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Caso fortuito

Causa de incumplimiento de las obligaciones caracterizada por su indeterminación, pues es desconocida, y la interioridad, debido a
que tiene su origen en un vicio interno de la obligación.

CC, art. 1.105; STS 31-05-1999.

— Fuerza mayor.

(Derecho Civil) En sentido amplio, sinónimo de “fuerza mayor”, V. esta palabra.

En sentido estricto y discutido, imposibilidad de ejercer una obligación por causas internas (por ejemplo, vicio del material).

Es una de las circunstancias de hecho que pueden exonerar de culpabilidad al deudor que ha incumplido la prestación. Lo constituyen
aquellos hechos que son imprevisibles y, por tanto, inevitables teniendo en cuenta el momento en que se producen. En el caso de que
se hubieran previsto, hubiesen resultado inevitables; no obstante, son previsibles en términos generales o abstractos puesto que
forman parte del riesgo de la situación del deudor. Se trata, en definitiva, de un acontecimiento de procedencia interna que no puede
imputarse al deudor; por lo tanto, está más allá del concepto amplio de culpa o culpa lata.

Una Cláusula es un contrato, un documento por lo general escrito en el que se establecen condiciones y posiciones acerca de
un acuerdo determinado. Concretamente, una cláusula es la determinación final, se establece la relación de todos puntos que se
tratan. Antes que se piense que se trata de un documento similar una minuta, se debe tener en cuenta que una cláusula es un
documento que se redacta bajo los principios legales correspondientes. La definición de cláusula a pesar de ser concreta y
correspondiente a un basamento legal, puede ser utilizada para denotar un acuerdo de cualquier índole, sin importar a que margen
de la ley establecida por el órgano correspondiente e encuentre.

Cláusulas ambiguas

Son las cláusulas contractuales que, por prestarse a diversas significaciones, ofrecen resistencia a su comprensión directa e inmediata
exigiendo, por tanto, una labor interpretativa. Según las reglas legales de hermenéutica, la cláusula ambigua se interpretará teniendo
en cuenta la costumbre del pais, completando así los vacíos que presente el contrato. cuando la ambigüedad es definitiva, se habla
de cláusula oscura, cuya interpretación se hará teniendo en cuenta, además, que aquella no debe favorecer al contratante
responsable de dicha oscuridad.

Lucro cesante.

El lucro cesante hace referencia al lucro, al dinero, a la ganancia, a la renta que una persona deja de percibir como consecuencia del
perjuicio o daño que se le ha causado. Si una persona no hubiera sufrido de un daño o perjuicio, se hubiera seguido lucrando sin
problemas, lucro que se pierde, que cesa por culpa del daño o del perjuicio, y por supuesto que el responsable será quien causó el
daño y el perjuicio, y en algunos casos tendrá que indemnizar a la víctima del daño o perjuicio.

Daño emergente.

El daño emergente corresponde al valor o precio de un bien o cosa que ha sufrido daño o perjuicio. Cuando el bien o la propiedad de
una persona ha sido dañada o destruida por otra, estamos ante un daño emergente, y la indemnización en este caso será igual al
precio del bien afectado o destruido.

Ejemplo:

Supongamos por ejemplo un taxista a quien otra persona le destruye el taxi. En este caso el daño emergente es el valor o precio del
taxi. Quien le destruyó el taxi tendrá que indemnizarlo por el valor del taxi, o el monto de su reparación si esta es posible.

Ahora, ese taxista como consecuencia de la destrucción de su taxi dejo de percibir ingresos, de suerte que esos ingresos dejados de
percibir por el taxista al no tener ya su medio de trabajo, constituye el llamado lucro cesante, el cual en muchos casos puede ser
superior al mismo daño emergente, dependiendo claro está, del tiempo que transcurra entre la destrucción del taxi y la reparación
del daño de manera tal que le permita nuevamente obtener ingresos.

¿Qué son los daños y perjuicios?

Si en la responsabilidad contractual el daño deriva del incumplimiento de la obligación (artículo 1101 CC), el daño extracontractual
(artículo 1902 CC) es el producido con independencia de un incumplimiento obligacional, pero en ambos casos, se ha de acreditar la
existencia del mismo.
La indemnización de daños y perjuicios en el ámbito civil ofrece un carácter reparador y no punitivo o sancionador.

Son requisitos de la indemnización de daños y perjuicios:

 a) Que exista un incumplimiento culpable de la obligación,

 b) Que no se pueda obtener el cumplimiento en forma específica,

 c) Que se hayan producido daños o perjuicios, daño o daño emergente es la lesión que sufre el patrimonio, y perjuicio o lucro
cesante la ganancia que no se obtiene con motivo del incumplimiento, y

Actos voluntarios

En otro artículo hemos distinguido los actos de los hechos jurídicos, siendo los actos una especie del género, hechos jurídicos.
Refiriéndose a éstos últimos, el artículo 897 del Código Civil argentino nos dice que se juzgarán voluntarios, los hechos realizados con
discernimiento, intención y libertad. Por lo tanto, si falta uno de estos tres elementos el hecho (género) o la especie (acto) será
involuntario.

El discernimiento es lo que nos permite reflexionar sobre lo que hacemos. Para Freitas es lo que nos permite conocer. El
discernimiento es lo que nos faculta a diferenciar la verdad del engaño, lo que justo de lo que no lo es, valorar nuestros actos y los
ajenos, y evaluar sus consecuencias

La interpretación de los contratos consiste en desentrañar (antiguamente en Roma los adivinos desentrañaban animales para predecir
el futuro) su verdadero significado, sentido y alcance.

