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Miscelánea humanística

Presentación del Fondo Editorial


Prólogo
I. Introducción a la cinesiología
La palabra escrita, la palabra hablada y la palabra actuada
Cine, cinema y emblema
Epresión oral y mo!imiento corporal
"i Flora #a!is leyese el presente escrito
Innaticidad de las epresiones $aciales
%onas epresi!as
Protrusión labial
&ibliogra$ía mínima
II. Introducción a la teratología
Eordio
'Monstrum(
Monstruo
Lo monstruoso como de$ecto biológico
El monstruo como creación $antástica
)preciación psicológica
'La bella y la bestia(
*tem más
III. Introducción a la ludología
Consideraciones etimológico+semánticas
Escase bibliográ$ica
El -uego, segn /uiinga
Primera de$inición
"egunda de$inición
0ercera de$inición
El -uego, segn Caillois
Clasi$icación de los -uegos
Principales clases de -uego
Las categorías ldicas no son 1uímicamente puras
'Ludus( y 'paidia(
2bser!ación $inal
I3. Erich Fromm y el dogma de Cristo
4) 1u5 se re$iere la in!estigación6
7na $antasía colecti!a con $uncionalidad triple
4) 1ui5nes atra-o el mensa-e cristiano primiti!o6
Los primeros cristianos y la cristología de la primera comunidad
El cambio de la creencia primigenia y su por1u5
)tanasio y )rrio contro!ierten
La signi$icación etrateológica del con$licto
)preciación crítica
3. La elección de pare-a
La primera comprobación
48 sin enamoramiento6
El por1u5 de tanta e1ui!ocación
7na incapacidad desconcertante
9aturalea y arti$icialea
/allago sensacional
Con$esión $inal
3I. Prostitución al aire libre
Las 'pampayrunas(
Factores
La inmediate
La desrutiniación de la !ida seual
El atracti!o del peligro
El atracti!o de lo ba-o
La baratura
3II. El E$ecto Colón
La atracción de la no!edad
La $amiliariación
E-emplo etraseual del E$ecto Colón
El E$ecto Colón en el terreno seual
4Cómo solucionar el E$ecto Colón6
El E$ecto Colón y el amor
9ormalidad patente del E$ecto Colón
Palabras $inales de )natole France
3III. 3o bella de algunos persona-es, o por lo menos !o muy agradable:
además, e-emplario de otras clases de !o
;scar <ilde =>?@A+>BD
/enri de 0oulouse+Lautrec =>?A+>B>D
oseph Goebbels =>?BH+>BA@D
Coda
I. Muerte y !alentía
El caso de Mussolini
El acabamiento esperable de Lope de )guirre
Francisco de Car!a-al
Gonalo Piarro
Leoncio Prado
La muerte e-emplar del Mar1u5s Gobernador
7n caso de !alentía etraordinaria
J2h, precipitarse en la hogueraK
La terminación piro$órica de Calcuchímac
. Los escritores y los burdeles
Faulner
García Már1ue
)lberti
Cioran
El 1ue esto escribe
Fellini
29eill
Flaubert
Mora!ia
)mado
3argas Llosa
"il!a 0uesta
"ánche
More
Macera
Chá!e Peralta
Fuentes
I. Necuerdos huati1ueros
0etos multiautorales concernientes a /uatica
Luis )lberto "ánche
Nal "errano Castrillón
"o$ocleto OLuis Felipe )ngellD
Pompilio Inglesi #)ccico
#omingo 0amari Lcar
Manuel &entín #ie Canseco
)lberto Massa Gál!e
Carlos )lberto "eguín
Luis Millones
Mario 3argas Llosa
Eloy áuregui
uan Gargure!ich Negal
9icomedes "anta Cru
9ota $inal
II. 3ia-e macro$alosomial
9oticias y comentarios sobre la dimensión genital masculina magnitud
mayor
El macro$alo homicida
Nosendo y los otros
Casuística macro$alosomial
Magnitud normal
Magnitud subnormal
El $alo di!ino
Ne$erencias
Coda
III. 4Cuántas horas diarias es soportable un ser humano6
Coda
Fuentes
I3. La Iglesia Católica y la pena de muerte
4#e$ensa insólita6
Espelunantes matanas bíblicas
7na orden di!ina realmente increíble
La misma Iglesia podría imponer la pena de muerte
7n de$ensor insigne de la pena de muerte
3. Los celos
4Por 1u5 no se mencionabanantiguamente los celos6
Celos y sociedad
Propiedad seual y celos
Monogamia y celos
)mor y celos
'El arreglito(
4"on modi$icables los celos6
3I. Gestos masculinos
3II. Pesante e impesante
&orges y la solide o macice de los antiguos globos terrá1ueos
Magnitud y pesante
Globos y globitos
La $acilidad con 1ue se $ormanglobos, globitos y globaos
Los naturales de Passau
3III. 'El in$ierno son los otros(
Coda
2-os luteranos
2-os balacianos
2-os hitlerianos
I. 'La mantida readora(
. 7n h5roe inesperado y algunas canoniaciones singulares
Carta a Martha /ildebrandt
Entre!ista a Marco )urelio #enegri
)utor
9otas
El libro está di!idido en !einte bre!es capítulos y como anota el título Q
misceláneaQ aborda di!ersos temas en donde gra!itan aspectos 1ue tienen 1ue !er con
la psi1uis humana. 8 no solo asuntos 1ue obligan a plantearnos grandes preguntas, sino
tambi5n sobre respuestas con las 1ue tropeamos a diario sin darnos cuenta. Ruiás esa
sea la mayor !irtud de este libro escrito con anonadante erudición, pero al mismo
tiempo, con un lengua-e de cua-o. Por un lado, con una in$ormación selecta,
bibliográ$icamente hablando,
!eces está en primera persona.y por otro, testimonial 1ue, para ser más $amiliar, muchas
Marco Aurelio Denegri

Miscelánea humanística
Obras escogidas - 0
Título srcinal: Miscelánea humanística
Marco )urelio #enegri, S>
Editor Lucas La!ado
Ilustración Pierre Clayette
Neto1ue de cubierta #h)+A>
Editor digital #h)+A>
ePub base r>.S
Presentación del Fondo Editorial
La lectura es para nosotros una iniciadora cuyas llaves mágicas nos abren en el fondo de nosotros mismos la
puerta de lugares a los cuales no hubiéramos sabido llegar.
=Marcel Proust OSAT sobre la lectura. &s. )s., Libros del %oral, p. AAD
La intención fundamental de quien hace la bibliografía le eige un triple respeto: hacia las personas a quienes se
dirige! hacia los autores citados y hacia sí mismo.
=Paulo Freire O>BBBT La importancia de leer y el proceso de liberación . >UV Ed. M5ico, #. F., "iglo I, p. AHD
Marco )urelio #enegri es un humanista a 1uien debemos mucho los peruanos,
por su encomiable pasión por la lectura, la in!estigación y la di$usión de las ciencias, las
tecnologías y las humanidades, en la ltima mitad del siglo  y lo 1ue !a de este siglo.
Por sus puntos de !ista heterodoos, sus críticas sin concesiones a la
mediocridad, sus urticantes opiniones y análisis de cuanta publicación importante
aparece en nuestro medio, se ha ganado no pocos silencios y !anos desdenes, 1ue no
han hecho sino agigantar su presencia y !alía como animador cultural en el Per.
"us in!estigaciones y su !ocación dialógica dieron $orma a "áscinum O>BHS+>BHUT,
re!ista de cultura seual, 1ue con desen$ado y sol!encia acad5mica intentó abrir
nuestras entendederas al $ascinante mundo de la seualidad, con una perspecti!a
contemporánea y menos pro!inciana.
Pero Marco )urelio #enegri es más 1ue la precursora "áscinum y sus libros
publicados. #esde >BHU es !i!a parado-a de la tele!isión nacional, donde brega por la
cultura, entendida no solo como sinónimo de poesía, no!ela y ob-etos de museo Qsin
un ápice de menoscabo a su !alorQ sino tambi5n como apertura al mundo de la ciencia,
la tecnología y las humanidades, con !isión cosmopolita y pleno sentido de
responsabilidad y honestidad intelectual.
En La función de la palabra, su programa tele!isi!o, en el Canal H, no solo di$unde
las publicaciones aparecidas en nuestro medio sino 1ue hace crítica proli-a e imparcial
de ellas. Igual dedicación da a los temas 1ue presenta y a las entre!istas, 1ue realia con
estilo sui géneris, donde las preguntas y opiniones $luyen como resultado de la re$leión
sistemática.
Este libro Miscelánea humanística, de Marco )urelio #enegri, no de-ará indi$erente
a ningn espíritu abierto al conocimiento y a la re$leión. El Fondo Editorial de la
7ni!ersidad Inca Garcilaso de la 3ega lo pone en manos de los lectores como
testimonio de !aloración a un humanista 1ue se dedica a tiempo completo en $a!or del
buen gusto literario y de las propuestas $undadas en el e-ercicio de la raón a la lu del
conocimiento, la ciencia y la cultura.
Lucas La!ado
Fondo Editorial de la 7IG3
Prólogo
Este libro es continuación del 1ue publi1u5 en el S y 1ue se agotó en menos de
seis meses=WD: agotamiento del 1ue no me !anaglorio, por haber sido tan corta la tirada,
apenas mil e-emplares. En e$ecto, y ciX5ndome a Lima, ciudad teniente de unos die
millones de habitantes, comprobar 1ue sólo mil han ad1uirido mi libro no es algo 1ue
me enorgulleca. 2curre, sin embargo, 1ue estamos !i!iendo en plena !ideocracia, o
me-or dicho, la estamos su$riendo, y el hecho de 1ue actualmente mil urbícolas an
compren y lean libros es casi milagroso.
El gobierno de la imagen no !a -untamente con el gobierno de la inteligencia y la
abstracción. La lectura, lectio, 1ue es una $orma de pensar, no se a!iene con la imago o
imagen. El hombre 1ue piensa es unanimal mental, pero el hombre 1ue nicamente mira
es un animal ocular. 9os lo dice "artori y yo concuerdo con 5l. La Era #igital es la del
homo vídens , no la de l homo légens , ni mucho menos la del homo sápiens . La Era #igital
genera al homo ínsipiens, al hombre 1ue no sabe, al ignorante.
La obra 1ue hoy entrego a la consideración de unos cuantos urbícolas es o
pretende ser lecturable. "iempre procuro el logro de este $in en todos mis escritos.
Con!iene distinguir lo legible de lo lecturable . La legibilidad de una publicación
depende de una serie de !ariables $ormales: por e-emplo, tinta e impresión: tamaXo y
cuerpo de letra: interlineados y espaciados: tamaXo de los márgenes: etc5tera. Lo legible
$acilita la lectura, La legibilidad es un $acilitati!o lectural y concierne a la forma de la
publicación. Lo lecturable concierne al contenido. Cuando 5ste es interesante, nutriti!o,
di!erso y no!edoso, y cuando además ha sido bien prosado por el autor, con $luide y
elegancia: cuando la obra tiene las cualidades antedichas, entonces es lecturable. Espero
1ue la presente Miscelánea #umanística sea lecturable. #eclaro sinceramente esta
esperana, aun1ue s5 muy bien 1ue el 1ue !i!e de esperanas muere en ayunas.
Marco Aurelio Denegri
H unio S>
I Introducción a la cinesiología
La ciencia de los mo!imientos Qo el tratado de ellosQ se llama cinesiología, o
cinésica, como dice &irdYhistell, pero de ninguna manera cinesis, como dice la
traductora del libro de Flora #a!is, La $omunicación no %erbal , 1ue además nos endilga
&ine y &inema, y resulta así greciante por ignorancia=WD.
Como el neologismo cinésica no ha tenido acogida ni di$usión, 1ued5monos con
el !ocablo cinesiología' del griego &inesis, o sea cinesis, !ale decir, mo!imiento, y (logia,
esto es, ciencia, tratado O(logia es la $orma su$i-a del griego lógos, palabra, pensamiento,
raónT.
La cinesiología es la ciencia de la epresi!idad humana. Podemos decir 1ue en
general e1ui!ale a lo 1ue antes se llamaba psicología del gesto, es decir, psicología de los
mo!imientos del rostro, de las manos o de otras partes del cuerpo con 1ue se epresan
di!ersos a$ectos del ánimo.

La alabra escrita! la alabra hablada " la alabra a ctuada


#ecía Goethe 1ue la palabra escrita es simple substituto de la palabra hablada: y
es cierto. Pero habría 1ue preguntarse si la palabra hablada es mani$estación cabal de
todo lo 1ue realmente 1ueremos decir. 9o parece 1ue con la sola palabra hablada
podamos decir todo lo 1ue 1ueremos. 9ecesitamos, pues, para completar nuestro decir,
de gestos y ademanes, mo!imientos y actitudes, muecas, !isa-es y mohines, guiXos y
seXas. Cuando la palabra hablada tiene toda esta para$ernalia gestual y ademánica,
entonces se con!ierte en palabra actuada.
"abido es 1ue hay pueblos más epresi!os y comunicantes 1ue otros. Por
gesticulatorios y ademánicos, los italianos epresan y comunican más 1ue los alemanes
o los ingleses, por e-emplo.
El europeo, en general, se mue!e y gesticula poco al hablar, y por eso, cuando !a
al Z$rica, aun cuando conoca la lengua del pueblo 1ue !isita, -amás logra ser
cabalmente entendido por los nati!os, cuya epresi!idad somática es opima y hasta
espectacular. Para ellos hablar no es solamente pronunciar, sino una concertación
cin5tica de la corporeidad toda. )sí ocurre en 9igeria, segn in$orma el gran
in!estigador del continente negro, Leo Frobenius.
El negro es ritmo, acción, histrionismo. El sacerdote negro del /arlem
neoyor1uino 1ue predica el sermón del #omingo de Namos y cuenta 1ue ess entró en
erusal5n, caballero en un asno, se monta en el plpito y remeda mara!illosamente la
cabalgada. ) un predicador blanco no se le ocurriría nunca hacer eso, raón por la cual
sentimos des!italiada y escasamente atracti!a su pr5dica, por hu5r$ana de esa
teatralidad inherente a la negritud.

#ine! cinema " emblema


La cinesiología distingue el cine o mo!imiento apenas perceptible, del cinema o
mo!imiento mayor o más signi$icante.
Los norteamericanos tienen cincuenta o sesenta cinemas para todo el cuerpo, de
los cuales treinta y tres corresponden a la cara y la cabea. 3a de suyo 1ue más
cinemáticos 1ue los gringos son los bachiches, y más 1ue 5stos, los abetunados
compadres de 9igeria, y muchísimo menos 1ue 5stos, los nipones.
)hora bien cincuenta o sesenta cinemas representan sólo una mínima parte de
los mo!imientos corporales.
)*n realidad (escribe +avis(! cada cultura otorga un significado a unos cuantos
movimientos anatómicamente posibles para el cuerpo humano. Los ,cinemas- son a veces
intercambiables: se puede substituir uno por otro sin alterar el significado. i nos limitamos a las
ce/as! un simple al0amiento bilateral epresa a menudo una duda o acent1a una interrogación!
pero también puede emplearse para dar énfasis a una palabra dentro de la oración.2
Es !erdad cinesiológica, aun1ue haya por ahí alguna ecepción, y tal !e más de
una, 1ue la cultura norma los mo!imientos corporales de ambos seos. "i en nuestra
cultura las mu-eres mue!en más las caderas 1ue los hombres y parpadean más
lentamente, lo hacen por aprendia-e, no por determinación biológica. Los árabes
cierran los o-os como nuestras mu-eres, despacio y sua!emente, y por esto solo seríamos
capaces de tildarlos de a$eminados, ya 1ue el cierre ocular pando es, segn creemos,
impropio de la !aronía.
Impropiedad relati!a, claro está. /ace más de cien aXos 1ue la antropología nos
lo !iene enseXando. 8 el mismo 3oltaire, 1ue no era antropólogo, pero sí perspica,
culto y desen$adado, lo sabía muy bien. El parisiense, decía 3oltaire, se sorprende al
enterarse de 1ue los hotentotes cortan un testículo a sus pe1ueXuelos: pero los
hotentotes se sorprenderían más si supieran 1ue en París se conser!a a los niXos los dos
testículos.
)3arece ser (escribe +avis( que las mu/eres! al menos en el laboratorio! miran más que
los hombres! y una ve0 que han establecido contacto visual! lo mantienen por más tiempo.
)También hay otras diferencias más sutiles.
)Tanto los hombres cuanto las mu/eres miran más cuando alguien les resulta agradable!
pero los hombres intensifican el tiempo de la mirada cuando escuchan! mientras que las mu/eres
lo hacen cuando son ellas las que hablan.2
Llámase emblema, en cinesiología, el mo!imiento corporal 1ue tiene signi$icado
preestablecido, como el ademán del deg[ello o el ademán del !ia-ante en auto4stop, lo
1ue !ulgarmente se conoce como)tirar dedo2.
En este terreno se echa de !er tambi5n la relati!idad cultural: !erbigracia,
consid5rase mala educación sacar la lengua en 2ccidente, pero en el sur de la China,
sacarla denota turbación: en el 0ibet, cort5s de$erencia: y los isleXos de las Mar1uesas la
sacan para negar.
En Ceilán, segn Chau!elot, mo!er la cabea de derecha a i1uierda no signi$ica,
como entre nosotros, negación, sino lo contrario a$irmación.

E$resión oral " mo%imiento cororal


)$ada ve0 que una persona habla (observa +avis(! los movimientos de sus manos y
dedos! los cabeceos! los parpadeos! todos los movimientos del cuerpo coinciden con ese compás.
)5esulta interesante saber que este ritmo compartido se altera cuando hay algunas
enfermedades o trastornos cerebrales. Los esqui0ofrénicos! los ni6os autistas! las personas
afectadas por el mal de 3ar&inson! epilepsia leve o afasia! y los tartamudos! están fuera de
sincronía consigo mismos.
)La mano i0quierda puede seguir el ritmo del discurso! mientras que la derecha está
completamente desfasada. *l resultado! tanto en la vida real cuanto en las películas! es una fuga0
impresión de torpe0a! una sensación de que algo no funciona en la forma en que se mueve el
individuo.2
)rritmia cin5tica 1ue por otra parte impide la sincronía interaccional.
)La sincronía interaccional (dice +avis( resulta difícil de creer hasta que no se la ve en
películas! puesto que en la vida real se produce generalmente en forma demasiado velo0 y sutil
para ser captada.
)e produce continuamente cuando se conversa. 7unque puede parecer que el que
escucha está sentado perfectamente quieto! el microanálisis revela que el parpadeo de los o/os o
las aspiraciones del humo de la pipa están sincroni0ados con las palabras del que habla.
)$uando dos personas conversan! están unidas no sólo por las palabras que
intercambian! sino por ese ritmo compartido. *s como si fueran llevadas por una misma
corriente.2

&i Flora Da%is le"ese el resente escrito


Estas noticias y muchas más las presenta Flora #a!is con estilo llano y sencille
periodística en su libro La $omunicación no %erbal . #esde luego, si hubiese sido más
culta la autora y mayor su espíritu crítico, entonces tendría su obra el adereo y
enri1uecimiento 1ue no tiene. Pari$ico inmediatamente.
Cuando #a!is se ocupa de la desaprobación 1ue merece en todas las culturas la
mirada directa, $i-a y sostenida, no menciona el hecho, por1ue lo ignora, de 1ue tal
desaprobación tiene origen mágico, ya 1ue de antiguo se ha temido el ao-o o
$ascinación, el in$lu-o mal5$ico 1ue una persona puede e-ercer sobre otra mirándola.
)hora bien el srcen mágico de la desaprobación es una eplicación cultural del hecho,
pero el !erdadero srcen es natural, o me-or dicho, la a!ersión a la mirada directa, $i-a y
sostenida, nos es connatural, es una conducta de fábrica,
innata. Entre los gorilas es igual, y así lo asegura 1uien los conoce me-or 1ue
nadie, #ian Fossey. #ice esta notable in!estigadora lo siguiente )3ara ellos =para los
gorilasD, al igual que ocurre a menudo en el hombre! la mirada fi/a y directa significa una
amena0a.( O#ian Fossey, 8orilas en la 9iebla. &arcelona, "al!at Editores, ". )., >B?@, >>.T
Pobretón el no!eno capítulo, dedicado a los ademanes. /a creído la autora 1ue
E$ron di-o la ltima palabra sobre el particular. #ebió haber consultado la obra de
<alter "orell, The tory of the #uman #and.
#ebió tambi5n haberse preguntado por 1u5 las mu-eres son tan mediocres como
oradoras. Lo son, entre otras cosas, por1ue tienen gesto manual des!aído, carecen de
energía ademánica: carencia 1ue estaríamos tentados de atribuir a la cultura, pero he
a1uí 1ue en casi todas las culturas los ademanes $emeninos son sua!es y eiguos, sal!o
en la cultura mundugumorense, por e-emplo, donde se han !iriliado mucho las
mu-eres.
)Las mu/eres realmente elocuentes! las que accionaban bien! que yo he conocido (dice
Mara6ón en su libro La Evolución de la Sexualidad y los Estados Intersexuales(! tenían
estigmas netos de virilidad' o los adquirieron más tarde. *l valor de la mano en la epresión es
un carácter de adquisición tardía en la evolución ontogénica y filogénica! y por eso más propio
del varón.2
En el capítulo sobre el saludo, contráese nuestra autora a la interpretación
etológica, 1ue me parece bien y en principio acepto: pero si el lector 1uisiese leer algo
-ugoso y penetrante, entonces no !acilaría en recomendarle la 'Meditación del saludo(,
de os5 2rtega y Gasset, donde abundan las consideraciones en torno al apretón de
manos y su sentido primigenio: punto interesante al 1ue Flora #a!is no dedica ni una
sola línea.
)demás, contrariamente a lo 1ue ella supone, no siempre es reprochable la
insalutación, y aludo a la de despedida: antes bien, puede llegar a ser práctica admisible
y hasta fashionable, como ocurrió en Francia, en el siglo 3II, cuando se puso de moda no
despedirse de nadie al abandonar una reunión. Eso era lo propio y lo 1ue eigía la
eti1ueta, al paso 1ue despedirse era $alta de educación.
Por ltimo, en el segundo capítulo !enían al pelo las obser!aciones de Nollo May
sobre los mon-es de )thos y el !alor de la polaridad seual: pero #a!is, segn parece,
no ha leído el libro de su ilustre paisano, *l 7mor y la %oluntad.
"i Flora #a!is leyese el presente escrito, entonces me pro$esaría desamor: sin
raón, por supuesto, o sea muy $emeninamente. "in raón, digo, por1ue su obra es
recomendable, a pesar de las críticas reci5n epuestas.

Innaticidad de las e$resiones 'aciales


Las epresiones básicas del rostro humano son innatas. Estas epresiones son
nue!e, a saber
>T)legría
ST0ristea
UT0emor
ATEno-o
@TNechao
TIncomodidad
HTPerple-idad
?T#esconcierto
BT)dmiración

(onas e$resi%as
>TLa ona de la frente.
STLa ona de las ce/as.
UTLa ona del entrece/o.
ATLa ona de los o/os.
;La 0ona de la base de la nari0.
<;La 0ona del labio superior.
=;La 0ona del labio inferior.
>;La 0ona
?;La 0ona de
dellas
con/unto de los
comisuras labios.
labiales.

Protrusión labial
Carlos #omíngue, el conocido $otógra$o, alias 'El Chino(, tiene, entre sus
muchísimas $otogra$ías, una muy buena 1ue le tomó a Pepe 3ás1ue, en la 1ue 5ste
hace una protrusión labial. 3rotrusión es la acción y e$ecto de protruir, o sea empu-ar
hacia adelante, y en este caso, desplaar los labios hacia adelante, proyectarlos,
haciendo 1ue sobresalgan de sus límites normales. O $f. #omíngue, Los 3eruanos, H.T La
protrusión de 3ás1ue es más notoria por la bembonería. Los negros son bembones, o
be0udos, como dice la )cademia: tienen los labios gruesos y pronunciados.
2tro e-emplo Omás !ariadoT de epresi!idad labial lo o$rece la artista colombiana
"o$ía 3ergara, 1ue hace con sus labios lo 1ue 1uiere. Los rebordes eteriores carnosos y
mó!iles de su boca tienen una gran plasticidad. Cf O . 8atopardo, 9o. @U, =S@?D+=S@BD.T
) propósito de los labios, hoy son muchas las mu-eres 1ue se los hacen agrandar
y resultan así bembonas artificiales. 4) 1u5 se debe esta práctica6 4Por 1u5 1uieren las
mu-eres lucir grandes labios, carnosos y pronunciados6
E!identemente, por1ue 1uieren intensificar una seXal seual. "e trata de una
vulvari0ación labial. Los labios de la boca se vulvari0an, es decir, duplican biológicamente
los labios genitales.
05ngase presente, sin embargo, 1ue el seXalamiento seual de los labios de la
boca $emenina, no signi$ica 1ue la mu-er 1ue hace ese seXalamiento sea ardiente y de
una ri-osidad copulatoria desbordante. 9o. 9o hay correspondencia entre lo uno y lo
otro. Incluso puede ocurrir Qy ocurreQ 1ue la bembona arti$icial sea un $iasco en la
cama. En el mundo del seo no con!iene guiarse por las apariencias.

)ibliogra'ía mínima
=>D )MICI", Edmundo de. @deas sobre el 5ostro el Lengua/e . Madrid, )gustín
ubera, Editor, >??B.
=SD #)N<I9, Carlos N=obertoD. La *presión de las *mocion es en el #ombre y en
los 7nimales. 3alencia, F. "empere y Ca., Editores, =s. a. O circa >BTD, S tomos.
=UD #)3I", Flora. La $omunicación no %erbal . "eta edición. Madrid, )liana
Editorial, ". )., >B?S.
=AD EI&L+EI&E"FEL#0, Iren\us. *l #ombre 3reprogramado . Cuarta edición.
Madrid, )liana Editorial, ". )., >B?U. 0ercera parte 'Nituales del !ínculo(,
capítulos > y S, concernientes al saludo.
=@D F)"0, ulius. *l Lengua/e del $uerpo . 7nd5cima edición. &arcelona,
Editorial ]airós, >BBS.
=D I9F)90E #7N)M), Isabel. *l Lengua/e del 5ostro y de los 8estos . Madrid,
Ediciones iberoamericanas R72N7M, ". )., >B?.
=HD M)N)^;9, Gregorio. $rónica y 8esto de la Libertad . &uenos )ires,
Librería /achette, ". )., >BU?. c. S 'Psicología del gesto.(
=?D M2N)G)", erónimo de. La *presividad #umana . &arcelona, Editorial
Labor, ". )., >B@.
=BD 2N0EG) 8 G)""E0, os5. Abras $ompletas. Madrid, Ne!ista de
2ccidente _ )liana Editorial, >BA+>B?U, >S tomos. 3II, S>+=SUSD 'Meditación del
saludo.(
=>D "2NELL, <alter. The tory of the #uman #and . Londres, <eiden$eld and
9icolson, >B?.
=>>D <2LFF, Charlotte. La Mano y su Lengua/e . 0ercera edición. &arcelona,
Editorial Luis Miracle, ". )., >BS.
II Introducción a la teratología
E$ordio
Teratología es !o de origen griego 1ue signi$ica tratado o estudio de los
monstruos: de teras! teratos, monstruo, y logos, tratado.
Par5ceme muy opinable 1ue siga !igente la restricción semántica en cuya !irtud
la teratología concierne nicamente a las anomalías y monstruosidades del organismo
animal o !egetal. 9o se ad!ierte 1ue los monstruos biológicos de la teratología
con!encional son mucho menos importantes 1ue los 1ue ha imaginado, ideado y creado
el hombre desde 1ue era ca!ernícola. #espu5s, cuando aparentemente de-ó de serlo Odigo
aparentemente por1ue el ser humano sigue comportándose, en muchos sentidos, con
a$iedad paleolíticaT: cuando despu5s, repito, el hombre de-ó de ser ca!ernícola Oeso
dicenT, la teratogenia $ue desen!ol!i5ndose con pretensión epansi!a mani$iesta y el
More Tenebrarum a!anó indetenible, hasta hoy: incluidos, claro está, los ltimos
monstruos electrónicos y computariados.
)Bo soy el ,antiasno- ,par ecellence-! y por tanto! un monstruo en la historia universal'
yo soy! dicho en griego! y no sólo en griego! el ,7nticristo-C2
OFriedrich 9ietscheT
ugo, pues, inaceptable 1ue la teratología no se ocupe de los monstruos del
Mare Tenebrarum, todos ellos facticios Ono ficticiosT. Franenstein, por e-emplo, es
producto facticio, es decir, no natural La teratología ha !enido ocupándose solamente de
los monstruos naturales' !erbigracia, una criatura ac5$ala. 4Por 1u5 esta restricción a
todas luces !itanda6 Insisto para mí es inadmisible.
8 bien como eordio, basta.
),*l verdadero problema-! como decía 5imbaud! ,consiste en hacer monstruosa el alma-.
A sea! no horrible! sino prodigiosa.2
O/enry MillerT

*Monstrum+
En latín, monstrum signi$ica prodigio, mara!illa, rarea, cosa singular, portento,
$enómeno, cosa admirable, sorprendente y pasmosa. Monstra narrare es re$erir cosas
prodigiosas: y monstra dícere, decir cosas increíbles.
Monstrum signi$ica tambi5n, y 5sta es la acepción secundaria, calamidad,
desgracia, aote, plaga, cosa $unesta, crimen. Cuando Ruintiliano dice 1ue se han
cometido crímenes contra el Estado, usa el t5rmino monstra, esto es, monstruos, para
re$erirse a esos crímenes.
Pero la signi$icación primaria de monstrum, en latín, y 1ue nuestro idioma
conser!a, es la de prodigio y mara!illa.
an @sidoro decía que monstruo significa )lo que es digno de ser mostrado! lo que merece
ehibirse2. )+e modo que los monstruos (escribe avater( son ,lo espectacular- por
antonomasia: se definen por constituir en sí mismos un espectáculo.2 D"ernando avater!
+iccionario "ilosófico! s. v. )Monstruos2.;
)*l que no tiene la suerte de ser un monstruo en un ámbito cualquiera! incluso el de la
santidad! inspira desprecio y envidia.2
OEmile Michel CioranT

Monstruo
Enumero a continuación las siete acepciones 1ue tiene la palabra monstruo en
castellano.
>TProducción contra el orden regular de la naturalea.
ST"er $antástico 1ue causa espanto.
UTCosa ecesi!amente grande o etraordinaria en cual1uier línea.
ATPersona o cosa muy $ea.
@TPersona muy cruel y per!ersa.
TPersona de etraordinarias cualidades para desempeXar una acti!idad
determinada.
HT3ersos sin sentido 1ue el maestro compositor escribe para indicar al
libretista dónde ha de colocar el acento en los cantables. O35anse, al respecto, las
obser!aciones de )l$onso Neyes en La *periencia Literaria, >H+>HH. Parece 1ue ya
nadie escribe esta clase de !ersos.T
)#acia el monstruo sentimos miedo o repulsión! pero también un etra6o y salva/e
afecto. *l monstruo nos repele! aunque tambi én nos atrae! es decir! ,nos tienta- . Lo monstruoso

del monstruo! sea Macbeth


OFemando "a!aterTo una tarántula gigante! es que representa nuestra tentación.2

Lo monstruoso como de'ecto biológico


Lo monstruoso, como de$ormidad insólita y gra!e, como alteración biológica
notoria, no lle!a consigo, aun1ue nos lo pareca, la suma $ealdad como distinti!o o nota
esencial. La monstruosidad, propiamente considerada, no es $ea, sino repugnante. 7n
niXo con tres braos y dos cabeas, repugna. #e suerte 1ue lo contrario de lo
monstruoso no es lo bello.
)Lo monstruoso (dice Artega y 8asset( es un defecto biológico y! por consiguiente!
anterior al plano de discernimiento estético. Lo opuesto a ,lo monstruoso- no es ,lo bello-! sino ,lo
normal-.2 DE. A. y 8.! O. C.! @@! F=! n.;
Eso tambi5n lo sabía, y muy bien, #on Rui-ote.
)Bo! ancho (dice +on Gui/ote(! bien veo que no soy hermoso! pero también cono0co
que no soy disforme' y bástale a un hombre de bien no ser un monstruo para ser bien querido!
como tenga las dotes del alm a que te he dicho.2 D$ervantes! El Ingenioso Hidalgo Don
Quiote de la Manc!a ! 3arte @@! c. >.;
)7diós! pobre y querida Musa' c1rate. Te abra0o.
)Tu MA9T5HA.2
OCarta de Gusta!e Flaubert a Louise Colet, H de abril de >?@A.T

El monstruo como creación 'antástica


Nespecto al monstruo, no ya como $enómeno biológico, sino como creación
$antástica, hemos de tener en cuenta dos cosas en primer lugar, la magnitud, y en
segundo lugar, la combinación de especies.
La monstruosidad puede ser por de$ecto o por demasía. 7n gorila, por e-emplo,
tiene, poco más o menos, la estatura del hombre: pero ]ing ]ong, 1ue no es un simio
normal, sino un monstruo, mide 1uince metros de alto. Es un monstruo por eceso.
Pero un gorila de diecisiete centímetros de alto sería tambi5n monstruoso, sólo 1ue por
de$ecto: y desde luego ya no daría miedo, sino risa, o lo 1ue es peor, lástima. O)
propósito 3oltaire decía, con mucha raón, 1ue es me-or dar en!idia 1ue lástima.T
Generalmente, cuando hablamos de monstruos, nos re$erimos a los monstruos
por eceso, por demasía, a los monstruos de gran magnitud: !erbigracia, )1ueronte, el
monstruo 1ue menciona &orges en su Manual de Ioología "antástica, 1ue era tan grande
como una montaXa y en cuya boca podían entrar tran1uilamente nue!e mil personas.
7na constante, pues, en la historia de las criaturas monstruosas, es el gigantismo o
titanismo, el sobredimensionamiento de las producciones teratológicas.
Monstruos los ha habido desde la más remota antig[edad, desde 1ue el hombre
primiti!o, aterroriado por las $ueras de la 9aturalea, las personi$icó en seres
desmesurados y colosales. Este patente colosalismo se echa de !er en los bestiarios y en
general en la teratología.
Para mo!er, dice /omero, la roca 1ue está ante la cue!a del cíclope Poli$emo Qel
monstruo 1ue tiene un solo o-o en la $renteQ, no habrían bastado )mil y dos carretas!
altas de cuatro ruedas2.
La otra constante teratológica es la combinación de especies . El hibridismo
monstruoso es tan impresionante como los mismos monstruos.
El grifo, por e-emplo, era un animal 1ue tenía la parte superior de águila y la
in$erior de león, con larga cola de reptil. Combinaba tres especies. Pero cuando ya no
era simplemente gri$o, sino hipogrifo, sumaba a las tres especies dichas, el caballo, de
modo 1ue el hipogri$o era la combinación de cuatro especies. El hipogri$o era mitad
caballo y mitad gri$o.
La esfinge tenía cabea y busto de mu-er, y cuerpo y garras de león, y además era
alada.
El dragón tenía cuerpo de serpiente, garras de león y alas de águila. Era $iero y
!ora, y despedía olor pestí$ero.
El minotauro era mitad toro y mitad hombre, se alimentaba de carne humana y
residía en el Laberinto de Creta.
Las arpías tenían cabea humana, ore-as de oso y cuerpo de a!e de rapiXa. Eran
las encargadas de lle!ar las almas de los muertos al otro mundo.
Los monstruos son, pues, colosales, en muchos casos, y en otros, híbridos
impresionantes. El colosalismo y el hibridismo son dos constantes teratológicas.

Areciación sicológica
Cirlot, en su +iccionario de ímbolos , al tratar de los monstruos, dice 1ue 5stos
aluden a las potencias in$eriores constituyentes de los estratos más pro$undos de la
geología espiritual, )desde donde pueden reactivarse (como el volcán en erupción( y surgir
por la imagen o la acción monstruosa2 . Lo cual ocurre cuando el hombre primiti!o se
apodera del timón del alma.
)*l hombre primitivo (decía te&el( nos acecha todo el día para apoderarse del timón
del alma.2 DJilhelm te&el! Cartas a una Madre! K>F.;
Ese hombre primiti!o=>D es nuestro )hermano tenebroso2, el mister /yde 1ue todos
lle!amos dentro, )la ombra2 1ue ung mienta en sus escritos, tanto más negra y espesa
cuanto menos incorporada en nuestra !ida consciente. Mani$i5stase, por e-emplo, en la
proter!ia y !ilea, en los arran1ues col5ricos y en los arrebatos estrepitosos de la ira, en
la conducta ruin y miserable, en la roXería y me1uindad, en la ignominia y ba-ea.
Neptase a ung por primer aplicante de la !o sombra a la realidad psicológica
reci5n descrita. Ignoro si 5l creyó serlo, pero s5 positi!amente 1ue muchísimos aXos
antes 3íctor /ugo $ue usuario del mismo nombre y con pare-o propósito, segn
mención de )micis en el retrato 1ue nos ha de-ado del incomparable autor de Los
Miserables.
)Tiene (dice( fa0 leonina. $uando abre la boca parece que va a salir de allí un rugido!
y cuando levanta el robusto pu6o parece que no ha de ba/arlo más que para triturar alguna cosa.
*n aquellos momentos se lee en su semblante la historia de todas sus luchas y todos sus dolores!
la tenacidad férrea de su naturale0a! los negros fantasmas de su imaginación! sus for0ados! sus
féretros! sus iras! sus odios' toda ,la sombra-! como diría él! todo ,el lado negro- de sus obras.N
D*dmundo de 7micis! @deas sobre el 5ostro y el Lengua/e! OO<4OO=.;
La "ombra es un hecho psicológico incontro!ertible, y por consiguiente, tambi5n
los monstruos.
Los monstruos no nos son etrínsecos, sino intrínsecos. 3er la monstruosidad en
la casa del !ecino sin !erla primero en la nuestra, o personi$icarla en el $orastero o en el
etraXo a la tribu, es pi$ia considerable de malísimas consecuencias.
Erich 9eumann ha sostenido, $undadamente, 1ue todo ser humano tiene una
$unción de in$erioridad y una "ombra, y 1ue es tarea muy necesaria, aun1ue de notable
arduidad, aceptar la propia imper$ección: lo sólito es inaceptarla, !ale decir,
imposibilitar la conducta integrada y coherente.
) los inaceptantes, 1ue son legión, les puede ocurrir 1ue un buen día, a eso de las
tres de la maXana, un ser de$orme, de mirada $i-a y o$ensi!a, los despierte
!iolentamente y, tomándolos por la garganta, les diga eclamati!o y $iero
)PBo también quiero formar parte de tu vidaQ2
Ese !isitante nocturno es el Monstruo, el in1uilino al 1ue no lo 1ueremos saber
in1uilino y al 1ue no podemos, sin embargo, desahuciar.
)í (declara convencid o 8uillermo +ía043la/a(' el mundo de los monstruos está con
nosotros. 9os persigue' forma! acaso! las raíces más profundas de nuestra civili0ación. Más a1n:
nos es consustancial. 9os atreveríamos a decir que el ,Mare Tenebrarum- lo llevamos todos
dentro del alma. A! a1n más! si queréis: el monstruo somos nosotros mismos.2 D8uillermo +ía04
3la/a! Los Monstruos y Atras Literaturas! R4R<.; KO
8 a mayor abundamiento
)Sier&egaard había oído contar a su padre la historia del bandido generoso. e quedó muy
impresionado. 7l subir a su cuarto se miró al espe/o. Le entró una gran crisis de angustia. Gué
vio Sier&egaard en el espe/oU *l monstruo que todos llevamos dentro! la posibilidad de
convertirse en criminal.2 DEuan Eosé Lópe0 @bor! 5asgos 9euróticos de 9uestro Tiempo! R4'
véanse también las páginas >O! OV>4OV?.;
) 1uienes les pareca ecesi!o o completamente inadmisible reconocerse
monstruos, les recomiendo 1ue lean el siguiente pasa-e de los*nsayos de Montaigne
)Lo que nosotros llamamos "onstruos! no lo son a los o/os de +ios! quien ve en la
inmensidad de su obra! la infinidad de formas que comprendió en ella. *s de presumir que esta
figura que nos sorprende Kel monstruo se relacione con alguna del mismo género! desconocida
para el hombre! y que se fundamente en ella. +e la infinita sabiduría divina no emana nada que
no sea bueno! natural y conforme al orden! pero nosotros no vemos la correspondencia ni la
relación.2 DMontaigne! *nsayos! Libro egundo! c. FV.;
En resumidas cuentas, los monstruos no son monstruosos para #ios.
)h, este Montaigne=UD`

*La bella " la bestia+


Madame Leprince de &eaumont escribió 'La &elle et la &te(, cuento $antástico,
lleno de simbolismo y en el 1ue gracias al amor de la &ella, compasi!a, la &estia recobra
su $igura !erdadera la de un hermoso príncipe. O $f. . ). P5re+Nio-a, +iccionario de
ímbolos y Mitos! s. v. '&ella y el Monstruo, La(.T
Es la redención por el )mor. El )mor triun$a de todas las cosas, 7mor vincit
omnia, el )mor lo !ence todo, incluso la monstruosidad. )sí como el )lighieri idealió a
&eatri y #on Rui-ote creó a #ulcinea, muchas bellas podrían idealiar a no pocos
monstruos de la realidad, habida cuenta de 1ue 5stos tengan hermosa el alma:
teni5ndola, podrán, al cabo, por obra del amor, con!ertirse, como el protagonista del
cuento, en príncipes $abulosos. Me parece 1ue 5sta es la lectura 1ue debe hacerse de la
redención por el amor de seres monstruosos. Pero 1ue el solo amor pueda redimir a
seres monstruosos de cuerpo y alma, lo -ugo menos con!incente.

,tem más
El psicópata #a!id /eroYit, alias 'El /i-o de "am(, mató en >BHH, en 9ue!a
8or, a seis mu-eres. Lograron prenderlo, $elimente, y lo recluyeron en el ]ings
Country /ospital neoyor1uino. 0enía a la saón !einticuatro aXos. "e le tildó
inmediatamente de monstruo' sin embargo de lo cual, o me-or dicho, a causa de lo cual,
resultó monstruosamente atracti!o para muchas mu-eres.
En el amor, o lo 1ue $uere, no s5, por1ue ya el amor, concepto amplísimo, o no
signi$ica nada, o signi$ica todo, y por lo tanto desir!e para indicar algo preciso: el amor,
decía, o el prurito erótico del momento, o la compasión $ácil, o el simple atracti!o de lo
inusual, o, en $in, tantas cosas: bueno QprosigoQ, el amor Oy esto ya se ha repetido
hasta el cansancioT, no conoce de barreras ni distingos, atraca con todo, hasta con el /i-o
de "am.
)+iariamente (refiere el asesino( recibo cartas de simpáticas /ovencitas que me
profesan su amor. Hna de las 1ltimas dice así: ),Tengo veinte a6os pero no soy como el resto de
chicas de mi edad. iento que la prensa te está utili0ando como artículo de consumo' para ellos
no eres más que un producto comercial basado en fantasías que no comprenden. Guiero ser tu
amigaC y algo más. 7unque me da vergWen0a decírtelo! creo que te amo.-
)La 1ltima carta que pienso responder es la de una muchacha muy atractiva que se llama
7lice y que me mandó su foto. +ice:
),*n un principio tu caso me pareció muy etra6o. %erdaderamente te tenía miedo.
$uando te apresaron comencé a tenerte lástima y! posteriormente! simpatía. *res un bicho raro y
hasta diría que muy interesante. 3ara que tus días no sean tan grises! te propongo
intercambiarnos dibu/itos. Ternura va! ternura vieneC 7lgunos a6os más! y sales ba/o fian0aC
Hn beso! te quiere mucho! 7lice.-
)Me fascina (confiesa +avid #er&oXit0( tener pendiente a medio mundo de mis
declaraciones.2
En resumidas cuentas, presumo 1ue si hay algo más interesante 1ue un
monstruo, entonces debe de ser otro monstruo, pero más monstruoso.
III Introducción a la ludología
)*staba K3ablo 9eruda centrado en lo l1dico de la eistencia. eguía siendo un ni6o! tenía /uguetes en su
dormitorio' muchas veces lo acompa6é a comprar /uguetes! perdía horas con /uguetes.2
Oorge EdYards, en una con!ersación con )l$redo &arnechea, incluida en el libro de 5ste, 3eregrinos de
la Lengua. $onfesiones de los grandes autores latinoamericanos .T

#onsideraciones e timológico-semánticas
Por /uego se entiende, normalmente, una acti!idad o e-ercicio recreati!o, por lo
general sometido a reglas, en el cual se gana o se pierde. Eugar, dice el #iccionario, es
hacer algo por espíritu de alegría y con el solo $in de entretenerse o di!ertirse.
El !ocablo /uego procede del latín iocus, di!ersión, chana, burla. locari, en latín,
signi$ica chancearse, di!ertirse, burlarse, bromear. Por eso decimos /ocoso de lo 1ue es
di!ertido y gracioso: y al 1ue antiguamente Qpor dineroQ di!ertía al pueblo con sus
cantos, bailes y -uegos, se le llamaba /uglar, y /uglar se decía tambi5n del 1ue, por
estipendio o dádi!as, recitaba poesías tro!adorescas para recreo de reyes y magnates.
Eocoso y /uglar son deri!ados de iocus, broma, chiste, -o!ialidad, $iesta, di!ersión, recreo.
En latín, para signi$icar /uego no se decía iocus, sino ludus' y l1dere Qno iocari(
denotaba /ugar. Cierto 1ue l1dere tenía secundariamente el signi$icado 1ue
primariamente tenía iocari. L1dere !alía -ugar, entregarse a un e-ercicio, hacer o practicar
e-ercicios corporales: !alía tambi5n escribir cosas ligeras, componer, cantar, desempeXar
un papel. )demás, segn di-e, la denotación accesoria de l1dere era distraerse, solaarse,
entretenerse, entregarse a los placeres de los sentidos.
Palmaria relación hay entre lo di!ertido y lo ldico, pero en lo antiguo nombrar
lo ldico no comunicaba a un tiempo OhogaXo es igualT lo di!ertido Ohabía otro !ocablo
para eso, iocariT: por eso Cicerón, cuando 1uiere indicar 1ue está hablando en broma, no
se limita a decir )per ludum2, sino )per ludum et /ocum2 .
) pesar de 1ue l1dere era el !erbo propio para signi$icar /ugar, el 1ue pasó a las
lenguas románicas $ue iocari. 8 así tenemos, en $ranc 5s, /ouer' en italiano, giocare' en
portug5s, /ogar' en rumano, yuca' y lo mismo las !oces correspondientes en catalán y
pro!enal.
El ludus latino está presente en una serie de !oces nuestras: !erbigracia, preludio!
interludio! eludir! coludir! ludibrio' pero ludir, en el sentido recto de /ugar , no consta en el
#iccionario de la )cademia, el cual, por otra parte, solamente en su !ig5sima edición de
>B?A, acogió el ad-eti!o l1dico, deri!ado de ludo, castellaniaron de ludus, y de uso
bastante general entre gente culta. La )cademia 1uería 1ue di-5semos l1dicro, 1ue nadie
dice, y 1ue como seXala Corominas es un latinismo crudo 1ue entró en el leicón o$icial
en >BUB.
El estudio, tratado, discurso, doctrina o ciencia del -uego se llama ludología.

