sociedad siendo una buena escuela del primero y más
profundo proceso de socialización y humanización de los hijos. La familia por su parte
recibe los servicios educacionales, de salud, las políticas de vivienda y de previsión social
que la sociedad elabora. Y recibe la influencia cultural, los valores que permean y se
difunden a todo el cuerpo social expresados en teleseries, canciones, en la moda, en el cine,
en la literatura que se vende.etc.

sobre lo Socio-Económico
La dimensión socio-económica es esencial al desarrollo de las personas viviendo en
sociedad, que necesitan trabajar para procurarse los bienes necesarios con que satisfacer las
múltiples necesidades.

Los principios éticos más relevantes en este campo son:

1. El destino universal de los bienes, es decir, el don que Dios ha realizado de la


naturaleza física, vegetal y animal para que mediante su inteligencia y trabajo el
hombre pueda vivir bien. El uso de los bienes de la creación está destinado para todos,
y nadie debería quedar sin tener acceso a los bienes esenciales.
24 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

2. Un segundo principio es el valor y sentido del trabajo humano, de todo trabajo, porque
quien lo ejerce es una persona humana. La diversa valoración social de sus aportes
podría servir para iniciar la explicación de las diferencias en los salarios, pero nunca
esta diferencia debería ser tan enorme que genere abismales desigualdades sociales.
3. El tercer principio es la participación de las personas como sujetos de los procesos de
producción, distribución y consumo.
4. El cuarto principio es que todo el proceso de producción distribución y consumo debe
hacerse para el servicio del hombre, para que las personas se desarrollen.
5. El quinto principio es el rol positivo del Estado en la economía y en sus políticas
sociales en función de los grupos más pobres y marginados, para hacer más efectiva y
real la igualdad de oportunidades. Además el Estado debe dejar que los grupos
intermedios y las personas asuman su libertad. No debe coartarles la libertad a menos
que ésta vaya contra el bien común.
6. Por último es deber de todos cumplir con la sociedad, es decir, ser justos y solidarios.

sobre la dimensión Socio-Política

La política es una dimensión tan esencial a la vida humana como lo es lo socio-económico;


los hombres por ser racionales y libres, no pueden no vivir esta dimensión.

Algunos de los principios éticos más importantes:

• La dignidad de la actividad política dedicada a alcanzar y promover el Bien Común, y


la dignidad de la ciencia política que estudia las actividades de los actores socio-
políticos.
Diócesis de Valdivia 25
2004 – Año de la Solidaridad

• La importancia fundamental de la autoridad y del poder para ordenar la actividad social


y diseñar organizaciones sociopolíticas al servicio de las personas.
• La elección democrática de las autoridades, en la que participen todos y cuyo ejercicio
(el voto) debe ser libre, informado, secreto. Y donde se respetan las decisiones
democráticas de las mayorías. La democracia es una forma de organizar la actividad
política, la menos mala que conocemos, porque al menos teóricamente respeta los
derechos humanos, la libertad, la igualdad jurídica, la soberanía popular, las normas
básicas de convivencia social, y se acepta y valora la oposición.
• El respeto al legítimo pluralismo político, que refleja las diversas maneras de mirar la
realidad y por lo tanto de caminos viables para hacer posible el Bien Común, siempre
que se respete la dignidad de la persona y sus valores esenciales.
• El discernimiento de los medios legítimos y eficaces para promover el Bien Común.
No se puede usar medios que atenían, lesionan, y/o dañan valores esenciales de la
persona, como la violencia política, la tortura, la persecución de disidentes.etc. A los
cristianos se nos exige promover con medios no violentos el Bien Común.

sobre la dimensión Internacional


Sólo lentamente los hombres hemos tomado conciencia de que convivimos en un mundo
único, cada vez más cercano y conocido gracias a la multiplicidad de las comunicaciones y
a la velocidad de los transportes.

