Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Guión:
1. Introducción
2. Transmisión transgeneracional
3. Diferentes modelos de terapia trigeneracional
4. Cuándo plantearse la inclusión de tres o más generaciones
1. Introducción
Que somos seres sociales, que existe una interdependencia entre nosotros, y
que los padres son figuras importantes que contribuyen a construir la estructura
de nuestra identidad es algo en lo que están de acuerdo todas las escuelas
psicológicas. Las divergencias se presentan en la lectura de esas
interacciones y sus aplicaciones en la práctica clínica.
-1-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
2. Transmisión transgeneracional
Nos será más fácil entender la patología si la miramos desde la óptica del
amor. Cuando las personas se sienten desconectadas de los otros, cuando no
reciben la nutrición emocional necesaria para crecer emocionalmente, se
presentan síntomas, se potencian las relaciones triangulares, se paralizan
procesos de crecimiento de los miembros del sistema.
Una familia es más o menos funcional en la medida que facilita que el amor
fluya a través de todos los miembros en todas las direcciones. Idealmente una
familia funcional sería aquella que nutre emocionalmente a todos sus miembros
en forma de valoración, reconocimiento, apoyo, tanto en vertical: de generación
en generación, como en horizontal: la pareja entre sí, el subsistema de
hermanos...
Si una pareja parte de dos familias de origen en cuyo seno han recibido una
buena dosis de valoración, reconocimiento y viven la salida de la familia como
un paso adelante y no como un abandono, la pareja contará con una buena
base relacional. Al contrario, si no han recibido una buena dosis de nutrición
emocional y la salida de la familia se vive como un abandono o deslealtad las
tensiones estarán presentes tanto en la pareja como en la relación con la F.O y
probablemente pasará a formar parte de las tensiones de la tercera generación.
-2-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
F.O. ya que cuanto más conscientes sean de este proceso y más amplio el
conocimiento del “si-mismo” de cada uno de ellos, más fácil será que el nuevo
sistema o F.C. sea funcional.
3. Diferentes modelos
-3-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
Carl Whitaker
“Los padres, los hijos y las dos parejas de abuelos constituyen la unidad
trigeneracional. Ellos producen una amalgama de dos estilos de vida. Una
pareja de abuelos y sus leales hijo o hija, y la otra pareja de abuelos y sus
adoctrinados hijo o hija permanecen en la misma habitación, de ocho a doce
horas. Los períodos intermedios producen una especie de socialización
forzada. Como viven en el mismo espacio, por así decirlo, se genera una clase
especial de interacción. Es como si la terapia implosionara la familia extensa,
sumando los síntomas del esposo y sus padres a los síntomas de la esposa y
sus padres.
Esos dos estilos de vida amplificados están en contacto directo durante las
horas de la infiltración del equipo terapéutico. El equipo desmonta en sus
piezas la tensión familiar y el estilo de vida de cada familia, que según ellos se
expresan a través de los padres y los hijos. Toda familia extensa está bien
adiestrada en la defensa de su estilo de vida, y en vivir totalmente su propia
pauta de homeostasis, pero la suma y entramado de los dos estilos de vida
genera una nueva tensión. El hecho de que todo suceda de un modo abrupto,
en un lapso de dos o tres días, aumenta la libertad para que tenga eco durante
semanas, y también facilita la tolerancia en el curso de la experiencia intensa
en sí”. (pág. 169-179).
-4-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
Unas sesiones maratonianas como las que realizaba Whitaker sólo serían
recomendables con un buen equipo detrás y con algunos objetivos previos que
nos ayudaran a no perder el norte.
Murray Bowen
-5-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
“Lo normal es que una terapia termine cuando ambos cónyuges han alcanzado
un buen nivel de diferenciación de su sí-mismo con respecto al del otro y con
respecto al de las respectivas familias de origen, cuando han adquirido un
conocimiento suficiente de los sistemas familiares para que ambos,
alternativamente, estén en condiciones de afrontar las crisis y, por último,
cuando están bastante motivados para seguir trabajando en el futuro hacia una
mayor diferenciación”.