Escase bibliográ'ica
9o obstante ser el -uego tema de gran inter5s y mucha importancia, el material
bibliográ$ico correspondiente es ralo, al menos en espaXol. En !arios aXos de
recolección, he logrado allegar unos cincuenta títulos, los más de ellos, artículos de
enciclopedias y diccionarios, estudios sueltos, ensayos, ensayículos y ensayetes, y
capítulos de libros cuyo asunto principal no es el -uego: pero escasean las obras
dedicadas eclusi!amente a 5ste: habrá cuatro o cinco, de las cuales sólo dos son
!erdaderamente estimables.
En primer lugar, la $amosa obra de ohan /uiinga, publicada en >BU?, #omo
Ludens, es decir, #ombre Ludiente! #ombre Eugante. 8 en segundo lugar, la obra de Noger
Caillois, publicada !einte aXos despu5s de la /uiinga y 1ue se titula Teoría de los
Euegos.

El .uego! seg/n uiinga


Mal haríamos si no reconoci5semos lo 1ue tiene de srcinal e in$ormati!o el
aporte ldico de /uiinga: pero tambi5n es opinable: lo cual, por supuesto, resulta
insorprendente. En ciencia, y en general en los tratados y ensayos relati!os a cual1uier
materia, toda contribución es en principio discutible, y si no se la discute es por1ue no
ha sido leída o por1ue ha sido leída por un ignorante.
#omo Ludens es discutible, entre otras cosas por1ue su autor se ocupa
principalmente del -uego agonal, 1ue es una de las clases de -uego.
La !erdad es 1ue este ilustre pro$esor de Leyden se enamoró del tema y llegó a
considerar 1ue el -uego era como #ios, presencia ubicua, realidad di$luente, o como se
dice en ing
pervading l5s, pervading
, segn /uiinga., o an más en$áticamente, all4pervading. El -uego es all4
El -uego se aprecia en la religión, en la msica, en la poesía, en el uso de la
peluca, en todo. 8 el -uego no es, para /uiinga, producto cultural: antes bien, la cultura
surge en $orma de -uego: la cultura, al principio, se -uega. La competición y la ehibición
no emergen de la cultura como di!ersiones, sino 1ue más bien la preceden. 8 al paso
1ue para la cultura el -uego agonal es $ecundo, siente /uiinga 1ue el indi!idual, el 1ue
-uega el indi!iduo nicamente para sí, no lo es.
9o una sino !arias !eces de$ine /uiinga el -uego, adecuando en cada caso la
de$inición al punto en 1ue está en$rascado. Las de$iniciones, si bien distintas, no lo son
completamente: conser!an elementos comunes. 3eámoslas.
Primera de'inición
)+esde el punto de vista de la forma! se puede definir el /uego! en breves términos! como
una acción libre! sentida como ficticia y situada al margen de la vida cotidiana' capa0! sin
embargo! de absorber totalmente al /ugador' una acción desprovista de todo interés material y de
toda utilidad! que acontece en un tiempo y en un espacio epresamente determinados! se
desarrolla seg1n reglas establecidas y suscita en la vida las relaciones entre grupos que!
deliberadamente! se rodean de misterio o acent1an mediante el disfra0 su etra6e0a frente al
mundo habitual.2
"i sostu!i5ramos, como se acaba de decir, 1ue el -uego es acción despro!ista de
todo inter5s material y de toda utilidad, entonces ecluiríamos de un plumao los
-uegos de aar y las apuestas. Menuda eclusión.
)demás, si bien es cierto 1ue el -uego, cuando es cenacular, puede rodearse de
misterio y secreto, no todos los -uegos son así los hay pblicos, ostentosos y
espectaculares.
Por ltimo, la de$inición de /uiinga sólo con!iene a los -uegos en 1ue la acción
se desen!uel!e como si' el niXo 1ue -uega a los detecti!es como si $uera detecti!e, o el 1ue
se monta en un palo y lo cabalga como si $uera un caballo: etc5tera. Pero no en todos los
-uegos actan los -ugadores como si.

&egunda de'inición
)*l /uego es una acción o una actividad voluntaria! reali0ada dentro de ciertos límites
fi/os de tiempo y lugar! seg1n reglas libremente consentidas! pero absolutamente imperiosas'
acción que tiene su fin en sí misma! acompa6ada de un sentimiento de tensión y /1bilo y de la
conciencia de ser de otro "odo que en la vida real2
En la primera de$inición había dicho /uiinga 1ue el -uego era acción libre: en la
segunda dice 1ue es !oluntaria. 0al !e haya 1uerido signi$icar lo mismo, por1ue
aparentemente se re$iere a la libertad de la !oluntad. )hora bien, en este sentido, la
libertad es la propiedad 1ue tiene la !oluntad de no estar determinada en sus actos, ni
desde dentro ni desde $uera. )l acto libre precede una deliberación en la cual el
entendimiento pesa los moti!os 1ue puedan inclinar a la !oluntad en un sentido o en
otro. En todo acto libre es necesario 1ue la !oluntad se decida sin estar determinada
irresistiblemente por ningn moti!o, por1ue si no el acto no sería libre.
"abido es 1ue los deterministas admiten la in$luencia irresistible de los moti!os y
niegan por eso la libertad, por1ue suponen 1ue la !oluntad obra siempre determinada
por algn moti!o.
/abría 1ue preguntarse, sin embargo, con respecto al -uego in$antil, si los niXos
someten el acto de -ugar a pre!ia deliberación, para a!eriguar si !an a -ugar o no.
ersild, especialista en psicología in$antil, mani$iesta sobre el particular lo siguiente
)*l /uego del ni6o es una ocupación seria. 8ran parte del traba/o de la infancia se hace
por medio del /uego' ésta es una actividad que reali0a el ni6o #or$ue la necesita! porque es
suficiente y remuneradora por sí misma.2
"i el niXo -uega porque necesita /ugar, entonces su acción ldica no es libre, ya 1ue
está determinada por la necesidad, o sea por un impulso irresistible 1ue hace 1ue las
cosas obren in$aliblemente en cierto sentido.
Consciente /uiinga de esta ob-eción, sostiene 1ue el niXo y el animal -uegan
por1ue encuentran gusto en ello, y en esto consiste precisamente su libertad . Con lo cual
hace consistir la libertad en el e$ecto placentero de su acción, desentendi5ndose
sagamente de la determinación o indeterminación de 5sta.
Por otra parte, conocemos el caso de -ugadores 1ue no pueden de-ar de -ugar, 1ue
están en!iciados con el -uego y 1ue son capaces de -ugarse hasta la camisa. El gran
#ostoie!si era un -ugador así. Nen5 F[lop+Miller publicó al respecto un estudio
titulado Dostoie%s&i a" 'oulette D+ostoievs&i en la 5uleta T.
Estos -ugadores, e!identemente, no son libres, por la imperiosa necesidad 1ue los
acicatea a -ugar: el suyo no sería, pues, -uego, ni ellos -ugadores, puesto 1ue lo 1ue
hacen está, no simplemente determinado, sino !iolentamente determinado. Podríamos
tildarlos de neuróticos compulsi!os: pero, desde luego, tanto el patologiarlos cuanto el
trámite epediti!o de eliminarlos del área ldica, se prestan a mucha discusión.
)l no mencionar /uiinga, en su segunda de$inición del -uego, la despro!isión,
atribuida en la primera, de todo inter5s material y de toda utilidad, admite tácitamente
los -uegos de aar y las apuestas.
Por otra parte, 1ue la acti!idad ldica se desen!uel!a dentro de ciertos límites
espacio+temporales y segn reglas, esto !ale naturalmente para muchos -uegos, pero es
inaplicable a otros: por e-emplo, el -uego de la cometa, las palabras cruadas, el
rompecabeas, el sube y ba-a, el tobogán, el hula+hula, el bolero, etc5tera.

1ercera de'inición
)*l /uego es una acción que se desarrolla dentro de ciertos límites de tiempo! espacio y
sentido! en un orden visible! seg1n reglas libremente aceptadas y fuera de la esfera de la utilidad
o de la necesidad material. *l estado de ánimo que corresponde al /uego es el arrebato y
entusiasmo! ya sea de tipo sagrado o puramente festivo! seg1n que el /uego sea! a su ve0! una
consagración o un regoci/o. La acción se acompa6a de sentimiento de elevación y de tensión y
conduce a la alegría y al abandono.2
/uiinga reintroduce, en esta de$inición, la supuesta despro!isión de lo
utilitario, ecluyendo, por consecuencia, los -uegos de aar y las apuestas. 3uel!e a
cometer, pues, el error cometido en la primera de$inición e incometido en la segunda.
Finalmente, es cierto 1ue en algunos -uegos el -ugador se arrebata y entusiasma:
pero en otros no, como el a-edre, 1ue es un -uego 1ue llamaremos cerebral, de
recogimiento y concentración.
El .uego! seg/n #aillois
El ludólogo $ranc5s Noger Caillois de$ine el -uego de la siguiente manera
)*l /uego es una actividad: ; Li(re) a la cual el /ugador no podría obligarse sin que el
/uego pierda en seguida su naturale0a de diversión atractiva y alegre' O; Se#arada) circunscrita
a límites de espacio y tiempo precisos y fi/ados de antemano' F; Incierta) cuyo desarrollo no
podría determinarse! ni conocerse previamente el resultado! pues cierta lentitud en la necesidad
de inventar debe obligatoriamente de/arse a la iniciativa del /ugador' R; I"#roductiva) que no
crea bienes! ni rique0a! ni elemento nuevo de ninguna clase' y! salvo despla0amiento de
propiedad en el seno del círculo de /ugadores! acaba en una situación idéntica a la del comien0o
de la partida' ; 'egla"entada) sometida a convenciones que suspenden las leyes ordinarias y
que instauran una legislación nueva! que es la 1nica que cuenta' <; *icticia) acompa6ada de
una conciencia específica de realidad segunda o de franca irrealidad en relación con la vida
corriente.2 D$aillois! +eor,a de los -uegos! O4OO.;
) -uicio de Caillois, la acti!idad ldica no es reglamentada y $icticia, sino
reglamentada o $icticia. Muchos -uegos no permiten reglas. Para -ugar a las muXecas no
hay reglas $i-as ni rígidas: tampoco para -ugar a los soldaditos, a los ladrones y
celadores, a los bandidos, etc5tera. Estos -uegos suponen libre impro!isación y atraen
sobre todo por la permisión 1ue tiene uno de desen!ol!erse en ellos como si , esto es,
$ingiendo. #ice al respecto Caillois 1ue la $icción, el sentimiento de como si, reemplaa a
la regla y cumple eactamente la misma $unción.
Más ordenado y cuidadoso 1ue /uiinga, a 1uien por lo demás ha criticado con
$undamento, Caillois no tiene ningn incon!eniente en reconocer 1ue su propia
de$inición de -uego es inaplicable a ciertos -uegos, o en todo caso sólo imper$ectamente
aplicable: aludo, entre otros, al acerti-o, el solitario, el tio!i!o, el crucigrama y el
columpio.

#lasi'icación de los .uegos


Caillois o$rece tambi5n una clasi$icación de los -uegos. Consciente de la di$icultad
1ue encierra seme-ante tarea, =WDel ilustre ludólogo no pretende 1ue reputemos por
clasi$icación de$initi!a la suya . )precie el lector lo arduo del designio, leyendo las
consideraciones siguientes de Caillois
)La multitud y variedad infinita de los /uegos nos resultan a primera vista desesperantes
cuando queremos descubrir un principio de clasificación que permita repartirlos en un peque6o
n1mero de categorías bien definidas.
)7demás! presentan tantos aspectos diferentes como m1ltiples son los puntos de vista. *l
vocabulario corriente muestra bastante hasta qué punto el espíritu queda vacilante e incierto' de
hecho! emplea varias clasificaciones concurrentes.
)9o tiene sentido oponer los /uegos de cartas a los de destre0a! ni oponer los /uegos de
salón a los de estadio. *n efecto! en un caso se elige como criterio de distribución el instrumento
del /uego! en el otro la cualidad principal que eige! en un tercer caso el n1mero de los /ugadores
y el ambiente de la partida! y! en fin! en el 1ltimo! el lugar donde se disputa la prueba.
)7demás! y esto es lo que complica todo! hay /uegos a los que se puede /ugar solo! o con
otros. Hn mismo /uego puede eigir varias cualidades a la ve0! o no necesitar de ninguna. *n un
mismo lugar se puede /ugar a /uegos muy diferentes: el tiovivo y el diábolo! ambos son /uegos al
aire libre' pero el ni6o que disfruta pasivamente del placer de verse movido por las vueltas que
dan los caballitos! no está en el mismo estado de espíritu que el que se emplea a fondo para
recoger correctamente su diábolo.2
#e los -uegos reci5n dichos, in$ormemos 1ue el tiovivo es recreo $erial consistente
en una má1uina giratoria 1ue arrastra caballitos de madera en los 1ue se montan los
niXos: y el diábolo, un -uguete en $orma de carrete 1ue se arro-a al aire imprimi5ndole un
mo!imiento muy rápido de rotación.
)3or otra parte (agrega $aillois(! muchos /uegos se /uegan sin instrumentos ni
accesorios. 7 lo cual se a6ade el que un mismo accesorio puede servir para funciones dispares
seg1n el /uego considerado: las bolas son en general instrumento de un /uego de destre0a! pero
uno de los /ugadores acaso pretenda adivinar el n1mero par o impar de bolas que contiene la
mano cerrada de su adversario! y entonces se convierten en el instrumento de un /uego de a0ar.2

Princiales clases de .uego


Caillois distingue cuatro clases principales de -uego
>T agón: son los -uegos de competición, los -uegos agonales o agonísticos, de
en$rentamiento y lucha. Necu5rdese, a este propósito, 1ue la agonía es la lucha de la !ida
contra la muerte.
Los -ugadores son ri!ales: antagonian y contienden. Cuando el ludólogo
/uiinga dice, en #omo Ludens , 1ue el -uego arrebata y electria, está pensando,
indudablemente, en esta clase de -uego.
ST álea: !o latina con 1ue se designan generalmente los -uegos de aar, y
particularmente el -uego de dados.
El -uego agonal es rei!indicación de la responsabilidad personal: el -uego de aar,
dimisión de la !oluntad, abandono al destino. El -ugador no hace más 1ue aguardar,
preocupado y tenso, la sentencia de la suerte. 9o trata, como el agonista, de !encer a un
ad!ersario: espera solamente ser $a!orecido por la $ortuna.
UT mimicry: palabra del idioma ingl5s con 1ue se designa el mimetismo,
principalmente de los insectos. Mimicry es la acción y e$ecto de to mimic, simular, imitar,
copiar, $ingir, hacer como si.
Mimicry! mimetismo! mimo , deri!an del griego mimesis, y 5ste de mimeomai, imitar,
remedar.
0odo -uego supone la aceptación temporal, si no de una ilusión, de un uni!erso
cerrado, con!encional y, en ciertos aspectos, $icticio.
Entrar en el -uego es una ilusión, al menos etimológicamente, puesto 1ue ilusión
signi$ica entrada en -uego in4lusio. &ien dice /uiinga 1ue -ugar es ser de otro modo 1ue
en la !ida real. El -uego es un par5ntesis en la cotidianidad.
El -uego puede consistir, no en desplegar una acti!idad O agónT, o esperar
pasi!amente el !eredicto del destino O áleaT, sino en con!ertirse uno mismo en un
persona-e ilusorio y obrar en consecuenciaDmimicry;.
El 1ue -uega, lo hace creyendo o haciendo creer a los demás 1ue 5l es distinto de
sí propio: se despo-a pasa-eramente de su personalidad y $inge otra. Para lo cual se
dis$raa, se ma1uilla, se pone una máscara, una peluca, barba y bigote, un tra-e de
!a1uero o el atuendo de un ma$ioso: en $in, se des+$igura y se re+$igura e interpreta un
persona-e. Comiena entonces a actuarcomo si.
El niXo, por e-emplo, $inge ser soldado, policía, pirata, marciano: hace como si
$uera un a!ión etendiendo los braos e imitando el ruido del motor. Etc5tera.
Pero los -uegos de mimicry no se limitan al mundo in$antil. 0ambi5n los adultos
los -uegan, cuando !an a un baile de dis$races. Finalmente, la representación teatral
entra por derecho propio en este grupo.
AT ilin: !o griega 1ue signi$ica torbellino o remolino de agua: deri!ación de
ilin es ilingos, !5rtigo.
Los -uegos de esta clase son !ertiginosos y en muchos casos de gran riesgo: su
propósito es destruir la estabilidad de la percepción e in$ligir a la conciencia lcida una
especie de pánico !oluptuoso. Por el !5rtigo se trata de acceder a una suerte de
espasmo o trance, a un aturdimiento 1ue ani1uila la realidad bruscamente.
La turbación 1ue pro!oca el !5rtigo se ha buscado de antiguo. &aste citar a los
der!iches girantes, 1ue en e-ercicio orgiástico dan !ueltas sobre sí mismos, con rapide
creciente, segn !aya intensi$icándose el batir del tambor, 1ue llega a ser
precipitadísimo. Mo!imiento de rotación $ren5tico 1ue culmina en el 5tasis.
"aben muy bien los niXos, por lo demás, 1ue dando !ueltas sobre sí mismos
alcanan un estado centrí$ugo de huida y escapada, tras el cual sólo lentamente !uel!e
el cuerpo a encontrar su posición, y la percepción su nitide. Es acti!idad ldica
emborrachante y placentera.
Pro!ocan sensaciones parecidas el tobogán, el sube y ba-a, el columpio, el tio!i!o,
el ascensor, el desliamiento, la !elocidad, la aceleración.
El es1uí, por e-emplo, es ilin, y tambi5n conducir el automó!il a cien ilómetros
por hora, y despu5s a ciento cincuenta y por ltimo a doscientos. Lo 1ue cuenta es la
!ertiginosidad y la turbación, el rapto y el trance, o para decirlo de una !e, el orgasmo,
el gratísimo deli1uio o desconcierto $eli.
En el ilin, el -ugador desconcierta a la conciencia, escapa a la tiranía de la
percepción, destruye transitoriamente la estabilidad y el e1uilibrio de su cuerpo.
Las categorías l/dicas no son 2uímicamente uras
Estas cuatro categorías ldicas no son, desde luego, puras. 7gón, por e-emplo, se
relaciona con mimicry y tiene así mismo componente de !5rtigo. /ay una serie de
combinaciones. Cuando #ostoie!si -ugaba a la ruleta O áleaT, lo hacía a$anoso de
asomarse a los abismos OilinT. %Yeig ha dicho, y muy -ustamente, 1ue lo 1ue buscaba
#ostoie!si en la ruleta era una intensa embriague ner!iosa, una angustia pánica.
)ntes 1ue dinero, 1uería $renesí.

*Ludus+ " *aidia+


Cuando el -uego se institucionalia y, sometido a reglas, resulta $ructí$ero para la
cultura, con!iene a 5l, propiamente, segn Caillois, el t5rmino ludus. Pero hay otras
mani$estaciones ldicas anteriores, de carácter espontáneo y 1ue satis$acen una
necesidad de distracción, rela-ación y $antasía. "on mani$estaciones ldicas
impro!isadas, $uente de entretenimiento y recreo.
El gato enredado con la made-a y el bebe 1ue -uega con la sona-a son las primeras
mani$estaciones identi$icables de esta acti!idad, 1ue traduce una agitación inmediata y
desordenada, espontánea, natural, como son las cabriolas, las !olteretas, los brincos y la
batahola. Constituyen, en $in, la clase de -uegos 1ue Caillois llama paidia Odel griego
paidós, niXoT.
#e estas mani$estaciones ldicas incon!encionales se pasa a las con!encionales,
como son el -uego del escondite, la gallina ciega, las muXecas, la cometa: en todos ellos
hay 1ue !encer ya una di$icultad: a1uí comiena agón y empiea mimicry' se -uega a los
soldaditos, a la guerra, a los bandidos.
Es interesante notar 1ue los -uegos de aar y los de !5rtigo suelen tener mala
prensa. 9o se les considera constructi!os ni ci!iliadores.
En el caso de álea, por1ue álea es escarnio del traba-o: en el de ilin, por1ue ilin
introduce el torbellino y la obnubilación, el bullicio y el trance, un principio de orgía, la
anulación del yo circunspecto: introduce la intensidad desestabiliadora del placer: y de
todo esto se recela en nuestra almidonada cultura, por1ue se atisba en ello un desa$ío a
lo raonable y con!encional, la presencia in1uietante de la contracultura y la
heterodoia.

Obser%ación 'inal
9ingn ludólogo, ni /uiinga, ni Caillois, nadie ha o$recido hasta ahora una
de$inición absolutamente con!incente del -uego. "e le puede de$inir, poco más o menos,
por la $orma, pero cuando se intenta aprehender el $ondo substancial del -uego, $racasa
el intento. Parece 1ue la esencia del -uego no es de$inible. 9o hay de$inición 1ue pueda
comunicarnos lo más puro, $ino y acendrado del -uego, su íntima naturalea, su
aut5ntica principalía. El -uego es, pues, como la religión, la poesía o la !ida misma
inde$inible.
I3 Erich Fromm " el dogma de #risto
*l +ogma de $risto , publicado por primera !e en )lemania en >BU, es un ensayo
1ue pertenece al período estrictamente $reudiano del autor. Fromm ad!ierte 1ue hoy
son distintas sus opiniones concernientes al asunto, pero 1ue a pesar de ello se ha
resistido a alterar el contenido de su escrito, entre otras cosas por haberle sido imposible
estudiar íntegramente el copioso material histórico publicado en los ltimos treinta
aXos.
"in embargo, el tema es tan interesante y tan sugerente la interpretación, 1ue su
eposición está plenamente -usti$icada. Cuanto más por1ue obras tan estimables como
las de <erner y &randon, le-os de desmentir la interpretación del psicólogo de
Franc$ort, la con$irman parcialmente e indirectamente la apoyan. O)ludo al libro de
M. <erner, The "ormation of $hristian +ogma , y al de ". G. F. &ra ndon, Eesus and the
Iealots.T

4A 2u5 se re'iere la in%estigación6


)La presente investig ación (escribe "romm( se refiere a un problema de psicología
social estrechamente limitado! a saber! la cuestión concerniente a los motivos que condicionan la
evolución de los conceptos acerca de la relación entre +ios 3adre y Ees1s desde los comien0os de
la cristiandad hasta la formulación del credo de 9icea en el siglo T%.2

7na 'antasía colecti%a con 'uncionalidad trile

Con la eplicitud
autor caracteria 1uemani$estando
la religión suele, y antes1ue
de entrar
es unapropiamente en materia,
satis$acción 1ue nuestro
se obtiene en el
reino de la $antasía: es la más antigua de las satis$acciones $antaseadas colecti!amente.
8 esta $antasía colecti!a tiene tres $unciones
O>T Es un consuelo para toda la humanidad $rente a las pri!aciones de la
eistencia.
OST 7n estímulo 1ue permite a la mayoría de seres humanos hacer más lle!adera
la aceptación emocional de su situación de clase.
OUT 7n ali!io para el sentimiento de culpa 1ue causa a la clase dominante el
su$rimiento de los dominados.
"entimiento de culpa 1ue, como todos saben, no es muy grande. )n más
generalmente no eiste.
)+ios (dice "romm( es siempre el aliado de los dorminadores. $uando estos 1ltimos!
que siempre son personalidades reales! se ven epuestos a la crítica! pueden apoyarse en +ios!
quien! en virtud de su irrealidad! se limita a desde6ar la crítica y con su autoridad confirma la
autoridad de la clase dominante.2

4A 2ui5nes atra.o el mensa.e cristiano rimiti%o6


) los pobres, al proletariado de erusal5n, a los labradores, al grupo 1ue !eía
negadas )las oportunidades de vida2 de 1ue habla Ma <eber. Esta masa anal$abeta, los
7m #a4aret0 Oliteralmente, )gente de la tierra2; , sentía odio pro$undo por los $ariseos, y
era por supuesto recíprocamente despreciada por esta ciudadanía urbana media.
Cuando la opresión romana llegó a ser insoportable, este mo!imiento $ue
cobrando mayores proporciones y hubo de mani$estarse en intentos políticos de re!uelta
y liberación, y en toda clase de mo!imientosreligioso4mesiánicos.
Eistía, pues, una indudable con!ulsión social y las masas se iban tornando cada
!e más etremistas: particularmente los sicarios desarrollaron una !erdadera acti!idad
terrorista: eran el ala i1uierda de los celotes o )celosos2 Opor el gr an celo con 1ue
pro$esaban sus principiosT y usaban un puXal o sica y se les conocía por eso como
)hombres4pu6al2=WD, segn apunta Fla!io ose$o en sus 7ntigWedades Eudaicas. OEn latín,
sicarius procede de sica, puXal, y 5ste de secare, cortar, hender, ta-ar.T
)5aras veces (dice Sauts&y( el odio de clases del proletariado moderno ha alcan0ado
formas tales como las que alcan0ó el odio del proletariado cristiano.2

Los rimeros cristianos " la cristología de la rimera


comunidad
Fromm seXala de pasada el carácter $raterno y democrático de los primeros
cristianos: )el comunismo de amor2, como lo llama /arnac.
)Los primeros cristianos (escribe "romm( constituían una hermandad de entusiastas
oprimidos social y económicamente! que se mantenían unidos por un la0o de esperan0a y odio.2
4Ru5 era lo 1ue distinguía a los primeros cristianos de los demás campesinos y
proletarios en su lucha contra Noma6 9o su actitud psí1uica, ciertamente, pues era la
misma: todos, en e$ecto, odiaban a la clase dominante y deseaban su caída y
ani1uilación.
)La diferencia entre ellos (eplica "romm( no residía ni en los presupuestos ni en la
meta y dirección de sus deseos! sino en la esfera en que procuraban cumplirlos.2
E$ecti!amente, mientras los celotes y sicarios 1uerían !er cumplidos sus deseos
en la realidad política, los primeros cristianos lle!aron estos mismos deseos al campo de
la $antasía. )La epresión de esto Qdice FrommQ fue la primitiva fe cristiana! en especial la
primera idea cristiana referente a Ees1s y a su relación con el +ios 3adre.2
La cristología de la primera comunidad puede resumirse así
ess es un hombre escogido por #ios y ele!ado por 5l a la categoría de )Mesías2
y luego a la de )#i/o de +ios2.
4Ru5 signi$icado tenía para los primeros cristianos la $antasía de un hombre
agoniante ele!ado a la categoría de di!inidad6 Es una nue!a $ormulación, dice Fromm,
del antiguo mito de la rebelión del hi-o.
La primiti!a comunidad, grupo oprimido y so-ugado, odiaba a las autoridades,
a la élite 1ue $rustraba el goce de la !ida 1ue buscaban las masas. )También debían de
odiar Qagrega FrommQ a ese +ios que era un aliado de sus opresores! que les permitía sufrir
y ser oprimidos.2
Pero, en el mundo real, no podían suble!arse contra la clase dominante, pues el
$racaso habría sido ine!itable. 4Ru5 hacer, entonces6 Pues trasladar esta situación a la
$antasía y mani$estar ahí, en el mundo $antástico, su hostilidad respecto a #ios Padre.
Conscientemente, odiaban a las autoridades: inconscientemente, al dios paternal.
ess, ele!ado a la categoría de #ios, es un símbolo, segn Fromm, de la
hostilidad inconsciente 1ue los primeros cristianos sentían por #ios Padre: )pues si un
hombre se podía convertir en +ios! este 1ltimo quedaría privado de su privilegiada posición
paterna de ser 1nico e inalcan0able2 .
En resumen el elemento principal de la $antasía cristiana primiti!a es el
desplaamiento del Padre por la identi$icación con el ess su$riente.

El cambio de la creencia rimigenia " su or2u5


Posteriormente, esta creencia de la primera comunidad eperimenta un cambio.
La creencia primigenia, la adopcionista, la de 1ue ess $ue un hombre ele!ado a la
categoría de #ios, se trans$orma en esta otra 1ue ess siempre $ue #ios, 1ue era 7no
con #ios pero distinto de l, y 1ue eistió antes de toda creación.
4Por 1u5 se produ-o este cambio6 Fromm trata de o$recer una respuesta
basándose en el estudio de la gente 1ue despu5s creó ese dogma y creyó en 5l.
#os son los puntos atendibles. En primer lugar, se produce un cambio en la
estructura social de las iglesias cristianas. "us adherentes ya no eran solamente -udíos
1ue creían inminente la segunda !enida de Cristo: eran más bien sirios, griegos y
romanos. Pero además de esta con$luencia de di$erentes nacionalidades, debemos notar
1ue el cristianismo, $ormado principalmente por la clase popular, se había con!ertido
tambi5n en la religión de la clase dominante: o por me-or decir, eperimentó durante
tres centurias esa trans$ormación, lo cual naturalmente tra-o consigo un cambio en la
actitud psí1uica de sus miembros.
)*l punto más importante (escribe "romm( es la desaparición gradual de las
esperan0as escatológicas Ko relativas a la vida de ultratumba que habían constituido el centro de
la fe y esperan0a de la primera comunidad.2
La creencia en la proimidad del Neino de #ios, en la inminencia de la Parusía o
mani$estación de Cristo, se !a paulatinamente debilitando. 8a se cree cada !e menos
en esa presencia salutífera, en esa segunda venida de Cristo.
)7 partir de entonces (se6ala "romm( la carga del mensa/e no estaba en el grito ,el
5eino está próimo-! en la epectativa que el +ía del Euicio y el 5etorno de Ees1s llegarían
pronto' los cristianos ya no miraban hacia el futuro o la historia! sino que más bien miraban
hacia atrás. *l hecho decisivo ya había ocurrido. La aparición de Ees1s ya había representado el
milagro.2
Fromm subraya en su ensayo esta trans$ormación del cristianismo, esta
con!ersión de un mo!imiento de gentes humildes y oprimidas en religión de élite, de
clase dirigente. Comunidad $raterna, inicialmente, el cristianismo se con!irtió despu5s
en la Iglesia, imagen re$le-a de la monar1uía absoluta del Imperio Nomano.
La cristología eclesiástica sostu!o entonces, claro está, 1ue ess no era, como se
había dicho, un hombre ele!ado a la categoría de #ios, sino un #ios 1ue se con!ertía en
hombre. El Concilio de 9icea daría carácter dogmático a esta doctrina de )tanasio.
)*l nuevo cristianismo (afirma "romm( cayó ba/o el lidera0go de la clase dirigente. *l
nuevo dogma de Ees1s fue creado y formulado por este grupo dirigente y sus representantes
intelectuales! no por las masas.2
8 así como la con!ersión de un hombre en #ios simboliaba hostilidad para con
el Padre, la atanasiada, por decirlo así, simboliaba lo contrario ternura y pasi!idad
respecto al Padre. Cámbiase, pues, la satis$acción $antaseada y los cristianos aceptan )la
fantasía armoni0adora del #i/o colocado /unto al 3adre por la libre voluntad de este 1ltimo2.
Cambio teológico, dice Fromm, 1ue es la epresión de uno sociológico, a saber, el
cambio en la $unción social del cristianismo.
Las masas cristianas de-aron de culpar a los dirigentes, de-aron de odiarlos: los
culpables ya no eran los miembros de la élite, sino los integrantes de la propia masa
cristiana, esto es, los su$rientes, los oprimidos, los de aba-o. El reproche contra #ios se
había con!ertido en el reproche contra sí mismos. Esto de culparse a sí propios
resultará, como resulta, estupe$aciente, pero el hecho no tiene !uelta de ho-a y en no
escasa medida $ue posible por obra de la Iglesia, pues $ue ella la 1ue acrecentó el
sentimiento de culpa de las masas. )$ultivó ingeniosamente Qdice FrommQ la condición
psíquica de la cual ella! y también la clase superior! obtuvieron una doble venta/a: la desviación
de la agresión de las masas y la seguridad de su dependencia! gratitud y amor.2
Fromm, 1ue por cierto mal1uiere a la Iglesia, no por anticatólico, sino por1ue le
re!ienta el autoritarismo eclesiástico, me recuerda a "chopenhauer, 1ue igualmente la
desestimaba.
)La @glesia $atólica (decía chopenhauer( es una institución para mendigar el cielo!
que por lo demás sería demasiado incómodo merecer' y los curas son los intermediarios de esa
mendicidad.2

Atanasio " Arrio contro%ierten


Fromm se ocupa, $inalmente, de la contro!ersia entre )tanasio y )rrio. )rrio
rehusaba al /i-o dos cualidades la eternidad y la identidad de substancia con el Padre.
#ecía 1ue eran de substancia seme-ante O homoiousiosT. El /i-o, sostenía )rrio, no es
coeterno con el Padre, sino 1ue $ue engendrado por l, y en consecuencia no eistía
antes del engendramiento. )*l #i/o tiene un comien0o! pero +ios no.2 )tanasio
mani$estaba, contrariamente, 1ue el /i-o era coeterno y consubstancial O homoousiosT con
el Padre.

La signi'icación e$trateológica del con'licto


Este con$licto, 1ue aparentemente sólo tenía importancia teológica, era en el
$ondo el con$licto entre tendencias re!olucionarias y reaccionarias.
)*l dogma arriano (termina diciendo "romm( fue una de las convulsiones finales del
primitivo movimiento cristiano' la victoria de 7tanasio selló la derrota de la religión y de las
esperan0as de los peque6os campesinos! artesanos y proletarios de 3alestina.2

Areciación crítica
#ice 0oynbee 1ue lo distinti!o del proletario es el saberse apartado de su lugar
ancestral en la sociedad. El proletario está en la sociedad pero no es de la sociedad.
)d!ertirlo srcina
sal!a-ismo en 5l un resentimiento
o mani$estarse 1ue areligioso.
en un mo!imiento su !e puede moti!ar una eplosión de
Nepárese en 1ue es 5sta la eplicación histórico+social 1ue Fromm aplica: y no se
piense 1ue se la pidió prestada al historiador ingl5s, por1ue el *studio de la #istoria se
publicó despu5s 1ue *l +ogma de $risto . Pues bien Fromm superpone a dicha
eplicación una interpretación psicoanalítica, cuya premisa es la siguiente la religión es
una $antasía colecti!a en la 1ue se cumplen deseos insatis$echos. )nalicemos esto.
)l considerar 1ue la religión es un substituto de presiones libidinales, Fromm
induce a pensar 1ue la religión es el uso social 1ue se hace de ella. "egn este en$o1ue,
la religión sería una huida de la realidad. )lgunos sociólogos QLipset, por e-emploQ
respaldan en buena cuenta la tesis de nuestro autor cuando a$irman 1ue la religión
me-ora presumiblemente las tensiones del sistema, de estrati$icación, pues des!ía la
atención
)l 1ue se dirige
sugerir 1ue laoreligión
pudieraesdirigirse a talsesistema.
el uso 1ue hace de ella, !a implícita la a$irmación
de 1ue lo 1ue hoy pasa como religión no es lo 1ue debiera. En otras palabras, 1ue lo
espurio ha suplantado a lo aut5ntico. 8 tanto monta decir 1ue los 1ue se proclaman
religiosos, así las autoridades como los $ieles, se han apartado gran trecho y aun
completamente de la doctrina srcinal.
La religión, además, y hablando con mayor propiedad, la Iglesia, es un elemento
obstante Oy de los considerablesT para 1ue el pueblo logre su independencia psí1uica.
Pero a un tiempo 1ue obsta este deseo de libertad interior, con$iere una cierta medida
de satis$acción a las masas para 1ue se resignen más sencillamente a las muchas
$rustraciones 1ue les depara la !ida.
"i hoy echamos un !istao a lo 1ue se llama religión, habremos de con!enir en
1ue eso no es ni puede ser el $ruto saonado del sistema primigenio. "e trata más bien
de una cierta mecla abigarrada, con un gran $ondo popular, donde -unto a las
de!ociones sinceras, pululan y cunden la taumaturgia y la magia, lo cual des!irta la $e
y la !a etinguiendo.
3eamos ahora cómo raona Fromm para eplicar los deseos de los primeros
cristianos.
)nte todo se !e obligado a imaginar !arias transposiciones. Primero es el hi-o
1ue odia al padre: luego el odio se dirige a las autoridades so-ugadoras, y como #ios es
aliado de 5stas, tambi5n #ios es odiado, aun1ue inconscientemente. 0rastrocamiento
posible como ocurrencia indi!idual, pero di$ícilmente concebible como eperiencia
colecti!a.
"e me dirá 1ue el reparo no es pertinente, pues la psicología social estudia las
tendencias del grupo, las características medias 1ue son comunes a todos los
indi!iduos. )demás, lo !inculante del trastrocamiento es su relación con la misma
eperiencia interna. Los distintos cambios no indican propiamente una serie causal, sino
una coneión de episodios entrelaados por un mismo sentimiento.
#e acuerdo: pero no es el proceso lo impugnable: lo incon!incente es
generaliarlo a toda una colecti!idad. Fromm supone 1ue la actitud de los primeros
cristianos era homog5nea, 1ue compartían la misma preocupación por la realidad
eterna: pero tambi5n se !e en la necesidad de suponer 1ue inconscientemente la
primiti!a comunidad $uncionaba de la misma manera, con armonía de con-unto.
La primera proposición es !erosímil, pero la segunda es incierta. 35ase, si no, la
!aguedad de esta a$irmación )Todos debían de odiar a ese +ios =`D.( "in embargo, se
podría arg[ir 1ue si las reacciones conscientes del grupo son iguales, entonces no hay
raón para estimar 1ue las inconscientes no lo sean, sal!o 1ue parece raro 1ue tal hecho
aconteca: pero no hay ley natural 1ue impida 1ue las cosas 1ue parecen etraXas
sucedan.
"ea como $uere, el problema no es sencillo: y la interpretación de Fromm,
e!identemente opinable, es atracti!a.
Comentando el propio autor su traba-o, !eintitr5s aXos despu5s de haberlo
publicado en )lemania, dice seguir creyendo 1ue la $unción social de la religión cumple
el doble propósito de ser un substituto de satis$acciones reales y un medio de control
social. 8 agrega 1ue )hoy destacaría también la opinión Dque ya entonces tenía; que la historia
de la religión refle/a la historia de la evolución espiritual del hombre2 .
3 La elección de are.a
El tema de la pare-a está lleno de lugares comunes, esos )villanos lugares comunes2
a los 1ue se re$ería &lanco+Fombona: $rases hechas, epresiones trilladas, declaraciones
romanticonas o romanticoides y !enta de ilusiones. Es muy corriente 1ue al hablar de la
pare-a se prodiguen tonterías y se re$uercen o se traten de re$orar creencias
delenables.
Puesto 1ue yo no me complaco en repetir inepcias y tampoco soy !endedor de
ilusiones, o como decía Gonále Prada, )mercachifle de felicidad p1blica2 , !oy a
ocuparme de la pare-a seriamente, ob-eti!amente. Necuerdo, a este propósito, uno de los
'Poemas /umanos( de C5sar 3alle-o, a1uel 1ue dice
)$onsiderando en frío! imparcialmente! Y que el hombre es triste! tose y! sin embargo! Y se
complace en su pecho colorado' Y que lo 1nico que hace es componerse Y de días' Y que es lóbrego
mamífero y se peinaC2
Pues bien considerando en $río, imparcialmente, lo 1ue es la pare-a, 41u5 es lo
primero 1ue !emos, lo primero 1ue comprobamos, o 1ue constatamos, como dicen los
amigos de la galiparla6

La rimera comrobación
Lo primero 1ue comprobamos es 1ue la elección de pare-a es generalmente un
error. Los electores se e1ui!ocan casi siempre. Claro 1ue esto al principio no se nota
por1ue eiste el $enómeno del enamoramiento, 1ue como todos saben es una etapa en
1ue la pare-a pierde el seso y tiene un r5gimen atencional anómalo y en 1ue cada uno !e
en el otro solamente per$ecciones, o cree !erlas. #espu5s, cuando amaina el temporal,
aparecen las imper$ecciones y entonces !iene lo bueno.

48 sin enamoramiento6
"e podría pensar 1ue sin enamoramiento no habría e1ui!ocación, o la habría en
menor medida. 8o me permito dudar de esto. En realidad, el enamoramiento no causa
el error, sino 1ue lo agra!a, lo ampli$ica. "in enamoramiento, tambi5n se cometería la
e1ui!ocación, aun1ue naturalmente sería menos llamati!a y espectacular. Con
enamoramiento, suele ser aparatosa, miguelangelesca.
8 conste se trata de una e1ui!ocación, de un desacierto, de un error persistente y
pertina. 8 aun1ue es !erdad 1ue errar es humano, segn rea la antigua sentencia
)*rrare humanum est2. Con!endría en este caso citar la segunda parte de esa sentencia,
1ue nunca se cita, por1ue no con!iene, y 1ue dice )perseverare autem diabolicum2, pero
es diabólico perse!erar en el error. 8 -ustamente en la elección de pare-a se trata de eso,
de la perse!erancia de un error.

El or2u5 de tanta e2ui%ocación


Pregunt5monos, pues, por 1u5 se e1ui!oca tanto y tan repetidamente el ser
humano al empare-arse: 1u5 le pasa a este lóbrego mamí$ero 1ue se peina, como decía
3alle-o.
0ratemos de a!eriguarlo rápidamente.
/ay un hecho incontro!ertible, ya seXalado por Loren y otros cientí$icos de la
Escuela Etológica contemporánea, y es la etraordinaria desproporción entre lo 1ue ha
logrado el hombre en relación con el dominio de la naturalea y la con1uista del espacio
eterior, y lo 1ue ha logrado respecto al conocimiento de sí propio y al conocimiento de
los demás y a las relaciones con los demás.
El hombre ha sido capa de irse a la Luna, lo cual $ue una haaXa, pero en sus
relaciones interpersonales sigue siendo un ser primiti!o. "e ha ido a la Luna, sí, pero en
lo otro está en la luna de Paita. En nuestras relaciones interpersonales, y por ende en
nuestros empare-amientos, seguimos siendo una nulidad.

7na incaacidad desconcertante


/ay en el hombre, en este sentido, una desconcertante incapacidad de aprender.
El hombre no aprende a conocerse a sí mismo, no aprende a conocer bien a los demás,
se relaciona en general mal y se empare-a en particular peor.
Los etólogos sostienen 1ue ello se debe a 1ue el comportamiento del hombre para
con sus seme-antes está determinado, no tanto por el aprendia-e, cuanto por los
$actores hereditarios o componentes innatos o elementos de $ábrica.
Lacuando
precisos programación
se trata gen5tica
de lo 1ueQl5ase la $ábricaQ
nos concierne nos impone,
íntimamente y depues, límites
lo 1ue muy a
concierne
nuestras relaciones con los demás.

9aturalea " arti'icialea


"5 per$ectamente 1ue a la gente le encanta $or-arse ilusiones y !i!ir en un mundo
$icticio, a$errada a la creencia del )PT1 sí puedesQ2 o al disparate mayor de 1ue )*l cielo es
el límite2.
Pero la realidad es distinta y sobre todo la programación gen5tica. /oy se calcula
1ue lo 1ue traemos de $ábrica e1ui!ale a un ochenta por ciento de lo 1ue somos. "omos,
pues, mayoritariamentenaturale0a, y minoritariamente, artificiale0a, !ale decir, cultura.
/ay casos ecepcionales en 1ue la gente, a pesar del ochenta por ciento, le enmienda
la plana, por decirlo así, a la programación gen5tica y logra cambiar. Pero el no!enta y
cinco por ciento de la humanidad no cambia,precisamente por el ochenta por ciento .

allago sensacional
Por otra parte, recientes in!estigaciones del cerebro han demostrado 1ue el
cerebro de la mu/er es anatómicamente diferente del cerebro del hombre .
Los in!estigadores Lacoste+7tamsing y /olloYay descubrieron a principios de la
d5cada de >B?, hace pues muy pocos aXos, como 1uien dice ayer, y casi por casualidad,
1ue la parte posterior del cuerpo calloso es más ancha y más larga en la mu/er . Esto signi$ica
1ue el cerebro femenino está menos laterali0ado y menos rígidamente organi0ado que el cerebro
masculino.
/uelga decir 1ue las repercusiones de este sensacional hallago habrán de ser
considerables tocante a la interacción de los seos, en general, y particularmente tocante
a la elección de pare-a.