Algunos de los principios éticos son los siguientes:

• La búsqueda de todos, del Bien Común Internacional en sus políticas sociales,


comerciales e internacionales.
• La búsqueda activa de la Paz, no concebida como el dominio del poder de un país
sobre los demás, ni basada en el equilibrio de las armas, ni es sólo la tranquilidad del
orden impuesto por una organización político militar. La paz supone e implica una
sincera búsqueda de medios pacíficos para solucionar los conflictos, una relación
socio-económica basada en la justicia y en la solidaridad, el respeto a la
autodeterminación de los pueblos, etc. La paz es finalmente fruto del Amor. Y por ello
es una tarea y una acción permanente, que implica mejorar siempre las relaciones entre
los Estados y la organización jurídica internacional que la proteje.
• La guerra entre las naciones es condenable. La Iglesia en el Concilio Vaticano II
(Gaudium et Spes No. 80-82) condenó la guerra moderna por la desproporción enorme
entre la mortalidad y poder de destrucción de las armas científicas modernas, y la
solución de los conflictos, y pidió que se evite la carrera de armamentos por su costo
social y económico, especialmente para países más pobres, y que se establezca una
26 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

autoridad internacional capaz de garantizar la seguridad y el respeto de los derechos


internacionales.
• La solidaridad internacional, es fundamental para casos de catástrofe y desastre natural,
y también es importante la que los pueblos más ricos y desarrollados deben prestar y
otorgar a las naciones más pobres para ayudarlos a mejorar su aflictiva situación.
• Sólo el reconocimiento de principios expresados en una legislación que impulsen a los
hombres a vivir fraternalmente unidos y el establecimiento de instancias adecuadas que
garanticen efectivamente esa posibilidad, pueden servir de base para cimentar una
sociedad mundial donde las mismas normas naturales que regulan las relaciones de
convivencias entre los ciudadanos, regulen también las relaciones mutuas entre las
comunidades políticas.

Situaciones, principios y desafios


1. Anotamos en el siguiente cuadro algunas situaciones que han
aparecido en los últimos días en los diarios, la televisión o la radio y
que afecten al medio ambiente, a la familia, a la justicia socio-
económica, a la vida socio-política y la vida internacional.
Diócesis de Valdivia 27
2004 – Año de la Solidaridad

2. Desde estas situaciones, seleccionamos los principios que pueden


orientarlas e iluminarlas
3. Identificamos algunos desafíos y líneas de acción que se podrían
emprender

PRINCIPIOS DESAFÍOS
SITUACIONES ORIENTADORES Y LÍNEAS DE ACCIÓN

MEDIO AMBIENTE

FAMILIA

JUSTICIA ECONÓMICA

SOCIO-POLÍTICA

VIDA INTERNACIONAL

SESION 4
LA SOLIDARIDAD EN LA PASTORAL ORGÁNICA
28 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

Hoy se habla de los pobres y se reza por ellos en todas las celebraciones litúrgicas. Sin
embargo, la pobreza, fruto de la injusticia y de la marginación social no preocupa, desde su
dimensión de fe, a la comunidad creyente ni ésta vive la exigencia de la Solidaridad. El
amor fraterno, que constituye el núcleo del Evangelio, suele ser una actividad marginal en
la pastoral. No tenemos en general una idea clara del contenido y exigencias de la
solidaridad y seguimos aferrados a una caridad de simple limosna, que en definitiva es lo
fácil. El Servicio de solidaridad despierta menos interés que la Catequesis y la Liturgia.
¿qué ocurriría si en una Parroquia los sacerdotes suprimieran cada domingo la homilía o
descuidaran habitualmente la catequesis? ¿Cómo se reaccionaría ante un párroco que no
celebrara la Eucaristía cada domingo?. Estos hechos concretos manifiestan claramente la
poca valoración del Servicio de Solidaridad en la pastoral de nuestras Parroquias.

Catequesis, Liturgia, Servicio de solidaridad, tres dimensiones


fundamentales de toda comunidad creyente

La Evangelización, que es la misión concreta de la Iglesia, supone el anuncio de la Buena


Noticia, la vida sacramental, sobre todo la Eucaristía, y la vivencia del amor fraterno. Son
tres dimensiones fundamentales. Si falta una de ellas, ya no estamos en la comunidad de
Diócesis de Valdivia 29
2004 – Año de la Solidaridad

Jesús de Nazaret. La Iglesia, la comunidad cristiana evangeliza cuando anuncia la Palabra


de Dios, cuando celebra la vida sacramental, especialmente la Eucaristía, y cuando sirve.

