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DELITO”.
1. INTRODUCCIÓN.
Con la expresión iter criminis (camino del delito) nos referimos a las distintas fases de
realización del delito doloso. Suelen distinguirse en este las fases interna y externa y,
dentro de esta, los actos preparatorios y los ejecutivos. Estos últimos darán lugar al
comienzo de la tentativa. Cuando el sujeto realiza completamente el tipo, el delito se
habrá consumado. La primera pregunta que surge es la de en qué momento debe
intervenir el Derecho penal.
Todo delito nace en la mente del autor. La deliberación puede ser breve o incluso
faltar, pero la resolución es presupuesto de todo hecho doloso. La fase interna no
puede ser objeto de castigo por el Derecho, sino sólo en cuanto se traduzca en una
fase externa.
La determinación del momento de la fase externa es más opinable. Cabe distinguir dos
grandes momentos externos: la faso de actos preparatorios y la fase de ejecución. Los
actos preparatorios suponen un momento intermedio entre la fase interna y el propio
inicio de la ejecución del tipo. En el CP vigente se parte del principio de impunidad de
los actos preparatorios. Se exceptúan algunos supuestos: la conspiración, la
proposición y la provocación para delinquir, cuando expresamente se castiguen por la
ley (actos preparatorios punibles). Iniciada la fase ejecutiva se parte del principio
contrario, la punición de la tentativa.
Tres grupos de teorías tratan de responder a por qué la ley castiga conductas que no
llegan a la lesión del bien jurídico protegido:
a) Las teorías objetivas sostienen que la razón es la puesta en peligro del bien jurídico
protegido. La razón sería la mayor o menor proximidad objetiva respecto de la lesión
del bien jurídico.
c) Las teorías mixtas parten de la voluntad delictiva como fundamento del castigo, pero
creen necesario limitar este por exigencias objetivas. En otras palabras, el objeto de a
punición sería la voluntad, pero el merecimiento de pena lo decidiría la conmoción del
sentimiento de seguridad de la colectividad.
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El fundamento del castigo de fases anteriores a la consumación ha de verse en la
peligrosidad objetiva de determinados actos dirigidos a consumar el delito, en la
medida en que dicha peligrosidad se manifieste ya ex ante. Para que un determinado
acto aparezca ex ante como preparación o intento de consumación, ha de realizarse
con la voluntad de consumar el delito.
4. LA TENTATIVA.
4.1. GENERALIDADES.
A) EL COMIENZO DE LA EJECUCIÓN.
a. La teoría puramente subjetiva afirma que lo decisivo para diferenciar los actos
ejecutivos de los actos preparatorios es la opinión del sujeto acerca de su plan
criminal. Serán actos ejecutivos aquellos que para el sujeto ya constituyen la fase
decisiva de su plan. Para decidir cuándo empieza la ejecución hay que tener en cuenta
el plan del autor.
Como criterios objetivos de valoración del plan del autor se manejan dos: la puesta en
peligro inmediata y la inmediatez temporal. El primero afirma el comienzo de la
tentativa cuando se produce ya una inmediata puesta en peligro del bien jurídico; el
segundo, cuando se efectúa un acto inmediatamente anterior a la plena realización de
la conducta típica (si el tipo describe una sola conducta) o cuando se efectúa un acto
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inmediatamente anterior a uno de los descritos en el tipo (tipos que describen varios
actos).
Hay tentativa cuando el culpable da principio a la ejecución del delito directamente por
hechos externos. Para decidirlo es preciso contemplar la acción en sus distintos
momentos dotados de unidad de significado. Por otra parte, cada uno de estos
momentos podrá pertenecer a la fase de preparación, de tentativa o de consumación,
según el lugar que ocupen en el plan de ejecución del autor.
Se sigue teniendo en cuenta “el grado de ejecución alcanzado” como criterio que debe
guiar al Juez a la hora de decidir si impone la pena inferior en un grado o en dos
grados a la señalada para el delito consumado, y para determinar la extensión en que
impone una u otra pena. Cabe adoptar un punto de vista objetivo o subjetivo. Ello se
plantea en dos sentidos distintos.
El art. 62 CP dice: “A los autores de tentativa de delito se les impondrá la pena inferior
en uno o dos grados a la señalada por la Ley para el delito consumado, en la
extensión que se estime adecuada, atendiendo al peligro inherente al intento y al
grado de ejecución alcanzado”.
Por una parte, en el sentido de si son actos ejecutivos sólo los que corresponden al
sujeto, o si por el contrario una ejecución completa precisa la concurrencia de todos
los actos objetivamente necesarios para la producción del delito, con independencia
de quién deba realizarlos. Por otra parte, importa averiguar si es la opinión del sujeto o
un punto de vista objetivo el que debe servir para decidir cuando la ejecución llega a
su fin.
Cabe afirmar que tanto la actuación del sujeto de la tentativa como la de sus
instrumentos deben influir en la gravedad de la tentativa.
Distinta es la cuestión del punto de vista, objetivo o subjetivo, que debe decidir el
momento en que han de estimarse realizados todos los actos de ejecución: tanto si se
cree suficiente para la completa ejecución que el autor realice todo lo que estaba de su
parte, como si se exigen todos los actos objetivamente necesarios para la
consumación, puede adoptarse un punto de vista para decidir cuándo se acaba la
parte de realización que corresponde al sujeto o cuándo se alcanza la total ejecución,
respectivamente. Para esto, debe acogerse un punto de vista objetivo, pero a la vista
del plan del autor.
La tentativa requiere que el sujeto quiera los actos que objetivamente realiza con
ánimo de consumar el hecho o aceptando que pueden dar lugar a la consumación. La
tentativa posee el mismo tipo subjetivo que el delito consumado.
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En la tentativa inacabada la voluntad de realización de los actos ejecutivos
efectivamente practicados no puede identificarse con el dolo del delito consumado.
Que el autor haya querido realizar una parte de la ejecución con ánimo de
consumación no prueba todavía que el mismo hubiera mantenido su voluntad hasta
llegar a la total ejecución.
Hay delito imposible o tentativa idónea cuando por inidoneidad del objeto, de los
medios o del sujeto, no podía llegarse a la consumación del delito efectivamente
intentado.
Se distinguían:
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- Supuestos de inidoneidad del objeto, donde la tentativa era absolutamente inidónea e
impune en caso de inexistencia del objeto. Mientras que la tentativa sería
relativamente inidónea y punible en casos de mera ausencia ocasional del objeto.
En la actualidad predominan las teorías en las que examinan la idoneidad del intento
ex ante. Deberá realizarse un juicio de previsibilidad objetiva en el momento de darse
comienzo a la acción. Si la producción del resultado aparece como probable la
tentativa será idónea, y si aparece como improbable será inidónea e impune.
El art. 16.2 CP nos dice: “Quedará exento de responsabilidad penal por el delito
intentado quien evite voluntariamente la consumación del delito, bien desistiendo de la
ejecución ya iniciada, bien impidiendo la producción del resultado, sin perjuicio de la
responsabilidad en que pudiera haber incurrido por los actos ejecutados, si estos
fueren ya constitutivos de otro delito”.
Nuestro actual art. 16.3 CP nos dice: “Cuando en un hecho intervengan varios
5. LA CONSUMACIÓN.