#on'esión 'inal
"uponer, como acaba de suponer el dicente, 1ue habrán de ser considerables las
repercusiones del sensacional hallago, es un Xishful thin&ing del tamaXo de una
catedral: es decir, una creencia $undada más en los deseos 1ue en los hechos.
9o' la verdad es que no habrán de ser considerables.
El ser humano, desde tiempo inmemorial, se dedica con asiduidad digna de
me-or causa a ignorar todo lo importante.
3I Prostitución al aire libre
La prostitución al aire libre, $uera de toda habitación y resguardo, es una !ariante
prostitucional de la 1ue por primera !e tu!imos noticia en >BH, cuando el periodista
Manuel ess 2rbegoo in$ormó de ella denunciatoriamente en el diario *l $omercio ,
llamando 'Pampones del oprobio( a los corrales grandeso pampones donde se e-ercía.
Cuatro aXos despu5s hubo otra denuncia, y muy posteriormente, en >BB,
cuando se supo 1ue la putería al aire libre se practicaba a la !ista y paciencia de todo el
mundo en las inmediaciones de nuestro primer aeropuerto, el Canal A le dedicó un
in$orme pintoresco y truculentoide 1ue causó la indignación !oci$erante de los
campeones de la moralina.
&ien: pero me-or !ayamos por partes y cucharadas.
2rbegoo mani$estaba entonces, hace alrededor de cuarenta aXos, entre otras
cosas lo siguiente
)La pampa más conocida es la que queda a espaldas del +epósito de la firma comercial
,ears-! a dos o tres metros sobre el nivel de la carretera a $hosica! y muy contigua al #ospital
an Euan de +ios.2
En la otra denuncia, en la de >BHA, $irmada por orge 2rtega 9egreiros y 1ue se
publicó en = +ías del 3er1 y del Mundo, el denunciante se epresaba así
)*l espectáculo es de todos los días: inmundas covachas! levantadas con adobes y
desperdicios! y las ,Zocas pintadas- que ehiben su ,mercadería- a sus clientes con gestos y
ademanes lascivos.2
#espu5s, el autor determina de modo preciso el sitio del espectáculo
)Lo que narramos se puede ver a diario en las cercanías de la urbani0ación Los auces! en
la margen i0quierda de la 3anamericana ur. 7hí! frent e al 1ltimo paradero de la Línea ! hay
unos matorrales que se etienden sobre terrenos que pertenecieron a la antigua #acienda
%ásque0.2
Imaginarán $ácilmente los lectores 1ue el trámite copulatorio, tanto en co!achas
cuanto al aire libre, era siempre bre!e y rápido, epediti!o.

Las *ama"runas+
)ntecedente mucho más antiguo 1ue los reci5n dichos es el incaico. #e-emos 1ue
Garcilaso nos in$orme debidamente sobre el particular.
)5esta decir de las mu/eres p1blicas! las cuales permitieron los @ncas por evitar mayores
da6os. %ivían en los campos! en unas malas cho0as! cada una de por sí y no /untas. 9o podían
entrar en los pueblos por que Kpara que no comunicasen con las otras mu/eres.
)Llámanlas ,pampayruna-! nombre que significa la morada y el oficio! porque es
compuesto de ,pampa-! que es pla0a o campo llano Dque ambas significaciones contiene;! y de
,runa-! que en singular quiere decir persona! hombre o mu/er! y en plural quiere decir gente.
)Euntas ambas dicciones! si las toman en la significación de campo! ,pampayruna- quiere
decir gente que vive en el campo! esto es! por su mal oficio' y si las toman en la significación de
pla0a! quiere decir persona o mu/er de pla0a! dando a entender que! como la pla0a es p1blica y
está dispuesta para recibir a cuantos quieren ir a ella! así lo están ellas y son p1blicas para todo el
mundo. *n suma! quiere decir mu/er p1blica.2 D Co"entarios! Libro @%! capítulo R.;
uan os5 3ega cuestiona seriamente las ase!eraciones de Garcilaso y dice 1ue
5ste incurrió en con$usión. )Lo más probable Qa$irma 3egaQ es que 8arcilaso confundiera
con prostitutas a las mu/eres liviana s! ligeras o sencillamente libres! que las hubo en el @ncario!
como en el resto del mundo.2 Ouan os5 3ega, 7na con$usión de Garcilaso la prostitución
en el Incario. Tipshe, Ne!ista de la Facultad de /umanidades de la 7ni!ersidad
9acional Federico 3illarreal. Lima, S, >>, >.T

Factores
Considero 1ue hay cinco $actores, o elementos, o causas, de la prostitución al aire
libre: a saber >T la inmediate: ST la desrutiniación de la !ida seual: UT el atracti!o del
peligro: AT el atracti!o de lo ba-o: y @T la baratura.

La inmediate
La !enta-a de la inmediate es una de las principales del 1uehacer ambulatorio,
de la acción al paso. El acceso pronto y rápido, sin trámites ni papeleos, sin colas
interminables, sin puertas 1ue se abren y 1ue se cierran, todo ello constituye el primer
atracti!o de la prostitución al descubierto y se a!iene per$ectamente con el hecho de 1ue
la urgencia seual demanda de una satis$acción inmediata e impostergable.
Nobert Lindner, autor de 5ebelde sin $ausa, y además psicoanalista, ha dicho 1ue
el psicópata
poseída por no puede
eros, esperar.
presenta )hora bien psicopáticas
características la persona dominada por elaun1ue
de conducta, impulsoporseual,
lo
demás se trate de una persona normal. La prostitución al aire libre $acilita esta demanda
premiosa de la libido.

La desrutiniación de la %ida se$ual


La prostitución a cielo abierto atrae tambi5n a 1uienes desean sacudirse de la
rutina seual, 1ue es ine!itable entre cónyuges y 1ue termina si5ndolo en pare-as no
maritales si la relación se prolonga demasiado.
#e suerte 1ue en lugar de copular entre cuatro paredes y sobre una cama, los
rutiniados, con!enientemente mo!idos por ánimo desrutiniante, buscan copulaciones
di$erentes por el lugar de su realiación: !erbigracia, en el suelo, en un pampón, o en
una an-a, o en la punta del cerro, o 1uiá, sel!áticamente, en una canoa, en las
llamadas )canoas del placer2, acerca de las cuales publicó La 5ep1blica, hace !arios aXos,
un in$orme bien documentado, con $otos y todo.
Los buscadores más osados de no!edades tratarán de imitar a los mongoles, 1ue
son grandes -inetes, diestrísimos, para 1uienes es solencia copular mientras cabalgan.

El atracti%o del eligro


Muchas personas se sienten atraídas por el peligro y !erdaderamente lo ansian:
cuanto mayor sea el peligro, tanto me-or para ellas.
La prostitución de los pampones, al aire libre, es e!identemente peligrosa por ser
$oco patógeno indubitable y $orma primaria de epresión seual. #esconócense
absolutamente en ella hasta las reglas más elementales de higiene.
Pero esto, curiosamente, no resulta un disuasi!o, sino al contrario, un atracti!o
para mucha gente, 1ue con la misma irresponsabilidad con 1ue se re!uelca en el suelo
con una puta pampera o pampeXa, estaría igualmente dispuesta a -ugar a la ruleta rusa,
-ustamente por1ue es un -uego peligrosísimo, de !ida o muerte.
En la clasi$icación de los -uegos, epuesta por el ludólogo $ranc5s Noger Caillois,
el de la ruleta rusa y el de la copulación a cielo descubierto, serían una combinación de
álea, -uego de apuesta, y de ilin, -uego de !5rtigo y gran riesgo.

El atracti%o de lo ba.o
/ay un hecho, per$ectamente acreditado por la ciencia y por la historia, y por la
misma eperiencia de tantísima gente, y 1ue consiste en sentirse atraído por la
degradación y la ba-ea, por el encanallamiento de la eistencia: es la $ascinacíon 1ue
e-erce o 1ue puede e-ercer el lodo, el $ango, el abismo y la sima.
8 esto lo han sentido grandes literatos y artistas. 7n no!elista inmenso como
Flaubert se sentía es
0oulosse+Lautrec atraído por lo otro
al respecto ba-o.e-emplo
) -uicioaducible,
de Flaubert,
y unenpoco
lo ba-o
de eiste lo sublime.
lo mismo, o un
mucho, se puede descubrir tambi5n en el gran #ostoie!si.
Lo ba-o de la prostitución al aire libre, su increíble sima, es precisamente un
atracti!o para mucha gente, no un disuasi!o. Gente o acaso gentío 1ue con$orman los
buscadores de lo inusual, 1ue así como sesionan con una puta de pampón, buscan
despu5s el e1ui!alente barrioaltino o ba-opontino de 'Lul, la Pata de Palo(,
mentadísima ramera $rancesa cuyo caso ha re$erido el ilustre -ue del "ena, Marcel
"acotte, y 1ue tiene, en e$ecto, una pata de palo, una prótesis lignaria, una pierna de
madera, y por esto solo es muy solicitada y su pblico es cada !e más considerable.
La baratura
Finalmente, esta $orma de prostitución, a campo raso y a la intemperie, es barata:
el cliente abona a la o$ertante cinco soles, y como dicen los moos de restaurante
)Pale calienteQ2
Cinco soles, empero, no es tan barato. 7no puede comprar con cinco soles, o para
ser eactos, con cinco soles y cuarenta c5ntimos, tres mens completos en un Club de
Madres.
4Ru5 será pre$erible, oh, caros lectores, una !aciadita rapidol en un pampón, o
tres mens bien despachados6
8o pre$eriría esto ltimo, claro está, pero ad!ierto a un tiempo 1ue )de g1stibus et
colóribus non est disputándum2.
3II El E'ecto #olón
[e conocían demasiado para tener esos arrebatos de la posesión que centuplican el goceN
OFlaubert, Madame Zovary, UA>.T

La atracción de la no%edad
La emoción de descubrir tierra incógnita, el deslumbramiento por la tierra nue!a
reci5n descubierta, el inter5s del hallago, la atracción de la no!edad, el acicate de lo
distinto, todo esto, como sabemos, lo !i!ió Colón. El suyo $ue, pues, un estado
emocional de intensa ecitación y -bilo: lo 1ue los psicólogos llaman elación y /obbes
llamaba gloria.

La 'amiliariación
Pero a medida 1ue Colón se $ue $amiliariando con lo 1ue había descubierto, su
entusiasmo inicial $ue paulatinamente decayendo, por1ue uno no se deslumbra ni se
entusiasma ante lo 1ue !e todos los días y a cada rato.
La $amiliaridad y la cotidianidad, lo usual, lo sólito, lo 1ue en Polinesia llaman
noa, hace 1ue nuestro inter5s decreca y apenas es probable 1ue nos mue!a !i!amente
lo 1ue ya conocemos y poseemos, a1uello a lo 1ue estamos acostumbrados.
Necu5rdese, a este propósito, la !irtud redondeante de la costumbre. #ice muy
bien os5 Ferrando, en su libro 3anorama hacia el 7lba , 1ue la costumbre redondea las
cosas, las lubrica y desarista, las pone lisas y pare-itas, sin bordes ni puntas, sin
ele!aciones.

E.emlo e$trase$ual del E'ecto #olón


El E$ecto Colón se echa de !er prácticamente en todos los dominios y terrenos,
pero sobre todo en el terreno seual, donde se le aprecia con meridiana claridad. "in
embargo, !eamos primeramente un e-emplo etraseual de este $enómeno.
En la autobiogra$ía de Nichard Leaey, reci5n leída por el 1ue esto escribe, dice el
paleontólogo de ]enia, tal !e el paleontólogo más $amoso del mundo y cuyos
hallagos, como saben todas las personas cultas, es decir, las 1ue me leen, y cuyos
hallagos, digo, han sido sensacionales, en la autobiogra$ía de este persona-e, repito,
leemos 1ue Leaey desenterró su primer $ósil cuando tenía seis aXos de edad.
)7quella (refiere Lea&ey( era la primera ve0 que sentía la incomparable sensación de
descubrir algo que llevaba sepultado cientos de millones de a6os.2 DLea&ey! 5ichard *. Lea&ey!
O?.;
"in embargo, en el mismo párra$o, Leaey con$iesa lo siguiente, y esto me parece
$undamental. #ice
)La sensación que se eperimenta al hallar un fósil ya no representa una novedad para
mí.2
Claro, despu5s de tantos aXos de estar desenterrando $ósiles todos los días,
Leaey ha sido !íctima, no podía de-ar de ser !íctima, tenía 1ue ser !íctima, del E$ecto
Colón.

El E'ecto #olón en el terreno se$ual


#ecía 1ue el E$ecto Colón se obser!a clarísimamente en el terreno seual. 8 así
es, e$ecti!amente. Por e-emplo, la $recuencia coital de las pare-as reci5n casadas tiende a
ser considerable durante los primeros meses de !ida marital, pero luego disminuye, y
cada !e más.
El hombre se desinteresa primero y con mayor rapide, pero la mu-er tambi5n se
desinteresa. Los seos di$ieren al respecto cuantitati!amente, no cualitati!amente.
#os son las causas eplicati!as del desinter5s seual.
La primera es 1ue el estímulo erótico desgasta $ácilmente: el estímulo erótico es,
entre todos los estímulos, el 1ue se desgasta con mayor $acilidad y prontitud.
La segunda causa es 1ue la relación de pare-a implica la $amiliariación de la
pare-a, y cuando 5sta les casada, la $amiliariación de los cónyuges: y la $amiliariación
antierótica.
El antropólogo <estermarc eplicaba así la prohibición del incesto, ya 1ue una
persona a 1uien !emos todos los días desde nuestra más tierna in$ancia no nos resulta,
normalmente, erotiante.
Frecuentar en el terreno erótico a una misma persona, tratarla repetidamente,
$amiliariarse con ella, conocerla de memoria, todo esto arruina el encanto de la no!eda.
Flaubert lo sabía muy bien y por eso di-o en Madame Zovary lo siguiente, en la segunda
parte, en la página SAS de la edición de Consuelo &erges publicada por )liana
Editorial
)*mma era como todas las amantes! y! al caer como un vestido el encanto de la novedad!
de/aba al desnudo la eterna monotonía de la pasión! que tiene siempre las mismas formas y el
mismo lengua/e.2
Eros podría decir de sí propio lo 1ue decía C5sar de los galos )novarum rerum
cupidus2: ansioso de cosas nue!as, de nue!as eperiencias e impresiones. Eros se nutre
de la !ariación y ama las primicias.
4#ómo solucionar el E'ecto #olón6
9o es 5sta la primera !e 1ue me ocupo del E$ecto Colón, ni será la ltima: y
siempre 1ue pongo sobre el tapete este asunto, la gente pregunta 4Cómo solucionar el
E$ecto Colón6
La respuesta es llana, directa, simple y, además, rimada
3ara el *fecto $olón no hay solución.
/ay sí, paliati!os, y se le puede contrarrestar por algn tiempo, pero solución, lo
1ue se llama solución, no hay.
9o hay solución porque no es un problema! y no es un problema porque el *fecto $olón es
inherente al fenómeno erótico! le es consubstancial! connatural.
#esde la arrechura más pedestre hasta los re$inamientos e1uisitos de la
!oluptuosidad, el erotismo es siempre intenso y $uga, conmocionante y pasa-ero: pero
como el estímulo 1ue lo produce es muy desgastable, si 5ste no se renue!a, entonces
a1u5l decae, agonia y muere.
#ecadencia, agonía y muerte 1ue el matrimonio monogámico $a!orece y acelera.
La monogamia no re$uera, pues, el !ínculo seual: al contrario, lo a$lo-a y puede acabar
con 5l. El seo erótico no se a!iene con el seo reproducti!o.
El erotismo no es encasillable en el matrimonio, y esto seguirá siendo así hasta
1ue se descubra la $órmula en cuya !irtud la $amiliaridad de-e de ser eróticamente
inhibiti!a. Lo cual, desde luego, y digámoslo con epresión en5rgica y pueblerina, no
ocurrirá /amás de los /amases.

El E'ecto #olón " el amor


Por otro lado, la presencia del E$ecto Colón no signi$ica 1ue uno ya no ame a su
pare-a. 7no la puede seguir amando y 1ueriendo y respetando: sólo 1ue ya no la habrá
de desear como antes: y no por1ue haya una tercera persona de por medio: no: sino por
el carácter muy desgastable del estímulo erótico y por la $amiliariación.

9ormalidad atente del E'ecto #olón


Rue los estímulos Qeróticos o noQ carecan hoy de la e$icacia 1ue ayer
tu!ieron, y 1ue por lo tanto ya no nos mue!an como antes, es un acontecimiento
ine!itable y enteramente comprensible y per$ectamente normal. 9o es, pues, un
problema, ni tiene por 1u5 ser un drama, ni mucho menos una tragedia.
En realidad, lo preocupante sería 1ue el E$ecto Colón no se produ-ese: eso sería
raro y anormal, inclusi!e asombroso.
Palabras 'inales de Anatole France
)9o me preocupa saber si lo que has visto te ha gustado (dice 7natole "rance(' me
basta que sea la verdad. La ciencia no se cuida de agradar o desagradar. *s inhumana. 9o es ella!
sino la poesía la que encanta y consuela. 3or eso la poesía es más necesaria que la ciencia.2
3III 3o bella de algunos ersona.es! o or lo
menos %o mu" agradable: además! e.emlario de
otras clases de %o
;scar <ilde =>?@->B00C
)*n el mismo a6o postrero Ken ?VV! su conversación fue más animada! más graciosa!
más viva que nunca! y con un radio de pensamiento y una intensidad espiritual mayores que
antes. @mprovisador nato! en un momento os deslumbraba! como un fuego de artificio! y os
despo/aba de todo /uicio personal Hn fonógrafo hubiese revelado la verdad' a saber! que gran
parte del hechi0o era físico: conversación tramada principalmente de parado/as! centelleante
efervescencia del pensamiento sostenida por el resplandor de los o/os vivos! los labios sonrientes y
la vo "usical.
)KC' y cuando todo el mundo sonreía divertido! he aquí que los hermosos o/os de \scar
parecían ahondarse! volverse hacia adentro! y la (ella vo "elodiosa se elevaba a un diapasón
más grave y daba comien0o a una historieta! KC.
)KC $uando narraba! /amás imitaba a sus persona/es' el carácter dramático de sus
historias no provenía del choque de los caracteres! sino del pensamiento! la "elod,a de la vo
cadenciosa! el brillo de los o/os! bastaban a fascinar al espectador! y siempre! y por encima de
todo! el humorismo coruscante! que hacía de sus monólogos verdaderas obras de arte.2
OFran /arris, %ida y $onfesiones de \scar Jilde. "egunda edición. &uenos )ires,
Emec5 Editores, ". )., >B@>, UH+UB.T

enri de 1oulouse-Lautrec =>?->B0>C


)*l timbre de su vo0 era muy agradable' le llamaban ,La vo0 de oro- y su lengua/e era tan
colorido como sus pinturas.2
OEunice Castro, '/enri de 0oulouse+Lautrec la historia de su !ida: segunda
parte(. %anidades' SH, AH>?, S? de agosto, ?b.T
)$uando comien0a a hablar puede continuar hasta el amanecer. 3uede comparársele a un
valioso instrumento que suena ante la menor vibración. *l más leve estremecimiento consigue
levantar de su espíritu las capas que ocultan vetas de oro' su conversación se llena de colorido y
su alma centellea' una imagen sigue a otra y! en fin! a una comparación inesperada otra la
sustituye.2
)e ha hablado mucho sobre el arte y la manera que tenía Lautrec para epresarse' era un
estilo tan propio y tan convincente que poco a poco lo aceptaban los que le rodeaban. iempre que
habla! aparece en él el clásico meridional! aunque no en su forma eterior ni en su entonación'
estos signos los ve complacido en los demás! sin darse cuenta de que él mismo habla
maravillosamente bien' su estilo penetra e ilustra. Muchas de sus ocurrencias están todavía en
boga! aun cuando otros se las atribuyan. *n sus charlas' se6ala la parte cómica de un
acontecimiento' con frecuencia suprime verbos o partes no esenciales de la frase! lo cual parece a
veces e/ercicios de precisión' y si le es posible! procura epresar un hecho o un estado de ánimo
por medio de un sustantivo. La persona que habla y pretende hablar siempre de esta manera! ha
de poseer una inmensa rique0a léica para conseguirlo. 9osotros hoy en día no podemos
imaginarnos la fuer0a de convicción y el colorido de su lengua/e! pues no contamos con la época
de entonces! las circunsta ncias! su entonació n y su rostro. e dice que en aquello que eponía a
sus amigos se encontraba un \scar Jilde KK]! y lo mismo se decía de téphane Mallarmé. e han
perdido muchos valores al no haber podido conservarse la mayoría de las charlas de Lautrec.2
OGotthard edlica, Toulouse4Lautrec. Madrid, Ediciones Nialp, ". )., >B@, ?S, BU+
BA.T

oseh oebbels =>?BG->B@C


)$omo orador! #itler tenía defectos notorios. *l timbre de su vo0 era estridente! muy
diferente del bello tono de la vo0 de 8oebbels.2
O)lan &ulloc, #itler. Cuarta edición. &arcelona, Ediciones Gri-albo, ". )., >BH>, I,
UB>.T

#oda
Montaigne y &alac tenían buenas !oces, por lo sonoras, pero no eran !oces
bellas. La de Montaigne, dice Gide, era )vo0 alta y sonora2 , y el autor de los $amosos
Ensayos )hablaba con facilidad y siempre con vehemencia! agitándose mucho al hablar2 .
O)ndr5
Losada,Gide,
". ).,*l 3ensamiento
>BAA, %ivosegn
>U.T &alac, Gautier,. "egunda
de Montaigne 'poseía unaedición. &uenos
!o llena, )ires,metálica,
sonora, Editorial
de un timbre rico y potente, 1ue sabía moderar y hacer sua!e en caso necesario(.
O0eó$ilo Gautier, Madama de 8irardin y Zal0ac. &uenos )ires, Editorial Glem, >BAU, >S+
>SH.T
La vo0 del héroe Miguel 8rau no se correspondía con sus facciones. +on Manuel
8on0ále0 3rada se refiere a este punto en los términos siguientes: )u cerebro discernía con
lentitud! su palabra fluía con largos intervalos de silencio! i su vo0 de timbre femenino
contrastaba notablemente con sus facciones varoniles i toscas.2
OManuel Gonále Prada, Abras. Prólogos y notas de Luis )lberto "ánche. Lima,
PE0N2PEN, Ediciones Cop5, >B?@+>B?B,>, ?U.T
7na de las acepciones del ad-eti!o sordo es )que suena poco o sin timbre claro2 . Pues
bien la !o de Fiódor O0eodoroT Mi-áilo!ich #ostoie!si, el gran no!elista ruso, era
)levemente sorda2, dice su biógra$o Nicardo &aea, )y un tanto estridente y chillona cuando
se irritaba2. OF. M. #., Las 3obres 8entes Y 3rohartchin . 0raducción de Fernando &. Martos.
9ota Preliminar de Nicardo &aea. &uenos )ires, Emec5 Editores, ". )., >BA@, A.T
Moart tenía !o de tenor y un hablar 1uedo, o sea tran1uilo, sosegado y 1uieto:
1uietud 1ue sólo ocasionalmente se interrumpía cuando los ensayos or1uestales no eran
de su complacencia: entonces pro$ería una eclamación. O $f. )rthur /utchings, Mo0art.
&arcelona, "al!at, >B?, S>.T
9ietsche hablaba tambi5n sua!emente. )u risa era leve Qdice su amiga, Lou
)ndreas "alom5Q, y nunca al hablar elevaba el tono.2 OLou )ndreas "alom5, 9iet0sche.
Cuarta edición. Madrid, Grupo Cultural %ero, >B?, UH.T
)3enetrante y chillona2, dice ]orsi, era la !o de Cl5o de M5rode, $amosa bailarina
de l a Zelle ^poque , ante cuyos encantos sucumbió enamoradísimo Leopoldo II, de
&5lgica. O $f. #emetrio ]orsi, '7na entre!ista con Cl5o de M5rode(. Mundial, >BU>,
>>@@A, =A>D.T
3o aguda era la de )braham 3aldelomar, una !o atiplada, a$lautada. D$f. Luis
)lberto "ánche, %aldelomar o La Zelle ^poque . M5ico, Fondo de Cultura Económica,
>BB, >, ?H.T
3o desapacible $ue tambi5n la de os5 Carlos Mariátegui, y acaso más
desagradable 1ue la de 3aldelomar, por1ue llegaba a ser chillona. O $f. Luis )lberto
"ánche, Testimonio 3ersonal. Memorias de un peruano del siglo __. Lima, Ediciones
3illasán, >BB, I, SB.T
El historiador $ranc5s ules Mancini, en su obra Zolívar et l-*mancipation des
$olonies *spagnoles , dice 1ue el Libertador tenía )vo0 aguda y sonora2. D Cf. N=u$inoD
&lanco+Fombona, Mocedades de Zolívar. *l héroe antes del heroísmo. Lima, Ediciones
'Libertadores de )m5rica(, ". N. Ltda., >B?U, >>>.T
Tiple es la más aguda de las !oces humanas, propia especialmente de mu-eres y
niXos. Enrico Ferri O>?@+>BSBT, criminalista y político italiano, tenía una !o aguda y
sopránica, tiplesca o atiplada y recordatoria de la 1ue caracteriaba a los cantantes
castrados de la Capilla "itina.
)"erri es un orador etraordinario (dice @ngenieros(! es el talento en acción. Tiene un
físico altivo! hermosamente dominador. u vo0 está poblada de infleiones que dan todos los
matices de la pasión! no obstante su timbre atiplado! más propio de $apilla itina que de
asamblea revolucionaria2. DEosé @ngenieros! @talia en la $iencia! en la %ida y en el 7rte. %alencia!
". empere y $ompa6ía! *ditores! Ks. a. Dcirca ?V>;! R<.;
En el retrato unamuniano Qmuy bien hechoQ 1ue nos ha de-ado os5 María
"ala!erría, leemos, inter alia, lo 1ue sigue
)#abla Kdon Miguel de Hnamuno con vo0 bien timbrada! algo aguda' mira de frente y
con un poco de énfasis observador' y se advierte en todo él una voluntad constante de
compostura en el ademán eterno del individuo.2 D$itado por Martín 7lonso! $iencia del
Lengua/e y 7rte del *stilo. Guinta edición. Madrid! 7guilar! . 7. de *diciones! ?<V! 9o. R!
p. =<F.;
IH Muerte " %alentía
#espu5s de treinta aXos he releído el libro de Carrel acerca del ser humano.
El doctor )leis Carrel $ue Premio 9obel de Medicina en >B>S y la obra reci5n
dicha tu!o considerable acogida y enorme di$usión hace medio siglo.

El caso de Mussolini
#ice Carrel, hablando de la talla, 1ue en general los indi!iduos más sensibles,
despiertos y resistentes, no son grandes: y otro tanto ocurre con los hombres de genio
Mussolini era de talla mediana y 9apoleón era pe1ueXo. )sí se epresa Carrel en el
tercer capítulo de su libro: y en el s5ptimo, al re$erirse a )los grandes conductores de
pueblos2, menciona particularmente a tres C5sar, 9apoleón y Mussolini.
El ilustre cientí$ico $ranc5s admiraba a &enito )milcare )ndrea Mussolini, y lo
admiraba tanto, 1ue lo tu!o por genio.
8o he leído dos biogra$ías de Mussolini la de Margherita "ar$atti y la de
Gio!anni de Luna: y además las con!ersaciones entre Mussolini y Emil LudYig.
Mi impresión, en resumidas cuentas, es 1ue Mussolini era talentoso y auda,
pero no genial.
0res $ueron, a -uicio de "ar$atti, las características de su personalidad la ambición,
la grande0a y el desprecio.
La grandea era para Mussolini metro y esencia, aun1ue al $inal no supo ser
grande.
9o habremos de pedir, ciertamente, a todos los -e$es y caudillos de nombradía,
grandea en el acabamiento, pero sí consecuencia, por1ue de lo contrario no sería la
suya terminación digna ni condigna.
) lo 1ue !oy es a esto por haber pro$esado Mussolini el culto de la !irilidad,
debió tener un $inal acorde con esa pro$esión un $inal de macho. Pero no: cuando los
guerrilleros de la Nesistencia lo prendieron, Mussolini se acurrucaba, escondi5ndose, en
el $ondo de un camión de las $ueras armadas alemanas.

El acabamiento eserable de Loe de Aguirre


)sí no terminan los !alientes. Los !alientes terminan como Lope de )guirre, por
e-emplo, 1uien tu!o la consecuencia y la elegancia, 1ue otros bra!ucones no tienen, de
en$rentar resueltamente la muerte, de no arrugarse ante ella, segn dice, y bien,
Fernando #ía+Pla-a. O$f. Fernando #ía+Pla-a, +escubrimiento 3articular del 7ma0onas.
&arcelona, Plaa f an5s, >BHH, >SA+>S@.T
El primer arcabuao 1ue le dispararon lo hirió solamente en un muslo. Lope de
)guirre sonrió y di-o
)*se tiro no vale.2
Inmediatamente recibió otro en pleno pecho.
)P^se síQ2, eclamó con !o entrecortada, y cayó.
Cayó sin arredrarse ni atemoriarse: antes bien, desa$iante e insolente, como
1uien escupe por el colmillo.
)ntes de 1ue lo arcabucearan, tu!o la ocurrencia atro de hundirle en el pecho, a
su mismísima hi-a, un puXal, pese a la interposición de la 0orralba.
)*ncomiéndate a +ios (le di/o(! que no quiero que! muerto yo! vengas a ser una mala
mu/er ni que te llamen la hi/a del traidor.2
8 en diciendo esto, el sanguinario Lope de )guirre hundió su puXal en el pecho
de la pobre niXa.
0ampoco se amedrentaron, en absoluto, ante la inminencia de la muerte,
Francisco de Car!a-al, Gonalo Piarro y Leoncio Prado.

Francisco de #ar%a.al
Francisco de Car!a-al, alias 'El #emonio de los )ndes( O>AA+>@A?T, cortaba
pescueos con increíble desparpa-o, y no sólo a hombres de guerra, como aclara don
Nicardo Palma, 1ue al $in en ellos es merma del o$icio morir de mala muerte, sino
inclusi!e a $railes y mu-eres.
/asta 1ue llegó el día, naturalmente, en 1ue le cortaron el pescueo a Car!a-al.
)$uando lo colocaron (dice 3alma( en un cesto arrastrado por dos muías para sacarlo
al suplicio! soltó una carca/ada y se puso a cantar:
/01Qu2 fortuna3 4i5o en cuna6 7 vieo en cuna. 1Qu2 fortuna38
)+urante el trayecto! la muchedumbre quería arrebatar al condenado y hacerle peda0os.
$arva/al! haciendo ostentación de valor y sangre fría! di/o:
/01Ea6 se5ores6 #aso franco3 14o !ay $ue arre"olinarse y deen !acer usticia38
)B en el momento en que el verdugo Euan *nrique0 se preparaba a despachar a la
víctima! ésta le di/o sonriendo:
/90Her"ano -uan6 tr:ta"e co"o de sastre a sastre.8
/90Descuide ;uesa Merced y f,e en "i !a(ilidad6 $ue no !e de darle causa de
$uea#ara cuando nos vea"os en el otro "undo.8< =>al"a6 +radiciones6 II6 ?@B III6 ?6
FGF.J
onalo Piarro
uan Enri1ue $ue tambi5n el 1ue a-ustició a Gonalo Piarro O>@S+>@A?T, y antes
del a-usticiamiento 1uiso ponerle una !enda en los o-os: pero Gonalo le di-o
)(,9o es menester! dé/ala! que estoy acostumbrado a ver la muerte de cerca.-
)(,$ompla0co a %uesa e6oría (le contestó el verdugo(! que yo siempre gusté de la
gente brava.-2
8 cuando Gonalo !io 1ue Enri1ue sacaba el al$an-e para cortarle la cabea, le
di-o
)#a0 bien tu oficio! hermano Euan.2
El !erdugo respondió
)Bo se lo prometo a %uesa e6oría.2
)+iciendo esto (a6ade 8arcilaso(! con la mano i0quierda le al0ó la barba! que la tenía
larga! cerca de un palmo! y redonda! que se usaba entonces traerlas sin quitarles nada' y de un
revés le cortó la cabe0a con tanta facilidad como si fuera una ho/a de lechuga! y se quedó con ella
en la mano! y tardó el cuerpo alg1n espacio en caer al suelo. 7sí acabó este buen caballero.2
D$apítulo RF del Libro Guinto de la egunda 3arte de los $omentarios 5eales.;

Leoncio Prado
Ne$iere Palma 1ue cuando el coronel Leoncio Prado O>?@U+>??UT !io 1ue ya se
presentaban para $usilarlo, pidió una taa de ca$5, y al probarlo di-o
)(,#acía tiempo que no gustaba un café tan equisito.-
)B volviéndose al oficial que mandaba a los tiradores chilenos! preguntó:
),7 qué hora emprenderé el via/e para el otro mundoU-
)(,$uestión de minutos- (contestó el oficial.
)(,3ues bien: pido una gracia! y es que se me permita mandar el fuego-
)(,9o hay inconveniente-
)(,Tienen capellán las fuer0as chilenasU-
)(,9o! se6or-
)(,P3acienciaQ #e hecho lo que he podido por mi patria! y moriré contento-
)*n seguida pidió que! en ve0 de dos tiradores! se colocaran cuatro! y que le apuntasen
dos al cora0ón y dos a la cabe0a. 7cordada esta nueva gracia! di/o:
)(,7l concluir la ta0a de café se me harán los puntos (es decir! se me pondrá en la mira
(! y al dar con la cuchara un golpe en el pocilio se hará fuego-
)B continuó tomando reposadamente su café.
)9inguna idea triste nublaba su rostro. %eía sin 0o0obra agotarse el dulce líquido!
sabiendo que en el 1ltimo sorbo estaba la amargura.
)Zebió tranquilo el 1ltimo trago! tocó con energía la cuchara en el pocilio! y cuatro balas
diestramente dirigidas lo hicieron dormir el sue6o eterno.2 D3alma! Tradiciones! @%! OFR4OF.;
La muerte e.emlar del Mar2u5s obernador
3alentía notable la de Piarro cuando se en$rentó a los 1ue !enían a ultimarlo.
El historiador os5 )ntonio del &usto, uno de los mayores especialistas en
Piarro, si no el mayor, ha recreado inme-orablemente la escena del acabamiento. 35ase
en seguida la recreación correspondiente.
)La lucha se entabló sin ninguna venta/a para los de $hile. *l Marqués! mientras
luchaba! increpaba a sus enemigos duramente: ,Gué desvergWen0a tan grande ha sido éstaU
3or qué me queréis matarU-' los almagristas! sin atinar a responderle! sólo gritaban: ,PTraidorQ-
)*l bravo vie/o se defendía como un león. #asta 8omara nos dice que luchaba
,esgrimiendo la espada con tal destre0a! que ninguno se acercaba! por valiente que fuese-. KC
)KC Tan animoso se mostró! que Euan de #errada entendió que así no lo vencerían
nunca y! recurriendo a un ardid traicionero! tomó a uno de los suyos apellidado 9arváe0 y lo
empu/ó hacia 3i0arro' el Marqués lo recibió con la espada! pero el peso del cuerpo lo hi0o
retroceder! aprovechando entonces los de $hile para traspasar el umbral de la cámara a la carrera
y rodearlo. 3i0arro continuó la lucha' ésta ya no era ofensiva sino defensiva. *ra la contienda del
águila contra los cuervos hambrientos' era el arro/o que se defendía de la cobardía y la traición.
e hi0o un anillo de atacantes en torno del 8obernador: el anillo giró con frenesí de odio! luego se
cerró con intención de muerte. $uando se volvió a abrir para contemplar su obra! el Marqués
estaba lleno de heridas y apoyado en el suelo: la mayor de ellas le había causado una estocada en
el cuello que le había cortado la carótida. KC
)KC *l Marqués! todavía consciente! se desplomó sobre el piso ensangrentado. intiendo
las ansias de la muerte pidió confesión! se llevó la mano i0quierda a la garganta y mo/ando los
dedos en la sangre hi0o la cru0 con ellos! luego balbuceó el nombre de Ees1s y pretendió darle un
beso a la cru0C 9o pudo hacerlo! porque uno de los de $hile decidió ultimarlo y! tomando un
cántaro de barro! se lo quebró en la cara. *l Marqués se desplomó definitivamente y quedó quieto
en el suelo.
)B mientras los asesinos salían gritando: 01;iva el 'ey6 "uerto es el tirano38 y los
re0agados ba/aban fatigados la escalera comentando: 01có"o era valiente K!o"(re el
"ar$u2s38! arriba (con el rostro hundido en su sangre guerrera( yacía el $onquistador del
3er1.2 DEosé 7ntonio del Zusto! 3i0arro. Lima! *diciones $A3^! 3etróleos del 3er1!
+epartamento de 5elaciones 31blicas! OVVV4OVV! @@! R>4R?.;

7n caso de %alentía e$traordinaria


7n c5lebre !ia-ero !eneciano re$iere haber !isto en la India una mani$estación por
de contado=WD casi nunca imitada de !alentía en la hora suprema.
/e a1uí su testimonio
)$uando alg1n hombre ha hecho algo malo! por lo que deba perder la vida! pide si puede
matarse él mismo por amor o por honor a tal o cual ídolo. *l rey contesta que le place mucho.
)*ntonces los parientes y amigos del malhechor lo cogen y lo ponen en una carreta! le
dan una docena de cuchillos! lo pasean por toda la ciudad y van pregonando:
/01Este !o"(re valiente se va a dar "uerte 2l "is"o #or a"or a tal ,dolo38
)$uando llegan al lugar donde debe hacerse /usticia! el que debe morir coge un cuchillo y
grita muy alto:
/01Muero #or a"or a tal ,dolo38
)Hna ve0 que ha dicho esto se clava un cuchillo en un bra0o! luego en el otro y después en
distintas partes del cuerpo! hasta que se mata. $uando ha muerto! los parientes lo queman con
gran alegría.2 DMarco 3olo! %ia/es. )@l Milione.2 Zarcelona! *ditorial @beria! ?=! c. !
p. >=.;

Oh! reciitarse en la hogueraJ


/abía en la India Otal !e haya toda!íaT otra clase de suicidas a los 1ue no era
necesario 1uemar cuando muertos, por cuanto se mataban 1uemándose.
35ase de esto la siguiente noticia 1ue entresaco del libro de )bu+%eidal+/assan,
del aXo SA de la era musulmana y del ?H? de la era cristiana
)$uando un hombre ha tomado la resolución de quemarse! se presenta a la puerta del
gobernador y le pide permiso para destruirse. Luego recorre los mercados. Mientras tanto! se
enciende una hoguera de madera seca y bien cortada y varios hombres se ocupan de hacerla arder
hasta que el color de las llamas se pare0ca al de la coralina.
)*ntonces el hombre empie0a a recorrer los mercados! teniendo ante sí unos platillos! y
rodeado de su familia y sus allegados. 7lguien coloca sobre su cabe0a una corona de basilisco en
la que se han entrela0ado carbones ardientes' al mismo tiempo se vierte sobre su cabe0a
sandáraca! que! me0clada con el fuego! produce el efecto de la nafta.
)*l hombre camina con la cabe0a ardiendo y desprende a su paso olor a carne quemada.
in embargo! camina como si nada sucediera y no se percibe en él ning1n tipo de dolor.
)3or fin llega a la hoguera y se precipita en ella! y muy pronto no quedan de él más que
ceni0as.2 D7. T-erstevens! Los 3recursores de Marco 3olo. Zarcelona! 7ymá! ?<! FR.;

La terminación iro'órica de #alcuchímac


Esta terminación piro$órica me recuerda la de otro !aliente, Calcuchímac.
Calcuchímac $ue 1uemado !i!o en la Plaa de a1ui-ahuana, el >S de no!iembre
de >@UU.
)Murió heroicamente (dice 3orras(! negándose a que le bauti0aran! invocando a sus
dioses! el ol y 3achacámac! concitando la vengan0a de Guisquis.2 D5a1l 3orras Zarrenechea!
3i0arro. Lima! *ditorial 3i0arro! ?=>! OR?.;
Comparada con esta muerte, la de )tahualpa resulta indigna. 0u!o por eso raón
Federico More cuando di-o 1ue no entendía por 1u5 no nos daba asco )tahualpa, )ese
emperador cobarde que carece de la noción de su imperio! que ignora la magnitud de su poder y
que no mide la impotencia de sus adversarios2 . O=Federico MoreD, 7ndan0as de "ederico More .
"elección y prólogo de Francisco Igartua. Lima, Editorial 9a!arrete, >B?B, >BH.T
H Los escritores " los burdeles
FaulKner
Cuando preguntaron a <illiam Faulner cuál era el me-or ambiente para un
escritor, no !aciló en decir 1ue el burdelicio.
)*l arte no tiene nada que ver con el ambiente. i usted se refiere a mí! el me/or empleo
que me han ofrecido en mi vida ha sido el de administrador de un burdel. *n mi opinión! ése es el
me/or ambiente en el que un artista puede traba/ar. 8o0a de perfecta libertad económica! está
libre del temor y del hambre! dispone de un techo sobre su cabe0a y no tiene nada que hacer! salvo
llevar algunas cuentas sencillas e ir a pagar una ve0 al mes a la policía local. *l lugar es
tranquilo por la ma6ana! que es la me/or parte del día para traba/ar. *n las noches hay la
suficiente actividad social para que el artista no se aburra.2

arcía Már2ue
3ara 8abri el 8arcía Márque0! el sitio ideal para escribir )es la isla desierta por la
ma6ana y la gran ciudad por la noche2.
)*sto corresponde a lo que quiso decir Jilliam "aul&ner cuando declaró que la casa
perfecta para un escritor era un burdel! pues en las horas de la ma6ana hay mucha calma para
escribir! y en cambio todas las noches hay fiesta. *s curioso que esta declaración la publicó ,The
3arís 5evieX- cuando yo vivía en Zarranquilla! y precisamente en un burdel.
)*ra un hotel muy grande con cuartos de tabique de cartón! en los cuales se escuchaban
los secretos de los cuartos vecinos. Bo conocía las voces de muchos se6ores respetables de la
ciudad!
mayoríainclusive de hacer
no iba para algunos funcionarios
el amor sino paradelhablarles
alto gobierno! y me enternecía
de sí mismos comprobar
a sus compa6eras que la
de ocasión.
)$omo yo era periodista! mi horario de vida era el mismo que el de las putas. Todos nos
levantábamos al mediodía y nos reuníamos a desayunar en familia en alguno de los cuartos con
las muchachas y sus chulos! entre ellos una famosa estrella del béisbol del $aribe! que era un tipo
estupendo y un chulo mundial.
)*ntre huevos fritos y cerve0a helada nos intercambiábamos los secretos de la noche
anterior. *s curioso que las muchachas comentaban siempre lo que habían oído en el cuarto
vecino! pero no mencionaban nunca lo que les habían dicho a ellas! como si también en la ética de
su oficio eistiera el secreto de la confesión.2
Alberti
"encillamente mara!illosa $ue la primera eperiencia burdelicia de Na$ael
)lberti, la )revelación del pompeyano lupanar malague6o2, su primera a!entura en el )corral
de esparcimiento nalgatorio2, segn $eli epresión de Eugenio 9oel. 3eamos lo 1ue con
!erbo po5tico nos dice )lberti sobre la )casa mediterránea de %enus2 1ue !isitó una cálida
noche.
)*n el centro de aquel patio4/ardín se derramaba un cenador agobiado de rosas gualdas y
carmines. Za/o él! un guitarrista volcado sobre el hoyo de su guitarra! rasgueaba en sordina para
unos marineros prendidos a los cuellos y torsos de sus elegidas. 3oco a poco nos fuimos
acercando con las nuestras! formando al fin una alegre fiesta de amor! en la que el cante! el
bordoneo! el go0o de las risas y los gritos (más encendidos cada ve0 por la llama del vino(!
subían a entrela0arse con el rumor del mar traído por el aire sobre las ba/as a0oteas.2

#ioran
8 aun1ue el misantrópico y estimulante Cioran no re$iere andanas
prostibularias en ninguna de sus obras, o más precisamente, en ninguna de las 1ue yo
conoco, el gran escritor rumano acostumbraba, cuando -o!en, )irse de putas2 , como
dicen los espaXoles. OEso de )irse de putas2 tiene un carácter cineg5tico 1ue Fernando
#ía+Pla-a analia en Mis 3ecados $apitales.;
)*n cualqu ier caso (escribe $ioran(! mi vida de estudiante se desarrolló ba/o el
encanto de la 3uta! a la sombra de su degradación protectora y calurosa e incluso maternal.2

El 2ue esto escribe


8o supe tambi5n de ese encanto 1ue menciona Cioran: pero no lo !i!í en
burdeles, sino en /uatica, inol!idable -irón de la putería, donde se tramitaban los
pol!os de medio Lima. O35ase el capítulo siguiente titulado 'Necuerdos huati1ueros(.T

Fellini
)La prostituta (dice "ellini( es el contrapunto esencial de una madre a la italiana. 9o
se puede concebir la una sin la otra. B así como la madre nos ha nutrido y vestido! así también!
con la misma fatalidad (hablo por lo menos de mi generación(! la puta nos ha iniciado en la
vida seual. Todos les estamos agradecidos! obligados! a esas mu/eres que han reali0ado nuestros
deseos! nuestras esperan0as! nuestras fantasías! y las han transformado en una dirección casi
siempre pobre y me0quina! pero de todas maneras fantástica.2
O9eill
)$on todo el dinero que me he gastado en mis tres esposas (decía el dramaturgo
*ugenio A-9eill(! podía haber montado una cadena de burdeles desde Zoston a an "rancisco!
y hubiera obtenido alg1n beneficio! y sobre todo me hubiera divertido mucho más.2