Es el servicio, sobre todo a los pobres, el que hará creíbles el anuncio de la Palabra y la
celebración de la Eucaristía. La primitiva Iglesia vivió con fuerza estos tres rasgos
inseparables para ella:

«Eran constantes en escuchar las enseñanzas de los Apostóles; partían el


pan y comían juntos; los creyentes vivían todos unidos y repartían sus
bienes según la necesidad de cada uno» (Hch. 2. 44)

Anuncio de la Buena Noticia y Servicio de Caridad


No es creíble el anuncio del Reino de Dios sólo con palabras. Toda la predicación de Jesús
estaba respaldada por el testimonio mismo de su vida “Pasó haciendo el bien” (Hch. 10, 38)
es el resumen que Pedro hace de la vida de Jesús. La Iglesia tendrá que anunciar la llegada
del Reino como Jesús: con palabras y con obras, mostrando lo que “ella es” y lo que “ella
hace”.

Hoy como ayer, no es creíble el anuncio del Evangelio por parte de una comunidad, aunque
lo hagamos con los medios más modernos de comunicación, si a este anuncio no acompaña
el servicio de la justicia y de la solidaridad, si falta el testimonio serio de vida de la misma
comunidad. La comunidad creyente, como cada creyente, para ser creíble, tendrá que
anunciar la presencia del Reino de Dios con palabras y con obras.

«Si el mensaje cristiano sobre el amor y la justicia no manifiesta su


eficacia en la acción por la justicia en el mundo, muy difícilmente
obtendrá credibilidad entre los hombres de nuestro tiempo». (Sínodo
de los Obispos sobre la justicia en el mundo, 1971).

Liturgia y Servicio de Caridad

Toda celebración sacramental, especialmente la Eucaristía, es ya una proclamación fuerte


de la fraternidad querida por Jesús y al mismo tiempo un recuerdo constante de las
exigencias concretas del amor fraterno. Una Eucaristía, celebrada desde la fe, tiene que
cuestionar fuertemente nuestra insolidaridad ante tantas situaciones de pobreza, de
injusticia, de violación de derechos humanos. Una comunidad que comparte el pan en la
Eucaristía, la Cena del Señor, por necesidad tiene que ser una comunidad que comparte sus
bienes en la vida y se pone al servicio de los más necesitados.
30 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

«Si al acercarte al altar a presentar tu ofrenda, te acuerdas allí que tu hermano


tiene algo contra ti, deja tu ofrenda y ve primero a reconciliarte con tu
hermano; vuelve entonces y presenta tu ofrenda» (Mt. 5,23).

Los creyentes fácilmente disociamos el culto y la justicia, olvidando que donde no hay
justicia y amor no cabe el culto a Dios. Es más bien un culto vacío. Sólo si recuperamos en
toda su hondura la Eucaristía como Cena del Señor, como memorial de la muerte y
resurrección del Señor, como acción de gracias y alabanza al Padre, podremos reavivar todo
el contenido de fraternidad, justicia y solidaridad que encierra. Sería una burla dar gracias a
Dios y disfrutar al mismo tiempo de un bienestar que nos hace olvidar las necesidades y
pobrezas de otros.
La Evangelización pasa por el Servicio de Solidaridad
La fe en este ser todos hijos de Dios y hermanos pide que toda la pastoral, absolutamente
toda, testimonie con hechos que de verdad lo creemos. No basta expresarlo con cantos y
rezos en la Liturgia o con gestos puntuales por ejemplo: colectas, cuaresma, ayuda a los
necesitados, etc., si deja intactos los valores, criterios, actitudes, situaciones y estructuras de
una cultura y una historia individualista e insolidaria. La comunidad creyente tiene que ser
consciente de que la dimensión caritativa y social es fundamental para ella porque está en la
misma raíz del ser Iglesia, Iglesia comunión, como en su misma raíz está igualmente su
preocupación por la educación en la fe y su preocupación por la celebración de la vida
sacramental.
Si a nuestras catequesis no les damos un contenido y una dimensión social; si nuestro culto
aparece disociado de las situaciones reales de la vida, todas nuestras elocuentes palabras
sobre el amor fraterno, sobre la justicia, pueden ser voces en el desierto y nuestra liturgia un
culto vacío.

