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plenamente en el engranaje de una nueva Parma más grave que lo que pueda significar el índice
de vida, hasta la adopción de formas lingiik- de ediciones, mucho más grave que la propa-
ticas que producían un lenguaje bastardo: ni ganda castellanizante de la prensa, la radio, la
siquiera correctamente catalán. Sirva de ejem- televisión estatal. Grave para el presente y
plo : t( Tu mi noi que plegas a las ocho R. mucho más grave para el futuro.
Esta inserción de las sucesivas olas de inmi- Grave, pero no insoluble, naturalmente. El
grantes en la circunstancia catalana no hace camino para establecer una comunicación entre
desaparecer un problema grave. En primer los recien llegados a la ciudad y sus habitantes
lugar, porque no existe un dispositivo de cata- no es en absoluto imposible, tal vez ni siquiera
lanizaclón de estas masas -como existiera difkil. Claro est8 que toda actitud paternalista
antes de la guerra- : escuelas, actividades cul- catalanizante está condenada al fracaso. No, ese
turales, ateneos obreros... Y en segundo lugar, no es el camino. El camino es darles a conocer.
porque a pesar del valor de ascenso que el en primer lugar. la realidad que les incluye;
ingreso en la nueva circunstancia significa, y hacer posible esta inclusión, iniciarlos en este
arecisamente a causa de 61. oara los habitantes bilin iikmo que es la herencia de nuestro
de los núcleos suburbiales ía lengua catalana pueb T:o, y ofrecerles la posibilidad de elección.
es la lengua del de arriba, del poderoso, es En realidad cualquier situación política, cual-
decir, afirma una situación de clase. quier inclusión en un statUS social es, en último
término, el resultado de una elección. Y en
Si no queremos plantearnos claramente este nuestra circunstancia ofrece la forma visible
problema, que en cierto modo apunta Cande1 y audible de un modo de expresión.
en su libro Los otros catalanes, la lengua cata-
lana y todo su contenido cultural se encontrará
encerrada en el ámbito de una clase. Este es ANNA DAURELLA
La coyuntura
económica
JOSE RAMON RECALDE y la clase obrera
La coyuntura económica se presenta, a los ojos tabaco x experimentó un alza de 26,7%. Los
del gobierno, como particularmente alarmante. productos industriales avanzaron únicamente
A lo largo de prácticamente todo el año de 1964 un 3,4 %.
y buena parte del año 1965, la tensión inflacio- Como era de esperar, la elevación de costes
naria fue creciente y poderosa. Sin pensar produjo a su vez una elevación en el coste de
siooiera en lo aue debería ser una corrección vida que, en el periodo que estamos estudiando.
eskuctural de ios problemas del campo, el aument6 en un 16.5 %. La alimentación subió
gobierno inició una politica de sostenimiento un 23,8 %, pero tambidn fue considerable el
de los precios agrícolas, lo que tuvo como incremento en vestido (10.6 %), vivienda (9,8 %)
consecuencia, una imponente elevación de y otros conceptos.
costes. El índice general de precios al por
mayor aumentó, en abril de 1965. un 16,3% Los efectos de estas elevaciones se hicieron
sobre su nivel en maymjunio de 1964. En este sentir particularmente en el sector industrial.