Flaubert
$onfesaba "laubert gustarle la prostitución #er se. )Gui0á sea una afición perversa (
declara "laubert(! pero me gusta la prostitución por ella misma! independientemente de lo que
hay deba/o. 9unca he podido ver pasar! ba/o los faroles de gas! a una de esas mu/eres escotadas!
ba/o la lluvia! sin un galope del cora0ón' igual que los hábitos de los mon/es! con su cordón de
nudos! me cosquillean el alma en no sé qué rincones ascéticos y profundos.
)*n esta idea de la prostitución eiste un punto de intersección tan comple/o (lu/uria!
amargura! vaciedad de las relaciones humanas! frenesí del m1sculo y tintineo del oro(! que si
miras al fondo te viene el vértigo' Py se aprenden ahí tantas cosasQ 7h! fabricantes de elegías! no
es sobre ruinas donde tenéis que apoyar vuestro codo! sino sobre el pecho de estas mu/eres
alegres.2 D$arta a Louise $olet!  de /unio de >F.;
)*l miércoles! por curiosidad! releí 9oviembre. #ace once a6os era! efectivamente! el
mismo individuo de hoy Dal menos con poca diferencia' primero hay que eceptuar una gran
admiración por las putas! que ya no es hoy más que teórica! y que entonces era práctica;.2 D$arta
a Louise $olet! O>4O? de octubre de >F.;

Mora%ia
En >BSA, el -o!encito )lberto Mora!ia, con!aleciente de tuberculosis ósea,
escayolado y con muletas, $ue a un burdel de &olano para iniciarse en el coito. Lo
acompaXaba un amigo de 0rieste, o me-or dicho, lo lle!aba, por1ue el de la iniciati!a
$ue el triestino, el cual iba tambi5n con muletas, por en$ermito.
El burdel un
)$ogimos eracoche
un chal5 burgu5s
de caballos conyun
estaba en vie/o!
cochero las a$ueras
de pelode la ciudad.
blanco. Los dos andábamos
con muletas y debíamos de formar una pare/a pintoresca. *l cochero se negó a esperarnos! pero
en la casa no pusieron dificultad alguna' éramos clientes! como los demás.
)Mi amigo escogió para mí a la chica que le pareció más adecuada: una e4maestra de
escuela! con o/os negros! dos tren0as negras y una camisa de algodón que le llegaba a los pies. Bo!
no sólo tenía muletas' tenía! además! un artefacto de escayola' pero todo transcurrió! a pesar de
todo! con sencille0 y dul0ura. "ue! hay que decirlo! una cosa ,norma- y sana.2
Amado
El c5lebre escritor brasilero orge )mado conser!a de las putas el me-or de los
recuerdos.
)3asé mi infancia y mi adolescencia (refiere 7mado( en casas de mu/eres. Mucha
gente se pregunta por qué hay tantas prostitutas en mis libros. B es por eso. *n la región del
cacao no había mu/eres! mu/eres para casarse' algunas en la ciudad! pero muy pocas. 3ero! en
cambio! había un mundo de prostitutas! por todas partes! en los sitios más perdidos. B yo crecí en
las casas de esas mu/eres! en los prostíbulos. B guardo de ellas un recuerdo sumamente tierno y
fraternal! dulce y puro.2
)mado declara ser, $undamentalmente, el no!elista de los !agabundos y las
putas.
)3ienso que esa humanidad es la que tiene más peso en mis libros! tal ve0 porque es la
más abandonada! la más desprovista de defensas en la sociedad' está desprovista de clases! de
sindicatos. 9o hay una clase de los vagabundos! una clase de las prostitutas. Las prostitutas no
tienen derecho ni a una /ubilación ni a una pensión! no tienen ninguna defensa sindical! han
sido puestas al margen de la sociedad por los regímenes capitalistas! los regímenes socialistas! los
regímenes feudales' son consideradas como una especie de enfermedad social. B los vagabundos
también. Las putas y los vagabundos. on persona/es que me llegan al cora0ón' yo los trato con
cuidado particular en mi traba/o! me siento realmente próimo a ellos.2

3argas Llosa
)é muy bien (dice Mario %argas Llosa( todo lo que hay detrás de la prostitución! en
términos sociales! y no la defiendo! salvo para quienes la e/ercen por libre elección! lo que no era!
sin duda! el caso de la 3ies +orados ni de las otras polillas del /irón #uatica! empu/adas allí por
el hambre! la ignorancia! la falta de traba/o y las malas artes de los cafiches que las eplotaban.
3ero ir al /irón #uatica o! más tarde! a los burdeles de Lima! es algo que no me dio mala
conciencia! tal ve0 porque el pagar a las polillas de alguna manera me proporcionaba una suerte
de coartada moral! disfra0aba la ceremonia con la máscara de un aséptico contrato que! al
cumplirse por ambas partes! liberaba a éstas de responsabilidad ética. B creo que sería desleal
para con mi memoria y mi adolescencia no reconocer! también! que en esos a6os en que fui
de/ando de ser ni6o! mu/eres como la 3ies +orados me ense6aron los placeres del cuerpo y los
sentidos! a no recha0ar el seo como algo inmundo y denigrante! sino a vivirlo como una fuente
de vida y de goce y me hicieron dar los primeros pasos por el misterioso laberinto del deseo.2

&il%a 1uesta
Ma "il!a 0uesta, autor de una no!ela 1ue es sin duda la me-or de la
burdelística=WD, noticia en ella del proyecto en cuya !irtud el /otel "ementerio se
trans$ormaría )en el burdel de más nombradla de cuantos funcionaban en muchos países a la
redonda2.
)La asistenta socia l que se ocupó de mi orfandad (escribe ilva( se esmeraba en decir
que do6a Zasílica había sido mi madre sustituta. *n realidad! se llamaba 5ebeca' pero le sentaba
me/or el sobrenombre! Zasílica! tanto por su corpulencia! como por los innumerables fieles que
fue conquistando durante los a6os de servicios prestados en el burdel más famoso de la ciudad: el
#otel ementerio.
)La primera ve0 que la acompa6é a su centro de traba/o! ayudándola a cargar un bulto de
ropa limpia! do6a Zasílica insinuó que a mi edad ya debía estar ganándome la vida. $omo asentí!
me di/o que esa misma noche pediría a su patrón para que me tomara como ayudante de uno de
los encargados de la limpie0a del hotel.
)(,Gué más quiere s (comentó do6a Zasílica! al volver(! a la primera de bastos
encuentras traba/o. $ómo quisieran otros tener tu suerte.-
)(,$onforme- (fue lo 1nico que atiné a decir! esfor0ándome por mostrarle! en ve0 de
repulsa! un fingido consentimiento.
)$onvertido en una especie de ba/a policía del seo! le di duro y pare/o durante seis a6os.
)*ntre tanto! quedé huérfano nuevamente' murió mi madre sustituta Do 5ebeca
*ncarnación Lópe0 de la %ega! como la nombró! completita! el sacerdote que en su entierro re0ó
un sentidísimo responso;. *se mismo día conocí un cementerio de verdad. Me impresionó como
si se tratara de un hotel sui g2neris. 3or otra parte! los ahorros de do6a Zasílica me permitieron
reiniciar los estudios que de/é truncos al escaparme del orfanato. 5eali0ados con una pertinacia
que de/aba boquiabiertos a tirios y troyanos! dichos estudios no concluyeron sino en la *scuela de
3eriodismo de la Hniversidad de an Marcos.
)3aralelamente! en el #otel ementerio fueron ascendiéndome de encargado de la
limpie0a a portero' luego! a ascensorista' después! a ca/ero. $uando todos pensaban que me
estancaría en ese puesto! me desvelé hasta ocupar la /efatura del +epartamento de 5elaciones
31blicas.
)3or 1ltimo! una sólida situación económica! labrada a costa de sacrificios! me brindó la
oportunidad de de/ar el #otel ementerio y fundar un periódico. in embargo! fueron tan
profundas las raíces echadas en él! que! antes de decidir nada al respecto! preferí proponer a don
Eacinto 5amos! mi /efe! un proyecto que me rondaba desde la época de la universidad:
transformar al #otel ementerio en el burdel de más nombradla de cuantos funcionaban en
muchos países a la redonda.
)Hna noche de cordialísima borrachera en el Caf2 4egro! luego de unos tanteos y otros
regateos! don Eacinto allanó el camino para que yo continuara traba/ando a satisfacción en su
hotel. ellamos el pacto /urando por la memoria de do6a Zasílica que no ce/aríamos en luchar
hasta ver cumplido nuestro proyecto.
)7penas evaporados los humos del facilismo etílico! enfrenté lo más arduo de la
responsabilidad asumida por mí de la noche a la ma6ana. e trataba de encontrar un gerente a la
medida del burdel con el que yo y mi socio comen0amos a so6ar las veinticuatro horas del día.2
&ánche
El ilustre polígra$o Luis )lberto "ánche, sabedor y memorioso, re$iere con
en-undia, en su Testimonio 3ersonal, lo 1ue era la ramería en la Lima de su tiempo.
)Los clubes no ofrecían alicientes para la /uventud. *l $ountry $lub se inauguró sólo en
?O=. *l $lub de Tennis de la *posición era muy celoso y circunscrito. 9o teníamos otro
camino que buscar nuestros propios medios de alegrarnos: ellos fueron la cantina! el prostíbulo y
el cine. +icho así! con sequedad! resulta brutal. +istingamos: la cantina y el prostíbulo de
entonces tenían características mundanas que a menudo y en cierta medida los confundían con
las tertulias y las ,boites-.
)*n las cantinas nadie usaba la barra a la hora de beber! salvo los borrachos profesionales.
+os amigos se sentaban a una mesa! pedían un par de cachos! y mientras se /ugaba largamente
para saber quién pagaría la copa! se conversaba de todo. @gual ocurría con la m1sica y el baile en
el burdel. *ran muchos los que iban sólo a eso y prescindían de la ofrenda a %enus! para lo que
tenían altar casero! fuese propio o de prestado! pero de todos modos en lugar aparte.
)Los lime6os de ?4?FV! repito! teníamos que acudir a los templetes mercenarios a
falta de otros lugares de sola0. 9o los habríamos sabido usar sin ese condimento. $uando hacia
?O> ó O? se abrió ,*l 3avilion 70ul-! especie de ,bo`te- con copetineras de alternativa Do sea de
bar y cama;! no era posible bailar allí sin el riesgo de un altercado alcohólico4amoroso! con su
consiguiente secuela de botella0os! silleta0os y policías. *n cambio! en los prostíbulos se
disfrutaba de una bien ganada pa0. Las ,madrotas- y sus rufianes se encargaban de administrar
sosiego! /usticia y regoci/o. *istían leyendas estimulantes: las de ara Mora! La Mamita! *mily
"o! Mercedes Medrano! La Zoca de $hapa. $ada una tenía su respectiva casa amplia! de varios
salones! y sus correspondientes y numerosas pupilas. )Bo contaba dieciséis a6os cuando
vislumbré por primera ve0 uno de esos paganos templos del amor a tarifa. e hallaba en la calle
de Tipuani! en unos altos. *l salón lucía empapelado de ro/o. Los muebles estaban tapi0ados
también de colorado. 7lgunas de las ni6as vestían! desde luego! de ro/o. La due6a! una gringa!
*mily "o! tenía el pelo a0afranado. onaba el piano! atacando las notas del fo trot de moda:
,miles-! ,Jhispering-! ,#industan-! y Pa bailar se ha dichoQ
)%eníamos de comer en el Ioológico. Mis amigos! el ,$hino- 7lfonso de Madalengoitia!
3epe 9avarro! mayores que yo! sacaron a bailar a dos chicas. Me sentí mal. 9o pensé en el casto
Eosé! pero estuve a punto de imitarlo. Za/é las escaleras a escape. Me sacudieron el asco! el miedo
y la sorpresa. +espués! ya no. $umpliendo el sagrado rito de todo /oven lime6o! rendí tributo a
aquellos templos mercenarios.
)La diversión result aba sana aunque algo cara. Las mu/eres tomaban simpat ía a los más
tiernos! pero se apegaban a los más gastadores. $ada una lucía su apodo. Lima no perdonaba a
las pecadoras' las signaba con caricaturescos motes: La 3antruca! La 3escado con Zigote! La
7guantarrifles! La Mo/ón de Aso! La 3latanito! La "ray $abe0ón! La 3erilla de $atre! Las
#ermanas $atafalco! La Lombri0 $hina! La %einte 76os después! La 3ata de Buca. 7 las
francesas se les daba también remoquetes: La "lorete! La $amión! La 8igolette. *ra un desfile de
motes que evocaban trasgos y caprichos de un 8oya plural con maldad aunque sin ingenio.
)Las chicas bailaban apretándose mucho! contoneando las caderas en rítmico e/ercicio

erótico. Los m1sicos seguían el conocido compás. 7hí actuaba la flor y nata de los tocadores
criollos. Montes y Manrique! el ,$hino- 8amarra! el cholo %illalobos! más tarde "elipe 3inglo!
todos pasaron por las horcas caudinas de ,tocadores- de prostíbulo.
)3or lo general! la orquesta se formaba de un piano! una o dos guitarras y una bandurria!
más el canto. +e ve0 en cuando las pare/as se acercaban a la barra o mostrador. *llas pedían un
oporto! que no era sino agua con chancaca y canela! para no emborracharse' a ellos ,les cargaban-
bebidas intoicantes. +e repente desaparecía una pare/a. $uando volvía! estallaban bromas de
color subido. *llas! fingiendo s1bito arrebato! abra0aban a sus galanes de media hora y
desafiaban a los ,envidiosos-. *llos se de/aban hacer medio avergon0ados. *l hecho es que así se
mataba la noche! la interminable noche de una aldea pugnando por convertirse en ciudad.
)*n ?OR ó O! el italiano $ristini a6adió a su confitería de la calle de Zo0a! un
espectáculo con ,%ariedades- . Las noches se hicieron menos largas. Hno de los me/ores n1meros
donde $ristini! era el de ,Miss *llis-! una /amona! rubianca! de carnes fofas! pero en/albegadas!
que cantaba con vo0 ronca! mirando a los m1sicos! uno de ellos muy /oven: ,Bo quiero una mu/er
desnuda! desnuda quiero una mu/er.- *l p1blico aplaudía y pedía bis. +espués pasaban un
sombrero. Los aplausos eran más numerosos que las monedas.
)7 todos esos ,eventos-! como se dice en la /erga deportiva de hoy! íbamos en pandilla.
@nclusive los deportistas rompíamos nuestro entrenamiento con visitas a aquellos ,cabarets- con
cama y lo demás. Muchas veces! después de una sudorosa sesión de esgrima en la ala $avallero!
comíamos en el restaurante ,%ene0ia- y acudíamos a tomar la 1ltima copa en una de las ,casas-
de la calle de 3atos! el #uevo o La alud.
)Acurría que! además! en pos de debates literarios y! vista la orfandad de mu/eres
letradas! llamábamos a la puerta de Lily Márque0! una brasile6a sabihonda y realmente bonita!
un tanto sofisticada! en cuya casa de Guilca se encontraban los 1ltimos poemas de $endrars! los
inolvidables de Machado de 7ssis y Alave Zilac! y los primeros de Manuel Zandeira.
)Atra mu/er! llamada profesionalmente Lily! nacida en Marsella! rompía su modorra
matinal para conseguir! donde 5osay! los 1ltimos libros de los vanguardistas y surrealistas de la
primera hora: 7pollinaire! Zreton! $endrars! oupault! 5adiguet! $octeau. 9adie habría
supuesto que un grupo de /óvenes entrara de noche en una de esas casas! para sólo beber unos
tragos de menta! cognac o de absintio! y discutir el 1ltimo libro de 3arís. 9aturalmente! con
frecuencia los debates tuvieron desenlaces más gratos. 9o había escapatoria.
)Los toreros! los conferenciantes! los políticos! los poetas! los pintores! los boeadores! los
militares! los civiles! acostumbraban encontrarse en aquellos mentideros de indiscutible mala
fama. Hna noche! @gnacio ánche0 Me/ías asaltó un prostíbulo tratando de demostrar su hombría
y persiguiendo al /oven ,camote- de una hetaira tuneci na! larga! flaca y ya dos veces madre. Hn
edecán del 3residente Leguía ostentaba el ,record- de escándalos burdeleros. Hn conocido político
antileguiísta solía interesarse en la llegada de ,costureras- de "rancia! por el gusto de practicar
su francés y saborear la ilusión de ser amado! aunque con paga y a destiempo.
)$omo todos viví a plenitud ese ambiente! con una desventa/a: que como ya e/ercía el
magisterio escolar! debía estar en mi aula a las ocho de la ma6ana! fresco y optimista! para no
alarmar a mis tudescos patrones. 3orque desde los veinte a6os había yo empe0ado la carrera
docente.2
More
#on Federico More, uno de los periodistas más notables 1ue ha habido en el
Per, pluma brillante e incisi!a, hombre culto, de !erbo $ácil y elegante, abordó cierta
!e, con esa $ran1uea tan suya, el tema de la prostitución. 8 por ser, como era, tan
sonado el asunto, pidió a sus lectores 1ue le permitieran hacer lo 1ue no solía, hablar en
primera persona. Idea $eli, ciertamente, por1ue así, en primera persona, con$esándose,
mani$estando con !erdad sus hechos, ideas y sentimientos, logró plasmar una aut5ntica
piea de antología, a la 1ue puso por título '3amos a tratar acerca del o$icio más
antiguo del mundo(: y entre otras cosas epresaba las 1ue a continuación transcribo.
)*l amor de la prostituta es el más bello! el más puro! el más comprometedor de todos K K].
erá tal ve0 porque me he pasado la vida en las casas de ellas! en las encantadoras ,casas
cerradas- que dicen los franceses. erá que a ellas les debo los me/ores recuerdos de mi /uventud.
ólo ya pasados los cuarenta a6os he conocido el encanto de la mu/er honrada sin ferocidad.
3orque debo confesar que a las mu/eres honradas les tiemblo. 8eneralmente lo son porque no hay
quien les proponga pecar. 5ara ve0 son bellas o graciosas. B siempre se ocupan en martiri0ar con
celos al hombre que tiene la desdicha de caer en sus manos. *s como para decirles: 0Nscate un
a"ante y d2a"e en #a82.
)Mi sue6o dorado fue siempre ser rufián. 3ero los sue6os dorados /amás se reali0an. B he
aquí que hasta mi 1ltimo centavo (los lindos centavos de mi /uventud( se han quedado en las
manos de mis adorables amigas! bellas como el pecado! irresistibles como el deseo. B no porque
ellas me eplotaran. 9o. iempre creí que mi dinero era de ellas. *n resumen! mi dinero ha sido
siempre para mu/eres. 9o he podido ser rufián. 9o me atrevo a decir que sea una lástima.2

Macera
Pablo Macera, 1ue sólo 1uiere guardar con sus paisanos Dcompatriotas le parece
un t5rmino ecesi!oT una relación de mutua prescindencia Oencomiable actitud 1ue
comparto plenamenteT, mani$estó en cierta ocasión 1ue el Per era un burdel, raón por
la cual hubo alharaca y se pro$irieron como siempre maysculas inepcias. El nico 1ue
di-o algo signi$icati!o $ue el psicólogo &aldomero Cáceres. #i-o )Macera se equivoca. Los
burdeles son lugares bien organi0ados.2
8 'El )guilucho( sin duda lo era, humilde prostíbulo tru-illano 1ue durante la
Ne!olución de >BUS se con!irtió pro!isionalmente en tribunal militar. )un1ue usted no
lo crea.
),*l 7guilucho- (dice Thorndi&e( tenía un patio grande! sombreado por guabos. B un
portón grande y sólido y también urinarios de cemento y una pianola y ocho cuartos que olían a
ruda y desinfectantes. *n las noches bailaban allí turbias pare/as! nobles! ruidosas putas! nobles
animales! nobles y peludos seos. *ra un prostíbulo de mala muerte y sus inquilinas habían
huido despavoridas desde el mismo /ueves de la revolución. *n un cuarto se encontró cerve0a!
co6ac de @ca y aguardientes. *l comandante +aniel Matto hi0o funcionar la pianola! rió! pidió
que consiguieran hielo y paseó el burdel con sus ayudantes.
/90ste es el sitio $ue necesita"os8 9dio.
)B el comandante Matto! flamante presidente de la $orte Marcial! dispuso que en el
burdel se instalara la oficina provisional de la /usticia militar. í! era un sitio conveniente.2
Rue haya sido, como $ue, sitio con!eniente 'El )guilucho( para con!ertirse
transitoriamente en tribunal militar, es indicati!o de 1ue no era e-emplo de
desorganiación, sino de orden y concierto. Con lo cual se demuestra cuánta !alide
tiene la obser!ación antes citada del psicólogo &aldomero Cáceres.

#há%e Peralta
)*n los a6os sesenta apenas si eistía la prostitución calle/era y sólo el ,$he0 Maim-s-
ofrecía un ambiente nocturno para bailar con mu/eres también dispuestas a practicar el seo.
3ara estos casos lo normal era los burdeles! calle/ ones flanqueados de cuartos min1sculos donde
las prostitutas alquilaban sus cuerpos por los escasos minutos que dura una cópula. *n Tru/illo
funcionaban tres: ,*l Guinto 3atio-! ,La "lor de la $anela- y ,La Laura-! todos ubicados al final
de la calle Eosé 8álve0! en el etremo sur del barrio $hicago.
)*l de mayor prestigio (y por eso el más concurrido( era ,*l Guinto 3atio- Dnombre
posiblemente inspirado en la letra de un bolero! popular en la década del cincuenta! cantado por
Zienvenido 8randa;. 7 este burdel llegaban semanalmente contingentes de meretrices /óvenes y
atractivas! inclusive etran/eras! a pesar de ser el más estrecho y modesto Dparedes de adobe!
techo de ca6a brava y torta de barro;' en cambio! los otros dos (más amplios y modernos(
lucían generalmente despoblados! porque recepcionaban a las mu/eres con menos demanda en ,*l
Guinto-! las oto6ales y las ,cachaqueras- Dputas baratas para los soldados del cuartel;.
)7brían a partir de las cuatro de la tarde! pero a esa hora sólo atendían las pocas mu/eres
que vivían allí. 9ormalmente empe0aba a funcionar a las siete de la noche! de manera que uno
podía decidir entre ir al cine o visitar $hicago. B! en efecto! todas las noches! cientos de varones
de todas las edades! de diferente nivel social y económico se daban cita en los burdeles de
$hicago: /óvenes! adultos y vie/os' solteros y honorables padres de familia' obreros! empleados!
profesionales! magistrados y autoridades no podían resistir la tentación.
)*l servicio costaba quince soles! pero también había de die0! veinte y veinticuatro soles
Dla del cuarto n1mero uno! en ,*l Guinto 3atio-! era la 1nica que go0aba de ese privilegio;. $omo
en los cines de entonces! había colas y tumultos para ,ocuparse- con las ,nuevas- o algunas
siempre deseadas por sus pericias en el arte amatorio. Hna de las ,estrellas- conocida como ,La
hilica- Dpor ser oriunda de $elendín! supongo;! contaba con una clientela fi/a y selecta. *ra alta!
blanca! de o/os verdes y cuerpo escultural. ólo atendía una o dos horas y! a menudo! sin ning1n
aviso! se encerraba hasta el siguiente día o salía repentinamente del local.
)La versión opuesta era ,La 9egra- +oris! una mulata alta! grácil! de carnes durísimas y
en cuyas entra6as parecía haberse concentrado todo el fuego del universo. 7tendía como ninguna
otra: nunca un gesto de mal humor! nunca un reproche ni una palabra grosera' permitía caricias
y prolongar el coito deliberadamente' además! se entregaba con verdadero frenesí y parecía
disfrutar del orgasmo con la pasión de una amante enamorada! sin importarle quién era su
cliente de turno. 7 diferencia de ,La hilica-! atendía puntualmente! desde las siete hasta las once
de la noche! con la misma /ovialidad y entusiasmo. $reo! sinceramente! que nació para ser puta'
y fiel a su vocación! fue 1nica! ecepcional! etraordinaria.
),La 9egra- +oris alimentó las fantasías libidinosas de toda una generación. *n el
colegio! los adolescentes la convertimos en una leyenda y en un fetiche. +urante los recreos nos
complacíamos en describir (y fantasear( la forma ,especial- como habíamos sido atendidos por
ella. La poderosa feminidad de hembra arquetípica que producía el contacto con el cuerpo de la
+oris! su sonrisa y sus modales! nos creaba la ilusión de que alg1n día podíamos merecer su
preferencia. B así como nosotros! cientos de hombres en Tru/illo vivían perdidamente
enamorados de su irresistible magnetismo y la incandescencia de sus entra6as.
)Hn caso ecepcional fue el de un profesor nuestro. *ra de ba/a estatura! rechoncho y
dotado de una nuca descomunal Dse mandaba confeccionar sus camisas y nunca pudo usar
corbata;' solterón! frisaba aproimadamente la cincuentena y ehibía dos debilidades: la comida y
,La 9egra- +oris. Tenía fama de tragaldabas! pero su pasión por la hetaira de ébano rebasaba
cualquier medida imaginable. Todas las noches (sin faltar una( se le veía en ,*l Guinto 3atio-
esperando su turno en la misma puerta de siempre. 9osotros nos precavíamos de que no nos
viera! porque tenía otra debilidad ocasional: la violencia. Hna ma6ana! a la hora del ,gran recreo-
Dun descanso de treinta minutos;! a un compa6ero de aula se le ocurrió una palomillada. $on
ti0a escribió en el pi0arrón: Doris6 negra ri$u,si"a) todos te a"a"os. La sección 0C8 .
$uando el profesor ingresó al aula y leyó el teto! escrito en grandes letras a lo largo de toda la
pi0arra! su rostro! su calva y su descomunal nuca cambiaron de mil colores! antes de fi/arse en
un cárdeno encendido. 9os miró a todos con un odio infinito! uno por uno! como buscando al
responsable de tama6a afrenta! y como no lo ubicó! empe0ó a repartir sopapos y pesco0ones a
diestra y siniestra! a berrear insultos ininteligibles. 3udo haber reventado de ira! sufrir un
colapso y morir allí! si no hubiese aparecido el auiliar para calmarlo e invitarlo a abandonar el
aula. *sa semana hubo reclusión para todos y el resentimiento del ofendido amante (epresado
en sutiles represalias( duró varios meses.
)*ra vox #o#uli que ,La 9egra- +oris recibía! cada noche! varias propuestas
matrimoniales' la más reiterada y patética! la de nuestro profesor. 9unca lo aceptó y debió
resignarse a vivir solo. *stoy seguro de que al morir su 1ltimo pensamiento fue para la puta más
simpática y eficiente de los burdeles de Tru/illo en la década del sesenta.
)Atra puta memorable (aunque en el etremo inferior( fue ,La Zrasile6a-. u fama
estaba asociada a la beneficencia: ella evitaba la insulse0 del acto masturbatorio a cambio de cinco
soles. *ra una negra gigantesca (una 0ul1( y bastante madura Dsu rostro! siempre adusto! no
registraba el tiempo; y se te6ía el pelo de un color ro/i0o! de tal manera que en la oscuridad de la
noche su aureolada cabe0a era lo 1nico visible. Traba/aba detrás de ,*l Guinto 3atio-! a cielo
descubierto! al borde de una chacra! sobre una estera. "ue una prostituta informal! sin carnet
sanitario! y por eso su clientela la componía n los estudiantes de la secundaria menores de edad!
los soldados del cuartel ,A-+onovan- y los fornicadores menesterosos. 9adie podía garanti0ar su
srcen brasile6o porque nunca hablaba! no tenía amigas ni caficho conocido. +e día desaparecía
misteriosamente y aparecía al anochecer! espectral! siempre con vestidos multicolores o
estampados con flores eóticas. Tampoco se le conocía su verdadero nombre y su apelativo! ,La
$inco oles-! circulaba (así lo recordamos( con una doble rela/ación fonética: ,La hinco
holes-! reproduciendo con eactitud como ella pronunciaba su frase de ,oferta- seual. Tampoco
nadie pudo eplicarse /amás cómo una prostituta que eludía el control ginecológico semanal en el
dispensario y ni siquiera cumplía con el ritual obligatorio de revisar el pene del cliente Dtodas las
prostitutas lo hacían para cerciorarse de una posible gonorrea o de un chancro;! nunca contagió
una enfermedad venérea.
)La atención en los calle/ones concluía a las once de la noche. +esde las die0 y media! el
mismo empleado encargado de llevar agua en baldes a los cuartos y los rollos de papel higiénico!
empe0aba a tocar las puertas y anunciar: 01C!icas6 al salón3 1C!icas6 al salón38 . *l salón en
,*l Guinto 3atio- era muy amplio: en el centro! la pista de baile acordonada con las mesas' en un
rincón! /unto a la puerta! una gigantesca roc&ola-! la batería y dos timbales' las paredes pintadas
con colores chillones y grotescas figuras de cuerpos de mu/eres totalmente desnudas. La fiesta
empe0aba a las doce en punto. +esde las once y media las prostitutas y parroquianos iban
acomodándose con sus pare/as! a veces formando peque6os grupos. $uando el orquestín y la
,roc&ola- anunciaban el baile! las pare/as se lan0aban a la pista. Las mu/eres se vestían como para
ecitar y despertar la lu/uria: vestidos pegadísimos con ra/a al costado! hasta la media pierna'
faldas ,tubo-! ce6idas y brevísimas' 0apatos de taco alto! tipo agu/a. Los boleros se escuchaban
con mucha frecuencia y se bailaban pegados! cara a cara y losbra0os enla0ando las cinturas' los
mambos! merengues y chachachás! separados! despla0ándose por toda la pista y! en cuanto era
posible! la mu/er frotaba sus nalgas contra la pelvis del hombre.
)Los clientes que esperaban la ,hora de salón- para escoger la mu/er de su gusto!
convenían allí el precio y las condiciones del servicio Del doble o triple de la tarifa normal;. +e
cuando en cuando una bronca entre ,faites- y cabrones! o entre parroquianos (siempre por la
preferencia de una prostituta(! le a6adían colorido y rubricaban esas noches pletóricas de
alcohol! humo! m1sica y seo. 9o puedo borrarlo de mi memoria! en el equipo del orquestín! un
espectáculo aparte lo ofrecía el maraquero! un vie/o parsimonioso y /ovial apodado ,$amote-:
cuando sacudía frenéticamente las maracas! go0aba tanto con la emoción de la m1sica y del
ambiente! que entrecerraba los o/os! congelaba una sonrisa y todo él parecía poseído por un
étasis orgásmico.
)*n los a6os sesenta concurr ir a un burdel era tan normal como ir al cine! al circo! a un
concierto o a la retreta. La mayoría de adolescentes de mi generación (salvando la estricta
vigilancia policial( hicimos nuestro ,debut- seual con una prostituta! en un cuarto
impregnado de olor a ruda y ron de quemar! y con el ronroneo del motor como m1sic a de fondo.
B no nos sentimos avergon0ados (no podíamos( de haber eperimentado esa iniciación seual
bastante precaria y casi siempre insatisfactoria! porque la considerábamos preferible frente a la
alternativa de la torturante abstinencia o la frustrante masturbación. @nclusive nos importaba
poco el riesgo de contraer una enfermedad venérea Dla gonorrea era la más frecuente y sufrir una
,quemada- equivalía a un bauti0o en el ámbito de la virilidad; o el tormento insoportable de las
ladillas. $omo en la década del sesenta ni se so6aba con el flagelo del ida! los burdeles nos
ofrecían! no sólo la oportunidad de un aprendi0a/e y entrenamiento seual que después íbamos a
necesitar! sino la emoción y la ilusión del amor que a1n aguardábamos encontrar y conocer. )*l
incipiente crecimiento urbano de Tru/illo! las que/as de los vecinos de $hicago y el terremoto de
?=V determinaron el cierre definitivo de los tres burdeles y su traslado a ,La $umbre-! un arenal
al norte de la ciudad. *n locales modernos y amplios! el entusiasmo de la antigua clientela y la
costumbre de las ruidosas fiestas en el salón! se mantuvo hasta la década del setenta. Hn sábado!
a fines de la década del ochenta! contándole a un amigo cu0que6o cómo habían sido las noches de
burdel en Tru/illo! lo invité a visitar ,La $umbre-. $uál no sería mi sorpresa! a las once de la
noche! ,*l Guinto 3atio- ofrecía apenas media docena de prostitutas gordas! vie/as y feas. Le
pregunté a alguien que me pareció un empleado del local:
/9P las otras "ueresR
/9Sólo tra(aan veinte 9"e res#on dió9. Las otras ya se fueron. Esta"o s
cerrando.
/9PHoy6 s:(adoR P a $u2 !ora funciona el salónR
/9PSalónR (me respondió mirándome de pies a cabe0a como si yo fuera un gringo o un
marciano(. El salón ya no funciona desde !ace varios a5os6 $ui: oc!o o die
)B agregó:
/9Ese tie"#o se aca(ó6 Psa(eR
)abía! pero no estaba muy convencido. *n el tai! mientras atravesábamos los arenales y
a la distancia se veía Tru/illo como un inmenso en/ambre de libélulas! evoqué la ciudad chata!
peque6a y triste de mi adolescencia cuando vivíamos atemori0ados por la guerra nuclear'
escuchábamos a Los Zeatles! a *nrique 8u0mán' bailábamos tXist' íbamos al cine para
derretirnos con la Zardot' $laudia $ardinale y 5ossana 3odestá' admirábamos al ,$he- 8uevara!
a 3elé! a $assius $lay' leíamos a Mar! a Srishnamurti! a Louis 3aXels y Eacques Zergier! a
Shalil 8ibrán' en fin! cuando podíamos disfrutar de una mu/er sin el temor de contagiarnos con
un virus mortal' cuando a1n no era una locura so6ar con un mundo menos violento y más /usto.
Gué había pasadoU 7donde había volado toda la srcinalidad! la novedad! la calidad y la
emoción romántica de esa épocaU Me vi caminando! adolescente! por la ancha y penumbrosa calle
Eosé 8álve0! mientras desde una cantina se escapaba la taladrante y melosa vo0 de Lucho Zarrios
cantando ,Marab1-:
7diós! ya me quedo sin ti
y así para qué más vivir!
sin ti no podré más luchar
sin ti para qué más vivir
)í! ese tiempo se había acabado. B acabado para siempre.2

Fuentes
La cita de Faulner, en Luis de Paola, 'El escritor en su taller(. La *stafeta
Literaria, >BHH, 9. @,A. _ La cita de García Már1ue, en Plinio )puleyo Mendoa,
'Entre!ista con Gabriel García Már1ue(. Libre, 9. U, Maro, )bril, Mayo, >BHS, H+?.
35ase tambi5n Gabriel García Már1ue, *l 7mor en los Tiempos del $ólera . &ogotá,
Editorial La 2!e-a 9egra, >B?@, >?. _ Na$ael )lberti, La 7rboleda 3erdida. Memorias .
&arcelona, Editorial "ei &arral, >BHH, >>B+>S. _ E. M. Cioran, *nsayo sobre el
3ensamiento 5eaccionario y Atros Tetos . &arcelona, Montesinos, >B?@, S>@. _ Fernando
#ía+Pla-a, Mis 3ecados $apitales. &arcelona, Plaa f an5s, >BHH, >@?. _ Federico Fellini,
7puntes. &arcelona, Muchni, >B?H, BA. _ La cita de 29eill, en Gonalo &ra!o
%abalgoitia, 'En$ermedad de Parinson(. ndice, >BH@, UUHU+UHA, A@. _ Gusta!e
Flaubert, $artas a Louise $olet. 0raducción, prólogo y notas de Ignacio Malaeche!erría.
Madrid, Ediciones "iruela, >B?B, S?S, UUH. _ )lberto Mora!ia, Mi %ida. *n conversación
con 7lain *l&ann. Madrid, Espasa+Calpe, >BB>, S?+SB. _ orge )mado, $onversaciones con
7lice 5aillard. &uenos )ires, Emec5, >BBS, SU, S?U. _ Mario 3argas Llosa, *l 3e0 en el
7gua. Memorias. &arcelona, "ei &arral, >BBU, >B+>>. _ Ma "il!a 0uesta, #otel
ementerio. O3ersión de$initi!a.T 0ercera edición. Lima, Editorial Leo, S, AS+AA. _ Luis
)lberto "ánche, Testimonio 3ersonal. Memorias de un peruano del siglo __. Lima,
Ediciones 3illasán, >BB, I, >@+>B. _ El artículo de More se publicó srcinalmente en
$aretas, >B@A, @H, AU, A, A?. #ieciocho aXos despu5s yo lo !ol!í a publicar, muy bien
ilustrado, en el cuarto nmero de mi re!ista "áscinum, republicación prácticamente
coincidente con la 1ue Aiga hio por entonces. _ Pablo Macera, Las "urias y las 3enas .
Lima, Mosca )ul, >B?U, SSB, nota. _ Guillermo 0horndie, *l 76o de la Zarbarie. 3er1
?FO. Lima, Editorial 9ue!a )m5rica, >BB, UH+U?. _ orge Chá!e Peralta, Los
76os <V: una +écada ingular. 9oticias casi olvidadas acerca de la época más espectacular!
revolucionaria y romántica del siglo veinte. 0ru-illo, S, >H>+>HH.
HI ecuerdos huati2ueros
)P7hora los casados van a tener que prestarQ2
El parro1uiano de /uatica se epresó así, eclamati!o, a1uel mediodía del SH de
-ulio de >B@, en la es1uina de /uatica y S? de ulio, donde estábamos unos cuantos
curiosos !iendo la partida de las ltimas putas. 9os hallábamos $rente a una casa 1ue
había sido construida !eintidós aXos antes y 1ue toda!ía eiste. En la parte superior del
$rontispicio de esa casa, 1ue es la de la i1uierda, si uno mira al "ur, se !e la inscripción
siguiente ?FR.
La putería de /uatica terminó, pues, -untamente con el gobierno de 2dría. "e
había establecido en >BS?, pese a la oposición de Luis )lberto "ánche O5l mismo me lo
di-oT, 1ue era por entonces asesor legal de la Municipalidad de La 3ictoria.
El -irón /uatica, 1ue antes se llamaba S de "eptiembre y hoy se llama
Neno!ación, se inicia al terminar la primera mitad de la 1uinta cuadra de la )!enida
Grau, puesto 1ue Neno!ación di!ide en dos la 1uinta de Grau, y se prolonga siete
cuadras, hasta "ebastián &arranca: siete cuadras 1ue parecen ocho, por1ue la primera se
di!ide en dos cuadritas, separadas por la calle Misti=WD.
En la cuarta cuadra, entre S? de ulio y &olí!ar, estaban las putas caras cobraban
die soles por pol!o: las restantes, cinco. O0ari$a de >B@A.T /abía dos o tres !e-estorios
etran-eros de escasísima clientela: posiblemente sobre!i!ientes del grupo muy
solicitado de polacas y $rancesas 1ue hubo en los inicios. En las dos ltimas cuadras no
había muchas putas, 1uiero decir, de las 1ue atendían hasta la una de la maXana, pero a
partir de esa hora y hasta las cinco de la maXana $uncionaba en la s5ptima cuadra el
establecimiento puteril de Lu Góme, sito eactamente en /uatica H@A y cuyo nmero
tele$ónico era el UB@HH. O35ase la 8uía Telefónica de Lima! $allao y Zalnearios , primera
edición, >B@>, primera columna de la página >>. 35ase tambi5n el libro de Noberto
Prieto "ánche, 8uía ecreta. Zarrios 5o/os y $asas de 3rostitución en la #istoria de Lima .
Lima, Centro Cultural de EspaXa y 7ni!ersidad Nicardo Palma, SB, >BA+S>.T
El horario de atención al pblico era, o$icialmente, de siete de la noche a una de
la maXana: pero, en realidad, a partir de las dos de la tarde, poco más o menos, ya había
algunas mu-eres 1ue o$recían sus ser!icios, esmerándose las pobrecitas en pro!ocarnos
intilmente luciendo sus inapetecibles cuerpos decadentes y otoXales.
9unca !i putas en las maXanas todas dormían: todas las 1ue !i!ían allí, 1ue no
eran todas las 1ue traba-aban. Las residentes pagaban al1uiler mensual: las otras,
semanal o diario. En cada casita había dos o tres mu-eres: muy rara !e una sola.
Era de rigor, Jcómo noK, la presencia del mandadero, 1ue in!ariablemente se
llamaba uan o Pedro: iba y !enía de una parte a otra, incansable: era un moo e$iciente
al 1ue las putas solían mandar a gritos
)PEuan! recoge el baldeQ2
)P3edro! estoy esperando el papel higiénico' ap1rate! puesQ2
El hacernos pasar a las casitas y recorrerlas hasta llegar al cuarto de la ocupación,
con!ersando como buenos amigos: y una !e en el cuarto, la relati!a impremura del
ser!icio, el trato $amiliar, el ambiente hogareXo, todo esto era de !eras solaante.
Acupación, di-e, y di-e bien, por1ue en /uatica, e$ecti!amente, todos nos
ocupábamos, nadie brincaba, y hasta las mismas putas, sobre todo cuando escaseaban los
marchantes, nos decían con algn apremio
)Aye! papito! no quieres ocuparteU %en! pues! te voy a hacer de todo! bien rico! yaU2
) mí me gustaba con!ersar con las putas, con!ersación 1ue era cháchara, desde
luego, pero me gustaba con!ersar con ellas, J8 la de cosas 1ue con!ersábamosK
Necuerdo 1ue una pichona negroide me contó cierta !e 1ue tenía un hi-o llamado
"ig$rido, y yo, J1u5 tal co-udoK, tratando de culturiarla, le di-e 1ue 5se era,
precisamente, el nombre de un drama musical de <agner.
La cháchara calle-era era linda, de pre$erencia en las tardes, a eso de las cuatro,
cuando un "ol sua!ecito entibiaba el -irón y el 1ue esto escribe, -unto a la puerta o
arrimado a la !entana, se entretenía con sus amigas intercambiando tri!ialidades de
marca mayor. "í, amigas, por1ue no se trataba de las puta s de /uatica, sino de mis
amigas las putas. 8 con ser esto distinto, era además me-or.
"in embargo, no por1ue lo $ueran podíamos pagarles despu5s de la encamada:
no, tenía 1ue ser antes: de suerte 1ue, pre!io pago, nos des!estíamos
semicompletamente, sólo de la cintura para aba-o, y ella nos acercaba a la lamparita de
la mesa de noche para inspeccionar el miembro. )probado el eamen, !enía la
ocupación propiamente dicha.
Cuando adornábamos el pol!o con platos, pagábamos naturalmente más. Los
platos eran las poses, el uso de la !ía estrecha y !ecina, y lo 1ue popularmente se
llamaba corneteo y t5cnicamente se llama felación. 7n ser!icio completo incluía !arios
etras y podía llegar a costar cincuenta soles.
Escrita con tia en la puerta, $iguraba a !eces la minuta, encabeada por el
nombre de la o$reciente. Por e-emplo
ES+HE'
3latos y servicio completo
QCorneteo
Q#oy el chico
Poses
Q'El perrito(
Q'Filo al catre(
Q'Piernas al hombro(
7tención esmerada
)l cabo de la -ornada, la amiga traía una palangana con agua tibia, 1ue nosotros
sosteníamos
9os secábamosconcon
ambas manos,
papel mientras
higi5nico. ella -abonaba
#espu5s, y la!aba
a !estirse, y hastaallacombatiente
próima. inalti!o.
9unca me ol!idar5 de esos cuartitos donde se tramitaban los pol!os de medio
Lima. Pintados de rosado, carmesí o aXil, y en algunos casos, prácticamente
empapelados con $otos de mu-eres calatas en poses sugerentes. En un rincón, el primus
in$altable. 8 el olor, Jese olorK, 1ue caracteriaba a los cuartitos, olor a hierbas aromáticas
y alcohol. 8 la msica, Jah, la "onora MatanceraK 9o había puta sin radio y todas
sintoniaban la emisora más populachera, Nadio Libertad. JCómo no !oy a recordar 'El
corneta(, por #aniel "antos, o 'Las muchachas(, por Carlos )rgentino, o
'&urundanga(, por Celia CruK
) estas memorias, muy claras y agradables, sumo de paso la siguiente, de
carácter anecdótico
7n buen
Castellano. día,la allá
Fue en porcuadra,
cuarta >B@S, lo
merecuerdo
encontr5per$ectamente.
en /uatica con mi sorprendió
9o me pro$esor de
mucho el encuentro Oal $in y al cabo, 1ui5n no iba a /uaticaT, pero a 5l sí, y la suya $ue
grandísima sorpresa. J2h, si me parece estarlo !iendo, todo descompuesto e incómodoK
)l buen hombre se le había planteado un problema moral. Pues claro, 41u5 e-emplo era
5ste para la -u!entud6
0rató de eplicarme 1ue no había ido epresamente a ese sitio, sino 1ue )pasaba
por allí2. Fingí creerle, pero 5l reparó en mi $ingimiento y siguió eplicándome. 0otal,
nos dirigimos a un restaurantito cercano de S? de ulio y mi pro$e 1uiso in!itarme un
tamal, sólo le acept5 un ca$5: y casi durante un par de horas me endilgó una perorata
acerca de los incon!enientes y peligros de acostarse con putas.
Lo di!ertido es 1ue aXos despu5s !i a este rectorcillo de moralina en uno de los
corralones de la )!enida M5ico, donde se había establecido el nue!o barrio ro-o.
En lugar de reprobar, o atenuar, o disimular, el lance prostibulario, debió este
pro$esorcito QJhubiese sido más pedagógicoKQ compartir con su alumno la eperiencia
y decirle, por e-emplo
)P$aramba! qué gusto de verlo por acáQ BU $ómo está la puteríaU Hsted ya se ocupóU
9oU 7h! entonces venga conmigo! acompá6eme' vamos a dar un vista0o.2
Pero no ocurrió esto: pudo más la moralina y ese a$án de 1uerer dar e-emplo a la
-u!entud. JMaldita la $alta 1ue nos hacen seme-antes e-emplosK
Corría !álida por a1uel tiempo la creencia de haber mucha peligrosidad en el
mentadísimo -irón 3ictoriano.
)9o vayas a #uatica! te pueden asaltar o cortar' hay hampones! no vayas! ten cuidado.2
)sí se ad!ertía a los -ó!enes, así nos ad!ertían los mayores. 8, sin embargo, la
delincuencia reinante en /uatica era supuesta. Lo comprob5 repetidas !eces
recorriendo el -irón a las horas más peligrosas a las dos de la maXana, a las tres, a las
cuatro, o sea cuando no había el menor asomo de !igilancia policial. 9unca me pasó
nada. 9o digo 1ue la gente de por allí $uese celestial. 0al !e había hampones, uno 1ue
otro, tal !e: pero lo 1ue no había erahampa organi0ada. Eso, no=WD.
Por otra parte, las matonadas no pegaban en /uatica. Necuerdo al respecto haber
!isto un día a dos cabos semiebrios 1ue estaban apro!echando su licencia para hacer lo
1ue les !enía en gana. Insultantes, recorrían el -irón $astidiando a las mu-eres y
pateando las puertas de las casitas. El pblico circunstante $ue indignándose a medida
1ue crecían los abusos. 8 he a1uí lo interesante la indignación popular $ue tanta, 1ue la
gente terminó por apedrear a los dos matones !oci$erantes, 1ue por supuesto tu!ieron
1ue salir disparados.
9i morada de delincuentes ni escuela de carteristas y cha!eteros. 9ada de eso
era /uatica. 48 entonces 1u5 era, el Paraíso6 Pues no, tampoco: pero sí un barrio ro-o
pintoresco 1ue tenía cierto aire ed5nico. Por eso el ingenio de nuestro pueblo,
!ali5ndose del título de una de las películas de ames #ean, había $or-ado el siguiente
chiste en tres actos
3rimer acto: )parece la Plaa Manco Cápac.
egundo acto: )l centro de ella se aprecia la estatua de Manco Cápac.
Tercer 7cto: "e !e al Inca seXalando con el brao etendido.
4Cómo se llama la obra6
Al Este del >ara,so.
E$ecti!amente, Manco Cápac está seXalando -ustamente en dirección a /uatica,
seXala al Este, al Este del Paraíso`
1e$tos multiautorales concernientes a uatica