Relleno los siguientes gráficos con


los datos de mi comunidad:
Nº de personas que participan

300
250
habitualmente

200
150
100
50
0
ad
is
ia

es
rg

id
litu

qu

ar
lid
te
ca

so
Diócesis de Valdivia 31
2004 – Año de la Solidaridad

Y comento los resultados

Imágenes de Comunidad y práctica de la Solidaridad:


32 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

La Iglesia exorcista:

♦ La comunidad se sitúa frente a la realidad como dominada por las fuerzas demoníacas,
con una visión pesimista del mundo.
♦ La Iglesia quiere cumplir una misión exorcisadora, y por tanto, los importanets en ella
son quienes buscan establecer orden; quedarán marginados los que fomenten la
transformación de la realidad, el “desorden”...

⇒ En esta imagen, lo importante son el culto y los sacramentos, la solidaridad tendrá una
función secundaria.
⇒ Se intenta paliar el dolor que la injusticia produce en los miebros más débiles de la
sociedad, para lo cual se organizan “obligaciones de caridad” en que algunos laicos
“ayudan” al clero...

La Iglesia:
“Arca de Salvación”

♦ El mundo carece de valor para quien ha comprendido la “auténtica salvación”.


♦ Es cada persona la que debe salvarse, y puesto que la contraposición entre Iglesia y
mundo es total, hay que optar por la primera. Cada persona debe evitar sus pecados y
salvar su alma.
♦ Esta salvación se realiza por los sacramentos, que son vividos de forma individual: el
sacerdote “dice” la misa, y los fieles “oyen” la misa.
♦ La despreocupación por el mundo conlleva una despreocupación por la solidaridad.
Diócesis de Valdivia 33
2004 – Año de la Solidaridad

⇒ El acento puesto en la privatización no favorece la organización de equipos de


solidaridad.
⇒ La “caridad” es una virtud privada que obliga a una cierta generosidad hacia los
pobres, y así se logran méritos para la salvación personal.
⇒ Movidos por esta “caridad” algunos realizan obras asistenciales o colaboran con su
aporte económico.

La Iglesia:
“Madre y Maestra”

♦ El mundo es una realidad menor de edad que hay que proteger y orientar. La Iglesia es
una madre protectora que cuida que el mundo no se desoriente y que nadie lo pervierta.
♦ Lo importante será lo doctrinal, y los importantes son quienes dirigen la sociedad.
♦ La relación con los poderes públicos ocupa la atención de la comunidad, y quedan
marginados los grupos y personas que no tienen influencia social.

⇒ La solidaridad se organiza en grupos “maternal-paternalistas” que tienen que ser


“eficaces” en esta labor de “proteger a los pobres...
⇒ Los miembros de la comunidad (los laicos) no pueden realizar las tareas magisteriales,
son invitados a hacer la actividad caritativa.
⇒ Esta acción solidaria es secundaria respecto a lo doctrinal.
34 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

La Iglesia: Profética y servidora

♦ El mundo es destinatario de la palabra de Dios, que es liberación de los pobres y


despojo de los poderosos (Lc. 1, 52).
♦ El mundo no es salvado desde fuera sino, como Jesús, asumiéndolo en toda su realidad.
♦ El servicio es más que la protección maternal, compartir la Buena Noticia de la
salvación que lleva a buscar nuevos caminos de justicia social.

⇒ Toda la comunidad es profética y servidora, con diversidad de dones y servicios que se


articulan entre sí.
⇒ La verdad recibida gratuitamente se da también gratuitamente.
⇒ Surgen en el seno de la comunidad personas y equipos que hacen tomar conciencia de
los servicios concretos de solidaridad que entre todos deben realizar.