tiempo, el índice de «Alimentos, bedidas y El aumento creciente en el coste de vida forzó
sustancialmente y, la emigración de los traba. se percibe de modo muy claro una restricción
jadores españoles al extranjero también ha en el ritmo de construcción. Las consecuencias
adquirido un ritmo de expansión decreciente, son evidentemente un freno a la inflación pero
como resultado del aumento de las inversiones esto a costa de dos tipos de repercusión notable
industriales. con respecto a los trabajadores. En primer
lugar, los trabajadores dedicados a la cons-
La consecuencia de todo ello es ue solamente trucción eran una masa muy importante de la
se ha concebido la corrección 8 e la tensión clase obrera española. Esto llevar4 como con-
inflacionaria apelando a una disminución de secuencia a una disminución en la demanda de
divisas que se presenta a los t6cnicos del desa- la mano de obra y de ahí una perdida en la
rrollo como alarmante, no tanto por lo que la tensión que los trabajadores pueden mantener
dismunición real supone, como porque esta se en una lucha salarial. El segundo efecto es el
debe a una serie de medidas ue no corrigen de que, como consecuenfïa de una menor pro-
el mal en donde deben corregir.9 o, que es en el ducción de viviendas, las personas ue se puede
interior. De aqti la precisión en que el gobierno rever que van a resultar más 9 ectadas son
se encuentra de cambiar radicalmente su polí- Pas que forman las clases trabajadoras, en su
tica y comenzar una nueva fase estabilizadora. conjunto. Muy en particular hay que pensar
A esta conclusión llegan los técnicos y econo- en el serio problema que se presenta para tan-
mistas del gobierno y en este camino está ya tas masas de trabajadores que han emigrado
introducida la nueva política económica. Como del campo a la ciudad. El mantenimiento, por
medidas estabilizadoras ya puestas en prác- parte del gobierno, del segundo tipo de prw
tica, o que se han previsto concretamente para tección, el de viviendas, no solamente eximidas
su aplicación inmediata, podemos señalar de impuestos, sino subvencionadas por el
varias. Estado, es más ficticio que real, precisamente
en las zonas de importación de mano de obra,
Entre las primeras están aquellas a que antes en donde los costos de la vida hacen práctica-
hemos mencionado, de restricción del crédito en mente imposible a los constructores el acogerse
la política de la vwienda. También el informe a estas disposiciones, pues la limitación que
de la OCDE sobre España decía que la especu- tienep.para el precip d? venta o de.renta de
lación sobre terrenos y pisos erã de carkter kxdwenda les obhgana a constrw a pér-
gravemente inflacionario y que habfa que llegar
a una restricción. Esta se ha operado como
consecuencia de algunas disposicmnes legisla-
tivas, entre las cuales podemos señalar, como la Otra de las medidas propugnadas y que
más importante, la Orden de 26 de mayo de comienza a practicarse, en el sentido de una
1965, que establece cupos provinciales para la política estabilizadora, es la que afecta a la
concesión de protección, para el biemo 1965 restricción de crklitos.
1966. mwa las viviendas de renta limitada. mi-
mer’ &upo que constituían el tipo normál~ de La restricción de créditos es explicada actual-
construcci& en España, con anterioridad a esta mente por muchos banqueros, no tanto como la
disposición. Esto supone un cambio radical en obediencia a unas normas gubernamentales
la política de la construcción, puesto que las como el resultado natural de la falta de liquidez
ventajas fiscales y crediticias de aquel tipo bancaria, que se ha originado como consecuen-
de construcción de viviendas de renta limitada cia de la expansión anterior de la financiación
eran notables. Esta disposición se completa con exterior de las empresas, a que hemos aludido.
otra más reciente, la Orden de 29 de dxiembre, En efecto, las empresas se encontraron hace
que impone al Banco de Crédito a la Cons- año y medio con un estado muy favorable de
trucción la elevación de los intereses de los liquidez que permitió que pudieran apelar al
préstamos para la constrwci6n de viviendas de crédito bancario en un momento en que sus
renta limitada, colocándolo en el 5,s %. Las oosibilidades de autofinanciación disminufan de
consecuencias que se pueden prever de todas las kma muy acusada. Sin embargo, la apelación
nuevas disoosiciones son. como es natural, una al crédito no se ha hecho sin una oderosa
tensión ba&a el encarecitiiento de las viviendas disminuci6n en la liquidez bancaria. 2 Sto hace
y una disminución en la construcción de éstas. que en el momento-actual los bancos tengan
Si en un principio el número de viviendas en una auktica dificultad ara seguir adelante
construcción o con concesión de renta limitada una politica de extensl2 n de crklitos. Sin
ya obtenida no hizo particularmente notable embargo, la coincidencia de esta situación ban-
los efectos de estas disposiciones, actualmente caria con las insistentes recomendaciones de los
técnicos del Plan de Desarrollo a López Rodó aumento del gasto público en el año 1965 con
nos obliga a interpretar que esta situación respecto al af~o de 1964 ha sido de un 25.3%.