Luis Alberto &ánche


)*n La %ictoria nacía un distrito legalmente crapuloso. *l barrio ro/o se asentaba al pie
del río pestilente y escuálido llamado #uatica! bra0o de río! esquirla acuática! calle navegable
sólo por los desperdicios humanos a cuyo borde abrían sus berme/as puertas los míseros
lenocinios de la calle OV de etiembre. Hna retahíla de soldados francos! de estudiantes
provincianos! enardecidos pero grises! montaban guardia a las puertas de esos aciagos templos
del amor barato. #asta el amor era gris.2
OLuis )lberto "ánche, Los Zurgueses. "egunda edición. Lima, Mosca )ul, >B?A,
H.T
)Los vicios de las ciudades se llaman cantinas! burdeles y casas de /uego. Los tres con
aromas coloniales. Los más abundantes eran los segundos' y como los había en muchas calles! y
de todo tipo! aquel a6o de ?O>! las autoridades resolvieron concentrarlos en un solo barrio! como
en Zrasil! como en Zuenos 7ires! como en Montevideo y un poco como en la vie/a 5oma. *l
Ministro de 8obierno resolvió que las prostitutas se concentrasen en un barrio de La %ictoria y
escogieron la calle OV de etiembre! en los bordes del río #uatica! como el lugar que reempla0aría
en la mente de los pobres empleados de tercera fila y de los obreros de segunda! la leyenda del
*dén.
)*l Municipio de La %ictoria se vio s1bitamente enriquecido pero mal poblado! seg1n
decía el 7lcalde! un médico apellidado Morán! aficionado al grito y a las patadas. Las pobres
heteras criollas! polacas! francesas y algunas chilenas! desfilaban en largas hileras para obtener
sus respectivas licencias. Las había de todo tipo! predominantemente feas! gordas y mal pintadas.
ólo una que otra conservaba su atractivo /uvenil. La mayor parte se llamaba Lilí! olange!
Marión! pronunciados con todos los acentos del mundo! desde la fonética aserranada de las
provincias hasta la gutural de las polacas y la dengosa de las francesas.
)*l 7lcalde miraba solícita mente a sus nuevas s1bditas. *l médico municipal se frotaba
las manos pensando en los suculentos honorarios que percibiría semana a semana de los
eámenes pertinentes. *l ecretario elaboraba cálculos fantásticos sobre posibles orgías sin costo
alguno' los inspectores daban vueltas en torno de sus futuras presas que! a su ve0! les hacían
gui6os y dirigían miradas al cielo como prometiéndoles étasis sobrenaturales.
)Todo el distrito andaba alborotado. Los padres de familia se /untaron para protestar en
nombre de la moral contra aquella medida. *l cura párroco lan0ó hasta tres sermones
dominicales para censurar la p1blica presencia del demonio en el distrito de La %ictoria. +os
propietarios inescrupulosos abrieron la posibilidad de arrendar sus casas por horas.
)7 partir de las < p.m.! columnas de ,clientes-! de saco y de uniforme! hacían cola frente a
las casas predilectas esperando su turno. La gloriosa fecha del OV de etiembre! que hasta ?OF
fue la "iesta 9acional de @talia! en memoria de 8iuseppe 8aribaldi! pasó a ser símbolo de pecado
grato y sucio! de mercancía carnal! de parvo deleite tarifado. e podía alcan0ar el étasis desde
dos hasta die0 soles' todo dependía del color de la piel! la edad y la eperiencia de la mercancía.2
OLuis )lberto "ánche, o. c., >>>+>>S.T
a/l &errano #astrillón
)7 sólo dos cuadras Kdel antiguo /irón 8aribaldi! hoy #uascarán! estaba el /irón OV de
etiembre. Las francesas! las polacas! las italianas! la chalaca Zetina! la china Mery! la $aballo
Zlanco! la negra onia. +ecenas de mu/eres rubias! cholas! negras! altas! ba/as! flacas y gordas
que vendían caricias y alegría en el barrio ro/o de Lima. También se le conocía como el %einte o
como #uatica! por el río que cru0aba deba/o de su pista.
)La gran fiesta empe0aba a eso de las siete! cuando oscurecí a la ciudad' y terminaba con
los albores de la ma6ana siguiente. *l %einte refle/aba la rígida organi0ación social de Lima. *n
sus primeras cuadras! a partir de la avenida 8rau! estaban ,las de ventana-! mu/eres que ofrecían
sus servicios a través de las ventanas de casitas americanas. *n las 1ltimas cuadras! colindantes
con chacras a1n no urbani0adas! estaban las famosas casas de cita o burdeles! en las que se
encontraba una clase superior de prostitutas! que no se limitaban al mero e/ercicio carnal! sino
que además! o previamente! conversaban! reían! tomaban su traguito y bailaban al compás de la
orquesta estable del burdel.
)7 ,las de ventana- acudían muchachos timidones de todos los barrios! decididos a
debutar como hombres' y se6ores comunes y corrientes que! insatisfechos con sus pare/as! tiraban
una furtiva canita al aire. 7 las casas de cita sólo tenían acceso los faites y los se6orones! aquellos
que por pinta! fama! dinero o alguna otra virtud especial! go0aban de las preferencias de las
mu/eres de vida alegre.
)*l %einte estaba a tres cuadras de la 3la0a de La %ictoria! en el centro mismo de uno de
los barrios más /óvenes de Lima. *ra como la casa del /abonero! donde quienes no caían!
resbalaban. Los más famosos de la época! artistas! futbolistas! boeadores! acaudalados
comerciantes! políticos! periodistas! llegaban a divertirse o mantenían una relación
etramatrimonial con las me/ores de la vitrina.
)Hna de las más eclusivas casas de cita era la signada con el n1mero F?O! que
regentaban las comadres "resia y 8relia' esta 1ltima! mu/er del chino 3olo! guardaespaldas
engreído del 3residente Zenavides. *l propietario de una famosa sombrerería del Eirón de la
Hnión! mantenía un volcánico idilio con Lu0! una de las más bellas y deseadas damiselas. Hna
linda ecuatoriana! apodada Mona! decía estar perdidamente enamorada del cholo 7lcá0ar!
conocido en todo el barrio ro/o por su bravura.
)*ntre los cabrones de ,las de ventana-! sobresalía el negro Matías! capa0! seg1n se decía!
de romperle el alma a cualquiera con sólo ponerle una mano encima. $ada noche del %einte daba
srcen a uno o varios sucesos policiales! siempre adere0ados por licor! pichicata y una etra6a
combinación de alegría! seo! violencia y amor.2
ONal "errano Castrillón, $onfesiones en Tono Menor. \scar 7vilés: etenta 76os de
3eruanidad. Prólogo de Nicardo Miranda 0arrillo. Lima, >BBA, >B+S.T
)*n pleno #uatica! es decir! dentro del mismo %einte! funcionaba una pulpería de
/aponeses que se conocía con el nombre de ,9i0a- o ,La 3unta de $a6ete-! a la que acudían un
grupo de morenos criollos! fervientes devotos del e6or de los Milagros. 7llí iban el ,curita-
8on0ále0! famoso cantor de /arana lime6a' *nriqueta $avero! la 1nica mu/er que tocaba ca/ón
con la falda arriba y trepada en el vie/o mostrador de la pulpería' *ulogio $avero!

simpatiquísimo negro que se ufanaba de su apelativo ,Guerubín-' el Tato 'uso y María *sther!
una entonada cantante de valses criollos. Los hombres pertenecían a la undécima cuadrilla de
cargadores del e6or de los Milagros! teniendo el privilegio especial de ser ,esquineros-! y las
mu/eres eran sahumadoras.2
ONal "errano Castrillón, o. c., S@+S.T
)*l Tago Ce#ero ! uno de los hi/os de ,7feitaburro-! lo llevaba continuamente Ka \scar
7vilés a la casa de su novia en La %ictoria! en la 1nica cuadra no corrompida del /irón OV de
etiembre! o #uatica! la que hacía esquina con la calle Misti.2
ONal "errano Castrillón, o. c., @S.T

&o'ocleto NLuis Felie AngellC


)7parentemente sólo se trata de una fecha pero! en realidad! el 0;einte de Se#tie"(re8!
familiarmente conocido como 0El ;einte8 por los miles de parroquianos que semanalmente lo
frecuentaban! era en nuestra /uventud el 1nico barrio ro/o de Lima y un democrático centro de
reunión heterosocial donde los marchantes solíamo s trope0ar! sin mayor escándalo! con nuestro
severo profesor de Guímica o con el cura de la parroquia! vestido de civil. /0El ;einte8 era! desde
luego! una palabra proscrita en los hogares! donde se le consideraba como sinónimo de perdición
y! como decían las se6oras! un ant ro de 0"ueres "alas8! sin saber que algunas eran
buenísimas! que casi todos los maridos moralistas eran 0!a(itNes8 de solapa levantada y que a lo
largo de sus ocho cuadras el amor estaba Ddesde cincuenta centavos en la primera hasta dos soles
en la 1ltima; al alcance de todos los bolsillos. *n un país sin instituciones como el nuestro! yo
siempre he creído que 0El ;einte8 fue un interesante ensayo institucional! donde los siete días de
la semana estaban escrupulosamente repartidos entre una multitudinaria clientela de empleados
p1blicos que iban los sábados' de conscriptos y soldados rasos! que iban los domingos' de curas
que iban (ineplicablemente( los lunes' de profesionales que se descolgaban por ahí los martes'
y de estudiantes Dtanto escolares como universitarios; que nos constituíamos en el teatro de los
acontecimientos apenas /untábamos los dos soles reglamentarios para suscribirse en la cuadra de
0las francesas8. *n realidad eran todas polacas y! como una galantería de la casa! despedían al
cliente con unas gotitas de agua perfumada! sospechosa me0cla de permanganato con esencia de
vainilla que! en un lamentable rapto de ingenio! se me ocurrió calificar como 0Agua de
>olonia8! recibiendo (por concepto de derechos de autor( una cachetada con ida y vuelta de
8eorgette Den el mundo! onia to&oloXs&i; y la amena0a de contárselo a uno de mis tíos! que
también era su parroquiano.
U9P en esas 2#ocas usted esta(a en el colegio o en la universidad6 ingenieroR
U9En el colegio. Cuando entr2 a la universidad6 0El ;einte8 se lla"a(a 0-irón
Huatica8 y la cuota de ingreso !a(,a su(ido a cuatro soles. Si no cree6 #regNnteselo a
cual$uier #rofesor de la Católica6 #or$ue todos i(an
[Zueno! 0todos8 no! porque algunos eran misóginos Dque iban a Misa a diario; y otros se
conformaban con lo que tenían en casa. 3ero! en realidad! 0ir8 no estaba mal visto! ya que en
alguna forma la ciudadanía tenía que arreglárselas. Lo censurable era movili0arse en una cuadra
incompatible con la condición y los recursos económicos del interesado. *n otras palabras! ser
sorprendido en la primera cuadra del 0;einte8! resolviendo con cinco reales una urgencia que
después le iba a costar doscientos soles entre tratamiento y 0Salvars:n8! que era algo así como la
penicilina de esa época. Muchos! sobre todo los que alguna ve0 pasaron del 0;einte8 al
+ispensario! tienen hasta ahora una idea sórdida y negativa de lo que fueron esa época y esa
larga calle por donde han trotado (con ecepción de 3aco! que pretendía llegar a los altares! y de
3etipán! porque los menores de un metro estaban estrictamente prohibidos( todos los persona/es
de la política nacional que ahora tienen más de cuarenta a6os. 3ero! en realidad! 0El ;einte8 era
algo más que una arteria donde no se hacía el amor sino se compraba hecho. 0El ;einte8 tenía un
alma! un encanto y una personalidad tan particulares que a veces! de noche! nos dábamos una
vuelta por la cuarta cuadra para comer anticuchos o! simplemente! lo recorríamos de un etremo
a otro! saludando a las vie/as amigas o poniéndonos al día con las anfitrionas que nos daban
crédito mientras /untábamos las propinas escolares o ya! más tarde! llegaban los días de nuestras
primeras quincenas. Gué será de Zlanche! me pregunto! que en sus días de descanso DU; me
invitaba a tomar té para hablar de Literatura! como en efecto hablábamos y nada másU Gué será
de Satia! con quien /ugaba a las damas cuando me hacía la vaca en el colegioCU
U9PCó"o6 ingeniero $ue usted se i(a al 0;einte8 sólo #ara ugar da"asR
U9S,6 #ero a veinte co(res #artido  co"o yo era un fenó"eno ugando
da"as6 con die #artidos ya ten,a los dos soles #ara cu(rir el #resu#uesto6 Pse da
cuentaR
[P%einte de eptiembreQ $omo en el poema de 5ubén +arío! se fue para no volver. B con
él se llevó su infinita melancolía! su mundo de triste0a subterránea y su marco de ventana a la
cual nos asomamos un día con la asombrada curiosidad de quien descubre demasiado temprano el
otro lado del mundo y de la vidaCN
O"o$ocleto =Luis Felipe )ngellD, 'J3einte de "eptiembreK( La 5ep1blica, S
"eptiembre >B?S, A. En la sección '"o$ocleto en dos columnas(.T

Pomilio Inglesi DAccico


)Menudo problema hablar del tema que incluye La %ictoria y dos países del */e: Eapón e
@talia. Me/or comen0amos por aclarar las cosas. 9o se trata de ninguna guerra! no es mi
intención el tratar mal ni a uno ni al otro país! sólo intento anali0ar qué sucedió en La %ictoria!
nuestra primera urbani0ación construida a etramuros de la ciudad amurallada de Lima. 3or
supuesto que no hablamos de esa época! sino de una más reciente' en ?O! para el $entenario de
la @ndependencia! la colonia /aponesa radicada en el 3er1 le obsequió a los peruanos la estatua de
Manco $ápac! obra de nuestro escultor el maestro don +avid Lo0ano! y que fue inaugurada el R
de abril de ?O< por el presidente don 7ugusto Z. Leguía.
)$uando recién la levantaron! se encontraba ubicada en una rotonda que habían
construido eprofesamente en el cruce de la avenida 8rau con la avenida Manco $ápac! frente al
antiguo local del #ospital @taliano de Zeneficencia. 7l hospital lo recuerdo claramente y hasta fui
una ve0 intervenido en él. *l resto no lo llegué a conocer! pero me lo contaron así: mientras se
encontraba allí! nuestro primer inca no causaba ning1n problema a nadie! y como ésta es otra de
las estatuas itinerantes de nuestra ciudad! fue trasladada de su ubicación srcinal a la pla0a de
La %ictoria! la que lleva ahora su nombre. 7llí comen0aron los problemas. #ay que observar
hacia dónde indica nuestro primer inca! con el índice levantado de la mano derecha: nos decía
dónde quedaba la calle OV de etiembre! nominada así para conmemorar el día nacional de @talia!
pues los bachiches (incluido el que escribe esta nota( celebrábamos con orgullo la toma de
5oma por los partidarios de la unificación italiana que fue preparada por $avour y Ma00ini!
para que el rey %ittorio *mmanuele @@ de la $asa aboya =Casa di SavoiaJ reinase en la @talia
unificada y en los dos reinos de las icilias en el a6o >=V. Luego de la egunda 8uerra
Mundial! fue cambiada también la fecha de conmemoración del aniversario patrio de @talia al O de
/unio! día de la 5ep1blica! por lo que no podemos decir que sólo acá se cambian las cosas! también
allá! pues es cierto que en todas partes se cuecen habas. *l 3er1 siempre es y ha sido un país muy
bien considerado por @talia! así como por muchos de sus ciudadanos que vinieron a radicar a
nuestra patria y de/aron sus restos en el cementerio 3resbítero Matías Maestro! así como sus
fortunas y sus conocimientos tecnológicos para el engrandecimiento de nuestra patria.
)Los italianos que llegaron al 3er1 no sólo fueron bodegueros o panaderos (como por
fastidiar suelen decirles(! que tampoco es una ofensa serlo! como tampoco es cierto esa famosa
letanía que les endilgan! a saber! la de que a los italianos les gustan las negras' pero también las
cholas! además las indias! y por qué no las gringas y en general todas las mu/eres. $uántos son
los bachiches que aquí contra/eron matrimonio con mu/eres de las más diversas ra0as y se
quedaron para siempre. +e qué otras nacionalidades se puede comentar sobre este fenómeno de
adaptación a nuestro medioU 9o es por nada! pero los otros etran/eros siempre procuraban
emparentarse sólo con sus compatriotas o con los descendientes de los mismos para luego! a una
edad madura! cuando ya habían hecho la 7mérica y se habían llenado muy bien los bolsillos!
tomaban las de %illadiego y se mandaban a mudar a su patria. +e confeccionarse una lista con
los nombres de ilustres ciudadanos italianos que vinieron a traba/ar y de/ar sus conocimientos!
sus fortunas! sus industrias! sus familias y sus vidas aquí! ésta sería interminable: para muestra!
dicen! basta un botón: el sabio 7ntonio 5aimondi.
)$uál sería la indignación de los ciudadanos italianos! cuando se presentaba el caso de
alg1n etraviado turista que andaba en b1squeda del barrio ro/o de Lima y le contestaban:
),Te vas a la 3la0a Manco $ápac y sigues las indicaciones del @nca! él te indicará con su
dedo índice cuál es el camino que debes seguir para llegar a tu destino.-
)$uando llegaba allí! se encontraba siguiendo las indicaciones del @nca! regalo /aponés y
llegaba a la calle que se llamaba 0?F de Setie"(re8! día de la Hnificación @taliana. Afensa que no
era nada /usta! para con un pueblo con el que tenemos tantas afinidades.
)$raso error el de los dirigentes ediles de la época! que permitieron que sea ubicado el
barrio ro/o de nuestra ciudad /usto en la calle que servía para conmemorar una fecha tan
importante para una colonia de gente amiga. *l resentimiento aumentaba de día en día! pues las
meretrices se dedicaron a celebrar su día! ofreciendo tragos y servicios profesionales gratuitos!
/ustamente el día en que los ciudadanos italianos celebraban el día de la unificación de su patria.
Gué fue lo que no hicieron los de la colonia para que se le cambiara de nombre a la tristemente
célebre calle.
)$uando era ni6o! no me percataba del problema! a pesar de que en más de una
conversación escuché cómo le tomaban el pelo a mi padre (quien! como yo! muchos pelos no
tenía( y se pegaba cada calentura! que para qué les cuento.
)$uando llegué a la adolescencia! todos los muchachos del barrio iniciaban sus primeros
pasos en el descubrimiento del seo. *n esa época! ya habían ganado los italianos su primera
batalla: lograron que se le cambiara el nombre a la calle del barrio ro/o! por el de calle #uatica.
3ero nunca pudieron hacer borrar de la memoria a las ni6as de la vida alegre! el día que ellas
habían institucionali0ado como el +ía de las 3utas y su celebración anual' gracias a los cambios
producidos por la egunda 8uerra KMundial! se cambió también la fecha del aniversario patrio
italiano! tal como lo indiqué líneas arriba! lo que fue un alivio momentáneo. 3ero todavía hay
algunos que no han olvidado la tradición o conocen la historia y contin1an con la chan0a. 3ara
los italianos! aunque hoy en día celebran en /unio su aniversario patrio! el OV de etiembre
seguirá siendo con orgullo la marcha sobre 5oma y no el +ía de las 3utas.
)Bo conocí el /irón #uatica. $reo que todos los de mi generación desfilaron alg1n día por
allí! aunque sea por curiosidad! y no temo equivocarme! pues era como la casa del /abonero: el que
no caía! se resbalaba! ya sea para cerciorarse de la cuadra de las gringas naturales! la cuadra de
las gringas con su plata! la cuadra de las de primera! de segunda y de tercera categoría! variando
el monto del valor de la mercadería seg1n la ley de la oferta y la demanda. 9o es que yo sea un
puritano o cucufato! pero gracias a +ios lo erradicaron de tan céntrica calle! porque ese barrio
verdaderamente aunque era muy folclórico! era nauseabundo y asqueroso: cuadras de cuadras
llenas de mu/eres de todos los tipos! semidesnudas! mostrando sus bondades o desastres a través
de una puerta! la que cortaban en dos. 3or la parte alta! mostraban su mercadería y en el caso de
encontrar alg1n marchante que deseaba sus servicios (que algunas los ofrecían y pregonaban
(! abrían la otra media ho/a para hacerlos pasar a un mugroso cuarto! sin servicio de agua
potable ni desagWe y que para remate apestaba a ruda me0clada con aromas de colonia barata.
)$omo el #ospital @taliano quedaba allí! más o menos dos cuadras hacia la 3la0a 8rau!
dicen que un día una se6ora italiana! conocedora del problema de la nominación de la calle! pero
que desconocía dónde se encontraba ubicada! tuvo que llevar a su ni6o al centro hospitalario.
Luego de la visita! se vio precisada a tomar un tai para que la llevara a su domicilio.
)*l chofer! criollo! ma6oso y pendenciero! se percató al escuchar las primeras palabras de
la dama! de que era italiana. 3or /ugarle una mala pasada! subió dos cuadras por la avenida 8rau
y giró a la derecha Eusto por el /irón #uatica. *ran aproimada mente las cinco de la tarde y las
ni6as de la vida alegre se encontraban en las ventanas! los clientes y oletones llenaban las
veredas y parte de las pistas. @nocentemente! el ni6o le preguntó a su madre! qué hacía allí tanta
gente.
)*lla! en una situación un poco embara0osa! le trató de desviar la conversación! pero el
ni6o insistía. 9o tuvo más remedio que responderle.
/90Las se5oras $ue est:n all, se dedican a adivinar la suerte86 le co"entó la
"adre.
)*l chofer! con ganas de mortificar! que era su ob/etivo! replicó:
/90Se5ora6 no sea "entirosa6 d,gale la verdad a su !io6 1d,gale $ue son #utas38
)*l ni6o! a1n con mayor curiosidad! le volvió a preguntar a su progenitora:
/90PMa":6 "a":6 y $u2 !acen las #utasR8
/90+e ex#licar286 le contestó cal"ada"ente la "adre6 0son tan "ueres co"o yo6
#ero con los a5os llegan a ser "adres6 y sus !ios6 cuando crecen6 sólo sirven #ara ser
c!oferes de taxi8.V
OPompilio Inglesi #)ccico, lo Lima . =LimaD, >BBA, @>+@ 'La calle /uatica, hoy
calle Neno!ación.(T

Domingo 1amari L/car


)*n La %ictoria se acurrucaba el famoso barrio de #uatica! que en su legión de mu/eres
licenciosas a1n mantenía a algunas prostitutas francesas (que di0 habían llegado a Lima en los
tiempos de Leguía(' ya vie/as! gordas! y pintarra/eadas! for0ando una sonrisa para vender!
acaso! sus 1ltimos encant os. *l ambiente en esas cuadras estaba impregnado de un fuerte olor a
aguarrás! que las meretrices! todas solícitas! usaban después de cada práctica.
)*l servicio fluctuaba entre ! > y V soles. 9ing1n muchacho de mi época de/ó de visitar
este pintoresco barrio! en el que muchos go0amos por primera ve0 del placer del seo! palabra
que! por otro lado! su sola mención sonro/aba a los mayores.
)#uatica! que también se le conocía como OV de etiembre! hoy se llama 5enovación!
nombre que le/os de hacer olvidar su pecaminoso pasado! lo asocia! más bien! a lo que fue.2
O#omingo 0amari Lcar, Memorias de una 3asión. La prensa peruana y sus
protagonistas. 0omo I, >BA?+>BU. Lima, aime Campodónico, >BBH, U>.T

Manuel )entín Die #anseco


)#ace más de cinco décadas reinaba en el mundo diplomático y en los salones lime6os el
*celentísimo 7mbasciatori +-@talia! +on 5icota di $ristaldi i $alabria! rico y ocioso! criado
entre gente mundana y desenvuelta! encarnándose en él al vero "asc!io italiano! haciendo
alardes de mu/eriego y de fiel practicante de los ritos cristianos. us abiertos golpes de pecho
dominicales corrían pare/as con los desbandes a que sometía a su cuerpo. umado a esos
atractivos! que etasiaban a beatas y libertinas! él era el sumo sacerdote de una colonia que
contribuía visiblemente al desarrollo del país andino.
)+on 5icota atravesaba por el me/or momento de su vida! enormemente satisfecho con los
logros de la pu/ante colonia! del aura y prestigio que encumbraba a todos ellos y! por encima de
todo! engolosinado
controlaban con suelestampa
con largue0a viril deZanco
más poderoso cara al
delgran espe/o.
sistema y las*sos
máslaboriosos inmigrantes
renombradas tetilerías de
interminable trama' se multiplicaban los molinos de codiciada harina! las compa6ías de
navigaione incrementaban su ir yvenir al Mediterráneo! 0La ;oce D8Italia8 tiraba más de
tres mil e/emplares! el semanario 0Alal:8 era bien recibido por las prédicas y el torso desnudo de
Mussolini' era ealtado con locura el dominio de escena de barítonos y tenores' se preferían
ostensiblemente las bellas "Wcc!ine ensambladas en Torino! los triunfos constantes de los
Canottieri con contagioso /1bilo en la rada! las veladas culturales que descollaban en el Museo
@taliano y! como si fuera poco! todos respondían con una rica bolsa para causas nobles y
humanitarias.
)Hn día de semana se ecusó con su mu/er por tener que ausentarse todo el día en
misiones propias de su cargo! quien desolada frunció el ce6o pero sumisa no di/o nada. Más tarde
hi0o lo mismo con el $ónsul! el signore 5enato de la $avalla! un genovés irremisiblemente
perdido por el traba/o! quien con o/os escrutadores y un disgusto velado observó a su paisano:
finos pantalones de pana! camisa de seda y un casaca de ante del 3iamonte! acompa6ados de ese
aire burlón y satisfecho! encendido de salud y alegría! enmarcados en un cuerpo alto! robusto! de
prominente barriga que afirmaban su buen dente por la pas ta asciutta italiana. *ra a no
dudarlo una clarinada de que se embarcaba en una aventura de la que los tenía acostumbrados.
7l Signore A"(asciatori las habladurías a sus espaldas le importaban tres pepinos: a su
donna la callaba con un potente rugido napolitano! y a sus subalternos! si lo perturbaban! les
insinuaba perversamente una demora en sus ansiados aumentos.
)Tomó asiento repantigándose en el mullido Zugatti de doce cilindros! una auténtica
maravilla de la ingeniería móvil! brillante y reconocible! con la orgullosa tricolor en bronce y
esmalte en su parrilla. *ra una gracia que se permitía en una ciudad entra6able y provinciana!
desatando en el populacho gritos eufóricos de adhesión y simpatía y que él! agitando los dedos!
bienvenía con 0alamería. +espués de unas vueltas y de recorrer estrechas calles! recogió a
$oncetta! una criolla guapa que no era otra que $onsuelo 8arcía! dama quepor aquel entonces le
merecía atenciones y era blanco de sus desvelos. Luego de internarse por los Zarrios 7ltos y
bordear los etramuros! tomaron la dirección hacia el sur por rutas polvorientas! flanqueadas por
chacras de diversos matices y espaldas dobladas en la cosecha! mientras dirigía a su pare/a
miradas furtivas! llenas de ansiedad y calentura.
)Luego de hora y media por caminos de herradura comen0aron a avistar el hermoso valle
de urco! una copia lime6a del incomparable panorama verde de Arvieto! con sus racimos
colgantes que brillaban como prismas! colmando el ambiente con una sensación a nostalgia y
reminiscencias. *ra para +on 5icota lo más cercano del cielo! casi un paraíso a tiro de piedra! en
donde se habían asentado generacio nes de sus queridos compatriotas! maestros vinificadores de
sabiduría heredada! genios en la botánica! brotes! in/ertos! desque/e! acodura y amugronamiento.
*ra un terru6o vedado a profanos! muy le/os de entender los maravillosos efectos que un soberbio
aterciopelado podía causar en el guargWero. *n ese remanso de @talia él era casi un héroe! un +on
Euan salido del 2cran! un manantial de vitalidad y! a decir de todos! el alma del feste/o.
)Los doscientos metros finales que lo conducían al rancho y a las bodegas! bordeados de
tapias de adobe! de/aban flotar en el aire un penetrante olor a carne puesta con anticipación al
fuego. +e pronto! como cuando el diablo mete su cola! comen0ó a tomar forma una dificultad
imprevista: se acercaba en sentido contrario un camión repleto de canastas y dama/uanas de
vino! desafiante en la parte central y haciendo sonar su bocina con inusitada vehemencia. 7l
volante iba un negro de espanto con bíceps de troglodita. *l diplomático agitó una mano y lo
conminó a ceder sitio! gru6éndole su protesta:
/0Largo6 fuora da via6 largo8 (para continuar insolente como due6o del predio(
0DiW"ine3 4on ca#ite nienteR8! balanceando ambas manos en un signo evidente. *l negro! ya
muy cerca! se infló los carrillos presionando los labios contra su lengua salida! soltando una
réplica sonora muy similar a los pedos. *nardecido y rabioso por el intolerable irrespeto chilló
con más fuer0a: 0*uora da via #orca "iseria "ascalone di "erda38
)*l moreno manipuló el camión lo me/or que pudo y mirándole desafiante le espetó de
hito a hito: 01Tringo (ac!ic!e6 anda a gritar a tu tierra carao38 ! una orden comandada
con el furor del trueno! para a6adir groseramente: 01Antes de d:rtelas de #endeo averigua
en La ;ictoria $u2 !acen tu "adre y tus !er"anas6 $ue tN6 al igual $ue ellas6 cele(ras
co"o un coudo el ?F de Setie"(re38 . *nganchó primera con parsimonia y! por si acaso recibía
vuelto! remató por todo lo alto: 01Muera Mussolini6 el tirano fascista38
)+on 5icota! hombre de control y eperto en mil astucias! evitó maldecir abiertamente
ante la humillación recibida! consciente además de que estaba huérfano de auilio y! entre
confuso y torpe! intentó devolverle el color a su cara y no hacer el ridículo delante de $oncetta.
$omo quien desprecia las valentonadas de un enano a quien se le perdona la vida! musitó una
cólera asordinada desprovista de pasiones: 0>orca "iseria *iglio da #uta.8 3ero para sus
adentros la ofensa recibida lo hundía en una oscura atmósfera de vergWen0a y sufrimiento: Ppase
el insulto a Zenito (se decía(! comprensible envidia al @mperio @talianoQC pero! quién se
creía ese atorrante para mancill ar un símbolo patrioU *l acordeón! el gentío! unas canonettas
a coro lo sustra/eron del lamentable incidente! el vino ayudó con más efecto! las lasagnas y
s#aguettis le alegraron las tripas! la pasó feli0 repartiendo vie/as liras! cantando a vo0 en cuello
y besando con aspaviento los carnosos labios de $oncetta.
)7l día siguiente de camino al consulado! hirviendo de mala leche! parecía que su vida
anterior se había esfumado y sólo comen0aba a partir del momento en que lo había increpado el
negro. *spoleado por la in/uria se preguntaba: Guién era aquel osado que se atrevía a insultar a
@taliaUC $ómo conocía la fecha eacta de las efemérides patriasU *staba encrespado!
empachado! pero al mismo tiempo incapa0 de poder pensar en otra cosa. +e por medio estaba su
amor propio! el trastrocamiento de la adulación continua por el más vil de los desprecios y no se
detendría hasta encontrar el castigo! aquel que le devolviese la respetabilidad deseada! PBa
aprendería ese negro como mono tras las re/asQ
)+e la $avalla vino corriendo! dispuesto a solucionar los embrollos de su amo. 01Certo
certo (le decía inclinándose(! los ca"ioneros son a veces unos irres#onsa(les38 ! pero
+on 5icota! emperrechinado! con las velas desplegadas por la ofensa recibida! irritado como un
trasero al que le frotan una li/a! quería sanciones drásticas y ver rodar la cabe0a con la lengua
bien metida. $on gran tacto! mientras lo calmaba con las palmas muy abiertas! empe0ó por las
ra0ones de más peso: el chofer era un servidor de la 0ona! de su traba/o dependían ocho bocas
morenas! su padre era un siciliano arre/untado con la 0amba Mary! de aquellos de la o"ertW y el
beso de despedida y! para más se6as! le hi0o ver que el escándalo no convenía! que las resonancias
podían llegar hasta la curia romana! de su intachable imagen ante la villa de mil iglesias! de la
imprudencia de sacar a la lu0 sus arrechuras con $oncetta. *sas refleiones lo asustaron y lo
frenaron un poco! aunque sin olvidar los acerti/os misteriosos: 0Ma6 caro6 P$u2 #asa con el ?F
de Setie"(reR6 P$ui2n es ese desgraciado #ara denigrar a "ia sorella6 a "ia "a""a6 a
"i $uerida #atriaU- +e la $avalla! angustiado en etremo! fue desenrollando con prudencia la
cortina de manchas! cruda! fea y desagradable! aquella que mancillaba en lo más recóndito el
orgullo patrio.
)*fectivamente (di/o de la $avalla( el OV de etiembre! día glorioso y nacional de
@talia! había sido asignado a una calle del barrio de La %ictoria. *ran cinco cuadra s en donde se
concentraba el pecado! el vicio! la lu/uria! las peores aberraciones seuales' y por allí pululaban
rufianes! atorrantes! toda la escoria' una peregrinación vergon0osa de comecuras! agnósticos!
malandrines! inmorales! viciosos! corrompidos! el lumpen en busca de relaciones ilícitas! mu/eres
de la vida alegre! lupanares por cientos! un barrio pecaminoso! más ro/o que el fuego del infierno.
Hna ve0 que don 5icota pudo regresar su mandíbula caída! comen0ó a dar de gritos /alándose de
los pelos: 0Ma""a ",a6 #orca "iseria #uttane6 #uttane38 B! eso no era todo! las putas
celebraban a nivel nacional! como su día! el OV de etiembre. 01Qu2 des!onra3 >uttane di
"erda38
)*l ecelentísimo a"(asciatori comen0ó a laborar desde ese día como nunca antes lo
había hecho! tercamente concentrado en sus obstinadas pesquisas! como un sabueso tras la pista!
dispuesto a hacer la lu0 sobre ese baldón de tinieblas! intentando llegar a la génesis de tan
vergon0oso desatino. 7sí pudo saber quién era el responsable de seme/ante cacasenada y de la
culpa ingenua desprovist a de malicia. %einte a6os antes! don 8iovanni Zolognesa! un próspero
industrial en chocolates y golosinas! había descollado como empresario! sufriendo además
debilidades por la política! por lo que se embarcó en una campa6a de relaciones que lo llevaría a
ser cabe0a del municipio moreno. 7l /uramentar invocó a +ios! agradeció a la colonia! a su
madre! y prometió crear una #,ccola @talia como en otras metrópolis. 7 las pocas semanas! unas
cuadras más arriba! hacia donde apunta Manco $ápac! bauti0ó con gran pompa dos calles
paralelas! una con el nombre OV de etiembre y la otra con 8aribaldi! el paradigma de la
reunificación italiana.
)0A la #uttana38 ! bramó +on 5icota con indignación y asombro. +esde ese mismo día
puso sus me/ores esfuer0os para borrar! en aquella 0ona! todo vestigio de vergWen0a. Movió
influencias de rey a pa/e y! en medio de gran sigilo! esta ve0 sin ceremonias! las calles fueron
rebauti0adas! tocándole a la más famosa el nombre de Eirón #uatica! un riachuelo desconocido de
tiempos de la $olonia y que! con el discurrir del tiempo! se haría más popular que 7mat y la
3erricholi. La actividad de aquel lugar! invariable en su comercio carnal! sería el lugar de tiro y
entrenamiento de muchas generaciones! de victorias y derrotas! de grados por ha0a6as! de
capitán a teniente por las heridas recibidas. #asta hoy día! por servicios en campa6a! se recuerda
sin vergWen0a a los más destacados huatiqueros. $on el referéndum! celebrado en @talia! el país se
convirtió en ?R< en 5ep1blica! cambiando la fecha patria por la de O de Eunio! borrándose para
siempre cualquier vestigio incómodo.
/0En el valle de Huatica !a(itó un #ue(lo !asta X@6 situado a es#aldas de
Li"ata"(o6 $ue se cree !a(er sido la #o(lación donde esta(a el te"#lo del ',"ac6 cuyo
riac!uelo del "is"o no"(re serv,a #ara irrigar las !aciendas de Santa eatri6
Lo(atón6 San Isidro6 Lince6 Orrantia6 Oyague6 Desa"#arados6 Matalec!ua6 entre
otras.8 =D. -os2 Mar,a de Córdova y Yrrutia) Estad,stica Histórica de los >ue(los del
De#arta"ento de Li"a6 .J
)7 finales de ?< el nombre del Eirón #uatica fue sustituido por el de 5enovación y! a
pesar del tiempo transcurrido! su recuerdo permanece indeleble en toda conversación picante. B
qué pasó con +on 5icota di $ristaldi i $alabriaU @roní a del destino! falleció un OV de etiembre
de ?<F! siendo enterrado en un ma/estuoso mausoleo del cementerio 3resbítero Maestro!
coronado con un ángel esculpido en mármol de $arrara! abarrotado de flores y ungido! por una
equivocación! como patrono y beato por las veteranas y sus seguidoras del Eirón 5enovación.2
DManuel Zentín +ie0 $anseco! )*l /irón innombrable2. *n: $uarenta 76os después.
*scritos de compa6eros de la +ecimocuarta 3romoción del $olegio anta María! ?<4??<.
Lima! ??=! R=4V.;
Alberto Massa ál%e
)*l siguiente domingo! después de un partido de f1tbol de rompe y ra/a en el *stadio
9acional! entre blancos universitarios y negros quimbosos! conocido como elclásico peruano!
decidimos visitar el /irón #uatica! e/e de la prostitución nacional.
)9o se trataba! ciertamente! del barrio ro/o de 7msterdam: eran sólo cinco cuadras en un
distrito proletario! una calle dise6ada para prostíbulo! un (oulevard cholo en que los hombres se
cru0aban en ambas direcciones! no siempre con el propósito de acostarse con una mu/er! sino
también de sociali0ar. e trataba de una suerte de coc&tail menestral! al aire libre! donde todos
se conocían y saludaban.
)8eneralmente se encontraban después de siete días! se increpaban cari6osamente
inasistencias de semanas anteriores y se despedían prometiendo volver el próimo domingo. e
bebía cerve0a en las esquinas! con fórmulas de cortesía y con el dedito me6ique levantado. ,alud-
era la palabra obligada . La gente hacía esfuer0os por invitar! o sea! por pagar el consumo de sus
contertulios a pesar de los magros presupuestos. *ra bien visto este tipo de gestos! que confería
mucho prestigio.
)*l f1tbol era siempre un tema de conversación! y daba la impresión de que alguna ve0 el
equipo peruano hubiese tenido un desempe6o acertado. Las ha0a6as de ,Tatán-! el 5obin #ood de
los Zarrios 7ltos! suscitaban la atención de la población' cada quien alegaba conocer a un primo
o vecino del antihéroe y daba fe de la fortuna o las mu/eres que poseía el hampón.
)Las meretrices se ehibían a los transe1ntes a través de ventanucos hechos con ese
propósito! y las menos agraciadas lo hacían casi desnudas! conscientes de que las redondeces
podían atraer parroquianos. *n la cuadra cinco Ken la cuatro! en realidad estaban las bien
parecidas! quienes! lógicamente! cobraban mayor tarifa. Las había francesas y polacas!
nacionalidades ecéntricas que hacían aumentar el clientela/e. Las reales hembras tenían una
hilera de hombres en su puerta! lo que las obligaba a despacharlos en menos de die0 minutos.
)Las habitaciones eran peque6as! alumbradas por luces mortecinas! de paredes adornadas
con recortes de periódicos! generalmente bailarinas de anatomías prominentes y poses
provocativas' el cuadro del $ora0ón de Ees1s no podía faltar para darle al ambiente un toque de
fetichismo. *n la mesa de noche se encontraba una radio! un /abón! un rollo de papel higiénico y
un desinfectante. i el cliente veía una ampolleta de Zen0etacil! debía tomar las de %illadiego!
pues era fi/a la presencia de una enfermedad venérea. *n una mesa apartada había una
palangana y una /arra de agua.
)La pobre mu/er! al recibir al usuario! comprobaba rudimentariamente la ausencia de
infecciones y probaba el estado del glande a/ustándolo! y luego! con unas palmaditas que
parecían premiarlo! le aplicaba una cuota de desinfectante. +espués se levantaba la falda! se
recostaba en su angosta cama y esperaba! en posición de parturienta! la visita de su inquilino.
/90;a"os6 #a#ito6 $ue no tengo toda la noc!e.8
/90Es $ue6 Psa(esR6 es la #ri"era ve $ue8
/904o soy su#ersticiosa6 a#Nrate6 $ue #ierdo #lata.8
)*l cliente necesitado de afecto no encontraba ambiente en esos cubículos automati0ados.
La anfitriona! totalmente desaprensiva! mascaba chicle! miraba el techo y cambiaba la estación de

radio. Guien se sintiese en el paraíso de las huríes mahometanas arrullado por una canción de
María %ictoria! volvía a la triste realidad abruptamente con la eplosión de un fo4trot! y tenía
que ale/arse del lugar pagando la tarifa y sin cumplir con su l1brica intención.
)$uando un /oven0uelo terminaba satisfactoriamente la tarea! vencido el trance nervioso!
podía apreciar sólo entonces con tranquilidad el movimiento de la calle y el aspecto de la gente.
*staban los meditabundos! los filosóficos! los montubios! que caminaban con las manos en los
bolsillos! capaces de desarrollar complicadas tesis sobre el amor y el erotismo! parientes cercanos
del lobo estepario. Atros observaban a las mu/eres con codicia! acercándose a ellas! comiéndoselas
con los o/os' se les apodaba ,Mirandas-! /amás rindieron culto a %enus y eran sospechosos de
onanismo.
)Los había negros gritones y revoltosos! de vulgaridad ostensible incluso en aquel lugar
de por sí ordinario. *istían también persona/es acicalados con temos domingueros! bigotito de
cantante de boleros! pantalones tubos y chaquetas hasta la rodilla' los 0apatos eran de dos colores
y el sombrero! adornado con plumita! imitaba la moda del pachuco me/icano representado por el
cómico ,Tintán-. *l futbolista 8ermán $alonge Ko me/or dicho! 8ermán $olunga era el
abanderado de estos ,elegantes-.
)Eóvenes ambulantes de ambos seos ofrecían cigarrillos y preservativos. 0-e(e6 e(e6
e(e8! voceaban los vendedores! pues la palabra condón hubiese sido chocante! incluso en ese
ambiente.
)Los cafichos eran una suerte de administradores de las meretrices! y los más eitosos
tenían a su cargo hasta media docena de mu/eres. %endían protección. También se definían como
,maridos-. e sentían seductores! y posiblemente lo fuesen a esos niveles. e creían valientes!
pues no sentían reparos en enca/arle un par de bofetadas a cualquiera de sus pupilas. u orgullo
radicaba principalmente en su condición de prósperos mantenidos.2
O)lberto Massa Gál!e, $on A/os de $ocodrilo . =LimaD, Ediciones Pá-aro )ul,
>BBH, >H+>HU.T