Nos preguntamos...Mi comunidad...

⇒ ¿A cuál de estas imágenes se parece más?

⇒ ¿Qué podemos hacer para ser progresivamente más


comunidad profética y servidora?
Diócesis de Valdivia 35
2004 – Año de la Solidaridad

LAS TAREAS DE LA SOLIDARIDAD

Volvemos a preguntarnos...

• ¿Cuál o cuáles de estas tareas se da más en mi comunidad?

• ¿Qué podemos hacer para crecer en las que están más


débiles?
36 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

SESION 5
ORGANIZACIÓN PARA LA SOLIDARIDAD

Lo primero es profundizar las actitudes y rasgos


personales a que nos invita la solidaridad:

a) Concienciación: Superar la indiferencia y ser inconformistas ante una


sociedad en la que está ausente el reino de Dios y su justicia.

b) Decisión inspirada por la fe: Los análisis son necesarios, pero no son
causa del compromiso, sino consecuencia del mismo... El encuentro
personal con el señor es el que motiva el deseo de vivir como
servidores de los pobres. (Lc. 4, 14,21)

c) Entrega de la propia persona: No entregamos cosas, nos entregamos a


nosotros mismos: nuestras cualidades, nuestro tiempo, nuestro
trabajo...

d) Desde la comunidad: y aprendiendo a trabajar en equipo.

e) Con carácter permanente: No sólo para ratos “libres” o para una etapa
de la vida. En cada época y circunstancia, quizás de formas distintas,
pero siempre entregándonos.

f) Con gratuidad: no buscamos plata, ni reconocimiento, ni que nos


aplaudan, ni que dependan de nosotros. Además, así rompemos la
dinámica consumista y competitiva.
Diócesis de Valdivia 37
2004 – Año de la Solidaridad

g) Configurando un estilo de vida solidario: Juan Pablo II, en Sollicitudo


Rei Socialis (nº 38) señala cuatro momentos de este proceso de hacerse
solidario:

• Sentir los males de las personas cercanas y lejanas,


• Tomar conciencia de la interdependencia que existe entre las
personas y entre los pueblos,
• Llegar a la firme convicción de que lo que frena un desarrollo más
humano es el afán de ganancia y la sed de poder,
• Tomar la determinación firme y perseverante de empeñarse por el
bien común.

h) Formación adecuada: No basta la buena voluntad, hay que


capacitarse.
38 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

Y luego...organizar equipos que llevan adelante la


tarea con algunos criterios:

1. Trabajar en equipo.- Cuidar la relación y la amistad entre los miembros


del equipo. Vivencia y experiencia de fe. Participación de todos en la
toma de decisiones y en las tareas concretas. “Representativo” de la
pluralidad de la comunidad (jóvenes – adultos – tercera edad; hombres –
mujeres; casados –solteros; laicos – religiosos…). (Momentos de
oración, de fiesta, de celebración del equipo…)

2. Cuidar la formación y capacitación de los miembros.- Para que sean


buenos agentes de pastoral social. La preparación, la cualificación, y la
formación serán los soportes de una acción eficaz y significativa.
(Jornadas, talleres, invitar a especialistas…)

3. Diagnosticar.- Conocer las situaciones más importantes (fichas,


registros, visitas…); Profundizar las causas y las consecuencias de las
mismas; Seleccionas aquellas en que se quiere incidir preferentemente;
Establecer los recursos con que se cuenta y el tipo de respuesta que se
pretende.

