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E y el narcisismo son dos de las grandes nociones psicoanalíticas desde las cuales es
posible la comprensión clínica de toda conflictiva individual inconsciente.
Primer periodo:
● Sueños
Descubrimiento de la existencia universal de inclinaciones incestuosas infantiles, que se
mantienen inconscientes. Su interés por los sueños y el inicio de su autoanálisis fueron
realizados de una manera tan entrelazada que, en cierto sentido, Interpretación de los
sueños (1900) es una selección de los contenidos encontrados en sí mismo.
Ya desde 1895, había confirmado que la esencia de una manifestación onírica es la
realización de un deseo oculto (pero ignoraba el carácter del éste).
En la correspondencia con Fliess puede seguirse la forma en que siguió desarrollando la
constitución de este complejo: en relación con la hostilidad “Parece como si en los hijos
varones este deseo de muerte se volviera contra el padre, y en las hijas contra la madre”.
En otra carta de ese mismo año da cuenta de la validez universal del enamoramiento de la
padre y los celos hacia el padre (y visceversa), lo considera un suceso universal de la niñez
temprana.
Este descubrimiento sin duda influyó a su vez sobre la teoría de los sueños: los deseos
(socio capitalista de las producciones oníricas”, tienen su raíz en la infancia. También
advierte que las producciones oniricas expresan la ambivalencia afectiva que caracteriza a
los vínculos tempranos. En una sección de I.S. señala que en los sueños cuyo contenido es
el deseo de la muerte de un ser querido, por lo general no es un deseo actual sino pretérito
y desconocido para el soñante.
Luego, apoya estas ideas en un legado de la antigüedad: la saga de Edipo rey. Edipo dio
muerte a su padre y desposó a su madre Yocasta. Esto no es sino el cumplimiento de
deseo de nuestra infancia que, en tanto reprimido, nos hace espantarnos frente a quien lo
realizó.
Otro grande aporte de este periodo es la captacion de que las inclinaciones edipicas
(ademas de tener una presencia univ. y manifestarse en los sueños y en la fantasía) son la
causa subyacente en toda la variedad de síntomas neuróticos.
En 1909, Freud decía que el C.E. es destinado a la pronta represión, pero sigue ejerciendo
desde lo inc. un gran efecto duradero. Resalta su eficacia como complejo nuclear de la
neurosis y también en otros campos de la vida anímica.
● Hipótesis filogenética
“Totem y tabú” (1913) texto de carácter antropológico basado en estudios sobre el
totemismo y de la hipótesis darwiniana de que los seres humanos vivieron originariamente
en hordas cuyo jefe era un único macho, violento y celoso. Este padre, según Freud, habría
acaparado con exclusividad a todas las mujeres y asesinado o expulsado a los hijos
peligrosos como rivales. Un día los hermanos expulsados de aliaron , mataron y devoraron
al padre, y así pusieron fin a la horda paterna. Los hijos presentaban sentimientos
ambivalentes hacia su padre: era envidiado y temido. En el acto de la devoración
consumaban la identificación con él. El fin de la horda es el comienzo de las org. sociales,
las limitaciones éticas y la religión. Banda de hermanos gobernada, con respecto al padre,
por los mismos sentimientos contradictorios que podemos pesquisar en el complejo
paterno de cada niño y cada neurótico. “Odiaban a ese padre... pero también lo
amaban y admiraban”.
Tras eliminarlo y producirse la identificación con él, nace la ccia de culpa, arrepentimiento
en común. Revocaron la hazaña declarando no permitida la muerte de su sustituto (el
tótem) y renunciaron a sus frutos denegando las mujeres liberadas. Así, desde la ccia de
culpa del hijo varón, ellos crearon los dos tabúes fundamentales del totemismo
(asesinato e incesto), que por eso mismo necesariamente coincidieron con los dos
deseos reprimidos del C.E.
En los años siguientes Freud sigue desarrollando estas ideas. Ej, tesis de que las
instituciones sociales exigen para su surgimiento y existencia la sofocación de las pulsiones
sexuales. También las identificaciones, y finalmente, puede vislumbrarse la instancia que a
nivel del psiquismo individual será el Superyó (encarnación de las normas y las
prohibiciones mediatizadas por los padres).
Segundo periodo
● Superyó y identificaciones
A partir de “Más allá del ppio de placer”.
Antes de “El yo y el ello”(1923), el C.E. aparece en su versión simple: positivo cuando
consiste en deseos amorosos hacia el progenitor del sexo op. y deseos hostiles hacia el del
mismo sexo; o negativo (invertido u homosexual). En “El yo y el ello” introduce la noción de
que es completo, positivo y negativo a la vez.
A raíz del sepultamiento, las cuatro aspiraciones contenidas en el C.E. se convierten en
identificaciones con el padre y con la madre. Se sedimenta el yo, que consiste en el
establecimiento de estas dos id. unificadas entre sí, las cuales se convierten en la instancia
psíquica del superyó (función normativa y prohibidora). Esta instancia es la heredera del
C.E. y se constituye mediante identificaciones. La nueva teoría del ap. psíquico da forma
definitiva a la hipótesis filogenética. El C.E., al sepultarse, se convierte en la fuente de la
eticidad individual.
El acceso, pasaje y represión del CE. (a pesar de sus posibles secuelas neuróticas), presta
al hombre el servicio de evitarle la caída en las psicosis y en las perversiones ya que
permite la instalación del sistema inc diferenciado del prec.cc. de manera relativamente
firme.
Las tres neurosis descriptas por Freud (histeria, fobia y neurosis obsesiva) son estructuras
originadas en las fijaciones producidas en el transcurso del Edipo, más particularmente en
el complejo de castración, que es su centro.
Ante la pérdida de un objeto investido libidinalmente o la necesidad de designar, el
objeto es reconstruido en el yo (se pasa de querer tener a querer ser como el objeto)
El carácter del yo es una sedimentación de las investiduras de objeto resignadas,
contiene la historia de tales elecciones de objeto. La situación edípica ha adquirido,
ahora, en el pensamiento de Freud, una dimensión más estructurante de la personalidad; ya
la represión y/o sepultamiento del C.E. no solo conduce a la consolidación del ap. psíquico
sino que el carácter y el superyó se forman como consecuencia de lo que ocurre en ella.
Con respecto al nexo entre C.E. y complejo de castración (C.C.), existe una oposición
fundamental entre los dos sexos: en el varón, el C.E. se va al fundamento debido al C.C. En
la niña, el C.E. es posibilitado e introducido por el C.C.