corresponde al consciente deseo del gobierno Se calcula aue este aumento no ruede aasar de
de llegar a una restricción en el ctidito. La una cifra cie 5 % por lo que réspectã a 1966.
situación real, en el momento actual, es clara- Sin embargo, los mismos tknicos del Plan de
mente la de un retraimiento fuerte de los Desarrollo, que hacen la precedente recomen-
Bancos, para financiar las posibilidades expan- dación, no confian en ella en el sentido de que
sivas de la industria española. Los viejos cré- juzgan que es impensable que el gobierno
ditos todavía se mantienen pero con respecto actual pueda llevar a esta restricción en la
a la concesión de nuevos creditos la política expansión del gasto público. Este habría de
es mucho mas dora y difícil. El crédito a corto hacerse. como es claro. no a costa de aouellos
plazo tambi.4” se ha restringido en muchos gastos de infraestructúra que deban permitir
casos y el descuento bancario de las letras un desarrollo futuro sino, por el contrario, en
se hace ahora por plazos de tiempo mucho los gastos no rentables del Estado. Partictdar-
menores. mente en aquellos gastos de armamento y de
sostenimiento político de aparato dictatorial
La situación es particularmente alarmante en del Estado.
un régimen como el español que nunca puede
reconocer errores en su marcha anterior. La Aquí la contradicción es la típica entre el
industria se encuentra en una situación cercana régimen y la política de expansión que le es
al pánico y en ella influyen tanto los factores preciso mantener. El mantenimiento del domi-
reales que hemos aludido, de restricción de nio directo, en un Estado autoritario, es mucho
cr&Iitos, como la desorientación general en más caro que en un Estado democrático. Es,
que se encuentra por falta de información por también, mucho más imprescindible. El gobier-
parte del gobierno. Cuando todo el mundo no español, a medida que ha ido perdiendo la
sabía que esta política iba a comenzár, López adheslbn popular de capas cada vez mayores
Rodó tildó públicamente de alarmistas a quie- de la población, a medida que su consensus se
nes la anunciaban. Ante un gobierno a quien ha ido debilitando, debe mantenerse sobre un
tan diffcil le resulta anunciar cambios radicales régimen de dominio directo. La rentabilidad de
en su linea política, la reacción del mundo un gasto público político es totalmente nega-
económico es lógicamente de un profundo tiva, desde una perspectiva puramente econ&
recelo. mica ; desde una perspectiva política de soste-
nimiento del régimen mismo, es, sin embargo,
Este recelo y esta desorientación han recibido indudablemente positiva. El sostenimiento del
su sanción pública con el derrumbamiento de régimen, en su forma actual antidemocrática,
la Bolsa, que se ha operado sobre todo en la es totalmente antieconómico pero políticamente
última semana de abril. rentable para el régimen mismo.
El pánico de los ambientes industriales es Quedan otras dos medidas que afectan más
particularmente sensible en aquellas capitales directamente a las clases trabajadoras, en
económicas del Estado. Nos referimos en con- cuanto consumidoras, a través de las cuales se
creto a Barcelona y Bilbao en donde la impre puede prever que se va a desarrollar en buena
si6n de desorientación llega a unas posiciones parte la política estabilizadora del r&imen.
de extraordinaria alarma, recelo y descon- Estas medidas, propugnadas tambi6n por los
fianza. técnicos del Plan de Desarrollo, si bien con la
salvedad, reconocida por ellos mismos, de que
El juicio general es el de que el peligro de se tratada de medidas retrógadas y antisociales,
una grave restricción en los crbditos podría son las que se corresponden al aumento de la
suponer en el momento actua!, para la continua- imposición indirecta y a la restricción en el
ción de un desarrollo económlco, es muy impor- aumento de los salarios reales.
tante.