4. Coordinación interna.- Distribución de responsabilidades y funciones,


aprovechando los carismas y capacidades de cada uno. Equilibrar el
aporte y el esfuerzo de todos...(Reuniones de planificación y de
evaluación; actas, acuerdos…)

5. Misión eclesial.- Dentro de la programación parroquial y diocesana.


Relación con el Consejo parroquial. No duplicar acciones. Colaborar y
pedir colaboración con la Evangelización y la Liturgia…Implicar a la
comunidad. Nuestra tarea, más que hacer, es “hacer hacer” a la
comunidad. La comunidad debe ser el sujeto, y no objeto de la acción.
(Avisos, información, jornadas…)
Diócesis de Valdivia 39
2004 – Año de la Solidaridad

6. Trabajo en red.- Buscar la cooperación en la solidaridad con otras


instituciones (públicas y privadas) desde nuestra identidad. Revisar los
diferentes campos de acción, procurando llegar a donde otros no
llegan… (Participación en otros ámbitos: Junta de vecinos,
municipalidad…)

7. Incorporar – invitar – animar a otros.- No es el equipo el que tiene que


“resolver todo”, sino que debe lograr que se impliquen otras personas y
especialmente quienes tienen alguna obligación o responsabilidad en las
situaciones… (Denuncia, convocatoria…)

8. Globalizar la respuesta.- No limitarse a lo urgente e inmediato. Tomar


conciencia de la relación de los diferentes problemas en el mundo de la
pobreza y la exclusión: asumir el trabajo inmediato y la asistencia a las
carencias desde un proyecto de acción global en el que la promoción, y
la transformación de las estructuras sociales sean lo característico de
nuestra acción (Objetivos de largo alcance, situar cada paso en una
perspectiva de conjunto, proponerse cambios “cualitativos”)…
40 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

Planificando nuestra acción

Desde un p unto de vista operati vo, plani ficar co m porta da r respue sta
a diez cuestio nes básica s:

PARA QUE se qu iere hacer


h acer (na tur alez a del p la n o
pr oye cto)

PO R Q UE se qu iere h acer (orige n y fu ndam entac


en tac ión)
ió n)

QU E se qu iere hacer
h acer (obje tiv os, pr opó sitos)
opósitos)

C U A NT O se qu iere hacer
h acer (meta s)

DO N D E se qu iere hacer
h acer (lo calizac ión física)

CO M O se va a h acer (activ idad es,


(actividad
tarea s, meto d olo gía)

C U A N DO se va a h acer (cale nd arización)

A Q UIE NES va dir igido (de stinatar ios)

QU IE N ES lo va n a hacer (recur sos hu ma nos)


no s)

CO N Q UE se va a h acer (recur sos ma ter iales)


se va a c ostear (recur sos fina nc ier os)
Diócesis de Valdivia 41
2004 – Año de la Solidaridad

Hagamos un ejercicio de planificación:


Pienso unos minutos en alguna situación o grupo
de personas de mi comunidad,
y propongo alguna respuesta:

PARA QUÉ

POR QUÉ

QUÉ

CUÁNTO

DÓNDE

CÓMO

CUÁNDO

A QUIÉNES
42 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

QUIÉNES

Plata
CON QUÉ
Materiales
Y para acabar...
Revisamos las orientaciones del
Año de la Solidaridad

• Reforzamiento y ampliación de los equipos parroquiales y


diocesano. Incorporación de nuevos miembros según
programación de cada equipo.

• Relanzamiento de la pastoral de Salud: Realización de


una jornada diocesana de los agentes de Pastoral de
Salud de todas las parroquias y comunidades.

• Relanzamiento de la pastoral Carcelaria: Realización de


una jornada diocesana de los agentes de Pastoral
carcelaria de todas las parroquias y comunidades.

• Celebración de un Congreso Diocesano de Pastoral Social


orientado al mundo del trabajo: Constitución de la Pastoral
del Trabajo.

• Proponer a los diversos departamentos y pastorales de la


Diócesis la programación de algún gesto de solidaridad en
su ambiente o ámbito de actuación (Jóvenes, familia,
adultos mayores, Universidad, centros educativos, Infancia
Misionera, catequesis...) durante el año.
Diócesis de Valdivia 43
2004 – Año de la Solidaridad

• Celebración del día de la solidaridad (18 de Agosto):


Gesto solidario entre parroquias

Propuestas para mi comunidad:


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2004 – Año de la Solidaridad

Firma:
Diócesis de Valdivia 45
2004 – Año de la Solidaridad
46 Diócesis de Valdivia
2004 – Año de la Solidaridad

Área de Pastoral Social


Diócesis de Valdivia
Enero de 2004

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