Más adelante, Guerin, F., Fogarty, T., Fay, L. y Gilvert Kautto, J. (2000)
partiendo de la teoría de los triángulos, dedican sus esfuerzos a profundizar en
el conocimiento de los mismos (la estructura, el proceso emocional que
subyace a los mismos, cómo se ponen en marcha y cómo desactivarlos)
Las relaciones de a dos (díadas) son evidentes para todo el mundo. Hacen
falta dos personas para que exista una relación. Lo que ya no se hace tan
evidente son las relaciones a tres (tríadas) que se pueden convertir en
triángulos cuando aumenta la tensión.
En cuanto al tema que aquí nos ocupa, la terapia trigeneracional, aunque ellos
no suelen citar a más de dos generaciones, sí que prestan una especial
atención al triángulo parental primario de cada uno de los cónyuges cuando
trabajan con parejas, o amplían el foco a los triángulos formados con los
parientes políticos, o el desplazamiento del conflicto de la F.O. a la familia
creada.
-6-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
Boszormenyi-Nagi
Si un hijo tiene unos padres muy sacrificados que “han dado la vida por él”
tendrá muchas dificultades para desvincularse y formar su propia familia ya que
le acompañará un sentimiento de culpa por ser desleal a sus padres y no
poderles pagar todo lo que han hecho por él.
-7-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
James J. Framo
Alfredo Canevaro
-8-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
Hasta aquí, hemos realizado un breve esbozo de cómo se puede poner el foco
en las relaciones trigeneracionales de modos muy diferentes:
-9-
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
“Quien mucho abarca poco aprieta”. Este dicho popular nos puede servir de
guía a la hora de plantearnos el trabajo con familias y valorar la conveniencia
de incluir o no, a varias generaciones. Ampliar mucho el foco y querer abarcar
una red excesivamente amplia de relaciones, si no contamos con los recursos
suficientes (por ej. un mínimo de dos terapeutas) nos puede llevar a
sumergirnos en una red de nudos relaciones y dificultarnos la salida.
Algunos trastornos, como pueden ser las depresiones mayores o distimias, que
se presentan en la edad adulta suelen estar desendacenados por hechos
presentes: conflictiva de pareja, emancipación de los hijos, enfermedades... la
terapia de pareja, o familiar (incluyendo a los hijos) ayuda a resolver los nudos
relacionales y en muchos casos es suficiente para que hayan mejorías. Pero,
no hay que olvidar que las depresiones (y otros trastornos) hunden sus raíces
en la historia de la familia de origen y en muchos casos la participación activa
de los padres o los hermanos puede ser de gran ayuda a la hora de saldar
algunas cuentas.
No hemos de olvidar que las familias son sistemas abiertos y por lo tanto
sometidos a la influencia de otros sistemas (los amigos, la comunidad, el
mundo laboral) y éstos pueden tener un mayor o menor peso específico como
desencadenantes o mantenedores de los problemas que se planteen. Por lo
tanto, dependiendo de la problemática, quizás sea más útil poner el foco en la
interacción con estos contextos, en el caso de que pensemos que podrían estar
ejerciendo un peso específico mayor en la conflictiva o sintomatología
presentada.
- 10 -
Terapia transgeneracional o trigeneracional Dora Ortiz Muñoz
Nos pasamos toda la infancia tragando lo que nos ofrecen nuestros padres y
necesitamos toda la vida para digerirlo. La metáfora de la rumiación de las
vacas me parece un buen ejemplo como guía para trabajar con las familias.
Las vacas simplemente tragan y luego necesitan toda la noche para pasar el
bolo alimenticio a la boca y masticarlo poco a poco para pasarlo al estómago y
digerirlo. Si no hacen este proceso de rumiación el alimento no podrá nutrirles y
no les habrá servido como tal. En el caso de las familias, si una generación
recibe como legado algunos patrones de conducta generadores de patología
(un exceso de crítica, desconfirmación, destacar sólo lo negativo, no mostrar
afecto....) y esta generación no hace el esfuerzo de ser consciente (rumiar) de
estos patrones de conducta con el fin de modificarlos, hay muchas
posibilidades de que tenga repercusión en la próxima generación.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA
- 11 -