Como es claro, si eJ gobierno no se decide a
Otra de las medidas que aparece claramente esa drástica hmltaclón del gasto público, que
indicada por los economistas del Estado, para aparece indispensable, la estabilización no puede
que sea tomada por la política económica del recaer solamente sobre una restricción de cré
gobierno, es la de restricción del gasto públiEo. dito, lo cual iría en contra del ritmo expansivo
En este sentido debemos observar que el que debe adquirir para cumplir, al menos mini-
mamente, las normas del Plan de Desarrollo. de que los patronos puedan utilizar el momento
En consecuencia, la ímica medida que se ve para despedir a los obreros. Las luchas obreras
factible, y perfectamente compatible con el anteriores para con uistar una cierta autonomía
sostenimiento de un régimen antipopular, es sindical, que se hab 8a traducido, en sus momen-
hacer recaer sobre las clases trabajadoras el tos mas desarrollados, por la constitución de
peso de la estabilización, como anteriormente las comisiones obreras, experimentará lógica-
se hizo recaer sobre ellas mismas el peso de la mente una detenci6n, y no es fácil pensar que
inflación. la situación de lucha mejore.
Esta es la constante de la política económica Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, ni la
del gobierno : en todo caso, tanto en las fases situación económica, ni la lucha obrera en 1966
de expansión como en las fases de estabiiización, son las mismas que las de 1958. No es fácil
’ las clases populares han de soportar sobre si pensar que la plena fase expansiva de la
’ los inconvenientes de cada situación económica. demanda que todavia hoy se experimenta pueda
Si se ha operado un cierto desarrollo económico compaginarse con un paro generalizado. Por
en España éste ha sido debido, más que a una otra parte, el movimiento obrero ha llegado a
política gubernamental, a la natural situación unas fases de conciencia! si bien en muchos
periférica de España, cercana a un gran centro casos puramente reivindicativa, superiores a
de expansión económica, como es Europa. Pero, aqukllas de hace unos años y las mismas
aun en esta situación expansiva, los inconva batallas ganadas en orden a las reivindicaciones
nientes que cada fase ha comportado han sido de tipo sindical les permiten plantear sus rei-
cargados, de modo sistematice, sobre las clases vindicaciones actuales en condiciones superic-
’ trabajadoras. res. Un sindicato obrero auténticamente repre-
sentativo y poderoso podría enfrentarse, ante
3 En este sentido debemos mencionar que ya se esta situaci6n estabilizadora. en condiciones de
han dictado algunas disposiciones a través de fuerza grandes que impulsakm al Estado a no
las cuales los impuestos indirectos aumentan: hacer recaer sobre los trabajadores, bien por
así podemos señalar el Decreto de 28 de enero el aumento de la imposición sobre el consufio,
de 1966, de trascendencia, por lo que a nuestro bien por las facilidades para el despido colec-
tema afecta, porque eleva tipos impositivos en tivo, todos los inconvenientes de la política
: el impuesto sobre el tráfico de empresas. Por económica. Podrfa forrar a la disminucdn del
otra parte, las revisiones de los convenios colec- gasto público y establecer zonas de resistencia
tivos se encuentran ante la grave traba de que, colectiva a las pretensiones empresariales.
si patronos y obreros no llegan a un acuerdo,
: el laudo arbitral de las autoridades laborales El sindicato obrero evidentemente no esta cons-
no va a permitir, indudablemente, una acomo- tituido todavía. Sin embargo, la lucha sindical
dación real de los salarios obreros a los niveles ha entrado en una fase de constitución mucho
de vida creciente. Esto supone dejar en manos mayor que la de los años anteriores. Por ello
de las fuerzas patronales una posibilidad de es de esperar que, frente a los difíciles momen-
resistencia muy potente a las reivindicaciones tos que se avecinan para la clase trabajadora,
del movimiento obrero. esta pueda reaccionar en forma conjunta y
organizada manifestando una solidaridad de
; I+s perspectivas para el movimiento obrero, intereses.