La interpretación se efectúa para conocer con exactitud cuales son los derechos y obligaciones de cada una de las partes de un
contrato. Se realizan la labor interpretativa cuando las partes asignan al contrato distinto sentido ya sea por no estar completa la
cláusula, por contradictoria o ambigua, dudosas o imprecisa. Se tiene muy en cuenta la buena fe como principio de derecho rector: 'el
obrar con prudencia y diligencia del buen hombre de negocios'. La buena fe objetiva o lealtad que es la actuación honesta y de hombría
de bien que poseen los contratantes y la buena fe subjetiva o creencia que es el actuar convencido de hacer lo correcto (esta última
muy importante para los casos de usucapión o prescripción adquisitiva).

Qué es la buena fe?

Este principio se encuentra detrás de todas las instituciones, pero no lo encontramos expresado en una fórmula general. La norma
más directa respecto a este tema la podemos interpretar en negativo y es el inciso final del art. 44, que define el dolo como elemento
del delito civil. Sin embargo, contractualmente hablando, la mala fe no siempre consiste en una intención positiva, pudiendo también
desprenderse de una omisión.

¿Qué tipos de buena fe encontramos?

En el ámbito contractual podemos encontrar dos conceptos de buena fe:

1. El primero es el que se conoce como “estar de buena fe”, esto significa una actitud mental, es decir, ignorar que se ha
perjudicado a otro de manera ilegitima, no tener conciencia de un derecho.
2. El otro concepto consiste en “actuar de buena fe”, esto significa comportarse de manera fiel a un acuerdo, actuar en la forma
que sea necesaria para cumplir con las expectativas de los contratantes.

La resciliación se enmarca dentro de las modalidades de extinción de las obligaciones que consagra nuestro Código Civil

Es así que el artículo 1567 en su inciso primero establece que “toda obligación puede extinguirse por una convención en que las partes
interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo suyo, consienten en darla por nula”.

Llama la atención que el legislador establezca la necesidad de declaración de nulidad, pues no es necesaria su solicitud. Para que se
produzca el mutuo disenso basta con el mero consentimiento de los contratantes. Entendemos que la ley utiliza de manera
inapropiada la expresión “darla por nula” a referirse a la convención que es objeto de la resciliación. No estamos presentes ante vicio
alguno capaz de generar nulidad relativa o absoluta en el artículo 1567, pues nos encontramos ante una obligación plenamente válida.

DEL PAGO POR CONSIGNACION

Art. 1468.- Para que el pago sea válido, no es menester que se haga con el consentimiento del acreedor; el pago es válido aun contra
la voluntad del acreedor, mediante la consignación.
Art. 1469.- La consignación es el depósito de la cosa que se debe, hecho a virtud de la repugnancia o no comparecencia del acreedor
a recibirla, y con las formalidades necesarias, en manos de una tercera persona.
Art. 1470.- La consignación debe ser precedida de oferta, y para que la oferta sea válida, reunirá las circunstancias que siguen:
1ª Que sea hecha por una persona capaz de pagar;
2ª Que sea hecha al acreedor, siendo éste capaz de recibir el pago, o a su legítimo representante;
3ª Que si la obligación es a plazo o bajo condición suspensiva, haya expirado el plazo o se haya cumplido la condición;
4ª Que se ofrezca ejecutar el pago en el lugar debido;
5ª Que el deudor haga la oferta ante Juez competente poniendo en sus manos una minuta de lo que debe, con los intereses
vencidos, si los hubiere, y los demás cargos líquidos; comprendiendo en ella una descripción individual de la cosa ofrecida.
Art. 1471.- El Juez, con audiencia del acreedor o de su representante, autorizará la consignación, y designará la persona en cuyo
poder deba hacerse.
Art. 1472.- La consignación se hará con citación del acreedor o de su legítimo representante; y se extenderá acta de ella por el Juez.
Si el acreedor o su representante no hubiere comparecido a presenciar el depósito, se le notificará éste con intimación de recibir la
cosa consignada.
Art. 1473.- Si el acreedor se hallare ausente del lugar en que debe hacerse el pago, y no tuviere allí legítimo representante, tendrán
lugar las disposiciones de los números 1º, 3º, 4º y 5º, del artículo 1470.
Hecha la oferta, el Juez, recibida información de la ausencia del acreedor, y de la falta de persona que le represente, autorizará la
consignación, y designará la persona en cuyo poder deba hacerse; pero se omitirá este designación, si la cosa ofrecida fuere una
cantidad de dinero, y el deudor prefiriere depositarle en las arcas del Estado.
Se extenderá diligencia de la consignación por el Juez; pero en el caso del inciso anterior, bastará agregar a los autos el certificado
del jefe de la oficina en que se consigne el dinero.
Se notificará la consignación a un defensor especial.
Art. 1474.- Las expensas de toda oferta y consignación válidas serán a cargo del acreedor.
Art. 1475.- El efecto de la consignación válida es extinguir la obligación, hacer cesar en consecuencia los intereses y eximir del peligro
de la cosa al deudor; todo ello desde el día de la consignación.

Art. 1476.- Mientras la consignación no haya sido aceptada por el acreedor, o el pago declarado suficiente por sentencia que tenga
fuerza de cosa juzgada, puede el deudor retirar la consignación; y retirada, se mirará como de ningún valor y efecto respecto del
consignante y de sus codeudores y fiadores.

Art. 1477.- Cuando la obligación ha sido irrevocablemente extinguida, podrá todavía retirarse la consignación, si el acreedor
consiente en ello.
Pero en este caso la obligación se mirará como del todo nueva; los codeudores y fiadores permanecerán exentos de ella; y el
acreedor no conservará los privilegios o hipotecas de su crédito primitivo. Si por voluntad de las partes se renovaren las hipotecas
precedentes, se inscribirán de nuevo, y su fecha será la del día de la nueva inscripción.

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