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Introducción
Rafael Alberti fue uno de los poetas del último siglo de la poesía española más comprometido
con su labor de poeta, ultimo representante de la “generación del 27” y de esa inquietud por
encontrar un nuevo lenguaje poético; entre sus obras se podrían considerar cuatro fases
poéticas del autor: el de los temas y las formas populares (“Marinero en tierra”, “La
amante” y “El alba de Alhelí”), el homenaje a Góngora (“Cal y Canto”), la poesía surrealista
(“Sobre los ángeles”) y sus libros de espíritu revolucionario durante el exilio (“El poeta en
la calle”, “De un momento a otro”). Aunque, en este texto únicamente hablare del periodo
inicial de la poesía de Alberti porque es la fase en la cual el autor desarrolla más una línea
neopopularista, con poemas breves, rítmicos, de corte musical, en los que se reinterpretaron
los motivos tradicionales con un sello personal, además de combinar la inspiración popular
y la expresión culta, la sencillez más extrema junto a la máxima condensación expresiva con
un virtuosismo formal que, posteriormente, serán gran parte del estilo que caracterizaría a
Alberti.
Rafael Alberti nace en el Puerto de Santa María, Cádiz el 16 de diciembre de 1902, mismo
lugar en el que fallece el 27 de octubre de 1999. A los quince años se traslada con su familia
a Madrid. Hasta 1923 su actividad principal es la pintura, que cambiará pronto por el
quehacer poético. En 1925 obtiene el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra.
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Argentina -hasta 1962- y, después, en Italia –en Roma desarrolló tanto su vertiente creativa
de pintor como de poeta-, hasta que en 1977 regresa definitivamente a España. Los avatares
políticos, los cambios de residencia y el paso de los años en ningún momento han
del mismo, la nostalgia del mar -de su Cádiz natal-, están en el origen del primer libro
orgánico de poemas: Marinero en tierra (1924). Desde su regreso a España, Alberti publica
varios libros, entre los que destaca Versos sueltos de cada día (1979-1982). Alberti es,
asimismo, autor de un sugestivo libro de memorias -La arboleda perdida- y de algunas obras
Los temas y las formas populares continúan en los siguientes libros: La amante (1925), El
alba del alhelí (1927). Y en Cal y canto (1926-1927) Alberti rinde homenaje a Góngora y
cultiva además los motivos de la vida moderna en una lírica claramente vanguardista, con
Sobre los ángeles (1927-1928) logra una de las obras maestras de la poesía surrealista. A sus
últimos años de estancia en España previos al exilio corresponden varios libros de inspiración
muchos de los cuales revelan la nostalgia de su patria: Entre el clavel y la espada (1939-
Coplas de Juan Panadero (1949-1953), Ora marítima (1953), Baladas y canciones del
Paraná (1953-1954), etc. De su estancia en Roma sobresale la obra Roma: peligro para
caminantes (1968).
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Finalmente, desde su regreso a España, Alberti publica varios libros, el mejor de los cuales
tal vez sea Versos sueltos de cada día (1979-1982). Alberti es, asimismo, autor de un
sugestivo libro de memorias -La arboleda perdida- y de algunas obras de teatro: El hombre
En 1925 Rafael Alberti presenta su obra completa Marinero en Tierra, un libro que, como
ahora sabemos, representaría claramente un nuevo lenguaje poético, donde la nostalgia del
mar resulta como un tema propio de la vida del autor, donde los elementos como el viento,
Rafael Alberti, a partir de haber leído los poemarios de sus contemporáneos, tales como
Federico García Lorca y su “Libro de poemas”, lectura a partir de la cual surgió el interés
del autor por los poemas de corte simple, popular, adornados con “graciosos estribillos
cantables”, es decir, a partir de los poemas de tono popular, un género que durante la
generación del 27 se acuñó como un tema recurrente y clave de la corriente de autores que
se estaba forjando. El Neopopularismo era una de las corrientes poéticas que confluyeron la
generación del 27, los poetas se vieron influenciados por clásicos españoles, especialmente
por Góngora, y por otros autores como Bécquer y Juan Ramón Jiménez.
El neopopularismo aúna y conjunta elementos iguales, pero ese estilo da mayor altura
literaria a las formas populares hasta el grado de constituir éstas su punto de partida y no su
neopopularismo aprovechaba los medios tradicionales con una intención revolucionaria: para
lograr una poesía nueva. Esa poesía nueva fue el gran destino de la “Generación del 27”. La
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pero al mismo tiempo como su superación. Los poetas de esa época lograron encontrar un
equilibrio entre elementos lúdicos y serios, entre lo concreto y lo abstracto: quizás lo más
reseñable de este grupo fuera su capacidad para aunar tradición y vanguardia, lo culto y lo
popular. Encontramos en esa poesía cantares populares, folklore andaluz, y a veces con
en cantares populares del surrealismo. Por eso, se puede hablar de una vuelta o un regreso a
lo popular con el uso de nuevos logros del lirismo. Los poetas aprovechan de la poesía
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