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El teólogo protestante Karl Barth, la teología dialéctica y la Iglesia Confesante son uno de los
primeros antecedentes de la teología de la liberación.
Entre las novedades teológicas desarrolladas por esos teólogos se encuentran la teología
dialéctica o teología de la crisis y la Iglesia Confesante creada con el objetivo explícito de
combatir el intento del nazismo de controlar las iglesias.36
El teólogo argentino protestante José Míguez Bonino destaca la ubicación en que se coloca
Barth citando una de sus frases: “Dios se coloca siempre incondicional y apasionadamente de
un lado y sólo de uno: contra los encumbrados y a favor de los humillados.” Esta visión de
Barth, dice Míguez Bonino, repercutió en la formación del quehacer teológico latinoamericano
y en especial en las teologías de la liberación.37
Francia
El papa Juan XXIII inició un cambio profundo de la Iglesia católica al convocar el Concilio
Vaticano II (1962-1965) en el que se sancionó la constitución pastoral Gaudium et Spes (1965).
En 1938 el sacerdote jesuita francés Henri de Lubac publicó su primer libro, Catholicisme, les
aspects sociaux du dogme (Catolicismo, los aspectos sociales del dogma) y en 1946 su
polémica obra Surnaturel (Sobrenatural). Actuando desde la residencia jesuita de Fourvière en
Lyon, De Lubac integró el movimiento guerrillero de la Resistencia francesa durante la
ocupación nazi de Francia, fue ordenado cardenal y está considerado uno de los teólogos más
destacados del siglo XX, habiendo ejercido una gran influencia en el Concilio Vaticano II.39
En 1941, el célebre dominico Jacques Loew comenzó a trabajar como descargador de barcos
en los muelles del puerto de Marsella,40 al igual que el sacerdote Michel Favreau, muerto en
un accidente de trabajo. En el otoño de 1943, los sacerdotes Yvan Daniel y Henri Godin
publican un libro que tendrá una fuerte influencia en el mundo católico, La France, pays de
missión? (¿Francia, tierra de misión?), en el que parten de la necesidad de reconocer el hecho
de la profunda descristianización de los trabajadores franceses y ante ello la necesidad de una
nueva pastoral basada en un fuerte compromiso con el mundo obrero.41