#arlos Alberto &eguín


'="esión delD O de Eunio =#ialogan el psicoterapeuta y el paciente.D
)í' mi iniciación en el prostíbulo. 9o pude negarme a ir. La presión de los amigos se hi0o
irresistible. %arias veces! con pretetos diversos! había evitado acompa6arlos. Tenía miedo. 9o
sabía a qué! pero la idea de enfrentarme con una de esas mu/eres me llenaba de pavor!
curiosamente acompa6ado de ecitación y deseo.
)Hna noche no pude evadirme y me uní al grupo. Me llevaron al Eirón #uatica de mis
recuerdos infantiles.
)*l Eirón #uatica. +esde mi ni6e0 había tratado de acercarme a él! pero me invadía un
temor vago cada ve0 que lo hacía. 7lg1n día! en compa6ía de mis amigos! me atreví a recorrerlo!
caminando por el centro de la calle y mirando! temeroso y lleno de curiosidad! a ambos lados.
)PTanto habíamos hablado del Eirón #uaticaQ *ran siete cuadras! desde la 7venida O> de
Eulio! y! típicamente! algunas eran las preferidas! sea por su vecindad a esa arteria! sea porque!
como se comentaba! allí se hallaban las me/ores mu/eres y ciertamente las más caras. Los
recuerdos de mi infancia se me0claban con la realidad presente! pero no lograba perder el miedo.
)*sa noche nos encaminamos hacia allí. $onfieso que yo estaba angustiado! casi
temblando. 5ecorrimos la calle de arriba aba/o! entre grupos de hombres y mo0albetes que la
llenaban! y no me atreví a entrar por ninguna de las puertas abiertas ni a acercarme a las
mu/eres que! desde las ventanas! se mostraban más o menos desnudas.
)$omprendí que no podría evitarlas en esa ocasión e! inconscientemente! caminé una
calle/uela lateral y entré en una de las casuchas que! por estar fuera del Eirón mismo! me produ/o
menos miedo.
)5ecuerdo vagamente que cru0amos una habitación! luego un peque6o corredor! que se
me anto/ó larguísimo! y llegamos a otra. Me fascinó mirar las paredes. *n la cabecera de la cama
se veía la imagen de una %irgen. *ra un cromo! reproducción de alg1n cuadro colonial. La
virgen! con esa carita linda! que no dice nada! llevaba en sus bra0os a un ni6o que era! más bien!
un peque6o adulto. *staba ricamente vestida y rodeada de angelitos! que flotaban a su alrededor.
Hna lucecita la alumbraba! dándole sombras y refle/os inusitados.
)*l resto de las paredes estaba casi cubierto con desnudos! sacados! seguramente! de
alg1n almanaque.
)La vo0 de la mu/er me hi0o reaccionar y pude mirarla! entre asustado y atraído. *ra más
bien ba/a! cubierta apenas con un sostén y un peque6o cal0ón. Zastante /oven. 9o me atrevería a
calcular su edad. $reo que no llegaría a los treinta. u piel morena! que se adivinaba cálida y
suave! me atraía. Zien formada! ancha de caderas! con muslos redondos y firmes. 3ude entonces
mirarla de frente. onreía! pero su sonrisa era puramente facial. +etrás de sus o/os! negros y
hondos! había algo de le/ano y ausente.
/9PEs la #ri"era veR (me di/o y se acercó lentamente. 7nte mi terror contenido!
procedió al ritual de limpie0a y preparación que ya me había eplicado.
)Me pareció hermosa. u cuerpo! de color canela! se hacía más vivo sobre la sábana
blanca y sus curvas se acentuaban al destacarse por contraste.
)*l temor se etinguió y un calor agradable y creciente fue apoderándose de mí. entí mi
erección y me dirigía hacia ella! encendido.
)Me eché sobre su cuerpo! tibio y suave! con la intención de penetrarla. *ntonces! sucedió
lo peor. *lla! en su afán de ayudarme! tomó mi pene en sus manos y lo condu/o hasta la entrada
de la vagina. Zastó ese gesto para que perdiera completamente la erección! que no pude recobrar.
)e mostró comprensiva.
/94o te #reocu#es. Les #asa a todos6 al #rinci#io.
)9o pudo de/ar de notar mi pánico y! entonces! se colocó a mi lado y! muy suavemente!
me acarició la cabe0a y el pecho. Mis manos resbalaron por sobre su piel y volví a ecitarme. *sta
ve0! el pensamiento de que iba a iniciar el coito produ/o! instantáneamente! que la erección
desapareciera.
)$asi me puse a llorar pero ella! dulcemente! siguió acariciándome un largo rato. Me fui
calmando.
/94o te asustes (repitió! y en su vo0 había una serenidad y diría que una bondad!
inmensa.
)*n lo más hondo de mi ser agradecía su actitud y la besaba blandamente.
/9La #róxi"a ve ser: distinto (me di/o! y en su vo0 había una me0cla de
seguridad y pa0.
)%olví. Me recibió sonriente! como a un vie/o amigo. Me tomó nuevamente de la mano y
me condu/o a la habitación. $onfieso que estaba casi temblando.
)Luego del ritual higiénico! me ayudó a despo/arme de la ropa y se acostó a mi lado.
)u vo0 me parecía buena y en su actitud no había dure0a ni agresividad.
)Mi tensión fue desapareciendo poco apoco y comencé a acariciar su cuerpo. Hna ola
cálida me invadió y sentí que estaba erecto. 9o hice ning1n movimiento y ella! siempre
conversando! se acostó sobre mí y se quedó allí quieta. 3or un momento creí que volvería a
fracasar pero! cuando quise intentar la penetración! me lo impidió.
/94o te a#ures. Me resultas si"#:tico y "e $uedar2 contigo todo el tie"#o $ue
$uieras.
)7hora! pienso que lo que hacía estaba estudiado para tranquili 0arme! pero entonces me
aferré a su simpatía y la de/é hacer.
)Luego de un rato! en medio de caricias! que eran! a la ve0! suaves y lascivas! se sentó
sobre mí y mi pene se hallaba en su vagina.
)Me olvidé de todo y me entregué completamente al momento y al placer.
)alí enamorado de la muchacha morena y /urándome que /amás me acostaría con otra.
5ecordaba la sensación de sus labios en mi me/illa! al despedirse! con una me0cla de ternura y
pasión.
/9P4o sintió "iedoR
/9Algo "e detuvo un "o"ento6 #ero las caricias de la "uer6 su sa(ia
conducción6 su vo suave en "i o,do6 "e !icieron olvidar de todo.
)Muchas veces volví a buscarla. i alguna la hallaba ocupada! una ola de desilusión y
celos me envolvía y abandonaba el local como ofendido.
)3ensaba en ella constantemente y so6aba con ella. Hn día me informaron que se había
ido de la casa y que no volvería. $reo que lloré. 9unca más! lo digo porque así lo siento a1n hoy!
doctor! me he sentido tan feli0 en el lecho con ninguna mu/er y todavía la recuerdo con cari6o! a
pesar de todoC
)Guedé en silencio.
/9PA #esar de todoR
/9Los d,as siguientes estuve6 al "is"o tie"#o $ue envuelto #or la seducción de
la "uer6 desorientado y confuso. 'ecorda(a "i ni5e6 las #r2dicas de "i "adre6 su
!orror cuando !a(la(a de 0esas8 y "e #regunta(a a $u2 se !a(r,a de(ido todo ello
cuando "i ex#eriencia actual "e #ro(a(a lo contrario. Desgraciada"ente6 el
entusias"o duró #oco. Muy #ronto co"enc2 a sentir s,nto"as y cuando6 a escondidas6
consult2 a un "2dico6 su#e $ue !a(,a contra,do una gonorrea. Co"#rend, #or $u2 ella
se !a(,a ido.V
OCarlos )lberto "eguín, La $alle Larga. =LimaD, >B?U,H+H.T
Luis Millones
)También los veteranos del cuadro llevaron a los /óvenes a descubrir las delicias
prohibidas de la vida nocturna. "ue así como los novatos conocieron el /irón #uatica! centro de
prostíbulos ubicado en La %ictoria.
)9uestros amig os guardan en la memoria a las 0"ada"as8 o 0"a"is8 famosas de
aquella época. @vonne y La $halaca perduran /unto con los faroles ro/os de las puertas y los
0(ailaderos8 Dcomo llamaban a los salones donde se ubicaba el bar; en cuyos costados se abrían y
cerraban los cuartitos en los que se atendía a la clientela.
)*l espacio que rodeaba a la barra servía para que los visitantes escogieran a las
anfitrionas y bailasen con ellas. Los compases tropicales que atronaban en el lugar hacían casi
in1til todo intento de conversación prolongada.
)Las entradas tenían el control de uno o dos matones que ale/aban sin contemplaciones a
los borrachos y a los insolventes. 7l interior! tres o cuatro /ovencitos! casi ni6os! corrían entre la
cantina Dque a su ve0 hacía de administración; y los cuartos! llevan do baldes de agua caliente y
las fichas que aseguraban que el cliente había pagado. 5amas de ruda en lo cuartos completaban
y daban su olor al escenario.2
OLuis Millones, 'El nue!o Nodillo 9egro. El e1uipo de don )del$o Magallanes(.
En Luis Millones, )ldo Pan$ichi, 3íctor 3ich, *n el $ora0ón del 3ueblo. 3asión y gloria de
7lian0a Lima! ?V4OVV. Lima, Fondo Editorial del Congreso del Per, SS, HBa.T

Mario 3argas Llosa


)*ntonces Ken ?F ó ?R! mi padre me consiguió un traba/o de horror en el Zanco
3opular! en la oficina de La %ictoria! donde venían todas las putas del /irón #uatica a depositar
sus ahorros. Tenía que contar los soles que traían las putas! que hacían largas colas en las
ma6anas. *so era una angustia porque pensaba que se me iban a perder los billetes. Adiaba el
banco.2
O)lonso Cueto y rsula Freundt+0hurne, editores, Mario %argas Llosa. La vida en
movimiento. Presentación de Luis &ustamante &elaunde. Pre$acio de os5 Manuel Prieto
Grandal. Introducción de )lonso Cueto. Prólogo de Fernando "a!ater. =LimaD,
7ni!ersidad Peruana de Ciencias )plicadas O 7PCT, SU, UH.T

Elo" áuregui
[*l /irón 5enovación Kantes #uati ca es un ta/o cicatri0ado en el mismo vientre el
distrito de La %ictoria. 9ueve cuadras son suficientes para eponer la filosofía y la polisemia del
barrio. B el barrio (seg1n los fastos de las ciencias sociales( es el espacio controversial de su
cultura! su economía y su leyenda. *l /irón 5enovación tiene la m1sica latina como marco
cultural! e/erce el mercadeo de la pasta básica de cocaína (básicamente desde las seis de la tarde
( como uno de sus e/es económicos y fue Des; habitado por persona/es del hampa! la vida alegre!
los ba/os fondos! la bohemia! el acero criollo y el f1tbol.
[Lima! ?R! se acaba la egunda 8uerra Mundial. *n las primeras cuadras operaba el
lupanario central de la capital. *l /irón se llamó entonces OV de setiembre! pero tiempo después
fue simplemente #uatica! porque el acequión del mismo nombre lo hería a la altura de la sétima
man0ana.
[Las prostitutas ,se vivían- en peque6as casas con lamparines ro/os! con ventanas como
escaparates! donde se mostraban sin refa/os sus encantos corpóreos. Las había etran/eras (las
francesas! las chilenas! las argentinas( y nacionales. Las ofrecían de varias edades! n1biles!
maltoncitas! duras o blanditas.
[Las crónicas de la época cuentan de batidas y crímenes. *l lugar sin límites era refugio
también del lumpena/e capitalino. +elincuentes del bravo y de toda cala6a convivían con cadetes
de Leoncio 3rado (seg1n Mario %argas Llosa(! se6oritos de barrios clasemedieros con
estibadores y catchascanistas! con centros !alfs de equipos de egunda.
=`D
[+esde la avenida 8rau! la calle trasuntaba lu/uria de pobre y esco0or en los rescoldos de
las ingles. *ra la Lima de la pichicata! la butifarra y el chilcano $uatro Zocas.N
OEloy áuregui, Hsted es la $ulpable. $rónicas periodísticas . Lima, Car!a-al, ". ).,
#i!isión de la Editorial 9orma, SA, S@+S.T

uan argure%ich egal


[Las noticias de que había en La %ictoria muchas putas de verdad y que cualquiera podía
verlas! hacían obligatoria una ecursión. 7sí que una tarde! luego de las cinco! a la salida del
colegio! nos fuimos para allá! ecitadísimos por la novedad.
[Todo era cierto. *l /irón #uatica comen0aba en la avenida 8rau! donde una inusual
concentración de hombres nos confirmó que allí era nuestro destino.
[*ra la cuadra que llamaban de Las "rancesas! todo de puertas y ventanas ba/as donde
las se6oras se ehibían recostando sus enormes senos rosados y haciendo gui6os a los viandantes.
+e cuando en cuando (comprobamos( alguno se acercaba y luego de un cuchicheo entraba a la
casita! mientras la bella cerraba la ventana. *so significaba que allí mismo se ponía en práctica el
comercio seual.
[*stábamos en la tercera o cuarta cuadra! cuando una vo0 autoritaria nos parali0ó de
miedo:
[(,P8argurevichQ Gué hace aquíU-
[*ra el Teniente 5amíre0! nuestro instructor de 3remilitar.
[(,Zueno! estamos aquí! paseandoC como usted! mi Teniente- (atiné a contestar.
[B para nuestra sorpresa nos saludó con cari6o! nos felicitó y agregó:
[(,%engan! los voy a llevar donde mis favoritasC les encantan los /óvenes.-
[(,3ero! no tenemos plata' qui0á otro día.-
[$reo que temblábamos ante la posibilidad de enfrentarnos a una de esas se6oras de tetas
desbordantes que se reían a carca/adas de nosotros.
[(,Atro día! mi Teniente.-
[3ero ante nuestra sorpresa! Eoaquín! el huevón de la clase! al que le decíamos ,*l 3a/ero
olitario-! di/o con entere0a:
[(,Bo me quedo' aquí tengo veinte soles.-
[B enfilando directo a una de las do6as de carnes más generosas! le preguntó:
[(,$uánto me cobra por un ratito nomásUN-
Ouan Gargure!ich, Lo Me/or de $uc1 3ress. Lima, uan Gargure!ich Negal _ Cuc
Press Features "yndicate, S, S>+SS.T

9icomedes &anta #ru


/El ;einte<
Llegaron por los a6os veintitantos!
de 3arís! de %ersalles! de Marsella.
,9anette- era un bombón! ,Lul1-! tan bella!
que Lima sucumbió por sus encantos.
7quí nuestros paisanos! poco santos'
quién más por el favor de su doncella!
entablaron
donde terrífica
quedaron querella!
muertos unos cuantos.
*l tiempo! ineorable en su sentencia!
tra/o con la ve/e0 la decadencia!
y la "rancia no fue tan inmortal
B surgió una ,Manuela- y una ,5osa-!
y fue esta competenciaC amorosa
Pun triunfo de la industria nacionalQ
O9icomedes "anta Cru, Abras $ompletas . Compilación de Pedro "anta Cru
Castillo. &uenos )ires, Libros en Ned, )mertoYn International, ". )., SA, I, AU 'El
3einte.(T

9ota 'inal
En la re!ista $aretas del S> de octubre del SA, 9. >?A@, página @, se publicó
una antigua $otogra$ía, muy interesante y tal !e nica, del -irón /uatica, 1uiá de los
primeros aXos de la d5cada de >BU, cuando an se podía !er el río adyacente del
mismo nombre, aun1ue en realidad lo 1ue se aprecia es un simple riachuelo.
HII 3ia.e macro'alosomial
9oticias " comentarios sobre la dimensión genital
masculina magnitud ma"or
)%enta/a! y no peque6a! tengo en mi cara/o: ninguna mu/er puede resultarme demasiado ancha.2
O>ria#eos! >?.T
)Los hombres que tenían un pene peque6o le pedían a 5ucanacoto que se los agrandara. ^ste! por tener un pene
grande' consiguió una ve0 satisfacer plenamente a $haupi6amca.2
OGerald 0aylor, 'itos y +radiciones de Huaroc!ir,! c.>, !!. SS+SU.T
)e6ora! sabed de cierto que podedes bien a osadas medir nueue o die0 pulgadas en mi mango gruesso e yerto'
KC.2
=Cancionero de aena, composición >A, !ersos @H+.T
)an Eorge! ya te lo he dicho! gusta de que la mu/er aguante sin inmutarse ocho pulgadas o die0C2

8ero!i.T OLa )badesa a #oXa In5s, en la primera escena del 1uinto acto de la 3arodia de +on Euan , de Leonidas
)*s el me/or de los buenos quien sabe que en esta vida todo es cuestión de medida un poco más algo menos.2
O)ntonio MachadoT

El macro'alo homicida
7na de las historias de la India milenaria asegura 1ue srcinalmente el $alo era
tan grande, 1ue el hecho de estar la mu-er a cien metros de distancia no impedía el
ayuntamiento.
)demás de ser la suya magnitud $ormidable, sorprendía hasta el pasmo su
$ortalea. Miguelangelesco, pasmaba tambi5n su mo!ilidad.
Cierto día, este respetabilísimo seXor horada la pared de una casa, ingresa en
ella, tumba a la moradora, pen5trala incontenible hasta el recodo de la garganta, dobla,
alcana la boca y, cual boa hematopinta, desemboca ensangrentado y se dirige presto a
la cocina: allí destapa la olla, ambulle la cabeota en ella, y de un tirón, goosamente,
la !acía de la rica sopa. )ntes de retirarse, mata, o más bien, remata, a su !íctima.
Indignadas sobremanera por seme-ante delito, las mu-eres salen en tropel para
castigar al asesino, 1ue por su gigante se las !e negras para esconderse. 9o tardan,
pues, en encontrarlo y en un santiam5n lo acorralan. Nabiosísimas, le pegan un re!olcón
$ren5tico: lo cortan y punan Oiban armadasT, lo abren y traspasan Oarmadas de
cuchillosT, lo tasa-ean de lo lindo Ocuchillos $iludísimosT.
#es$alleciente, culebrea el titán acuchillado, al paso 1ue las $urientes !engadoras
se ceban en 5l.
/ubo por $ortuna un pedao, uno solo, el nico 1ue el hombre logró e!itar 1ue le
cortaran: precisamente el 1ue toda la humanidad tiene ahora.
Por eso, y así termina la historia, hoy el miembro mide solamente un palmo de
etensión. O=>AD, >@.T
8 generalmente, ni eso: pero el de Nosendo mide más, y como el suyo, el de
otros, 1ue sobrepasan largamente los S> centímetros del palmo.

osendo " los otros


El coruX5s Camilo os5 Cela, escritor de nota y esmerado leicógra$o, contaba a la
periodista Lola "al!ador, y sólo como 5l sabía hacerlo, con inimitable grace-o y
salpimentando su discurso con epresi!os tacos, o como nosotros diríamos,
adereándolo con lisuras, le contaba algunas an5cdotas sabrosísimas, como la siguiente
)*n 3adrón Kdistrito /udicial de la provincia de La $oru6a! cuando va un matrimonio de
forasteros visitantes! ense6amos (dice $ela( el pedrón donde se amarró la barca del 7póstol! la
casa donde murió 5osalía de $astro! la casa donde nací yo Dque ahora ya la empie0an a ense6ar;!
la $olegiata! el cementerio yC la polla de 5osendoKK].
)5osendo era un peón caminero que tenía una polla descomunal! una polla que daba
gusto verlaC 7sí que íbamos a 5osendo y le decíamos:
/90'osendo6 ens25ale la #olla a estos se5ores.8
)B él decía:
/90Ho"(re6 no6 Ca"ili5o6 no6 $ue "e da vergZena8
/90Ho"(re6 #ero $u2 dir:n estos se5ores6 $ue vienen de fuera. +e invito a una
co#a de aguardiente.8
/904o6 tienen $ue ser dos.8
/90ueno6 #ues dos.8
)B entonces se desabrochaba el pantalón y le caía! como una liebre muerta! una polla
descomunal que le llegaba hasta las rodillas K K]' y entonces él miraba muy tímido hacia la se6ora
forastera y decía:
/90Se5ora6 usted dis#ense6 #ero as, tiene #oco luci"iento8< =KG6 ?.J
Zuena polla! polla0a! la rosendina! evocadora de la )masculinidad inverosímil2 del Eosé
7rcadio garcimarque0ano! que la lucía )enteramente tatuada con una mara6a a0ul y ro/a de
letreros en varios idiomas2. DK=! >R.; 3ródiga fue también 9atura con el Zoa! a quien %allano
le decía siempre: )ha0nos una demostración! orina por encima de la correa2! )muéstrame esa
paloma que te llega a la rodilla2. DKRO! =R.;
En su obra L-*thnologie du ens 8énitale , dice acobus haber !isto entre los
sudaneses musulmanes el pene más grande U centímetros de longitud y  de
diámetro. Era una )máquina terrorífica2, mani$iesta acobus, más propia de un burro 1ue
de un hombre. O=>UD, @@.T
) propósito de la mención -umental 48 el moreno $álico+asni$orme 1ue conoció
)rguedas, a1uel negro preso cuyo miembro era)inmenso como el de una bestia de carga2 y
1ue por mostrarlo cobraba )un solcito nomás26
)Tenía los pantalones rotos' eran tro0os de tela sucia que colgaban y mostraban el cuerpo!
la piel dura del negro. 3ero la parte de adelante estaba toscamente remendada con peda0os de
costal y trapos.
/90Son cuarenta cent,"etro6 #atrón6 naides tiene en Li"a8
)*staba idioti0ado! pero las palabras con que proponía su 0negocio8 no las había olvidado.
B todos los días revisaba la tupida tela que protegía su bragueta. $ada preso nuevo que caía al
segundo piso le pagaba por la ehibición. i iban especialmente donde él! cobraba más.
/90Yn solcito6 nada "eno Son cuarenta cent,"etro. 1Hay $ue ver38< O=SD, >AS.T
OEn la página S?, )rguedas dice 1ue el negro cobraba die centa!os. Presumo 1ue 5sa
era la cantidad, y no un sol, por1ue un sol, en los ltimos aXos de la d5cada de >BU, era
mucha plata.T
Rue )naides2 tu!iese en Lima a la saón un pene de cuarenta )centímetro2, era sin
duda cierto. Pero es opinable 1ue medida tan etraordinaria correspondiese
eactamente a la de la prieta !erga del recluso. Por1ue nadie, 1ue yo sepa, !eri$icó tal
medición: y el negro pudo haber eagerado, o medido mal.
La impresión de )rguedas $ue la de ser cuasi asnal la longitud de a1uel
miembro. Pero la ciencia no !i!e ni medra de simples impresiones: ha menester de
datos precisos. 8 en este caso, desgraciadamente, no los hay.
8 dígase otro tanto de la polla de Nosendo. 4Medirían ambos príapos, si eran tan
magnos como nos los pintan, >S pulgadas, >U, >A6 Posiblemente.
4Estarían encorbatados6 Pregntolo por1ue en esta tres !eces coronada !illa
hubo un $ulano de impresionante !erga, 1ue )a lo me/or de la /odienda2 , como dice el
tradicionista, 1uitaba el paXuelo 1ue ser!ía de corbata al monstruo y largaba el chicote
en banda. Nesta por a!eriguar si para dicha o desdicha de la recipiente. O=U>D, SB.T =WD
Mi padre conoció a una su$riente con$esa por la macro$alosomía de su consorte,
1ue para 1ue decreca la supercriatura, poníale toalla, 1ue no paXuelo: y aun así,
incomodaba mucho a la seXora: de suerte 1ue el trámite talámico era casi martirial.
Peter Ruennell reprocha a Cleland la comisión reiterada de la )falacia
longitudinal2 O=HD, iiT: pues e$ecti!amente los más de sus persona-es tienen miembros
colosales. 8 al menos en un caso, con ser tanta la largura, admira más la prodigiosa
anchura, como 1ue podían haberse echado tran1uilamente los dados sobre el portento,
cuya )enorme cabe0a parecía! en cuanto color y tama6o! algo así como el cora0ón de una ove/a
corriente2. O=HD, >H>.T
"in duda ni el poeta /oracio tenía un atributo así: y conste 1ue 5l era dueXo de
uno muy considerable. El emperador )ugusto, sabedor de ello, lo nombraba diciendo
)potissimum penem2 : y el mismo /oracio decía de su potentísimo pene 1ue era un
)homuncionem lepidissimum2, un lindísimo hombreuelo.
)1uel rey de demasías 1ue $ue /eliogábalo estimaba muchísimo las m5ntulas
sobresalientes Ocommendatos sibi pudibilium enormitate membrorum T. OMentula llaman
Catulo y Marcial al miembro !iril: y mentulatus QmentuladoQ se dice en la 3riapeia del
1ue lo tiene muy grande.T /eliogábalo llegó a ele!ar a las primeras dignidades del
Imperio a ciertos persona-es 1ue -usti$icaban tal muni$icencia por el solo título de la
magnitud hiperbólica de sus atributos !iriles.
)*n las comesaciones K co"essationes! festines les hacía sentarse a su lado! en íntimo
contacto! deleitándose en obscenos y vergon0osos tocamientos D eoru"$ue attrectatione et
tactu #raeci#ue gaude(at;' y sólo de mano de ellos quería tomar la copa en que bebía! en honor
de sus altos hechos y de los suyos.2 DKO! @! O>' véase también la página FVV.;
7na damisela llamó muy sorprendida )monstruoso2 a Casano!a cuando el
c5lebre don-uán le enseXó su atemoriante cara-o: )me dais miedo2, di-o ella al !erlo. O=AD,
I, A?.T MaraXón considera presunta esta grandea !iril del $amoso a!enturero
!eneciano, y dice 1ue no concuerda con su improcreati!idad. JPues 1u5, aun si no
concordara, 1u5 más daK JRu5 tiene 1ue !er el culo con las t5mporasK JCon$undir la
capacidad $ecundante con la magnitud genitalK J#ios míoK
MaraXón, 1ue no ocultaba su desa$ecto por Casano!a =WD, siente ridiculísima la
con$esión de 5ste, en una de sus cartas, en la 1ue se consigna un dato )del que pueden
inferirse! en centímetros! las dimensiones de sus atributos viriles2 . Parecía esto a don
Gregorio )sospechoso afán ehibicionista2. O=SAD, SS.T ) mí, al contrario, me parece simple
orgullo $álico Oy de alguien 1ue no era lisiado al re!5sT.
Consta en el Iaratustra nietscheano una obser!ación sobre el lisiamiento a la
in!ersa, coneionable con la macro$alosomía, por1ue se podría dar el caso Oseguramente
se daT de un gran desarrollo !ergal coeistente, contrapuestamente, con el ningn
desarrollo del resto del indi!iduo. Pudiera ser 5ste pura verga, y, por lo demás, una
nulidad. )Lisiados al revés2 llamaba 9ietsche a estos )seres humanos a quienes les falta
todo! ecepto una cosa de la que tienen demasiado2 . O=SBD, p. S, '#e la redención(, SU.T
/ans, poseedor de un luengo príapo, dice 1ue en el cote-o del suyo erecto con el
de otros competidores, los supera casi siempre por tres pulgadas y ocasionalmente por
una sola. )3ersonalmente he eaminado a #ans Qdice CoryQ y puedo asegurar que no
eagera.2 O=?D, @.T
*agerado! sí! ese 7ureliano de $ien 76os de oledad! que podía llevar )en equilibrio una
botella de cerve0a sobre su masculinidad inconcebible2. DK=! FO>.;
8 eageradísimo a1uel teniente de un megalo$alo de >? pulgadas Ocasi A
centímetrosT, pero incapa de erguirse por su ecesi!a longitud. OIn$ormación del
mentulado /olmes.T=WD Inereccionabilidad descali$icante para inter!enir en esta especie
de Bobutsu&urabe Ocomo dicen los -aponesesT o competencia $álica 1ue mi pluma !iene
desarrollando.
Cuenta /inostroa 1ue su padre )tenía una pinga impresionante2 : y en uno de los
recuerdos oníricos del poeta, 5ste compara pingas con su amigo )él sacó la suya que era
etraordinaria enorme como un bra0o y muy gruesa pero además perfecta2 . O=SD, >H, A.T
Rue )parecía un bra0o de muchacho2 dice Gál!e Nonceros del miembro de uno de
sus persona-es, un negro 1ue orinaba de lo lindo. O=>?D, HB.T
&runo tambi5n el dueXo de una estupenda masa priápica 1ue, en reposo , alcana
la $riolera de un palmo.
O35ase la ilustración correspondiente en =BD, ?H.T
7rturo! )poseedor de un pene de etraordinaria longitud2! )asumía una postura beatífica
en la que su cuerpo se cerraba sobre sí mismo y lo aislaba en un nirvana hermético! con la cabe0a
de su seo dentro de su boca etático e inmóvil2. DKFR! FF.;
Mi amigo, el psi1uiatra os5 Ma )rnillas )rana, me contó 1ue don os5 Gál!e,
buen poeta y persona-e político, se enorgullecía de haber sido dotado por 9atura de un
respetable atributo !iril, 1ue le había dado, segn propia con$esión, )más satisfacciones
que la poesía y la política /untas2 . )demás, el chiste 1ue solía contar Gál!e, el de un
ambo 1ue se mane-aba una de padre y muy seXor mío, era para 5l, no solamente un
buen chiste Oy lo eraT, sino )el chiste por ecelencia2 , como 5l mismo decía. O7na amiga
íntima de Gál!e con$ió al doctor os5 Morón 1ue la dotación genital del !ate e!ocador
de la Lima ida era )ecepcional2. Me lo di-o el propio Morón, en >B?, en casa de <alter
Ledgard.T
Me di-o tambi5n os5 Ma )rnillas )rana, interlocutor donairoso, cuanto más en
sus )epansiones catatímicas2, segn epresión 1ue 5l solía repetir, 1ue 0oulouse+Lautrec
era de una $alicidad notable, asni$orme, y por eso se u$anaba de tener tres piernas. Era,
pues, supuestamente,triscelo Odel latín tres, tres, y el griego s&elos, piernaT.
"in embargo, en el capítulo 'Nasgos $ísicos(, del Toulouse4Lautrec, de Gotthard
edlica, ni si1uiera se alude a ello. "ilencio insorprendente, por lo sólito 1ue es el
ocultamiento de esa clase de datos. 9o abundan los propensos a publicarlos. "i no
hubiese sido por MaraXón, yo ignoraría hasta ahora la criptor1uidia de "er!et.
/ace cincuenta aXos, oí decir al billarista Nicardo 'Pulseras( 3icuXa, 1ue la sabia
9atura, cuando escatima la talla, compensa al enano dándole larguea !ergal y hasta
demasía. 3icuXa citaba un caso concreto, con nombre y todo, con$irmati!o de su
eplicación. Eplicación e!identemente popular y acaso la misma responsable de la
atribución de una tercera pierna al piernicorto y c5lebre artista de )lbi.
Naones hay, sin embargo, para pensar 1ue 5ste no $an$arroneaba, por1ue
siendo, como era, $recuentador de burdeles y hasta residente, su u$anía $álica habría
estado en riesgo propincuo de ser bulliciosamente desmentida por sus amigas de las
maisons closes . )demás, cuando se dice de alguien 1ue es a!enta-ado, el dicho tiene,
generalmente, $undamento.
)ntes, entre nosotros, se llamaba aventa/ados Ose les llama toda!íaT o abestiados Oya
no se les llama asíT a los tenientes de colosales tracamandangas. DTracamandanga es una
designación antigua y popular del pene, más eu$ónica y graciosa 1ue muchas de las
!igentes.T
Llamábaseles tambi5n desculados, por1ue se creía 1ue di$ícilmente encontraban
mu-er dispuesta para el coito. O=A>D, I, U>>.T El desculado de por acá e1ui!ale al chu0alongo
ecuatoriano.
)C!ualongo se denomina! en el habla ecuatoriana de ciertas áreas rurales o de
influencia rural de la ierra! al varón provisto de verga de ecepcional tama6o.2 DKF! F<F.;
8 a propósito de nominaciones $álicas os5 Leama Lima llama barrocamente al
luengo miembro, )agui/ón del leptosomático macrogenitoma2. O=U?D, >B.T
Es un hecho 1ue la hiper!ergalidad resulta para muchas mu-eres o$ensi!a: y un
hecho reconocido ya por antiguos tratadistas.
)*l desarrollo anormal en grosor (decía 5oubaud( puede producir contusiones y
roturas en los órganos genitales de la mu/er' y su longitud ecesiva puede ocasionar
inflamaciones en el cuello del 1tero y! por consiguiente! lesiones más o menos graves' no hablo
del dolor' que! en este caso! siempre es muy grande' como lo prueba el e/emplo referido por
3. Iacchias! de aquella cortesana de 5oma a quien una organi0ación seme/ante de uno de sus
amantes hacía caer siempre en síncope.2 DKF<! ?=.;
)un1ue la )organi0ación2 de 9icolás Felipe )ugusto de Forbin era tambi5n
considerable, no le llegaba a causar síncope a Paulina &onaparte, pero sí le ocasionó
)graves trastornos vaginales2. )*n contraste con el 0#ene "uy #e$ue5o8 del príncipe Zorghese!
el se6or de "orbi poseía un enorme órgano de copulación.2 O=AUD, >>U.T
9o por eso ha de creerse 1ue el macro$alo srcina siempre perturbaciones. 9o.
05ngase presente 1ue la capacidad dilatacional de la !agina es muy grande, y lo mismo
la del recto. Pari$icaciones no $altan. 35ase la siguiente, de la casuística de Clar. "e
trata de una consultante deseosa de saber por 1u5 su marido tarda tanto en orgasmear.
En cada cohabitación, ella orgasmea, en hora y media, no menos de seis !eces, y con
intensidad creciente: y 5l, una sola. La seXora pregunta si es anormal la tardana de su
consorte. #esde luego, no: y las die pulgadas del demorón son -ustamente las
con!enientes para tan buen goamiento. O=D, A>.T
8 ni las de /olmes, >S pulgadas y media, lo con!irtieron en desculado. ohn C.
/olmes, superestrella de la pornogra$ía $ílmica y prostituto solicitadísimo y muy bien
pagado, aseguraba 1ue la mitad de las mu-eres con las 1ue se acostaba, admitían,
completito, su $ormidable miembro: y la otra mitad, casi. "olamente un treinta por
ciento soportaba por el recto tamaXa carga, 1ue en estado de erección medía,
eactamente, U> centímetros y H milímetros y medio.
Ne$ería /olmes 1ue en las encamadas ocasionales con mu-eres 1ue no sabían
1ui5n era 5l, todas reaccionaban religiosamente, con sobrecogimiento y temor
re!erencial, con una especie desacer horror.
)iempre (dice #olmes( es la misma reacción! y hasta las eclamaciones son las
mismas: 1O!6 Dios ",o3 1-esucristo3 iempre es algo religioso.2 DKF! <>.;
"egn /olmes, el tamaXo pingal sí importa: es decir, the bigger the better , cuanto
más grande, tanto me-or. Para goar como es debido y para 1ue ella goce como nunca,
la grandea $álica es conditio sine qua non . Lo decía /olmes, teniente del macro$alo más
conocido de los Estados 7nidos y tal !e del mundo: popularísimo persona-e de
$antástica eperiencia, 1ue llegó a superar el record del $amoso escritor belga Georges
"imenon, 1ue con$esaba haber conocido ObíblicamenteT a die mil mu-eres, antes de
hallar a la 1ue iba a ser su compaXera, la italiana 0eresa.
/olmes, hasta >BH@, había conocido a más de once mil, 1ue no son precisamente
las !írgenes por las 1ue pregunta Poncela.
)i tom amos en serio el cálculo de imenon (dice una not a de la revi sta Lu(!
tendríamos que creer que él hi0o el amor a un promedio de <R mu/eres diferentes cada a6o! o
sea! una mu/er diferente cada dos días de su vida.2 DKV! a.: )PAnce milQ2;
/olmes $ue el símbolo $álico de 9orteam5rica =WD, y su caso es probablemente
indicati!o del creciente inter5s $emenino por la dimensión !ergal: cuanto más si los
mentulados son como 5l, gentiles, no como ese ]anáibari de la tradición cashinahua,
1ue al !erse solicitado insistentemente por su ganosa nuera, le di-o ta-ante )9o puedo
hacerte el amor. Tengo una pinga tan grande! que si te uso! te voy a desfondar y morirás.2 9o
1uiso creerlo la loca peticionaria y siguió instando a su suegro para 1ue la poseyera.
Entonces, ante tanta insistencia, 5l la poseyó. )B cuando Sanáibari Qdice la historiaQ se
levantó de encima de ella! la sangre escapaba a grandes chorros de su vagina destro0ada.2 O=>D,
UU?+UUB.T
"e ha insinuado 1ue Carlomagno, el emperador pedilargo de talla procer, tenía
por eso mismo un miembro de polendas. O=>SD, II, @+@H.T Pero lo cierto es 1ue, ni la
largura podal ni la gran talla, signi$ican, necesariamente, magni$icencia priápica.
)e halla muy populari0a da la creencia de que el tama6o de los pies guarda relación con
el tama6o que se oculta tras la cremallera. Guien lo crea a pie /untillas! no tardará en saborear
amargas decepciones.2 DK<! R<.;
)Los romanos (dice *llis( creían firmemente que una nari0 grande se relacionaba con
un pene grande. 04oscitur e naso $uanta sit !asta viro8 ! di/o Avidio. La vigencia de esta
creencia se prolongó hasta la *dad Media! especialmente en @talia y los fisonomistas la
consideraban fundada. Mu/eres licenciosas! como Eoanna de 9ápoles! solían tenerla en cuenta!
aunque lo usual era que la supuesta correlación no se confirmase. KC "ue también com1n en
@nglaterra! durante el siglo dieciséis! creer que en las mu/eres eistía relación entre la nari0 larga
y el impulso seual *stas suposiciones eisten a1n! porque a las antiguas creencias han venido a
sumarse los testimonios de varios observadores modernos! aun cuando en concreto no se ha
podido probar nada hasta la fecha.2 D#aveloc& *llis! tudies in the 3sychology of e. 9ueva
Bor&! 5andom #ouse ?F<! @! p. F! <=.;
)$omo lo di/o 3iersol! el tama6o del pene tiene menor relación con el tama6o del cuerpo
del individuo que cualquier otro órgano de la economía. Muchas culturas han establecido que!
cuanto más grande es el hombre en arma0ón muscular y esqueleto! tanto más grande es su pene!
así en estado de flacide0 como en erección. Hn eamen detallado de nuestra población de FO
hombres! entre los O y los >? a6os! nos sirvió para corroborar a 3iersol en cuanto a que no eiste
relación entre el arma0ón del su/eto y sus genitales eternos. *l pene mayor de nuestra población
medía R centímetros de largo en flaccide0 y pertenecía a un hombre cuya altura era de  pies =
pulgadas y que pesaba O libras. *l pene más peque6o! apenas algo más de < centímetros en
flaccide0! correspondía a un su/eto de  pies  pulgadas de alto y que pesaba => libras.2 DKO!
=O.;
&a-o tambi5n, como el campeoncito de los >A centímetros, era el torero uan
&elmonte: pero su pe1ueXe incomprendía el arma ventris. "u ba-ura no corría, pues, a
las pare-as con la grandura de su pene. Esto me lo contó )rmando Nobles Godoy, y a 5l
se lo di-o Luis Gumán, '%apaterito(, torero acompaXante de &elmonte en una de sus
temporadas limeXas, y 1ue se estableció entre nosotros en tierra chosicana y murió allí.
Contaba '%apaterito(, desaprobándolo, el gusto Oo acaso $uera más propio decir
pasiónT de &elmonte por las muías: las poseía subido en un montículo de piedras, para
alinear el instrumento y enca-árselo derechamente al animal. rase, pues, este don uan
&elmonte García, ooerasta de los buenos.
/ace muchos aXos, cuando leí el *milio, de Nousseau, en la !ersión de Na$ael
7rbano, 1ue es básicamente la del abate Marchena, sólo 1ue hermoseada, supe lo
principal de la biogra$ía de Marchena, epuesto por 7rbano en un par de páginas. JRu5
me iba a imaginar 1ue el tal abate había sido a!enta-adísimoK Claro está 1ue 7rbano
calla la noticia, tal !e por1ue la ignoraba: Cela, en cambio, nos la o$rece, con la
desen!oltura 1ue suele, citando a un biógra$o $ranc5s del abate, 1ue se epresa como
sigue )sátiro notable por cierta enorme monstruosidad de la que estaba orgulloso como un asno
y se vanagloriaba de saber hacerse amar por su causa2. O=@DT
"egn /enry Miller, la !erga del estadista y escritor $ranc5s Edouard /erriot
O>?HS+>B@HT era tan grande, 1ue se la tenía 1ue su-etar a la pierna. O=SD, @?.T
) los 1ue poco les $alta para estar en la base U y a los 1ue de hecho ya están en
ella, les dicen )"in de mes2.
)*staba Kel miembro grande! realmen te grande (cuenta Manuel 5ilo(! casi llegaba a
los treinta centímetros Dpor eso me decían ,"in de mes-'mínimo! veintiocho;.2 DKFF! ?.;

#asuística macro'alosomial
En la casuística macro$alosomial de #icinson se registran dos miembros de once
pulgadas y tres cuartos OCharpy y ]inseyT, uno de trece pulgadas y tres cuartos
OCharpyT, y otro, el príncipe, de catorce pulgadas. O=>>D, $iguras >>S y >>U.T Las
e1ui!alencias centim5tricas de #icinson son 5stas U, U@ y U centímetros,
respecti!amente.
Creo 1ue este pene de >A pulgadas, el más largo de 1ue se tenga registro
$ehaciente, es el mismo 1ue cita 2li!en, suponi5ndolo con raón consecuencia probable
de un trastorno pituitario. O=UD, >?>.T

Magnitud normal
Las longitudes antedichas son atípicas. La longitud promedial del pene humano
erecto es de >A a > centímetros, en medición dorsal desde la super$icie de la piel del
ángulo peneano+pbico hasta la punta del glande. La circun$erencia promedial, tomada
en la mitad del miembro, es de B a >S centímetros.
Ruienes tengan por escasas estas medidas normales, sepan 1ue la magnitud
peneana
el hombredel ser humano
)prefiere atribuiresin/ustamente
mayor 1ue este
la dehonor
cual1uier otro primate.
al vigoroso Como
gorila2 , pero dice Morris,
lo cierto es 1ue
)la especie =humanaD tiene el pene erecto más largo de todos los primates actuales2 . O=SHD, >@,
HU.T
Masters y ohnson, los respetables seólogos del *stablishment, muy admirados y
solicitados por las pare-itas conyugales, se a$anan en con!encer a la !asta grey de
ignorantes y ansiosos de 1ue el tamaXo del miembro no interesa. Por eso no tu!ieron
reparo en cometer la siguiente omisión punible, con$esada por el propio Masters
)$uando publicamos 'es#uesta Sexual Hu"ana (dice Masters(! omitimos
deliberadamente la información relativa al tama6o promedio del miembro. #asta cierto punto
esperábamos neutrali0ar el concepto de que el tama6o del pene es fundamental en la respuesta
seual.2
3etersen! que entrevistaba al d1o de )epertos2! comenta sobre el particular: )in
embargo! ustedes sostienen que los hechos son la 1nica manera de combatir los pre/uicios. *n
este aspecto! no se están portando como científicos.2
7 esto responde Eohnson lo siguiente: )9o publicar los datos es el punto de vista de Zill!
y yo lo entiendo. 3ero creo que lo que usted dice es eacto' no es científico. *stamos más
comprometidos con la prevención que con la ciencia pura de la información. Bo estoy
genuinamente enamorada de la información' quiero saber cualquier cosa! todo lo que me sea
posible. 3ero cuando usted ve la increíble susceptibilidad de la gente respecto a lo que debe hacer
y alo que sucederá si no lo hace! no queda otra cosa que desarrollar un instinto de protección.2
)$reo que si publicáramos el tama6o (se6ala Masters(! el resto de la investigación
sería in1til. Todo el mundo empe0aría a usar una regla. B eso sería el principio del camino a la
impotencia.2 DKFO! >! <V.;
JRu5 tal estupideK 4Pero 1u5 creen Masters y ohnson, 1ue el uso de la regla
depende de lo 1ue ellos digan6 9adie se ha pri!ado de usar la regla esperando la !enia
aprobatoria o -usti$icante de los neopuritanos Masters y ohnson.

Magnitud subnormal
48 el micro$alo6 Pues tenerlo, segn "toes, no debiera deprimir ni acomple-ar,
habida cuenta de 1ue eista amor y comprensión en la pare-a, cordialísima armonía y
mucho a$ecto, con$iana, entendimiento: en $in, todo eso, 1ue no es poco. O=UBD, AS?.T
)m5n de 1ue 1uiera la suerte, agregaría yo, 1ue nunca conoca la mu-er otro pene 1ue
el penecillo de su adán: por1ue si no, en conociendo distinto miembro, comprobaría 1ue
el gusto deparado por la palomita conyugal, es sólo gustillo $rente a otros 1ue causan
!ariedades columbinas impe1ueXas. Las pe1ueXas, además, srcinan ocasionalmente
$ranca desestimación, segn lo epresa esta declarante del In$orme /ite
)Los Kpenes que son cortos y peque6os me inspiran desprecio hacia su propietario. KC
3ara mí es una decepción descubrir que un nuevo amante lo tiene peque6o. *ntonces tengo la
seguridad de que no podrá satisfacerme. KC Me agradan los penes grandes! aunque no
demasiado.2 DKO! ?4?O.;
La more4than4average houseXife del estudio de los ]ronhausen, declara esto
)7lgunos dicen que el tama6o no importa! pero les aseguro que a mí me importa.
iempre han sido hombres bien dotados los compa6eros coitales con los que he sentido más
cercano el orgasmo.2 DKOO! =.;
La pe1ueXe $álica no es indicati!a, necesariamente, de pobrea copulatoria.
"al!o 1ue sea etrema: digamos, ni > centímetros en estado de erección. La seXora
cuyo marido tiene un pene así, declara $rancamente en el In$orme /ite 1ue cuando ella,
por la cercanía del orgasmo, comiena a mo!erse más, el miembrillo Ono con$undir con
membrilloT de su consorte )frecuentemente se sale! y eso echa a perder todo el placer2 . O=S>D,
S?+SB.T
5ufino Zlanco "ombona dividía a los escritores insignificantes en cor#Nsculos y
"icro(ios. )Bo puedo ver (decía(! aun sin quererlo! a un corp1sculo como Linares 5ivas!
pero mis lentes no son microscopios para descubrir microbios Kcomo anchi0.2 DK?! F.;
"e me !iene a las mientes 1ue de un pa-arito de >S centímetros, por e-emplo, se
podría decir 1ue es uncorp1sculo, y de uno menor, un microbio.
)un1ue la grandea no es necesarísima, ni la pe1ueXe, maldita, lo cierto es 1ue
hay atributos de largor pasmante, y cosillas apenas perceptibles, 1ue $uncionalmente
son, los primeros, de primera, y las otras, de$icientísimas o nulas.
Pareciera 1ue en esto es menester no ponerse gracianesco, por1ue está !isto 1ue
lo bueno, si bre!e, no es dos !eces bueno. 7na, si acaso, pero generalmente desir!en las
)quintas esencias2 encomiadas a otro propósito por &altasar: y al contrario, sir!e y hasta
persir!e el )hombre largo2 1ue Gracián desestima.

