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Pero, al tener que trabajar a la manera de la sal, un puñado de sal había de extender su

sabor e influencia de una manera progresiva e irresistible. La doctrina del Evangelio es


como la sal: penetra hasta llegar al corazón (Hch. 2:37). Purifica, sazona y preserva de la
corrupción, aunque aquí el énfasis parece cargarse en este último aspecto. Es de notar que
Jesús quiere en todo esto poner de relieve el carácter del discípulo más bien que sus obras.
La sal y la luz operan en virtud de lo que son; por eso, es menester que conserven su
identidad más bien que su actividad. Un pacto perpetuo se llama pacto de sal (Nm. 18:19).
Al ser la sal símbolo de la Sabiduría Divina (Mr. 9:49–50; Col. 4:6), se comprende cómo el
Evangelio es sal. Su efecto es semejante al del fuego (v. Mr. 9:49) por el cloro que lleva
como ingrediente. De ahí que hubiese de emplearse en todo sacrificio (Lv. 2:13). Todo
cristiano debe ser sal, pero en especial deben serlo los ministros del Señor.1

Cuando la sal pierde su sabor


(Mt. 5.13; Mr. 9.50)
34
Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? 35Ni para la
tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.2

Se dice que la sal oriental conserva muchas impurezas minerales, y al estar expuesta al aire
puede perder el sabor que le es peculiar, con lo que se hace inservible. Cuando parte de la
sal recogida en el Mar Muerto perdía su sabor, la almacenaban en el templo de Jerusalén. Y
cuando por causa de la lluvia los pisos de mármol del atrio del templo se volvían

1
Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1082). 08224
TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
2
Reina Valera Revisada (1960). (1998). (Lc 14.34–35). Miami: Sociedades Bı ́blicas Unidas.
resbaladizos, se esparcía sobre ellos esa sal para contrarrestar el peligro de deslizamiento.
La sal, entonces, era pisada por la gente.
Esto no tiene que ocurrir con el cristiano. Como la sal, que tiene gran propiedad de
penetración, el cristiano debe contribuir a corregir y a impedir la corrupción. Asimismo con
su grata y bienhechora influencia el creyente en Cristo debe ayudar a dar gusto, a provocar
agrado por una vida de justicia, paz y amor según los principios del evangelio. Un ejemplo
de la penetración de la sal lo hallamos cuando Felipe predicó el evangelio en Samaria. Por
ese poderoso testimonio se produjo una gran depuración social, de modo que “había gran
gozo en aquella ciudad” (Hch. 8:9). No era el placer de las orgías mundanas, sino el gozo
de la salvación y de sus excelentes resultados espirituales y sociales.3

Las responsabilidades del discipulado, 5:13-16


Habiendo presentado una descripción del carácter de los súbditos en el reino de los
cielos y su dicha, Jesús procede a señalar algunas de las responsabilidades inherentes al
discipulado. Estas se relacionan directamente con el nuevo carácter adquirido al someterse
a Dios en su reino. Por este nuevo carácter, se destacarán, llamarán la atención.
Jesús emplea dos figuras, o comparaciones, para señalar la responsabilidad de dejar una
influencia positiva y redentora. Aunque el Sermón del monte se dirige primeramente a los
doce, no se limita a ellos. Se aplica a todos los que se someten al señorío de Cristo en su
reino.
(1) Servir como sal, 5:13. La sal era un artículo de mucho valor y de gran demanda en
el tiempo de Jesús. Los griegos decían que era divina; los soldados romanos frecuentemente
recibían su sueldo en sal (de allí “salario”) y se consideraba una ofrenda digna para los
dioses. Cumple varias funciones: purifica, preserva, cura, da sabor y despierta sed.
Recuerdo de mi niñez cómo mi padre carneaba los cerdos y preservaba la carne en un cajón
con hileras de sal. Aun en días calurosos, la carne no se echaba a perder.
El discípulo debe ser una influencia que purifica, preserva, cura, da sabor y despierta
sed en el sentido espiritual y moral. Si manifiesta las características del verdadero discípulo
(vv. 3–12), su testimonio tendrá este efecto. La sal que usamos hoy en día no puede perder
su sabor, pero la sal que usaban en el primer siglo se producía en el mar Muerto y tenía una
mezcla de varios minerales. La sal podría diluirse en agua y perderse, dejando los demás
minerales, parecidos a la sal. También el creyente, o la iglesia, pueden perder su salinidad,
guardando las apariencias, pero no deja de ser insípido y no cumple su propósito.4

Se emplea aquí como una metáfora. A través de la historia, la sal ha sido usada para dar
sabor (Job 6:6) y para preservar, y como una de las necesidades de la vida. La sal era
importante en Israel y en el mundo grecorromano. En Israel la sal se requería en las
ofrendas de cereal y en los pactos (Lv 2:13; Nm 18:19). Los soldados en el ejército romano

3
Rı ́os, A. (1994). Comentario bı́blico del continente nuevo: San Mateo (pp. 70–71). Miami, FL:
Editorial Unilit.
4
Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. . (1993–). Comentario
bı́blico mundo hispano Mateo (1. ed., pp. 93–94). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
recibían una porción de sal; el término latino para esta porción era salarium de donde viene
la palabra “salario” en español. Un discípulo de Jesús es como la sal, en que al llevar a
otros el evangelio preservará sus almas, haciéndolos discípulos de Cristo (28:19)5

5
Hernández, E. A., Lockman Foundation. (2003). Biblia de estudio: LBLA. (Mt 5.13). La Habra, CA:
Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman.

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