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Catedra: Kaqchikel.
Catedrático: Mario Noj.
Para los antiguos mayas representaba la comunicación de los humanos con el cielo y el
inframundo, en la actualidad los descendientes la respetan como sinónimo de sabiduría
y resistencia.
En Sacapulas, Quiche tener una ceiba en la plaza es sinónimo de presencia divina, de
respeto hacia el árbol sagrado maya, por tradición oral se ha conservado la idea de que
es el “árbol madre “en esta comunidad se cree que no se debe abrazar a ninguna ceiba
porque la persona puede volverse obesa.
Para los mayas prehispánicos, la ceiba representaba el árbol que sostiene el universo,
la creencia se basa en que las ramas están en el cielo y el tronco es en donde vivimos y
la raíz está en el inframundo.
La ceiba tiene una gran simbología en ese sentido, en el símbolo de comunicación del
ser humano con el mundo, el inframundo y el cielo “Era tan importante, que aun todavía
en Guatemala creemos que no se debe cortar, hay que pedir permiso a los dioses, a las
deidades, para poder cortarlo.
Otro enfoque de la cosmogonía maya es que la ceiba abre sus ramas mayores hacia los
cuatro puntos cardinales, y de esa manera se une a la cuádruple deidad que rige los
vientos y las lluvias. Además, sus ramas dividen el mundo inferior, en donde moran los
espíritus, xibalba o lugar de extinción.
La ceiba simboliza, la vida, perpetuidad, grandeza, bondad, belleza, fuerza y crezca más
alta, ni que sea más vistosa.
Considerado árbol sagrado ya entre las diferentes culturas prehispánicas del área de
Meso América, tales como pipiles Nahuas adoran a las ceibas, como árbol sagrado.
En 1955, el botánico Ulises Rojas presento una propuesta en el ministerio de agricultura
para que la ceiba fuera declarado árbol nacional, esta idea se basó precisamente en esta
importancia que el árbol tiene para los indígenas.
El clima ideal para su crecimiento es el sub tropical, a no más de mil metros de altura,
aunque en Guatemala ha sobrevivido en tierras mal altas.
La ceiba Pentadora
La ceiba Aesculifolia