El 'alo di%ino
Comenó en la India mi luengo !ia-e, y ahora, al cabo de 5l, !uel!o a ella: !uel!o,
por1ue es de la India la historia 1ue he de contaros.
El día primordial de la Creación, in illo tempore , discutían 3ishnu y &rahma
acerca de su origen. "e a$anaban, disputantes, por establecer, y pronto, a 1ui5n
correspondía la precedencia y de 1ui5n era la indiscutible primacía.
Estaban en$rascados en esta contro!ersia, cuando !ieron 1ue a su lado se erguía,
ma-estuoso, un $alo resplandeciente y de dimensiones tan colosales, 1ue uno de sus
etremos se hundía en el !asto oc5ano y el otro, atra!esando las nubes, se perdía en el
cielo in$inito.
#eslumbrados por la magni$icencia del $enómeno, &rahma y 3ishnu cesaron de
discutir y se preguntaron 1u5 signi$icaba la aparición de a1uel $alo luminoso y
aparentemente interminable.
)Lo primero que tenemos que hacer2! di/eron! )es averiguar la verdadera longitud del
impresionante linga"2.
Entonces 3ishnu, con!ertido en boa, se sumergió en el oc5ano para alcanar la
base del portentoso miembro: y para alcanar el otro etremo, &rahma, con!ertido en
cisne, emprendió el !uelo.
0ranscurrieron !arios aXos y 3ishnu seguía buceando, pero sin 1ue $ructi$icara la
diligencia. La base del lingam no era !islumbrable ni por casualidad. Considerando,
pues, intil cual1uier es$uero ulterior, retornó 3ishnu para encontrarse con &rahma y
con$esarle el $racaso de su misión.
La de &rahma, en cambio, había resultado eitosa. )5econo0co2, di-o &rahma, )que
el linga" es muy grande! pero no lo es infinitamente' tiene cima y os confieso que llegué a ella
luego de muchísimo volar2 . #icho esto, 3ishnu no tu!o más remedio 1ue aceptar la
superioridad de &rahma.
Pero he a1uí 1ue aparece en ese momento "hi!a, el mismísimo teniente del $alo
$antástico: y "hi!a eige a &rahma perentoriamente una prueba de haber alcanado el
etremo, de haber llegado, como decía &rahma, a la cumbre o cima del colosal atributo.
&rahma se con$unde, no sabe 1u5 decir, tartamudea. Ello bastaba era el mentís de su
pretensión. Entonces, por $alsario, "hi!a le cercena una de sus cinco cabeas y $elicita
e$usi!amente a 3ishnu por haber sido tan honesto. O=AD, >>U+>>A.T
En el principio, no $ue pues el 3erbo, sino el Lingam, el $alo di!ino, interminable
y eterno.

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#oda
El !iernes S> de enero del S@, en un con!ersatorio sobre prostitución celebrado
en la Municipalidad de Lince, oí decir al doctor )rtidoro Cáceres 3elás1ue 1ue 5l
había medido un pene de U? centímetros, cuyo propietario era un moreno de La
3ictoria, muy solicitado por !arios hombres y mu-eres gustadores y aun amantes de lo
insólito.
Espigo de un libro reci5n publicado de Car!allo lo siguiente
)*l ba6o de profesores estaba ocupado. #e ido al de los alumnos y estaba orinando
cuando entró un peque6o de nueve a6os y se puso a mi lado. @neplicablemente he sentido pudor!
incomodidad. B no sé por qué he recordado el inicio de la autobiografía del escritor y poeta inglés
E. 5. 7c&erley: 0El #ene de "i #adre "ed,a treinta cent,"etros y "edio8 2 D$onstantino
$arvallo 5ey! +iario educar. Tribulaciones de un maestro desarmado. Lima! 7guilar! 8rupo
antillana! OVV! >?.;
HIII 4#uántas horas diarias es soortable un
ser humano6
En relación presencial, cara a cara, uno puede soportar a otro ser humano dos o
tres horas seguidas: y tres o cuatro si 5stas no son seguidas, sino espaciadas. Lo cual
rige para las relaciones normales y cotidianas con $amiliares, amigos y pare-as estables.
9o rige para las relaciones especiales y desorganiantes en 1ue hay pasión,
deslumbramiento, admiración, obstinación, arrebato, obcecación y $renesí: !erbigracia,
el enamoramiento, 1ue implica un r5gimen atencional completamente anómalo.
0ampoco rige la cuantía de horas mencionada en el inicio de este párra$o para los casos
de seres humanos aburridos y pat5ticamente despro!istos de !ida interior 1ue se
renen horas de horas para mitigar su tedio.
El gran poeta italiano Giacomo Leopardi O>HB?+>?UHT di-o la siguiente $rase
c5lebre 1ue a mi -uicio es !erdad aiomática
)9o hay nada más raro en el mundo que una persona habitualmente soportable.2 K]
ean+Paul "artre soportaba muy poco a los hombres y muchísimo a las mu-eres, y
ello me etraXa, sal!o 1ue las tales hayan sido como la &eau!oir, o si no precisamente
como ella, al menos parecidas.
)$on los hombr es (dice artre(! una ve0 que se ha hablado de política o de algo
parecido! gustosamente me callaría. Me parece que la presencia de un hombre durante dos horas
en un día! aunque no vuelva a verle al día siguiente! es más que suficiente. Mientras que con
una mu/er eso puede durar todo el día y además continuar al día siguiente.2
ulio Namón Nibeyro embrutecía si estaba más de tres horas con los seres
humanos.
)é por eperiencia (confiesa 5ibeyro( que no puedo soportar la presencia de una
persona más de tres horas. 3asado este límite! pierdo la lucide0! me embrute0co! las ideas se me
ofuscan y al final! o me irrito o me quedo sumido en un profundo abatimiento.2
)7lg1n día anali0aré con calma los orígenes de mi incapacidad para la vida social. Me
gustaría determinar la época eacta en que comien0o a sentirme incómodo entre mis seme/antes!
a sufrir su presencia como una agresión! a buscar la soledad y el silencio. i me remonto a los
a6os de mi infancia! descubro que mi reserva y mi hermetismo son tan antiguos como mi uso de
ra0ón.2
#oda
En un teto unamuniano 1ue se titula 'Leyendo a Flaubert(, don Miguel se
epresa como sigue
)í' comprendo! más que comprendo! siento! ese sentimiento que en ouvard et
>ecuc!et le hace decir Ka "laubert:
),*ntonces se les desarrolló una lamentable facultad K une facult2 #itoya(le! la de ver
la estupide0 y no poder tolerarla.-
)*n francés tiene más fuer0a la palabra ([tise Knecedad! tontería! estupide0.
)B en >> escribía K"laubert a su amiga "ada"e 5oger des 8enettes: ),#e pasado dos
meses y medio absolutamente solo! como el oso de las cavernas' y! en suma! perfectame nte bien'
verdad es que no viendo a nadie no oía decir tonterías. La insoportabilidad de la tontería humana
ha ll egado a ser en mí una enfer"edad! y aun me parece débil la palabra. $asi todos los
humanos tienen el don de exas#erar"e y no respiro libremente más que en el desierto.-2
)Lo comprendo y aun diré más! aunque se me tome a petulancia: cono0co esa enfermedad.
)KC Me ocurre lo que al pobre "laubert: no puedo resistir la tontería humana! por muy
envuelta en la bondad que apare0ca. +ios me perdone si ello es algo perverso! pero prefiero el
hombre inteligente y malo al tonto y bueno. KC2
)*l trato con seres humanos (escribe 9iet0sch e( es para mí una prueba nada peque6a
de paciencia. Mi humanitarismo no consiste en participar del sentimiento de cómo es el hombre'
sino en so#ortar el que yo participe de ese sentimiento. Mi humanitarismo es una permanente
victoria sobre mí mismo.2

Fuentes
3icente 3ega, +iccionario @lustrado de "rases $élebres y $itas Literarias . Cuarta
edición. &arcelona, Editorial Gusta!o Gili, ". )., >B, s. v. '"ociabilidad(, @?Ua. _
"antiago Namón y Ca-al, *l Mundo %isto a los Achenta 76os. &uenos )ires, Espasa+Calpe
)rgentina, ". )., >BA>, U@. _ "imone de &eau!oir, La $eremonia del 7diós! seguido de
$onversaciones con Eean43aul artre. &arcelona, Edhasa, >B?S, U?H. _ ulio Namón Nibeyro,
La Tentación del "racaso. +iario personal! ?V4?<V . Lima, aime Campodónico, >BBS, >>S,
>@. _ Miguel de 7namuno, *nsayos. Ruinta edición. Madrid, )guilar, ". ). de
Ediciones, >B@?, II, >UB+>A. _ Friedrich 9ietsche, *cce #omo. $ómo se llega a ser lo que
se es . 0raducción, Introducción y 9otas de )ndr5s "ánche Pascual. Madrid, )liana
Editorial, ". )., >BH>, UU.
HI3 La Iglesia #atólica " la ena de muerte
4De'ensa insólita6
)7unque pare0ca insólito Qdecía el encabeamiento de una noticia publicada en
un diario localQ, obispo defiende la pena de muerte.2
"5ame permitido aclarar 1ue tal de$ensa no es insólita: todo lo contrario, es sólita,
y lo demostrar5 inmediatamente.
"egn la doctrina tradicional de la Iglesia Católica, la pena de muerte no
contradice la ley di!ina, aun1ue tampoco es estrictamente necesaria: su necesidad
depende de las circunstancias. Cuando 5stas la -usti$ican, se aplica.

Eselunantes matanas bíblicas


#ios mismo ha sido aplicante de medida tan etrema: y si bien consta en la &iblia
el precepto )9o matarás2 , prohibición tal sólo rige para los miembros del pueblo
supuestamente elegido. Lo cual es tanto más e!idente cuanto en la &iblia se re$ieren
!arias matanas espelunantes ordenadas por #ios o e-ecutadas directamente por 5l.
Con!5nase el lector de ello por los e-emplos siguientes
)*sa noche pasaré yo por la tierra de *gipto y mataré a todos los primogénitos de la tierra
de *gipto! desde los hombres hasta los animales! y castigaré a todos los dioses de *gipto. Bo!
Bavé.2 Dxodo! O:O.;
)*n medio de la noche mató Bavé a todos los primogénitos de la tierra de *gipto! desde el
primogénito del "araón! que se sienta sobre su trono! hasta el primogénito de los animales. *l
"araón se levantó
gran clamor! pues de
nonoche! él! todos
había casa dondesusnoservidores
hubiera uny todos los egipcios!
muerto.2 Dxodo!yO:O?.;
resonó en *gipto un
2cho capítulos despu5s, en el capítulo !einte, #ios re!ela al hombre el #ecálogo:
sin embargo de lo cual, casi inmediatamente, en el capítulo !eintidós, !ersículo
diecisiete, se ol!ida #ios de 1ue acaba de prohibir, entre otras cosas, el homicidio, y lo
ordena tran1uilamente. En e$ecto, el !ersículo diecisiete dice así
)9o de/arás con vida a la hechicera.2 O"iglos despu5s se apoyaría la Iglesia en este
lugar !eterotestamentario para -usti$icar la absurda y cruenta cacería de bru-as.T
)7van0aron contra Madián! conforme a la orden que Bavé había dado a Moisés! y
mataron a todos los varones.2 D4N"eros! F:=.;
7na orden di%ina realmente increíble
)Matad de los ni6os a todo varón (ordena +ios(! y de las mu/eres a cuantas hayan
conocido lecho de varón' las que no han conocido lecho de varón! reserváoslas.2 D 4N"eros!
F:=4>.;
)lberto Colunga y Maimiliano García Cordero, de la Ponti$icia 7ni!ersidad de
"alamanca, comentan en los siguientes t5rminos el atro pasa-e reci5n transcrito
)*sta cruel ordenación no tiene /ustificación dentro de la ética humanitaria elemental!
pero ha de entenderse dentro de las leyes de guerra de la antigWedad y dado el fanatismo religioso
de la época.2 Di(lia Co"entada! @! >>>.; D7grego: )y en vista de la vive0a de la época2' porque
efectivamente es una vive0a eso de reservarse a las vírgenes para llevárselas a la cama.;
)3ero en las ciudades de las gentes que Bavé! tu +ios! te da por heredad! no de/arás con
vida a nada de cuanto respira.2 D Deuterono"io! OV:<.;
Los teólogos Ludo!ico &ender y )gostino Pugliese, en su artículo sobre la pena
de muerte, incluido en el +iccionario de Teología Moral, editado por el cardenal Francesco
Noberti, pre$ecto del "upremo 0ribunal de la "ignatura )postólica, mani$iestan 1ue de
acuerdo con la "agrada Escritura, la autoridad ci!il tiene el derecho de matar a un
delincuente, y esto como derecho perteneciente a su competencia ordinaria y natural.
O35anse los pasa-es bíblicos siguientes 8énesis, B: ^odo, S>SSss: Levítico, SA>H:
+euteronomio, >B>>: 5omanos, >UA.T

La misma Iglesia odría imoner la ena de muerte


La Iglesia no se opone, pues, a la pena de muerte y podría incluso imponerla a
los delincuentes sbditos suyos. Rue de hecho no lo haga, no signi$ica 1ue no tenga el
derecho de hacerlo.
35ase lo 1ue dice sobre el particular el canon SS>A, inciso >, del Código de
Derec!o Canónico
)La @glesia tiene derecho connatural y propio! independiente de toda autoridad humana! a
castigar a los delincuentes s1bditos suyos con penas tanto espirituales como también
temporales.2
0res ilustres catedráticos salmantinos, Loreno Migu5le #omíngue, "abino
)lonso Morán y Marcelino Cabreros de )nta, comentan así este inciso
)+ado su carácter de sociedad perfecta! puede la @glesia imponer toda clase de penas en
tanto en cuanto sean necesarias para conseguir su fin y tutelar el orden social. 3or eso no vemos
inconveniente en admitir que pudiera también imponer la pena de muerte! si en alg1n caso la
/u0gara necesaria. *l que a la @glesia no le sea dado de !ec!o e/ecutar ciertas penas temporales!
no quiere decir que no tenga el derec!o a imponerlas.2
Le-os, pues, de ser insólito el $a!orecimiento eclesiástico de la pena de muerte, se
e!idencia, antes bien, por los tetos aducidos, 1ue la misma Iglesia, en principio y por
derecho connatural y propio, podría imponer seme-ante pena a los delincuentes
sbditos suyos.
7n de'ensor insigne de la ena de muerte
Por otra parte, segn leo en el 1uinto tomo de la *nciclopedia de la 5eligión
$atólica, en el artículo 'Pena(, ha sido "anto 0omás de )1uino, teólogo de talla procer,
1uien ha de$endido con más autoridad, en $a!or del bien comn, la pena de muerte
impuesta por la suprema autoridad legítima en casos de delitos gra!ísimos.
)gregar5, para terminar, y como dato curioso, 1ue en el apartado UU del tercer
capítulo de la no!ela de ulio Namón Nibeyro, $ambio de 8uardia, uno de los persona-es
de la obra, el obispo, se epresa como "anto 0omás en relación con la pena de muerte,
aun1ue seguramente sin haberlo leído.
H3 Los celos
/ay de$iniciones $ormales y acad5micas de los celos y otras agudas, ingeniosas y
mordaces.
Formalmente se pueden de$inir los celos así
)@nquietud! desasogiego y preocupación de la persona que teme que aquella a quien ama
dé la preferencia o conceda la primacía a otra.2
7na de$inición in$ormal y cáustica de los celos es la del gran satírico
norteamericano /enry Louis Mencen, 1ue al respecto dice lo siguiente
/Celos) creencia que consiste en suponer que hay gente que tiene tan mal gusto como
uno.2
Pero aun1ue hoy no escasean las de$iniciones de los celos, antes no solamente
escaseaban, sino 1ue prácticamente no las había.

4Por 2u5 no se mencionaban antiguamente los celos6


3arios pensadores, $ilóso$os y psicólogos no mencionan los celos cuando se
ocupan de las emociones y pasiones. )ristóteles no los menciona: tampoco Loce, ni
<illiam ames. Montaigne no dice sobre el particular ni pío en sus *nsayos. Pascal no
mienta los celos ni si1uiera una !e en su +iscurso sobre las pasiones del amor . 3oltaire, en
su +iccionario "ilosófico, dedica todo un capítulo alcelo, pero de los celos no dice nada=WD.
)lgunos de estos autores, todos ellos de nombradía, mencionan ocasionalmente
la en!idia, pero no los celos. 4Por 1u56
Por1ue los celos no son una emoción 1nica , sino más bien un producto social 1ue, de
acuerdo con !alores y normas !igentes, utilia !arias emociones, como son el amor, el
odio, el temor, la ira, el orgullo y el resentimiento.
Los celos son una constelación emotiva cuya intensidad y manifestación se coneionan
íntimamente con la estructura social. Los cambios que se producen en ésta! provocan cambios en
la vivencia! epresión e interpretación de los celos.

#elos " sociedad


]ingsley #a!is, en el primer tomo de su tratado sociológico, #uman ociety ,
incluye un capítulo acerca de los celos y la propiedad seual. Indica #a!is, al comenar
su traba-o, y entre otras cosas, 1ue la mani$estación de los celos está determinada por la
estructura normati!a e institucional de la sociedad. Esta estructura de$ine las
situaciones en 1ue aparecen los celos y reglamenta la $orma de epresarlos. #e ello se
deduce 1ue una apreciación inteligente de los celos, como $enómeno humano, sólo es
posible si se obser!a la conducta celosa en di$erentes culturas y se adopta un punto de
!ista comparati!o.

Proiedad se$ual " celos


La propiedad seual, en relación con los celos, no debe entenderse, claro está,
como propiedad económica, como algo 1ue yo puedo comprar y !ender: por e-emplo,
un terreno o un tele!isor. 9o. #ebe entenderse, primeramente, en el sentido srcinal del
latín proprius, un sentido 1ue por cierto an se conser!a.
3roprius signi$ica lo 1ue es eclusi!amente de uno, lo 1ue no se comparte con
otros. )3ropria culpa mea est2 , dice Cicerón: o sea, es mi culpa, sólo mía, personalmente
mía, no la culpa de otro: no esaliena culpa, culpa a-ena, sino propria culpa, culpa mía, sólo
mía.
En el arrebato de la pasión amorosa Qcuriosa suerte de emperramiento
occidental 1ue en otras partes del mundo no entienden en absoluto o no terminan de
entenderQ, en el arrebato, decía, de la pasión amorosa, son comunes $rases como 5stas
)T1 eres mía! sólo mía2! o )T1 eres mío! sólo mío2! )T1 me perteneces! yo te pertene0co!
nos pertenecemos2.
Los amantes se sienten, pues, propietarios.
Pero además de este aspecto etimológico+semántico de la propiedad, hay otro
relacionado con la eperiencia misma del seo: 1uiero decir, el seo es posesión, el amor
erótico es posesi!o. 8 aun1ue no todo poseedor es propietario, el 1ue se !a a casar y, de
hecho, ya posee, lo hace con ánimo de dueXo: y naturalmente cuando se casa resulta
dueXo cabal.
Ne$iri5ndose a esto mismo a$irma #a!is 1ue estamos ante la )posesión
institucionali0ada del afecto2.
El propietario seual asume, $rente a los 1ue pudieran codiciar el bien 1ue 5l
tiene, una actitud de )P"uera las manos! no me toquen esoQ2
Pero cuando, no obstante la ad!ertencia, 1ue por lo demás no necesita ser
eplícita, por cuanto está institucionaliada y la gente en consecuencia sabe 1ue está mal
pretender lo 1ue no es proprius sino alienus' cuando, a pesar de esto, la pretensión se
consuma, es decir, la transgresión, 5sta se siente como un robo. El transgresor rompe la
relación robando el bien a-eno. e apropia de 5ste, sin tener título para ello.

Monogamia " celos


La eclusi!idad del !ínculo se institucionalia en el matrimonio monogámico: y
los celos son una reacción, generalmente de temor y cólera, destinada a proteger,
mantener y prolongar el !ínculo.
E!identemente, cuando los celos $rustran su ob-eti!o por eceso, resultan
dis$uncionales: le-os de proteger, destruyen: alteran la relación y la en!enenan: en lugar
de corregir un principio de desarmonía, intensi$ican la desarmonía. Entonces la relación
se !uel!e, o un in$ierno, o una mentira.
)l ser la monogamia $orma prescrita de unión marital, y al goar la propiedad
eclusi!a de pblico reconocimiento, tienen los celos la misma normalidad social 1ue la
monogamia y 1ue la propiedad.
Por eso, sal!o los celos aparatosos, delirantes y mani$iestamente dis$uncionales,
la sociedad no des$a!orece los celos, sino al contrario, los $a!orece, por1ue tienden a
preser!ar y conser!ar las instituciones $undamentales de la propiedad.

Amor " celos


"uele a$irmarse 1ue los celos son incompatibles con el !erdadero amor. "in
embargo, distinguidos pensadores sostienen lo contrario.
El $ilóso$o espaXol Manuel García Morente ase!era en su 'Ensayo sobre la !ida
pri!ada( 1ue los celos son esenciales en el amor, por ser 5ste, si !erdadero, $usional. El
amor es la $usión total y eclusi!a de dos !idas. Por eso, cual1uier traba 1ue se le
ponga, la siente el amante como negati!a: es decir, e1ui!ale a una distracción, a una
traición.
El amante recela de todo y cela permanentemente al ob-eto de su amor: !i!e
in1uieto y temeroso de 1ue una unión tan eclusi!a y completa se 1uebrante. 8 diría,
consecuentemente, gustosísimo, lo 1ue Ibn /am, enEl Collar de la >alo"a:
)+esearía ra/ar mi cora0ón con un cuchillo! Y meterte dentro de él y luego volver a cerrar
mi pecho! Y para que estuvieras en él y no habitaras en otro.2
+ice $hateaubriand! en el libro vigésimo cuarto de Los Mártires! que los )nobles celos2
)acompa6an al verdadero amor hasta el sepulcro2.
El psicoterapeuta Nollo May, en su obra "uentes de la %iolencia , sostiene 1ue
probablemente es normal y saludable una cierta medida de celos, como $unción del
cuidado y preocupación por la otra persona. 8 aXade
)3ero aquello a lo que normalmente se denomina celos va sin duda mucho más allá de
esa medida normal. *s una posesividad que aumenta en proporción directa con la impotencia del
individuo.2
Lo 1ue May 1uiere decir es 1ue el sentimiento de los celos es normal e ine!itable. Lo
malo es la pasión de los celos. 48 cuándo son pasionales los celos6 9os lo eplica Gregorio
MaraXón al prologar el libro Los $elos, de Nodrígue del Castillo
)Los celos! para ser pasión! implican una obsesión! es decir! un estado artificial! ya creado
sobre falsos indicios! ya hiperboli0ando motivos reales! aunque leves para la sospecha. *l
verdadero celoso sospecha! en efecto! no tan sólo de lo que hace! sino de lo que ocurre tras la
frente del amado' sospecha del destino del aire que ehala su pecho' sospecha del nombre que
quiere repetir! en silabeo balbuc iente! el latido de su cora0ón. 9inguna cárcel ! ninguna
esclavitud puede! pues! compara rse a la que imponen los celos.2 )*l matar a la mu/er amada (
se6ala Mara6ón( por infidelidades efectivas o supuestas! rara ve0 es genuina vengan0a' es casi
siempre monstruosa manifestación de deseo. Muchas veces el preteto para matar (los celos(
se inventa! notoriamente! y el crimen tiene algo de bárbaro étasi s supremo.2 D8regorio
Mara6ón! Abras $ompletas!
3, H>S+H>U.T
En su libro "ragmentos de un +iscurso 7moroso, Noland &arthes con$iesa ser celoso.
)7 causa de ello (dice( paso por cuatro etapas de sufrimiento:
)La primera es la de no poder dominar mis celos.
)La segunda! porque éstos pueden herir a la otra persona.
)La tercera! porque suelen ser provocados por verdaderas trivialidades.
)B la cuarta! porque todo esto me lacera y me llega a ser incluso agresivo.
)3or eso he sentido siempre compasión de los celosos! ya que ello me obliga a
compadecerme a mí mismo.2
El melodrama y la desdicha signan de antiguo la tradición amorosa de
2ccidente. "omos a$icionadísimos a la pasión de su$rir, y sobre todo nos encanta el
su$rimiento est5ril: por eso los celos, des$igurantes radicales de nuestro arbitrio, son
normalísimos en nuestra práctica amorosa.

*El arreglito+
) la pare-a celosa, o bien la toleramos Otolerancia 1ue )dler llamaba )el
arreglito2;, o bien la mandamos al diablo. Lo usual es )el arreglito2, es decir, la relación
contrahecha y dependiente. Nenunciamos, pues, a ser comensales y nos !ol!emos
simbiontes.
En biología, comensal es el organismo 1ue !i!e con otros en el mismo hueco,
concha o aposento, pero independientemente' en cambio, los simbiontes u organismos
simbióticos establecen siempre relación dependiente, o por me-or decir, archidependiente'
!erbigracia, la relación de ciertas bacterias $i-adoras de nitrógeno con plantas
leguminosas: relación 1ue !endría a ser, por su etrema simbioticidad, como la relación
humana sádico+maso1uística.
Cercenati!os e!identísimos de la libertad indi!idual, los celos descansan sobre la
premisa in$antil y primiti!a en cuya !irtud )T1 eres mía y sólo mía2 , o )T1 eres mío y sólo
mío2.
Claro 1ue si la libertad Onuestra propia libertadT no nos interesa, entonces no son
!itandos los celos, sino inme-orable muestra de a$ecto e inclusi!e seXal palmaria de
de!oción.
El predominio de la estupide llamada celos, el pre!alecimiento de este mandero
de in$ortunios, re!ela 1ue continuamos siendo, respecto al seo y el amor, de una
elementalidad impresionante. Cuánta raón tu!o por eso /ooton cuando de$inió al
hombre de la siguiente manera
)Hn ser con el que todo mono que se respete rehusaría la hipótesis de un parentesco
ancestral.2
4&on modi'icables los celos6
Creo 1ue los celos, en perspecti!a antropológico+sociológica, son modi$icables si
se producen mudanas substanciales en el "istema o *stablishment' y hasta eliminables,
si se cambia de plano el "istema.
Pero mientras sigamos con el mismo guión, mientras no sea otro el libreto,
seguiremos celándonos, esto es, suponiendo, como decía el cáustico escritor
norteamericano /enry Louis Mencen, 1ue hay gente 1ue tiene tan mal gusto como
uno.
Creo 1ue cambiar el guión sería, si no arduísimo, imposible. &aste decir, para 1ue
descuelle la imposibilidad, 1ue tendríamos 1ue reba-ar grandemente la importancia
desmesurada 1ue hemos dado a la persona y al amor. 9inguna otra cultura, sólo la
nuestra, otorga tantísima importancia al ser humano ni ensala tanto el amor. Lo uno y
lo otro son importantes, claro está, pero no son etraordinariamente importantes. La
suposición de 1ue lo sean es una ocurrencia occidental 1ue en otras culturas resulta
absolutamente incomprensible.
H3I estos masculinos
La persona en$urecida, 1ue en su $uror cierra las manos y las contrae
$uertemente, es por lo general de seo masculino, por1ue el hombre, cuando pelea, lo
hace, entre otras cosas, con los puXos, y por eso da puXetes y puXetaos.
La mu-er en$urecida, en cambio, araXa, -ala los pelos, abo$etea, pero no suele dar
puXetaos, ya 1ue para eso tendría 1ue $ormar puXo, y el $ormarlo no es gesto
$emenino, sino !iril. 8 si bien es cierto 1ue hay mu-eres 1ue boean, son muy pocas y
desde luego escasamente $emeninas. El boeo las des$eminia, puesto 1ue la
reciedumbre y las trompadas no son propias de la mu-er.
2tro gesto casi eclusi!amente masculino es enseXar los dientes cuando se
produce el en$urecimiento.
La mu-er en$urecida casi nunca los enseXa. Cuenta el $isiólogo ingl5s Charles &ell
1ue el gran actor Cooe sabía epresar el odio más !iolento mirando de soslayo,
oblicuamente, y le!antando de un solo lado el labio superior, de modo 1ue descubría
un diente cortante y puntiagudo. Era la mostración del canino. )lgo muy parecido se
obser!a en el perro 1ue gruXe y 1ue suele alar el labio del lado desde el 1ue mira a su
ad!ersario. O35ase, al respecto, el d5cimo capítulo de la obra de Charles #arYin, La
*presión de las *mociones en el #ombre y en los 7nimales.;
Es interesante notar el hecho de 1ue en la mu-er hay un predominio en el
desarrollo de los incisi!os sobre los caninos. En el hombre, al re!5s. Este mayor
desarrollo de los caninos en el hombre se relaciona, posiblemente, como dice Gregorio
MaraXón, con la disposición especí$ica del seo masculino para la lucha corporal, 1ue
primiti!amente se haría, en parte, a dentelladas.
0ampoco es comn 1ue las mu-eres escupan por el colmillo, sal!o las muy
engalladas, !oci$erantes y despreciati!as, y 1ue casi siempre son mu-eres del pueblo.
Escupir por el colmillo es acción predominantemente masculina. Luis )lberto
"ánche nos ha de-ado sobre el particular una mención interesante al describirnos a don
uan "egura, padre del $amoso comediógra$o. La descripción es como sigue
)Eunto con la decorativa /ineta de su grado! usaba el requintado chacó matonesco y el
respectivo escupir por el colmillo! que tanto contribuyen a dar autoridad visible a quienes no
quisieran resignarse a la Kautoridad efectiva de su investidura.2 DLuis 7lberto ánche0! *l
e6or egura! #ombre de Teatro. %ida y obra! con tetos y documentos srcinales. egunda
edición. Lima! Hniversidad 9acional Mayor de an Marcos! ?=<! F.;
En 'El delegado de los simios(, de Fernando Nomero, un mono de los llamados
gua#os! )escupe por el colmillo2. OCf. os5 )ntonio &ra!o, "undadores de la 9arración en el
3er1! nacidos entre >V4?V . Lima, Fondo Editorial del &anco Central de Neser!a del
Per, >BB?, U@U.T
#ice C5sar 3alle-o lo siguiente, en un artículo de >BS
)La m1sica allí Ken el ballet )Eac&2! de *ri& atie gesticula! hace barra! se muerde el
codo! calla o ,escupe por el colmillo y mea contra el viento-! como diría 3ercy 8ibson.2 D$ésar
%alle/o! Abras $ompletas. 7rtículos y $rónicas D?>4?F?;. 5ecopilación! prólogo! notas y
documentación por Eorge 3uccinelli. Lima! Zanco de $rédito del 3er1! ??=!=V.;
En carta $echada en París el SB de no!iembre de >BS y dirigida a Manuel )ntín,
ulio Cortáar se epresa como sigue
)B bueno! qué le vamos a hacer. #ay baldosas y baldosas. Ba se sabe que algunas no se
de/an pisar sin echarte un chorrito de agua sucia por adentro del pantalón. *se pobre Eorge "raga
hi0o lo que pudo por ser una buena baldosa! pero salió de las que escupen por el colmillo.2 DEulio
$ortá0ar! $artas. *dición a cargo de 7urora Zernárde0. Zuenos 7ires! 7lfaguara! OVVV! @! >.;
#on Pedro Pa "oldán y 7nanue, alias 'uan de )rona(, en un teto de >??U,
titulado '3i!ir Jes de$enderseK(, menciona a unos peones 1ue obser!an ()escupiendo
por el colmillo2( 1ui5n entra y 1ui5n sale de las casas. O Cf. 7ntología de 3edro 3a0 oldán
y Hnanue . Estudio y "elección de Fernán )ltu!e+Febres Lores. =LimaD, Editorial Ruinto
Neino, S@, HB.T
'El 0unante( Gamarra, en su artículo 'El por1u5 de algunas candidaturas(, dice
)el hi/o diputado! el sobrino diputado! todos diputados y escupiendo por el colmillo2. O)belardo
Manuel Gamarra, alias 'El 0unante(, *n la $iudad de 3elagatos. "elección, Prólogo y 9ota
&io+bibliográ$ica de Edmundo Corne-o 7. Lima, Ediciones Peisa, =>BH@D, AU.T
"e me !iene a las mientes la comparación $ácil de ser el sali!ao mani$estación
eyaculatoria. Es otra manera de darla. Es tiro pol!esco, !aciamiento o !aciada. 8 por
supuesto epresión de mache.
En una a!eriguación hecha por el psicólogo )le-andro Ferreyros entre alumnos
uni!ersitarios, 5stos mani$estaron, inter alia, 1ue los hombres suelen escupir en la calle,
pero 1ue las mu-eres rara !e lo hacen.
)"ue consensual la idea (dice "erreryros( de que una mu/er que escupe sería percibida
invariablemente como ,machona- Dno lesbiana; y que sería intimidante y virtualmente
peligrosa.2 D7le/andro "ereyros! )%ivir en cana2. Guehacer! OVVO! setiembre4octubre! 9. F>!
=b.;
)demás, y $inalmente, cuando las mu-eres escupen en la !ía pblica, lo hacen
ba-ando el tronco y la cabea, es decir, se inclinan para escupir: el hombre, no.
H3II Pesante e imesante
)orges " la solide o macice de los antiguos globos
terrá2ueos
orge Luis &orges re$iere 1ue cuando $ue director de la &iblioteca 9acional, lle!ó
a su casa un globo terrá1ueo 1ue había pertenecido a os5 Ingenieros y 1ue la hi-a de
5ste, Celia, había regalado a &orges.
La re$erencia !iene a colación por1ue el tal globo era macio, de madera, lo cual
induce a pensar 1ue, en general, el mundo era antes más sólido. Los uni!ersos 1ue se
$abrican ahora, dice &orges, son de material plástico y se tumban al menor soplo. El
mundo, e$ecti!amente, parece tener hogaXo menos peso 1ue antaXo: es decir, menos
pesante0' peso es pesante, y pesante, gravedad, y 5sta, la cualidad por la 1ue todo
cuerpo propende a dirigirse al centro de la 0ierra, cayendo hacia 5sta siempre 1ue se
remue!e el obstáculo 1ue lo detiene o la causa 1ue lo impide. La $uera con 1ue un
cuerpo es atraído hacia el centro de la 0ierra constituye su peso, el cual, en un
determinado lugar, es proporcional a la masa de a1u5l. &ien dice el 3eque6o Larousse
$ientífico 1ue la noción 1ue nos es $amiliar con el nombre de peso, no es sino la
mani$estación de la atracción 1ue el globo terrestre e-erce sobre los ob-etos.

Magnitud " esante


"i la es$era celeste, conser!ando su misma densidad, $uese mayor, entonces todos
los cuerpos 1ue hay en ella pesarían más: y al re!5s, pesarían menos si $uese menor la
magnitud del mundo. 7n hombre cuyo peso en la 0ierra $uese de setenta ilos, pesaría
sesenta y uno en 3enus y !eintis5is en Marte: en la Luna, solamente once ilos, pero
ciento setenta y seis en piter, 1ue es un gran planeta: y si por !entura pudiese llegar al
"ol sin achicharrarse, entonces pesaría allí la $riolera de dos mil cuatrocientos ilos.
Pero 1ued5monos en la 0ierra, 1ue ya es bastante grande: sólo 1ue la grandea
de este planeta es nicamente eso, magnitud.
)$uando yo era ni6o (decía 7natole "rance(! creía que siendo el mundo una cosa tan
grande' se comportaría con alguna seriedad.2
Pero no, seriedad y magnitud no !an de consuno. 2 dicho de otra manera
pueden haber cosas grandes, magnas, tamaXas, pero con escaso peso especí$ico, sin
mayor consistencia. /ay hombres así, muchísimos. /ombres 1ue no tienen peso ni
trabaón. Carecen de entidad, $uera y substancia. "on li!ianitos. 8 segn obser!ación
certera de don /5ctor 3elarde, al haber en nuestro medio escasa presión, se ele!an
como globos y de la noche a la maXana se con!ierten en persona-es encumbrados. "e
!an arriba, precisamente por1ue no tienen peso. 8 al contrario, los 1ue lo tienen rara
!e se encumbran, o nunca.

lobos " globitos


/ace más de cincuenta aXos publicó don /5ctor 3elarde un artículo titulado
'Globos y globitos(, y entre otras cosas decía las 1ue a continuación transcribo
)9uestra presión eterior es mínima' la resistencia del medio ambiente es muy suave' la
atmósfera! aunque h1meda! es livianita' nada fuerte' sólido! compacto y denso se opone a las
presiones interiores de los individuos Dpersonalidad;! que sueltos y sin trabas! se hinchan y suben
como globos y globitos.
)9o ha observado usted la cantidad de gente que habla sola por la calle! que da brincos!
manotea y se deshace en ticsU "alta de presión eterior. 9ada retiene sus impulsos internos!
intenciones! tendencias! refle/os! comple/os! gastritis! etcétera. e epresan elocuentemente!
dramáticamente! alborotadamente! al menor deseo! a la menor idea! al menor dolorcito. KC
)Lo malo de esta facilidad epresiva es que lleva frecuentemente a la locura a una serie de
gente sana que! con un poquito de presión eterior! podría curarse.
)Atra desventa/a: no hay materialmente un instante de sosiego para pensar! refleionar!
meditar! estudiar! comparar y saber' es decir! para sostener una actividad de firme reposo y de
efectivo peso.
)7l menor descuido! al primer olvido! se encuentra uno hinchado! subido! flotando en el
espacio! perdido! al garete. 7 la menor presión interior incontrolada! a la menor distracción!
PpufQ! P8loboQ2

La 'acilidad con 2ue se 'orman globos! globitos " globaos


Rue Luisito, ese muchachín de siete aXos, hace unos dibu-os mara!illosos sin 1ue
nadie leRue
haya
unenseXado`
ambito de LaJ/uyK JMiguel
3ictoria ZngelK un día en el espe-o y !io 1ue no era
se contempló
tan ambo, sino más bien ciaron, tirando para blanco. J/uyK J)rioK
Rue el !ecino de este )ario2 -uega muy bien a la pelota y, segn dicen, o segn
dice 5l, los tres clubes grandes de nuestro medio ya le han echado el o-o y piensan
contratarlo. JPero claro, hermano, si -uega como Pel5K
Rue en Lince hay una rubiona, a la 1ue llaman Pochocha, de piernas magní$icas
y tetamenta impresionante. J/uyK MissJ PerK
)sí es de $ácil la $ormación de globos, globitos y globaos. 0antos son los 1ue
pululan, 1ue los mismos marcianos, tan amigos de los ob-etos !olantes, nos en!idiarían.
&ueno, 1ue nos en!idien. )l $in y al cabo, como decía 3oltaire, me-or es dar en!idia 1ue
lástima.
Los naturales de Passau
Pero así como abundan los 1ue se ele!an en un dos por tres, abundan tambi5n
los 1ue no se ele!an. 4"aben por 1u56 Por1ue tienen mucho peso: sólo 1ue no es el del
talento, sino el de la brutalidad, y la brutalidad pesa toneladas. Estos seXores son de
Passau, son los naturales de Passau 1ue Garcilaso menciona en el capítulo octa!o del
libro no!eno de sus $omentarios.
#ice Garcilaso 1ue cuando /uayna Cápac !io cuán bestial era la gente de Passau,
sumamente bruta, consideró 1ue sería !ano el traba-o de reducirla a urbanidad y
policía.
)P%ámonos (eclamó #uayna $ápac(! que éstos no merecen tenernos por se6orQ2
Lo interesante, y en el $ondo lo calamitoso, es 1ue estos naturales de Passau
perviven, y no como grupículo, sino como legión. Los de Passau están entre nosotros,
con!i!en con nosotros, y son tantos como los 1ue por su inconsistencia, !aciedad e
impesante se ele!an como globos y se encumbran no menos rápida 1ue $ácilmente. "e
les suele llamar )nuevos valores2.
H3III *El in'ierno son los otros+
La $rase )*l infierno son los otros2 es del c5lebre $ilóso$o eistencialista, ean+Paul
"artre, y está en una de sus obras de teatro, la 1ue se titula 7 3uerta $errada. En esta
obra de >BAA, "artre describe el in$ierno 1ue !i!e el hombre contemporáneo por el
tormento 1ue le in$lige la mirada de sus seme-antes, re!eladora de la distancia entre lo
1ue 5l realmente es y lo 1ue 1uisiera ser. O $f. Grupo Editorial 2c5ano, 8randes
3ersona/es. &arcelona, 2c5ano Grupo Editorial, ". )., S, HSH.T
El in$ierno, segn ean+Paul "artre, es la mirada a-ena, esa mirada pes1uisante
1ue me descubre y re!ela y 1ue me penetra: una mirada in!asi!a 1ue me incomoda,
disgusta y o$ende: la mirada del entrometimiento, intrusa e inmiscuidia, y no sólo
in$ernal, sino in$ierniante=WD.
%icente "atone! en su @ntroducción al *istencialismo! dice:
)Guisiéramos ser la mirada que todo lo ve y que no es vista por nadie. Guisiéramos ser
como +ios! a quien se concibe precisamente como la mirada que todo lo ve y a la que nadie puede
ver. Guisiéramos espiarlo todo como espiábamos cuando ni6os por el o/o de la cerradura K].
)3ero no nos conformamos con eso' queremos ver y que los demás se sientan vistos! para
que así se sientan cosas inermes ba/o nuestra mirada.
)$uando cru0o mi mirada con otro! entablo con él un duelo' y si lo obligo a ba/ar la vista
y entregarse como cosa ba/o mi mirada! habré conseguido que de/e de mirarme y de convertirme
en cosa' yo seré su infierno! y no él el mío.2 D%icente "atone! @ntroducción al *istencialismo.
Tercera edición. Zuenos 7ires! *ditorial $olumba! ?=! FO.;
El poder in$ernal e in$ierniante de la mirada ha sido reconocido siempre por
todas las culturas y todas ellas desaprueban la mirada directa, $i-a y sostenida:
desaprobación 1ue se eplica por la creencia uni!ersal y anti1uísima en el mal de o/o o
fascinación, el in$lu-o mal5$ico 1ue una persona puede e-ercer sobre otra mirándola
$i-amente y con ánimo ad!erso. #ebe entenderse Qy repetir5 lo 1ue ya di-e en mi
'Introducción a la cineseología(Q 1ue el srcen mágico de la desaprobación es una
eplicación cultural del hecho, pero el !erdadero srcen es natural, es una conducta de
fábrica, innata. Entre los gorilas es igual, y así lo asegura 1uien los conoce me-or 1ue
nadie, #ian Fossey. #ice esta notable in!estigadora lo siguiente )3ara ellos =para los
gorilasD, al igual que ocurre a menudo en el hombre! la mirada fi/a y directa significa una
amena0a.2 O#ian Fossey, 8orilas en la 9iebla. &arcelona, "al!at Editores, ". )., >B?@,>>.T
"chopenhauer di-o algo similar a lo epresado por "artre. Mani$estó 1ue )cada
hombre está condenado a ser el demonio de su pró/imo2 , pues el mundo es en buena cuenta
in$ernal y la in$ernalidad mundial supera a la del a!erno imaginado por el )lighieri.
)La verdad es que debemos ser miserables y lo somos (escribe chopenhauer(! y la
fuente principal de los mayores males que afligen al hombre es el hombre mismo: 0Ho"o !o"ini
lu#us8. KK]
)$uando nos damos eacta cuenta de esta verdad! el mundo nos parece un infierno
superior al del +ante! en que cada hombre está condenado a ser el demonio de su pró/imo!
aunque es for0oso confesar que algunos tienen capacidades especiales para ello! KC.2 D7rturo
chopenhauer! *l Mundo como %oluntad y 5epresentación. Zuenos 7ires! Ziblioteca 9ueva!
?RO! ?R.;
"arcástico y pesimista, "chopenhauer decía 1ue el momento más $eli en la !ida
de un hombre dichoso es el momento en 1ue se duerme, así como el momento del
despertar es el más amargo y deplorable en la !ida de un hombre in$eli.
Para "chopenhauer, la !oluntad, el deseo, en cuanto es un 1uerer o desear algo
1ue no se tiene, es dolor. La !ida es el reinado del dolor omnímodo, 1ue lo abarca todo,
y el llamado placer es tan sólo una remisión o supresión del dolor. Ruerer es
esencialmente su$rir, y como !i!ir es 1uerer, toda !ida es por esencia dolor. El dolor es
la ley uni!ersal del mundo $enom5nico, y el placer no es más 1ue una momentánea
satis$acción, !ale decir, una interrupción del su$rimiento. La bs1ueda del placer es
siempre negati!a, por1ue todo anhelo satis$echo engendra una nue!a aspiración, lo 1ue
naturalmente ocasiona la insatis$acción correspondiente. Lo nico positi!o es la
e!itación del dolor. El mundo es el in$ierno, y los hombres se di!iden en almas
atormentadas y diablos atormentadores.
Fernando #ía+Pla-a, en su obra Mis 3ecados $apitales, dice en la página B@ lo
siguiente
)Bo he sido un solitario siendo al mismo tiempo sociable. Me encanta! lo saben mis
amigos! estar con ellos! charlar y comentar. 3ero quiero ser yo quien decida cuándo esté a mi lado
la compa6ía! no que amane0ca el día con ella impuesta.
)B creo que esta sensación la comparten muchos que no quieren admitirlo. Gue la
mayoría de disgustos que ocurre en el matrimonio o entre hermanos es precisamente porque 0el
otro8 está siempre presente! cuando lo necesitamos y cuando no lo necesitamos! que es la
mayoría de las veces. ,*l infierno (artre dixit( son los otros.-2
La idea de 1ue el otro es una presencia infernal o de 1ue los otros son presencias
infernales, 1ue causan mucho disgusto o $astidio, nos recuerda inmediatamente la
dolósfera. En una etensa entre!ista a Pablo Macera publicada en el nmero >B de la
re!ista La $asa de $artón , dice Macera 1ue así como la 0ierra tiene una atmósfera, o sea
una capa de aire 1ue la rodea, de la misma manera tiene una dolósfera, es decir, un dolor
1ue la penetra e impregna. 7no de los signi$icados del !erbo penetrar es llegar lo agudo
del dolor a lo interior del alma, a nuestra misma dentrura, a lo más recóndito de nuestro
ser, a lo 1ue se llama elpenetral.
El antropólogo #a!id &idney dice 1ue en toda cultura hay 1ue distinguir los
artefactos, los mentefactos Oo como decía os5 2rtega y Gasset, las mentefacturas, 1ue 5l
oponía a las manufacturasT: bueno, repito, en toda cultura hay 1ue distinguir los
artefactos, los mentefactos y los sociofactos.
Los artefactos son lo material, lo práctico+t5cnico. Los mentefactos son las lenguas,
la $iloso$ía, la ciencia, los ideales religio sos, morales, est5ticos. Los sociofactos son los
patrones o pautas sociales y las instituciones sociales. ) estas tres clases de factos ,
podríamos agregar una clase más, la clase de los dolofactos, esto es, los dolores del
mundo.
2-alá se diga y rediga, al menos entre gente culta, dolósfera y dolofacto, dos
neologismos muy bien $ormados e incuestionablemente tiles.
Por ltimo, )l!in 0o$$ler, en La Tercera Ala, habla de la sociósfera Ola organiación
socialT, la tecnósfera Olos sistemas de energía, producción y distribuciónT, la psicósfera Olas
ideas y creenciasT y lainfósfera Oel uni!erso mediáticoT.

