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Todos los seres que sienten dolor merecen derechos humanos

La igualdad de las especies es la conclusión lógica de la moralidad post-


darwiniana

Richard Ryder

The Guardian, Sábado 6 de agosto de 2005


http://www.theguardian.com/uk/2005/aug/06/animalwelfare

La palabra especismo vino a mí mientras yo estaba acostado en un baño en Oxford hace unos 35
años. Era como el racismo o el sexismo, un prejuicio basado en diferencias físicas moralmente
irrelevantes. Desde Darwin hemos conocido que somos animales humanos relacionados con todos
los otros animales a través de la evolución; ¿Cómo, entonces, podemos justificar nuestra opresión
casi total de todas las otras especies? Todas las especies animales pueden sufrir dolor y angustia.
Los animales gritan y se retuercen como nosotros; sus sistemas nerviosos son similares y contienen
las mismas sustancias bioquímicas que conocemos están asociadas con la experiencia del dolor en
nosotros mismos.

Nuestra preocupación por el dolor y la angustia de los demás debería extenderse a cualquier
"painient" -sintiente del dolor- independiente de su sexo, clase, raza, religión, nacionalidad o
especie. De hecho, si los extraterrestres del espacio exterior resultan ser painient, o si alguna vez
fabricamos máquinas que son painient, entonces tenemos que ampliar el círculo moral para
incluirlos. “Painience” es la única base convincente para atribuir derechos o, de hecho, intereses a
otros.

Muchas otras cualidades, como el "valor intrínseco", se han sugerido. Pero el valor no puede existir
en ausencia de la consciencia o potencial consciencia. Por lo tanto, las rocas y los ríos y las casas no
tienen intereses y derechos propios. Esto no significa, por supuesto, que no son de valor para
nosotros, y para muchos otros painients, incluidos aquellos que los necesitan como hábitat y que
sufrirían sin ellos.

Se han propuesto muchos principios e ideales morales durante siglos, la justicia, la libertad, la
igualdad, la fraternidad, por ejemplo. Pero estos son meros peldaños hacia el bien supremo, que es
la felicidad; y la felicidad se ve facilitada por la libertad de todas las formas de dolor y sufrimiento
(utilizando la palabra "dolor" y "sufrimiento" indistintamente). De hecho, si uno lo piensa
detenidamente se puede ver que la razón por la cual estos otros ideales se consideran importantes es
que la gente ha creído que son esenciales para el destierro del sufrimiento. De hecho algunas veces
tienen este resultado, pero no siempre.

¿Por qué enfatizar el dolor y otras formas de sufrimiento en lugar de placer y felicidad? Una
respuesta es que el dolor es mucho más potente que el placer. ¿No preferiría evitar la tortura de una
hora que obtener la felicidad de una hora? El dolor es el único y verdadero mal. ¿Qué, entonces,
sobre el masoquista? ¡La respuesta es que el dolor le da placer que es mayor que su dolor!

Uno de los principios importantes del painism (el nombre que doy a mi acercamiento moral) es que
debemos concentrarnos en el individuo, ya que es el individuo -no la raza, la nación o la especie-
quien sufre el sufrimiento real. Por esta razón, los dolores y placeres de varios individuos no pueden
significativamente ser agregados, como ocurre en el utilitarismo y la mayoría de las teorías morales.
Uno de los problemas con la visión utilitarista es que, por ejemplo, el sufrimiento de la víctima de
violación en grupo se pueden justificar si la violación da una mayor suma total de placer a los
violadores. Pero la conciencia, sin duda, está delimitada por los límites del individuo. Mi dolor y el
dolor de los demás son así en categorías separadas; no se puede sumar o restar a unos de otros. Son
mundos aparte.

Sin experimentar directamente dolores y placeres que no son reales - contamos meramente sus
cáscaras. Así, por ejemplo, inflingir 100 unidades de dolor en un individuo es, yo diría, mucho peor
que infligir una sola unidad de dolor a mil o un millón de personas, a pesar de que el total de dolor
en este último caso es mucho mayor. En cualquier situación debemos tanto preocuparnos
principalmente por el dolor de la persona que es quien el que sufre el máximo. No importa,
moralmente hablando, ¿quién o qué la víctima que más sufre es, ya sea humano, no humano o una
máquina. El dolor es el dolor, independientemente de su anfitrión.

Por supuesto, cada especie es diferente en sus necesidades y en sus reacciones. Lo que es doloroso
para algunos no lo es necesariamente para otros. Así que podemos tratar diferentes especies de
manera diferente, pero siempre debemos tratar igual a quienes sufren por igual. En el caso de los
no-humanos, los vemos despiadadamente explotados en granjas industriales, en los laboratorios y
en la naturaleza. Una ballena puede tardar 20 minutos en morir después de haber sido arponeada.
Un lince puede sufrir por una semana con la pierna rota en una trampa dentada de acero. Una
gallina vive toda su vida sin poder incluso estirar las alas. Un animal en una prueba de toxicidad,
envenenado con un producto de la casa, puede permanecer en agonía durante horas o días antes de
morir.

Estos son los principales abusos que causan gran sufrimiento. Sin embargo, todavía se justifican con
el argumento de que estos painients no son de la misma especie que nosotros mismos. ¡Es casi
como si algunas personas no hubieran oído hablar de Darwin! Tratamos a los demás animales no
como parientes sino como a cosas insensibles. No se nos ocurriría tratar a nuestros bebés, o adultos
mentalmente discapacitados, de esta manera; sin embargo, estos seres humanos a veces son menos
inteligentes y menos capaz de comunicarse con nosotros que son algunos no-humanos explotados.

La simple verdad es que explotamos los otros animales y éstos sufrimientos porque somos más
poderosos que ellos. ¿Esto significa que si los alienígenas mencionados aterrizaran en la Tierra y
resultan ser mucho más poderosos que nosotros, queremos que ellos - sin discusión – nos persigan y
maten por deporte, experimenten sobre nosotros o crien en granjas industriales, y nos conviertan en
sabrosas hamburguesas humanas? ¿Deberemos aceptar su explicación de que es perfectamente
moral para ellos hacer todas estas cosas ya que no somos de su especie?
Básicamente, todo se reduce a la fría lógica. Si vamos a preocuparnos por el sufrimiento de otros
seres humanos entonces lógicamente hay que preocuparse por el sufrimiento de los no humanos
también. Es el despiadado explotador de los animales, y no el proteccionismo animal, quien está
siendo irracional, mostrando una tendencia sentimental en poner su propia especie en un pedestal.
Todos nosotros, gracias a Dios, sentimos una chispa natural de simpatía por los sufrimientos de los
demás. Tenemos que coger esa chispa y avivarla en el fuego de la compasión racional y universal.

Todo esto tiene consecuencias, por supuesto. Si traemos gradualmente a los no-humanos dentro del
mismo círculo moral y legal que a nosotros mismos, entonces no seremos capaces de explotarlos
como nuestros esclavos. Se ha avanzado mucho con la nueva legislación europea en décadas
recientes, pero aún queda un largo camino por recorrer. Algún reconocimiento internacional del
estatus moral de los animales existe desde hace largo tiempo. Existen diversos tratados de
conservación, pero nada a nivel de la ONU, por ejemplo, que reconozca los derechos, intereses o el
bienestar de los propios animales. Eso debe, y creo que lo hará, cambiar

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