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PORTAFOLIO
Actividades formativas de los
temas de la Unidad II
AUTORES:
CHUCO CONTRERAS Andony Clinton
ROJAS CAZO Efrain
RUIZ HUAMANLAZO Marcos Eleazar
SAMANIEGO ROJAS Jade Maricel
2018
PRESENTACIÓN
ASIGNATURA: DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II
PRESENTACIÓN
EL BIEN COMÚN
PARTICIPACIÓN
SOLIDARIDAD
SUBSIDIARIDAD
EL DESTINO UNIVERSAL
DE LOS BIENES Y
DERECHO UNIVERSAL AL
USO DE LOS MISMOS
Es experiencia diaria de toda persona escuchar expresiones como “bien común”, “bienestar general¨
y otras similares. El bien común es la suma de aquellas condiciones que permitan satisfacer la
necesidad de logro de los miembros de la comunidad. El bien común implica que las estructuras
sociales deben ser diseñadas de tal forma que permitan que la gente tenga la oportunidad de participar
y de satisfacer sus necesidades humanas básicas.
− La autoridad sólo se ejerce legítimamente si busca el bien común del grupo en cuestión y si, para
alcanzarlo, emplea medios moralmente lícitos. Si los dirigentes proclamasen leyes injustas o tomasen
medidas contrarias al orden moral, estas disposiciones no pueden obligar en conciencia.
En semejante situación, la propia autoridad se desmorona por completo y se origina una iniquidad
espantosa.
− La diversidad de los regímenes políticos es moralmente admisible con tal que promuevan el bien
legítimo de la comunidad que los adopta. Los regímenes cuya naturaleza es contraria a la ley natural,
al orden público y a los derechos fundamentales de las personas, no pueden realizar el bien común de
las naciones en las que se han impuesto.
− El descubrimiento de la vocación de la humanidad a formar una sola familia puede animar y dar un
sentido adecuado al proceso de globalización que con recelos experimenta hoy nuestro mundo. La
condición necesaria para alcanzar este ideal está en la superioridad del bien de la humanidad sobre el
bien de cualquier comunidad política, racial o cultural. Ello exige entender con claridad que la
Entre las múltiples implicaciones del bien común, adquiere inmediato relieve el principio del destino
universal de los bienes: « Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los
hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo
la égida de la justicia y con la compañía de la caridad ».Este principio se basa en el hecho que « el
origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y al
hombre, y que ha dado a éste la tierra para que la domine con su trabajo y goce de sus frutos (Gn
1,28-29). Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes,
sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno. He ahí, pues, la raíz primera del destino universal de los
bienes de la tierra. Ésta, por su misma fecundidad y capacidad de satisfacer las necesidades del
hombre, es el primer don de Dios para el sustento de la vida humana ».
La persona, en efecto, no puede prescindir de los bienes materiales que responden a sus necesidades
primarias y constituyen las condiciones básicas para su existencia; estos bienes le son absolutamente
indispensables para alimentarse y crecer, para comunicarse, para asociarse y para poder conseguir las
más altas finalidades a que está llamada.
El principio del destino universal de los bienes de la tierra está en la base del derecho universal al uso
de los bienes. Todo hombre debe tener la posibilidad de gozar del bienestar necesario para su pleno
desarrollo: el principio del uso común de los bienes, es el « primer principio de todo el ordenamiento
ético-social » y « principio peculiar de la doctrina social cristiana ».Por esta razón la Iglesia considera
un deber precisar su naturaleza y sus características. Se trata ante todo de un derecho natural, inscrito
en la naturaleza del hombre, y no sólo de un derecho positivo, ligado a la contingencia histórica;
además este derecho es « originario ». Es inherente a la persona concreta, a toda persona, y es
prioritario respecto a cualquier intervención humana sobre los bienes, a cualquier ordenamiento
jurídico de los mismos, a cualquier sistema y método socioeconómico: « Todos los demás derechos,
sean los que sean, comprendidos en ellos los de propiedad y comercio libre, a ello [destino universal
de los bienes] están subordinados: no deben estorbar, antes al contrario, facilitar su realización, y es
un deber social grave y urgente hacerlos volver a su finalidad primera ».
PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD
El objeto de este principio es salvaguardar la dignidad de las personas. La causa
final es el Bien Común y no la eficiencia. La persona es el ser más digno de la
creación. Por lo tanto, ha de favorecerse el desarrollo de la persona en tanto y
en cuanto no ponga en peligro el desarrollo de los demás, o sea el Bien Común;
y si no puede hacerlo, deben intervenir las sociedades intermedias o el Estado
subsidiariamente.
Todas las personas tenemos derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser
privado de su libertad. Cada persona es miembro de la sociedad. Su trabajo es una necesidad,
pero hay que evitar la codicia. La avaricia es la forma más evidente del subdesarrollo moral.
Nuestras libertades están siendo acosadas porque la mayoría de los ciudadanos ignoramos
las Encíclicas Sociales y sus campos de aplicación y la filosofía en la se fundamentan. Por
eso somos víctimas de charlatanes políticos que explotan nuestra ignorancia y necesidad en
su afán de poder y para satisfacer la visión popular de la justicia social. La libertad implica
el compromiso es responsable personalmente de construir un orden temporal.
El sueño de todo ser humano por alxcanzar la justicia social ha sido causa de una gran
parte de la miseria humana. Es mas atraves de la historia una injusticia es a menudo
remplazada por otra peor.Lamemtablemente, hoy en dia muchos de los seres humanos
piensan que es permitido que una persona obligue a otra a servir al proposito de una
tercera persona. De eso se trata la retribucion de la requeza. La esclavitud y el robo son
todas las maneras de como el trabajo dee una persona es aprobado para benefiar a un
tercero.
Benedicto XVI. Carta encíclica. Caritas in Veritae. Jun 29 de 2009. Obtenido de:
http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-
xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html
Autor (a)
CHUCO CONTRERAS Andony Clinton, ROJAS CAZO Efrain, RUIZ HUAMANLAZO Marcos