#oda

O.os luteranos
)3ero lo que más impresionaba del rostro de Lutero no podría haberlo captado nunca la
paleta de un pintor: el brillo de sus o/os oscuros! que unos consideraban demoníaco y otros
angelical.
no se podíaHno de sussucontemporáneos
sostener afirma
mirada-.2 D#anns queLutero.
Lil/e! ,fulguraban y refulgían
Zarcelona! alvat!como unaeca
Zibliot estrella!
alvatyde
8randes Ziografías! ==! ?><! ??.;

O.os balacianos
)*n cuanto a los o/os Kde Zal0ac! nunca han eistido otros seme/antes. Tenían una vida!
una lu0 y un magnetismo inconcebibles. 7 pesar de las vigilias de todas las noches! su esclerótica
era pura! límpida! a0ulada como la de un ni6o o de una virgen! y recuadraban dos diamantes
negros que fulguraban a veces con espléndidos refle/os de oro: eran unos o/os capaces de hacer
ba/ar la vista a las águilas! de leer a través de las paredes y de los pechos! de derribar a una fiera
furiosa! Zuenos
Zal0ac. o/os de7ires!
soberano! de vidente!
*ditorial de domador.2
8lem! ?RF! F>4F?.; DTeófilo 8autier! Madama de 8irardin y

O.os hitlerianos
)Las ra0ones de su facultad Kde la facultad de #itler de influir en los demás Dque es
naturalmente el talento esencial de los demagogos; son m1ltiples.
)+ebemos pensar! ante todo! en lo que ha solido llamarse su "agnetis"o! que seg1n la
mayoría de los observadores estaba en sus o/os. KC #ay cierto n1mero de noticias que muestran
que inclusive las personas predispuestas contra él se convertían s1bitamente cuando #itler las
miraba directamente a los o/os. KK]
)#ay muchos documentos en que se mencionan las propiedades magnéticas de sus o/os.
$omo yo nunca lo vi sino en fotografía! que sólo da una idea muy vaga de esa propiedad especial!
lo 1nico que puedo hacer es especular acerca de dicha propiedad.
)Mi especulación se facilita por una observación que se hace frecuentemente respecto a
las personas muy narcisista s y sobre todo fanáticas! que suelen tener un brillo particul ar en los
o/os! brillo que les da una apariencia de gran intensidad y gravedad! de algo etraterrenal.
)+e hecho! muchas veces es difícil distinguir entre la epresión de los o/os de un hombre
muy serio! casi santo! y la epresión de los o/os de un gran narcisista! incluso medio loco. La
1nica cosa que los distingue es la presencia (o ausencia( de cordialidad y de calor. 7hora bien:
todos los datos concuerda n en que #itler tenía los o/os fríos y toda la epresión de su rostro era
fría' había en él una ausencia total de calor o sentimiento.
)*ste rasgo podría tener un efecto negativo (como lo tuvo en muchos casos( pero a
menudo refuer0a el poder magnético. La crueldad fría y la falta de humanidad en un rostro
produce temor' uno prefiere! antes que admirar! espantarse. La palabra que me/or puede describir
esta me0cla de sentimientos es ,pavor- o ,espanto- D a%e;' es algo terrible! temible! pero también
imponente! que nos infunde un temor reverencial. *n hebreo! la palabra nora! tiene casi el
mismo doble significado que el inglés a%eB se emplea para designar uno de los atributos de +ios
y representa una actitud arcaica en que +ios es simultáneamente horrible y sublime.2 D*rich
"romm! 7natomía de la +estructividad #umana. Méico! iglo %eintiuno *ditores! . 7.!
?=R! RV? y nota O>.;
HIH *La mantida readora+
#ice Eguren lo siguiente, en 'La noche de las alegorías(
)e percibe de hora en hora Y la mantida re0adora.2
9adie, 1ue yo sepa, ha eplicado hasta la $echa lo 1ue signi$ica )la mantida
re0adora2. "er5, pues, el primero en hacer $ácilmente comprensible el !erso de 1ue se
trata.
7na de las noticias, entre las !arias interesantes, 1ue contiene el libro de Nemy de
Gourmont, "ísica del 7mor , se re$iere a la !ora mantis religiosa, 1ue durante el
apareamiento li1uida al macho 1ue la cubre y se lo come.
Gourmont, basándose en Fabre, dice al respecto, y bien, lo $undamental. Fabre,
desde luego, es más noticiante, y en su obra $ostumbres de los @nsectos , dedica a la mantis
tres capítulos. Noger Caillois, por su parte, en su libro *l Mito y el #ombre, publicado en
>BUB, ha reunido todo el material etnológico, religiológico y $olclórico acerca de la
mantis religiosa. "e consultará con pro!echo, además, el artículo de Nicardo Carrasco,
'La mantis religiosa un insecto !ora y enigmático(, publicado en la re!ista 8eoMundo,
>B?H, >>?, >A+=>A@D. 8 por aXadidura s5pase 1ue el !ate os5 <atanabe ha poetiado
diestramente en torno a la mantis. O35ase . <., *l 8uardián del #ielo . "elección de
Piedad &onnett. "anta$5 de &ogotá, Editorial 9orma, ". )., S, SU+SA 'La mantis
religiosa.(T O7na composición de igual título consta en los %ersos 5obados del poeta
chileno ;scar /ahn y es )el dibu/o inicuamente imaginativo Qsegn /oggardQ de la
batalla entre los seos2. )e comen al macho fí/ate Qdice /ahnQ _ e lo comen por el agu/ero
de arriba Y y por el de aba/o.2 Cf. ames /oggard, 'Introducción a tolen verses and other
poems2. En *l 7rte de \scar #ahn . Edición de Pedro Lastra. Lima, Ediciones El "anto
2$icio, SS, HB.T
La mantis es de la $amilia de los mántidos, de la tribu de los mantinos, del orden
de los ortópteros y de la clase de los insectos. #icho sea de paso, ortóptero es el insecto
masticador 1ue tiene un par de 5litros consistentes, esto es, de alas anteriores, y otro de
alas membranosas plegadas longitudinalmente.
Mantis llamaban los griegos al adi!ino, pro$eta o !idente. En Pro!ena dicen 1ue
la mantis es )lou 3rgo +iéu2 , la bestia 1ue rea a #ios, la re0adora, por1ue,
e$ecti!amente, asume actitud de orante, y por eso acertó Linneo al clasi$icarla como
mantis religiosa.
En )ndalucía la llaman santateresa. En la )rgentina, Paraguay y 7ruguay,
mamboretá! y con esta !o guaraní se le nombra en el relato de ulio Cortáar,
'&estiario(.
)*l hombre de campo (dice "abre( no es eigente en materia de analogías: suple
ricamente los vagos datos de las apariencias.
)*n las hierbas quemadas por el ol! vio un insecto de bella prestancia! medio erguido
ma/estuosamente. Abservó sus anchas y finas alas verdes! que se dilatan a manera de largos
velos de lino' le vio sus patas anteriores! bra0os! por decirlo así! que se levantan al cielo en gesto
de invocación.
)Ba tenía bastante' la imaginación popular hi0o lo demás. B he aquí! desde tiempos
antiguos! las male0as pobladas de adivinadoras en e/ercicio de oráculo! de religiosas en oración.2
Eguren, 1ue era culto y gustaba de los libros $ranceses, tu!o 1ue leer y sin duda
leyó a Gourmont y a Fabre. En las dos o tres primeras d5cadas de este siglo, goaron los
tales de no escasa popularidad.
Calpe publicó de Fabre, en >BS, y en cinco tomos, selecciones de los ouvenirs
*ntomologiques. B desde >B dispusieron los hispabohablantes de la !ersión espaXola,
publicada por Maucci, de 3hysique de l-7mour.
8 a propósito de Gourmont era )una de las más ricas y sutiles inteligencias
francesas2, segn Francisco García Calderón, 1ue lo conoció y 1ue se epresa así en su
obra @deologías, de >B>H. Gourmont murió en >B>@, el mismo aXo en 1ue murió Fabre:
sólo 1ue 5ste )saludó al mundo2 , como decían los chinos, a los no!enta y dos, y
Gourmont a los cincuenta y siete.
Creo, pues, 1ue hemos de tener por bien a!eriguado 1ue )la mantida re0adora2 es
la mantis religiosa. Eguren, por eigencia po5tica, para sua!iar la epresión,
desesdru-ulió el t5rmino mántida, diciendo, consiguientemente, mantida! )la mantida
re0adora2, o sea, la readora de la $amilia mántida o de la $amilia de los mántidos.
Maurits Cornelis Escher O>?B?+>BHST, el $amoso artista grá$ico holand5s, tiene un
grabado en madera, de >BU@, titulado '"ueXo(, en 1ue se !e una mantis religiosa encima
de un obispo durmiente.
Escher pregunta, e1ui!ocándose de insecto, si el obispo está soXando con una
)langosta orante2! o si toda la concepción es un sueXo del artista. D)@s the bishop dreaming
about a praying locust! or is the Xhole conception a dream of the artistU2; OM. C. Escher, The
8raphic Jor&. @ntroduced and eplained by the artist. &erlin, &enedit 0aschen 3erlag, >BB,
H.T
M. $. *scher Sue5o
HH 7n h 5 ro e ineserado " algunas
canoniaciones singulares
Están bien acreditadas por la historia las crueldades de #rácula, todas ellas
!erdaderamente estupe$acientes. Gabriel Nonay, entre otros autores, lo demuestra en su
libro +!e +rut! a(out Dracula DLa %erdad acerca de +rácula T.
"in embargo, #rácula no $ue, en el sentir de los rumanos, gobernante criminal,
sino h5roe. 0anto es así, 1ue en mayo de >BHH, al conmemorarse en &ucarest el
centenario de la independencia de Numania, el Presidente 9icolae Ceausescu incluyó
solemnemente a #rácula entre los inmortales del "alón 9acional de la Fama.
Esto me recuerda ciertas canoniaciones singulares. #esde el siglo II, la "anta
"ede se reser!a el derecho de beati$icar y canoniar a determinados persona-es, luego de
un proceso en regla en 1ue es oído el 3romotor de la "e o 7bogado del +iablo. Pero lo
curioso es 1ue este 7dvocatus +iaboli no ha impedido 1ue sean canoniados algunos
in1uisidores detestables y homicidas notorios, como el italiano Pedro Mártir, de 3erona,
muerto en >U@, y el espaXol Pedro de )rbu5s, este ltimo ele!ado a la categoría de
santo en tiempo de Pío I. )rbu5s había despertado por sus crímenes un odio
-usti$icadísimo entre sus enemigos, 1ue lo asesinaron el >A de septiembre de >A?@.
)demás, en la Iglesia Católica se !eneran !arios santos y santas, como "an
Nenato, "anta Neina y "anta Corona, 1ue lamentablemente tienen el gran de$ecto de no
haber eistido -amás. El culto 1ue se tributaba, hasta principios del siglo , a "anta
Filomena Ootra santita ineistenteT,
$ue abolido por la Iglesia en >B@, y Manuel Gonále Prada, comentando esta
abolición, dice )9ada conocemos ni deseamos conocer de "ilomena! y la de/amos entregada a
su mala suerte.2

;lad Dr:cula ! llamado UEl E"#aladorV !


sentado a la mesa! disfrutando de una comida!
contempla impasible a una serie de empalados. +rácula
se complacía en atravesar de medioamedioasusenemigos
conunpalopuntiagudo.#a sidoel anticuc!ero ":xi"o
de la !istoria .D8rabadoen madera publicado en
*strasburgo en VV.;

La Iglesia abolió tambi5n el culto a "an


Epedito O otro s anto 1 ue tampoco eistióT, abolición
1ue disgustó mucho a los $ieles, particularmente a los napolitanos, por1ue Epedito
milagreaba admirablemente, hacía cualquier cantidad de milagros, )prueba evidente2 ,
segn Gonále Prada, )de que para la reali0ación de ellos no hay necesidad de santos: basta
con picaros y bobos2 . OManuel Gonale Prada, Abras. Prólogo y notas de uis )lberto
"ánche. Lima, PE0N2PEN, Ediciones Cop5, >B?, I3, S@+S.T
La de!oción de 1ue era ob-eto "an Epedito sul$uraba a 7namuno, 1uien se
epresa desapaciblemente de ella tildándola de ridicula, XoXa y pueril. #on Miguel la
tenía por memeces a la ltima moda con 1ue las mu-eres in$antiliaban su espíritu. O $f.
Miguel de 7namuno, oliloquios y $onversaciones . Madrid, &iblioteca Nenacimiento,
>B>>, SU.T
Palma, comentando la posible abolición del culto a "an Epedito, decía 1ue ello
le importaba )un pepinillo en escabeche2 . ONicardo Palma, Tradiciones 3eruanas, 3, =>A>D.T
"an Epedito, dice Palma, era )el santo a la moda para proveer de marido a ni6as crédulas y
alborotadas2. O+radiciones, 3, >A@.T=WD
Para resarcirnos de tanta credulidad y tontería, leamos el istema de la 9aturale0a,
de Paul /enri #ietrich, barón de /olbach, $ilóso$o $ranc5s nacido en >HSU y muerto en
>H?B. /e a1uí una cita muy pertinente y toni$icante
)i nos remontamos al comien0o! entonces hallaremos que la ignorancia y el temor
crearon a los dioses' la fantasía! el entusiasmo o el enga6o los adornaron o desfiguraron' la
debilidad les rinde culto' la credulidad los conserva' la costumbre los respeta y la tiranía los
apoya para que la ceguera de los hombres sirva a sus propios intereses.2
#arta a Martha ildebrandt
>S de -ulio del S>
Estimada doctora /ildebrandt
)cabo de leer su nota leicográ$ica Cuando las papas 1ueman, publicada en *l
$omercio el > de -ulio del S>. Cada !e me con!eno más de 1ue aun los me-ores
ling[istas Qy usted es una gran ling[istaQ cometen grandes errores. 7sted se e1ui!oca
completamente al suponer 1ue la papa de [cuando las papas quemanN y así mismo la papa
de papa caliente es el tub5rculo comestible. J9oK En pare-o error incurrió, hace muchos
aXos, /ernán Nodrígue Castelo, ilustre ling[ista ecuatoriano, hasta 1ue le demostr5
cuán e1ui!ocado estaba y no tu!o más remedio 1ue admitirlo. ) 1uienes deseen
enterarse cumplidamente de mi argumentación los remito a mi ensayo L5ico
obsceno, incluido en mi libro +e esto y aquello , publicado hace cuatro aXos por la
7ni!ersidad Nicardo Palma.
La papa de papa caliente y de [cuando las papas quemanN es la papa seual y en tal
sentido papa es chucha! concha! co6o! 0orra! caverna! ra/a , etc5tera, y la quema0ón es la
transmisión de en$ermedades !en5reas y la calentura de la papa se re$iere a la arrechura
o lu-uria de la hembra, a la cual el !arón t5rmino medio se la imagina paciente de furor
uterino.
Por otra parte, quemarse por contraer una en$ermedad !en5rea es un pronominal
1ue !engo oyendo desde hace sesenta aXos y 1ue uan Zl!are 3ita incluye en su
+iccionario de 3eruanismos. Las papas 1ue 1ueman, o sea las chuchas 1ue en$erman son
las transmisoras de en$ermedades !en5reas.
[Hna papa calienteN es epresión denotati!a de la mu-er muy ardiente,
arrechísima, con unas ganas seuales tremendas, y 1ue pro!oca recelo en el hombre,
por1ue ella lo !a a eigir a $ondo y 5l ignora si podrá responder como se debe. "in haber
leído a <eininger, sabe 1ue [el hombre tiene un pene! pero la vagina tiene una mu/erN . #el
riesgo de $racasar en la copulación o de 1uedar deslechado y como limón de emolientero,
se llegó a decir [papa calienteN de cual1uier situación crítica.
+ice la doctora #ildebrandt! con una ingenuidad conmovedora y digna de me/or causa!
que en la epresión adverbial [cuando las #a#as $ue"anN [está viva la imagen de unas papas
recién hervidas! calientísimas! que se pelan pasándolas de una mano a otra para no quemarseN.
2curre, sin embargo, 1ue lo mismo se podría decir de los camotes. 4Por 1u5 no se
di-o [cuando los camotes quemanNU 4Por 1u5 no se di-o [camote calienteN 6 4Por 1u56
Misterio. 8 mucho me temo 1ue sea un misterio 1ue ni la mismísima doctora
/ildebrandt, con toda su sapiencia, podrá resol!er.
)tentamente,
Marco Aurelio Denegri
Entre%ista a Marco Aurelio Denegri
por Lucas La!ado
(+octor +enegri! le agrade0co que me haya concedido esta entrevista. Hsted ha sido
testigo cultural de la 1ltima parte del siglo __ y es un testigo directo de cómo se asoma este
siglo __@. $uál es su breve balance sobre la relación de los peruanos con los libros y la lecturaU
En >B, uan Me-ía &aca publicó una ecelente colección titulada 3er1 vivo .
Neunía a algunos de nuestros autores más representati!os, con una selección de sus
tetos esenciales y la inclusión de un disco de UU r.p.m., en 1ue el mismo autor leía
algunos pasa-es signi$icati!os de su obra. El precio de la colección era módico y la
presentación inme-orable. 8o creí 1ue en bre!e lapso Qdigamos, dos mesesQ Me-ía
&aca tendría 1ue publicar una nue!a edición, puesto 1ue la primera, de sólo mil
e-emplares, se agotaría rápidamente. Me e1ui!o1u5 de medio a medio, enteramente.
0anto es así 1ue die aXos despu5s de la publicación de 3er1 vivo, cuando entre!ist5 a
uan Me-ía &aca en mi programa Comunicación, del Canal H, me di-o 1ue a pesar de
1ue el precio de la colección había permanecido igual desde >B, ni si1uiera así la
gente mostraba inter5s en ad1uirir la obra. Ello me pareció un síntoma muy negati!o.
8o diría 1ue desde 1ue llegó la tele!isión al Per, hace más de cincuenta aXos, comenó
a decaer la lectura entre nosotros. 9o digo 1ue sea la nica causa, pero e!identemente
se trata de un $actor ad!erso concreto y preciso. El segundo golpao 1ue su$rió la
lectura pro!ino de la computadora y el tercero de la Internet. #esde luego 1ue hay otras
causas más generales y muy importantes en relación con el decaimiento de la lectura.
($uáles! por e/emploU
Q)ntes de contestarle, permítame aXadir otro caso similar al de 3er1 vivo . Me
re$iero a la Ziblioteca 3eruana, 1ue comenó a publicarse Qlo hio PeisaQ en >BHU, con el
auspicio del Gobierno Ne!olucionario de la Fuera )rmada. Iba a ser una colección de
cien !olmenes, cada uno de los cuales costaría cinco soles. "e publicarían
semanalmente, de modo 1ue la colección se completaría en un par de aXos,
aproimadamente. "ólo llegaron a publicarse sesenta y cinco, a pesar de 1ue el precio
inicial de cada !olumen se mantu!o in!ariable. El ltimo se publicó en >B?S y tu!o
escasísimos compradores Oyo $ui uno de ellosT. Los treinta y cinco restantes nunca se
publicaron. Este $racaso $ue para mí la e!idenciación de 1ue a la gente ya no le
interesaba leer, ni culturiarse, ni pensar.
3eamos ahora las otras causas del desinter5s por la cultura, en general, y por la
lectura, en particular.
&ien sabe usted 1ue las substancias $i-adoras de los colores en las telas se llaman
mordientes. #on "antiago Namón y Ca-al decía 1ue los tres mordientes de la memoria
son el interés, la emoción y la atención obstinada: es decir, no la simple atención, sino la
atención perseverante y tena0.
Estos tres mordientes son tambi5n los del estudio y el aprendi0a/e. Mediante
a1u5llos pueden 5stos desen!ol!erse adecuadamente y ser realmente producti!os. Los
tres mordientes me permitirán concentrarme! refleionar profundamente y tomar plena
conciencia de las cosas , o lo 1ue es lo mismo, me permitirán ser consciente, y en
consecuencia podr5 sentir! pensar! querer y obrar sabiendo verdaderamente lo que estoy
haciendo.
"in embargo, la concentración y el estar uno alerta no son estados normales o
habituales del cerebro, no son solencias cerebrales, sino insolencias, y sea esto dicho
usando el !ocablo insolencia en su antiguo sentido de infrecuente! inhabitual! raro o
desacostumbrado.
La concentración y el estado de alerta son ocurrencias cerebrales raras. El cerebro
tiende más bien a la dispersión y busca siempre estímulos para entretenerse, distraerse
y complacerse, pero no para concentrarse ni percatarse. La concentración y la percatación
no son solencias cerebrales, sino rare0as cerebrales. 8 hoy lo son más por la
etraordinaria multiplicación de estímulos 1ue rige en las sociedades presuntamente
ci!iliadas. Proli$eran incontenibles la mar de estímulos y las más de las personas ya no
sabrían !i!ir sin ellos.
Llego pues a la ine!itable conclusión de 1ue hoy es mucho más di$ícil leer,
estudiar y aprender, por1ue actualmente la gente se concentra y se percata menos 1ue
antes. /oy no somos más humanos, sino menos, por1ue la !ideocracia, no humania,
sino animalia. Esto lo ha demostrado cumplidamente "artori y sería intil insistir en
ello.
(Guedan algunos libros de autores peruanos del siglo __ que a1n debemos leer! cuáles
y por quéU
QEl >@ de diciembre del S, /ugo 9eira tu!o la gentilea de obse1uiarme una
obra titulada Los V libros que todo peruano culto debe leer . Los compiladores eran Ma
/ernánde, Francisco "agasti y Cristóbal )l-o!ín. 8a sería bastante 1ue los -ó!enes de
hoy lean esos cincuenta libros. Rue los lean, en primer lugar, por amor al saber, y en
segundo lugar, para conocer me-or y a1uilatar debidamente y apoyar como se debe esa
gran causa y esa pasión 1ue es el Per.
Menciono a continuación, y en el orden de presentación 1ue tienen en el libro, a
los cincuenta autores
Luis Lumbreras, Franlin Pease, ohn Murra, María NostYoroYsi, <aldemar
Espinoa, Nal Porras &arrenechea, 9athan <achtel, Felipe &arreda Laos, ulio Cotler,
/ugo 9eira, orge &asadre, Luis )lberto "ánche, os5 )gustín de la Puente, Pablo
Macera, Manuel Loreno de 3idaurre, &artolom5 /errera, Francisco de Paula Gonále
3igil, Nicardo Palma, Manuel Pardo, Manuel Gonále Prada, Francisco García
Calderón, os5 de la Ni!a+)g[ero, os5 Carlos Mariátegui, 3íctor Nal /aya de la 0orre,
3íctor )ndr5s &elaunde, Luis Eduardo 3alcárcel, 7riel García, os5 María )rguedas,
"inesio Lópe, )ugusto "alaar &ondy, os5 Luis &ustamante y Ni!ero, Fernando
&elaunde 0erry, Francisco Miró Ruesada, Gusta!o Guti5rre, uan 3elasco )l!arado,
Carlos I!án #egregori, )lberto Flores Galindo, os5 Matos Mar, /ernando de "oto,
Francisco Morales+&ermde Cerrutti, /5ctor 3elarde, "ebastián "alaar &ondy, Carlos
#elgado, )níbal Rui-ano, )ntonio Corne-o Polar, a!ier Pulgar 3idal, Nichard <ebb,
Francisco "agasti, Enri1ue Mayer y [rgen Golte.
(*sta pregunta se la formulo al hombre que ha lidiado con la cultura! con los libros y los
contetos: $ómo debemos leer! como deben leer los estudiantesU
Qos5 2rtega y Gasset, en su ensayo El estudiar y el estudiante, demostró 1ue
el estudiar Qel estudiar del estudiante uni!ersitario, sobre todoQ es algo
constituti!amente contradictorio y $also. El estudiante es, como dice 2rtega, una
$alsi$icación del hombre. 9o lo sería si el estudiar obedeciese a una necesidad íntima,
endógena, intrans$erible y aut5ntica. 2curre, sin embargo, 1ue esa necesidad no se
puede enseXar. Me tiene 1ue ser inherente y consubstancial, pero no me puede ser
impuesta. Con el amor ocurre lo mismo. 7no no puede amar por imposición ni por
mandamiento. 0ampoco puede enseXarse el gusto por la lectura, y menos en esta 5poca,
por1ue estamos !i!iendo el imperio de la imagen, o me-or dicho, estamos su$ri5ndolo,
estamos en plena !ideocracia.
#anilo "ánche Lihón, #irector del Instituto del Libro y la Lectura, se pregunta
hasta cuándo pretenderemos 1ue se puede enseXar a leer a un niXo. La lectura, dice
"ánche Lihón, no se enseXa, sino 1ue se comparte, se goa y se su$re. La lectura es
!i!encial. 9o es aprendia-e, es !i!encia, $ruición, a!entura y comunión.
)hora bien hay una serie de $actores, en relación con la lectura, 1ue la $acilitan,
aun1ue ninguno ciertamente crea la necesidad de leer, pero si 5sta ya eiste, entonces
ciertas situaciones, o condiciones, o circunstancias, la $a!orecerán.
Por e-emplo
>T "i en nuestro hogar hay una buena biblioteca y si nuestros padres son lectores,
o al menos uno de ellos, entonces esta situación $a!orecerá el hábito de la lectura,
siempre y cuando ya eista en nosotros la necesidad de leer. #e lo contrario, de nada
nos ser!irá tener padres lectores ni una gran biblioteca en el hogar.
ST En segundo lugar, hay 1ue disponer de tiempo libre. "i uno está obligado a
traba-ar todo el día, por raones de super!i!encia, eso no $a!orecerá en absoluto el
hábito de la lectura.
UT En tercer lugar, para leer deberemos desentendemos del mundo circundante.
0endremos, pues, 1ue recogernos, es decir, retirarnos a algn sitio, apartándonos del
trato con la gente. 8 una !e recogidos, deberemos, por supuesto, concentrarnos en la
lectura, sin ninguna distracción.
AT En cuarto lugar, leamos cómodamente. La incomodidad es distracti!a y
morti$icante. Cada lector deberá hallar su propia comodidad. 9o hay reglas $i-as.
(i hoy tuviéramos que elegir en nuestro medio lo que vamos a leer! cuáles deberían ser
nuestras prioridades: ciencias naturales! ciencias sociales! filosofía! literatura o arteU
Q/ace muchos aXos, cuando yo era traductor de las compaXías de seguros,
recuerdo 1ue un día !ino a casa el dueXo de una de ellas, el seXor #ialmo &isi, ecelente
persona y todo un caballero, y me pidió 1ue le tradu-ese inmediatamente un cable 1ue
acababa de recibir Oen esa 5poca an no había correo electrónicoT. Le pregunt5 si el cable
era urgente, y entonces me di-o [7migo +enegri! para mí todo es urgente.N
Pues de la misma manera yo diría 1ue hay 1ue leer de todo libros sobre ciencias
naturales, ciencias sociales, $iloso$ía, literatura y arte. "ólo así será posible tener una
$ormación humanística.
(abemos que cuando usted escribe lo hace con pasión! poniendo en ello sus me/ores
bríos. *n qué tipo de lectores piensa! en un tipo especial de lectoresU
Q/ay un distingo orteguiano, 1ue yo hago mío, entre la lectura hori0ontal y la
lectura vertical . La lectura hori0ontal es un patinar sobre las palabras, es una lectura
super$icial y rápida. La lectura vertical, en cambio, es in1uiriente y escudriXante, y uno
se demora pensando y repensando y sopesando cada $rase y dando !einte !ueltas al
asunto. La lectura vertical es, como dice 2rtega, un $5rtil buceo sin esca$andra, o sea la
inmersión en el pe1ueXo abismo 1ue es cada palabra. Como se comprenderá $ácilmente,
la rapide es a-ena a este tipo de lectura. La lectura vertical y la rapide no !an
-untamente, no !an de consuno. Por otra parte, aun1ue uno lea con rapide, hay ciertas
cosas 1ue no pueden ser leídas rápidamente, o me-or dicho, 1ue no deben serlo:
!erbigracia, la poesía. )sí me lo di-o, y con raón, el poeta <ashington #elgado.
Los lectores, los !erdaderos lectores, escasean, al paso 1ue los no+lectores son
legión. Para estos ltimos el libro signi$ica lo mismo 1ue para los nati!os de 9ue!a
%elanda. Para los nati!os de 9ue!a %elanda, lo más importante, lo característico, lo
principal de un libro es 1ue se abre y 1ue se cierra. Por eso lo llaman alme-a.
Marco )urelio #enegri "antagadea OLima, > de mayo de >BU?T es polígra$o
autodidacto. Esta caracteriación tan bre!e es hoy de rigor, al menos para #enegri lo es,
por el mal gusto 1ue tienen algunos miembros de la @ntelligentsia de presentarse
ehibiendo un ciento de títulos, doscientos reconocimientos internacionales y
trescientas distinciones.
+enegri es autor de los siguientes libros: "áscinum. *nsayos eológicos D?=O;' B qué
fue realmente lo que hi0o AnánU D??<;' *l 7rte *rótico de Mihály Iichy D???;' 7rte y $iencia
de la 8allística D???;' +e esto y aquello DOVV<;' #echos y Apiniones acerca de la Mu/er DOVV>;'
$a/onística y %alle/ística DOVV?;' Miscelánea #umanística DOVV;' Leicografía DOV;'
*smórgasbord DOV;' Abscenidad y 3ornografía DOVO;' 9ormalidad y 7normalidad  *l
7sesino +esorgani0ado DOVO;' 3oliantea DOVR;' 3olimatía DOVR; y Mitifori DOV=;.
#enegri es $undador de la )sociación de Estudios /umanísticos y la ha
presidido y secretariado !arias !eces. Fue director y propietario de la re!ista de cultura
seual, "áscinum O>BHS+>BHUT. Compuso, -untamente con ;scar 3aldi!ia Ponce, la
Zibliografía 3siquiátrica 3eruana O>B?>T. En la tele!isión nacional ha creado y dirigido
desde >BHU, programas culturales y tiene actualmente a su cargo, en 03 Per, La
Función de la Palabra.
Notas

Marco )urelio #enegri, +e esto y aquello . Lima, 7ni!ersidad Nicardo Palma,


=aD

Editorial 7ni!ersitaria, S, @A> pp., il 

$f. Flora #a!is, La $omunicación no %erbal . Madrid, )liana Editorial, ". ).,
=bD

>BH, pp. S>. 


=>D
Pemán decía con raón 1ue lo primiti!o es permanente en la naturalea
humana.

)$uando las fuer0as vigilantes y activas de la $ultura! que nunca es logro definitivo!
sino tarea y milicia de cada hora! se amodorran o aflo/an! la prehistoria o sub4historia reaparece y
emerge a la superficie! imponiendo sus modos y estilos que llamamos primitivos y que en
realidad debiéramos llamar #er"anentes! porque no son más que la epresión de los fondos más
permanentes! turbios y opacos de la naturale0a humana.2

O#e un discurso acad5mico pronunciado por os5 María Pemán en >BU?: ápud
Eugenio d2rs y os5 María Pemán,#umanidades, ?@+?.T 

En relación con el artista meicano os5 Luis Cue!as, dice Mario 3argas Llosa
=SD

lo siguiente

)%iolencia! compasión! imaginaci ón! cultura: todos esos ríos confluyen caudalosamente
en el mar inquietante que es el arte de $uevas. Guienes se sumergen en esas aguas aprenden o
confirman algo que ning1n artista plástico de 7mérica Latina ha sabido representar más
bellamente =1ue Cue!as, a saberD que todos somos monstruos o! me/or dicho! que nadie es
monstruoso pues lo somos todos.2 O +ercera ienal I(eroa"ericana de Li"a6 del G de a(ril
al  de "ayo de ?FF?. Lima, Centro de )rtes 3isuales, Municipalidad Metropolitana de
Lima, SS, >S.T 
=UD
"obre Montaigne y los monstruos, !5ase /ans Mayer, #istoria Maldita de la
Literatura. La mu/er! el homoseual! el /udío. Madrid, 0aurus Ediciones, ". )., >B?S, >>+>@
'El monstruo como problema agudo de la /umanidad.( 

) propósito del !erbo reputar: Manuel "eco nos recuerda, en su +iccionario de


=cD

+udas y +ificultades de la Lengua *spa6ola , 1ue el r5gimen de reputar es por . 9o aduce


e-emplos, pero ciertamente los hay: !erbigracia, en las 7puntaciones $ríticas , de Cuer!o,
donde, sin embargo, consta tambi5n reputar como , y aun reputar sin r5gimen, en la
página @U. 2tros autores estimables han dicho y dicenreputar de. 
=dD
#igo, por aposición, hombres4pu6al, así como digo obras4cumbre! palabras4clave!
hombres4rana! situaciones4límite, etc5tera. "in aposición, la epresión correcta sería
hombres pu6álicos. 

Cuando 0oulouse+Lautrec estu!o en Londres, en >?B@, su amigo, el pintor y


=eD
grabador norteamericano <histler, le presentó a ;scar <ilde. 

)l$onso Neyes y )rturo Capde!ila, polígra$os y prosistas muy estimables, 1ue


=$D

conocían a $ondo nuestro idioma y lo dominaban, di-eron siempreor de contado.

>or de contado, 1ue signi$ica #or su#uesto6 sin ninguna duda6 natural"ente6
cierta"ente6 claro es6 claro est:6 desde luego6 có"o no ! es la $orma acad5mica, hoy
prácticamente en desuso por haberse di$undido tanto la epresión #or descontado! 1ue
yo nunca digo ni dir5, aun1ue la Neal )cademia EspaXola la haya aprobado e incluido
en su #iccionario.

Comparto en esto, y plenamente, el sentir del maestro Cuer!o, a saber 1ue los
hablistas haríamos mal en renunciar a los buenos usos de lo antiguo por modas e
imposiciones 1ue suelen hoy multiplicarse a impulsos de una ignorancia pro$unda y
deplorable. 
=gD
Zurdelística es neologismo de mi creación. #enota la rama o el ramo del saber
humano concerniente al burdel. Comprende, por e-emplo, el lieno de 0oulouse+
Lautrec, 'En el salón de la calle de los Molinos(: y por supuesto el $amoso burdel de
'La &andida, en M5ico: y el libro de Emmett Murphy, #istoria de los 8randes Zurdeles
del Mundo: y tambi5n, claro está, el presente ensayículo. 
=hD
El pintor Carlos Ruispe+)sín decía )amo a las rameras de ruin precio con una
ternura tal que me resarce de muchos egoísmos2 .
)sí se epresa Ruispe+)sín O>B+>B?UT en una carta 1ue dirige a su amigo
Clodoaldo Lópe Merino, periodista y poeta y 1ue por aXadidura $ue durante casi
treinta aXos e$e de Nedacción del diario*l $omercio.

O$f. orge &ernuy, 'Ruispe+)sín, la pintura moderna en el Per(. 3uente,


Publicación del Colegio de Ingenieros del Per, S, >U, S.T 
=iD
"egn la 8uía )@nca2 de Lima Metropolitana , Neno!ación es calle, !ale decir, !ía o
camino 1ue pasa entre dos $ilas de casas o edi$icaciones. La calle puede tener, pues,
!arias cuadras: pero yo siempre he creído 1ue cuando la calle tiene !arias cuadras,
entonces no es calle, propiamente dicha, sino /irón. Para mí la calle es una !ía de una sola
cuadra. Cuando tiene !arias se llama /irón, 1ue como dice la )cademia, es la )vía urbana
compuesta de varias calles o tramos entre esquinas2 . 
=-D
)Tiempos venturosos Qdice 0amariQ en que se podía transitar esos barrios de las
avenidas O> de Eulio! ucre o Zolívar! a pie y distraídamente , =`D sin ning1n sobresalto.2
O#omingo 0amari Lcar, ')Xos @ Lima nocturna(. $aretas, >BBS, U de maro,
9. >SA, A.T 
=D
3olla es uno de los muchísimos sinónimos, !igentes en EspaXa, del miembro
!iril. E1ui!ale a lo 1ue nosotros llamamos !ulgarmentepinga. 

7n tal Gio!annone, segn Fellini, )aterrori0aba a las campesinas ehibiendo su


=lD

miembro como una liebre muerta2. O=>@D, >A>.T 


=mD
Palma dice )a lo me/or de la /odienda2. La /odienda es e!identemente la copulación,
pero 4y )a lo me/or2 , 1ue signi$ica6 )1uí la epresión a lo me/or no signi$ica qui0á, ni
tampoco, como, en lo antiguo, de pronto o inesperadamente, sino 1ue es !ariante de en lo
me/or de, o sea en el momento más grato, intenso o placentero de algo: epresión 1ue se
construye siempre con la preposición de, lo cual no ocurre con a lo me/or , 1ue nunca la
lle!a: pero en Palma siempre la lle!a, por1ue segn presumo era otra manera de decir
en lo me/or de . O0ambi5n Gamarra, *n la $iudad de 3elagatos , >>, dice )a lo me/or de2.; En
'9adie se muere hasta 1ue #ios 1uiere(, dice el tradicionista )a lo me/or de la función2
OT3, I, UAT: en 'La $ruta del cercado a-eno( se lee )a lo me/or del berrinche2 OT3, II, SA@T.
Palma decía tambi5n )en lo me/or de2 , epresión constante en 'Los mos1uitos de "anta
Nosa( y en 'La proea de &enites(DT3! @%, =AUD, UABT.

7 lo me/or por de pronto o inesperadamente consta en Manuel Gonále Prada,


Abras, 3II, S@@, y así mismo en )rmando Palacio 3ald5s, La #ermana an ulpicio , HH,
S>@, SHA, y en Marta y María , del mismo autor, capítulo @, página >U. El lugar citable de
Gonále Prada es como sigue [Zesaba el negro a la blanca Y $uando a lo "eor ! P0asQ
P0asQ Y iente el pobre por detrás Y Las cosquillas de una trancaN . 
=nD
)$omo hay invertidos interesantes y repugnantes! ladrones que entusiasman y otros
que causan desprecio! así +on Euan puede ser un seductor! aun para los hombres! o un est1pido.
*ntre estos 1ltimos coloco a $asanova.2 O=SUD, ?.T

#iscuerdo completamente del sentir maraXoniano. 


=oD
/ay un negro, en los Estad os 7nidos, al 1ue le dicen )3inga Larga2 DLong
+ong;, estrella de la pornogra$ía $ílmica, y 1ue tiene una !erga de >? pulgadas, la cual,
en estado de tumescencia, apunta al suelo. 9o se yergue ni puede erguirse. En las
re!istas pornográ$icas se publican a!isos en los 1ue se o$recen !ídeos de )3inga Larga2.
El instrumento de este seXor sólo impresiona por lo largo, pero no es muy grueso y
tiene cabea pe1ueXa. Es una pinga desproporcionada. En general, el pene 1ue
sobrepasa los S@ centímetros tiende a de$ormarse y a$earse. 
=pD
Murió el >S de maro de >B??, a los AU aXos de edad, !íctima del sida. O=S?D, AU.T

=1D
Esto tambi5n lo sabía, y muy bien, el ilustre cientí$ico espaXol "antiago Namón
y Ca-al, 1ue en su libro *l Mundo %isto a los Achenta 76os , cuenta haber su$rido en su
!e-e de hipoacusia o disminución de la sensibilidad auditi!a. )*n cuanto a mí QdiceQ,
prefiero mil veces la sordera a la ceguera. 7quélla me ale/a del animal humano! a menudo
insoportable! cuando no insidioso y hostil.2 
=rD
"e ha mani$estado 1ue el $ilóso$o &aruch "pinoa tampoco discurrió acerca de
los celos. "in embargo, en el escolio del teorema trig5simo 1uinto del libro tercero de su
^tica! se lee lo siguiente

)Los celos no son más que una fluctuación del alma nacida de un amor y un odio
simultáneos! acompa6ados por la idea de un tercero a quien se envidia =`D: aquel que se imagina
que otro posee a su amada! no solamente sufre por las trabas puestas a la satisfacción de su amor!
sino porque está for0ado a asociar la imagen de la cosa amada con las imágenes físicas de esa
posesión por otro.2

O$f. os5 Ingenieros Tratado del 7mor, p. A, c. A, a. U.T 


=sD
)cabo de ad-eti!ar la mirada de 1ue se trata diciendo 1ue es inmiscuidi0a. 8 me
he epresado bien, por1ue el !erbo inmiscuir se con-uga como huir, y así como se dice
huidi0o, se puede decir tambi5n inmiscuidi0o. 
=tD
Ruisi5ramos ser Qagregaría yoQ como el 7 Zao 7 Gu , 1ue miraba con todo el
cuerpo. O $f-. orge Luis &orges y Margarita Guerrero, Manual de Ioología "antástica.
"egunda edición. M5ico, Fondo de Cultura Económica, >B, >S. 
=uD
)*l hombre es un lobo para el hombre.2 "entencia del comediógra$o latino Plauto y
1ue consta en su obra La %enta de los 7snos o 7sinaria. La sentencia completa es así )*l
hombre es un lobo para el hombre! cuando no se le conoce.2

La sentencia de Plauto no le gustaba mucho a 7namuno. 35ase en seguida por


1u5.

)B respecto a esto de libertad y tiranía! no hay que decir tanto !o"o !o"ini lu#us! que
el hombre es un lobo para con el hombre! cuanto !o"o !o"ini agnus! el hombre es un cordero
para el hombre. 9o fue el tirano el que hi0o el esclavo! sino a la inversa. "ue uno que se ofreció a
llevar a cuestas a su hermano! y no éste quien le obligó a que le llevase. 3orque la esencia del
hombre es la pere0a! y! con ella! el horror a la responsabilidad.2 OMiguel de 7namuno,
*nsayos. Cuarta edición. Madrid, )guilar, >B@?, I, B@.T 
=!D
)#itler fascinaba a las personas mediante sus o/os brillantes! de un a0ul intenso!
siempre ligeramente saltones y que muchos visitantes no podían resistir. #itler se daba cuenta de
este efecto y solía mirar a las personas largo rato a los o/os' luego! cuando ba/aba los párpados! lo
hacía muy lentamente.2 O/enry Picer, #itler! 7natomía de un +ictador. $onversaciones de
sobremesa en el $uartel 8eneral del )"Whrer2! ?R4?RO . "egunda edición. 9ue!a edición
preparada por Percy Ernst "chramm. M5ico #. F. _ &arcelona, Ediciones Gri-albo,
". )., >BHA, UH.T

)Hn día Qre$iere "peerQ mientras estábamos sentados a la gran mesa redonda de la
casa de té! #itler comen0ó a mirarme fi/amente a los o/os. *n lugar de ba/ar la mirada! consideré
que su actitud era una provocación. 9adie sabe qué instintos primitivos están en /uego en
seme/antes confrontaciones visuales. Bo las había tenido con otras personas y generalmente salía
airoso de ellas! pero aquella ve0 tuve que recurrir a una energía casi sobrehumana! al parecer
interminable! para no rendirme al impulso! cada ve0 más fuerte! de volver los o/os a otro lugar.
#asta que #itler! de pronto! cerró los suyos y poco después volteó! dirigiéndose a la mu/er que
tenía a su lado.2 O)lbert "peer, Memorias. #itler y el Tercer 5eich vistos desde dentro .
&arcelona, Plaa f an5s, ". )., Editores, >BHU, >A?+>AB.T 
=YD
)7yer anta 5obustiana Qdice 8ero!i, en su poema Rue-as santasQ sufrió un
ligero desmayo Y a causa del mal olor Y que despedía el pescado' Y feli0mente fue cogida Y por San
Ex#edito en bra0os Y pudiendo librarse así Y del consiguiente porra0o.2 OLeonidas 9. 8ero!i,
Abra $ompleta, III, US?b.T 

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