SI la fase de estabilización sigue adelante, no
son muy favorables. Podemos prever de nuevo Finalmente, no podemos olvidar que las medi-
aquella fase que se desarrolló el año 1958, que das estabilizadoras no han de ser enfocadas
se traduce en expedientes de crisis y despidos únicamente sobre la influencia directa e inme-
colectivos y una disminución de los salarios, diata que tienen sobre las posibilidades de
aun nominales, como consecuencia de la res- empleo y la capacidad de consumo de los
tricción de las horas extraordinarias. En suma, trabajadores. En efecto, el gobierno, por huir
la lucha obrera va a entrar en un periodo de una bancarrota internacional, está expo-
difícil de la crisis capitalista, que es aquél en niéndose a una bancarrota política. Es claro que
que el ejército de reserva nuevamente empieza la expansión anterior se ha debido a unas cir-
a nutrir sus filas con los parados en situación constancias en gran parte fortuitas, consecuen-
de paro declarado o paro oculto. La presión cia de la proximidad de España a países de
reivindicativa de los trabajadores en tal fase alto nivel de desarrollo. Tanto la expansión del
disminuye, como consecuencia del grave riesgo turismo como la atracción de la mano de obra
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© faximil edicions digitals, 2002
Movlmlento obrero espafiol
en paro han sido los efectos favorables de las Sobre las clases dominandas el efecto, como
ex ansiones económicas de otros paises. El hemos visto, es claro. Directamente han de
goi. lerno español se ha aprovechado de estos sufrir ellas las consecuencias desfavorables de
efectos para convertirlos en méritos propios. esta economta. Sin embargo, esto no se hace sin
Sin embargo, en el momento actual, en que que la crítica se vaya acumulando a la crftica,
estos efectos dejan de tener la misma influen- sin que el repudio de una política económica
cia que han tenido en los años anteriores, construida sienuxe sobre las esoaldas de los
aparece cada vez más claramente la falta äe debiles vaya aunientado y sin ue él descontento
dirección, de formación y de impulso económico que esto crea, sirva, de todas 8armas, para cons-
de este gobierno. Por otra parte, el manteni- tlttir argumentos poderosos que posibiliten la
miento de una organización no critica, la impo- paulatina y constite organizakióñ de un movi-
sibilidad de hacer un reconocimiento expreso miento obrem. Las fases estabilizadoras, como
de faltas, hace que los factores de desorien- la actual, no son favorables para las reivindi-
tación general sean tan graves que comprome- caciones declaradas y activas, pero sin embargo
ten al mismo sistema que los mantiene. Un son favorables para crear una conciencia cre-
gobierno que dice que acierta cuando desarrolla ciente de descontento y de frustración que, a
una política auttiquica, cuando rompe con la la larga, potenciará nuevas posibilidades en el
política autlrquica para introducirse en una movimiento obrero.
fase de estabilización, cuando abandona la fase
de estabilización para empezar un desarrollo,
cuando decide que debe interrumpirse el ritmo
del desarrollo para entrar en nueva fase de
estabilización. cuando fluctúa entre unas fases
inflacionarias’ y de restricción económica, incon-
sideradas, alarmantes y desorientadoras, es un
gobierno -d que se le pueden achacar los fallos
acumulados en todas estas políticas. Frente a
lo que podría ser el fallo de una cierta fase
gubernamental, si fuera denunciado como tal
por el gobierno siguiente, esta solidaridad de
gobierno tras gobierno en fases econbmicas
absolutamente distintas y en muchos casos
totalmente contradictorias, insalvables simple-
mente oor una exolicación histórica. hace aue
la culpà de un ministro recaiga sobre’ todos, {ue
la culpa de un aparato gubernamental sea la
culpa del r6gimen.